Está en la página 1de 7

Historia y evolución de la agricultura:

la agricultura (del latín agri ‘campo’ y cultūra ‘cultivo’, ‘crianza’) es el conjunto de actividades económicas y
técnicas relacionadas con el tratamiento del suelo y el cultivo de la tierra para la producción de alimentos.
Comprende todo un conjunto de acciones humanas que transforma el medio ambiente natural. Las acciones
relacionadas son las que integran el llamado sector agrícola. Todas las actividades económicas que abarca
dicho sector tienen su fundamento en la explotación de los recursos que la tierra origina, favorecida por la
acción del ser humano: alimentos vegetales como cereales, frutas, hortalizas, pastos cultivados y forrajes;
fibras utilizadas por la industria textil; cultivos energéticos etc. La agricultura3 también incluye una demanda
global del ramo y el servicio de la alimentación mundial depende en gran medida del clima y de las técnicas
para poder hacer la tierra fértil, conserva su origen en la propiedad privada y en la explotación de la tierra
entregada a familias para poder establecerse. Es una actividad de gran importancia estratégica como base
fundamental para el desarrollo autosuficiente y dinero de las naciones. La ciencia que estudia la práctica de la
agricultura es la agronomía. agricultura comenzó una vez que las personas plantaron hierbas por sus semillas
(o granos) en el Cercano Oriente, en Guangdong en China y en Latinoamérica; y tal vez plantaron verduras de
raíz en Perú e Indonesia, también. El Creciente Fértil del sudoeste asiático, Egipto e India fueron los lugares
donde se desarrollaron inicialmente la siembra y cosecha hidráulica de plantas que habían sido recogidas
previamente en la naturaleza. El desarrollo independiente de la agricultura se produjo en el norte y sur
de China, en el Sahel de África, en Nueva Guinea y en varias regiones de las Américas. Los ocho cultivos
llamados fundadores del Neolítico de la agricultura, marcas de almidón en implementos de piedra que se
encontraron en Nueva Guinea sugieren que el camote se ha cultivado ahí al menos desde hace 30 000 años;
Las castañas de agua y los frijoles pudieron haber sido cultivados cerca de la Cueva del Espíritu,
en Tailandia desde el año 11 000 a 7500 a. C.

Cómo nació la agricultura en el mundo

Campesino arando. Pintura en la tumba de Sennedyem, ca. 1200 a. C. Egipto.Inicios de la agricultura en


diferentes regiones del planeta; solo se consideran las áreas de desarrollo primario, no las que domesticaron
plantas por influjo de regiones que previamente habían desarrollado la agricultura. El inicio de la agricultura se
encuentra en el período Neolítico, cuando la economía de las sociedades humanas evolucionó desde la
recolección, la caza y la pesca a la agricultura y la ganadería. Las primeras plantas cultivadas fueron el trigo y
la cebada. Sus orígenes se pierden en la prehistoria y su desarrollo se gestó en varias culturas que la
practicaron de forma independiente, como las que surgieron en el denominado Creciente Fértil (zona
de Oriente Próximo desde Mesopotamia al Antiguo Egipto), las culturas precolombinas de América Central, la
cultura desarrollada por los chinos al este de Asia, etc.
Marcas de almidón en implementos de piedra que se encontraron en Nueva Guinea sugieren que
el camote se ha cultivado ahí al menos desde hace 30 000 años; Se produce una transición, generalmente
gradual, desde la economía de caza y recolección de productos agrícolas. Las razones del desarrollo de la
agricultura pudieron ser debidas a cambios climáticos hacia temperaturas más templadas; también pudieron
deberse a la escasez de caza o alimentos de recolección, o la desertización de amplias regiones. A pesar de
sus ventajas, según algunos antropólogos, la agricultura significó una reducción de la variedad en la dieta,
creando un cambio en la evolución de la especie humana hacia individuos más vulnerables y dependientes de
un enclave que sus predecesores.

