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La cultura olmeca, también conocida como la cultura madre, significa ‘los países del hule’.
Esta se desarrolló en el periodo Preclásico, fue una de las primeras en surgir de
Mesoamérica por lo que muchos científicos le dicen la cultura madre.
Los olmecas se establecieron a las orillas de la costa del Golfo de México especialmente en
los actuales estados de Veracruz y Tabasco, las principales ciudades de los olmecas fueron
Tres Zapotes, San Lorenzo, La Venta en los cuales se construyeron los primeros templos,
en donde habitaban los olmecas las lluvias eran abundantes por lo que favorecía la
actividad agrícola.
la cultura olmeca surgió hace más de tres mil años en la región que comprende la parte sur del
estado de Veracruz y el oriente del estado de Tabasco, entre los ríos Grijalba y Papaloapan. La
cultura olmeca está considerada como la primera civilización en Mesoamérica, pero los
arqueólogos han discutido desde hace años si fue una cultura “madre”, cuyas ideas, iconografía y
religión fueron adoptadas por las culturas circunvecinas, o si fue sólo una de las varias culturas
“hermanas” de la región que influyeron en el desarrollo de culturas posteriores, en especial en los
mayas.
“la importancia de la Olmecas: ¿cultura madre o cultura hermana? cultura olmeca en la creación y
difusión del primer estilo unificado y de un sistema iconográfico en Mesoamérica”. Es decir que sí
se trata de una cultura madre, comparable con la griega y la romana en la civilización occidental.
Economía olmeca
Según evidencias arqueológicas se han encontrado artefactos olmecas (hechos con piedras
semipreciosas, como el jade y la obsidiana, y con roca volcánica), en toda la región
mesoamericana, lo que indicaría la existencia de una amplia red comercial.
La actividad comercial hizo posible que los olmecas pudieran crecer y desarrollar sus
centros urbanos, como en San Lorenzo y en La Venta, ciudades que se utilizaron para fines
ceremoniales y actividades de la élite. Las construcciones y los monumentos olmecas
demuestran un avanzado nivel de complejidad y sofisticación de su civilización.
El espíritu de lluvia
El monstruo pez
El aporte más significativo que dejó la cultura olmeca está conformado por las colosales
cabezas talladas en rocas de basalto, de unas 20 toneladas. Estas esculturas datan de antes
del 900 a.C. y, hasta ahora, se han encontrado unas 17 figuras. Ninguna cabeza es igual a
otra, cada una cuenta con tocado único, por lo que sugiere que representan a individuos
específicos.
Los olmecas trasladaron las rocas de basalto desde la sierra de los Tuxtlas de Veracruz
hasta su región (aún se desconoce cómo realizaron esos traslados), y las esculturas se
distribuyeron entre los principales centros urbanos olmecas. Por eso, se cree que estos
monumentos representaban a poderosos gobernantes, quizás, para conmemorar su muerte.
La población olmeca disminuyó de manera brusca entre el 400 y el 350 a.C. aunque no está
claro por qué. Los arqueólogos especulan que se debió a cambios ambientales,
como inundaciones, o debido a la actividad volcánica de la región, en especial del volcán
Xitle, que pudo cubrir las tierras olmecas con cenizas y los obligó a trasladar sus
asentamientos, perdiendo fuerza y poder.