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Introducción

Mucho se oye hablar de ella. Ha llegado a los labios de todos. Niños, jóvenes
y adultos, sin distinción de nacionalidad. La han mencionado alguna vez.
Pero ¿qué es? ¿Por qué es tan fácil hablar de ella, pero tan difícil entenderla?

La fe, tan corta en expresión, pero tan profunda en su significado. Su mejor


definición, la describe como la “certeza sobre algo que esperas” y “la
convicción de algo que aún no puedes ver”. (Hebreos 11:1)

Seguramente, te ha tocado vivir alguna experiencia en la que la única opción


que tuviste fue mirar al cielo y hablar con Él. Sí, hablar con Él, con Dios, o
en otras palabras, orar. Reconocer que sólo (a) no podías, que lo necesitabas,
sin dudarlo.

Por cierto, el “sin dudarlo” lo escribo intencional, porque es que la fe tiene un


gran enemigo, su nombre es: la duda. No podemos estar convencidos de algo
que dudamos. Sencillamente, no es posible. Ante un hecho cualquiera,
siempre tendremos dos opciones, creer o dudar.

“Todo lo que pidas, creyendo, lo vas a recibir” Mateo 21:22. Es un principio,


es una ley que no es abstracta. Es real, y este libro te lo demuestra. Los
testimonios que verás plasmados a continuación, son experiencias reales de
personas como tú y como yo, que vivieron diversas circunstancias, y
decidieron orar, creer y recibieron su milagro.

Sin más que agregar, solo espero que al finalizar este libro, tu convicción por
Él, crezca como nunca antes.
Dios bendiga tu vida. Jennifer Espinoza
1 “Hazme invisible”
Era una mañana hermosa, como cualquier otra, y Enzo, un hombre de
mediana edad, creyente de Dios, se preparaba para asistir a su jornada de
trabajo diaria.

El reloj marcaba las 7:30am, ¡hora de salir!. Tomó el bus de costumbre, y se


dirigió a su trabajo. Al subir, se dió cuenta que habían muchísimas personas
dentro de la unidad de transporte, sin embargo, hizo su mayor esfuerzo para
dirigirse a la parte de atrás del bus.

Al pasar algunas calles, las personas se fueron bajando del bus, y la unidad de
transporte quedo prácticamente sola, permitiendo a Enzo, tomar un puesto
cómodo y disfrutar del trayecto antes de llegar.

Sin embargo, no se esperaba lo que estaba a punto de ocurrir. Dos ladrones,


iban dentro de la unidad, y en fuerte y alta voz dijeron a los pasajeros:
“Saquen todos sus pertenencias. Esto es un asalto. Nadie se mueva o los
mato”.

Inmediatamente, todas las personas que quedaban dentro del transporte


empezaron a angustiarse, y a entregar rápidamente su dinero, carteras y
celulares.

Enzo por su parte, oró vez tras vez: “Señor, guarda mi vida, hazme invisible y
protege todas mis pertenencias”. Él se encontraba ubicado en la parte de
atrás, y los ladrones al mirar hacia donde él estaba dijeron: “La parte de atrás
está sola”.

No lo vieron. No lo robaron. Enzo, testifica su agradecimiento hacia Dios por


haberle guardado del mal.
Enzo Silva Caracas, Venezuela Abril de 2017

En los momentos de mayor dificultad y desesperación, levanta la mirada y


recuerda que Él está por ti y para ti. ¡Sólo ten fé!
“ Más Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no
prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua
confusión que jamás será olvidada.”

Jeremías 20:11
2 Después de un año
Sólo Dios sabe todo el alcance que tú puedes tener, si decides entregarle tu
corazón y tu tiempo a Él. Tanta necesidad en el mundo, que más bien hacen
falta personas que puedan traer luz y esperanza, no solamente a través de una
palabra, sino a través de la manifestación del poder de Dios.

¡Sí! Cualquier persona que tenga a Dios en su corazón, puede ser un portador
del poder de Dios, en todo lugar, solo debes creer y amarle con todo tu
corazón. De este modo, podrás ayudar a otros, tal como esta experiencia que
narramos a continuación:

En el mes de agosto del año 2016, Jorge y Katty Da Silva, líderes de una
congregación cristiana, tuvieron la oportunidad de visitar a una familia en el
sector “Machito”, del estado Vargas, Venezuela. Esta familia, apenas estaba
conociendo a Dios, y tenían muchísima necesidad, tanto espiritual como de
diversos recursos de primera necesidad.

Entre ellos, en esta visita que realizaron, salió dentro de los temas de
conversación, que en ese sector donde ellos vivían no había venido el agua
por más de un (1) año y tres meses. Todas las familias de ese lugar, debían ir
al río a cargar agua, o reunir dinero entre todos para pagar el servicio de un
camión cisterna.

Sin embargo, la familia Da Silva empezó a compartir acerca del poder de


Dios, y todo lo que Dios podía hacer si activaban su fe. Les instaron a orar y
a creer que Dios podía hacer un milagro en su sector y que el agua pudiese
salir por las tuberías nuevamente. Así que Jorge, guió una oración, pidiéndole
a Dios un milagro.

Pasados tres (3) días, el agua comenzó a llegar regularmente por la tubería.
¡Que emoción!, después de más de un año, hubo un cambio, ¡Gracias a Dios!
Jorge y Katty Da Silva Edo. Vargas, Venezuela Agosto de 2016

Si oras, crees y es la voluntad de Dios. ¡Sucederá! En Dios no hay


casualidades.
Jesús dijo: “Y recibirán poder cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo” Hechos 1:8
3 “Billetes de juguetes”
“Estaba empezando el año (2017), y no teníamos trabajo para ese año.
Nuestro negocio es un negocio familiar, y dependemos de las ventas que
podamos realizar, sin embargo, no habíamos cerrado ningún cliente, a
diferencia de años anteriores” afirma Virginia, esposa de Jorge.

“Como es habitual, todas las mañanas aparto un tiempo para orar a Dios y
leer la palabra, y durante ese tiempo, continué orándole a Dios porque nos
abriese las puertas ante nuevos clientes, específicamente, queríamos tener la
posibilidad de cerrar un cliente en moneda extranjera (dólares)” afirma
Virginia.

“El clima económico del país, era sumamente difícil para ese momento y
prácticamente era imposible poder concretar un cliente en dólares, sin
embargo, decidí tener en mis tiempos de oración, 5 billetes de 100 $ del
juego Monopolio. ¡Sí! ¡Billetes de juguetes! , como una señal de que oraba y
creía que Dios nos podía hacer un milagro. En total orábamos por 500 $” me
cuenta Virginia.

El 13 de febrero de 2017, Jorge y Virginia, estaban firmando un contrato con


un cliente, por 1100 $. “Dios nos proveyó en pocos días, un cliente con el
doble de presupuesto que le habíamos pedido. Se cuenta y no se cree, pero
realmente Dios es sobrenatural y donde hay fe, EL actúa”.

¡Gloria a Dios por ellos! ¡Dios es fiel!

Jorge y Virginia Aponte. Caracas, Venezuela Enero de 2017 No importa la estrategia que uses, lo importante es que creas con todo
tu corazón,

y tomes la iniciativa de involucrar a Dios en tu situación, cualquiera sea.


“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y
ruego, con acción de gracias.” Filipenses 4:6-7
4 “Su nombre es Rodrigo”
Una pareja fiel servidora de Dios, desde que se casaron, le pidieron al Señor
la bendición de poder tener un hijo. Transcurrido el tiempo, empezaron a orar
la intervención de Dios en un milagro, ya que los médicos les indicaron, que
existía una alta complejidad en su caso, con respecto a la fertilidad.

Entre oraciones y fe, oraciones y mucha más fe, decidieron que cuando
tuviesen un bebe, su nombre sería “Rodrigo”. Sabían que en la voluntad de
Dios, Rodrigo vendría como un regalo de Dios. De este modo, pasado el
tiempo decidieron que su primer bebe sería adoptado. En este proceso, no
dejaron de orar en que la voluntad de Dios se manifestase, ya que no querían
hacerlo “como una decisión humana”.

En Venezuela, este tipo de procesos legales, suelen durar muchísimo tiempo.


Sin embargo, al establecer contacto con la institución encargada, les
indicaron que sí existía la posibilidad, y que había un bebe esperando por
unos padres llenos de amor. Cuando le preguntaron a los representantes de
dicha institución, cuál era el nombre del bebe que esperaba ser adoptado, los
encargados del proceso les indicaron: “Su nombre es Rodrigo”.

Definitivamente, en Dios no hay casualidades. Tantos años soñando tener un


bebe y ponerle por nombre Rodrigo, y justamente el bebe que estaba
preparado para su adopción tenía ese nombre.
Entre el asombro y la alegría, esta familia acobijó a Rodrigo como un nuevo
miembro de esta familia.
Familia Velázquez Caracas, Venezuela Septiembre de 2016

Recuerdo claramente las palabras de Jesús, cuando enseñó a orar a sus


discípulos, diciéndoles “que se haga tu voluntad, como es hecha en los cielos,
así mismo se haga en la tierra”. Muchas veces queremos que Dios responda a
nuestra forma, pero su voluntad es soberana y buena, y debemos aprender a
entenderla y amarla.

“Venga tu Reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” Mateo 6:10
5 El Dios de la gracia
“Me encontraba en la cola del banco, para pagar el alquiler de mi casa y le
oré a Dios: Señor dame un trabajo de cajera en el banco” cuenta Victoria, una
joven que tenía poco tiempo de conocer a Dios.

Inmediatamente, un compañero de su promoción de estudio, le llamó


indicándole que, por favor, ella le enviase a él, su síntesis curricular, ya que al
parecer se encontraban buscando personal para el Banco Central de
Venezuela. Así lo hizo.

Victoria, era Técnico Superior Universitario, aún no había obtenido el título


de Licenciatura, sin embargo, eso no le atemorizó, sencillamente confió en
Dios y luego de aplicar, fue llamada para un proyecto temporal, junto a otras
150 personas, de las cuales posteriormente seleccionarían 20 profesionales.

¡Gloria a Dios! Era todo un privilegio poder participar de aquel proyecto


temporal, en aquella respetable institución bancaria.

“Casi todos los participantes eran licenciados, solo habíamos tres personas
con el título de Técnico Superior Universitario (TSU), y todos queríamos
quedar trabajando fijo, posterior a ese proyecto” afirma Victoria.

Una vez culminado el proyecto, el personal encargado de aquella institución


seleccionó a los 20 mejores profesionales por su desempeño: ¡Victoria, fue
una de ellas!
“Dios me dio la gracia. Estar en ese ambiente no es fácil. Entre puros
profesionales, uno se siente tan pequeño, pero Dios nos da más de lo que
creemos” manifiesta Victoria.
Hasta la fecha (2017), Victoria tiene 14 años trabajando en el Banco Central
de Venezuela. Reconoce firmemente que sólo Dios pudo abrir esta puerta.
Victoria Nuñez Caracas, Venezuela agosto de 2006

Si Dios está en tu equipo, ten confianza, perteneces al equipo ganador.


“Así pues, no depende de que el hombre quiera o se esfuerce, sino de que Dios tenga compasión.”
Romanos 9:16
6 Cinco toneladas de cosecha
Transcurría el primer mes del año 2016, y todos en la Iglesia, se preparaban
para presentar sus ofrendas de primicia.
Todos los años, como un acto de acción de gracias a Dios y para entregarle lo
primero a Él, se realiza un servicio especial de primicias, el cual significa
“entregar lo primero y lo mejor a Dios”.

En común acuerdo, cada familia presentó como ofrenda a Dios, 1 Kg de


alimento, específicamente de aquellos alimentos que para ese momento no se
hallaban en el país, producto de la crisis económica que enfrentó Venezuela.

Dentro de los principales productos que las familias de aquella congregación


presentaron de ofrenda a Dios, fueron: aceite, harina, arroz y granos.
El motivo de realizar este “acto de fe” era un símbolo de confianza en que
Dios sería su proveedor aun en tiempos de escasez.

Pasadas algunas semanas, dicha congregación, recibió inesperadamente la


invitación de ser parte de algunas de las Iglesias beneficiadas por donativos
de alimentos, de una Iglesia ubicada en Charlotte, Carolina del Norte, Estados
Unidos.

Para el momento en que estos hermanos narraron su testimonio, habían


recibido más de 5.000 Kg de alimentos en calidad de donación, entre los que
resaltan: aceite, harina de maíz, sal, caraotas o frijoles, arroz y otros.
Precisamente, los mismos alimentos que fueron sembrados por estas familias
en la ofrenda de primicias.

“Dios nos ha bendecido con sobreabundancia en tiempos de escasez. Él es


bueno y maravilloso. Adicional, hemos podido bendecir a muchísimas
familias que no pertenecen a nuestra comunidad. Dios nos bendice, para
bendecir a otros” afirma uno de los hermanos de esta congregación.
Pastores de Iglesia DLN Caracas, Venezuela

La ofrenda de primicias,
se encuentra establecida en la biblia en muchos de sus pasajes. Es una ofrenda que se caracteriza por
entregarle “lo primero y lo mejor a Dios”.

