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Cultura olmeca

La cultura olmeca fue una civilización que se desarrolló durante el periodo


preclásico de Mesoamérica. Aunque se han encontrado vestigios de su presencia
en amplias zonas de Mesoamérica, se considera que el área cultural olmeca —
zona metropolitana— abarca la parte sureste del estado de Veracruz y el oeste
de Tabasco. En ese sentido, es necesario hacer la aclaración de que
el etnónimo olmeca les fue impuesto por los arqueólogos del siglo XX, y no debe
ser confundido con el de los olmeca-xicalancas, que fueron un grupo que floreció
en el epiclásico en sitios del centro de México, como Cacaxtla.
Durante mucho tiempo se consideró que la olmeca era la cultura madre de
todas de la civilización mesoamericana.1 Sin embargo, no está claro el proceso
que dio origen al estilo artístico identificado con esta sociedad, ni hasta qué punto
los rasgos culturales que se revelan en la evidencia arqueológica son creación de
los olmecas del área nuclear. Se sabe, por ejemplo, que algunos de los atributos
propiamente olmecas pudiesen haber aparecido, primero en Chiapas o en
los Valles Centrales de Oaxaca. Entre otras dudas que están pendientes de
respuesta definitiva, está la cuestión de los numerosos sitios asociados a esta
cultura en la Depresión del Balsas (centro de Guerrero).
Sea cual haya sido el origen de la cultura olmeca, la red de intercambios
comerciales entre distintas zonas de Mesoamérica contribuyó a la difusión de
muchos elementos culturales que son identificados con la cultura olmeca, incluidos
el culto a las montañas y a las cuevas; el culto a la Serpiente Emplumada, como
deidad asociada a la agricultura, el simbolismo religioso del jade, e incluso, el
propio estilo artístico, que fue reelaborado intensamente en los siglos posteriores a
la declinación de los principales centros de estos tiempos.

Organización política y social[editar]


Los olmecas crearon sistemas políticos centralizados y respaldados por la religión y el poder
hereditario que no tenían paralelo en otros pueblos. La sociedad olmeca llegó a desarrollar
una organización social estratificada compuesta por: los gobernantes divinos, la aristocracia y
la gente común. La existencia de una genealogía aportó los principios de exclusión social y
jerarquización de linajes con el fin de legitimar a los gobernantes y distinguir a la élite de los
demás. El poder de los gobernantes se fortaleció mediante los conceptos, las creencias y las
prácticas religiosas y se afianzó por conducto de su acceso privilegiado a bienes de primera
necesidad, santuarios y de importación. Se trata de una de las sociedades más destacadas y
antiguas de Mesoamérica, se especula que establecieron una política que se caracterizó por
su acoplamiento con lo religioso, por tal motivo se le considera como una civilización
teocrática. De hecho, debido a su gran antigüedad, se desconoce la identidad étnica de sus
integrantes.
Área de asentamiento olmeca[editar]

Yacimientos arqueológicos en el área nuclear olmeca.

