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El interés legítimo en el amparo como derecho humano y la sombra

tétrica kelseniana.

Publicado el 25 de octubre de 2017

Juan Miguel Nieto Castro

Estudiante de la maestría de Derecho constitucional y amparo, Universidad


Autónoma de San Luis Potosí,miguel.nieto.seddem@gmail.com

Con la reforma constitucional a los diversos artículos de la Constitución en el


2011, se introdujo al sistema jurídico mexicano el interés legítimo.

Antes de la reforma, el control de constitucionalidad era limitado, ya que


existían actos que no estaban considerados por la Constitución y, aunque eran
inconstitucionales, el gobernado no los podía reclamar y hacer valer.

Con esto, ahora todo aquel que resienta una afectación real y directa a su
esfera jurídica, y por ende, si una noma general no otorga o prevé esa
afectación, puede llevar a cabo la acción constitucional para la protección de
sus derechos, sin poseer el interés jurídico por la vía del amparo.

El problema que resulta es que la autoridad jurisdiccional sigue desechando


amparos por no poseer el interés legítimo, y sobre todo, su tutela es muy
difícil, aunque la Suprema Corte de Justicia de la Unión ha establecido que
con que exista una causa de pedir, o causa petendi, el juez o magistrado está
obligado a estudiar de fondo los conceptos de violación planteados en una
demanda de amparo.

El trabajo que proponemos es desarrollar los fines y alcances concretos de un


interés legítimo como nueva figura en el juicio de amparo, la cual debe ser
estudiada y analizada de fondo, ya que esta tutela le otorga al gobernado una
protección más amplia, en el sentido de poder exigir un acto reclamado sin
que el quejoso posea el interés legítimo. Asimismo, señalar o hacer hincapié
en que la misma Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
establece un freno al momento de no confundir el interés simple con el interés
legítimo, al momento de que por actos de tribunales solamente se puede
aducir tener el interés jurídico.

Para una mejor comprensión se expondrán las diferencias entre interés


legítimo, interés jurídico y derecho subjetivo.
Diferencia entre interés legítimo y derecho subjetivo
El derecho subjetivo es el que otorga una norma donde se establece una
protección o una obligación hacia el gobernado, y que éste puede reclamar
mediante una acción cuando su esfera de derecho se vea vulnerada por un
particular —siempre y cuando los actos del particular estén fundamentados en
un norma general— o una autoridad. El derecho subjetivo es aquel que ve
expresamente el supuesto y la solución a éste.

Artículo 1080 del Código Civil de San Luis Potosí: Prescripción, es un


medio de adquirir bienes o librarse de obligaciones, mediante el transcurso de
cierto tiempo y bajo las condiciones establecidas por la ley.

Con esto podemos observar que el ordenamiento jurídico objetivo otorga a


una persona un derecho, el de prescripción, pero una vez que se le otorga se
subjetiviza este derecho proveniente del ordenamiento jurídico objetivo. Por lo
cual, reclamar ese derecho en un juzgado solamente corresponde a quien
ejerció con el tiempo la prescripción, no puede el vecino u otra persona.

Por otra parte, el interés legítimo es cuando los actos que provienen de la
autoridad no son realizados por actos de tribunales, es decir, tratándose de
actos realizados por autoridades distintas a las jurisdiccionales. No se
requiere el agravio personal y directo, sino que el quejoso, en este supuesto,
debe probar ser titular de un interés legítimo individual o colectivo.

Para una mejor exposición recurrimos al siguiente ejemplo;

Ejemplo de derecho subjetivo

Para efectos de simplicidad, en el presente ensayo se relata sin formalidades


el siguiente ejemplo:

Pedro se divorcia de Lupita. Mediante un divorcio encausado, Lupita presenta


la demanda, y como es encausado, inmediatamente se le da vista a la parte
contraria, y quiera o no, se decreta el divorcio. A la par, todas las demás
cuestiones familiares, económicas, de derechos y demás, se llevan a cabo
mediante incidentes aparte.