“Honra al SEÑOR con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos; entonces tus graneros se
llenarán con abundancia y tus lagares rebosarán de mosto.” Proverbios 3:9-10
7 “Compra el auto más seguro”
Quiero compartir con ustedes, un testimonio que leí a mediados de año
(2017) y que impacto mi vida en gran manera. Este testimonio está plasmado
en el libro “Haz que se arrodille el temor” del Dr. Gary Whetstone (Pag.
110).

Escribo a continuación textualmente las palabras del Dr. Whetstone:

“Uno de mis empleados vino a verme hace algunos años, diciendo que él
había estado orando por mí. El Señor le había dicho que yo necesitaba
comprarme el automóvil más seguro posible. Ahora bien, mi naturaleza es de
negociar y gastar lo menos posible. El tipo de auto que me estaba ofreciendo
era muy caro. Sin embargo, yo reconocí que era la voluntad de Dios.

A pesar de la información natural, la cual me decía que yo no debía gastar


tanto dinero en un automóvil, yo ordené el auto de Florida y ni siquiera se
podía manejar para probarlo primero, lo cual era muy raro para mí.

Antes de que yo hubiese manejado el auto nuevo siquiera 100 millas (160
Km), una persona que estaba manejando su auto a toda velocidad, se estrelló
en contra de mi auto, haciendo pedazos completamente el lado de pasajero de
mi vehículo. Se necesitaron cuarenta y cinco (45) minutos para que los
bomberos y el equipo de emergencia pudieran sacarme del auto.

Si yo no hubiera vencido mi manera de pensar, yo no estaría vivo hoy en día.


Yo obedecí a la voluntad de Dios”
Gary Whetstone Pensilvania, Estados Unidos

Jesucristo es el alfa y la omega, el principio y el fin. Antes y después de Él,


nadie más. Él conoce nuestros tiempos y basado en ello, a través del Espíritu
Santo que habita en sus hijos, puede advertirnos de ciertos

eventos o circunstancias para guardarnos. “No se adormecerá el que te guarda” Salmos


121:3
8 “Un violinista”
Preparándose para el servicio de primicias (día especial que conmemoran
algunas iglesias cristianas, para dar una ofrenda especial a Dios a principio de
año), el equipo de música y canto de la Iglesia DLN, oraba a Dios porque
pudiese enviarles al equipo, un nuevo integrante, específicamente, un músico
que tocase el violín, puesto que no lo tenían.

Esta persona, debía tener dos características principalmente: 1. Que amase a


Dios, 2. Que tocase bien el violín.

Para ello, reunieron el dinero entre todos los miembros del equipo y
compraron un violín nuevo, y como un acto de fe y ofrenda a Dios,
presentaron el violín como “ofrenda de primicia”. Este violín, estaba
destinado en un futuro a ser usado por la persona que Dios enviase como
respuesta a sus oraciones.

A las pocas semanas, una joven violinista, fue invitada a la congregación para
escuchar de la palabra de Dios. La persona que la invito, no tenía
conocimiento acerca de la oración que había hecho el equipo de música y
canto de la Iglesia.

Esta joven violinista, acepto a Jesús en su corazón, y al poco tiempo se


integró al equipo de músicos. Hasta el día de hoy, sirve a Dios tocando su
violín.
Equipo de Música y Canto de la Iglesia DLN. Caracas, Venezuela 2012

Pide conforme a su propósito y voluntad y recibirás.


“Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo” Efesios 4:5
9 “Sin tratamiento”
Emma, una mujer de fe, sufrió un accidente cuando se encontraba en su lugar
de trabajo.

En medio de una jornada de limpieza, resbaló y cayó al piso. El fuerte dolor,


no se hizo esperar. Recibió ayuda inmediata de las personas que se
encontraban cercano a ella, sin embargo, Emma solamente oró y se rehusó a
tomar tratamiento para dicho dolor, con la fe puesta en que Dios le podía
quitar ese dolor.

“¡Así fue! Aunque me insistieron, no tomé medicamentos para el dolor, y


Dios me lo quito” Afirma Emma.
Emma Torres Caracas, Venezuela

Hasta donde alcance tu fe, los milagros sucederán. Hasta donde influencie tus dudas, los
julio de 2017

milagros se limitarán.

“Jesús le dijo: ¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios?” Juan 11:40
10 Una oración sencilla
En medio de la crisis económica más profunda que ha ocurrido en Venezuela,
Norma, una joven caraqueña, cuenta que había pasado más de diez meses
continuos, comiendo el mismo tipo de alimento en sus comidas diarias,
debido a la escasez de los alimentos que aquejaba al país y a los altos precios,
nos dice: “sólo podía comprar lo básico, y entre esas cosas, no había nada
delicioso o diferente”.

“Yo sabía más que nadie, que aun el hecho de poder comer, era un enorme
privilegio, ya que había muchas personas incluso comiendo de la basura, sé
que la provisión en esos alimentos era parte de la manifestación de la mano
de Dios” afirma Norma. Sin embargo, un día empezó a orarle a Dios porque
le permitiera “comer comidas deliciosas”.

Según narra, aunque estaba extremadamente agradecida porque Dios le había


permitido abastecerse de algunos alimentos, había un anhelo en su corazón
por comer alimentos diferentes, los cuales había dejado de ingerir debido al
alto costo de estos.
“Mi oración a Dios, fue muy sencilla, le pedí que permitiese a mi familia y a
mi, comer alimentos diferentes y deliciosos” cuenta Norma.

Pasados los días, fue transferido a su cuenta bancaria una cantidad de dinero
sin ninguna razón. “Recuerdo que ese día desperté, y vi en mi celular una
notificación del banco de una suma de dinero que no estaba esperando, ya
que este número de cuenta casi nadie lo tenía. Inmediatamente pensé: iremos
a hacer mercado” cuenta Norma.

Aquel día, Norma y su familia, fueron a un supermercado y compraron toda


clase de alimentos diferentes. “La alegría de ese día fue indescriptible.
Llenamos el carro del supermercado con muchos alimentos sabrosos y que
teníamos muchísimo tiempo sin comer. Dios había respondido a nuestra
oración” refiere Norma con mucha alegría.
Norma Pérez Caracas, Venezuela agosto de 2016
La oración, no debe ser fingida, ni repetida. Tampoco debe ser religiosa, sino más bien, sencilla,
honesta y muy sincera. La oración es el reflejo sincero ante Dios, de lo que está en el corazón.

“Así que no se preocupen por todo eso diciendo: “¿Qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿qué ropa
nos pondremos?”. Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos, pero su Padre celestial ya
conoce todas sus necesidades. Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una

vida justa, y Él les dará todo lo que necesiten” Mateo 6:31-33


11 De 500 a 1000 $
En la zona oeste de Caracas, a principios del año 2016, un grupo de hombres
armados, se establecieron en uno de los barrios más poblados de la ciudad,
generando desde el principio terror en quienes habitaban en el lugar.

Pasados los días, la banda armada empezó a extorsionar y a amenazar a los


dueños de los negocios de este sector. Dueños de panaderías, salones de
belleza, farmacias, restaurantes, entre otros, fueron avisados de que, a partir
de la fecha que ellos señalaran, por orden del jefe de esta banda, los dueños
de los comercios debían cancelar a la banda de 500 a 1000 $, en moneda
local, según la magnitud del establecimiento comercial.

Inmediatamente, todos los que oyeron la noticia, fueron inundados por una
ola de terror y espanto, al saber que la delincuencia, estaba tomando lugar en
ese sector. Sin embargo, dentro de aquellos comerciantes, se encontraba uno
llamado Martín, barbero de profesión, con temor de Dios, fiel creyente de que
el poder de Dios es sobre todas las cosas y líder activo en una congregación
cristiana.

Martín, tenía establecido su lugar de trabajo en la zona antes mencionada, y


apenas el escuchó lo que estaba sucediendo en su sector, elevó una oración a
Dios diciendo: “Padre, te pido que aquellos jóvenes de esta banda que tú has
destinado para salvación les sea dada una nueva oportunidad y se vayan de
este lugar, y sino desarráigalos” cuenta el.

No habían pasado muchos días, cuando de pronto en medio de un


enfrentamiento policial, la mitad de ellos fue abatida, y el resto de ellos huyó
de esta zona.
“Gracias a Dios, hoy en día esta zona es un lugar de paz” nos dice.
Martín Rojas Caracas, Venezuela febrero de 2016

Cuando te es natural caminar con fe y en fe, tu forma de ver las


circunstancias, cambia. No lo ves de la misma manera. Tu perspectiva ante la
vida es transformada.
“Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; más a ti no llegará” Salmos 91:7
12 “¿Puede cerrar las puertas?”
El siguiente testimonio, es una poderosa experiencia en la vida de Sara, de fe
y del poder de Dios, que he decido plasmar textualmente.

“Volví a la Universidad para obtener una Maestría en Educación con


concentración en Consejería. Era una Universidad católica con profesores y/o
compañeros monjas y sacerdotes. En la clase de Terapias Grupales por lo
general nos sentábamos en un círculo. Un estudiante presentaba un problema
y con la guía del profesor discutíamos el caso.

Cierto día una estudiante presentó el caso sobre cómo podríamos ayudar al
paciente y familia con un enfermo en coma. Una joven mujer, comenzó a
hablar que ella tuvo un tumor en el cerebro, la operaron y pasó varios meses
en coma. Nos dijo que la gente se pone a hablar al lado del paciente pensando
que no oye. Ella oía y entendía perfectamente lo que la gente y su familia
hablaban en la habitación. Terminó diciéndonos que recientemente el tumor
había regresado.

Después de eso, cada día mientras oraba a Dios todas las mañanas me veía en
el salón de clases poniéndole las manos encima. En nuestra iglesia eso no se
acostumbraba a hacer y pensé: Señor, ¿me estás diciendo que le ponga las
manos encima y ore por su sanidad? Nooo, Señor. Jamás he hecho eso. No lo
voy a hacer. Envía a otra persona.

Después de eso la visión continuaba vez tras vez y yo discutía... no, no voy a
hacer eso delante de las monjas que están en esa clase. La Universidad es
católica, me puedo meter en un problema y además, siempre he evitado las
confrontaciones por religión. No quiero polémicas, no me siento capaz...

Pasaron las semanas y un día en la clase la mujer dijo que el cirujano le había
dicho que se prepara para la cirugía, pero el que pronóstico era reservado.
Dijo, no le tengo miedo a la muerte, pero me entristezco por mi esposo e
hijita de dos años.
Al oír esto, sentí como que me agarraban por el cuello y me puse de pie. Mire
al profesor y le dije: ¿puede cerrar las puertas? Me miró con sorpresa, pero
tranquilamente cerró las dos puertas del salón.
Dije... lo que voy a hacer No quiero hacerlo, pero siento que Dios me está
obligando... mis piernas temblaban, mis manos, mi voz, todo mi cuerpo...

Le dije a la mujer: ¿crees que Dios te puede sanar? En un grito dijo - Siiii.
Dije, pasa al frente y arrodíllate. De un salto lo hizo. Mire a los compañeros y
dije - Si alguno de ustedes cree que Dios puede sanar está mujer, venga y
ponga las manos sobre ella. Como movidos por un resorte TODOS pasaron
adelante, algunos se arrodillaron al lado de la mujer y pusieron sus manos
sobre su cabeza y hombros.

Saque mi Nuevo Testamento de mi cartera y leí Marcos 11:23-26. Dije: si


alguien tiene en su corazón algo para perdonar pida y otorgue perdón, para
que el Señor responda nuestro ruego. Hubo un silencio total aunque algunos
sollozaban ...y entonces ore, pidiendo a Dios que honrara la fe con la cual le
estábamos implorando sanidad para la mujer. Al decir Amen, levante a la
mujer y dije - tu fe te ha sanado. Dale la gloria a Dios. Todos la abrazaban.

La clase se terminó y salimos. Al estar recogiendo mis cosas se me acercó


otra estudiante y me dijo: Sara, Dios ha hecho otro milagro. La mire
sorprendida y me dijo. No he venido a clase hace varias semanas porque
estaba en cama con un terrible dolor de espalda. Hoy decidí venir y le pedí a
mi esposo que me trajera, aunque casi no podía caminar. Cuando oraste sentí
un calor y mi dolor desapareció. Y empezó a alabar al Señor. Me abrazo y
salimos.

Semanas después la mujer vino a la clase con el rostro radiante. ¿Saben?,


dijo, el cirujano me citó para que me prepara para la operación. Le dije que
Dios me sanó. Me miró como si yo estuviera loca. Le dije, hágame un CT
Scam. No quería hacerlo, pero insistió. Me llamo después y me dijo: el tumor
desapareció. Le dije, ya se lo dije, Dios me sanó. Todos reíamos y
alabábamos al Dios.

Nos graduamos, perdí contacto con la mujer. Años después mi esposo fue
pastor en una iglesia de esa ciudad. Quise buscarla y recordé que su esposo
trabajaba en la Universidad. Lo busque, me dio la dirección y llegue a su
hogar. Estaba hermosa, radiante diría yo. Me dijo que era maestra de niños de
kindergarten en una escuela pública. Era miembro de una iglesia evangélica y
enseñaba una clase de niños en la Escuela Dominical.