Artículo principal: Área nuclear olmeca

A pesar del hecho de que la cultura olmeca tuvo una difusión que alcanzó la mayor parte de
Mesoamérica —excepto en la región de Occidente, que siguió un desarrollo cultural más o
menos autónomo hasta finales del Preclásico—, una de las regiones donde se han encontrado
las evidencias más claras de la presencia de esta cultura es la parte sur de la Llanura Costera
del Golfo de México, comprendida entre los ríos Papaloapan y Grijalva, que corresponde a la
mitad norte del Istmo de Tehuantepec. Actualmente, esta zona corresponde al sureste del
estado de Veracruz y el poniente de Tabasco. Se trata de una zona de un clima cálido y muy
húmedo, condiciones climatológicas que seguramente poseyó también en la antigüedad
precolombina ese lugar.
El área nuclear olmeca es irrigada por caudalosos ríos que bajan de las estribaciones de
la Sierra Madre de Oaxaca y la Sierra Madre Oriental, como el Coatzacoalcos, San Juan
y Tonalá. Debido a la humedad de la zona y de las fuentes de estos ríos, en temporada de
lluvias los desbordamientos de las corrientes son una constante. Aunque en la actualidad la
vegetación de esta región de la República Mexicana ha sido ampliamente modificada por la
acción del hombre, antiguamente estuvo recubierta por una espesa selva tropical, que era el
hábitat de numerosas especies que en la actualidad se encuentran a punto de desaparecer en
el territorio mexicano, entre ellas el jaguar, las aves de plumajes preciosos
como guacamayas y quetzales; reptiles de diversas especies, y mamíferos como el tapir. Este
último considerado por los olmecas como un animal difícil de cazar que solo los más valientes
lo atacaban porque era necesario estar muy cerca de él ya que era una tarea complicada
penetrar su gruesa piel.
La región posee suelos ricos en humus y de espesores considerables. El petróleo crudo brota
a flor de suelo entre la vegetación. Sin embargo, carece de muchos de los materiales que son
característicos de los objetos de estilo olmeca encontrados en esta zona y en otras partes de
Mesoamérica. Entre ellos se incluye la obsidiana, el jade, la serpentina y el cinabrio. Para
obtener piedra sólida para sus materiales, los habitantes de esta región recurrieron a las
canteras de la Sierra de los Tuxtlas —conocida también como sierra de Santa Martha o de
San Andrés—, que les proveyeron de basalto y otras rocas volcánicas que emplearon en la
construcción de templos y en la escultura. Sin embargo, estas fuentes de materiales pétreos
se encuentran a más de cien kilómetros de distancia respecto a sitios como San Lorenzo y La
Venta, lo que puede dar una idea del nivel de organización que se requirió para trasladar —sin
animales de carga y sobre un suelo cenagoso— esos monolitos que se pesan en decenas de
toneladas, hasta los centros políticos de la cultura olmeca.
La palabra "olmeca" significa "habitantes de la región del hule" y fue utilizada por los aztecas
para nombrar a varios pueblos, étnica y lingüísticamente diversos, que ocuparon la región de
Veracruz y Tabasco a través de los siglos. Se desconoce el nombre que se daban a sí mismos
aquellos a quienes llamamos olmecas.
Bajo el término "olmeca" han sido agrupadas dos realidades: un pueblo de la región del Golfo
y un estilo artístico. El estilo olmeca puede verse plasmado en peñas, cuevas, esculturas
grandes y chicas y objetos de barro que se encuentran diseminados por todo Mesoamérica.
De Jalisco a Costa Rica, pasando por Guerrero, Chiapas, Oaxaca, el Altiplano Central y la
costa del Golfo, se han encontrado imágenes de niños-jaguares y otros rasgos propios del arte
olmeca. Se cree que la dispersión de este estilo artístico se debe a que los pueblos del Golfo
crearon una amplia red de intercambios con otras poblaciones lejanas. De este modo, los
símbolos y formas olmecas se integraron a las expresiones artísticas de otras zonas
mesoamericanas.
Asimismo, se le considera olmeca a la "cultura madre" de Mesoamérica debido a que en estas
primeras sociedades se dio inicio a algunas prácticas culturales que se integraron plenamente
a la cultura mesoamericana, como el uso de un patrón urbano de asentamiento, el
establecimiento de una sociedad teocrática, el juego de pelota, entre otras.

Historia
Se estima que los indicios más antiguos de la cultura olmeca son de alrededor de 3000 a. C.,
y los más recientes son aproximadamente del año 400 a. C. La civilización olmeca se
constituyó principalmente alrededor de 3 centros ceremoniales: San Lorenzo, La Venta y Tres
Zapotes, además de manifestarse en otros sitios como Laguna de los Cerros.

San Lorenzo

Cabeza colosal 6 de San Lorenzo, en el Museo Nacional de Antropología.

Artículo principal: San Lorenzo (zona arqueológica)

El centro olmeca más antiguo es el de San Lorenzo (1150 a. C. aproximadamente.), municipio


de Texistepec, situado en la cuenca del río Coatzacoalcos, en el estado de Veracruz. El inicio
del florecimiento de la cultura olmeca en este sitio comenzó alrededor del año 1150 a. C.,
época de la que datan la mayor parte de las esculturas y elementos arquitectónicos que
caracterizan a la cultura olmeca, muchos de los cuales se conservan en el sitio. San Lorenzo
fue saqueado en el año 900 a. C. y las esculturas monumentales sufrieron un intento de
destrucción; algunas se enterraron, y otras fueron trasladadas al centro ceremonial.