Edad Media
A lo largo de la Edad Media europea, surgen importantes innovaciones tecnológicas que aportarán algunos
elementos positivos al trabajo de los campesinos. Las principales innovaciones en la agricultura medieval se
debieron al mayor dinamismo del modo de producción feudal, que suponía para los siervos un mayor incentivo
en la mejora de la producción que para los esclavos. Las Partidas de Alfonso X de Castilla definen a los
campesinos dentro de la sociedad estamental como los que labran la tierra e fazen en ella aquellas cosas por
las que los hombres han de vivir y de mantenerse. Este campesinado activo fue la fuerza fundamental del
trabajo en la sociedad medieval. La introducción del uso de arados pesados (con ruedas y vertedera) permitió
un cultivo más profundo de los suelos del norte de Europa (se incorporó a lo largo del siglo XI en las regiones
al norte de los Alpes, mientras que los suelos frágiles de la zona mediterránea seguían vinculados al arado
romano). Los molinos hidráulicos (posteriormente los de viento introducidos desde Persia) incrementaron de
forma importante la productividad del trabajo, al igual que la mejora paulatina de los aperos agrícolas, como
nuevos tipos de trillos, hoces y guadañas.

El cambio del buey por el caballo como animal de tiro fue el resultado de dos avances tecnológicos —el uso
de la herradura y el desarrollo de la collera— que permitían al caballo tirar de mayores cargas más fácilmente.
Esto aumentó la eficiencia del transporte por tierra, tanto para el comercio como para las campañas militares,
y sumado a la mejora general de la red de carreteras aumentó las oportunidades comerciales para las
comunidades rurales mejor comunicadas. En algunas zonas con tierras especialmente fértiles, se introdujo
la rotación de cultivos de tres hojas (rotación trienal, asociando un cereal de primavera o una leguminosa a un
cereal de invierno), lo que reducía al 33 en vez de al 50 % la necesidad de barbecho frente al sistema de año
y vez, aumentando la producción y haciéndola más diversificada. La posibilidad de abonado, estaba
restringida a la disponibilidad de ganadería asociada, que, en las zonas y periodos en que se incrementó, tuvo
un importante impacto en la vida campesina, aunque no siempre positivo para los agricultores, cuyos
intereses estaban en contradicción con los de los ganaderos, habitualmente de condición privilegiada
(el Concejo de la Mesta y asociaciones ganaderas similares en los reinos cristianos peninsulares). El ejemplo
de los monasterios, especialmente de la Orden benedictina expandidos por toda Europa occidental
(Cluny y Císter), extendió prácticas agrícolas, de gestión de las propiedades y de industria alimentaria. En
zonas de Europa meridional (la Sicilia y la España musulmanas), los árabes introdujeron mejoras agrícolas,
especialmente en sistemas de regadío (norias de Murcia, acequias de Valencia), el aprovechamiento de las
laderas (bancales de las Alpujarras), zonas inundables (arroz) y el cultivo intensivo de huertas, con la
generalización de los frutales mediterráneos (naranjos, almendros) y todo tipo de verduras, que caracterizarán
el estereotipo de la alimentación de los campesinos sometidos de estas zonas, de origen musulmán, frente a
los conquistadores cristianos (villano harto de ajos llamaba Don Quijote a Sancho).
Edad Contemporánea
La ideología del liberalismo económico propugnó la liberación del mercado de tierras y la imposición de
la propiedad privada sobre ellas, con distintas manifestaciones según los países (enclosures en Inglaterra
desde el siglo XVIII; en España supresión de mayorazgos y señoríos desde las Cortes de
Cádiz, desamortización de Mendizábal en 1836). La formación de mercados nacionales unificados implicaba
la unificación de los pesos y medidas, y la liberalización de los precios frente al anterior
proteccionismo mercantilista, tarea que el despotismo ilustrado había iniciado desde supuestos fisiócratas a
mediados del siglo XVIII. La supresión de la tasa del trigo en España en 1765 estuvo entre las causas
del motín de Esquilache, a partir de lo cual la lenta tramitación de una Ley Agraria no llegó a resultados
efectivos (Informe de Jovellanos, 1795). En el Imperio austríaco se produjo la abolición de la servidumbre
(José II, 1785), que en el Imperio ruso no llegó hasta 1861 (reforma de Alejandro II). En Francia, la Revolución
de 1789 suprimió los derechos feudales, proporcionando una base de pequeños propietarios pero con
suficiente capacidad de capitalización, muy implicados con su tierra, que caracterizó desde entonces la
vitalidad y especial fuerza social y política del campo francés. En Inglaterra, el predominio de los
terratenientes y la gentry en el Parlamento logró mantener hasta bien entrado el siglo XIX el proteccionismo de
las Corn Laws para evitar un descenso en el precio del trigo, en perjuicio de los industriales que patrocinaron
la Escuela de Mánchester. Lo que sí se había producido es la drástica reducción de la población activa agraria
ante cada vez mayor productividad del trabajo. La falta de expectativas de trabajo en el campo para una
población creciente (explosión demográfica)y la ruptura de las redes de solidaridad tradicionales en las
parroquias rurales (Poor Laws, desaparición de los comunales —en España con la desamortización
de Madoz, 1855—) condujo a un imparable éxodo rural que alimentó los suburbios de las ciudades
industriales.