Muchas veces me he preguntado, que habría pasado si no hubiera obedecido


la indicación del Señor. Dios reciba siempre toda honra y Gloria por Su
misericordia.”
Sara de Hernández Caracas, Venezuela año 1988

El temor es el principal enemigo de la fe, no permitas que te paralice. Cree y


vivirás las mayores experiencias de fe.
“ Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra,
expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente” Mateo 10:8
13 “Pude regresar”
Trabajaba en un reconocido e importante banco de la ciudad de Caracas.
Tenía un empleo estable y una hermosa familia muy creyente de Dios. Ése
era Jonathan.
Por motivos personales, él tomó la decisión de renunciar a su trabajo estable
y perseguir un gran anhelo de su corazón, llegando incluso a mudarse de
ciudad.

Con el pasar del tiempo, se dio cuenta que la decisión que había tomado
había sido errada. “No me fue como yo esperaba, y había salido con las tablas
en la cabeza” afirma Jonathan, haciendo uso de una coloquial expresión
venezolana, para indicar un momento de problemas o fracaso.

“Lo peor, era que ahora no tenía empleo y tenía una familia que mantener.
Así que empecé a vender hortalizas, al mismo tiempo que mi familia y yo,
empezamos a orar, pidiéndole a Dios que me abriese las puertas en un
empleo” afirma Jonathan.

“Podía aceptar cualquier empleo sinceramente. Realmente necesitaba el


trabajo. Pero esa semana, después de orar, me llamaron del banco donde
anteriormente trabajaba para ofrecerme una oferta laboral, sin yo haberles
contactado nuevamente” nos cuenta.

“Existe una política bien arraigada en este banco, si una persona renuncia o es
despedida. La institución debe esperar hasta un año para poderla considerar
nuevamente.” nos cuenta.

Sin embargo, no había pasado esa cantidad de tiempo y Dios había abierto la
puerta una vez más. Aún sus compañeros, no se explicaban como la
institución había ignorado esta regla y le había vuelto a contactar a el.

Definitivamente, sólo Dios.


Jonathan Delgado Caracas, Venezuela

El no tiene problemas en mover “lo que sea” para bendecirte y responder a tu


fe. Sólo cree.
“¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?” Juan 11:40
14 “Papeles que volaban”
Días de intenso trabajo y arduas tareas escolares, así era el día a día de la
familia Díaz. Una linda familia venezolana, compuesta por sus dos padres y
tres hijos.

A mediados del año 2014, la familia Díaz, acordó tomar tres días de
vacaciones, en un pueblo venezolano llamado “Higuerote”, ubicado en el
estado Miranda, típicamente conocido por sus playas.

“Antes de concretar estas vacaciones, reunimos a nuestros tres hijos para


indicarles que motivado a que no disponíamos de mucho de dinero, la
condición para concretar este viaje, es que no habría dinero para comprar
dulces, ni chucherías” afirma Mari.

Y así fue, sus tres hijos aceptaron aquella condición de sus padres y días
posteriores, la familia emprendió su viaje.
“Cuando íbamos de camino a Higuerote, empezamos a ver papeles que
volaban en la autopista. Eran como volantes. Nos pusimos a mirar con
detenimiento y gritamos: ¡Es dinero!” afirma Mari.
¡Dinero que volaba! Literalmente, así que estacionaron el automóvil y toda la
familia se bajó a recoger billetes del suelo, que posteriormente fueron
destinados para el disfrute de la familia.
“Dios nos sorprendió ese fin de semana de esa manera. Él es maravilloso, fiel
consentidor y detallista. Mis hijos jamás olvidan ese testimonio” afirma Mari.
Familia Díaz Higuerote, Venezuela

Con frecuencia creemos que Dios puede proveernos para suplir una necesidad, y ¿para los deseos no?
¡Pues sí! La fe no se limita únicamente a algo que necesites,

Dios puede suplir incluso para algo que desees. “Deléitate asimismo en Jehová y Él te concederá las
peticiones de tu corazón” Salmos 37:4
15 “En efectivo”
Una mujer de fe, esa era Fabiola, quien le había orado a Dios porque le
permitiese vender su apartamento “en efectivo”. Nos narra, que en esa
oportunidad no quería venderlo a través de créditos bancarios, así que decidió
pedírselo al Señor de ese modo.

“Padre, te pido que envíes un ángel. Que me pueda comprar el apartamento


de contado”, afirma Fabiola.
Luego de poner en venta el apartamento, y en medio de una fuerte crisis
financiera, había pocos interesados en el inmueble.

Los meses pasaron, y tan solo tres (3) personas interesados se acercaron. Sin
embargo, estas personas disponían únicamente la opción de compra a través
de créditos bancarios, y peor aún, luego de estar completamente decididos, se
iban y finalmente no compraban el apartamento.

Fabiola narra que nunca perdió la fe, y se mantuvo firme en su oración


inicial: “Un ángel que pueda comprar en efectivo”.
Cuatro meses posteriores a la publicación del apartamento, un hombre
procedente de China, llamó interesados por el apartamento y les indicó que él
podía comprar el apartamento en efectivo.
Y así fue. Fabiola pudo vender su apartamento tal como le había orado a
Dios.
Fabiola Gutiérrez Caracas, Venezuela

Aunque las circunstancias digan lo contrario, ¡levántate y cree!


“Por eso les digo: crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán”
Marcos 11:24
16 Más de lo que pedí
“Tenía muchas ganas de salir de vacaciones. Le oraba a Dios porque me
permitiese ir con mi familia a Mochima (sitio turístico venezolano), aunque
humanamente no era posible, puesto que por la situación económica del país
no había dinero para ello” nos cuenta Angélica.

No habían pasado muchos días, cuando un primo de aquella familia, les


llamó e invitó a pasar varias semanas en las playas de Cancún, México, con
todos los gastos pagos, para ella y su familia.
¡Impensable! Pero Dios lo hizo.
Con una sonrisa en su rostro nos dice: “El respondió a mi oración. Él nos da
más de lo que pedimos definitivamente” manifiesta Angélica.
Angélica Tovar Caracas, Venezuela diciembre 2011

Mi invitación es que dejes de ver las limitaciones y empieces a considerar a


Dios en tu vida, a tal punto que cada una de las áreas que te involucran sean
llenas por su presencia. Ten Fe y no dudes que para Él no hay nada
imposible.
“A Dios que, desplegando su poder sobre nosotros, es capaz de realizar todas las cosas
incomparablemente mejor de cuanto pensamos o pedimos” Efesios 3:20
17 “Se han metido con un hijo de
Dios”
A principios del año 2014, un sábado de madrugada, la familia Moreno
López se preparaba para asistir a un servicio cristiano de oración que su
congregación realizaba a las 6 de la mañana, cada ciertos sábados del mes.

Aquel día, cuando todos los miembros de la familia estuvieron listos, bajaron
y esperaron al padre de la familia, a que sacase la camioneta del
estacionamiento de la casa.

Segundos antes de todos subirse a la camioneta, un carro pequeño de color


negro, pasó frente a la casa, dio un leve giro y retorno muy cerca de ellos.
Inmediatamente se detuvo el automóvil, y se bajaron del mismo dos hombres
fuertemente armados.

Aquellos hombres empezaron a gritarle a aquella familia: “esto es un robo,


denos las llaves de la camioneta” cuenta uno de los familiares.
¡Se llevaron la camioneta!

El padre, de aquella familia, Robert, les gritó tres veces en tono fuerte: “No
les irá bien, puesto que se han metido con un hijo de Dios”. Y de esta forma,
la familia Moreno López un poco estremecida por lo que había acontecido, se
dirigió de igual manera al servicio de oración que tenían en su Iglesia.

En aquel servicio, cuando pidieron orar por algunas peticiones personales,


toda la congregación que asistió aquel día, oró a Dios fervientemente por el
robo que habían experimentado la familia Moreno López, clamando por
justicia y pidiéndole a Dios que pudiesen recuperar dicha camioneta.

Al final de aquella tarde, llamaron al teléfono de Robert: ¡La camioneta había


aparecido!
“Sabemos que fue Dios, quien obró en esta situación. Pudimos recuperar
nuestro vehículo gracias a Él” afirma Robert.
Familia Moreno López Caracas, Venezuela 2014

En las buenas y en las malas, Dios es fiel. En las buenas y en las malas, se fiel a Dios.
“Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación” Salmos
32:7
18 “Hizo invisible a mi bebé”
Como parte de la recreación en familia, Teresa y Victor, tenían un viaje
previsto para el pueblo de Barlovento, estado Miranda, con el fin de visitar a
la madre de Teresa.
Teresa y Victor, decidieron emprender este viaje a pocos días de que su bebe
“Jason” hubiese nacido.

Una vez llegaron a aquel pueblo, Teresa nos cuenta una terrible experiencia
que vivieron como familia días después de haber llegado: “estábamos en casa
de mi mamá, en horas del mediodía, cuando de pronto salgo de uno de los
cuartos, vi que dentro de la casa había dos hombres fuertemente armados,
seguido de ocho hombres más. Diez en total” afirma Teresa.

“Su intención era robar todo lo que había en la casa de valor. A mi esposo y a
mí nos amarraron, y nos apuntaban con armas de fuego, insistiéndonos que
les informásemos donde se encontraban todas las cosas de valor” cuenta
Teresa.

Por su parte, el bebe recién nacido de esta pareja, se encontraba durmiendo en


su cuna, y en aquella madre en su angustia cuenta: “empecé a orar en voz
alta, y aunque no tenía mucho conocimiento de la palabra pues estaba
empezando, El Señor me escuchó” dice Teresa.

“Ellos me mandaban a callar, y yo oraba aún más alto diciendo: <<nos


cubrimos con la sangre de Cristo>>” afirma.

Una de las cosas que querían aquellos ladrones eran secuestrar al bebe,
Teresa manifiesta: “Deseaban llevarse a Daniel, para luego pedir rescate.
Aquellos hombres se asomaban en la cuna, levantaban la malla y escuché que
decían: <<no está el bebe>>”.

Una vez extrajeron todas las cosas que deseaban llevarse de la casa, lo
montaron todo en la camioneta de la mamá de Teresa y se marcharon. A los
pocos metros de haber arrancado, la camioneta se apagó y no prendió más.
¡Aquellos ladrones tuvieron que huir!

“Dios hizo invisible a mi bebe para que no se lo llevasen, y nos guardó


inmensamente” afirma Teresa.
Teresa López Barlovento, edo. Miranda
agosto 2016

Si apenas estás conociendo a Jesús, no temas. No necesitamos mayor


conocimiento para ver el poder de Dios, tan solo necesitamos fe.
“Alzaré mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová que hizo los
cielos y la tierra” Salmos 121:1
19
“Inmediatamente”
Era un martes, recuerdo bien. Me encontraba en una reunión de jóvenes
cristianos, en una de esas actividades donde el líder que preside da lugar para
que todos compartan sus experiencias y testimonios con el resto de los
presentes.

Cuando de pronto, una de las jóvenes presentes, de unos de 16 años


aproximadamente, se levanta y comenta su experiencia con algo de timidez:
“en estos días, mi hermana pequeña, le dio una fiebre muy alta, todos en la
casa nos preocupamos, pero como familia nos pusimos a orar por ella” nos
contó.

Inmediatamente de orar, dice: “al terminar de orar, la fiebre se fue”.

Cuando una experiencia es real, y marca la vida de alguien, llegas al punto de


transmitirlo al resto de los que te rodean con esa convicción llena de fe, que
también puede marcar positivamente a quienes te escuchan. Esa fue la
historia de Ana Rojas.
Ana Rojas Caracas, Venezuela 2017

Él está atento al clamor de sus hijos, hoy y siempre.


“Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, vio que la suegra de Pedro estaba en cama y con fiebre. Jesús
le tocó la su mano y la fiebre la dejó. Entonces ella se levantó y empezó a atenderlos.” Mateo 8:14-15
20 “No pasó una semana”
Transcurría el mes de mayo de 2016, aparentemente un mes como cualquier
otro, sin embargo, el negocio de la familia Nieto, empezó a atravesar por una
serie de dificultades económicas. “Ya teníamos varios meses trabajando con
muy pocos clientes y nuestros ingresos habían disminuido” nos cuenta
Daniela.

Ella recuerda una noche en particular en la cual preocupados porque las


finanzas ya no eran suficientes para pagar las deudas y poder salir adelante, la
familia se reúne y deciden orar, pero antes de hacerlo, se pusieron de acuerdo
en lo que pedirían a Dios. Acordaron que la petición sería específica: que
pudiesen cerrar tres contratos con clientes diferentes en ese mismo mes de
mayo.

“Aquella noche nunca la olvidaré. La oración fue simple, queríamos que Dios
pudiese hacer un milagro financiero. Algo que parecía imposible, por la crisis
a nivel nacional, pero aun así decidimos creerle a Dios como familia” afirma
Daniela.

“No paso una semana, y Dios nos permitió concretar tres nuevos clientes. Tal
cual como se lo pedimos, Él nos dio tres. Estamos infinitamente agradecidos”
nos dice Daniela con extrema alegría.
Roberto y Daniela Nieto Caracas, Venezuela agosto de 2016

Oraciones específicas, traen respuestas específicas. “Y todo lo que pidáis en oración,


creyendo, lo recibiréis” Mateo 21:22
21 “Lista para morir”
Transcurría el año de 1983, cuando Eunice y su familia tuvieron una
aterradora experiencia con un fuerte fenómeno natural, justo cuando se
encontraban dentro de su automóvil. Era una tormenta.