La Venta

Pirámide principal de La Venta, la pirámide más antigua de Mesoamérica.

Artículo principal: La Venta

Fue el centro ceremonial más importante de los olmecas. Esta antigua ciudad se distingue por
representar el primer trazo arquitectónico planificado en el México antiguo, su arquitectura
monumental de tierra, su gran acervo escultórico y sus ofrendas de jade, al igual que por sus
ofrendas masivas, únicas en el mundo prehispánico. En los alrededores de La Venta se han
encontrado vestigios culturales que datan de 1750 antes de Cristo, aunque la ocupación
principal se concentra entre el 1200 y el 400 antes de Cristo.2 Cuenta con la pirámide más
antigua de Mesoamérica y también se han encontrado cabezas colosales y tronos, que
merecen especial reconocimiento por el hecho de que para construirlas, tuvieron que ser
transportados los enormes bloques de basalto desde la Sierra de los Tuxtlas, a decenas de
kilómetros de ahí, ya que por ser una zona pantanosa y arenosa, no había piedras. Se cree
que pudo llegar a albergar hasta 20 000 habitantes en ese lugar.

Los Tres Zapotes

Altar 5 en el Parque-Museo La Venta.

Artículo principal: Tres Zapotes

El centro ceremonial de Tres Zapotes fue el último en desarrollarse. Es el más conocido


porque fue el que sobrevivió hasta una época más cercana, pero la civilización olmeca que se
desarrolló aquí fue una cultura ya en decadencia, no el esplendor que vivió en los centros
ceremoniales anteriores.
Estos centros ceremoniales tenían función de ciudades, y en ellos se construyeron
edificaciones de tierra y adobe, por lo cual han perdurado pocos restos. Se construyeron
montículos con templos en la parte superior, lo que se podía considerar como un precursor de
las pirámides mesoamericanas. También construyeron edificaciones en torno a patios
centrales, característicos de las civilizaciones posteriores en la zona. Desde el 900 a.
C. existen pruebas de bruscos cambios políticos; como muestra el intento de destrucción de
algunas de las cabezas olmecas.
Si para la mayoría de los especialistas como Michael D. Coe o Richard Diehl, la cultura
olmeca es originaria de la costa del Golfo (ZMO: Zona Metropolitana Olmeca), para la escuela
francesa promovida por Christine Niederberger3 y desarrollada en particular por Caterina
Magni,4 la cultura olmeca aparece como un conjunto multiétnico y plurilingüístico que se
extiende sobre la mayor parte de Mesoamérica desde 1200 hasta 500 a. C.
La presencia olmeca se certifica en México (costa del Golfo, costa del Pacífico y altiplano
central), principalmente en la zona costera del Golfo de México entre los ríos Papaloapan y
Grijalva, pero también en lugares como Chalcatzingo (Morelos), Teopantecuanitlán (Guerrero).
Más allá de las fronteras mexicanas, vestigios de una presencia olmeca se encuentran
en Guatemala (Takalik Abaj), Belice, El Salvador, Honduras, y Nicaragua.

Economía
La economía de los olmecas estaba basada principalmente en los productos agrícolas, con los
que comerciaban tanto entre ellos como con otros pueblos vecinos, sobre todo con los
pueblos nómadas, principalmente los olmecas reproducían cultivo del maíz, además del frijol,
calabaza, cacao, entre otros.