Barra de corte originalmente tirada por un caballo.


El uso de abonos químicos (fosfatos, nitratos, etc.) la mecanización y los estudios científicos de
la edafología y la ingeniería agrícola transformaron la agricultura, a finales del siglo XIX, en una actividad
similar a la industrial en cuanto a su conexión con la ciencia y tecnología. No obstante, la dependencia de la
climatología y la periódica irrupción de plagas (hambre irlandesa de 1845-1849, con afectación de la
patata, filoxera desde 1863, con afectación de la vid) produjo periódicas crisis agrícolas.
La división del mundo en países desarrollados y subdesarrollados tuvo en la agricultura uno de sus aspectos:
los primeros caracterizados por una agricultura especializada y de mercado con altos rendimientos (incluso en
los denominados países nuevos donde la presión de la población sobre la superficie es menor); mientras que
en los segundos se produjo una división por zonas entre una agricultura de subsistencia de explotaciones
familiares con tecnología tradicional y sometida a la presión del crecimiento demográfico, y una agricultura de
plantación de monocultivos destinados al mercado internacional, que también presiona sobre los cada vez
más reducidos espacios naturales (deforestación).

Actualidad
Maquinaria agrícola moderna.
Siglo XX, especialmente con la aparición del tractor, las exigentes tareas de sembrar, cosechar y trillar pueden
realizarse de forma rápida y a una escala antes inimaginable. Según la Academia Internacional de
Ingeniería de Estados Unidos. La mecanización agraria es uno de los 20 mayores logros de la ingeniería del
siglo XX. A principios del siglo XX, en Estados Unidos se necesitaba un granjero para alimentar de 2 a 5
personas, mientras que hoy, gracias a la tecnología, los agroquímicos y las variedades actuales, un granjero
puede alimentar a 130 personas. El costo de esta productividad es un gran consumo energético,
generalmente de combustibles fósiles.
La difusión de la radio y la televisión (medios de comunicación), así como de la informática, son de gran
ayuda, al facilitar informes meteorológicos, estudios de mercado, etc.
Además de comida para humanos y sus animales, se produce cada vez con más amplia utilidad tales
como flores, plantas ornamentales, madera, fertilizantes, pieles, cuero, productos químicos
(etanol, plásticos, azúcar, almidón), fibras (algodón, cáñamo, lino), combustible (biodiésel, el propio etanol,
que ahora ya se está obteniendo del maíz), productos biofarmacéuticos, y drogas tanto legales como ilegales
(tabaco, marihuana, opio, cocaína). También existen plantas creadas por ingeniería genética que producen
sustancias especializadas (como, por ejemplo, el maíz transgénico, que, al igual que la obtención de etanol,
está modificando la economía de los cultivos de esta planta y la vida de las comunidades que de ella siguen
dependiendo).
La manipulación genética, la mejor gestión de los nutrientes del suelo y la mejora en el control de
las semillas han aumentado enormemente las cosechas por unidad de superficie, a cambio estas semillas se
