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ORGANIZACIÓN ESPACIAL DEL SISTEMA

ECONÓMICO
Autor: Méndez, cap 2

1. La organización de la actividad económica

1.1 Economía y sociedad.

La geografía económica es la rama del saber geográfico que trata de la lucha del hombre por
ganarse la vida y, como tal, debería ocuparse de la producción humana y sostenible, del uso y la
reproducción de las condiciones sociales, naturales y materiales de la existencia humana.

El problema inicial a que deben enfrentarse quienes intentan ahondar en el estudio de la economía
desde una perspectiva geográfica es el de abarcar de forma panorámica los múltiples aspectos que
componen la realidad económica, respondiendo a la pregunta de cómo analizar las actividades
existentes en un territorio, o como comparar la situación económica de territorios distintos.

Tal como ya se afirmó, la actividad económica corresponde a la obtención de toda una serie de
bienes económicos a partir de un proceso de producción basado en la utilización de recursos
escasos y en la aportación de trabajo humano, para su posterior distribución entre los miembros de la
sociedad con objeto de cubrir sus necesidades.

Los bienes economicos que se diferencias de otros que en principio son inagotables pueden ser de
diversos tipos:

- Según su naturaleza, pueden distinguirse los bienes de carácter material y tangible de los
bienes inmateriales o servicios.
- Según el uso al que se destinan, se diferencian los bienes de producción o capital, que sirven
para producir otros bienes, y los bienes de consumo o finales, que satisfacen directamente
las necesidades de la población, subdivididos en bienes de carácter perecedero o duradero.

El proceso económico existente en cualquier territorio incluye dos tipos de actividades básicas e
interdependientes: por un lado, la producción, u obtención de bienes materiales y/o servicios
mediante la aportación de trabajo, y por otro, el consumo, destinado a la satisfacción de las
necesidades, tanto objetivas como subjetivas,individuales o colectivas.

Aunque los procesos de producción, consumo e intercambio están en la base del funcionamiento
económico de las sociedades y los territorios, la evolución registrada a lo largo del tiempo ha
supuesto, básicamente, cuatro tipos de transformaciones:

- Un aumento constante de la capacidad de producción, que se ha convertido en exponencial


durante los dos últimos siglos, hasta plantear problemas sobre el carácter insostenible del
modelo de crecimiento masivo con vistas al futuro.
- Una creciente separación funcional y espacial de la producción y el consumo.
- Una progresiva especialización de las tareas y las funciones, tanto en el interior de las
unidades familiares, como dentro de las sociedades, estableciendo divisorias que guardan
una relación muy estrecha con la posición ocupada en la estructura social.
- Una paralela fragmentación de la producción y del trabajo entre territorios que tienden a
especializarse en actividades diferentes, y que generan en consecuencia, flujos de
intercambio de carácter desigual en cuanto al valor y la importancia de lo que ofrecen y
reciben.

1.2 El carácter sistémico de la economía y la noción de circuito económico.

Un sistema es un conjunto de elementos interrelacionados que tienden a especializarse y


jerarquizarse, manteniendo un equilibrio dinámico sometido a cambios de estado, puede afirmarse
que la economía mundial se configura, cada vez más, como un sistema integrado.

Todo sistema integra dos tipos de agentes económicos principales: unidades de producción
(empresas), unidades de consumo(individuos o familias). Entre ambos conjuntos se establece un
circuito económico compuesto por diversos tipos de flujos.

a) flujos materiales: las empresas demandan el trabajo y el capital que los individuos/familias
están dispuestos a ofrecer, al tiempo que ofrecen toda una serie de bienes y servicios como
resultado de su actividad, que las unidades de consumo demandan.
b) flujos monetarios: las empresas retribuyen los factores recibidos mediante el pago de
salarios, intereses y beneficios, mientras que las unidades de consumo pagan a las
empresas los bienes y servicios que adquieren.
c) flujos de información y conocimiento, que se transmiten a través de relaciones
interpersonales o de medios de telecomunicación cada vez más densos y baratos.

