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PRINCIPIOS DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO

Los principios del procedimiento administrativo son los lineamientos generales


que rigen el desarrollo de los procedimientos administrativos, tanto en su fase de
iniciación, como en su fase de sustanciación y resolución. Estos principios tienen
como objetivo garantizar la transparencia, la eficiencia, la imparcialidad y la
justicia en el ejercicio de la función administrativa.

Principio de Legalidad

El principio de legalidad es uno de los principios fundamentales del derecho


administrativo. Este principio establece que las autoridades administrativas deben
actuar conforme a la ley, la Constitución y el derecho. En otras palabras, la
administración pública no puede actuar arbitrariamente, sino que debe
fundamentar sus actos en normas jurídicas. Este principio se aplica a todos los
actos administrativos, ya sean actos de gestión, actos de ejecución o actos de
sanción. Por ejemplo, una autoridad administrativa no puede otorgar una licencia
de construcción si no existe una ley que lo permita. Del mismo modo, una
autoridad administrativa no puede multar a una persona si la conducta que se
sanciona no está expresamente prohibida por la ley. El principio de legalidad tiene
una serie de consecuencias importantes. En primer lugar, garantiza la seguridad
jurídica de los administrados. Los administrados saben que la administración
pública sólo puede actuar en base a normas jurídicas, lo que les permite planificar
sus actividades y contar con un marco de referencia predecible. En segundo
lugar, el principio de legalidad protege los derechos fundamentales de los
administrados. Las autoridades administrativas no pueden restringir los derechos
fundamentales de los administrados si no existe una ley que lo autorice. En tercer
lugar, el principio de legalidad limita el poder de la administración pública. La
administración pública no puede actuar arbitrariamente, sino que debe
fundamentar sus actos en normas jurídicas. El principio de legalidad es un
principio fundamental del derecho administrativo que tiene una serie de
consecuencias importantes. Este principio garantiza la seguridad jurídica, protege
los derechos fundamentales de los administrados y limita el poder de la
administración pública.

Principio del Debido Procedimiento:

Los principios del procedimiento administrativo son los lineamientos generales


que rigen el desarrollo de los procedimientos administrativos, tanto en su fase de
iniciación, como en su fase de sustanciación y resolución. Estos principios tienen
como objetivo garantizar la transparencia, la eficiencia, la imparcialidad y la
justicia en el ejercicio de la función administrativa.

Principio de Buena Fe Procedimental


El principio de la buena fe es uno de los principios generales del Derecho que se
aplica en todas las ramas del ordenamiento jurídico, incluido el Derecho
administrativo. Se refiere al comportamiento leal y honesto que deben asumir los
particulares y autoridades para mantener un orden justo y permitir el goce
efectivo de los derechos y oportunidades de los asociados.

En el Derecho administrativo, el principio de la buena fe se aplica a las relaciones


entre la Administración Pública y los administrados. Se traduce en una serie de
deberes y obligaciones para ambas partes, entre los que se encuentran:

a. Para la Administración Pública:


Actuar con honestidad y transparencia, respetando los derechos de los
administrados.
Cumplir sus obligaciones legales y contractuales.
No abusar de su poder.

b. Para los administrados:


Actuar con veracidad y lealtad en sus relaciones con la Administración Pública.
Cumplir sus obligaciones legales y administrativas.
No abusar de sus derechos.
El principio de la buena fe tiene una gran importancia en el Derecho
administrativo, ya que contribuye a garantizar la legalidad, la seguridad jurídica y
la confianza de los ciudadanos en la Administración Pública.

Algunos ejemplos de la aplicación del principio de la buena fe en el Derecho


administrativo son los siguientes:

La Administración Pública debe actuar con buena fe en el ejercicio de sus


potestades discrecionales. Por ejemplo, si la Administración Pública tiene la
potestad de otorgar una licencia de construcción, debe evaluar las solicitudes de
forma imparcial y objetiva, sin discriminar a los administrados.
Los administrados deben actuar con buena fe en la presentación de documentos
a la Administración Pública. Por ejemplo, si un administrado presenta una
solicitud de subsidio, debe adjuntar los documentos que acrediten su situación
económica.
La Administración Pública debe respetar la confianza legítima de los
administrados. Por ejemplo, si la Administración Pública emite una resolución que
otorga un beneficio a un administrado, no puede revocarla de forma arbitraria.

Principio de predictibilidad y confianza legítima:

El principio de predictibilidad y el principio de confianza legítima son dos


principios estrechamente relacionados que buscan garantizar la seguridad
jurídica en las relaciones entre la Administración Pública y los administrados.
El principio de predictibilidad se refiere a la obligación de la Administración
Pública de brindar a los administrados información veraz, completa y confiable
sobre los procedimientos administrativos a su cargo. Esto incluye información
sobre los requisitos, trámites, duración estimada y resultados posibles que se
podrían obtener.

El principio de confianza legítima se refiere a la protección de las expectativas


legítimas que los administrados han generado en base a la actuación de la
Administración Pública. Esto significa que la Administración Pública no debe
variar su criterio de manera arbitraria o irrazonable, ya que ello podría generar
perjuicios a los administrados.

En la práctica, estos dos principios se complementan para garantizar que los


administrados puedan actuar con seguridad jurídica en sus relaciones con la
Administración Pública.

Por ejemplo, si la Administración Pública establece un plazo determinado para la


resolución de un procedimiento administrativo, los administrados pueden esperar
que su solicitud sea resuelta dentro de ese plazo. Si la Administración Pública
cambia su criterio y resuelve la solicitud fuera del plazo establecido, ello podría
vulnerar el principio de predictibilidad y el principio de confianza legítima.

En el Perú, estos principios se encuentran reconocidos en la Ley N° 27444, Ley del


Procedimiento Administrativo General. El artículo IV del Título Preliminar de esta
ley establece que la Administración Pública debe actuar conforme a los principios
de legalidad, imparcialidad, publicidad, probidad, celeridad, economía,
simplicidad, eficacia, eficiencia, informalismo, uniformidad, predictibilidad,
subsidiariedad, proporcionalidad, irretroactividad, y presunción de legitimidad.

Principio de Ejercicio legítimo del Poder en Derecho Administrativo:

El principio del ejercicio legítimo del poder en Derecho Administrativo es un


principio fundamental que establece que la Administración Pública debe actuar
dentro de los límites establecidos por la Constitución, la ley y el derecho.El
principio del ejercicio legítimo del poder tiene como objetivo garantizar que la
Administración Pública actúe de forma imparcial y objetiva, en beneficio del
interés general.

Principio de Responsabilidad:

El principio de responsabilidad en Derecho Administrativo es aquel que establece


que la Administración Pública debe responder por los daños o perjuicios que
cause a los particulares en el ejercicio de sus funciones. Este principio se
fundamenta en el hecho de que la Administración Pública, al ser un poder
público, debe actuar con diligencia y cuidado para evitar causar daños a los
particulares.

El principio de responsabilidad en Derecho Administrativo tiene dos vertientes: la


responsabilidad patrimonial y la responsabilidad disciplinaria.

La responsabilidad patrimonial es aquella que surge cuando la Administración


Pública causa daños o perjuicios a los particulares a través de sus actos o sus
omisiones. Esta responsabilidad puede ser directa, cuando la Administración
Pública es la única responsable del daño, o indirecta, cuando el daño es causado
por un tercero, pero la Administración Pública tiene responsabilidad por su acción
o su omisión.

La responsabilidad disciplinaria es aquella que surge cuando un funcionario


público comete una falta disciplinaria en el ejercicio de sus funciones. Esta
responsabilidad puede ser sancionada con la suspensión o la destitución del
funcionario público.

En el Derecho Administrativo peruano, el principio de responsabilidad se


encuentra regulado en la Ley 27444, Ley del Procedimiento Administrativo
General. Esta ley establece que la Administración Pública es responsable por los
daños y perjuicios causados a los administrados como consecuencia de la
inacción o la acción de sus órganos o agentes.

El principio de responsabilidad en Derecho Administrativo es un principio


fundamental que garantiza la protección de los derechos de los particulares
frente a los actos de la Administración Pública. Este principio obliga a la
Administración Pública a actuar con diligencia y cuidado para evitar causar daños
a los particulares.

Principio de Impulso de oficio:

El principio de impulso de oficio es un principio del derecho administrativo que


establece que la autoridad administrativa tiene la obligación de dirigir e impulsar
el procedimiento administrativo de oficio, es decir, sin necesidad de que los
administrados lo soliciten. Este principio tiene como finalidad garantizar la
celeridad y eficacia del procedimiento administrativo, así como la tutela del
interés público. En el derecho peruano, el principio de impulso de oficio se
encuentra regulado en el artículo IV, numeral 1.3 de la Ley del Procedimiento
Administrativo General (Ley 27444). Este artículo establece que las autoridades
deben dirigir e impulsar de oficio el procedimiento y ordenar la realización o
práctica de los actos que resulten convenientes para el esclarecimiento y
resolución de las cuestiones necesarias. El principio de impulso de oficio se
encuentra estrechamente relacionado con el principio de celeridad, el cual
establece que el procedimiento administrativo debe tramitarse de manera rápida
y oportuna. Ambos principios buscan garantizar que el procedimiento
administrativo se resuelva en el menor tiempo posible, a fin de proteger el interés
público y los derechos de los administrados.

Principio de Razonabilidad:

En el Derecho Administrativo peruano, el principio de razonabilidad es un


principio general de la administración pública que obliga a que las actuaciones de
la administración sean razonables, es decir, que guarden una relación adecuada
entre los medios empleados y los fines perseguidos. Este principio se encuentra
reconocido en la Constitución Política del Perú, en su artículo 200, último párrafo,
que establece que "los actos de la administración pública deben ser motivados,
fundados en derecho y congruentes con los fines de la institución a la que
pertenecen. Por ejemplo, si la administración decide imponer una multa a un
administrado, la multa debe ser adecuada al incumplimiento cometido, necesaria
para disuadir a otros administrados de cometer infracciones similares, y
proporcionada al beneficio que se obtiene con la multa.

Principio de Informalidad:

El principio de informalidad es uno de los principios fundamentales del


procedimiento administrativo. Consiste en la dispensa a los administrados de
cumplir con las formas no esenciales, es decir, aquellas que no están exigidas por
el orden público administrativo. El fundamento de este principio es la protección
de los derechos e intereses de los administrados, quienes se encuentran en una
posición de inferioridad frente a la administración pública. Las formalidades
excesivas pueden dificultar el ejercicio de sus derechos y, en algunos casos,
incluso pueden constituir un obstáculo insalvable.

Principio de Eficacia:

El principio de eficacia es uno de los principios fundamentales del Derecho


Administrativo. Se trata de un principio que establece que la Administración
Pública debe actuar de manera que logre los objetivos que le han sido
encomendados.

