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CIUDADANA
La socialización es el proceso a través del cual se enseña a las personas a ser miembros competentes
de una sociedad. Describe las formas en que las personas llegan a comprender las normas y
expectativas sociales, a aceptar las creencias de la sociedad y a ser conscientes de los valores
sociales. La socialización ayuda a las personas a aprender a funcionar con éxito en sus mundos
sociales. ¿Cómo ocurre el proceso de socialización? ¿Cómo llegamos a adoptar las creencias, valores
y normas que representan su cultura inmaterial? Este aprendizaje se lleva a cabo a través de la
interacción con diversos agentes de socialización, como grupos de pares y familias, además de
instituciones sociales tanto formales como informales.
La socialización es crítica tanto para los individuos como para las sociedades en las que viven. Ilustra
cuán completamente entrelazados están los seres humanos y sus mundos sociales. En primer lugar,
es a través de la enseñanza de la cultura a los nuevos miembros que una sociedad se perpetúa. Si las
nuevas generaciones de una sociedad no aprenden su forma de vida, deja de existir. Todo lo que sea
distintivo de una cultura debe transmitirse a quienes se unen a ella para que una sociedad sobreviva.
La reproducción cultural es un concepto desarrollado por primera vez por el sociólogo y teórico cultural
francés Pierre Bourdieu,1 que se refiere a los mecanismos mediante los cuales las formas culturales,
los valores, las prácticas y los entendimientos compartidos (es decir, las normas) existentes se
transmiten de generación en generación, manteniendo así la continuidad de la experiencia cultural a
lo largo del tiempo.23
Concepto[editar]
La reproducción, tal como se aplica a la cultura, es el proceso mediante el cual los diferentes aspectos
de la cultura se transmiten de persona a persona o de sociedad a sociedad.4
La reproducción cultural a menudo da como resultado la reproducción social o el proceso de transferir
aspectos de la sociedad (como la clase) entre generaciones.4 Hay varias formas en que puede tener
lugar dicha reproducción. A menudo, grupos de personas, especialmente las clases sociales, pueden
actuar para reproducir la estructura social existente a fin de preservar sus ventajas.4 Asimismo, los
procesos de escolarización en las sociedades modernas se encuentran entre los principales
mecanismos de reproducción cultural y no operan únicamente a través de lo que se enseña en los
cursos de instrucción formal.5 Históricamente, la gente se ha emigrado de diferentes regiones, llevando
consigo ciertas normas y tradiciones culturales. Las culturas transmiten aspectos del comportamiento
que los individuos aprenden de manera informal mientras están fuera de casa. Esta interacción entre
individuos, que da como resultado la transferencia de normas, valores e informaciones culturales
aceptadas, se logra a través del proceso conocido como socialización
En la Antigüedad Clásica, (8330 a.C invención de la escritura hasta 476 caída del imperio romano).
Los griegos, consideraban la ciudad cumbre de la civilización y de lo cultural, ella es la que educa a
los ciudadanos para la convivencia y los modos propios del buen ciudadano, mientras que los romanos
le dan la connotación de una comunidad política que interactúa en lo público para desarrollar la virtud
del ciudadano que trabaja por el bienestar colectivo y personal donde el propósito de la participación
es el desarrollo de la ciudad.
En la Edad Media (476 – hasta 1492, descubrimiento de América), el concepto de ciudadano se pierde
y está ligado al servicio del señor feudal o al monarca, quienes eran los responsables de lo público; en
el Renacimiento, período de transición a la Edad Moderna se busca recuperar los valores grecolatinos
en las ciudades-estados, y los ciudadanos ejercen pleno derecho de su ciudadanía, y son tutelares de
derechos, y es en la Edad Moderna (1492 hasta 1799, Revolución Francesa), que aparecen los
Estados-Nación y se inicia el sentido del ejercicio de la ciudadanía moderna donde el deber del Estado
es proteger los derechos de los individuos a la vida, a la libertad y a la propiedad. En Estados Unidos
(1776) en su declaración de independencia se consagran los principios de libertad e igualdad de todos
los hombres, fundamento de los derechos humanos.
