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Civilización olmeca
Cabeza colosal .
Información histórica
Decadencia 400 a. C.
Información geográfica
Información antropológica
Asentamientos importantes
1. San Lorenzo
2. La Venta
3. Tres Zapotes
4. Laguna de los puercos
La cultura olmeca fue una civilización que se desarrolló durante el periodo preclásico
de Mesoamérica. Aunque se han encontrado vestigios de su presencia en amplias zonas de
Mesoamérica, se considera que el área cultural olmeca —zona metropolitana— abarca la parte
sureste del estado de Veracruz y el oeste de Tabasco. En ese sentido, es necesario hacer la
aclaración de que el etnónimo olmeca les fue impuesto por los arqueólogos del siglo XX, y no debe
ser confundido con el de los olmeca-xicalancas, que fueron un grupo que floreció en
el epiclásico en sitios del centro de México, como Cacaxtla.
Durante mucho tiempo se consideró que la olmeca era la cultura madre de todas de la civilización
mesoamericana. Sin embargo, no está claro el proceso que dio origen al estilo artístico identificado
con esta sociedad, ni hasta qué punto los rasgos culturales que se revelan en la evidencia
arqueológica son creación de los olmecas del área nuclear. Se sabe, por ejemplo, que algunos de
los atributos propiamente olmecas pudiesen haber aparecido, primero en Chiapas o en los Valles
Centrales de Oaxaca. Entre otras dudas que están pendientes de respuesta definitiva, está la
cuestión de los numerosos sitios asociados a esta cultura en la Depresión del Balsas (centro
de Guerrero).
Sea cual haya sido el origen de la cultura olmeca, la red de intercambios comerciales entre
distintas zonas de Mesoamérica contribuyó a la difusión de muchos elementos culturales que son
identificados con la cultura olmeca, incluidos el culto a las montañas y a las cuevas; el culto a la
Serpiente Emplumada, como deidad asociada a la agricultura, el simbolismo religioso del jade, e
incluso, el propio estilo artístico, que fue reelaborado intensamente en los siglos posteriores a la
declinación de los principales centros de estos tiempos.
Historia
Se estima que los indicios más antiguos de la cultura olmeca son de alrededor de 3000 a. C., y los
más recientes son aproximadamente del año 400 a. C. La civilización olmeca se constituyó
principalmente alrededor de 3 centros ceremoniales: San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes,
además de manifestarse en otros sitios como Laguna de los Cerros.
San Lorenzo[
Cabeza colosal 6 de San Lorenzo, en el Museo Nacional de Antropología: San Lorenzo (zona
arqueológica)
El centro olmeca más antiguo es el de San Lorenzo (1150 a. C. aproximadamente.), municipio
de Texistepec, situado en la cuenca del río Coatzacoalcos, en el estado de Veracruz. El inicio del
florecimiento de la cultura olmeca en este sitio comenzó alrededor del año 1150 a. C., época de la
que datan la mayor parte de las esculturas de los cuales se conservan en el sitio. San Lorenzo fue
saqueado en el año 900 a. C., y las esculturas monumentales sufrieron un intento de destrucción;
algunas se enterraron, y otras fueron trasladadas al centro ceremonial.
Economía
La economía de los olmecas estaba basada en los productos agrícolas, con los que comerciaban
tanto entre ellos como con otros pueblos vecinos, sobre todo con los pueblos nómadas,
principalmente los olmecas reproducían cultivo del maíz, además del frijol, calabaza, cacao, entre
otros.
Mosaico de jade, representación un mascarón del jaguar.
Religión
Su religión desarrolló todos los temas importantes encontrados en los cultos posteriores. Tenían
una religión politeísta, gran número de sus dioses eran relacionados con la agricultura y otros
elementos como el sol, el agua, los volcanes, animales, etc.
El centro de su religión y culto es el jaguar, y aparece representado en la iconografía olmeca. Se le
representaba con la característica boca olmeca, de forma trapezoidal, con las comisuras hacia
abajo y el labio superior muy engrosado. En muchos casos con colmillos muy pronunciados,
adornos supraciliares y el cráneo hendido. Siempre aparece representado de la misma manera. No
se sabe qué tipo de dios pudo ser. Se cree que pudo ser el origen del dios de la lluvia, que se
desarrollará posteriormente en muchos puntos de Mesoamérica.
Hay muchos animales considerados dioses, como el caimán, sapos, reptiles, todos los animales de
la zona. Normalmente, aparecen mezclados entre ellos, cabezas de unos y cuerpos de otros,
creando seres mitológicos. En ocasiones para sus representaciones religiosas tienden a la
abstracción, con lo cual no se sabe exactamente qué pudo significar la muerte.
Se cree que pudo ser una religión dinástica, sus dioses estarían relacionados directamente con los
gobernantes, con los señores de los centros ceremoniales, gobernantes con poderes
sobrenaturales, descendientes directos de las divinidades.
Es una religión compleja, que no se ha conseguido descifrar aún. Pero se cree que pudo tener toda
una doctrina aceptada por el pueblo, para justificar, explicar y legitimar a los linajes gobernantes,
las desigualdades sociales, las fuerzas sobrenaturales y establecer vínculos entre éstas y los
gobernantes. La religión estaría institucionalizada, con un cuerpo doctrinal y su panteón. De esta
forma también los líderes gubernamentales utilizaban un símbolo de una figura de animal para
identificarse.
Estatuilla de Tuxtla, con glifos de las escritura Epiolmeca.