“A pesar de que dicha tormenta no alcanzó el nivel de un huracán, es


traicionera, porque uno piensa que el agua no esta tan profunda y se va
metiendo poco a poco. Como no se veía, el carro se empezó a hundir, se
apagó y quedamos a merced del agua” afirma Eunice.

“No quiero ni recodarlo. Yo me entregué a Dios lista para morir” dice.


Adicional a ello, y para empeorar aún más la situación, dentro de este
automóvil se encontraban mujeres y niños, lo que acrecentó aún más el nivel
de tensión y angustia.

“Al ver esta situación comencé a cantar himnos cristianos para calmarlos”
nos dice, cuando de pronto, su esposo metió la llave, y el carro prendió.
Finalmente, pudieron salir ilesos, y Eunice afirma con inmensa alegría “nadie
murió allí”.

Al pasar con el carro un poco más adelante, toda la familia pudo observar
muchísimos carros volcados, y posteriormente se enteraron que todas las
personas que salieron de los carros en ese momento, fueron llevadas por la
corriente, y fallecieron.
Eunice Hernández Aibonito, Puerto Rico año 1983

Aun al borde la muerte, sé que Dios estará con aquel que clame a Él.
“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu
vara y cayado me infundirán aliento” Salmos 23:4
22 “Una muñeca bailarina”
En medio de la crisis económica venezolana, tuve la oportunidad de conocer
el testimonio de provisión de parte de Dios, de 200 juguetes para los niños de
una congregación cristiana, en la ciudad de Caracas.

Los pastores de aquella congregación, tuvieron que realizar un viaje a


Estados Unidos, a mediados de agosto de 2017, en dicho viaje, fueron
invitados a almorzar por una mujer que deseaba conversar con ellos.

Entre otras cosas, aquella mujer que no era cristiana, les indicó que le
gustaría durante los siguientes meses trabajar junto a un grupo de personas
amigas, por los juguetes de los niños de aquella congregación, para ser
entregados en las fechas decembrinas.

Así fue, para la tercera semana de diciembre de 2017, el cargamento de


juguetes llegó a la congregación. ¡Gloria a Dios!

Supimos luego, que, en este grupo de niños, se hallaba una niña de 8 años de
edad, que estuvo orándole a Dios por “una muñeca bailarina” para navidad.
Inesperadamente, el día de la entrega de juguetes, el obsequio que le
correspondió a esta pequeña fue: una muñeca bailarina.

¡La única muñeca bailarina que llegó en este cargamento de 200 juguetes! Le
correspondió a esta niña.
Nathaly Gómez Caracas, Venezuela 2017

En Dios no hay casualidades. “Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi


voz.” Salmos 55:17
23 “Sin mentiras”
Mónica nos relata:
“Mi relación con Dios estaba bastante mal. Sencillamente, me había dejado
envolver por muchas cosas que me distraían, y por un buen tiempo, perdí el
enfoque de lo que Dios quería para mí.
En medio de ese tiempo, me invitaron a asistir a un congreso cristiano, fuera
de mi ciudad. Sabía que debía asistir, porque sabía que debía hacer algo con
respecto a mi relación con Dios.

Sin embargo, cuando vi las fechas del viaje, me percaté de que coincidía con
un examen muy importante en mi Universidad. Este examen, era de la cátedra
de un profesor sumamente estricto, el cual nos decía que bajo ningún
concepto el repetiría evaluaciones a nadie.

Me encontraba en una encrucijada, entre asistir al congreso cristiano, en el


cual sabía que Dios me hablaría, o quedarme en la ciudad y asistir al examen.
Luego de pensarlo bien, me decidí. Me iría al congreso y oraría con mucha fe
para que posterior al viaje, me pudiesen realizar el examen, algo
humanamente imposible.

Tal como me lo había imaginado, desde el primer día en aquel congreso


cristiano, Dios me abrió los ojos en ciertas cosas de mi vida, y me permitió
entender muchas otras, que han sido claves importantes para mí, desde
entonces.

El día del examen, yo me encontraba aun fuera de la ciudad. Oré al Señor,


justo mientras los del grupo de música de alabanza entonaban el cántico
“Cuan grande es Dios” y le pedí que: hiciese un milagro, que moviese el
corazón del profesor y me permitiese presentar el examen al regresar. Algo
humanamente imposible.

Días después, todos mis amigos de la universidad, me hacían comentarios de


que había perdido la materia, de que no me harían el examen, entre otros. Sin
embargo, había decidido conversar con el profesor, sin mentirle, ni inventar
nada, solo con la confianza de que Dios me daría favor y gracia ante este
profesor.

Y así fue. Apenas conversé con el profesor, muy amablemente accedió a


realizarme el examen, sin preguntar, porque había faltado aquel día. Parece
algo simple, pero sé que Dios tuvo cuidado de mí en esta área, y fui
doblemente bendecida, porque este tipo de cosas nunca suceden. Sólo Dios
puede mover el corazón de un estricto profesor”.
Mónica Piña Caracas, Venezuela mayo de 2011

El Señor Jesús, dice en su palabra que Él nos llama, a nuestro corazón. Si has
sentido su llamado, atiende
a su voz, sin importar lo que tengas que dejar atrás, se que Él te respaldará,
como en el caso de esta joven.
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con
él, y él conmigo” Apocalipsis 3:20
24 “Dios me lo concedió”
¿Cuántos anhelos? ¿Cuántos sueños que reposan en el corazón?... Algunos
incluso, ya duermen. No creemos que pueda suceder “a estas alturas de la
vida” como dicen los venezolanos, pero si existe una “chispa de fe” Dios
puede obrar a tu favor y conceder el deseo del corazón.

Este testimonio, narra el anhelo de una mujer creyente de Dios llamada


Isabel.

Aunque Isabel tenía a su madre biológica, a quien amaba, desde muy


jovencita tomó un amor profundo y especial por una de sus tías. “Nos
disfrutamos la una a la otra, de una manera que solo entendían nuestros
corazones” afirma Isabel.

Esta tía, era su segunda madre prácticamente. A medida que avanzaron los
años, su tía fue padeciendo de ciertas enfermedades muy difíciles, sin
embargo, cada vez que parecía que “se iba”, salía fuerte y llena de salud de
aquellas crisis de salud.

Al envejecer, la familia decidió llevarse a la tía al extranjero con el fin de


brindarle mayor atención médica, sin embargo, esto implicaba la separación
de estas dos grandes amigas de tanto tiempo, Isabel y su tía.

“Mi oración a Dios era que me permitiese estar con ella el día que partiese al
cielo” afirma Isabel. Debido a lo viejita que se encontraba su tía.
Aunque hablaban casi todos los días por teléfono, la distancia y la nostalgia
era notoria. Ya no podían mirarse semanalmente, y disfrutar una de la otra.

En diciembre de 2017, una de las primas de Isabel decidió pagar un boleto


aéreo para que Isabel pudiese pasar navidades con la familia, sin embargo,
por problemas administrativos de la aerolínea no se pudo dar este viaje.

Uno de sus familiares, insistió comprando un segundo boleto por otra


aerolínea, para que Isabel pudiese asistir aquella navidad.
A pocas horas de realizar el viaje, a la tía de Isabel le dieron dos derrames
cerebrales. Al llegar, Isabel acudió a toda velocidad a ver a su amada tía,
quien se encontraba en terapia intensiva, casi ya inconsciente por lo sucedido.
“Cuando estuve allí con ella, en aquel lugar, canté alabanzas a Dios, le di
gracias por la vida de mi tía y por todo el amor que me dio, le canté, le oré, le
leí la palabra de Dios” afirma Isabel. Mientras cantaba una de sus últimas
canciones, la tía de Isabel partió al cielo.

Aunque Isabel no tenía dinero para viajar, vimos la mano de Dios al mover
voluntariamente, a dos de sus familiares en insistir para que ella estuviese con
ellos aquella navidad, y aun sin saberlo, Dios fue fiel y respondió a su
oración, permitiéndole estar con su tía en el momento que partió al Cielo.

¡Solo Dios sabe todas las cosas!


Isabel Russo Caracas, Venezuela 2017

Conecta tu corazón, al corazón de Dios. Cuando hables con El, tus mensajes
llegarán directo a su bandeja de entrada, y ten por seguro, que no olvidará
responder a los mensajes. Él es fiel.
“Y esta es la confianza que tenemos delante de[a] El, que si pedimos cualquier cosa conforme a su
voluntad, Él nos oye. 15 Y si sabemos que Él nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que
tenemos las peticiones que le hemos hecho.”
1 Juan 5:14-15
25 No negociable
Por diversos motivos de peso, Ángela, se vio en la necesidad de renunciar a
un trabajo en el cual había permanecido durante un largo tiempo.

Inmediatamente, inició su proceso de postulación a diferentes empresas. Sin


embargo, pasaron los días, semanas, y meses, y no encontraba ningún
empleo. Cada vez más, la situación se tornaba más difícil, sobre todo en un
clima económico de alta inflación y escasez.

Al cumplir un año en esta situación, en medio de una predicación en su


congregación, algo cambió. “Ese día, toda la predica fue para mí, la persona
que estaba predicando habló que era necesario romper espiritualmente con
ciertas cosas que habían impedido nuestra victoria. Pasamos al frente, todas
estas personas, y oramos, presentando éstas áreas a Dios” cuenta Ángela.

Esa misma semana, recibió seis (6) llamadas, de seis (6) empresas diferentes.
¡Gloria a Dios! Esta noticia, fue de muchísimo gozo para ella.

Luego de recibir el entrenamiento correspondiente en una de las empresas.


Los jefes les indicaron a los postulantes, que cada uno de ellos, debía
concretar al menos la venta de dos (2) productos, para poder quedar
contratados en dicha empresa.

Sin embargo, Ángela se empezó a dar cuenta, que los supervisores estaban
sobornando a los postulantes para que pagasen por “posibles clientes
potenciales” y asegurar su cupo en el trabajo. Cuando ella se dio cuenta de
esto, sintió en su corazón, que esta acción no era honesta.

Ella manifiesta que fue una de las pocas personas que no accedió a esta
posibilidad. Caso contrario a sus demás compañeros que decidieron optar por
el soborno. Así que oró al Señor pidiendo su ayuda y su justicia en ese lugar.

Al final de la jornada, Ángela fue una de las pocas candidatas que logró
concretar las ventas, y finalmente iniciar a laborar nuevamente, después de un
año. ¡Le doy gracias a Dios por haberme ayudado! afirma Ángela.
Ángela Mejias Caracas, Venezuela
Julio de 2017

El mundo está lleno de injusticias y tinieblas, pero los hijos de Dios debemos ser diferentes.
Resplandecer con la luz que Él ha puesto en nosotros, y glorificar al Padre mediante nuestro testimonio,
donde quiera que estemos.

Y Jesús dijo: “Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y
glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Mateo 5:16
26 “En el nombre de Jesús, te vas”
Los esposos Mendoza, Leonardo y Elizabeth, una joven pareja de la ciudad
de Caracas, decidieron salir una noche a comprar algo de cenar. Pensaron que
hamburguesas era la mejor opción, así que se dirigieron al cajero más cercano
a retirar el dinero necesario para pagar la cuenta.

Pasando por una calle, oscura y sola, les salieron al encuentro, dos (2)
hombres armados con cuchillos, e inmediatamente tomaron Leonardo como
rehén, exigiéndoles les entregase todo el dinero, a lo que el respondía con
firmeza: “No se los daré”.

Inmediatamente, Elizabeth empezó a gritar estas palabras: “En el nombre de


Jesús te vas”. En ese momento, uno de los hombres armados abrazó a
Leonardo, y le dijo: “perdónanos hermano, nosotros con los evangélicos no
nos metemos”, y se fueron.

La familia Mendoza Durán, hoy testifica de como Dios les ha guardado.


Familia Mendoza Durán Caracas, Venezuela Agosto de 2016

No es magia. Es fe. Es la certeza de saber que no estás solo, sino que Él, está
contigo. Él es más poderoso que cualquier persona o circunstancia. Así es Él.
“Así que humíllense delante de Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes” Santiago 4:7
27 Más allá de lo normal
Hay cosas que parecen increíbles, y esta es una de ellas, pero todo es cuestión
de fe. Porque definitivamente que “las cosas imposibles”, sí suceden.
Gabriela, una joven que se describe como una mujer que cree en Dios, “más
allá de lo normal, la esencia de Dios es sobrenatural. No se limita a las leyes
naturales” nos dice.

Gabriela, era una mujer trabajadora, que desempeñaba sus funciones


laborales en una reconocida empresa venezolana. Sin embargo, el salario que
devengaba no le permitía cubrir todas sus necesidades, por lo cual, solía
administrar su dinero lo mejor posible.

A finales del mes de octubre de 2015, Gabriela había asistido a su trabajo,


como de costumbre, sin embargo, ese día, debido a la rapidez con la que salió
de su casa, se dio cuenta que había olvidado el desayuno. “Apenas me di
cuenta, me preocupé, puesto que yo sabía que en mis cuentas bancarias no
había nada de dinero. Sin embargo, busque un lugar donde pudiese desayunar
pagando con mi tarjeta de crédito” nos dice Gabriela.

Para su sorpresa, y luego de ordenar, su tarjeta de crédito fue negada. No


tenía más. Así que, preocupada y entristecida, decidió regresar a su trabajo
con el estómago vacío. “Esto nunca me había sucedido. Literalmente, no
tenía dinero para comer” nos dice Gabriela.