El concepto de cultura, nos lleva a la comprensión del desarrollo de la naturaleza humana, es un tejido
indivisible entre lo social-cultural-biológico, afirmándose que la cultura define la humanidad del hombre,
Geertz, Clifford, 1997: «no existe naturaleza humana independiente de la cultura», donde la cultura
configura la identidad y conducta humana y desde lo sociológico es el conjunto de ideas, tradiciones,
costumbres, creencias, ciencia, arte, moral y toda creación que produce la actividad humana y que
caracteriza a un pueblo, clase social en una época determinada. La cultura es tanto la herencia de la
humanidad como aquello que dotado de sentido crea el hombre del hoy.
En el marco de la sociedad del nuevo milenio emerge con fuerza el concepto de una nueva ciudadanía,
de una cultura ciudadana integrada a las concepciones de convivencia, inclusión social, respeto y
participación, como valores fundamentales para el desarrollo de sociedades armónicas e igualitarias
de manera que la Cultura Ciudadana es un enfoque que reúne capacidades, acuerdos y disposiciones
para la vida en común. Necesita la voluntad de los ciudadanos para ser protagonistas positivos de su
propia realidad, colaborando en los cambios que se requieren para el bienestar de todos.
DESIGUALDAD CULTURAL-CULTURA DOMINANTE-CULTURA DE ROL Y
TRANSCULTURIZACION
Jerarquías Culturales
Las distinciones culturales hacen que los grupos sean únicos, pero también proporcionan una
estructura social para crear y clasificar culturas basadas en similitudes o diferencias. El tamaño y la
fuerza de un grupo cultural influyen en su poder sobre una región, área u otros grupos. El poder cultural
se presta al poder social que influye en la vida de las personas controlando las normas o reglas
imperantes y haciendo que los individuos se adhieran a la cultura dominante voluntaria o
involuntariamente.
La cultura no es un reflejo directo del mundo social (Griswold, 2013). Los humanos median en la cultura
para definir el significado e interpretar el mundo social que los rodea. Como resultado, los grupos
dominantes son capaces de manipular, reproducir e influir en la cultura entre las masas. La cultura
común que se encuentra en la sociedad es en realidad la transmisión selectiva de valores dominados
por las élites (Parenti, 2006). Esta práctica conocida como hegemonía cultural sugiere, la cultura no
es autónoma, es dictada, regulada y controlada condicionalmente por grupos dominantes. Las
principales fuerzas que configuran la cultura están en el poder de intereses dominados por las élites
que hacen ajustes limitados y marginales para parecer como si la cultura estuviera cambiando en
alineación con los valores sociales en evolución (Parenti, 2006). El grupo culturalmente dominante a
menudo establece el nivel de vida y gobierna la distribución de los recursos.
Cultura dominante es una expresión que se utiliza para definir a aquel grupo de creencias,
prácticas y comportamientos dentro de una sociedad, que son compartidos y seguidos por la mayoría
de sus integrantes. Es un concepto que se utiliza con asiduidad en el ámbito de la sociología, la
antropología y la semiótica.
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Estas características pueden ser ideológicas, religiosas, idiomáticas, estéticas, étnicas o de otro tipo,
las cuales por lo general son percibidas como un signo de pertenencia y de identificación.
El nazismo fue la cultura dominante en Alemania, entre los años 1933 y 1945, persiguiendo a las
minorías. National Archives of Norway [CC BY 4.0 (https://creativecommons.org/licenses/by/4.0)]
En el marco de una entidad geopolítica, la misma suele tener una fuerte presencia e influencia en las
tradiciones, el gobierno, las instituciones estatales y educativas, los medios de comunicación, el
derecho, las artes, la economía y los negocios.
Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), la palabra “cultura” hace referencia al
conjunto de modos de vida, costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico e
industrial de una sociedad o grupo, en un tiempo determinado.
En tanto, el término “dominante” viene del latín “domināri” y conlleva una prevalencia o un sometimiento
de un tercero.
La figura de una cultura dominante implica también la existencia de otras culturas minoritarias, a las
cuales en muchos casos esta intenta contener, censurar o reprimir.
En ese sentido, para él el capitalismo no implicaba solo una cuestión económica, sino que también
incluía otras dimensiones, como la cultura, el arte y el entretenimiento, como formas de opresión y
control.