Religión
Su religión desarrolló todos los temas importantes encontrados en los cultos posteriores.
Tenían una religión politeísta, gran número de sus dioses eran relacionados con
la agricultura y otros elementos como el sol, el agua, los volcanes, animales, etc.
El centro de su religión y culto es el jaguar, y aparece representado en la iconografía olmeca.
Se le representaba con la característica boca olmeca, de forma trapezoidal, con las comisuras
hacia abajo y el labio superior muy engrosado. En muchos casos con colmillos muy
pronunciados, adornos supraciliares y el cráneo hendido. Siempre aparece representado de la
misma manera. No se sabe qué tipo de dios pudo ser. Se cree que pudo ser el origen del dios
de la lluvia, que se desarrollará posteriormente en muchos puntos de Mesoamérica.
Hay muchos animales considerados dioses, como el caimán, sapos, reptiles, todos los
animales de la zona. Normalmente, aparecen mezclados entre ellos, cabezas de unos y
cuerpos de otros, creando seres mitológicos. En ocasiones para sus representaciones
religiosas tienden a la abstracción, con lo cual no se sabe exactamente qué pudo significar la
muerte.
Se cree que pudo ser una religión dinástica, sus dioses estarían relacionados directamente
con los gobernantes, con los señores de los centros ceremoniales, gobernantes con poderes
sobrenaturales, descendientes directos de las divinidades.
Es una religión compleja, que no se ha conseguido descifrar aún. Pero se cree que pudo tener
toda una doctrina aceptada por el pueblo, para justificar, explicar y legitimar a los linajes
gobernantes, las desigualdades sociales, las fuerzas sobrenaturales y establecer vínculos
entre éstas y los gobernantes. La religión estaría institucionalizada, con un cuerpo doctrinal y
su panteón. De esta forma también los líderes gubernamentales utilizaban un símbolo de una
figura de animal para identificarse.
Lengua y escritura
Ya que la cultura olmeca fue la primera civilización en Mesoamérica, se especula que muchos
logros mesoamericanos tuvieron lugar por primera vez en el seno de su cultura. Entre otras
cosas, se acredita a los olmecas el desarrollo del calendario, la escritura y la epigrafía.
Antes de los descubrimientos de 2002, el corpus principal de inscripciones largas constaba de
una docena de inscripciones epigráficas, todas ellas datadas entre 300 a. C. y el 530 d. C.5 En
2002 se descubrió una inscripción que data de 650 a. C.,6 y en 2007 otra de 900 a. C.,7 la cual
supera en antigüedad a la escritura zapoteca y convierte a la escritura olmeca en la más
antigua de América.
Se han encontrado ciertas inscripciones en algunas estelas que contienen glifos. Según
algunos historiadores, una de estas estelas cuenta la vida de un gobernante, pero todavía no
obtiene la unanimidad de la comunidad internacional. Entre 1991 y 1994 los
lingüistas Terrence Kaufman y John Justeson llevaron a cabo un trabajo de desciframiento
que les llevó a identificar la lengua de las inscripciones olmecas como una lengua mixe-zoque,
en particular una lengua antecesora del proto-zoque y por tanto emparentada algo más
distantemente con el proto-mixe. Este desciframiento muestra que los glifos son de hecho
parte de un silabario.

Cuicuilco
Cuicuilco es una zona arqueológica mesoamericana, construida en el periodo
preclásico 800 a. C. a 250 d. C.
Está localizada en el extremo suroeste de la Cuenca de México, cerca lo que fue
el lago de Xochimilco, en la actual Ciudad de México.
Según la anterior cronología, Cuicuilco podría ser una de las poblaciones
importantes más antiguas del valle de México, contemporánea con la cultura
olmeca del SE del Veracruz y Tabasco, que conforman el área nuclear olmeca.
Hasta donde se sabe, fue uno de los primeros grandes centros cívicos religiosos
del Eje Neovolcánico, su población probablemente incluía todos los estratos
sociales y rasgos culturales que caracterizarán a los altépetl (ciudades-Estado) de
la Mesoamérica clásica.1
Cuicuilco fue destruido por la erupción del volcán Xitle, ocasionando migraciones,
reacomodos de la población en la cuenca de México y el abandono de la ciudad.
Con su caída, se consolidó Teotihuacán como centro rector del periodo clásico en
el Eje Neovolcánico.1
En el sitio se conservan ocho edificios religiosos y habitacionales de los múltiples
que existieron, e incluso algunos restos del sistema hidráulico que abastecía a la
ciudad.
Una de las pirámides o templos fue construida en una posición estratégica,
representando el primer intento entre los pueblos prehispánicos por relacionar los
conceptos religiosos con el acaecer cósmico, a través de una creación
monumental.
Etimología.

Parte frontal de la Pirámide de Cuicuilco.

De acuerdo con una investigadora del INAH, Zelia Nuttall opina que Cuicuilco
significa: “Lugar donde se hacen cantos y danzas”.2 Sin embargo, una expresión
como "lugar donde se canta" sería Cuicoyan (cuico, impersonal de cuica, "cantar";
-yan, lugar donde algo se ejecuta); verosímilmente el nombre sea una abreviación
de Tecpacuicuilco, "lugar donde hay jaspe" (de tecpacuicuilli, "jaspe" -tecpatl,
"pedernal"; cuicuiltic, "multicolor"- y -co, sufijo locativo).