En este supuesto, cualquiera de los ex cónyuges puede acudir ante el juez


familiar, pero no puede acudir el amante. ¿Qué queremos decir con esto?
Imaginemos que el amante se llama José, y que acude ante el juez para
manifestar mediante petición: solicito a usted, juez, que decrete la expulsión
de Pedro de la morada conyugal. El juez, por lógica jurídica, responderá que
no puede conceder lo que exige, ya que José no tiene un interés jurídico
dentro del asunto, aunque crea que sí, ya que su interés es entrar a la
propiedad.

Aquí debemos resaltar lo siguiente: ¿José tiene un interés? A nuestro parecer,


sí, que es el que Pedro salga de la propiedad para que la disfrute él. Ahora, si
el amante reclama mediante incidente la expulsión de Pedro para poder
ingresar al inmueble, nos debemos preguntar: ¿José tiene un interés jurídico?
La respuesta es no; podrá tener un interés simple, pero jurídico no.

Para complementar y exponer de mejor forma nuestra anterior afirmación,


continuemos con el ejemplo:

Una vez resuelto el incidente interpuesto por José, el juez decreta que no es
parte, ya que no hay un interés jurídico, y por lo mismo, no puede promover
una apelación y se va al amparo. ¿Podrá promover José una demanda de
amparo? Sí puede, pero lo más seguro es que el juez de distrito deseche la
demanda, ya que éste no posee un agravio personal y directo (es un acto
realizado por un tribunal), y puede ser que José manifieste: juez, yo tengo un
interés legítimo, y es que Pedro salga del inmueble. El juez simplemente
puede contestar: sí, pero tratándose de actos realizados por tribunales
siempre se requiere que el agravio sea personal y directo, es decir, que se
posea un interés jurídico, no solamente ser titular de un derecho subjetivo o
un interés legítimo; tú, José, no eres titular de un interés jurídico, no se está
agraviando personal y directamente ninguno de esos derechos.

En su caso, lo tienen los ex cónyuges por ser parte, pero tú no.

Con este ejemplo esperamos haber expuesto correctamente de qué manera


se puede diferenciar el interés jurídico (derecho subjetivo) del interés legítimo,
ya que el agravio personal y directo es un pilar fundamental dentro del juicio
de amparo, y un requisito que se debe de satisfacer por parte del gobernado
(quejoso).

Ejemplo del interés legítimo

Imaginemos que Juan compra una propiedad en un lugar donde no ha llegado


la civilización. Esta propiedad la construye para descansar, lleva animales
para que estén en su jardín, y por ese jardín pasa un arroyo donde todos sus
animales beben.
Un día Juan se da cuenta de que sus animales comienzan a morir, y observa
que el color del agua del arroyo está cambiando de color. El propietario del
inmueble comienza a investigar y se da cuenta de que una empresa está
desechando tóxicos en ese arroyo.

Debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿contra el permiso que otorgó el


Estado a la empresa, de parte de Juan existe un agravio personal y directo?

La respuesta es no, ya que no existe un derecho subjetivo. Hay que recordar


que el derecho subjetivo es aquel que emana, precisamente, de la ley, y que
el propio derecho objetivo, que es una norma, le otorga a un sujeto un
derecho. Con el ejemplo planteado, ¿en qué norma viene el supuesto de que
al momento de comprar una propiedad por donde pase un arroyo, río, o
cuerpo de agua, el propietario tendrá derecho a la cancelación de la licencia
del empresario que desecha residuos tóxicos? Entonces nos surge esta
pregunta:

¿Existe un derecho subjetivo? No. Pero sí existe un interés legítimo, ya que


está afectando al propietario con ese acto, con el otorgamiento de la licencia.
Así, aunque la norma no otorgue un derecho a Juan, sí tiene un interés, y
como ese acto no proviene de un tribunal, el propietario puede promover un
amparo defendiendo su interés legítimo.

Ahora que ha quedado definido podemos tener un panorama más concreto


sobre el tema, por lo que al concluir el trabajo de investigación esperamos
señalar que la teoría kelseniana y de Ihering ya es obsoleta en nuestro
sistema jurídico mexicano.

Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV

Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ilayali G. Labrada


Gutiérrez

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