Sin embargo, decidió orar. “Muchos pensamientos de tristeza quisieron venir


a mi mente en ese momento. Pero me paré y me fui al baño de la oficina a
orar. Le dije a Dios: Padre, yo sé que soy tu hija, yo sé que tú puedes
proveerme el dinero para mi desayuno, sé que para ti no hay nada imposible”
oró Gabriela.

Inmediatamente, luego de orar, nos dice Gabriela: “Baje a la misma tienda


que había ido, y pedí pasar nuevamente la tarjeta y ¡La tarjeta pasó!, ¡Que
emoción, pude comer!” Subió a la oficina, con su desayuno.
Gabriela Nuñez Caracas, Venezuela Octubre de 2015
Hay momentos donde la circunstancia adversa, se levanta con fuerza y
determinación frente a nosotros. Nos llenamos de dudas, y la duda nunca
permitirá a la fe actuar. Si queremos creer, no debemos dudar.
“Todos los que tienen sed, vengan a las aguas; y los que no tenéis dinero, venid, comprad y comed”
Isaías 55:1
28 El más costoso
Como parte de los arreglos planificados de su casa, Hector y Damary, una
pareja de líderes cristianos, iniciaron la remodelación de uno de sus baños
principales. Dicho plan, se llevó a cabo una vez pudieron reunir el dinero
necesario, con mucho esfuerzo.

Dentro de sus planes, tenían en mente¸ adquirir un nuevo inodoro, por lo


tanto él y su esposa se dirigieron a la tienda a elegir el que más se ajustase a
su gusto y presupuesto. Sin embargo, el día que asistieron, se encontraron con
que la tienda estaba cerrando, no pudiendo concretar la compra.

Al día siguiente, asistieron nuevamente a la tienda. Habían decidido adquirir


un inodoro bastante modesto y que se ajustase a su presupuesto. Sin embargo,
mientras estaban en la tienda, el presidente de la empresa en la que Héctor
trabajaba entró a la tienda donde ellos se encontraban.

Al verlos, cruzaron unas cuantas palabras, y el jefe de Héctor, le indicó:


“Escoge el inodoro que deseen que yo lo pagaré”. Asimismo, les llevó al
lugar donde estaban los mejores y más costosos inodoros, pidiéndoles que
ellos escogiesen uno de buena calidad, que sin importar el precio, él lo
pagaría.

Sorprendidos por lo que solo Dios hace, Héctor y su esposa, salieron con un
hermoso regalo de Dios. Un inodoro costosísimo.
Pasados los días, Héctor y su esposa, testificaron en su congregación lo
siguiente: “El tiempo de Dios es perfecto y el suple en abundancia las
necesidades de sus hijos”.

Héctor Vázquez Caracas, Venezuela Noviembre de 2016 En Dios no hay casualidades, Dios conoce a sus hijos, y les bendice.

“Que te conceda todo lo que tu corazón desea, que haga que se cumplan todos tus planes” Salmos
20:4
29 “Ni siquiera usado”
Este testimonio, describe una de esas experiencias donde aquellas personas
que la escuchan exclaman: ¡Qué casualidad!, aunque aquellos que conocemos
a Dios, sabemos que cuando sus hijos oran, “la casualidad” no tiene espacio,
ni lugar.

En esta oportunidad hablaremos de una mujer llamada Alba. Cristiana, pero


más allá de eso, una mujer que ama a Dios y que lo expresa en sus acciones
cotidianas.
Un día, Alba elevó a Dios una oración, que era más bien un deseo que, a
solas, ella le compartía a Él con toda confianza.
“Ya iba a cumplir 50 años, cuando le oré a Dios las siguientes palabras: Dios
mío, ya casi tengo 50, y aun no tengo un carro, ni siquiera usado” oró Alba.

Días posteriores a su oración sucedió algo nunca antes visto en su lugar de


trabajo. Abrieron a los empleados la oportunidad de adquirir un carro, nuevo,
de una reconocida marca japonesa, y a un increíble precio.

¡Impresionante! y para nada casual. ¡Dios había escuchado la oración de su


hija!

“Era una de las marcas más costosas del mercado, para ese momento. Dios
me permitió comprarlo. Entendí que no es del que quiere, ni del que corre,
sino de quien Dios tiene misericordia” afirma Alba.

En todo el tiempo que ella tiene trabajando en aquel lugar, únicamente


aquella vez, ofrecieron esa oportunidad.
Definitivamente, ¡Dios es bueno!
Alba Peña Caracas, Venezuela

Si eres de los que ha decidido vivir una vida de fe, debes sacar “la
casualidad” de tu vida. La casualidad y la fe, no tienen relación.
“Den la gloria al Señor” Isaías 42:12
30 “Mi nombre es Cristo”
Por su nivel de detalles, hay algunos testimonios que fueron plasmados
textualmente, según las personas me lo hicieron llegar. Este es uno de ellos.
Una impresionante experiencia, de una mujer llamada Emily.

A continuación, el testimonio desde sus propias palabras:

“Para el tiempo que tuve mi encuentro con Jesús, había programado y pagado
junto con mi hermana un curso de inglés en el extranjero, cuya duración era
de 6 meses. Cuando se cumplió el tiempo de regresar a mi país comencé a
orar por el retorno, y de manera especial, por el tránsito que teníamos que
hacer el Frankfort, Alemania.

Nuestros amigos en el Instituto de Idiomas nos habían comentado que era una
ciudad un poco peligrosa y que debíamos tener cuidado. Esto debido a que
teníamos que pasar una noche en Frankfort.

Mi oración fue sencilla, no podía ser distinta porque no tenía nada de


experiencia orando, apenas empezaba a leer la Biblia. Oré entonces porque
Dios nos guardara y nos permitiera llegar con bien desde el aeropuerto hasta
el hostal donde pasaríamos la noche, en una ciudad donde no se habla ni
inglés ni español.

Llegamos al aeropuerto, guardamos nuestras maletas en los casilleros del


mismo y tomamos un bolso de mano para ir hasta el hostal en la ciudad. No
podíamos hacernos entender con nadie para que nos indicara como tomar un
transporte público hasta la ciudad. De repente alguien me habló en perfecto
español y me dijo: Yo las llevo. Al principio sentí temor, imaginé de todo, no
quise aceptar, pero esta persona insistió.

Nos llevó al hostal, bajó nuestros bolsos de mano, esperó que nos registraran
y nos invitó a comer. Seguíamos algo desconfiadas pero fuimos, muy atentas
a cualquier detalle extraño. Comimos, paseamos por la ciudad cerca del lugar
donde estábamos hospedadas. De repente me di cuenta que no sabía su
nombre y le pregunté. Su respuesta me pareció tan extraña pero a la vez no la
estimé lo suficiente. Me dijo: Me llamo Cristo.
Luego esta persona preguntó cuál era la hora de nuestro vuelo y se ofreció a
buscarnos y llevarnos al aeropuerto. Pensé que no lo haría, y hasta oré porque
no apareciera, pero al día siguiente, a la hora correcta, estaba allí. Cargo
nuestros bolsos, nos llevó al aeropuerto, nos invitó el desayuno y luego nos
dejó en la puerta de abordaje.

Un vez se despidió y desapareció, algo se iluminó en mi cabeza y me di


cuenta que esa persona no nos dejó gastar ni un solo dólar en nada, nos
alimentó, cuidó, paseó y hasta no permitió que cargáramos nuestras propias
cosas y, para completar, se llamaba “Cristo”.

Pude ver el cuidado de Dios, tan especial, tan particular, tan loco, como una
respuesta a una sencilla oración: Señor, guárdanos, que nada nos suceda en el
retorno.”
Emily Torres Caracas, Venezuela 2001

Jesús, El Maestro, prometió que estaría con nosotros todos los días, hasta el
fin del mundo. Muchas veces, entre tantas cosas de la vida, se nos olvida esta
gran

verdad. Pero a pesar de todo, Él sigue siendo fiel a sus promesas. Ten ánimo,
Él está allí contigo, incluso, mientras lees este libro. Él está.
“Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.” Mateo 28:20 (Versión
DHH)
31 “JESÚS”
A mediados del año 2013, Ester, una de las hijas de la Familia González, tuvo
un sueño, en el que podía ver a cuatro (4) hombres entrar a su casa, robar
algunas pertenencias y golpear con bates de baseball algunos
electrodomésticos de gran valor.

“Recuerdo que cuando tuve ese sueño, se lo comenté a mis padres y a mis
líderes de la congregación. Era un martes” nos dice la joven.

El sábado de esta misma semana, toda la familia se encontraba de paseo en


un reconocido Centro Comercial de Caracas, cercano a su casa además. El
Padre de la familia, el sr. Luis, al ver que ya todo estaba cerrando y la zona
estaba quedando algo sola, indicó que por sabiduría debían retirarse a su
hogar.

Como ellos tenían un carro adicional que no cabía en el estacionamiento, el


Sr. Luis, debió ir a estacionar el carro en otro lugar, dejando a su esposa, la
Sra. Martina e hijas en su casa. Cuando el padre se fue, y en el momento que
todas estaban a casa, cuatro hombres llegaron en una camioneta en cuestión
de segundos, a robar.

Casualmente, la joven que había tenido el sueño, había subido corriendo a


meterse en la ducha, por lo que no se dio cuenta lo que estaba por suceder.
Sus hermanas, fueron metidas en un baño, y la madre de ellas, empezó a ser
amenazada por estos hombres.

“En medio de todo esto, sólo decía: JESÚS, JESÚS” nos dice la Sra. Martina
v Una y otra vez, solo pronunciaba el nombre del Señor. En medio de todo
esto, dos de los hombres, empezaron a desconectar los televisores y
computadoras, para robarlo.

Sin embargo, una vecina vio desde su ventana el preciso momento en que
estos hombres llegaron, y llamó rápidamente a la policía. La Policía llegó en
cuestión de pocos minutos. Para la gloria de Dios, los ladrones tuvieron que
salir huyendo, sin llevarse los electrodomésticos y sin hacer daño a ningún
miembro de la familia.

“Pudimos ver el cuidado de Dios a nuestra familia. A tal punto, que todo esto
pasó mientras yo tomaba mi ducha. Todo sucedió bastante rápido y los
ladrones se fueron bastante rápido, gracias al cuidado de Dios que nos guardó
a nosotras y nuestras pertenencias” afirmó Ester, la hija de aquella familia
que había tenido el sueño algunas noches antes.
Familia González Caracas, Venezuela 2013

El Señor se ha presentado a sí mismo como nuestro guardador, como el que


va delante de nosotros y nos cubre de todo mal. Él es fiel a sus promesas.

“Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” Romanos 10:13
32 “Minutos + tarde”
Para tener fe, no se necesita “ser grande”. Sencillamente, basta creer. Este
testimonio, habla acerca de la fe de una niña de 10 años.
Andreina, es natural de la ciudad de Caracas, específicamente de la zona sur
de la ciudad. Vive junto a su familia, en un sector de escasos recursos
llamado “Antimano”.
Andreina nos cuenta que: “Hubo una noche, que nosotros como familia no
teníamos nada para cenar. Ese día tenía muchísimas ganas de comer arroz
con carne molida.”

Era tanta el hambre y la fe de esta niña, que instó a su mamá a orar para que
Dios hiciese un milagro. “Le dije a mi mamá para que orásemos a Dios”.
Minutos más tarde, tocaron a la puerta de la casa. Una vecina, les llevó un
poco de comida.

“Cuando lo vi, era arroz con carne molida” afirma la niña con inmensa
alegría.
¡Gloria a Dios!
Andreina Velázquez Caracas, Venezuela Noviembre de 2016

Quiero dirigir estas palabras a todos los niños que han tenido interés en la lectura de este libro: Tu fe en
Jesús te puede llevar tan lejos como creas que es posible. Si abres tu corazón a Él, Dios te podrá usar
para extender su Reino de formas que quizá nunca antes pensaste. Ánimo.

“Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de
los cielos.”
Mateo 19:14
33 Cinco piedras
¿Cuántas veces hemos experimentado una dolencia o enfermedad, y lo
primero que hacemos es llamar al médico o asistir a la emergencia de algún
centro de salud?, creo que muchísimas. Aun así, querido amigo que lees este
libro, quiero motivarte a que puedas ver que: Si creemos a Dios, Él también
puede sanar y restaurar nuestra salud. De eso se trata este testimonio.

A mediados del año 2011, Sergio, un hombre que demuestra con sus
acciones, que ama a Dios y servir a las personas, se encontraba en una
reunión de discipulado (reuniones cristianas, donde se conversa acerca de la
palabra de Dios), a mitad de semana, como cualquier otra. Sin embargo, a
esta actividad asistió Misael, un joven que padecía de dolores muy fuertes en
los riñones, y recientemente le habían detectado cinco (5) piedras de gran
tamaño en sus riñones.

Los médicos, le habían indicado que era necesario que botara estas piedras,
sin embargo, al ser tan grandes podían lesionar y romper el conducto
urinario.

“Ese día en esa reunión, les pedí a todos que pudiésemos orar y creer que
Dios podía disolver cada una de esas piedras en arenilla, y botarlas” nos dice
Sergio. Así hicieron, todos en aquel lugar, pusieron sus manos sobre Misael,
y oraron a Dios creyendo en un milagro.