Las relaciones entre los productores y los consumidores no suelen realizarse de forma directa, sino a
través del mercado, que es una pieza central en el funcionamiento económico al centralizar las
funciones de intercambio que mueven el sistema.

Pueden distinguirse dos tipos principales de mercados, según lo que se intercambia en ellos:
mercado de productos (bienes y servicios) y mercado de factores (trabajo, capital, suelo). Mientras
que en las economías de planificación centralizada esos mercados se sometieron al control y la
autoridad del estado mediante la creación de organismos de planificación encargados de regular su
funcionamiento (productos que se ofrecen, precios, salarios), en las economías de mercado se
supone que son libres,sometidos a las múltiples decisiones de productores y consumidores. No
obstante, esa libertad está sometida en todos los países a un cierto grado de intervención pública con
el fin de evitar algunos desajustes y desequilibrios derivados de la simple superposición de interés
individuales.

La identificación de la estructura de los componentes de un circuito económico tiene consecuencias


prácticas de interés para la geografía, la primera de las cuales guarda relación con el tipo de
indicadores a utilizar para identificar las características económicas de los diferentes territorios, como
los indicadores relativos a la producción que miden su potencial para generar riqueza, o los de
consumo, que en cambio se relacionan de forma más directa con el bienestar de la población.
Entre los indicadores de primer tipo, que identifican el potencial productivo de países y regiones, el
principal es el PBI, definido como el valor total de la producción obtenida a lo largo de un año dentro
de ese territorio y en todo tipo de actividades. Para obtenerlo solo deberá sumarse el valor añadido
por cada una de las actividades existentes en el territorio como resultado de su trabajo, descontando
los insumos o recursos utilizados.

En algunas estadísticas internacionales el PIB es sustituido por el PNB que corresponde al valor total
de la producción obtenida por las empresas del país incluyendo sus establecimientos en el extranjero
y descontando la conseguida por las empresas de capital exterior dentro del territorio nacional.
Si al PIB se le descuenta la amortización del capital, se obtiene el PIN o el PNN en caso de que se
establezca a partir del PNB. Al detraer de esa cantidad los beneficios no distribuidos y reinvertidos
por las empresas, junto con los impuestos pagados por estas, y sumar o restar los flujos que pueden
llegar a salir de territorio se obtiene la renta nacional, que es la cantidad disponible para destinar al
consumo. Si a la renta nacional se le descuentan los impuestos personales y las cotizaciones
sociales que paga cada trabajador, se alcanza a contabilizar la renta familiar disponible, que es la
cantidad que realmente llega a los bolsillos de la población. Dividida esta con el número de
habitantes, permite calcular la renta per cápita.

En relación con los estudios geográficos lo más importante de lo señalado es el hecho de que, con
frecuencia, la distribución espacial de la producción y la renta no resultan coincidentes en función de
las transferencias de capital entre territorios, así como tampoco ofrece resultados comparables el uso
de indicadores absolutos o de valores referidos a la población-

Pueden, por tanto, diferenciarse una geografía de la producción y una geografía del consumo. La
primera analiza principalmente las empresas y su actividad, la segunda se interesa por determinar
tanto la distribución de la renta y la capacidad de compra de bienes y servicios, como las
características de los espacios destinados a tal fin. Pero la apariencia de equilibrio y estabilidad en el
sistema económico, que parece deducirse del esquema cerrado de un circuito que se retroalimenta,
resulta engañoso, pues existen factores que pueden generar distorsiones y desequilibrios en su
funcionamiento habitual.

Por una parte el carácter abierto supone la existencia habitual de relaciones con el exterior. La
creciente apertura de fronteras para los flujos económicos limita las posibilidades de controlar el
sistema a los agentes que operan en su interior y hace cada vez más dependiente el desarrollo
endógeno.