han vuelto más sensibles a plagas y enfermedades, lo que conlleva una necesidad de estos últimos mayor por
parte del agricultor; Prueba de ello es el resurgimiento de antiguas variedades, muy resistentes a las
enfermedades y plagas, por su rusticidad. Al mismo tiempo, la mecanización ha reducido la exigencia de
mano de obra. Las cosechas son generalmente menores en los países más pobres, al carecer del capital, la
tecnología y los conocimientos científicos necesarios. La agricultura moderna depende en gran medida de
la tecnología y las ciencias físicas y biológicas. La irrigación, el drenaje, la conservación y la sanidad, que son
vitales para una agricultura exitosa, exigen el conocimiento especializado de ingenieros agrónomos. La
química agrícola, en cambio, trata con la aplicación de fertilizantes, insecticidas y fungicidas, la reparación de
suelos, el análisis de productos agrícolas, etc. Las variedades de semillas han sido mejoradas hasta el punto
de poder germinar más rápido y adaptarse a estaciones más breves en distintos climas. Las semillas actuales
pueden resistir a pesticidas capaces de exterminar a todas las plantas verdes. Los cultivos hidropónicos, un
método para cultivar sin tierra, utilizando soluciones de nutrientes químicos, pueden ayudar a cubrir la
creciente necesidad de producción a medida que la población mundial aumenta. Otras técnicas modernas que
han contribuido al desarrollo de la agricultura son las de empaquetado, procesamiento y mercadeo. Así, el
procesamiento de los alimentos, como el congelado rápido y la deshidratación han abierto nuevos horizontes
a la comercialización de los productos y aumentado los posibles mercados. La mayoría de las personas en
situación de pobreza alrededor del mundo dependen de la agricultura. Por ello, la seguridad alimentaria y la
agricultura están siendo promovidas por gobiernos y organismos de desarrollo como una estrategia para
favorecer a las personas en situación de pobreza y estimular el crecimiento económico. Estas intervenciones
agrícolas incluyen tecnología, habilidades y el entorno regulatorio. Se ha planteado analizar el impacto de
varias de estas intervenciones como, por ejemplo, la titulación de tierras, la capacitación y tecnología, las
escuelas de campo para agricultores, el pago por servicios ambientales y la gestión forestal descentralizada.

Sector agrícola
Sector agrícola es el sector de la economía que produce productos agrícolas (materias primas de
origen vegetal). No debe confundirse con el sector agrario, que incluye también la ganadería y las demás
actividades económicas del campo, ni con el sector primario, que incluye otros sectores productores
de materias primas, como la minería y la explotación forestal.
Habitualmente se utiliza la expresión para identificar los intereses sectoriales de las empresas agrícolas o,
genéricamente, de la totalidad de los habitantes de zonas agrícolas, puesto que son determinantes en la vida
económica de la mayor parte de las regiones rurales. En la política de determinados países, especialmente en
los Estados Unidos, funcionan como un lobby o grupo de presión.