Horas después, y para ser exactos, a las 12:00 am, aquel joven Misael, narra
que se levantó con fuertes ganas de orinar, y cuando se dio cuenta, había
botado las piedras en forma de arena, tal como habían orado en la reunión de
esa noche.

“Le damos gracias a Dios por lo que Dios hizo en la vida de aquel joven”
afirma Sergio.
Sergio Jiménez Caracas, Venezuela 2011

El resto del mundo, pueda dar, lo que el resto del mundo sabe dar. Los que
conocen el poder de la oración, siempre pueden dar algo más.
“Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre (…) sobre los enfermos pondrán sus manos, y
sanarán” Marcos 16:17-18
34 Nadie sabía
Hacía algún tiempo atrás en el que María Fernanda, había realizado un curso
de cosmetología, como parte de una serie de metas personales que se había
propuesto realizar.

Para su sorpresa, más que una meta que cumplir, María Fernanda quedó muy
motivada a seguir incursionando en conocer las herramientas de este oficio, y
poco a poco fue adquiriendo los productos necesarios para potenciar sus
conocimientos esta área.

Uno de los equipos que deseaba adquirir era un vaporizador de uso exclusivo
para la cosmetología. Al averiguar los precios, se dio cuenta que no disponía
de los recursos para adquirirlo, así que decidió pedírselo a Dios.

“No se lo dije a nadie, tan solo oré porque Dios me permitiese ir adquiriendo
los equipos necesarios, ya que me gustaría emprender mi negocio en esta
área” afirma María Fernanda.

“Pasadas algunas semanas, una persona que se enteró que estaba


incursionando en esta profesión, se acercó y me obsequió un vaporizador. Yo
no le había dicho a nadie, solo estaba en mi corazón, pero Dios me escuchó”
cuenta María Fernanda.
María Fernanda Pereira Caracas, Venezuela diciembre de 2016

Dios conoce tu corazón, y sabe los sueños que allí reposan. Entrégaselos a Él
y verás como Dios te empieza a prosperar en todos tus caminos.
“El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el
Señor mira el corazón.” 1 Samuel 16:7
35 “No era mi momento”
Me encontraba en medio de un ensayo musical, cuando de pronto llega a mi
celular, un mensaje de texto con un tono muy urgente: “Oremos por favor por
Miguel, puesto que lo llevaron de emergencia una vez más. Es grave”.
Inmediatamente, las personas que estábamos allí, nos detuvimos y oramos a
Dios por su salud.

Este testimonio, describe un episodio de infarto a un hombre joven, sano y


deportista. Cristiano y creyente de Dios. Miguel, así lo describimos en esta
oportunidad. Empresario y con una hermosa esposa y dos hijos.

Una tarde común y corriente, Miguel se encontraba jugando baloncesto con


los vecinos de su comunidad, cuando de pronto sintió un fuerte dolor en su
pecho. Sus amigos, le sugirieron que bebiese agua fría para que se le pasase,
sin embargo, esto empeoró considerablemente su situación. Al momento, fue
llevado de emergencia a un centro de salud cercano.

En la emergencia de dicho centro, le indicaron que esto podía tratarse de una


“Esofagitis”, y le enviaron nuevamente a su casa bajo tratamiento médico. Su
condición no mejoraba, y pasados cinco (5) días, regresó nuevamente a ser
evaluado¸ siendo diagnosticado de un infarto.

¡Un infarto tan joven! Nadie lo podía creer, solo restaba creer en Dios, ya que
su corazón había dejado de funcionar en cierta parte.

Su caso, medicamente es “inexplicable”, ya que los doctores no podían


entender como este había resistido dicho infarto. Bien es conocido, que un
corazón después de los cincuenta años desarrolla una especie de capa
protectora que permite resistir este tipo de infartos, sin embargo, no sucede
así con un corazón de un hombre tan joven como él.

Semanas más tarde, pudimos escuchar su testimonio en medio de un servicio


cristiano: “Sabia que no era mi momento, sabía que Dios estaba conmigo en
medio de esa situación y creímos que Él me levantaría y así fue. Le doy
gracias a Dios por eso” afirma Miguel
Miguel Ortíz Caracas, Venezuela julio 2017

La mayoría de las obras de Dios, son inexplicables.


“Adora al Señor tu Dios y EL bendecirá tu pan y tu agua. Yo apartaré de ustedes toda enfermedad.”
Éxodo 23:25
36 “Si éste es el día”
Muchas personas, suelen preguntarse: “Sí creo en Dios, ¿por qué me pasan
estas cosas?”. Honestamente, la soberanía de Dios, es muy difícil de
entender, con nuestra mente humana, sin embargo, en la biblia se describen
muchos escenarios difíciles, que sin duda, fueron momentos en los que Dios
se glorifico y actuó en rescate de sus hijos. De eso se trata este testimonio.

Eran las 8 de la noche, aproximadamente, y Fernando, un hombre creyente de


Dios, se encontraba en un servicio cristiano de su congregación, en la cual
servía fielmente. Con su bebe en brazos, salió un momento a las afueras de
aquel recinto, con el fin de calmar el llanto de su pequeña hija de 7 meses.
Aunque él sabía que la zona de la ciudad en la que se encontraban, era
peligrosa, su intención era salir del lugar solo por unos momentos.

Al salir, inmediatamente se le acercó un ladrón con una pistola. Entre fuertes


gritos y amenazas, el ladrón le pidió que le entregase a la niña y el anillo de
bodas. Fernando, le dice al ladrón: “No puedo hacerlo, porque este anillo
representa un pacto, y muy seguramente tú lo venderás para comprar drogas”.
Ante esta respuesta, la ira del ladrón no se hizo esperar.

“Dame a la niña, o si no te mataré” le insistió el ladrón. En ese momento,


Fernando levantó su mano al cielo y oró: “Padre, si este es el momento que tu
destinaste para que yo suba a tu presencia, límpiame porque para allá voy”
afirmo con firmeza Fernando.

Inmediatamente, llegó otro joven que conocía al ladrón, y le dijo a este:


“Déjalo en paz”, y el ladrón se marcho.
Este testimonio, ha bendecido a cientos de personas y motivado a muchos a
creer en Dios. Él cuida de sus hijos.
Fernando Tovar Caracas, Venezuela año 1988

Los ángeles del Señor actúan en favor de sus hijos.


“ Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos.” Salmos 91:11
37 “Un sueño hecho realidad”
En planes de bodas se encontraban Mildred y David, a mediados del año
2015.

Durante ese tiempo de preparativos, ambos acordaron que les gustaría que la
ceremonia fuese en un jardín, por lo cual emprendieron la búsqueda de
posibles locaciones en Caracas. Inmediatamente, se dieron cuenta que la
ciudad contaba con muy pocos jardines para eventos, en las condiciones en
las que ellos lo habían soñado, y sobre todo que tuviesen la capacidad de
pagar.

“Ingresé a algunas páginas de internet, y empecé a buscar locaciones para la


boda. Encontré un jardín que en fotos se veía hermoso, y le dije a David, que
ese me encantaba. A él también le gustó muchísimo, así que decidimos
contactar al dueño de aquel lugar” afirma Mildred.

El dueño les indicó que recientemente había tomado la decisión de no alquilar


más esta locación para bodas. Aunque ellos insistieron, él les explicó que no
existía forma alguna en que cediese a la opción de alquiler, por tratarse de
una boda.

“Era impresionante, el dueño de aquel lugar había decidido definitivamente


no alquilar el espacio para bodas. Sin embargo, decidimos ir a ver el lugar
personalmente e intentar hablar con aquel dueño. Aunque él no estaba, los
vigilantes nos permitieron acceder al jardín, y aquel día pusimos nuestros
pies en ese lugar y oramos a Dios, creyendo que Él podía abrir aquella puerta,
y mover el corazón del dueño, por muy difícil que pareciese” refiere Mildred.

Mientras Mildred narraba su experiencia, cuenta que ella escribió en aquellos


días las siguientes palabras en un diario devocional que escribe cada vez que
ora: “Papa Dios permíteme por favor poder casarnos en este jardín”.

“Habíamos escrito al dueño por diferentes medios, adicional a varias


personas que también conocían a aquel señor y habían abogado por nosotros,
y la respuesta siempre era la misma: No accederé. Sin embargo, luego de
algunos meses de buscar otras opciones y no encontrar ninguna locación que
nos gustase, decidimos orar e intentarlo una última vez, creyendo en Dios. Y
ése día, milagrosamente, este señor cambió de ánimo y de parecer, nos dijo
que sí accedería, nos lo dijo amablemente, algo que no había sucedido antes”
afirma Mildred con intensa alegría. “Allí pude ver, que cuando creemos que
Dios puede abrir las puertas, Él honra la fe de aquellos que le creen de todo
corazón, aun cuando parece imposible. Esto para nosotros fue un sueño hecho
realidad” dice Mildred.
Mildred Méndez Caracas, Venezuela año 2015

Hay personas que oran, y no accionan. Hay personas que accionan y no oran. Hay personas que oran y
accionan, y Dios les honra. Recuerda que “La fe sin obras, no tiene vida” Santiago 2:14
38 “Se abrieron las puertas”
Ángel y Gloria, atravesaban por una situación bastante particular: todas las
puertas de trabajo se les cerraban. Cuando intentaban concretar un negocio,
las puertas se les cerraban. Esto había ocasionado que la situación financiera
del hogar, se viese bastante afectada, ya que al no tener dinero mantenían una
alta deuda con el banco por los créditos solicitados para poder cancelar las
cosas básicas del hogar.

Pasado el tiempo, sus pastores, solicitan una reunión con ellos, a fin de orar
juntos y conocer un poco más de cerca su situación. Cuando ellos narran su
experiencia, sus pastores les indican que era necesario orar a Dios pidiéndole
dirección de “por qué” estaba sucediendo esto. En ese momento, sintieron en
su corazón orar, porque “este ciclo de fracaso y puertas cerradas” fuese
quebrantado y pudiesen iniciar una nueva etapa en Dios, sabiendo que Dios
es su fuente de provisión.

“Salí de aquella reunión con un peso menos, sabía que espiritualmente algo
había sucedido a través de aquella oración” afirma Gloria.
En los próximos días, recibieron la noticia de que dos puertas de trabajo
serían abiertas, lo cual les permitió cancelar sus deudas con el banco y
reinvertir las ganancias con la guianza de Dios.
Pasadas algunas semanas, nuevas puertas se abrieron. “Aunque parezca
increíble, algo sucedió aquel día” afirma Ana.
Ángel y Gloria Carrasco Caracas, Venezuela agosto de 2017

No es magia, es el poder de Dios. Definitivamente, sí existe un mundo


espiritual de Luz, el Reino de Dios y un mundo espiritual de tinieblas, el
Reino del enemigo. Muchas veces, este enemigo espiritual busca entorpecer y
quebrantar nuestras vidas, pero el poder de Dios es mayor. Solo hay que creer
en Él.
“…lo que ates en la tierra, será atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado en los
cielos.” Mateo 16:19
39 “Antes del jueves”
El 09 de enero de 2017, iniciaron regularmente el ciclo escolar en todos los
planteles venezolanos, luego del tiempo de vacaciones por las festividades
navideñas.
En ese proceso, Julia, una joven de 14 años de edad, junto a su familia,
iniciaron los trámites respectivos para realizar el cambio de un plantel a otro,
por razones familiares.

Ese lunes, 09 de enero, madre e hija, asistieron con los papeles requeridos por
la nueva institución para formalizar el traslado de una institución a otra. Sin
embargo, el personal administrativo del nuevo plantel les solicitó un
documento no previsto inicialmente, indicándoles que sin ese documento,
lamentablemente no podrían concretar la inscripción. Asimismo, le indicaron
que tenían un plazo de hasta dos (2) días máximo para entregar dicho
documento.

El documento solicitado, debía ser emitido por el colegio del cual egresaba,
sin embargo, cuando madre e hija manifestaron estas indicaciones en dicho
plantel, y expusieron que necesitaban con carácter de urgencia, en un plazo
máximo de dos (2) días este documento, estos se negaron rotundamente,
indicándoles que el tiempo mínimo de emisión de este tipo de documentos es
de quince (15) días hábiles. Asimismo, insistieron en que no había forma de
emitirlo antes de ese tiempo.

Ambas, salieron de ese lugar un poco desconcertadas, sin saber qué hacer.
Sin embargo, Julia, decidió orar esa noche, diciendo: “Padre, te pido por
favor, puedas obrar antes del jueves” (plazo máximo de espera para entregar
el documento).

Al llegar el jueves, Julia y su madre, recibieron una llamada. ¡Llamaban del


plantel! “nos indicaron que podíamos ir a retirar el documento” nos dice Julia
con gran alegría.

Sus palabras textuales al testificar describen lo siguiente: “Pude entender, que


Dios puede hacer cualquier cosa. Mínima o grande, si tienes fe de que Él lo
va a hacer, Él lo hace, Dios dice que si pedimos Él nos dará. Gracias a Dios,
ya estoy estudiando”.
Julia Fernández Caracas, Venezuela Octubre de 2016

Muchos oran a Dios, diciendo “Padre”. Pero, ¿somos todos hijos de Él? La verdad es que no, no todos
somos hijos de Dios, tal como naturalmente se cree. En el Nuevo Testamento, Jesús mismo se tomó el
tiempo para describir que los “hijos de Dios” son aquellos que han nacido de nuevo.