Por otro lado, en el interior de los sistemas tienden a producirse desajustes periódicos entre una
capacidad de producción cada vez mayor y un consumo que crece de manera más irregular. El
intento de paliar tales desequilibrios han sido uno de los principales factores que impulsaron la
intervención del Estado en la economía, ya sea para orientar la producción, impulsar el consumo,
redistribuir las rentas generadas a través del sistema fiscal, regular los mercados, atraer inversiones
o tecnologías del exterior o fomentar las exportaciones

Además de una estructura interna, todo sistema económico se identifica también por una lógica de
funcionamiento, es decir, por la forma en que da respuesta a toda una serie de preguntas esenciales
referidas a:
- En qué cantidad y cómo utilizar los recursos disponibles para la producción
- Qué necesidades deben considerarse prioritarias
- Que cantidad de trabajo aplicar
- Donde llevar a cabo las diferentes actividades de prod y distribución
- Cómo distribuir los bienes y servicios obtenidos

2. Estructura y dinamismo del sistema productivo.

2.1 La identificación de los sectores productivos.

El núcleo central de actividad económica en cualquier territorio está constituido por su sistema
productivo, el cual a su vez está constituido por toda una serie de empresas, unidades básicas de
decisión, con personalidad jurídica, dedicadas a la obtención, transformación y/o distribución de los
bienes y servicios, que suponen una aportación de trabajo y generan un valor añadido como
resultado de su actividad.
Las empresas que componen estos sistemas realizan una gran variedad de actividades,
complementarias entre sí, que pueden agruparse según su funcionalidad dentro del proceso
productivo:

a) Actividades extractivas: dedicadas a la obtención de recursos naturales, principalmente del


suelo y subsuelo, así como del mar.
b) Actividades industriales: dedicadas a la transformación de los recursos naturales en bienes
de naturaleza diferente. suelen diferenciarse las industrias básicas, industrias de bienes
intermedios, las de bienes de equipo y las de bienes de consumo.
c) Actividades de servicios: que incluyen tanto los servicios a las empresas, las actividades
financieras y las de transporte/movilización que movilizan los flujos, y las relacionados con su
administración.

La realización de un diagnóstico sobre la estructura productiva de un territorio deberá incorporar una


referencia a aspectos como:
a) volumen total de actividad económicas existentes
b) la productividad del trabajo, definida como el valor añadido medio por empleo existente en el
territorio
c) la composición sectorial, estableciendo el tipo de especialización dominante en el área, pues
ciertas actividades tienden a presentar un mayor dinamismo que otras.

2.2 Factores de producción

Aquellos recursos o insumos que utilizan las empresas para llevar a cabo su actividad. se distinguen
los factores originarios (tierra y trabajo) y los derivados (capital y tecnología)

● Factor tierra: hace referencia al conjunto de recursos naturales que son utilizados en el
proceso de producción. La existencia de recursos abundantes, de calidad y a bajo precio
constituye un primer factor para impulsar el crecimiento económico de cualquier territorio. No
obstante hay que señalar tres tipos de matizaciones: esos recursos no son inmutables,está
sometida a relaciones de dependencia pues la propiedad de los recursos no está al margen
de su calidad o cantidad. Finalmente, la sobreexplotación ha generado una degradación
progresiva de las condiciones medioambientales con efectos negativos a largo plazo.
● Factor trabajo: se identifica con los recursos humanos existentes en un territorio, elemento
central como sujeto de una actividad productiva que debe orientarse a la satisfacción de sus
necesidades, de los que interesará conocer, ante todo, el volumen de la fuerza de trabajo
disponible y la estructura por edades de la población, la participación de la mujer en el
mercado de trabajo remunerado, etc. La creciente división técnica y espacial del trabajo
diversifica su influencia según los tipos de actividades, así por ejemplo mientras algunas se
interesan aún por la existencia de una oferta laboral abundante y a bajo precio, mientras que
otras priman la cualificación o experiencia profesional, aunque puedan suponer mayores
salarios.
● Factor capital: se define como el conjunto de bienes disponibles destinados a producir otros
bienes, que pueden revestir la forma de capital líquido (dinero) o capital físico (bienes de
producción materiales). Esta división se relaciona de forma directa con los conceptos de
capital fijo, que corresponde a aquellos bienes de producción duraderos que acumulan en el
tiempo y permiten elevar la capacidad competitiva del territorio y de capital circulante, que se
consume en el proceso productivo.
● Tecnología: conjunto de conocimientos y métodos incorporados al proceso productivo para
mejorar su eficacia y rentabilidad, tanto si se incorpora a los procesos reduciendo sus costes,
como a los productos, mejorando su calidad y diferenciación. hoy en día es un factor de
primera importancia.