Entonces estos patrones dependen de las creencias, experiencias, tradiciones, costumbres, hábitos
y de ciertas conductas. De igual forma influye la ubicación geográfica y como se han generado ciertos
hechos que tienen relevancia histórica. En este último caso resulta primordial comprender cómo han
sucedido estos sucesos, porque tendrían un gran impacto a nivel político y económico.
En conjunto todos estos elementos ayudarán a definir una cultura en particular. Cada individuo se
sentirá identificado con las características mostradas por esta identidad, cuando los ciudadanos
pertenecen a una misma sociedad integrarán a su persona estos mismos elementos. Entonces, los
patrones culturales estarán integrados por elementos tales como la vestimenta, comida, hisotrias,
música, religión y otros similares.
Desde diversos puntos de vista se considera que los patrones culturales son esenciales para poder
construir una sociedad. De igual forma, influyen en la creación de un conjunto de tradiciones y de
costumbres, estos servirán para que la interacción entre los individuos pueda garantizar una
convivencia en comunidad que aporte beneficios para todos.
En conclusión, los patrones culturales son conductas que se aprenden y que además sirven para
orientar a las personas a que tengan un comportamiento determinado. Estos modelos o referentes
cambian de acuerdo a las circunstancias, se crean esquemas aplicables solamente a la sociedad en
donde se ha creado o adaptarse.
patrones culturales
¿Cómo se forman?
Se ha podido determinar qué varios aspectos son determinantes al momento de crear patrones
culturales en un grupo de personas. Por ejemplo, se toma en cuenta todas las conductas aprendidas
desde la infancia y que se heredan.
Cualquier referente que sirva para comprender cómo es el comportamiento público de estos individuos
será tomado en cuenta. Por ello, resulta importante analizar las costumbres y las tradiciones, estas se
integrarán de manera permanente en la cotidianidad de una comunidad.
Entonces estos esquemas serán utilizados inconscientemente en cada sociedad, para establecer cuál
es el comportamiento aceptado por unanimidad por la mayoría de las personas.
Los patrones culturales pueden generarse de distintas maneras, principalmente se forman de acuerdo
a como es la convivencia en una determinada región. Por lo tanto, influyen elementos tales como las
actividades económicas, éstas dependen en gran parte de la zona geográfica y de los recursos que
se encuentran allí disponibles.
Otros factores que son determinantes lo dictarán aquellos otros grupos que son próximos
geográficamente, estos aportarán un modelo de sociedad que va a presentar ciertas similitudes. Es un
conjunto de normas va a servir de guía para que las personas entiendan cómo van a interactuar en
dicha sociedad, pero no están obligados a cumplirlas; aunque cuenten con una aprobación mayoritaria.
Algunas acciones son conscientes pero otras son inconscientes, ambas se ponen en práctica
consecutivamente; lo cual da como resultado la definición de hábitos propios de dicha comunidad. La
sociedad entonces se acopla a una serie de patrones culturales que van eventualmente cambiando,
de acuerdo a las necesidades actuales de las venideras generaciones.
Ciertos esquemas de la conducta también deberán ser tomados en consideración. Hay varios ejemplos
de este tipo como es el caso del respecto, cada individuo va adaptarse a un modelo cultural que ha
sido implantado por la sociedad. A continuación se describen otras características propias de los
patrones culturales:
Se definen normas para el comportamiento, la mayoría de las personas va a ayudar a definir cuáles
son los que se eligen por unanimidad.
Los valores y comportamientos que integran los patrones culturales no necesariamente deben
seguirse de una manera estricta. Éstas no son reglas que se exigen, aunque sí sirven como guía.
Hay libertad para decidir sí las personas van a asumir estas características como propias.
Cada sociedad impone una serie de normas que definen cuál es la conducta aceptada, habrá
diferencias pero también similitudes con otras sociedades.
Cada patrón cultural posee su propia particularidad, por lo tanto se adaptan a cada comunidad, país,
región y época.
En algunos casos estos patrones facilitan el proceso de adaptación de cada persona en una
comunidad. De esta manera cada individuo comprenderá como es el funcionamiento de la interacción
entre las personas.