La eficacia administrativa se puede definir como la capacidad de la


Administración Pública para alcanzar los objetivos que le han sido
encomendados, de manera eficiente y oportuna. Este principio se encuentra
reconocido en la legislación de muchos países, incluyendo el Perú. En nuestro
país, el principio de eficacia se encuentra establecido en el artículo 3 de la Ley del
Procedimiento Administrativo General (Ley 27444). El principio de eficacia tiene
una serie de implicaciones en la actuación de la Administración Pública. En
primer lugar, obliga a la Administración a actuar de manera eficiente, es decir,
utilizando los recursos de manera racional y evitando los desperdicios. En
segundo lugar, obliga a la Administración a actuar de manera oportuna, es decir,
resolviendo los asuntos en un plazo razonable. El principio de eficacia se relaciona
con otros principios del Derecho Administrativo, como el principio de legalidad, el
principio de igualdad y el principio de buena fe.

Principio de Simplicidad

El principio de simplicidad en el derecho administrativo es un principio que


establece que los procedimientos administrativos deben ser sencillos y fáciles de
entender y seguir. Esto significa que los requisitos y plazos establecidos por la
administración deben ser racionales y proporcionales a los fines que se persiguen
cumplir. El principio de simplicidad tiene como finalidad facilitar el acceso de los
ciudadanos a los servicios públicos y garantizar el cumplimiento de los derechos
de los administrados. Además, contribuye a la eficiencia de la administración
pública, al reducir los costos y el tiempo que se requieren para llevar a cabo los
procedimientos. En el Perú, el principio de simplicidad está consagrado en el
artículo IV de la Ley del Procedimiento Administrativo General (Ley N° 27444). Este
artículo establece que los trámites establecidos por la autoridad administrativa
deberán ser sencillos, debiendo eliminarse toda complejidad innecesaria.

Principio de Celeridad

El principio de celeridad es uno de los principios que rigen el procedimiento


administrativo en el Perú. Se encuentra establecido en el artículo IV de la Ley del
Procedimiento Administrativo General, Ley Nº 27444, y consiste en la obligación
de la Administración Pública de tramitar los procedimientos administrativos de
manera dinámica, evitando actuaciones procesales que dificulten su
desenvolvimiento o constituyan meros formalismos, a fin de alcanzar una
decisión en tiempo razonable Este principio tiene como finalidad garantizar el
derecho de los administrados a obtener una respuesta oportuna de la
Administración Pública, así como a evitar que los procedimientos administrativos
se prolonguen innecesariamente. El principio de celeridad se encuentra
estrechamente relacionado con otros principios del procedimiento administrativo,
como el principio de eficacia, que exige que la Administración Pública adopte las
medidas necesarias para alcanzar los objetivos de sus actuaciones, y el principio
de economía, que exige que la Administración Pública utilice los recursos
públicos de manera eficiente y racional.

En el caso concreto del Perú, la Ley del Procedimiento Administrativo General


establece plazos máximos para la resolución de los procedimientos
administrativos. Estos plazos pueden ser modificados por ley o por reglamento,
pero siempre deben ser razonables y proporcionales a la complejidad del
procedimiento.
Principio de Razonabilidad

El principio de razonabilidad es un principio general del derecho que exige que


las decisiones de la administración pública sean razonables. Esto significa que las
decisiones deben estar justificadas, ser proporcionales al fin que se persigue y no
deben causar un daño excesivo a los intereses de los administrados. En el derecho
administrativo peruano, el principio de razonabilidad se encuentra reconocido en
el artículo 200°, último párrafo, de la Constitución Política del Perú, que establece
que "las leyes y los reglamentos deben ser claros, precisos y de aplicación general.
Los actos de la administración deben ser motivados y fundados en la ley

Principio de verdad material, Principio de Presunción de


Veracidad y Principio de Privilegio de controles
posteriores

Principio de verdad material

El principio de verdad material establece que la administración debe resolver los


procedimientos administrativos conforme a la verdad real de los hechos, sin
limitarse a la verdad formal de los documentos presentados por los
administrados.

Este principio implica que la administración debe realizar las actuaciones


necesarias para verificar la veracidad de los hechos que sustentan los
procedimientos administrativos, incluso si los administrados no aportan los
medios probatorios necesarios.

Principio de Presunción de Veracidad:

El principio de presunción de veracidad es un principio del derecho administrativo


peruano que establece que, en la tramitación de un procedimiento
administrativo, se presume que los documentos y declaraciones formulados por
los administrados en la forma prescrita por la Ley del Procedimiento
Administrativo General (Ley N° 27444), responden a la verdad de los hechos que
ellos afirman. Esta presunción admite prueba en contrario. Este principio tiene
como finalidad facilitar el acceso a los servicios públicos y la realización de
trámites administrativos, evitando que los administrados tengan que probar la
veracidad de los hechos que afirman, salvo que existan indicios de falsedad o
mala fe.

La presunción de veracidad es una consecuencia del principio de verdad material.


Este principio establece que, en la tramitación de los procedimientos
administrativos, se presume que los documentos y declaraciones formulados por
los administrados en la forma prescrita por la LPAG responden a la verdad de los
hechos que ellos afirman.

Esta presunción admite prueba en contrario, por lo que la administración puede


desvirtuarla si cuenta con elementos probatorios suficientes para demostrar que
los documentos o declaraciones son falsos.

Principio de Privilegio de controles posteriores:

El privilegio de controles posteriores establece que la tramitación de los


procedimientos administrativos se sustentará en la aplicación de la fiscalización
posterior. Esto significa que la administración debe realizar los controles
necesarios para verificar la veracidad de la información presentada por los
administrados, pero estos controles se realizan después de la emisión de la
decisión administrativa.

Este principio tiene como objetivo facilitar la tramitación de los procedimientos


administrativos y evitar que los administrados se vean obligados a aportar
documentos o información innecesaria.

Relación entre los principios

Los tres principios mencionados están relacionados entre sí. El principio de


verdad material es el fundamento de la presunción de veracidad, ya que esta
presunción permite que la administración pueda verificar la verdad real de los
hechos sin limitarse a la verdad formal de los documentos.

El privilegio de controles posteriores, por su parte, es un contrapeso a la


presunción de veracidad. Este principio permite a la administración verificar la
veracidad de la información presentada por los administrados, pero solo después
de la emisión de la decisión administrativa.

Ejemplos de aplicación

Los principios de verdad material, presunción de veracidad y privilegio de


controles posteriores pueden aplicarse en diversos supuestos. Por ejemplo,
pueden aplicarse en los siguientes casos:

- Un ciudadano solicita la inscripción de su matrimonio en el registro civil. La


administración debe verificar la veracidad de los documentos presentados
por el ciudadano, pero no puede exigirle que aporte documentos
adicionales si estos no son necesarios para acreditar el matrimonio.
- Una empresa solicita una licencia de funcionamiento. La administración
debe verificar que la empresa cumple con los requisitos establecidos en la
ley, pero no puede exigirle que aporte información innecesaria para
acreditar el cumplimiento de estos requisitos.
- Un funcionario público es denunciado por actos de corrupción. La
administración debe investigar la denuncia, pero no puede sancionar al
funcionario antes de que se haya comprobado su responsabilidad.

Principio de participación y Principio de acceso


permanente

Principio de participación
Principio de acceso permanente
Este principio tiene dos dimensiones:

Participación: Los administrados tienen derecho a participar en los


procedimientos administrativos que les afecten o interesen. Este derecho se
puede ejercer de diversas maneras, como presentando alegaciones, aportando
documentos, o participando en audiencias públicas.
Acceso permanente: Las entidades deben brindar las condiciones necesarias a
todos los administrados para acceder a la información que administren. Esto
incluye información sobre los procedimientos administrativos, los actos
administrativos, y los resultados de los procedimientos.

El principio de participación y acceso permanente tiene como objetivo garantizar


la transparencia, la eficiencia y la legitimidad de la actuación administrativa. Al
permitir que los administrados participen en los procedimientos administrativos y
accedan a la información pública, se fomenta la confianza de los ciudadanos en la
Administración Pública.

Algunos ejemplos de cómo se aplica este principio en la práctica son:

- La obligación de las entidades de publicar sus procedimientos


administrativos en el portal web de la entidad.
- La obligación de las entidades de dar audiencia a los administrados en los
procedimientos administrativos sancionadores.
- La obligación de las entidades de proporcionar copias de los documentos
administrativos a los administrados que lo soliciten.
Los principios de uniformidad, predictibilidad y buena fe
procedimental

Son principios generales del derecho administrativo que rigen los procedimientos
administrativos en el Perú. Estos principios tienen como objetivo garantizar la
transparencia, la eficiencia y la seguridad jurídica en la actuación de la
administración pública.

Principio de Uniformidad:

El principio de uniformidad es un principio general del derecho administrativo


que establece que la autoridad administrativa debe establecer requisitos similares
para trámites similares. Esto significa que si dos trámites tienen el mismo
propósito, los requisitos para completarlos deben ser los mismos o muy similares.
Este principio se fundamenta en la igualdad ante la ley. Todos los ciudadanos
deben ser tratados de manera justa y equitativa por parte de la administración
pública. El principio de uniformidad garantiza que las personas que soliciten los
mismos servicios o beneficios no sean discriminadas por motivos arbitrarios.
También se fundamenta en la eficiencia. La administración pública debe ser
eficiente en el uso de sus recursos. El establecimiento de requisitos uniformes
para trámites similares puede ayudar a reducir la burocracia y los costos. En el
Perú, el principio de uniformidad está consagrado en la Ley del Procedimiento
Administrativo General (Ley N° 27444). Esta ley establece que la autoridad
administrativa debe establecer requisitos similares para trámites similares,
garantizando que las excepciones a los principios generales no serán convertidos
en la regla general. Toda diferenciación deberá basarse en criterios objetivos
debidamente sustentados.

El principio de uniformidad establece que la autoridad administrativa debe


establecer requisitos similares para trámites similares. Esto significa que los
administrados deben ser tratados de manera igual ante la administración,
independientemente de su condición o ubicación.

Este principio se fundamenta en el derecho a la igualdad ante la ley, consagrado


en el artículo 2 inciso 2 de la Constitución Política del Perú.

Principio de Predictibilidad

El principio de predictibilidad es un principio del derecho administrativo que


establece que la administración pública debe brindar a los administrados
información veraz, completa y confiable sobre cada trámite, de modo tal que a su
inicio, el administrado pueda tener una conciencia bastante certera de cuál será el
resultado final que obtendrá. Este principio tiene como objetivo garantizar la
seguridad jurídica de los administrados, quienes deben poder contar con una
idea clara de lo que puede esperar de la administración pública antes de iniciar
cualquier procedimiento.La predictibilidad se logra a través de la publicidad de las
normas y procedimientos administrativos, así como de la claridad y precisión de
las mismas. La administración pública debe publicar en su portal web toda la
información necesaria para que los administrados puedan conocer sus derechos y
obligaciones, así como los requisitos y trámites necesarios para el ejercicio de los
mismos. Además, las normas y procedimientos administrativos deben ser claros y
precisos, evitando el uso de términos ambiguos o confusos. La administración
pública debe interpretar y aplicar las normas de manera uniforme, evitando
criterios discrecionales que puedan generar incertidumbre en los administrados.

El principio de predictibilidad establece que la autoridad administrativa debe


brindar a los administrados información veraz, completa y confiable sobre cada
trámite. Esto significa que los administrados deben tener una conciencia bastante
certera de cuál será el resultado final que se obtendrá al iniciar un procedimiento
administrativo.

