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Organización política y social

Los olmecas crearon sistemas políticos centralizados y respaldados por la religión y el poder
hereditario que no tenían paralelo en otros pueblos. La sociedad olmeca llegó a desarrollar una
organización social estratificada compuesta por: los gobernantes divinos, la aristocracia y la gente
común. La existencia de una genealogía aportó los principios de exclusión social y jerarquización
de linajes con el fin de legitimar a los gobernantes y distinguir a la elite de los demás. El poder de
los gobernantes se fortaleció mediante los conceptos, las creencias y las prácticas religiosas y se
afianzó por conducto de su acceso privilegiado a bienes de primera necesidad, santuarios y de
importación. Se trata de una de las sociedades más destacadas y antiguas de Mesoamérica, se
especula que establecieron una política que se caracterizó por su acoplamiento con lo religioso,
por tal motivo se le considera como una civilización teocrática. De hecho, debido a su gran
antigüedad, se desconoce la identidad étnica de sus integrantes.

Área de asentamiento olmeca

Yacimientos arqueológicos en el área nuclear olmeca.

Artículo principal: Área nuclear olmeca

A pesar del hecho de que la cultura olmeca tuvo una difusión que alcanzó la mayor parte de
Mesoamérica —excepto en la región de Occidente, que siguió un desarrollo cultural más o menos
autónomo hasta finales del Preclásico—, una de las regiones donde se han encontrado las
evidencias más claras de la presencia de esta cultura es la parte sur de la Llanura Costera del Golfo
de México, comprendida entre los ríos Papaloapan y Grijalva, que corresponde a la mitad norte del
Istmo de Tehuantepec. Actualmente, esta zona corresponde al sureste del estado de Veracruz y el
poniente de Tabasco. Se trata de una zona de un clima cálido y muy húmedo, condiciones
climatológicas que seguramente poseyó también en la antigüedad precolombina ese lugar.

El área nuclear olmeca es irrigada por caudalosos ríos que bajan de las estribaciones de la Sierra
Madre de Oaxaca y la Sierra Madre Oriental, como el Coatzacoalcos, San Juan y Tonalá. Debido a la
humedad de la zona y de las fuentes de estos ríos, en temporada de lluvias los desbordamientos
de las corrientes son una constante. Aunque en la actualidad la vegetación de esta región de la
República Mexicana ha sido ampliamente modificada por la acción del hombre, antiguamente
estuvo recubierta por una espesa selva tropical, que era el hábitat de numerosas especies que en
la actualidad se encuentran a punto de desaparecer en el territorio mexicano, entre ellas el jaguar,
las aves de plumajes preciosos como guacamayas y quetzales; reptiles de diversas especies, y
mamíferos como el tapir. Este último considerado por los olmecas como un animal difícil de cazar
que solo los más valientes lo atacaban porque era necesario estar muy cerca de él ya que era una
tarea complicada penetrar su gruesa piel.
La región posee suelos ricos en humus y de espesores considerables. El petróleo crudo brota a flor
de suelo entre la vegetación. Sin embargo, carece de muchos de los materiales que son
característicos de los objetos de estilo olmeca encontrados en esta zona y en otras partes de
Mesoamérica. Entre ellos se incluye la obsidiana, el jade, la serpentina y el cinabrio. Para obtener
piedra sólida para sus materiales, los habitantes de esta región recurrieron a las canteras de la
Sierra de los Tuxtlas —conocida también como sierra de Santa Martha o de San Andrés—, que les
proveyeron de basalto y otras rocas volcánicas que emplearon en la construcción de templos y en
la escultura. Sin embargo, estas fuentes de materiales pétreos se encuentran a más de cien
kilómetros de distancia respecto a sitios como San Lorenzo y La Venta, lo que puede dar una idea
del nivel de organización que se requirió para trasladar —sin animales de carga y sobre un suelo
cenagoso— esos monolitos que se pesan en decenas de toneladas, hasta los centros políticos de la
cultura olmeca.

La palabra "olmeca" significa "habitantes de la región del hule" y fue utilizada por los aztecas para
nombrar a varios pueblos, étnica y lingüísticamente diversos, que ocuparon la región de Veracruz y
Tabasco a través de los siglos. Se desconoce el nombre que se daban a sí mismos aquellos a
quienes llamamos olmecas.

Bajo el término "olmeca" han sido agrupadas dos realidades: un pueblo de la región del Golfo y un
estilo artístico. El estilo olmeca puede verse plasmado en peñas, cuevas, esculturas grandes y
chicas y objetos de barro que se encuentran diseminados por todo Mesoamérica. De Jalisco a
Costa Rica, pasando por Guerrero, Chiapas, Oaxaca, el Altiplano Central y la costa del Golfo, se han
encontrado imágenes de niños-jaguares y otros rasgos propios del arte olmeca. Se cree que la
dispersión de este estilo artístico se debe a que los pueblos del Golfo crearon una amplia red de
intercambios con otras poblaciones lejanas. De este modo, los símbolos y formas olmecas se
integraron a las expresiones artísticas de otras zonas mesoamericanas.