Historia.
Fue uno de los primeros y más importantes centros ceremoniales en el valle de
México. Cuenta con un basamento piramidal construido entre el 800-600 a. C.,
que es la principal estructura del lugar.
Cuicuilco fue originalmente fundado como un asentamiento agrícola, pero existe
evidencia de prácticas religiosas tempranas, incluyendo ofrendas de piedra y el
uso de cerámica como Ajuar funerario. La ciudad creció alrededor de un gran
centro ceremonial con pirámides y el área urbana asociada, que incluía plazas y
calles bordeando una serie de reservorios de agua pequeños y poco profundos
alimentados por agua desde las colinas cercanas de Zacayuca y Zacaltepetl. En
su auge, se estima una población de 20,000 habitantes. El sitio tiene terrazas,
varios edificios y canales de riego.
Aunque este sitio fue productor de una nueva tradición cerámica (hacia 600-
200 a. C.), es normal considerar que el entorno de la zona fue configurado por las
varias generaciones que habitaron el lugar.2
La evidencia arqueológica, tanto cerámica como las estructuras arquitectónicas,
indican que Cuicuilco se desarrolló desde el primer milenio antes de Cristo,
durante el Período Preclásico mesoamericano Preclásico, como un pequeño
asentamiento; sus habitantes interactuaban con otros sitios tanto de la Cuenca de
México como de regiones relativamente distantes, por ejemplo Chupícuaro al
oeste y Morelos al sureste.3
Los periodos de ocupación estimados para Cuicuilco sólo pueden ser
considerados tentativos. La ocupación más temprana se estima en el año
800 a. C. Hubo muchas aldeas de agricultores con similar configuración y
distribución de espacios. Durante el periodo 800-600 a. C. se construyeron
estructuras cónico-truncadas con planta circular u ovalada. Los especialistas
llaman a estos sitios cabeceras regionales; al considerar que tenían mayor
jerarquía y funcionaban como centros de integración, eventualmente se
convirtieron en mayores cabeceras regionales.2
Si la enorme pirámide de Cuicuilco es expresión de este incremento, entonces ello
significa que este nivel de desarrollo se alcanzó entre 600-400 a. C., ya que es la
fecha en que se construyó. En caso de ser cierto, el carácter protourbano,
característico de este nivel, podría haberse extendido, también, por
el Preclásico Terminal hasta el debilitamiento de Cuicuilco en el 250 d. C. En este
momento comenzó el desarrollo de Teotihuacán, que en el Clásico fue un centro
urbano muy importante.
Inicio de la cultura

Fotografía de la parte trasera de la Pirámide de Cuicuilco.