Este principio se fundamenta en el derecho a la información, consagrado en el


artículo 2 inciso 14 de la Constitución Política del Perú.

Principio de buena fe procedimental

El principio de buena fe procedimental establece que todos los partícipes del


procedimiento administrativo deben actuar con respeto mutuo, colaboración y
buena fe. Esto significa que la autoridad administrativa, los administrados y sus
representantes deben actuar de manera honesta y transparente en el desarrollo
del procedimiento.

Este principio se fundamenta en el principio de buena fe, consagrado en el


artículo 136 del Código Civil peruano.

Aplicación de los principios

Los principios de uniformidad, predictibilidad y buena fe procedimental deben


aplicarse en todos los procedimientos administrativos, independientemente de su
naturaleza o complejidad.

La aplicación de estos principios contribuye a garantizar una actuación


administrativa transparente, eficiente y segura, lo que redunda en beneficio de los
administrados.

Algunos ejemplos de aplicación de los principios

El principio de uniformidad se aplica cuando la autoridad administrativa


establece requisitos similares para trámites similares, como por ejemplo, los
requisitos para obtener una licencia de conducir o una autorización para construir
una obra.
El principio de predictibilidad se aplica cuando la autoridad administrativa brinda
información veraz, completa y confiable sobre cada trámite, como por ejemplo,
información sobre los plazos, los requisitos y los costos del trámite.
El principio de buena fe procedimental se aplica cuando la autoridad
administrativa, los administrados y sus representantes actúan con respeto mutuo,
colaboración y buena fe, como por ejemplo, cuando la autoridad administrativa
brinda facilidades a los administrados para presentar sus pruebas o cuando los
administrados responden de manera oportuna a las solicitudes de la autoridad
administrativa.

FUENTES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO

Las fuentes del Derecho son los hechos o actos que producen normas
jurídicas. En el Perú, las fuentes formales del Derecho son las siguientes:

● La Constitución: Es la norma jurídica suprema del ordenamiento


jurídico peruano. La Constitución establece los derechos
fundamentales de los ciudadanos, los principios fundamentales del
Estado y la estructura del poder público.
● La ley: Es una norma jurídica emanada del Poder Legislativo. La ley
tiene rango inferior a la Constitución y su objetivo es regular las
materias no contempladas en la Constitución.
● Los tratados internacionales: Son acuerdos celebrados entre dos o
más Estados. Los tratados internacionales ratificados por el Perú
tienen rango constitucional.
● Los reglamentos: Son normas jurídicas emanadas del Poder
Ejecutivo. Los reglamentos tienen rango inferior a la ley y su objetivo
es desarrollar y ejecutar las leyes.
● La costumbre: Es una práctica reiterada y uniforme que es
considerada obligatoria por un grupo social. La costumbre tiene
rango inferior a la ley, pero puede ser invocada por los jueces para
resolver un caso concreto.

Clases de Fuentes del Derecho:

a. Fuentes de Producción: emanan disposiciones jurídicas que


regulan situaciones e inciden, en la situación jurídica de los
ciudadanos). Se les conoce también como fuentes de producción
directa.
b. Fuentes de interpretación: si bien no crean normas jurídicas, sirven
para interpretar el sentido de las mismas. La jurisprudencia es el
mejor ejemplo de ello. Se les conoce también como fuentes de
producción indirecta.

Las fuentes del Derecho Administrativo en el Perú son las siguientes:

● La Constitución: Es la fuente suprema del ordenamiento jurídico


peruano, y por lo tanto, también del Derecho Administrativo. La
Constitución establece los principios fundamentales del Derecho
Administrativo, como la división de poderes, el control de la actividad
administrativa por los jueces, y la protección de los derechos de los
administrados.
● La ley: La ley es la fuente principal del Derecho Administrativo. Las
leyes regulan las materias de competencia administrativa, como la
organización del Estado, la contratación pública, la protección del
medio ambiente, etc.
● Los reglamentos: Los reglamentos son normas administrativas que
tienen por objeto desarrollar las leyes. Los reglamentos pueden ser
emitidos por el Poder Ejecutivo, los gobiernos regionales y los
gobiernos locales.
● La jurisprudencia: La jurisprudencia es el conjunto de decisiones
judiciales que interpretan y aplican las normas jurídicas. La
jurisprudencia administrativa es fuente del Derecho Administrativo
cuando es reiterada y uniforme.
● La costumbre: La costumbre es una fuente del Derecho
Administrativo cuando es reconocida por el Estado. La costumbre
administrativa se forma por la repetición constante de actos de la
administración que son considerados como obligatorios por los
administrados.
● Los tratados internacionales: Los tratados internacionales suscritos
por el Perú forman parte del ordenamiento jurídico peruano, y por lo
tanto, también del Derecho Administrativo. Los tratados
internacionales de Derecho Administrativo regulan materias como la
contratación pública, la protección del medio ambiente, etc.

En el Perú, las fuentes del Derecho Administrativo se encuentran reguladas


por la Ley del Procedimiento Administrativo General, Ley N° 27444. Esta
ley establece que las fuentes del Derecho Administrativo son las siguientes:

● La Constitución
● Las leyes
● Los reglamentos
● Los actos administrativos
● Los tratados internacionales

La Ley del Procedimiento Administrativo General establece que las fuentes


del Derecho Administrativo se aplican de acuerdo con el siguiente orden
de prelación:

1. La Constitución
2. Los tratados internacionales
3. Las leyes
4. Los reglamentos
5. Los actos administrativos

Las normas con rango de ley son aquellas que tienen la misma jerarquía
que las leyes dictadas por el Poder Legislativo. En el Perú, existen los
siguientes tipos de normas con rango de ley:

● Leyes: Son las normas jurídicas dictadas por el Congreso de la


República. Las leyes pueden regular cualquier materia, siempre que
no sea una materia reservada a la Constitución o a otra norma con
rango de ley. - ley ordinaria - orgánica - de reforma constitucional -
reglamento del congreso.
● Decretos legislativos: Son las normas jurídicas dictadas por el
Presidente de la República, con la aprobación del Congreso de la
República, en materias que la Constitución le asigna al Poder
Legislativo. Los decretos legislativos deben ser aprobados por el
Congreso con mayoría absoluta de los votos de los congresistas
presentes.
● Decretos de urgencia: Son las normas jurídicas dictadas por el
Presidente de la República, con el refrendo del Consejo de Ministros,
en materias urgentes de necesidad pública y que no pueden ser
materia de delegación de facultades legislativas. Los decretos de
urgencia deben ser aprobados por el Congreso dentro de los 60 días
de su publicación, caso contrario caducan.
● Tratados internacionales: Los tratados internacionales celebrados
por el Estado peruano tienen rango de ley, siempre que sean
aprobados por el Congreso con mayoría absoluta de los votos de los
congresistas presentes.
● Reglamentos: Los reglamentos son las normas jurídicas dictadas por
el Poder Ejecutivo para la ejecución de las leyes. Los reglamentos no
pueden ir contra la Constitución, las leyes ni los tratados
internacionales.
● Normas regionales: Las normas regionales son las normas jurídicas
dictadas por los gobiernos regionales. Las normas regionales no
pueden ir contra la Constitución, las leyes ni los tratados
internacionales.
● Ordenanzas municipales: Las ordenanzas municipales son las
normas jurídicas dictadas por los gobiernos locales. Las ordenanzas
municipales no pueden ir contra la Constitución, las leyes, los
tratados internacionales, las normas regionales ni las normas
municipales de mayor jerarquía.

En conclusión, las normas con rango de ley son aquellas que tienen la
misma jerarquía que las leyes dictadas por el Poder Legislativo. En el Perú,
existen los siguientes tipos de normas con rango de ley: leyes, decretos
legislativos, decretos de urgencia, tratados internacionales, reglamentos,
normas regionales y ordenanzas municipales.

PROCESO DE EXPEDICIÓN DE UNA LEY

El proceso de expedición de una ley en Perú se inicia con la presentación


de un proyecto de ley ante el Congreso de la República. El proyecto de ley
puede ser presentado por un congresista, por el Poder Ejecutivo, por el
Tribunal Constitucional, por la Defensoría del Pueblo, por un grupo de
ciudadanos o por una organización social.

Una vez presentado el proyecto de ley, se remite a la comisión


correspondiente del Congreso, que es la encargada de estudiarlo y
elaborar un dictamen. El dictamen puede ser favorable, desfavorable o con
observaciones.

Si el dictamen es favorable, el proyecto de ley se remite al pleno del


Congreso para su debate y votación. El pleno puede aprobar el proyecto de
ley, rechazarlo o modificarlo.

Si el proyecto de ley es aprobado por el pleno del Congreso, se envía al


Poder Ejecutivo para su promulgación. El Poder Ejecutivo tiene un plazo de
15 días para promulgar la ley o presentar observaciones.
Si el Poder Ejecutivo no presenta observaciones, la ley se promulga y entra
en vigencia al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial El
Peruano.

Si el Poder Ejecutivo presenta observaciones, el Congreso tiene un plazo de


10 días para reconsiderar el proyecto de ley. Si el Congreso aprueba el
proyecto de ley con las observaciones del Poder Ejecutivo, la ley se
promulga y entra en vigencia al día siguiente de su publicación en el Diario
Oficial El Peruano. Si el Congreso rechaza las observaciones del Poder
Ejecutivo, la ley se promulga y entra en vigencia al día siguiente de su
publicación en el Diario Oficial El Peruano.

En resumen, el proceso de expedición de una ley en Perú consta de los


siguientes pasos:

1. Presentación del proyecto de ley ante el Congreso.


2. Estudio y elaboración de un dictamen por la comisión
correspondiente.
3. Debate y votación del proyecto de ley en el pleno del Congreso.
4. Promulgación de la ley por el Poder Ejecutivo.

El proceso de expedición de una ley en Perú puede durar varios meses,


dependiendo de la complejidad del proyecto de ley y de la cantidad de
observaciones que se presenten.

La vigencia de una ley en Perú está regulada por el artículo 109° de la


Constitución Política del Perú, que establece lo siguiente:

"La ley es obligatoria desde el día siguiente de su publicación en el


diario oficial, salvo disposición distinta de la misma ley que posterga su
vigencia en todo o en parte".

Por lo tanto, la regla general es que una ley entra en vigencia el día siguiente de
su publicación en el Diario Oficial "El Peruano". Sin embargo, la propia ley puede
establecer una fecha posterior para su entrada en vigencia, en todo o en parte.

Por ejemplo, una ley que modifica el Código Penal podría establecer que su
entrada en vigencia se posterga por un año, para que las personas tengan tiempo
de adaptarse a los cambios.
En el caso concreto de la fecha de hoy, 22 de enero de 2024, todas las leyes que
fueron publicadas en el Diario Oficial "El Peruano" el 21 de enero de 2024 entraron
en vigencia el día de hoy.

En el caso de las leyes que fueron publicadas en el Diario Oficial "El Peruano"
antes de la fecha de hoy, su vigencia dependerá de la fecha de publicación que se
establezca en la misma ley.