“Pero a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios. 13
Ellos nacen de nuevo, no mediante un nacimiento físico como resultado de la pasión o de la iniciativa
humana, sino por medio de un nacimiento que proviene de Dios.” Juan 1:12-13
40 Oración precisa, respuesta
precisa
Transcurría el año 1997, y, Valentina, una mujer fiel creyente de Dios, nos
cuenta que recientemente había leído un libro donde un cristiano había orado
a Dios por tres cosas específicas: un escritorio, una silla y una bicicleta.

El testimonio del libro, concluía en que Dios había dado respuesta a sus
oraciones específicas, así que de este mismo modo, Valentina fue motivada a
presentarle a Dios uno de sus más profundos anhelos.

“Yo siempre había soñado con un carro: rojo, automático, cuatro puertas y
con aire acondicionado”, afirma Valentina.

De este modo empezó a orarlo, día tras día, semana tras semana. Adicional,
ella y su esposo compraban periódicos para revisar la sección de venta de
autos, pero no encontraban uno con esas especificaciones.

Después de varias semanas, y a punto de desistir, Valentina y su esposo,


deciden hacer un último intento, y empiezan a revisar nuevamente todos los
periódicos que habían comprado en las semanas anteriores.

“¡Encontramos el carro!, con las mismas especificaciones que habíamos


orado” afirma Valentina con gran entusiasmo. “Sin embargo, nos dimos
cuenta que el periódico que estábamos viendo ya tenía un mes, así que era
probable que ya el carro estuviese vendido”.

No obstante, decidieron llamar y contactarse con el vendedor. Para su


asombro, este vendedor aún no había podido concretar la venta de su carro y
finalmente pudieron comprarlo.
Valentina y su esposo, compraron un carro rojo, automático, cuatro
acondicionado, tal como se lo había pedido a Dios.
“Allí aprendí a orar a Dios de forma específica” cuenta Valentina. puertas y
con aireValentina Rodríguez Caracas, Venezuela
Cuando vayas a orar, no veas lo difícil que puede ser. Ve lo grande que es
Dios.
“si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: “Trasládate de
aquí para allá”, y se trasladaría. Para ustedes nada sería imposible.” Mateo 17:20
41 “Todo lo que pídan”
A mediados del año 2013, Dayanne, una joven cristiana de 21 años, se
encontraba realizando cierta diligencia en la universidad en la cual había
estudiado, y al pasar por uno de los pasillos de esta casa de estudio, se
encontró con una joven que lloraba desconsoladamente.

Dayanne, pasa de largo, y siente en su corazón que quizá de alguna forma,


ella como hija de Dios, pudiese ayudar a la joven que lloraba, por lo que
tomó la decisión de regresar y conversar con la joven, a quien llamaremos en
esta ocasión: Ingrid.

“Te puedo ayudar en algo?”, le dijo Dayanne a Ingrid, a lo que Ingrid


respondió: “Perdí el último semestre de la carrera, por no entregar un trabajo
a tiempo. Ya no me podré graduar, porque el profesor ha decidido que no
podré entregar este trabajo final” afirmó.

Esa mañana, Dayanne, había recibido en su tiempo con Dios, la siguiente


palabra: “Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis.” (Lucas
21:22), la cual la compartió con Ingrid, hablándole también acerca de la Fe
que podemos tener en Dios para todas las cosas. Dayanne, conversó con
Ingrid acerca de la fe, el sacrificio de Jesús y su amor por ella, y finalmente
juntas hicieron una oración a Dios pidiéndole que “tuviese misericordia de
Ingrid y como un milagro Dios tocase el corazón del profesor, permitiéndole
entregar el trabajo final y poder graduarse” afirma Dayanne.

Asimismo, Dayanne e Ingrid, redactaron un correo al profesor de esta


materia, pidiéndole perdón por haber fallado en el tiempo de entrega y su
reconsideración en la recepción del trabajo. Dayanne e Ingrid, se despidieron
ese día con un acuerdo de oración: mantenerse juntas orando aquella tarde.

“Estuve esperando esa llamada por muchas horas, porque yo de verdad creía
que Dios le podía hacer un milagro a aquella chica, y así fue. Al día
siguiente, Ingrid me llamó con una extrema emoción dándole gracias a Dios,
porque el profesor había accedido a recibir el informe. Esta experiencia fue
muy importante para mí, puesto que ambas creímos y Dios hizo el milagro”
nos cuenta Dayanne.
Dayanne Noguera Caracas, Venezuela

La fe está al alcance de todos, solo debes creer.


“Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis” Lucas 21:22
42 “Sabemos que fue Dios”
EL 31 de diciembre de 2016, Eric, un hombre joven, casado, escribió una
serie de anhelos y peticiones al Señor, para el año que muy pronto iniciaba.
Entre ellas, había pedido que Dios abriese puertas en nuevos proyectos de
trabajo.

Esta lista de peticiones y anhelos, permaneció visible en el hogar y muy


presente en la oración de ellos como familia. No pasó mucho tiempo, cuando
un conferencista de otro país, le contactó para contratarle en dos proyectos
fuera de Venezuela.

En el mes de julio, Eric y su esposa, fueron de trabajo a Orlando, Florida, y


en el mes de agosto de ese mismo año, asistieron a cubrir un nuevo proyecto
en la ciudad de Guayaquil, Ecuador. Con todos los gastos cubiertos.

Eric testifica hoy: “Es necesario confiar en Dios, nunca pensé que Dios fuese
a responder en esa magnitud. Sabemos que fue Dios quien nos llevó y abrió
la puerta”.
Eric Puentes Caracas, Venezuela 2017

En el lenguaje de Dios, las palabras: “Imposible” y “Limitación” no existen.


¡Atrévete a creer! “El que me halla, halla la vida y el favor del Señor.” Proverbios 8:35
43 “Oramos un año”
“Un grupo de personas que servíamos en la Iglesia, fuimos convocados todos
los martes a las 6 de la mañana, para orar” nos cuenta Manuel.

Luego de pasar las semanas establecidas para estos tiempos de oración,


Manuel, su esposa y una hermana de la congregación, siguieron orando en
acuerdo todas las mañanas a la misma hora. Ya que vivían bastante cerca,
acostumbraron reunirse para orar juntos.

Ésta vez, el motivo de oración de Manuel y su esposa era que querían


mudarse del barrio donde residían a un apartamento fuera de aquella zona.

Pasaron los meses, y mañana tras mañana, se reunían a orar pidiéndole a Dios
que abriese alguna puerta para que ellos pudiesen mudarse de casa. “Al
cumplirse el año, recibimos la respuesta. Una persona conocida, estaba
vendiendo su apartamento en una bonita residencia a las afueras de la ciudad,
y estaba dispuesta a establecer la negociación con nosotros” dice Manuel.

“Fue una respuesta de Dios a nuestra oración todo ese año” cuenta Manuel
con inmensa alegría. Manuel Rodríguez Caracas, Venezuela

Cree y persevera, y verás la respuesta. “Sabiendo que la prueba de vuestra fe, produce paciencia”
Santiago 1:3
44 Estado crítico
Inés, una hermosa dama de mediana edad, natural de la ciudad de Caracas,
Venezuela. Desde que entregó su corazón a Jesús, dedico parte de su vida a
servir a Dios mediante la música. Esa ha sido su pasión, toda la vida.

Lamentablemente, en el mes de octubre del año 2010, sucedió una situación


inesperada en la vida de Inés. Un día como cualquier otro, debió ser
ingresada de emergencia a una clínica de la ciudad, por un grave infarto en su
corazón.

Inmediatamente, al ser evaluada por los médicos de este centro de salud,


indicaron a sus familiares que posiblemente ella no podría salir de ese lugar
con vida, ya que su corazón solo se encontraba funcionando en un 20% nada
más. Por tal motivo anunciaron a sus familiares que en cualquier momento
podía sufrir una muerte súbita, para lo cual debían prepararse.

Cuando Inés escuchó este diagnóstico, decidió no creer estas palabras.


Literalmente, nos cuenta que esto fue así. Decidió creer que Dios podía hacer
un milagro en su vida, a pesar de cualquier diagnóstico. Contra todo reporte
inicial, los días pasaron, y los médicos pudieron estabilizarla. ¡Gloria a Dios!

Sin embargo, los doctores le indicaron a Inés y a sus familiares, que era
necesario colocar inmediatamente un marcapasos, el cual tenía un valor
cercano para aquel momento, de treinta y cinco millones de bolívares. ¡Casi
impagable para ellos!

Los hermanos y amigos de la Iglesia donde Inés asistía, se unieron en oración


para que Dios proveyese este marcapasos. Asimismo, empezaron a recolectar
el dinero, logrando alcanzar entre todos la suma de dieciocho millones de
bolívares. Aún faltaban diecisiete, el tiempo transcurría, y el peligro de que
pasase más tiempo era inminente.

Aunque se veía imposible, la fe de Inés, en que Dios pudiese hacer un


milagro y proveer el resto del dinero no menguó, nos dice. Pasados los días,
una hermana de la iglesia que no conocía a Inés, al escuchar sobre su caso,
preguntó a los más cercanos a Inés el motivo de porque no habían podido
operarle todavía. Al conocer la razón, esta señora decidió donarle el dinero
restante: diecisiete millones de bolívares. ¡Gloria a Dios por este tercer
milagro!

El 20 de octubre de 2010, Inés fue operada satisfactoriamente.


“La oración al Señor, su respuesta y pronto auxilio en medio de
circunstancias muy críticas hicieron la diferencia. Nunca dude, siempre supe
que una vez más el Señor me sostendría con su mano de favor” afirma Inés.

Hace 10 años que este hecho sucedió, y hoy Inés continúa sirviendo a Dios,
tan fervientemente como cuando le conoció.
Inés Ferrer Caracas, Venezuela Octubre de 2010

¿Cómo sabes que es Dios el que hizo el milagro? Porque es sobrenatural. Su


respuesta, por lo general sobrepasa aquellas cosas que “normalmente”
pudiesen suceder. En Dios no hay casualidades, hay un propósito.
“Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir
o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros.” Efesios 3:20
45 “Ley de siembra y cosecha”
Este testimonio es de una mujer llamada Luisa.
Luisa, es de aquellas personas que no se conforman con conocer sólo un poco
acerca de Dios, es una mujer que todas las mañanas, desde hace más de 30
años, toma un tiempo para orar y leer la biblia.

Su fe y su búsqueda constante de Dios, ha hecho que haya sido testigo de una


gran cantidad de experiencias de testimonios de fe. Sin embargo, este
testimonio describe una enseñanza que Luisa asegura, Dios quería darle.

“En ese tiempo, Dios me estaba enseñando la ley de siembra y cosecha”,


afirma Luisa.
“La ley de la siembra y la cosecha” se refiere a un importante principio
bíblico que dice: todo lo que sembremos, eso mismo cosecharemos en
abundancia.
“Sentí en mi corazón, sembrar (regalar) a una persona, una de mis carteras de
cuero marrón, la cual además apreciaba mucho” me cuenta.

“No habían pasado muchos días, cuando en nuestro trabajo, una empresa
proveedora de confianza de la empresa, nos obsequió a todas las trabajadoras
una cartera de cuero. Sin embargo, solo a mí, me regalaron dos carteras de
cuero. En ese mismo momento recordé la siembra que días atrás había hecho
y supe que fue El Señor, ya que coseché en abundancia” nos dice Luisa.
Luisa González Caracas, Venezuela año 2007

La fe, puede ser la Escuela de Dios para enseñarnos sus principios y formas de pensar.

“El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia
cosechará. Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por
obligación, porque Dios ama al que da con alegría” 2 corintios 9:6-7
46 “Un amigo millonario”
Daniel, un hombre que se había dedicado por completo a servir a Dios, se
encontraba junto a su esposa en trámites para comprar una vivienda.

Todo este proceso, fue sometido por ellos a tiempos de oración para que Dios
les guiase y ayudase a tomar las mejores decisiones. Sin embargo, días
previos a concretar la compra, observaron que aún les faltaba 160 millones de
bolívares para completar el monto total de su vivienda.

Como una pesada carga, los pensamientos de duda quisieron venir como
lluvia, situación que por más que no quisiera, se reflejaba en el rostro de
aquel hombre.

“Recuerdo que ese día, estaba tan preocupado y afligido, que una de mis hijas
me vio y me dijo <<Papa, ¿Qué tienes?>>, y le respondí <<<necesito un
amigo millonario, que pueda prestarme 160 millones de bolívares, mañana
mismo, para poder pagar nuestra casa>>” afirma Daniel.

Un “amigo millonario”, era la oración de la familia. Tres horas después de


esta conversación, un señor, amigo de la familia, llamó a la esposa de Daniel
con el fin de solicitarle una información de trabajo. Asimismo, preguntó
cómo estaba su esposo y su familia, a lo que ella respondió que se
encontraban muy bien, sin embargo, atravesando la difícil situación de poder
completar el dinero necesario para su vivienda.