La práctica académica influye en los modelos culturales, tanto para su aprendizaje como también para
garantizar su prevalencia. Este es el medio principal responsable de que cada individuo esté al tanto
de cuáles son.
patrones culturales
Clasificación y ejemplos
La clasificación de los distintos tipos de patrones culturales se hace tomando en consideración las
características propias de cada sociedad, en cuanto a su ubicación, estado, evolución y los valores
que la rigen; además de otros aspectos. A continuación se describen algunos de los tipos más
comunes:
El modelo temático es aquel que le brinda una identidad que se ajusta a un tema en particular, por lo
tanto podría centrarse en la economía o en la religión por ejemplo.
El modelo estructural es aquel que está constituido a partir de ejemplos que muestran cuál debe ser
el comportamiento. Además, se establecen una serie de normas que describen ideas determinadas,
interrelacionadas con otros temas de interés común.
El modelo global toma en consideración a todas las posibles conductas presentes en un mismo grupo.
Entonces se determinará cuáles son los más comunes, para luego tomarlos como referencia.
El modelo cultural primitivo es el que se centra nada más en el desarrollo técnico.
El modelo cultural civilizado aborda temas más amplios de interés común para una sociedad. Entonces
se utiliza como referencia aquellos aspectos que impulsan su desarrollo.
El modelo post figurativo es aquel que va a tomar como referencia todas las decisiones, acciones y
valores de los antepasados. Entonces comienza a ser importe el estudio de los pueblos primitivos,
estos servirán de referencia para comprender cuáles han sido las conductas que aún siguen vigentes.
El modelo configurativo no busca estudiar el pasado, en cambio lo que se trata de hacer es mantener
actualizado el sistema que rige a una sociedad. Entonces se resalta la conducta que las personas
están imitando, mostrando una serie de patrones de comportamiento que a su vez servirán de base
para las futuras generaciones.
El modelo pre figurativo está basado en modelos nuevos, que tratan de innovar en cuanto a normas y
a los comportamientos comúnmente aceptados. De esta manera el modelo seguido por los padres es
completamente distinto al de sus hijos, sin embargo sirven como un antecedente.
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Temas de interés social
Grupos sociales
Cultura (concepto)
Patrón de conducta
Minorías culturales
Filosofía
Identidad cultural
Componentes sociales
Globalización cultural
Juicio Moral
La escuela y la tecnologia
Antes de adentrarnos en el tercer y último tema que, creo yo, debería ser prioritario para la escuela
hoy, me gustaría enfatizar que cuando hablamos de política educativa no estamos hablando de un
problema macro del Estado, sino que cada institución debería tener su propia política educativa y, más
específicamente lo que podemos llamar su propia política identitaria basada en una reflexión acerca
del tipo de sujeto que se intenta formar. 15 Fragmentación social y escuela Una cuestión fundamental
de las políticas identitarias es el tema de las identidades colectivas y los lazos de solidaridad que se
construyen a través de la educación y, especialmente, en las escuelas. La cuestión de la identidad
responde a la pregunta acerca de la pertenencia y tiene que ver con la identificación, la cual se
construye sobre la base de algún origen común o unas características compartidas con otras personas
o grupos o con un ideal. Sobre estos fundamentos se construyen los lazos de solidaridad y lealtad con
un grupo de personas. Es importante remarcar en este sentido que la identidad no es una esencia,
sino que es una construcción activa de las personas a través de la voluntad de conformar un “nosotros”.