Por ejemplo, la Ley 31419, que modifica el Código Penal, fue publicada en el Diario
Oficial "El Peruano" el 29 de diciembre de 2022. La ley establece que su entrada en
vigencia se posterga por un año, por lo que su vigencia comenzará el 29 de
diciembre de 2023

La Potestad Reglamentaria
La Potestad Reglamentaria en el Derecho Administrativo es la atribución
que tiene la Administración Pública para dictar normas jurídicas de
carácter general, que complementan o desarrollan las leyes. Esta potestad
se encuentra fundamentada en el principio de legalidad, que establece
que la Administración Pública debe actuar conforme a la ley

En el Perú, un decreto supremo es un acto administrativo emitido por el


Presidente de la República, refrendado por los ministros competentes, que
tiene por objeto regular materias no comprendidas por el dominio legal,
para la ejecución de la ley y la administración del Estado.

Los decretos supremos tienen rango de ley, por lo que están sujetos a los
mismos principios de jerarquía, competencia, irretroactividad, publicidad,
no lesividad y presunción de legitimidad. Sin embargo, no pueden
modificar, derogar o interpretar leyes, salvo que estén expresamente
autorizados para ello.

Los decretos supremos pueden ser emitidos por el Presidente de la


República a iniciativa propia, o a propuesta de un ministro o de otro
funcionario o entidad del Estado. En este último caso, el Presidente de la
República puede aprobar, modificar o rechazar la propuesta.

La estructura de un decreto supremo es la siguiente:

● Título: Indica el objeto del decreto supremo.


● Considerandos: Expone los motivos que justifican la emisión del
decreto supremo.
● Disposiciones generales: Establece las normas generales que regulan
la materia objeto del decreto supremo.
● Disposiciones específicas: Establece las normas específicas que
regulan la materia objeto del decreto supremo.
● Disposiciones complementarias: Establece las normas
complementarias que regulan la materia objeto del decreto
supremo.
● Disposiciones finales: Establece las normas finales que regulan la
materia objeto del decreto supremo.

Los decretos supremos son publicados en el Diario Oficial "El Peruano" y


entran en vigencia a partir del día siguiente de su publicación.

Algunos ejemplos de decretos supremos son:

● El Decreto Supremo N° 001-2024-PCM, que declara el Estado de


Emergencia Nacional por la ocurrencia de la COVID-19.
● El Decreto Supremo N° 002-2024-MTC, que aprueba el Texto Único
Ordenado de la Ley General de Transportes y Comunicaciones.
● El Decreto Supremo N° 003-2024-MINCETUR, que aprueba el
Reglamento de la Ley de Promoción de la Inversión para el
Desarrollo Económico y Social de la Amazonía.

La tramitación de un decreto supremo en el Perú se rige por lo establecido


en la Ley del Procedimiento Administrativo General (Ley N° 27444), el Texto
Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo (TUO de la Ley N°
29158) y la Guía de Técnica Legislativa para la elaboración de Proyectos
Normativos de las Entidades del Poder Ejecutivo.

Los pasos para la tramitación de un decreto supremo son los siguientes:

1. Elaboración del proyecto de decreto supremo

El proyecto de decreto supremo es elaborado por la entidad que tiene


competencia para dictarlo. El proyecto debe estar debidamente
fundamentado y debe contener los siguientes elementos:

● Título: El título debe ser claro y preciso, y debe expresar el contenido


del decreto supremo.
● Considerandos: Los considerandos deben exponer las razones que
justifican la aprobación del decreto supremo.
● Disposiciones: Las disposiciones son las normas jurídicas que
contiene el decreto supremo.
2. Remisión del proyecto de decreto supremo al Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos

El proyecto de decreto supremo debe ser remitido al Ministerio de Justicia


y Derechos Humanos para su revisión técnica. El Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos tiene un plazo de 15 días hábiles para emitir un
informe técnico sobre el proyecto.

3. Remisión del proyecto de decreto supremo al Consejo de Ministros

El informe técnico del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos es


remitido al Consejo de Ministros, que lo aprueba o lo devuelve a la entidad
que lo elaboró para que lo modifique.

4. Publicación del decreto supremo

El decreto supremo aprobado por el Consejo de Ministros es publicado en


el diario oficial El Peruano.

En el caso de los decretos legislativos, que son normas con rango de ley, se
requiere además que sean remitidos al Congreso de la República para su
aprobación. El Congreso tiene un plazo de 15 días hábiles para
pronunciarse sobre el decreto legislativo. Si el Congreso no se pronuncia en
dicho plazo, el decreto legislativo entra en vigencia automáticamente.

En el caso de los decretos supremos que reglamentan una ley, el proyecto


de decreto supremo debe ser remitido a la Comisión de Constitución y
Reglamento del Congreso para su opinión. La Comisión de Constitución y
Reglamento tiene un plazo de 15 días hábiles para emitir su opinión.

En el caso de los decretos supremos que aprueban tratados


internacionales, el proyecto de decreto supremo debe ser remitido al
Congreso para su aprobación. El Congreso tiene un plazo de 30 días hábiles
para pronunciarse sobre el tratado. Si el Congreso no se pronuncia en
dicho plazo, el tratado entra en vigencia automáticamente
RESOLUCIONES MINISTERIALES:

Las resoluciones ministeriales son actos administrativos expedidos por los


ministros de Estado, en ejercicio de su competencia normativa. Tienen
rango de ley y son de cumplimiento obligatorio en todo el territorio
nacional.

Las resoluciones ministeriales se publican en el Diario Oficial El Peruano,


para que puedan ser conocidas por la ciudadanía.

El procedimiento para la aprobación de una resolución ministerial es el


siguiente:

1. El ministro de Estado elabora un proyecto de resolución ministerial.


2. El proyecto de resolución ministerial es revisado por la Secretaría
General del Ministerio.
3. El proyecto de resolución ministerial es aprobado por el Consejo de
Ministros.
4. La resolución ministerial es firmada por el presidente de la República
y el ministro de Estado respectivo.

Clasificación de los reglamentos por la relación con la ley

Una de las clasificaciones más importantes de los reglamentos es la que se


realiza en función de su relación con la ley. Esta clasificación distingue
entre tres tipos de reglamentos:

● Reglamentos de ejecución
● Reglamentos autónomos

A.Reglamentos de ejecución:

Los reglamentos de ejecución son aquellos que tienen como función


complementar o desarrollar una ley. Se limitan a concretar o matizar los
preceptos legales, sin contradecirlos ni excederse de su contenido.

Por ejemplo, la ley que regula la educación básica establece que la


educación primaria tendrá una duración de seis años. El reglamento de
ejecución de esta ley establecerá los contenidos curriculares, los criterios
de evaluación y las normas de organización y funcionamiento de los
centros educativos.
B. Reglamentos autónomos:

Los reglamentos autónomos son aquellos que regulan materias que no


han sido previstas por ninguna ley. En este caso, el reglamento tiene una
autonomía plena, ya que no está supeditado a ninguna ley.

Por ejemplo, el reglamento que regula el funcionamiento de la


Administración General del Estado no tiene su fundamento en ninguna ley
específica. Se trata de un reglamento autónomo que regula el
funcionamiento de la Administración, con independencia de las leyes que
regulan las materias que esta Administración tiene encomendadas.

La clasificación de los reglamentos por su alcance se basa en el territorio o


ámbito geográfico en el que tienen validez. De acuerdo con este criterio,
los reglamentos se pueden clasificar en:

● Reglamentos nacionales: Son aquellos que tienen validez en todo el


territorio nacional. Un ejemplo de reglamento nacional es el
Reglamento Nacional de Edificaciones, que establece las normas
técnicas para la construcción de edificaciones en todo el Perú.
● Reglamentos de organismos autónomos: Son aquellos que tienen
validez en el ámbito de un organismo autónomo del Estado. Un
ejemplo de reglamento de organismo autónomo es el Reglamento
de Organización y Funciones del Banco Central de Reserva del Perú,
que establece las normas que rigen la organización y
funcionamiento de este organismo.
● Reglamentos regionales: Son aquellos que tienen validez en el
ámbito de una región. Un ejemplo de reglamento regional es el
Reglamento de Zonificación y Uso del Suelo del Departamento de
Lima, que establece las normas que regulan el uso del suelo en el
departamento de Lima.
● Reglamentos municipales: Son aquellos que tienen validez en el
ámbito de un municipio. Un ejemplo de reglamento municipal es el
Reglamento de Tránsito del Distrito de San Juan de Miraflores, que
establece las normas que regulan el tránsito vehicular en este
distrito.

En el caso específico del Perú, la Constitución Política de 1993 establece


que los reglamentos pueden ser dictados por el Poder Ejecutivo, los
organismos autónomos del Estado y las municipalidades. En el caso de los
reglamentos nacionales, estos son dictados por el Poder Ejecutivo
mediante decretos supremos. En el caso de los reglamentos de
organismos autónomos, estos son dictados por los respectivos organismos
autónomos mediante resoluciones. En el caso de los reglamentos
regionales, estos son dictados por las respectivas regiones mediante
decretos regionales. En el caso de los reglamentos municipales, estos son
dictados por las respectivas municipalidades mediante decretos de
alcaldía.

LÍMITES

a. Subordinación positiva a la ley

El principio de subordinación positiva a la ley establece que los


reglamentos deben estar subordinados a la ley. Esto significa que los
reglamentos no pueden contradecir ni derogar la ley. En caso de que un
reglamento contradiga la ley, será nulo de pleno derecho.

Este principio se fundamenta en la idea de que la ley es la expresión de la


voluntad general, y que los reglamentos deben estar subordinados a ella.
La ley es la fuente del derecho, y los reglamentos no pueden alterar su
contenido.

b. Reserva de ley

El principio de reserva de ley establece que existen determinadas materias


que solo pueden ser reguladas por ley. Estas materias son las que afectan a
los derechos fundamentales, las libertades públicas, los tributos, el
régimen electoral, etc.

En caso de que un reglamento regule una materia reservada a la ley, será


nulo de pleno derecho. Este principio se fundamenta en la idea de que las
materias reservadas a la ley requieren de una regulación democrática, que
solo puede ser realizada por el Parlamento.

c. Inderogabilidad singular de normas reglamentarias

El principio de inderogabilidad singular de normas reglamentarias


establece que los reglamentos no pueden ser derogados o modificados
por un acto administrativo de igual o superior rango.
En caso de que un acto administrativo de igual o superior rango derogue o
modifique un reglamento, el reglamento conservará su vigencia hasta que
se dicte un nuevo reglamento que lo sustituya. Este principio se
fundamenta en la idea de que los reglamentos tienen una fuerza
normativa propia, y que no pueden ser derogados o modificados por actos
administrativos de igual o superior rango.

LAS FUENTES DE PRODUCCIÓN INDIRECTA O FUENTES DE


INTERPRETACIÓN DEL DERECHO ADMINISTRATIVO

Las fuentes de producción indirecta o fuentes de interpretación del


derecho administrativo son aquellas que no crean normas jurídicas de
forma directa, sino que sirven para interpretar las normas jurídicas
existentes. En el derecho administrativo peruano, estas fuentes se
encuentran reguladas en el artículo 4 del Texto Único Ordenado de la Ley
del Procedimiento Administrativo General (TUO de la LPAG).