Inmediatamente, este señor le dijo: “Dile a tu esposo, que yo mismo se los


prestaré. Sin intereses. Mañana mismo si es posible” nos dice Daniel.
Impresionados, Extasiados de alegría e infinitamente agradecidos con Dios,
como en tan poco tiempo había aparecido aquel “amigo millonario”.
Finalmente, a los pocos días esta familia pudo adquirir su vivienda.
Daniel testifica hoy, “ese amigo millonario era Dios. Quizá usó a este
hombre, pero era El mismo ayudándonos en ese momento”.
Daniel Sosa Caracas, Venezuela abril de 2008
¡Vamos! Levanta el ánimo, y sobre todo la fe. Él está contigo. “El Señor está en medio de ti, ya no
temas mal alguno” Sofonías 3:15
47 “Por sus llagas hemos sido
sanados”
¿Qué representa en nuestras vidas hoy, el sacrificio de Jesucristo en la cruz?,
este testimonio es una viva expresión de este hecho y su promesa en el libro
de Isaías 53:5, el cual dice: “Más Él herido por nuestras transgresiones,
molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y
por sus llagas hemos sido sanados”.

Más que un suceso histórico, fue un hecho espiritual, que trascendió en la


libertad de todos aquellos que creen en Él, incluso llegando a ser sanados por
medio de la fe. Así sucedió con Corina, una hermosa mujer de 36 años de
edad, venezolana, que empezó a sufrir de cálculos en el colon.

Al principio, no le prestó mucha atención, pero cuando el dolor se intensificó


decidió asistir al médico. Cuando el médico realizó los exámenes
correspondientes, le encuentra tan delicada de salud, que le informa que debe
ser operada a la brevedad posible y que era necesario se hiciese los exámenes
pre-operatorios.

Esa noche, Corina tenía fuertes dolores y su estómago altamente inflamado.


El esposo de Corina, llamado Pedro, nos cuenta que: “Recibí en mi corazón
de parte de Dios, que debíamos tener un tiempo de oración por ella. Antes de
orar por su sanidad, pedimos perdón al Señor, por la mala alimentación que
durante tantos años habíamos tenido como familia”.

Nos dice de igual manera, que sintió en su corazón que debían tomar la
“santa cena” (una ceremonia espiritual cristiana que conmemora el sacrificio
de Cristo, en oración y a través el vino y el pan), tal como bien lo describe el
libro de 1 Corintios 11:23-26, el cual dice:

“Pues yo les transmito lo que recibí del Señor mismo. La noche en que fue
traicionado, el Señor Jesús tomó pan, y dio gracias a Dios por ese pan. Luego
lo partió en trozos y dijo: «Esto es mi cuerpo, el cual es entregado por
ustedes. Hagan esto en memoria de mí». De la misma manera, tomó en sus
manos la copa de vino después de la cena, y dijo: «Esta copa es el nuevo
pacto entre Dios y su pueblo, un acuerdo confirmado con mi sangre. Hagan
esto en memoria de mí todas las veces que la beban». Pues, cada vez que
coman este pan y beban de esta copa, anuncian la muerte del Señor hasta que
Él vuelva.”
“A través de ese acto, trajimos a memoria el sacrificio de Cristo, convencidos
de que sus llagas ella podía experimentar sanidad sobre su cuerpo hoy”
afirma Pedro. Asimismo, agrega que: “en lo que terminamos de orar, el dolor
desapareció por completo y su estómago empezó a desinflamar”.

¡Sólo Dios!
Pedro y Corina Torres Caracas, Venezuela 2015

La Santa Cena, no es un ritual. Es un acto de adoración a Dios, en el que el


pueblo del Señor, recuerda y adora a Jesús por haber entregado su vida en la
cruz por sus pecados. Es acompañado de cánticos, oración, pero sobre todo:
acción de

gracias por lo que Él hizo por amor.


“Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su único hijo, para que todo aquel que en Él crea, no se
pierda, sino que tenga vida eterna” Juan 3:16
48 “Nos fuimos a NY”
“Empezando el año, en el servicio de primicias que hacen en mi
congregación, decidí, entre muchas otras cosas pedirle a Dios que ese año yo
quería viajar al extranjero. No obstante, recientemente habían recrudecido las
medidas económicas en cuanto al control cambiario en mi país. Sin embargo,
se lo pedí a Dios y decidí creer” dice Amelia.

Habían pasado unos cuantos meses desde aquel día, y nada sucedía. De
hecho, parte de las medidas del control cambiario en Venezuela, reducía la
solicitud del cupo de dólares a 720$ únicamente, lo que hacía muy difícil
poder concretar un viaje al exterior.

Sin embargo, en aquellos días, en una tarde como cualquier otra, Amelia
percibe en su corazón que Dios quería darle un mensaje. Como un
pensamiento que se posa en lo más profundo, y no te deja tranquilo. Algo que
venía de Dios. Así era aquel mensaje.

“Ése día, íbamos camino a visitar a mi suegra, cuando de pronto siento que
Dios me habla y me recuerda lo siguiente: debes buscar tu póliza de seguros
en dólares” nos cuenta Amelia.

Sabemos que Dios tiene muchas formas de hablar con las personas, lo
importante es que cada uno de nosotros, pueda conocer de qué forma es y
anhelar crecer en este tipo de experiencias, ya que la principal característica
de ello es: supera los parámetros naturales, es algo, que sabes que sólo Él
puede hacer.

Así le paso a Amelia aquella tarde, sintió en su corazón de parte de Dios, que
debía buscar esa póliza. Sin embargo, nos cuenta: “había perdido la póliza
por falta de pago hacía muchísimo tiempo atrás, debido a la crisis económica
del país. Incluso, ya no recordaba nada acerca de ella. Sin embargo, decidí
llamar a la empresa” nos dice.

“¡La empresa había cerrado!” manifiesta con extremo asombro.


“Sabía que Dios me había dicho que buscase esa póliza, y ahora me daba
cuenta que la empresa había cerrado” nos dice.
Aunque era desconcertante aquella situación, siguió con las investigaciones y
se dio cuenta que la empresa había sido absorbida por otra empresa, así que
su búsqueda se intensificó.

“Busque en internet, llamé y explique mi situación. Inmediatamente me


informaron: justamente hasta el día 30 de este mes habíamos dado chance
para finiquitar todos los casos de la empresa que cerró, en ese sentido, como
ud ha llamado dentro del plazo de estos 30 días, a ud se le reembolsarán
2.780 dólares” dice Amelia.
“Después de tantos años que no sabía nada de esa póliza, fue impresionante,
como Dios me recordó y habló justamente dentro del plazo de esos 30 únicos
días que habían dispuesto para reintegros” afirma con una mezcla de alegría y
asombro.

Al mes siguiente, Amelia y su esposo, viajaron a Nueva York, y disfrutaron


de unas excelentes y merecidas vacaciones ¡Gracias a Dios por aquel
recordatorio!
Amelia Gómez Caracas, Venezuela Septiembre de 2015

Orar, no solo es hablar con Dios, es escuchar a Dios.


Yo sé que tú puedes hacer todas las cosas, y que ningún propósito tuyo puede ser estorbado. “¿Quién
es éste que oculta el consejo sin entendimiento?” Por tanto, he declarado lo que no comprendía, cosas
demasiado maravillosas para mí, que yo no sabía. “Escucha ahora, y hablaré; te preguntaré y tú me
instruirás.” He sabido de ti sólo de oídas, ,pero ahora mis ojos te ven. Job 42:2-5
49 “¡Escógelo!, el que quieras”
Toda mujer sueña con un vestido hermoso para el día de su boda, y Lucia no
era la excepción. Apasionada, alegre y muy creyente de Dios, así es Lucia.
Una joven, que, a pesar de las limitaciones económicas para planificar su
boda, decidió creer en Dios, aún para esto.

Al principio, después de responder el “Sí quiero”, ante la propuesta de


compromiso de su querido novio, Lucia, se vio llena de preocupaciones e
inquietudes, de ¿Cómo harían para cubrir los gastos de su boda?,
especialmente, su vestido. Aunque todo era importante, el vestido de bodas,
era una de las cosas más anheladas y soñadas en el corazón de esta joven.

“Era una lucha de pensamientos, entre lo que yo sabía que Dios podía hacer y
lo que yo veía naturalmente, ya que no tenía dinero ni para el vestido” nos
cuenta Lucia. Sin embargo, el día miércoles de esa semana, Lucia, decidió
orar a Dios.

Una oración sencilla y sincera, contándole a Dios toda su situación, anhelos


con respecto a su boda, y su fe en lo que ella sabía que Dios podía hacer y
proveerles. Especialmente, por su vestido.
No pasó una semana, cuando una persona amiga, se acercó a Lucia y le dijo:
“Deseo regalarte tu vestido de bodas. Escógelo, el que quieras y como lo
quieras” nos cuenta.
Con intensa alegría, asombro y agradecimiento a Dios, Lucia, testifica hoy,
de como Dios responde aún a los anhelos de nuestro corazón.

¿La circunstancia te ha llenado de dudas e inquietudes? Cree, y verás como la


Lucía Ramírez Caracas, Venezuela 2016

atmosfera de tu realidad cambiará.

“Clama a mí, y yo te responderé” Jeremías 33:3


50 “Yo estoy convencida”
La fe, es estar convencidos de “algo”. Así lo describe la biblia, en el libro de
los hebreos. Es creer, sin ver. Solo creer. De eso se trata este testimonio, que
además tiene gran significado para mí (Jennifer).

Transcurría el mes de Octubre de 2016 con total normalidad para Patricia,


una mujer que amaba a Dios, desde hacía muchos años atrás, cuando de
pronto empezó a notar algunos pequeños cambios en su cuerpo. En principio,
nada de lo que pudiese preocuparse.

Patricia, asiste al médico a fin de evaluar si existía alguna causa para su


pérdida de peso, y algunos otros cambios corporales. Para su asombro, los
doctores le informaron que esto se debía a un tumor maligno en su estómago,
y que muy probablemente le redujese su tiempo de vida a tres (3) meses.

Totalmente increíble. Una noticia impactante para cualquier persona. Sin


embargo, Patricia, establecida en su fe en Dios, conversó con sus Pastores,
que además era una pareja que había tomado la figura de padres en su vida,
diciéndoles: “Quiero testificar en la congregación del milagro que Dios hará
en mí, porque sé que Dios me va a sanar, antes no quiero participar el
diagnóstico a los hermanos de la Iglesia. No quiero explicar este diagnóstico
tantas veces, y de este modo: menguar en la fe”.

A sus amigos más cercanos les dijo: “Yo estoy convencida de que Dios me
va a sanar”.

Aunque inicialmente, no deseaba someterse a ningún tipo de quimioterapia,


oró a Dios y le preguntó: “¿Cuántos ciclos de tratamiento debería recibir?”
nos dice, a lo que luego nos comenta que sintió en su corazón, solo serían 3
ciclos. Y así también hizo saber a sus amigos más cercanos.

Pasados los tres meses de vida que los doctores habían indicado, Patricia,
continuaba firme, creyendo en Dios, y aun pasaron otros cinco meses
posteriores, y su fe, era intocable, firme, tenaz y hasta sorprendente. Una y
otra vez, podía decir: “Yo sé que Dios me va a sanar”.

Luego de los tres ciclos de tratamiento. Los medicamentos solicitados, no se


hallaron en el país. Únicamente, fueron ubicados los tres primeros ciclos, tal
como ella había sentido en su corazón de parte de Dios.

El 4 de junio de 2017, fue llevada al hospital por cierta complicación de


salud. Una de sus amigas, además doctora, conversó con un enfermero de
aquel centro de salud, solicitándole amablemente una silla de ruedas, a lo que
él les respondió, dirigiéndose a ambas: “Vengo de lo alto, de donde las
águilas vuelan, esta turbulencia pronto pasará” nos cuenta Sabrina, amiga de
Patricia.

Doce horas más tarde, Patricia partió con Dios. Aun el último día de su vida,
Patricia comentó a una amiga: “¿Viste los exámenes? ¡El tumor ha
retrocedido!”
Fe inquebrantable.
Patricia Galvis Caracas, Venezuela 05 de Junio de 2017

La vida y la muerte, son dos asignaturas muy difíciles para la mente humana.
La razón, anhela filtrar todas las cosas por lo que hemos aprendido a través
de la vida. Sin embargo, el capítulo 116 de Salmos dice: “Mucho
valor tiene a los ojos del Señor, la muerte de sus fieles” (verso 15).

Adicional, cabe destacar algunos versos sobre la fe, en hechos como estos:
“por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones,
apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes
en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus

muertos mediante resurrección; mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de
obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y
cárceles.
Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para
allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el
mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la
tierra. Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido.”
Hebreos 11:33-39

Dios bendiga tu vida. Agradezco a Dios la oportunidad de haberme regalado


la idea de escribir éste libro.
Agradezco a cada persona que accedió a contar su historia para este libro.
Agradezco a mi esposo, Eliezer Hernández, por su apoyo incondicional.
Agradezco a mi hermosa madre, Judith Bello y a mi suegra, Luz Marina
Pérez. por apoyarme en la corrección ortográfica de esta edición.
Debes saber:

La recopilación de los testimonios de éste libro fue realizada durante los años
2016 al 2020. Los nombres que se muestran en la publicación no son los
nombres reales de las personas que vivieron éstas experiencias, los mismos
fueron sustituidos por privacidad a éstos.

Si deseas ponerte en contacto:


Jenniferespinozabello@gmail.com

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