Asimismo, se le considera olmeca a la "cultura madre" de Mesoamérica debido a que en estas


primeras sociedades se dio inicio a algunas prácticas culturales que se integraron plenamente a la
cultura mesoamericana, como el uso de un patrón urbano de asentamiento, el establecimiento de
una sociedad teocrática, el juego de pelota, entre otras.

Historia

Se estima que los indicios más antiguos de la cultura olmeca son de alrededor de 3000 a. C., y los
más recientes son aproximadamente del año 400 a. C. La civilización olmeca se constituyó
principalmente alrededor de 3 centros ceremoniales: San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes,
además de manifestarse en otros sitios como Laguna de los Cerros.
San Lorenzo

Cabeza colosal 6 de San Lorenzo, en el Museo Nacional de Antropología.

Artículo principal: San Lorenzo (zona arqueológica)

El centro olmeca más antiguo es el de San Lorenzo (1150 a. C. aproximadamente.), municipio de


Texistepec, situado en la cuenca del río Coatzacoalcos, en el estado de Veracruz. El inicio del
florecimiento de la cultura olmeca en este sitio comenzó alrededor del año 1150 a. C., época de la
que datan la mayor parte de las esculturas y elementos arquitectónicos que caracterizan a la
cultura olmeca, muchos de los cuales se conservan en el sitio. San Lorenzo fue saqueado en el año
900 a. C. y las esculturas monumentales sufrieron un intento de destrucción; algunas se
enterraron, y otras fueron trasladadas al centro ceremonial.

La Venta

Pirámide principal de La Venta, la pirámide más antigua de Mesoamérica.

Artículo principal: La Venta

Fue el centro ceremonial más importante de los olmecas. Esta antigua ciudad se distingue por
representar el primer trazo arquitectónico planificado en el México antiguo, su arquitectura
monumental de tierra, su gran acervo escultórico y sus ofrendas de jade, al igual que por sus
ofrendas masivas, únicas en el mundo prehispánico. En los alrededores de La Venta se han
encontrado vestigios culturales que datan de 1750 antes de Cristo, aunque la ocupación principal
se concentra entre el 1200 y el 400 antes de Cristo.2 Cuenta con la pirámide más antigua de
Mesoamérica y también se han encontrado cabezas colosales y tronos, que merecen especial
reconocimiento por el hecho de que para construirlas, tuvieron que ser transportados los enormes
bloques de basalto desde la Sierra de los Tuxtlas, a decenas de kilómetros de ahí, ya que por ser
una zona pantanosa y arenosa, no había piedras. Se cree que pudo llegar a albergar hasta 20 000
habitantes en ese lugar.

Los Tres Zapotes

Altar 5 en el Parque-Museo La Venta.

Artículo principal: Tres Zapotes

El centro ceremonial de Tres Zapotes fue el último en desarrollarse. Es el más conocido porque fue
el que sobrevivió hasta una época más cercana, pero la civilización olmeca que se desarrolló aquí
fue una cultura ya en decadencia, no el esplendor que vivió en los centros ceremoniales
anteriores.
Estos centros ceremoniales tenían función de ciudades, y en ellos se construyeron edificaciones de
tierra y adobe, por lo cual han perdurado pocos restos. Se construyeron montículos con templos
en la parte superior, lo que se podía considerar como un precursor de las pirámides
mesoamericanas. También construyeron edificaciones en torno a patios centrales, característicos
de las civilizaciones posteriores en la zona. Desde el 900 a. C. existen pruebas de bruscos cambios
políticos; como muestra el intento de destrucción de algunas de las cabezas olmecas.

Si para la mayoría de los especialistas como Michael D. Coe o Richard Diehl, la cultura olmeca es
originaria de la costa del Golfo (ZMO: Zona Metropolitana Olmeca), para la escuela francesa
promovida por Christine Niederberger3 y desarrollada en particular por Caterina Magni,4 la
cultura olmeca aparece como un conjunto multiétnico y plurilingüístico que se extiende sobre la
mayor parte de Mesoamérica desde 1200 hasta 500 a. C.

La presencia olmeca se certifica en México (costa del Golfo, costa del Pacífico y altiplano central),
principalmente en la zona costera del Golfo de México entre los ríos Papaloapan y Grijalva, pero
también en lugares como Chalcatzingo (Morelos), Teopantecuanitlán (Guerrero).

Más allá de las fronteras mexicanas, vestigios de una presencia olmeca se encuentran en
Guatemala (Takalik Abaj), Belice, El Salvador, Honduras, y Nicaragua.

Economía

La economía de los olmecas estaba basada principalmente en los productos agrícolas, con los que
comerciaban tanto entre ellos como con otros pueblos vecinos, sobre todo con los pueblos
nómadas, principalmente los olmecas reproducían cultivo del maíz, además del frijol, calabaza,
cacao, entre otros.

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