Productos agrícolas.
Producto agrícola es la denominación genérica de cada uno de los productos de la agricultura, la actividad
humana que obtiene materias primas de origen vegetal a través del cultivo. No se consideran productos
agrícolas estrictamente los procedentes de la explotación forestal. Menos habitual es la distinción con los
productos procedentes de la recolección, que en algunos casos es todavía una actividad económica estimable
(por ejemplo, la recolección de setas –que propiamente no son vegetales, sino hongos–).
Según el destino que se dé al producto, puede hacerse una división entre productos agrícolas alimentarios y
productos agrícolas industriales. De los alimentarios, los más importantes (por ser la base de la alimentación
humana y de la ganadería), destacan los cereales (trigo, arroz, maíz,tomate etc.); la patata y
otros tubérculos; legumbres; las plantas oleaginosas (olivo, girasol, soja, colza); la vid y otras plantas
susceptibles de producir distintas bebidas alcohólicas; las plantas azucareras; y los productos hortofrutícolas.
De los industriales, imprescindibles para muchos procesos industriales, destacan las materias primas para
la industria textil, como el algodón, el lino textil, el esparto, etc.; y otros de gran importancia económica, como
el caucho y el tabaco. Las plantas tintóreas, que fueron de gran importancia hasta la Revolución Industrial,
han sido sustituidas por tintes químicos. La producción de biocombustibles a partir de restos vegetales o
cultivados expresamente para ello ha sido objeto de gran desarrollo en los últimos años.
No debe confundirse producción agrícola con producción agraria, que incluye, además de los productos de
la agricultura, los de las demás actividades agrarias, especialmente la ganadería. Otro concepto confluyente
es el de la totalidad de los productos del campo o productos rurales (lo rural). Estrictamente, la producción
rural también incluye los productos de la industria rural, especialmente los de la industria alimentaria local o
tradicional y los de la artesanía rural.
Tampoco se debe confundir con la aportación del sector primario a la producción total (PIB o PNB según
cómo se considere), que suele dividirse en los tres sectores de la economía, puesto que el sector primario
incluye, además, la pesca.Para que los agricultores puedan producir alimentos hacen uso de dos recursos
naturales importantes: el suelo y el agua. Esta labor a menudo la realizan, en áreas donde la topografía es
montañosa con altas pendientes donde se requieren prácticas para el manejo de la escarnecía y control de
erosión. El suelo y el agua son también recursos vitales para toda actividad humana. Por tal razón el agricultor
debe conocer las prácticas recomendadas para el uso efectivo y la conservación de estos recursos
esenciales.
Tipos de agricultura[editar]
Riego en un cultivo de algodón.
Agricultura de secano en la provincia de Ávila, España
Los tipos de agricultura pueden dividirse según muchos criterios distintos de clasificación:
Según su dependencia del agua:
De secano: es la agricultura producida sin aporte de agua por parte del mismo agricultor. Nutriéndose el suelo
de la lluvia o aguas subterráneas.
De regadío: se produce con el aporte de agua por parte del agricultor, mediante el suministro que se capta de
cauces superficiales naturales o artificiales, o mediante la extracción de aguas subterráneas de los pozos.
Según la magnitud de la producción y su relación con el mercado:
Agricultura de subsistencia: Consiste en la producción de la cantidad mínima de comida necesaria para cubrir
las necesidades del agricultor y su familia, sin apenas excedentes que comercializar. El nivel técnico es
primitivo.
Agricultura industrial: Se producen grandes cantidades, utilizando costosos medios de producción, para
obtener excedentes y comercializarlos. Típica de países industrializados, de los países en vías de desarrollo y
del sector internacionalizado de los países más pobres. El nivel técnico es de orden tecnológico. También
puede definirse como Agricultura de mercado.