Históricamente, en la construcción de la identidad nacional en nuestro país, la escuela como institución
tuvo un papel preponderante. En los orígenes del sistema educativo argentino, es decir, a mediados
del Siglo XIX, los que habitaban el territorio argentino no tenían mucho en común. La escuela fue uno
de los instrumentos fundamentales que se utilizó para construir la identidad nacional, es decir, los
lazos de solidaridad entre los habitantes del territorio que hoy llamamos Argentina. Lo que la escuela
transmitía era el sentimiento de que pertenecemos a un colectivo, a pesar de que los individuos eran
muy distintos entre sí: había muchos inmigrantes con diferentes culturas, religiones y lenguas, había
habitantes de pueblos originarios, y por supuesto también había una sociedad en la que convivían
distintas clases sociales. Podemos hacer muchas críticas sobre cómo la escuela argentina construyó
una identidad común, muchas veces negando o avasallando la cultura que cada sujeto tenía
incorporada, pero lo que no podemos negar es 16 que fue un proyecto exitoso en tanto construyó un
sentido de pertenencia a una nación y a un proyecto de país. Las nuevas tecnologías de la información
y la comunicación han contribuido a la globalización de la cultura, entendida como flujo constante y
permanente de símbolos. Los símbolos circulan en tiempo real por todo el mundo y colaboran a
construir la fuente de identificación de las personas. Entonces se hace difícil sostener identidades
nacionales como sucedía anteriormente (Bauman, 2003). Hoy en día es probable que un joven
habitante de una ciudad latinoamericana, como por ejemplo, Buenos Aires, sienta que comparte más
ideologías, valores y pautas de consumo con un joven de Nueva York que con un joven de la Puna
jujeña. Debemos tener en cuenta, además, que esto no es sólo un problema cultural: en América
Latina, y obviamente en nuestro país, en las últimas décadas se han incrementado como nunca antes
los niveles de pobreza y exclusión social. Esto no implica solamente que la mitad de la población esté
privada –en mayor o menor medida- del acceso a bienes y servicios básicos para la supervivencia,
sino que aumenta también la brecha entre dos universos paralelos que no se tocan. Actualmente,
existe en nuestra sociedad una brecha entre aquellos que estamos dentro del sistema y aquellos que
hemos sido desplazados. Hablo en primera persona porque soy parte, no porque yo haya sido
desplazado, sino porque somos todos parte de este colectivo que llamamos Argentina. Somos un
mismo grupo, en otras palabras, somos semejantes. Esta brecha que se está consolidando en la
Argentina puede verse claramente cuando pensamos acerca de la infancia en nuestro país.
Narodowski (1999) nota que el concepto moderno de infancia, el cuál fue 17 fundamental para la
constitución de la institución escolar como la conocemos, se reconfigura en la actualidad fugando hacía
dos grandes polos. Por un lado está la infancia hiperrealizada, los niños que dominan mejor que los
adultos los avances tecnológicos; mientras que por el otro está la infancia desrealizada, aquellos niños
en situación de calle que se manejan como adultos independientes y autónomos en estos ámbitos. Si
pensamos en lo que vemos todos los días en nuestras ciudades en términos de estos tipos ideales,
notaremos que existen dos universos que funcionan en paralelo, ya que no existe el contacto
significativo entre ellos. Aquellos chicos que poseen los medios de orientación para manejarse en
Internet o en ámbitos escolares, cada vez conocen menos acerca de las reglas de la calle; mientras
que los niños en situación de calle poco saben acerca de la cultura escolarizada y tecnológica. Los
problemas de seguridad, la expansión de urbanizaciones privadas sobre una trama urbana ocupada
tradicionalmente por los sectores populares (Svampa 2001) y la falta de espacios públicos establecen
una frontera (física o simbólica) que mantiene a estos grupos separados. Estos niños ya no juegan
juntos y, peor aún, ya no juegan a lo mismo
DISOCIAZON FAMILIAR-SOCIEDAD GLOBAL. LA ESCUELA RED- PARTICIPACION ACTIVA EN LA
ESCUELA
Familias disociadas
La estructura familiar es un conjunto invisible de dinámicas funcionales que organizan los modos en
que interactúan los individuos que la componen, que a su vez establecen las pautas las conductas y
se establecen reglas.
Cuando existen conflictos internos en la familia se quebrantan las reglas establecidas y aparecen las
disociaciones. La disociación es la desconexión de experiencias que no suelen integrarse de manera
inconsciente con la realidad. Generalmente se la conoce como embotamiento emocional y viene
aparejada por hechos de vivencias que ocasionan traumas en el seno familiar.
Muchas veces llegan al consultorio cuestionamientos tales como ¿Por qué no puedo vincularme con
mis hijos? ,¿Por qué nunca podemos tener una cena o almuerzo en familia?…Los profesionales
tenemos el compromiso de brindar herramientas para que los pacientes puedan visualizar cuándo una
familia corre el riesgo de disociarse. Hay una herramienta que es fundamental para establecer vínculos
y es la comunicación, que parece ser algo fácil pero a la hora de la practica resulta ser muy difícil.