A mediados del preclásico medio (ca. 800 a. C.), surgieron aldeas en este lugar,
que lentamente evolucionaron y crecieron, transformándose en villas, para
posteriormente dar lugar a un gran centro urbano cívico-ceremonial hacia fines del
preclásico (ca. 200 d. C.). Como centro urbano, llegó a ser muy importante, con
una sociedad avanzada y jerarquizada en campesinos, artesanos, sacerdotes y
gobernantes.
Existen opiniones de que el desarrollo del lugar, desde su fundación, es por su
posición estratégica, con recursos abundantes y controlando las entradas a los
valles de Toluca, Morelos2 y a la orilla del lago Chalco-Xochimilco.
Bajo esta perspectiva, aunque el lugar era productor, hacia 600-200 a. C., de una
nueva tradición cerámica, también es evidente que el paisaje había sido
configurado por la sucesión de varias generaciones.
Auge de la cultura
Hacia 100 d. C., a fines del periodo Preclásico, Cuicuilco llega a adquirir el
carácter de un centro regional urbano con una población, como ya se dijo, que se
estima en cerca de 20,000 habitantes, comparable con Teotihuacán en esa época
(cf. Sanders, 1981), desarrollo que se ve truncado en el sur de la Cuenca de
México a raíz de la erupción del Xitle, formándose una capa de lava que cubrió
parcial o totalmente las estructuras arquitectónicas cívico-ceremoniales y
habitacionales de la ciudad cuicuilca, cuya extensión se infiere llegó a ser de 400
hectáreas
Características físicas de la cultura
Sus habitantes tenían la costumbre de deformarse la cabeza de forma tabular
directa u oblicua, siendo la primera la más usual; incluso se acostumbraba la
mutilación dental. El promedio de vida era de 51 años, debido principalmente a la
presencia de enfermedades como la osteomielitis.2
Agricultura y alimentación
Por su ubicación, sus pobladores tuvieron acceso a los recursos naturales
lacustres (flora y fauna), ya que se encontraban a aproximadamente 4 km
del Lago de Xochimilco, y se encontraban cerca de la Sierra del Ajusco (cf.
Sanders 1981:173); además existían manantiales y corrientes de agua, que
facilitaron producir alimentos y atender las necesidades de una población
creciente. La base económica propia de Mesoamérica centrada en la agricultura
seguramente fue complementada con la caza, pesca y recolección; la obtención
de madera debió ser sencilla por los cercanos bosques, con terrenos agrícolas en
las inmediaciones de la parte nuclear del sitio, hoy bajo metros de lava volcánica y
edificios.3
Se piensa que la dieta consistía principalmente en maíz, fríjol, calabaza, tomate,
pescado y animales silvestres.
Fin de la cultura
Su declive comenzó a principios del siglo II d. C., propiciando el auge
de Teotihuacán como centro de influencia cultural y religiosa. Entre el 250 y
300 d. C. el volcán Xitle, ubicado en las inmediaciones de la serranía
del Ajusco (náhuatl: atl, xochitl, co, 'agua, florecer, el donde' ‘floresta de aguas’),
también conocido como Sierra del Ajusco-Chichinauhtzin, hizo erupción
sepultando y destruyendo a Cuicuilco y Copilco (una aldea menor
contemporánea). Este desastre provocó la dispersión de la cultura cuicuilca
hacia Toluca y a Teotihuacán, donde se especula que acogieron a una gran parte
de los cuicuilcas e incorporaron muchos rasgos de esta cultura.
Se considera que su declive comenzó a raíz del surgimiento del volcán Xitle lo
cual se ve reflejado con la presencia de deidades del fuego.2
A pesar del abandono de Cuicuilco como gran centro ceremonial, se continuó
haciendo ofrendas hasta el momento en que la localidad fue cubierta por las lavas
del volcán Xitle, lo que ocurrió alrededor del año 250 después de Cristo.2
A principios del siglo XX, el Pedregal fue un lugar atractivo para definir las culturas
antecesoras a las formaciones socioeconómicas teotihuacana y mexica en
la cuenca de México. En los 50tas., las investigaciones en Cuicuilco B
demostraron que el desarrollo del sitio es producto de una dinámica interna.
Los arqueólogos concluyen que Cuicuilco fue una prominente comunidad antes de
la aparición de Teotihuacán como centro urbano, antes de que seis pequeñas
comunidades que algunos arqueólogos creen eventualmente se combinaron para
convertirse en Teotihuacán, estas comunidades ya estaban fundadas y con
pruebas de modesto crecimiento durante el tiempo que Cuicuilco ya estaba
construyendo pirámides y monumentos públicos. La ciudad parece haber sido
abandonado alrededor de 250 d. C. después de la erupción de un volcán
cercano, Xitle, a pesar de que el territorio fue reocupado en una fecha muy
posterior. Cerámica y otras pruebas, sugieren que los refugiados de la catástrofe
volcánica migraron hacia el norte y se convirtieron en parte de la población
de Teotihuacán, cerca de la orilla norte del lago de Texcoco.

Tlatilco
Tlatilco fue una civilización del valle de México, una de las primeras en asentarse
en la Cuenca de México, en las orillas del lago de Texcoco al noroeste de la actual
Ciudad de México. Su ubicación histórica se encuentra en el Período Preclásico
Medio, entre 2500 a. C. y 500 a. C.
Por los restos encontrados, se sabe que los habitantes de Tlatilco conocían y
dominaban la alfarería (de fuerte influencia Olmeca) y la cerámica. Además,
practicaban la deformación craneana y la mutilización dentaria.
Según las más recientes investigaciones[cita requerida], los tlatilcas nunca
desarrollaron el vestido ni algún tipo de lenguaje escrito o de imágenes: de hecho
solían andar desnudos o con el cuerpo pintado de color rojo. Eran inicialmente
cazadores y su tipo de agricultura -hasta antes de la llegada de los Olmecas- era
bastante rudimentaria.