Las fuentes de producción indirecta del derecho administrativo son las


siguientes:

● La jurisprudencia: La jurisprudencia es el conjunto de sentencias


emitidas por los tribunales de justicia. En el derecho administrativo,
la jurisprudencia tiene especial importancia, ya que los tribunales
administrativos tienen la facultad de interpretar las normas
administrativas.
● La doctrina: La doctrina es el conjunto de opiniones de los juristas
sobre el derecho. La doctrina puede ser utilizada para interpretar las
normas administrativas, pero su fuerza obligatoria es menor que la
de la jurisprudencia.
● Los principios generales del derecho: Los principios generales del
derecho son normas jurídicas generales que no están establecidas
en forma expresa en una norma jurídica. Los principios generales del
derecho pueden ser utilizados para interpretar las normas
administrativas, ya que sirven para complementar su contenido.
● La costumbre: La costumbre es un hábito o práctica reiterada que se
considera obligatoria por la sociedad. La costumbre puede ser
utilizada para interpretar las normas administrativas, pero su fuerza
obligatoria es menor que la de la ley.

La jurisprudencia es la fuente de producción indirecta más importante del


derecho administrativo. La jurisprudencia administrativa es emitida por los
tribunales administrativos, como el Tribunal Constitucional, el Tribunal de
Justicia Administrativa, y los tribunales administrativos regionales.

La doctrina es una fuente de producción indirecta importante, pero su


fuerza obligatoria es menor que la de la jurisprudencia. La doctrina es
emitida por los juristas, que son los estudiosos del derecho.

Los principios generales del derecho son una fuente de producción


indirecta importante, ya que sirven para complementar el contenido de las
normas administrativas. Los principios generales del derecho son normas
jurídicas generales que no están establecidas en forma expresa en una
norma jurídica.

La costumbre es una fuente de producción indirecta importante, pero su


fuerza obligatoria es menor que la de la ley. La costumbre es un hábito o
práctica reiterada que se considera obligatoria por la sociedad.

Las fuentes de producción indirecta del derecho administrativo se utilizan


para interpretar las normas administrativas. La interpretación es el proceso
por el cual se determina el significado de una norma jurídica. La
interpretación es importante, ya que permite aplicar las normas jurídicas
de forma correcta.

En el derecho administrativo, el precedente administrativo es una


resolución o decisión administrativa que es tomada por un órgano
administrativo y que, en virtud de su carácter vinculante, debe ser seguida
por otros órganos administrativos en casos futuros análogos.

La figura del precedente administrativo se encuentra reconocida en el


Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso
Administrativo (CPACA) de Colombia, en su artículo 35. Esta disposición
establece que:

"Las decisiones adoptadas con anterioridad por un mismo


órgano administrativo aplicando las mismas normas ante
idénticos supuestos de hecho, constituyen precedente para el
mismo órgano administrativo, salvo que la resolución del caso
anterior haya sido ilegal, o salvo que un motivo de interés público
justifique un cambio de criterio".
La doctrina administrativa ha señalado que el precedente administrativo
cumple con las siguientes características:

● Unicidad: El precedente administrativo debe ser dictado por un


único órgano administrativo.
● Identidad de normas: Las normas aplicadas en el precedente
administrativo deben ser las mismas que deben aplicarse en el caso
futuro análogo.
● Identidad de supuestos de hecho: Los supuestos de hecho del
precedente administrativo deben ser idénticos a los del caso futuro
análogo.

El precedente administrativo tiene una serie de efectos jurídicos, entre los


que se encuentran:

● Vinculación: Los órganos administrativos están obligados a seguir el


precedente administrativo en casos futuros análogos.
● Coherencia: El precedente administrativo contribuye a la coherencia
de la actuación administrativa.
● Previsibilidad: El precedente administrativo permite a los ciudadanos
conocer con mayor certeza cómo será resuelta su solicitud por la
administración.

El precedente administrativo es una figura importante en el derecho


administrativo, ya que contribuye a la seguridad jurídica, la coherencia y la
predictibilidad de la actuación administrativa.

La doctrina es la interpretación del derecho que realizan los juristas, a


través de sus escritos, clases, conferencias, etc. En el caso del derecho
administrativo, la doctrina puede ser un importante instrumento para la
interpretación y aplicación del derecho, pero también puede tener algunos
inconvenientes.

Argumentos a favor

● La doctrina es una fuente de conocimiento y análisis del derecho


administrativo. Los juristas especializados en esta materia realizan un
estudio profundo del derecho administrativo, que puede ser muy útil
para comprender su funcionamiento y sus principios.
● La doctrina puede ayudar a interpretar el derecho administrativo en
casos difíciles o ambiguos. Cuando la ley no es clara, la doctrina
puede proporcionar elementos de interpretación que ayuden a los
jueces y a los demás operadores jurídicos a resolver los casos.
● La doctrina puede contribuir a la evolución del derecho
administrativo. Los juristas pueden proponer nuevas interpretaciones
del derecho administrativo, que pueden ser adoptadas por los jueces
o por el legislador.

Argumentos en contra

● La doctrina puede ser subjetiva y estar influenciada por las opiniones


personales de los juristas. No siempre es posible determinar si la
interpretación que realiza un jurista es la correcta, o si está
simplemente reflejando sus propias ideas.
● La doctrina puede no ser uniforme, lo que puede dar lugar a
contradicciones y confusiones. Diferentes juristas pueden interpretar
el mismo precepto de manera diferente, lo que puede dificultar la
aplicación del derecho.
● La doctrina no es vinculante para los jueces o para los demás
operadores jurídicos. Los jueces pueden seguir o no la doctrina,
dependiendo de su propio criterio.

En conclusión, la doctrina puede ser una herramienta muy útil para el


derecho administrativo, pero es importante tener en cuenta sus
limitaciones. La doctrina no debe ser considerada como una fuente de
derecho obligatoria, pero sí puede ser un importante instrumento para
interpretar y aplicar el derecho.

En el Perú, la doctrina tiene un papel relevante en el derecho


administrativo. Los juristas peruanos han realizado un importante trabajo
de estudio e interpretación del derecho administrativo, que ha contribuido
a su desarrollo y evolución. Sin embargo, también es cierto que la doctrina
peruana no siempre es uniforme, lo que puede dar lugar a contradicciones
y confusiones.

La práctica administrativa

La práctica administrativa es la aplicación de los principios, teorías y


técnicas de la administración en el ámbito real. Es el proceso de llevar a
cabo las funciones administrativas de planificación, organización, dirección
y control en una organización.
La práctica administrativa se realiza en todos los tipos de organizaciones,
públicas, privadas y sin fines de lucro. Incluye las actividades de
planificación, organización, dirección y control de los recursos humanos,
materiales, financieros y tecnológicos de la organización.

La práctica administrativa es importante para el éxito de cualquier


organización. Permite que las organizaciones alcancen sus objetivos de
manera eficiente y eficaz.

La práctica administrativa es importante para el éxito de cualquier


organización por las siguientes razones:

● Permite que las organizaciones alcancen sus objetivos de manera


eficiente y eficaz. La planificación ayuda a las organizaciones a
establecer objetivos claros y a desarrollar planes para alcanzarlos. La
organización ayuda a las organizaciones a coordinar sus recursos de
manera eficiente. La dirección ayuda a las organizaciones a motivar e
inspirar a sus empleados para que trabajen juntos para alcanzar los
objetivos. El control ayuda a las organizaciones a asegurarse de que
sus actividades se lleven a cabo según lo planeado.
● Ayuda a las organizaciones a adaptarse a los cambios. El mundo
empresarial está en constante cambio. La práctica administrativa
ayuda a las organizaciones a adaptarse a estos cambios para que
puedan seguir siendo competitivas.
● Mejora la eficiencia y la productividad. La práctica administrativa
ayuda a las organizaciones a ser más eficientes y productivas al
utilizar sus recursos de manera más eficiente

EL TUO Y EL TUPA

El TUO y el TUPA son dos documentos normativos que regulan los


procedimientos administrativos ante las entidades de la Administración
Pública peruana.

El TUO:, o Texto Único Ordenado, es la versión oficial de una ley o


reglamento que ha sido aprobada por el Poder Ejecutivo. En el caso del
TUO de la Ley del Procedimiento Administrativo General, aprobado por el
Decreto Supremo N° 004-2019-JUS, este contiene los principales principios
y normas que rigen los procedimientos administrativos en el Perú.
El TUPA:, o Texto Único de Procedimientos Administrativos, es un
documento que contiene información detallada sobre los procedimientos
administrativos que se pueden realizar ante una entidad de la
Administración Pública. Este documento debe incluir, al menos, la
siguiente información:

● Nombre del procedimiento administrativo


● Descripción del procedimiento administrativo
● Requisitos para iniciar el procedimiento administrativo
● Plazo para resolver el procedimiento administrativo
● Costo del procedimiento administrativo

El TUPA debe ser publicado en el Portal del Estado Peruano y en la sede de


la entidad de la Administración Pública que lo aprueba.

Diferencias entre el TUO y el TUPA:

La principal diferencia entre el TUO y el TUPA es que el TUO contiene las


disposiciones generales que rigen los procedimientos administrativos,
mientras que el TUPA contiene información detallada sobre los
procedimientos administrativos específicos que se pueden realizar ante
una entidad de la Administración Pública.

Otra diferencia importante es que el TUO es aprobado por el Poder


Ejecutivo, mientras que el TUPA es aprobado por la entidad de la
Administración Pública que regula el procedimiento administrativo.

Importancia del TUO y el TUPA:

El TUO y el TUPA son documentos importantes para los ciudadanos que


necesitan realizar trámites ante las entidades de la Administración Pública.
Estos documentos brindan información importante sobre los
procedimientos administrativos, lo que facilita a los ciudadanos conocer
sus derechos y obligaciones y realizar los trámites de manera correcta.
La ordenación y conducción del procedimiento administrativo

La ordenación y conducción del procedimiento administrativo es una de


las fases más importantes de este, ya que es en la que se determinan las
pautas y directrices que regirán su desarrollo. Esta fase se encuentra
regulada en los artículos 74 al 77 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del
Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas
(LPAC).

La ordenación del procedimiento administrativo se refiere a las


actuaciones que deben realizarse antes de iniciar la fase de instrucción,
con el objetivo de prepararla y garantizar su correcto desarrollo. Estas
actuaciones pueden consistir en:

● La determinación del órgano competente para la tramitación del


procedimiento.
● La determinación de la norma de procedimiento aplicable.
● La fijación del plazo para la iniciación del procedimiento.
● La convocatoria de los interesados para que comparezcan y ejerzan
sus derechos.

La conducción del procedimiento administrativo se refiere a las


actuaciones que deben realizarse durante la fase de instrucción, con el
objetivo de garantizar su normal desarrollo. Estas actuaciones pueden
consistir en:

● La práctica de las actuaciones necesarias para la instrucción del


procedimiento.
● La notificación de las actuaciones a los interesados.
● La resolución de las cuestiones que se planteen en el procedimiento.