Según se pretenda obtener el máximo rendimiento o la mínima utilización de otros medios de producción, lo
que determinará una mayor o menor huella ecológica:
Agricultura intensiva: busca una producción grande en poco espacio. Conlleva un mayor desgaste del sitio.
Propia de los países industrializados.
Agricultura extensiva: depende de una mayor superficie, es decir, provoca menor presión sobre el lugar y sus
relaciones ecológicas, aunque sus beneficios comerciales suelen ser menores.
Según el método y objetivos:
Agricultura tradicional: utiliza los sistemas típicos de un lugar, que han configurado la cultura del mismo, en
periodos más o menos prolongados.
Agricultura industrial: basada sobre todo en sistemas intensivos, está enfocada a producir grandes cantidades
de alimentos en menos tiempo y espacio —pero con mayor desgaste ecológico—, dirigida a mover grandes
beneficios comerciales.
Agricultura orgánica: biológica o ecológica (son sinónimos): crean diversos sistemas de producción que
respeten las características ecológicas de los lugares y geobiológicas de los suelos, procurando respetar las
estaciones y las distribuciones naturales de las especies vegetales, fomentando la fertilidad del suelo.
Agricultura natural: se recogen los productos producidos sin la intervención humana y se consumen.
Agricultura por contrato: es un acuerdo entre un agricultor y una empresa, establecido antes de que comience
la producción. Dicho acuerdo varía por región, y compromete a la empresa a proporcionar recursos y servicios
al agricultor, tales como transporte, certificación, suministro de insumos o créditos. Para que los agricultores
renuncien a su autonomía en la producción y comercialización de sus productos, es necesario ofrecerles
importantes ganancias. Una revisión resume los hallazgos de 75 reportes, que cubren 26 ejemplos empíricos
de agricultura por contrato en 13 países en desarrollo. La conclusión de dicha revisión es que la agricultura
por contrato puede aumentar los ingresos de los agricultores entre 23% y 54%. Asimismo, se concluye que los
agricultores más pobres generalmente no son parte de estos esquemas. Estos resultados, sin embargo,
deben examinarse con cuidado debido a posibles sesgos en las estimaciones, ya que no existen datos de
agricultores que se retiran del programa o que fracasan en los primeros años, por ejemplo.9
Impacto negativo sobre el medio ambiente
El impacto ambiental de la agricultura es el efecto que las diferentes prácticas agrícolas tienen sobre el medio
ambiente. El impacto ambiental de la agricultura varía de acuerdo a los métodos, técnicas y tecnologías
utilizadas, y la escala de la producción agrícola. La agricultura en general impacta sobre el suelo, el agua, el
aire, la biodiversidad, las personas, las plantas y su diversidad genética, la calidad de la comida y los hábitats.
La agricultura contribuye al incremento de gases de efecto invernadero por la liberación de CO 2 relacionado
con la deforestación, la liberación de metano del cultivo de arroz, la fermentación entérica en el ganado y la
liberación de óxido nitroso de la aplicación de fertilizantes.10 Todos estos procesos juntos componen el 54%
de emisiones de metano, aproximadamente el 80% de emisiones de óxido nitroso, y casi todas la emisiones
de dióxido de carbono relacionados con el uso de tierras. 11 La agricultura industrial es la principal
contribuyente de metano y óxido nitroso a la atmósfera terrestre.12 Además, la agricultura industrial impacta en
el ambiente debido al uso intensivo de agroquímicos, la contaminación del agua y la aparición de zonas
muertas, la degradación del suelo, la producción de desechos y la contaminación genética.
El sector agropecuario es uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero, que junto con los
efectos del uso de tierras, están entre las principales causas del calentamiento global.13 Además de ser un
importante usuario de tierras y consumidor de combustibles fósiles, la agricultura y la ganadería contribuyen
directamente a las emisiones de gases de efecto invernadero por medio de las técnicas empleadas para el
cultivo de granos y monocultivos, y la cría de ganado.14 El sistema agroalimentario global actual es
responsable de cerca de la mitad (entre 44 % y 57 %) de todas las emisiones de gases con efecto de
invernadero producidas por actividades humanas.15 Esta cifra se compone de la contribución de las emisiones
agrícolas —las emisiones producidas en los campos de cultivo— de entre el 11 y el 15 %; un 15-18 %
producidas por el cambio en el uso del suelo y la deforestación ocasionada por la agricultura; entre un 15 y
20 % de emisiones proveniente del procesamiento y el empacado de los productos agrícolas y entre un 3.5 y
4.5 % proveniente de los desechos.
La agricultura conlleva un gran consumo de agua (aproximadamente 2/3 del total [cita requerida]) y tierra, lo cual
desplaza a otras especies en el proceso.16 Los fertilizantes, plaguicidas y el estiércol empleados en la
agricultura son una de las principales causas de contaminación del agua dulce. La sobrecarga de fertilizantes
procedentes de los cultivos que llegan a los lagos, embalses y estanques a través de las aguas subterráneas
o cursos de agua, provoca una explosión de algas que reducen el nivel de oxígeno en el agua y suprimen así
a otras plantas y animales acuáticos, generando zonas muertas. Los plaguicidas matan hierbas e insectos y
con ellos las especies que sirven de alimento a aves y otros animales. Los insecticidas, herbicidas y
fungicidas contaminan el agua dulce y el aire con compuestos químicos que afectan al ser humano y a
muchas formas de vida silvestre.