Etimología
El nombre actual, proviene del náhuatl, y significa "oculto en la tierra". Dicho nombre fue
asignado por los pueblos nahuatlacas, debido a que a su llegada al valle, La cultura de
Tlatilco había desaparecido. Se cree que la ciudad estuvo dominada (o influida fuertemente)
por los olmecas (la primera gran cultura de Mesoamérica). (Otro posible significado de la
palabra Tlatilco, puede ser "lugar de tierra negra", de tlalli = tierra, tliltic = negro y co = lugar.)

Historia
Los orígenes de Tlatilco se encuentran en el más temprano desarrollo de El Arbolillo y
Zacatenco del Valle de México, recogiendo las influencias olmecas provenientes de las tierras
bajas. Estas influencias son patentes en las representación de felinos, en los rasgos de
muchas de las figurillas y en la mayoría de las cerámicas. Hacia el siglo VI y s. V a. C., Tlatilco
llegó a su fin como civilización.

Economía
Tlatilco fue una de las primeras sociedades de agricultores de Mesoamérica. La base de la
economía era el cultivo del maíz, aunque posiblemente cultivaban también calabazas y frijoles.
Las semillas eran sembradas con la ayuda de un palo aguzado, en campos que eran
despejados mediante tala y roza. La dieta vegetal era complementada con la caza de aves y
animales que habitaban el lago, tales como peces, patos, tortugas, armadillos, osos y sapos.
También recolectaban frutos silvestres, raíces y tubérculos y tules, los que eran usados para
alimentación y cestería. La presencia de materias primas de zonas alejadas y objetos foráneos
indican que existió un amplio intercambio interregional.

Arte

Reconstitución de la sepultura 154 del templo IV de Tlatilco (MNA, México).

Tlatilco destaca por sus figurillas humanas de cerámica. hay dos clases: unas grandes,
huecas y pintadas de rojo; otras pequeñas, sólidas y manufacturadas con increíble delicadeza
y maestría. Estas últimas casi siempre representan a mujeres jóvenes desnudas, ataviadas
con complejos tocados, breves faldellines o cubiertas con pintura corporal. También hay
representaciones de personajes con dos cabezas, jorobados e individuos deformados o
enmascarados. Se representan vestimentas, personajes y oficios, tales como jugadores de
pelota y contorsionistas. Las vasijas de cerámica exhiben una decoración plástica y un
limitado empleo del color. Las formas más comunes de estas vasijas, que muestran claras
influencias externas, son escudillas, jarrones sin cuello, botellas de cuello largo, jarrones con
tres patas y botellas con asa en forma de estribo. Además, hay vasijas modeladas con formas
de animales y vegetales del entorno, como patos, peces y calabazas.
Era una sociedad diferenciada, en la que existía una elite emergente que no se dedicaba
directamente a producir alimentos, sino que detentaba el poder y el prestigio sobre la base de
una desigual distribución de los bienes. Las tumbas de esta élite muestran ofrendas que
incluyen bienes traídos desde el territorio Olmeca, lo que demuestra que esta élite controlaba
el intercambio y las relaciones a larga distancia.
Culto y Ritos Funerarios

Reconstitución de una habitación preclásica de Tlatilco (MNA, México).

Las sepulturas se localizaban de manera más o menos dispersa, no constituyendo


cementerios como tal. Eran hechas directamente en la tierra y los individuos eran dispuestos
extendidos, acompañados de algunas ofrendas que les servirían en la otra vida, entre las que
destacan las figurillas de cerámica. La iconografía de los objetos que acompañaban estas
tumbas refleja un culto a la fertilidad, particularmente en el caso de las figurillas, que con sus
anchas caderas, senos y sexo destacado, se relacionan con ritos de fertilidad asociados a los
ciclos agrícolas de estos primeros aldeanos.

Patrón de asentamient
Además de ser una de las primeras sociedades en jugar con ella la agricultura en
Mesoamérica, los tlatilcas desarrollaron también uno de los primeros modos de vida aldeano.
Sus poblados, aunque dispersos, abarcaban gran cantidad de hectáreas, principalmente
asociados a los ríos y lagos. No se han encontrado vestigios de sus viviendas, pero se piensa
que habrían sido hechas con materiales livianos y perecederos.

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