En la ordenación y conducción del procedimiento administrativo, la


Administración tiene la obligación de actuar de forma imparcial y objetiva,
respetando los derechos de los interesados.

ELEMENTOS DE LA ORDENACIÓN Y CONDUCCIÓN DEL


PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO

La ordenación y conducción del procedimiento administrativo se compone


de los siguientes elementos:
● La determinación del órgano competente para la tramitación del
procedimiento.

El órgano competente para la tramitación del procedimiento es aquel que


tiene atribuida la competencia para resolver el asunto objeto del
procedimiento. En caso de que la competencia esté atribuida a varios
órganos, se deberá determinar cuál de ellos es el competente.

● La determinación de la norma de procedimiento aplicable.

La norma de procedimiento aplicable es la que regula el procedimiento


que se va a tramitar. En caso de que no exista una norma específica, se
aplicará la legislación general del procedimiento administrativo.

● La fijación del plazo para la iniciación del procedimiento.

El plazo para la iniciación del procedimiento es el tiempo que tiene la


Administración para iniciar el procedimiento. Este plazo se puede
establecer en la norma de procedimiento aplicable o en el acuerdo de
iniciación del procedimiento.

● La convocatoria de los interesados para que comparezcan y ejerzan


sus derechos.

La convocatoria de los interesados es el acto mediante el cual la


Administración notifica a los interesados el inicio del procedimiento y les
da la oportunidad de comparecer y ejercer sus derechos.

● La práctica de las actuaciones necesarias para la instrucción del


procedimiento.

Las actuaciones necesarias para la instrucción del procedimiento son


aquellas que permiten a la Administración obtener los elementos de juicio
necesarios para resolver el asunto objeto del procedimiento. Estas
actuaciones pueden consistir en la solicitud de información, la práctica de
pruebas, la celebración de audiencias o la emisión de dictámenes.

● La notificación de las actuaciones a los interesados.


La notificación de las actuaciones es el acto mediante el cual la
Administración comunica a los interesados las actuaciones que se han
realizado en el procedimiento.

● La resolución de las cuestiones que se planteen en el procedimiento.

Las cuestiones que se planteen en el procedimiento son aquellas que


pueden impedir o dificultar su normal desarrollo. Estas cuestiones pueden
ser resueltas por la Administración de oficio o a instancia de los
interesados.

Importancia de la ordenación y conducción del procedimiento


administrativo

La ordenación y conducción del procedimiento administrativo es una fase


muy importante de este, ya que es en la que se determinan las pautas y
directrices que regirán su desarrollo. Un correcto desarrollo de esta fase
puede contribuir a que el procedimiento se resuelva de forma rápida,
eficaz y justa.

Según el artículo 356 de la Ley del Procedimiento Administrativo General


(LPAG), la ordenación y conducción del procedimiento administrativo
corresponde al órgano competente para resolver. Este órgano es el
responsable de dirigir el procedimiento, velar por su normal desarrollo y
adoptar las medidas necesarias para asegurar su objetividad e
imparcialidad.

El órgano competente para resolver puede delegar la ordenación y


conducción del procedimiento en otro órgano de la misma entidad,
siempre que se trate de un órgano jerárquicamente inferior. La delegación
debe constar por escrito y debe especificar las facultades delegadas.

El órgano competente para resolver puede también encomendar a un


tercero la ordenación y conducción del procedimiento, siempre que se
trate de un profesional competente y que se cumplan los requisitos
establecidos en la ley.

Funciones del órgano competente para ordenar y conducir el


procedimiento
Las funciones del órgano competente para ordenar y conducir el
procedimiento son las siguientes:

● Dirigir el procedimiento y velar por su normal desarrollo.


● Adoptar las medidas necesarias para asegurar la objetividad e
imparcialidad del procedimiento.
● Resolver las cuestiones que se susciten en el curso del
procedimiento.
● Declarar la inadmisibilidad o improcedencia del procedimiento.
● Declarar la caducidad del procedimiento.
● Declarar la nulidad del procedimiento.
● Adoptar las medidas necesarias para la ejecución de la resolución
que ponga fin al procedimiento.

Medidas que puede adoptar el órgano competente para ordenar y


conducir el procedimiento

El órgano competente para ordenar y conducir el procedimiento puede


adoptar las siguientes medidas para asegurar la normal marcha del
procedimiento:

● Proponer la acumulación de procedimientos.


● Requerir a los interesados la subsanación de los defectos de sus
solicitudes.
● Solicitar información a otras entidades públicas.
● Designar un instructor del procedimiento.
● Suspender el procedimiento.
● Continuar el procedimiento.

Las medidas cautelares son aquellas medidas que se adoptan en el curso


de un procedimiento administrativo, con el fin de garantizar la eficacia del
acto que pudiera recaer al final de dicho procedimiento.

En el ordenamiento jurídico peruano, las medidas cautelares se


encuentran reguladas en el Título VII de la Ley 27444, Ley del
Procedimiento Administrativo General.

Características de las medidas cautelares

Las medidas cautelares se caracterizan por las siguientes notas:


● Son provisionales. Las medidas cautelares se adoptan durante el
curso del procedimiento administrativo, y tienen una duración
limitada, hasta que se dicte el acto definitivo.
● Son instrumentales. Las medidas cautelares tienen como finalidad
garantizar la eficacia del acto que pudiera recaer al final del
procedimiento administrativo.
● Son excepcionales. Las medidas cautelares solo pueden adoptarse
cuando se acredite la existencia de un riesgo cierto e inminente de
que se frustre la finalidad del procedimiento administrativo.

Clases de medidas cautelares

Las medidas cautelares pueden clasificarse en dos grupos:

● Medidas cautelares de carácter general. Son aquellas medidas que


pueden adoptarse en cualquier tipo de procedimiento
administrativo.
● Medidas cautelares de carácter especial. Son aquellas medidas que
se adoptan en procedimientos administrativos específicos.

Medidas cautelares de carácter general

Las medidas cautelares de carácter general son las siguientes:

● La suspensión de los efectos del acto administrativo impugnado.


Esta medida tiene por objeto suspender la ejecución de un acto
administrativo impugnado, hasta que se resuelva el recurso
administrativo interpuesto contra el mismo.
● La incautación de bienes. Esta medida tiene por objeto asegurar la
eficacia del acto administrativo que pudiera recaer en un
procedimiento administrativo sancionador.
● La intervención administrativa. Esta medida tiene por objeto
asegurar la eficacia del acto administrativo que pudiera recaer en un
procedimiento administrativo sancionador, mediante la intervención
de una entidad pública en las actividades de una persona natural o
jurídica.

Medidas cautelares de carácter especial

Las medidas cautelares de carácter especial son aquellas medidas que se


adoptan en procedimientos administrativos específicos. Por ejemplo, en el
procedimiento administrativo sancionador, se pueden adoptar las
siguientes medidas cautelares especiales:

● La suspensión de la actividad infractora. Esta medida tiene por


objeto suspender la actividad que se considera infractora de la
normativa administrativa.
● La clausura temporal de establecimientos. Esta medida tiene por
objeto clausurar temporalmente establecimientos que se consideran
infractores de la normativa administrativa.
● El decomiso de bienes. Esta medida tiene por objeto decomisar
bienes que se consideran producto de una infracción administrativa.

La celeridad es uno de los principios esenciales del procedimiento


administrativo, consagrado en el artículo 3 de la Ley del Procedimiento
Administrativo General (LPAG) del Perú. Este principio establece que los
procedimientos administrativos deben tramitarse con la mayor economía
de tiempo, sin que ello afecte el cumplimiento de los fines del
procedimiento.

Para garantizar la celeridad del procedimiento administrativo, es


importante que la ordenación y conducción del mismo se realice de
manera eficiente y eficaz. En este sentido, se pueden establecer una serie
de reglas que ayuden a promover la celeridad en los procedimientos
administrativos.

Reglas para la celeridad en la ordenación del procedimiento


administrativo

● Establecimiento de plazos máximos para cada fase del


procedimiento. Los plazos máximos deben ser claros y específicos, y
deben estar establecidos en la ley o en el reglamento del
procedimiento.
● Asignación de responsabilidades claras y específicas a los
funcionarios y servidores públicos que intervienen en el
procedimiento. Cada funcionario o servidor público debe tener
asignadas sus funciones y responsabilidades de manera clara y
precisa, de modo que se eviten retrasos por falta de coordinación o
comunicación.
● Utilización de medios electrónicos y digitales. La utilización de
medios electrónicos y digitales puede ayudar a agilizar los
procedimientos administrativos, al reducir los tiempos de traslado de
documentos y la necesidad de realizar trámites presenciales.

Reglas para la celeridad en la conducción del procedimiento


administrativo

● Actividad proactiva de la autoridad administrativa. La autoridad


administrativa debe actuar de manera proactiva en el
procedimiento, tomando las medidas necesarias para que el mismo
se desarrolle de manera oportuna.
● Revisión de los documentos presentados por los administrados. La
autoridad administrativa debe revisar los documentos presentados
por los administrados de manera expedita, para evitar retrasos
innecesarios.
● Atención oportuna de las solicitudes de los administrados. La
autoridad administrativa debe atender las solicitudes de los
administrados de manera oportuna, a fin de evitar que se generen
retrasos en el procedimiento.

La ordenación y conducción del procedimiento administrativo es una de


las funciones más importantes del órgano administrativo competente. Esta
función consiste en regular el curso del procedimiento, asegurando su
desarrollo regular, ordenado y eficaz.

Una de las medidas que el órgano administrativo puede adoptar para


ordenar y conducir el procedimiento es la acumulación de procedimientos.
La acumulación de procedimientos es la unión de dos o más
procedimientos administrativos en uno solo.

La acumulación de procedimientos puede ser de dos tipos:

● Acumulación objetiva: se produce cuando los procedimientos


acumulados tienen el mismo objeto o finalidad. Por ejemplo, la
acumulación de procedimientos de autorización de obras que se
realizan en el mismo terreno.
● Acumulación subjetiva: se produce cuando los procedimientos
acumulados tienen los mismos interesados o partes. Por ejemplo, la
acumulación de procedimientos de reclamación de una misma
deuda.
La acumulación de procedimientos puede ser solicitada por los
interesados o por el órgano administrativo competente. En el caso de que
sea solicitada por los interesados, el órgano administrativo competente
deberá resolver sobre su procedencia.

LA DOCUMENTACIÓN ADMINISTRATIVA

La documentación administrativa es el conjunto de documentos que se


producen en el ejercicio de la actividad administrativa. Estos documentos
tienen un carácter público y constituyen la memoria de la Administración.

La documentación administrativa tiene una serie de funciones, entre


las que destacan:

● Dejar constancia de los actos administrativos: Los documentos


administrativos recogen las decisiones, actuaciones y
procedimientos administrativos. De esta forma, constituyen la
prueba de los actos administrativos y permiten su control y
fiscalización.
● Servir como medio de comunicación: Los documentos
administrativos son el medio de comunicación oficial entre la
Administración y los ciudadanos, así como entre las diferentes
Administraciones públicas.
● Facilitar la información y la participación: Los documentos
administrativos deben estar accesibles a los ciudadanos, de forma
que puedan conocer su contenido y participar en los procesos
administrativos.