Por los tiempos que corren muchas veces las tareas y obligaciones son obstaculizantes y no sabemos
por dónde andan nuestros hijos y nuestra pareja. No generamos los espacios para dialogar y esto
genera desencuentros que desembocan en caos. Nos encontramos con boletines al rojo vivo y caemos
en la cuenta que el mes se nos paso y no hemos tenido un rico y placentero encuentro sexual, nos
damos cuenta que el tiempo nos paso por arriba y hemos estado ausentes de las realidades de nuestro
hogar.
El primer escape es el enojo con el otro, depositando culpa para no tener que auto cuestionarme y
luego seguido a esto llega el malestar quedándonos con el mal sabor que deja la frustración. Nos
sentimos como cuando se rompe algo de cristal y queremos desechar todo a la basura hasta que
caemos en la cuenta que un día quisimos esta familia que hoy esta disociada por conflictos
acumulados y no resueltos; porque no pudimos poner en palabras todo aquello que nos molestaba,
no supimos parar y poner limites a aquellas conductas fuera de lugar y nos olvidamos de decir te amo
mas seguido, de comunicarnos con el cuerpo y darnos mas abrazos, de mirarnos a los ojos y no
esconder las emociones tras pantallas con imágenes efímeras, que solo nos sumergen en un mutismo
ensordecedor, donde cada uno se protege con su caparazón para sobrevivir a las carencias
emocionales de esta disociación gestada en lo que algún día se emprendió, con el fin de ser familia.
Como terapeuta debo dejarles la tarea mas ardua y molesta que es pensar y preguntar ¿Qué es lo
que imaginábamos en el momento que decidimos formar una familia?¿Realmente nos preparamos
para conformarla?¿Somos capaces de sostener a lo largo del tiempo los vínculos emocionales para
una convivencia? Estoy convencida que nadie tiene la formula de la felicidad y que nada ni nadie es
perfecto pero de algo estoy segura y es que todos somos capaces de proponernos desde nuestro lugar
construir, deconstruir y volver a construir.
Yo creo que la vida es como la arcilla del alfarero y cada uno de nosotros sabrá que piezas va a
construir de su propia arcilla hasta lograr la mejor pieza, aquella que nos enorgullezca y podamos decir
:”finalmente lo he logrado”.
Almirón Liliana
Más de 480 personas y organizaciones estamos inscritos en esta red de innovación social:
instituciones académicas, organizaciones sociales y comunitarias, entidades públicas, cajas de
compensación, sector solidario hacemos parte de la Escuela Red.
La Secretaría Técnica de la Escuela Red es ejercida por la Unidad de Desarrollo e Innovación para la
Participación de la Secretaría de Participación Ciudadana. Contamos con un Comité Gestor elegido
entre los miembros de la iniciativa y equipos de trabajo para algunas de las estrategias.
Pedagogía: en esta línea se recogen las acciones con las cuales se identifican, documentan,
comparten y proponen contenidos, metodologías y modelos de formación ciudadana para la
participación.
Acompañamiento in situ: esta línea se concibe en el marco de la participación con enfoque territorial y
está ligada a la presencia y vinculación de la Escuela Red con los escenarios locales en los que se
suceden o pueden sucederse procesos de formación ciudadana.
Movilización y diálogo social: esta línea motiva la voluntad del encuentro y la articulación en red y las
acciones de incidencia en el territorio de los actores participantes de la Escuela Red.
Gestión del conocimiento: esta es la línea que nos reta a generar conocimientos, documentarlos y
ponerlos en circulación para fortalecer la formación ciudadana para la participación. También en esta
línea recogemos aprendizajes de la experiencia misma de la Escuela Red como iniciativa ciudadana
de articulación en un propósito colectivo.
Para el 2020 la Escuela Red sigue aprendiendo, enseñando e incidiendo acciones en función de la
formación para la participación. El objetivo central ha sido consolidar una red abierta en el que
personas y organizaciones interesados o vinculados a procesos de formación ciudadana para la
participación puedan vincularse de forma flexible a la luz de los protocolos que definan sus órganos
de decisión.
La participación activa
De igual manera, Baath y Holmberg (citados por Paredes, 2010) señalan que una teoría base de la
educación a distancia es la denominada teoría de comunicación e interacción, la cual se presenta
como la comunicación de dos vías y la conversación didáctica guiada respectivamente, al hacer
referencia a la comunicación que se establece entre el profesor y alumno, como un proceso de
aprendizaje, pero desde la perspectiva del aprendizaje significativo.