Lengua y escritura
Ya que la cultura olmeca fue la primera civilización en Mesoamérica, se especula que muchos
logros mesoamericanos tuvieron lugar por primera vez en el seno de su cultura. Entre otras cosas,
se acredita a los olmecas el desarrollo del calendario, la escritura y la epigrafía.
Antes de los descubrimientos de 2002, el corpus principal de inscripciones largas constaba de una
docena de inscripciones epigráficas, todas ellas datadas entre 300 a. C. y el 530 d. C. En 2002 se
descubrió una inscripción que data de 650 a. C., y en 2007 otra de 900 a. C., la cual supera en
antigüedad a la escritura zapoteca y convierte a la escritura olmeca en la más antigua de América.
Se han encontrado ciertas inscripciones en algunas estelas que contienen glifos. Según algunos
historiadores, una de estas estelas cuenta la vida de un gobernante, pero todavía no obtiene la
unanimidad de la comunidad internacional. Entre 1991 y 1994 los lingüistas Terrence Kaufman y
John Justeson llevaron a cabo un trabajo de desciframiento que les llevó a identificar la lengua de
las inscripciones olmecas como una lengua mixe-zoque, en particular una lengua antecesora
del proto-zoque y por tanto emparentada algo más distantemente con el proto-mixe. Este
desciframiento muestra que los glifos son de hecho parte de un silabario.
Artefactos
«Altares» rectangulares (probablemente, tronos) como el famoso altar 4 de La Venta, con una
cavidad en su parte frontal que representa una puerta al inframundo, de donde sale un
personaje mitológico que sostiene una cuerda que rodea todo el altar a modo de cenefa.
Estelas, introducidas más tarde que las cabezas colosales, los altares o las esculturas
independientes. En sus inicios eran una simple representación de figuras —como el monumento 19
o la estela 1 de La Venta—, pero más adelante llegaron a representar eventos históricos, en
particular actos que legitimarian a los gobernantes. Esa tendencia culminaría en monumentos post-
olmecas como la estela 1 de La Mojarra, que combina imágenes de gobernantes
con glifos y fechas del calendario de cuenta larga. Otro tipo de artefactos mucho más pequeños
son las tallas de piedra dura en jade de una cara en forma de máscara. El jade era un material
particularmente precioso y sería utilizado como una señal de rango por las clases dominantes. Ya
en 1500 a. C., los primeros escultores olmecas dominaban la forma humana, como atestiguan las
esculturas de madera descubiertas en los zonas pantanosas de El Manatí. Los curadores y
estudiosos se refieren a las máscaras faciales de «estilo olmeca» —cabezas humanas lo bastante
grandes en comparación con el cuerpo del personaje, una combinación de ojos hundidos, fosas
nasales chatas y boca amplia en arco ligeramente asimétrica, con el labio superior grueso (el labio
olmeca, que se ha relacionado con la forma de la boca del jaguar) y un mentón pequeño, con a
veces con una hendidura en la cabeza— pero, hasta la fecha, no se ha recuperado ningún ejemplo
en un contexto olmeca controlado arqueológicamente. Han sido recuperadas en sitios de otras
culturas, incluido una depositada deliberadamente en el recinto ceremonial de Tenochtitlan (Ciudad
de México). La máscara presumiblemente tendría unos 2000 años cuando los aztecas la habrían
enterrado, lo que sugiere que tales máscaras fueron valoradas y coleccionadas como lo fueron las
antigüedades romanas en Europa. Como las artes olmecas estaban fuertemente ligadas a su
religión, que destacaba a los jaguares —creían que en el pasado lejano se habría formado una
raza de «hombres-jaguar» entre la unión de un jaguar y una mujer— el «estilo olmeca» también
combina características faciales de humanos y jaguares.
Destacan también una serie de figurillas de arcilla y piedra, conocidas como miniaturas olmecas,
que se encuentran abundantemente en yacimientos arqueológicos a lo largo del periodo formativo,
y entre ellas, los llamados rostros de bebé, pequeñas esculturas de cerámica de color blanco, con
cara de niño, cabeza grande, ojos almendrados, labios gruesos, ataviadas con un casco, y el
cuerpo en forma de pera. También pueden citarse las hachas Kunz (también conocidas como
«hachas votivas»), figuras que representarían a los «hombres-jaguar» y que aparentemente fueron
utilizadas para rituales. En la mayoría de los casos, la cabeza es la mitad del volumen total de la
figura. Todas las hachas Kunz tienen la nariz plana y una boca abierta. El nombre «Kunz» proviene
de George Frederick Kunz, un mineralogista estadounidense, que describió una figura en 1890.
Otros jades característicos son las llamadas «cucharas olmecas». Las muestras artísticas son muy
complejas y aun hay muchos objetos que se están investigando.
En la zona del istmo de Tehuantepec también se desarrolló la cerámica, que en Barra, Locona y
Ocós alcanza grandes alturas artísticas.
Las principales piezas olmecas han sido recuperadas de los yacimientos excavados y han sido
trasladadas a museos, siendo las mejores colecciones las del Museo de Antropología de Xalapa y
del Parque Museo La Venta, con destacados ejemplares también en el Museo Nacional de
Antropología de la capital mexicana.
1.
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5.
Pero ¿de dónde sacaron las jadeítas, las nefritas, las serpentinas que
han sabido conformar con un arte incomparable, que no ha sido
probablemente igualado y en ningún caso nunca superado en América?
Ningún pueblo civilizado en el Nuevo Mundo ha alcanzado tal nivel en
el tratamiento de piedras duras.