Pérdida de la biodiversidad y deforestación


La concentración parcelaria, la deforestación y el drenaje de marismas para la explotación agrícola reducen la
superficie disponible para la vida silvestre y fragmentan los hábitat naturales. Los plaguicidas y herbicidas
destruyen gran número de insectos y plantas no deseadas, por lo que afectan a especies más grandes que
ven reducidas sus fuentes de alimentos. Estas formas de vida que se ven afectadas pueden ser importantes
recicladores de nutrientes del suelo, polinizadores de cultivos y predadores de insectos dañinos. Es decir,
la pérdida de biodiversidad comienza con la fase de preparación de la tierra para el desarrollo agrícola y
continúa después. Esta pérdida de biodiversidad es una constante que no se reduce ni siquiera en aquellos
países que valoran y protegen la naturaleza. Asimismo, la degradación de la tierra, la salinización y el exceso
de extracción de agua provocados por la agricultura afectan a la base de su propio futuro.17
Muchos de estos problemas van agotando y desertizando el suelo, obligando a abandonar unos terrenos para
arar otros nuevos que, a su vez, se agotan, creando un círculo vicioso que va destruyendo el entorno. Un
ejemplo claro es la progresiva deforestación de la selva del Amazonas.
Emisión de gases de efecto invernadero
La agricultura es también una importante fuente de contaminación del aire y de gases de efecto invernadero.
El amoniaco es una de las causas principales de la lluvia ácida que daña los árboles, acidifica los suelos, los
lagos y los ríos, perjudicando la biodiversidad. Las emisiones de amoniaco procedentes de los fertilizantes
minerales representan aproximadamente el 16% y la combustión de biomasa y residuos de cultivos el 18%.
Asimismo, la combustión de biomasa de plantas provoca la emisión de otros potentes contaminantes del aire,
como dióxido de carbono, óxido nitroso y partículas de humo. Los seres humanos son responsables
aproximadamente del 90% de la combustión de biomasa, principalmente por la quema deliberada de
vegetación forestal, asociada con la deforestación, y residuos de pastos y cultivos para favorecer el
crecimiento de nuevos cultivos y destruir hábitats de insectos dañinos. El cultivo de arroz es otra fuente
agrícola importante de metano, que representa aproximadamente una quinta parte del total de las emisiones.
Erosión y uso del suelo
La agricultura, especialmente la agricultura intensiva o industrial, tiene un impacto negativo sobre el suelo.
Entre los problemas frecuentes se pueden mencionar:
Erosión del terreno
Agotamiento de minerales del suelo
Salinización del suelo en zonas secas
Competencia entre los agrocombustibles y la alimentación
Agroquímicos
Los pesticidas, herbicidas y otro tipo de agroquímicos afectan de varias maneras al ecosistema. Algunas de
estos problemas incluyen:
Contaminación por nitrógeno y fósforomagnesio en ríos, lagos y aguas subterráneas
Contaminación por residuos de pesticidas del suelo, agua y aire
Causar desequilibrios en la biota por el uso indiscriminado de pesticidas
Otros problemas[editar]
Contaminación por desechos orgánicos
Maquinaria, equipos y herramientas agrícolas[editar]
Maquinaria agrícola
Las maquinarias son elementos que se utilizan para dirigir la acción realizada por las fuerzas de trabajo a
base de energía; por su parte en el campo agrícola, los mecanismos a motor que se emplean en estas labores
aligeran la producción y mejoran las técnicas de cultivo. Entre las máquinas agrícolas más utilizadas en las
labores del campo se mencionan:
Tractor: es una máquina agrícola muy útil, con ruedas o cadenas diseñadas para moverse con facilidad en el
terreno y potencia de tracción que permite realizar grandes tareas agrícolas, aun en terrenos encharcados.