Estudios como los de Hiltz et al. (2000), basado en investigaciones en cursos online, concluyen que,
cuando los estudiantes participan activamente en el aprendizaje colaborativo en línea, los resultados
pueden ser tan buenos o mejores que los de las clases tradicionales; sin embargo, cuando los
estudiantes simplemente reciben el material y trabajan individualmente, los resultados pueden ser
peores que en la enseñanza tradicional.
Otras investigaciones sostienen que el aprendizaje en línea se logra mejor cuando los alumnos
participan y colaboran. Wenger (1998) señala que el aprendizaje y la participación no son actividades
separadas que se pueden activar y desactivar, porque el aprendizaje es social; por su parte, Hrastinski
(2009) reafirma que la participación y el aprendizaje son inseparables y se constituyen en conjunto.
Por lo tanto, si se quiere mejorar el aprendizaje en línea, es fundamental mejorar la participación de
los estudiantes en línea. Para Flores López (2015), no solo se aprende del conocimiento teórico, sino
que además por la interacción que se produce entre las personas, principalmente entre estudiantes y
profesores.
En relación con los factores que intervienen en la interacción, autores como Ozaydın Ozkara y Cakir
(2018) sugieren que existen factores internos, como características personales, y externos, como las
características del entorno que pueden incidir en una mayor o menor participación en las clases
sincrónicas online. Por otra parte, Nieuwoudt (2020) sostiene que factores como demandas
relacionadas con los estudios o el trabajo, así como las obligaciones familiares, también pueden incidir
en la participación en clases. Por último, Rodríguez Pintor y Caso de Palá (2000) sugieren que la
participación de los estudiantes en clases se ve afectada por el docente y su capacidad para incentivar,
que se refleja en la planificación de las clases y las metodologías utilizadas para su desarrollo.
En el escenario actual, en que las clases tuvieron que migrar obligatoriamente a un ambiente digital
debido a la crisis sanitaria por COVID-19, resulta necesario investigar sobre la interacción y
participación de los estudiantes en las clases online y las variables que la afectan.
Considerando lo anterior, el presente estudio buscó identificar aquellos factores que intervienen,
tanto positiva como negativamente en la interacción de los estudiantes de la carrera Bibliotecología y
Documentación de la UTEM en sus clases online sincrónicas.
Contextualización
El contexto de emergencia sanitaria por Covid-19 trajo consigo la implementación de una docencia
remota de emergencia, desarrollando cursos sin mayor preparación ni capacitación por parte de los
docentes. Los estudiantes tampoco se encontraban preparados para afrontar una docencia remota de
emergencia. “Las prácticas docentes debieron innovarse y adaptarse de forma inesperada y con poca
planificación apoyándose en el diseño y aplicación de estrategias didácticas que favorecieran el
aprendizaje virtual y telepresencial” (Rodríguez-Valerio, 2021: 156). El caso de la carrera
Bibliotecología y Documentación de la UTEM, no fue la excepción. En esta carrera, durante el primer
semestre de 2020 –primero dictado en forma virtual en todos los años de existencia de la carrera– los
profesores observaron una baja interacción por parte de los estudiantes en las clases sincrónicas.
Si bien los estudiantes se conectaban a las clases, un bajo porcentaje participó activamente cuando
los profesores planteaban preguntas o requerían su interacción. Cea et al. (2020), señalan que el
mismo fenómeno se presenta en otras universidades y carreras, donde los estudiantes no responden
a las preguntas del docente y usualmente se encuentran con las cámaras apagadas, por lo que el
profesor desconoce si los estudiantes están prestando atención o si realmente se encuentran
presentes en la clase. Esta situación genera preocupación entre los académicos, sobre todo porque la
interacción –tanto entre docente y estudiante, así como entre los propios estudiantes– es un factor que
impacta en los resultados de aprendizaje, más aún en modalidades no presenciales, puesto que “para
que haya un proceso educativo debe existir comunicación completa, en ambas direcciones y con su
correspondiente realimentación, entre el estudiante y el docente” (Chaves Torres, 2017: 32). La
participación activa y el protagonismo de los estudiantes en una modalidad online resultan
fundamentales para obtener resultados positivos en el proceso de aprendizaje.