Los documentos administrativos se pueden clasificar en función de su


contenido, su forma o su función:

Según su contenido, los documentos administrativos se pueden


clasificar en:

● Documentos de decisión: Estos documentos contienen una


declaración de voluntad de un órgano administrativo. Por ejemplo,
las resoluciones, los acuerdos, las órdenes o las circulares.
● Documentos de comunicación: Estos documentos sirven para
comunicar información o instrucciones. Por ejemplo, las cartas, los
telegramas, los correos electrónicos o las notificaciones.
● Documentos de constancia: Estos documentos recogen datos o
hechos. Por ejemplo, las actas, los informes, las certificaciones o las
declaraciones.

Según su forma, los documentos administrativos se pueden clasificar


en:

● Documentos escritos: Estos documentos están redactados en un


soporte físico, como el papel. Por ejemplo, las cartas, los informes o
las actas.
● Documentos electrónicos: Estos documentos están almacenados en
un soporte electrónico, como un disco duro o una nube. Por ejemplo,
los correos electrónicos, las notificaciones o las declaraciones.

Según su función, los documentos administrativos se pueden clasificar


en:

● Documentos de trámite: Estos documentos se producen en el curso


de un procedimiento administrativo. Por ejemplo, las solicitudes, las
alegaciones o las pruebas.
● Documentos de terminación: Estos documentos ponen fin a un
procedimiento administrativo. Por ejemplo, las resoluciones, los
acuerdos o las sentencias.

La documentación administrativa es un elemento esencial de la


Administración pública. Los documentos administrativos permiten
garantizar la transparencia, la eficacia y la eficiencia de la Administración.

RESUMEN DE LECTURA MEDIDAS CAUTELARES EN EL PROCEDIMIENTO


ADMINISTRATIVO PERUANO DEL AUTOR ELOY ESPINOSA - SALDAÑA
BARRERA

El texto es un análisis detallado sobre las medidas cautelares en el


procedimiento administrativo peruano, escrito por Eloy Espinosa-Saldaña
Barrera. El autor examina las disposiciones legales y los principios que
rigen la aplicación de medidas cautelares en el marco de la Ley del
Procedimiento Administrativo General en el Perú. Se abordan aspectos
como la justificación de la incorporación de medidas cautelares, la relación
entre las medidas cautelares y las medidas provisionales, los requisitos para
la concesión de estas medidas, y el tratamiento otorgado a las medidas
cautelares dentro del ordenamiento jurídico peruano.
El análisis también hace referencia a la importancia de garantizar una
tutela efectiva de los derechos de los ciudadanos a través de la aplicación
de estas medidas. El autor ofrece una visión crítica de la situación actual y
plantea interrogantes sobre la coherencia del tratamiento dado a las
medidas cautelares en el Perú en comparación con los parámetros
establecidos en el derecho comparado.

El texto proporciona un enfoque detallado sobre la importancia y la


complejidad del procedimiento administrativo en el contexto peruano, así
como la relevancia de reconocer una actividad cautelar como una de las
obligaciones de toda autoridad administrativa. Se discuten las
características, los requisitos y el tratamiento otorgado a las medidas
cautelares en el procedimiento administrativo peruano, con referencias a la
legislación y la doctrina comparada.

El análisis se centra en la Ley N° 27444, que regula las medidas cautelares


en el procedimiento administrativo peruano, y examina en detalle el
artículo 146°, que establece las pautas de regulación general para las
medidas cautelares. El autor también hace referencia a otras disposiciones
de la ley que abordan aspectos relacionados con las medidas cautelares,
como los requisitos para su concesión, la temporalidad de las mismas y su
relación con las medidas provisionales.

RESUMEN DE LECTURA MANUAL DEL PROCEDIMIENTO


ADMINISTRATIVO GENERAL DEL AUTOR CHRISTIAN GUZMÁN NAPURÍ

El Manual del Procedimiento Administrativo General de Christian Guzmán


Napurí aborda la ordenación del procedimiento administrativo,
destacando las diferencias entre los procesos judiciales y los
procedimientos administrativos. El texto discute aspectos como el
principio de unidad de vista, las reglas para la celeridad de los
procedimientos, la conformación del expediente, la queja en el
procedimiento administrativo, las medidas cautelares y los incidentes
administrativos. Se enfatiza en las garantías del procedimiento, las
posiciones de las partes, la concepción del interés general y el esquema de
formalidad, destacando las diferencias de enfoque entre el procedimiento
administrativo y el proceso judicial. El texto también menciona la
aplicación de principios judiciales en el procedimiento administrativo y la
existencia de mecanismos para equilibrar la prevalencia de la
Administración respecto a los administrados. Además, se hace referencia a
la naturaleza cuasijurisdiccional del procedimiento administrativo trilateral,
que obliga a establecer garantías de igualdad entre las partes. El principio
de unidad de vista se destaca como un elemento distintivo del
procedimiento administrativo, implicando que los procedimientos se
desarrollan de oficio, de modo sencillo y eficaz, sin reconocer formas
determinadas o fases procesales rígidas, salvo disposición expresa en
contrario de la ley en procedimientos especiales. El texto proporciona una
visión detallada de los aspectos clave del procedimiento administrativo,
resaltando sus diferencias con el proceso judicial y enfatizando en las
garantías y principios que rigen el procedimiento administrativo.

RESUMEN DE SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EXP. N.º


047-2004-AI/TC

La sentencia del Tribunal Constitucional del Perú resuelve una demanda


de inconstitucionalidad interpuesta por el Gobierno Regional de San
Martín contra la Ley N.° 27971, que faculta el nombramiento de los
profesores aprobados en el Concurso Público autorizado por la Ley N.º
27491. La demanda se basa en que la Ley N.° 27491 habría perdido vigencia
por desuso y que la Ley N.° 27971 vulnera la autonomía regional en materia
educativa.

La sentencia analiza el sistema de fuentes del derecho peruano y los


principios de ordenación del mismo, y concluye que la Ley N.° 27971 no es
inconstitucional. Además, establece que la Ley N.° 27491 no ha perdido
vigencia y que la Ley N.° 27971 no vulnera la autonomía regional en materia
educativa.

La sentencia también aborda temas como el principio de no retroactividad


de las normas, la derogación por desuso, la competencia en materia
educativa entre el gobierno nacional y los gobiernos regionales, y la
importancia del principio de competencia para determinar una infracción
indirecta de la Constitución.

En cuanto a la competencia en materia educativa, la sentencia establece


que la Ley N.° 27971 no vulnera la autonomía regional en materia educativa,
ya que el gobierno nacional tiene competencia para nombrar a los
profesores de colegios estatales en todo el territorio nacional, incluyendo
las regiones. Además, la sentencia señala que la Ley N.° 27491 no ha
perdido vigencia por desuso, ya que el plazo de ejecución de 60 días que se
le otorgó no es un plazo perentorio y, por tanto, no implica la pérdida de
vigencia de la ley.
En resumen, la sentencia del Tribunal Constitucional del Perú establece
que la Ley N.° 27971 no es inconstitucional y que la Ley N.° 27491 no ha
perdido vigencia por desuso. Además, la sentencia aclara que el gobierno
nacional tiene competencia para nombrar a los profesores de colegios
estatales en todo el territorio nacional, incluyendo las regiones, y que la Ley
N.° 27971 no vulnera la autonomía regional en materia educativa.

RESUMEN DE LECTURA LOS PRINCIPIOS DEL PROCEDIMIENTO


ADMINISTRATIVO DEL AUTOR MIGUEL ALEJANDRO LÓPEZ OLVERA

En primer lugar, debemos aclarar que “El derecho se compone tanto de realidad
como de valores y normas”.Los principios o valores representan proposiciones
jurídicas o directivas, pero no tienen un desarrollo normativo; es decir, el principio
es más bien un criterio fundamental en sí mismo, que marca, de alguna manera,
el sentido de justicia de las normas jurídicas. Aunque podemos afirmar que
jurídicamente, la expresión regla de derecho, es más antigua que la de principio,
el empleo de la primera en la jurisprudencia romana arranca de la época
preclásica, y en ella constituye ya un término propio de la técnica jurídica. La
distinción que aclara más las relaciones que median entre ambos es la que
considera a los principios como conceptos o normas fundamentales y abstractos,
hayan sido o no objeto de una formulación concreta, y a la regla, como la locución
concisa y sentenciosa que sirve de expresión a un principio jurídico. Los principios,
“no son ‘reglas’ de las que se pueda deducir conclusiones por un razonamiento
lógico, son formas de comprender y hacer funcionar el derecho para que sea
justo”. Por ello, afirma Agustín Gordillo, “los valores o principios jurídicos son más
importantes que las normas; que éstas no pueden contradecir, en la solución del
caso, aquéllas”. El principio de derecho contenido en la ley, prácticamente ya no
es principio como fuente supletoria: es precepto legal.5 Los principios que
informan el propio sistema legal están implícitamente contenidos en el mismo;
aplicarlos es aplicar el espíritu de las leyes, y ello es aplicar las leyes mismas, que
de espíritu y letra se componen. Los principios de la ley, afirma Mans Puigarnau,
entran inmediatamente en vigor con la propia ley

Sobre los principios generales del derecho Los principios generales del derecho
son las premisas fundamentales jurídicas que buscan, con su aplicación, la
justicia, la equidad, el bien común, el bienestar social; son el contenido básico del
sistema, además de que tienen una superioridad jerárquica inevitable sobre los
demás elementos del sistema, de tal forma que la norma congruente con un
principio general será la que deba prevalecer.8 Por otra parte y desde el punto de
vista constitucional, los principios generales del derecho son una garantía
individual, porque su aplicación se desprende del artículo 14 de la Constitución, y
dicho artículo está dentro del título primero de nuestra Constitución, que es
donde se consagran, precisamente, las garantías individuales o derechos
fundamentales

Los principios del procedimiento administrativo

Los principios que rigen el procedimiento son, fundamentalmente, los de


legalidad, legalidad objetiva y debido proceso adjetivo, sin dejar de tener en
cuenta que los de seguridad jurídica, gratuidad, celeridad, economía, sencillez,
eficacia, eficiencia, publicidad, buena fe, descentralización, desconcentración y de
coordinación, también son muy importantes. Aunque, cabe aclarar que cualquier
principio general de carácter normativo, congruente con el espíritu del sistema,
puede ser empleado con fines hermenéuticos o de integración

EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO COMO GARANTÍA PARA EL


ADMINISTRADO

El mejor vehículo legal que tienen las autoridades administrativas para cumplir
con la garantía de audiencia prevista en el artículo 14 de la Constitución, es el
procedimiento administrativo. “En él la administración antes de pronunciarse y
dictar resolución, conoce la realidad concreta que examina y oye a los
administrados con la amplitud necesaria, recibiendo y valorando las pruebas que
éstos presentan y analizando las razones de hecho y de derecho que se deduzcan
para evitar pretensiones que puedan resultar injustas o ilegales”.16 El
procedimiento administrativo constituye una garantía de los derechos de los
particulares y asegura la pronta y eficaz satisfacción del interés general, mediante
la adopción de medidas y decisiones necesarias, por los órganos de la
administración. Por ello, dicho procedimiento sirve como protección jurídica para
el particular

Principio de legalidad:

Por ello, el principio de legalidad previsto en el primer párrafo del artículo 16 debe
ser entendido dentro de estas ideas, pues son las que han inspirado el
surgimiento del Estado de Derecho. La ley a la que se refiere el principio de
legalidad contenido en el artículo 16 es la disposición general, abstracta e
impersonal aprobada por el órgano legislativo, electo por el sufragio libre del
pueblo. Este principio obliga a que la administración pública se someta a la
norma dictada por el Congreso,22 ajustando sus actuaciones en todo momento a
una ley preexistente.23 La ley constituye el límite de la administración.24 En virtud
de este principio no se aceptan ya poderes personales; todo el poder es de la ley,
toda la autoridad que puede ejercitarse es la propia de la ley; sólo “en nombre de
la ley” se puede exigir la obediencia. Las autoridades administrativas no pueden
basarse, a falta de leyes expresas, en el ejercicio de las facultades discrecionales de
la administración pública, pues en tal caso el proceder o las determinaciones de
dichas autoridades administrativas se extralimitarían al grado de que los
particulares quedarían sujetos a su capricho; al contrario, las autoridades
administrativas deben ceñir sus determinaciones a los términos claros y precisos
de la ley, porque de lo contrario esas determinaciones conculcarían violación de
garantías individuales.