Tiene dos pedales de freno y está acondicionando para halar rastras. Hay dos tipos de tractores: el de oruga,
de gran estabilidad y fuerza, y el de ruedas, capaz de desplazarse hasta por carreteras; posee mayor
velocidad que el de oruga.
Motocultor: es una máquina agrícola de un solo eje y se opera por manillar; suele tener mediana potencia
pero, en cambio puede ser muy versátil con los numerosos aperos e implementos que se han venido
desarrollando. Es la maquinaria ideal para parcelas pequeñas o minifundios, muy frecuentes en los países del
Sur de Europa, y también del sudeste asiático, así como de otras partes del mundo; la fuerza del motor es
bastante reducida (motores monocilíndricos de gasolina o diésel de unos 200 cm³ en promedio) pero queda
compensada por la escasa velocidad, lo que le da una gran potencia. Aunque también puede emplearse en
parcelas relativamente grandes con un asiento para el conductor, su empleo ha venido siendo sustituido
parcialmente por los tractores más grandes, esenciales en las labores de integración parcelaria, como la que
se ha llevado a cabo en Francia y en otros países, por lo que su uso ha venido limitándose cada vez más para
las labores hortícolas, en jardinería y de ornamento en las parcelas minifundistas. Los implementos del
motocultor pueden variar desde las cosechadores, sembradoras, fumigadoras, transporte y hasta toma de
fuerza para bombas de riego y otros fines. Seguirá siendo esencial en las parcelas en los terrenos bastante
desnivelados y fragmentados por el relieve.
Cosechadora: o segadora es una máquina agrícola de motor potente, peine cortador para segar las plantas
maduras de cereales y un largo rastrillo que va delante de la máquina y gira sobre un eje horizontal.
Equipos agrícolas[editar]
Arado de cultivador, Cuenca, España.
Los equipos agrícolas son un grupo de aparatos diseñados para abrir surcos en la tierra, desmenuzar, fumigar
y fertilizar en el suelo.
Arado: es un equipo agrícola diseñado para abrir surcos en la tierra; está compuesto por una cuchilla, reja,
vertedera, talón, cama, timón y mancera, las cuales sirven para cortar y nivelar la tierra, sostener las piezas
del arado, fijar el tiro y servir de empuñadura. Existen diversos tipos de arados, pero los más conocidos son:
arado de vertedera, formado por la reja, cuchillas y la vertedera.
arado de discos: formado por discos cóncavos para abrir surcos profundos.
arado superficial, para remover la capa superior del suelo.
arado de subsuelo, para remover la tierra a profundidad.
Rastra: es un equipo agrícola diseñado para desmenuzar las partes o porciones de tierra que han sido
removidas por el arado; están compuestas por un armazón que pueden ser de madera y metal, los dientes y
el enganche que la une al tractor.
Asperjadora: es un equipo agrícola diseñado para fumigar; está compuesta por un depósito de líquido, bomba
de presión, tapa, boca, tanque y válvula de presión, correas, manguera, llave y la boquilla por donde sale el
líquido para fumigar, sea insecticida, fungicida o herbicida. La asperjadora manual se coloca en la espalda del
rociador y éste lleva colocada en la boca y nariz una mascarilla especial para evitar que los fuertes olores
despedidos por la sustancia que expele la asperjadora le hagan daño.
Sembradora de siembra directa: es un equipo para colocar las simientes sobre la cama de siembra, sin
laboreo previo.
Abonadora: es un equipo agrícola diseñado para distribuir fertilizantes; está compuesta por tres partes
principales: la tolva o depósito del abono, el tubo de caída del fertilizante y el distribuidor del fertilizante.
Empacadora: es un equipo agrícola diseñado para empaquetar o empacar la paja de los cereales u otras
plantas herbáceas forrajeras en balas (también llamadas pacas o alpacas).

También podría gustarte