El principio de la legalidad objetiva es la aplicación razonada y jerárquica de los


grandes principios jurídicos, tales como el de razonabilidad o justicia natural,
ambos de nivel constitucional y supranacional, por encima de los frecuentes
desvaríos de la norma reglamentaria o del acto o comportamiento administrativo.
Lo que se busca con este principio es la verdad material, el conocimiento de la
realidad. No es posible que la administración se quede con el mero estudio de las
actuaciones, sino que debe buscar los medios por los cuales, al momento del
dictado de la decisión, se conozcan todas aquellas cuestiones que permitan el
conocimiento exacto o lo más próximo a los hechos.

Principio de informalismo a favor del administrado

En el procedimiento administrativo, en muchas ocasiones, suele prescindirse de


muchas condiciones formales, tanto en los escritos iniciales como en su
tramitación. Por ello, la inadecuación a las formas, no conlleva, en principio la
pérdida de un derecho dentro de dicho procedimiento La administración pública
intimará al particular para que subsane los defectos u omisiones, pero nunca
debe rechazar o no dar curso a sus prestaciones. Esta falta de rigidez en las
formas se aplica únicamente para el administrado, y no debe aplicarse este
principio para la actuación de la administración pública, la cual es reglada y debe
ser desarrollada dando pleno cumplimiento a lo establecido en la ley.33 Por eso
decimos que el procedimiento administrativo carece de formas estrictas, de
fórmulas sacramentales que obstaculicen o impidan la participación del
interesado, flexibilizando los requisitos para hacerla efectiva

Principio de Oficialidad

El procedimiento administrativo debe ser impulsado de oficio por la


administración pública, puesto que dicho procedimiento no sólo debe
representar una garantía para los administrados, sino una regla de buena
administración de los intereses públicos. Es decir, en aplicación del principio de
oficialidad el órgano administrativo impulsará el procedimiento en todos sus
trámites, ordenando los actos de instrucción adecuados. Dicho principio supone,
no solamente la impulsión de oficio, sino también la instrucción de oficio.
Corresponde a la autoridad administrativa la adopción de los recaudos
conducentes a su impulsión, hasta el dictado del acto final y, asimismo, el
desarrollo de la actividad necesaria para obtener las pruebas pertinentes para su
adecuada resolución.
Principio del Debido Proceso Adjetivo

La garantía del debido proceso se encuentra satisfecha cuando el individuo ha


sido notificado de la existencia del procedimiento que se le sigue o ha seguido, y
cuando, además, se le ha dado la oportunidad de ser oído y de probar, de algún
modo, los hechos que creyere conducentes a su descargo.El artículo 8o. de la
Convención que se refiere a las garantías judiciales consagra los lineamientos del
llamado “debido proceso legal” o “derecho de defensa procesal”, que consisten
“en el derecho de toda persona a ser oída con las debidas garantías y dentro de
un plazo razonable por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial,
establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación
penal formulada en su contra o para la determinación de sus derechos de carácter
civil, laboral, fiscal u otro cualquiera

El principio del debido proceso adjetivo dentro del procedimiento administrativo


comprende diversos aspectos: derecho a ser oído, derecho a
ofrecer y producir pruebas, y derecho a una decisión fundada.
1. Derecho a ser oído
La ley de procedimiento administrativo argentina dispone que con el derecho a
ser oído, el administrado tiene la posibilidad de: Exponer las razones de sus
pretensiones y defensas antes de la emisión de actos que se refieren a sus
derechos subjetivos o intereses legítimos, interponer recursos y hacerse
patrocinar y representar profesionalmente. Cuando una norma expresa permita
que la representación en sede administrativa se ejerza por quienes no sean
profesionales del derecho, el patrocinio letrado será obligatorio en los casos en
que se planteen o debatan cuestiones jurídicas.

Esta garantía comprende un leal conocimiento de las actuaciones


administrativas, posibilidad de exponer las razones de sus pretensiones y defensas
antes de la emisión del acto, y desde luego también después, interponiendo los
recursos correspondientes, a hacerse patrocinar y representar profesionalmente.
El derecho a ser oído cuando se va a tomar una decisión que afecta los derechos
de una persona es tanto una regla de buena administración como de buena
decisión judicial. Es también un importante criterio de
eficacia política y administrativa, hasta de buenas relaciones públicas y buenas
maneras

Principio de Seguridad Jurídica

La seguridad jurídica supone la certeza, estabilidad y razonabilidad en las normas


y actos que dicten las autoridades; es decir, la seguridad jurídica se opone a las
modificaciones bruscas, ilegítimas o irrazonables. La situación de un sistema
jurídico en el cual las normas o los actos gozan de estabilidad, considerada como
certidumbre en que los eventuales cambios normativos serán razonables y
previsibles, realizados por las autoridades legítimamente investidas de poder para
ello, respetarán siempre los derechos de las personas, permitiendo a los actores
del sistema estimar con un margen de alta probabilidad las consecuencias
legales futuras

Principio de gratuidad

La tramitación del procedimiento administrativo no genera gastos ni costas, ni los


servidores públicos perciben derechos por su intervención. Aunque más que ser
gratuito, en el procedimiento se debe hablar de ausencia de costas, ya que, si
surge algún gasto, relativo al derecho del administrado, debe ser afrontado por
éste con su patrimonio. Ausencia de costas en sede administrativa significa que
cada parte hace frente a sus propios gastos, sin que tenga derecho luego, en caso
de que salga favorable su resolución, a reclamar tales importes del contrario. El
acto final, que se puede concretar en la expedición de una licencia, un permiso o
una autorización, puede estar gravado, es decir, generar algún costo para el
administrado; pero ese gasto tiene que estar establecido en una ley, como puede
ser, por ejemplo, la Ley Federal de Derechos. Pero la tramitación del
procedimiento en sí mismo, no genera costos. Lo que este principio protege es
que el normal actuar del particular, con referencia a la administración, no
implique un cercenamiento a su facultad de impugnar las decisiones que de ella
emanan a través de un arancel que, en mayor o menor medida, constituya un
obstáculo al control que debe ser realizado.

Principio de economía

Dentro del procedimiento administrativo, el principio de economía se refiere a


que la actuación de la administración pública debe desarrollarse con ahorro de
trabajo, energía y costo, y atenta a la obtención del mayor resultado con el
mínimo esfuerzo, lo que en la práctica implica evitar a los administrados trámites
superfluos o redundantes y que se aminore el trabajo habitualmente recargado a
los órganos o servidores públicos, para así alcanzar una mayor eficiencia y eficacia
en la tramitación de las resoluciones o actos administrativos.

Principio de celeridad

Los sistemas de difusión, orientación y quejas contribuyen a la racionalización de


los procedimientos y al mejoramiento de la vida administrativa. Para que el
expediente goce de la rapidez debida, es preciso, principalmente, corregir
deficiencias dentro de la administración, manifestadas en la pérdida de tiempo en
notificaciones, despacho, firma, etcétera. Pero aunque así lo disponga la norma
legislativa, de hecho no lo es en muchas ocasiones, pues, lamentablemente, el
procedimiento se retrasa por diversas causas, bien por exceso de trabajo, o por no
estar éste bien organizado
Principio de eficacia y de eficiencia

La eficacia se refiere a la rapidez, la celeridad, y a la sencillez. La eficiencia, por su


parte, cumple como objetivo concreto que persigue el procedimiento de la
manera más económica posible, siendo el principio de economía su versión
positiva.

Principio de publicidad

La publicidad del procedimiento, o transparencia, es un principio general del


derecho tanto internacional e interno, y se ha incorporado al procedimiento
administrativo por medio del artículo III, inciso 5, de la Convención Interamericana
contra la Corrupción. La falta de publicidad y transparencia es sospecha y antesala
de corrupción, como surge inequívocamente de la convención interamericana
contra la corrupción

Principio de buena fé

El principio de la buena fe es un principio general del derecho, como tal,


constituye una de las bases del ordenamiento, informa la labor interpretativa de
las normas que le integran y cumple una importante función de integración en
los supuestos de la laguna. La buena fe a secas, nos dice Luis Díez-Picazo, es un
concepto técnico jurídico que se inserta en una multiplicidad de normas jurídicas
para describir o delimitar un supuesto de hecho.Otra cosa distinta es el principio
general de la buena fe. Aquí la buena fe no es ya un puro elemento de un
supuesto de hecho normativo, sino que engendra una norma jurídica completa,
que, además, se eleva a la categoría o al rango de un principio general del
derecho.

Principio de descentralización

Para el derecho administrativo es una forma jurídica en que se organiza la


administración pública mediante la creación de entes públicos por el legislador,
dotados de personalidad jurídica y patrimonio propios, y responsables de una
actividad específica de interés público.
La descentralización como forma de organización administrativa, y en relación
con el procedimiento administrativo, surge de la necesidad de imprimirle
dinamismo a ciertas acciones gubernamentales mediante el ahorro de los pasos
que implica el ejercicio del poder jerárquico de los entes centralizados.

Principio de desconcentración

Es la forma jurídico-administrativa en que la administración centralizada con


organismos o dependencias propios presta servicios o desarrolla acciones en
distintas regiones del territorio del país. Es el modo de estructurar los entes
públicos en su dependencia con el jefe del ejecutivo. Implica una manera de diluir
el poder y la competencia en los subordinados, para despachar asuntos.

Principio de coordinación

Conforme a este principio, la administración pública desarrolla su actuación con


coherencia. La coordinación es el resultado de una vinculación entre autoridades
y funciones diversas con el fin de lograr una actividad administrativa lo más
coherente, eficaz y uniforme

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