Desde una perspectiva geográfica, el desigual reparto de los factores productivos favorece la
especialización económica de los territorios en función de las ventajas comparativas que cada uno de
ellos ofrece, relacionados con el factor más abundante y barato disponible (suelos de alta calidad,
mano de obra barata), lo que también impulsa los flujos comerciales. El estudio de los sistemas
productivos, cualquier que sea la escala espacial utilizada deberá incluir una referencias a los
siguientes apartados:

ESTÁN EN EL TRABAJO 2

3. Lógica espacial del sistema capitalista: mecanismo de funcionamiento y fases de


desarrollo.

La organización espacial de la actividad económica contemporánea depende de las características


del sistema capitalistas, que en sus 5 siglos de existencia han mantenido unos rasgos que definen la
esencia del capitalismo:

a) multiplicidad de agentes económicos y sociales, con predominio de la empresa privada y la


búsqueda del beneficio individual
b) competenci creciente entre las empresas
c) acumulacion de excedente como base que hace posibile la inversion
d) determinación de los precios en el mercado a través de la oferta y la demanda
e) división técnica, social y espacial del trabajo para lograr su máxima rentabilidad

Pero junto con esas características que permanecen inmutables pese al transcurrir del tiempo, la
evolución del capitalismo supone un gran número de cambios. Se habla de un capitalismo
mercantil, imperante hasta finales del siglo XVIII, al que sucedió una era de capitalismo industrial,
resultado de las grandes transformaciones que introdujo la primera revolución industrial en la
transición al siglo XIX. La nueva fase de crisis, que trajo consigo la calificada como segunda
revolución industrial a comienzos del siglo XX inauguró la era del capitalismo monopolista. Se
inició entonces una nueva fase de crisis e inestabilidad que desencadenó el inicio de una tercera
revolución industrial, como puerta de entrada a una nueva fase del capitalismo global, asociada a
nuevos esquemas productivos y espaciales que algunos vinculan a la sociedad informacional

En cada una de estas etapas tienen lugar rápidas y profundas modificaciones que afectan a cuatro
dimensiones básicas de la realidad económica-espacial:
- la importancia ostentada por los diferentes factores productivos
- la organización de la producción
- la presencia institucional del Estado en la actividad económica
- la organización territorial

4. Lógica del beneficio y estrategias espaciales de las empresas.

4.1 El beneficio como principio básico de actuación y factor de localización

Tanto la producción como la distribución de los bienes y servicios es realizada de forma prioritaria por
empresas privadas, cuyo principal objetivo a corto plazo es la obtención de beneficios. Ese beneficio
es el excedente que queda tras la venta de sus productos o servicios en el mercado y una vez
retribuidos a los factores productivos utilizados en el proceso, así como descontada la amortización y
los impuestos que se pagan. Si esta cifra se divide por el valor de los bienes de capital invertidos, se
obtiene la tasa de beneficio.

El principio de que el beneficio viene a ser la diferencia obtenida entre ingresos y gastos, su volumen
anual se verá influido por todo un conjunto de factores:

CUADRO 2.4

4.2 El carácter subsidiario de la intervención pública

En el capitalismo la importancia de la intervención pública en la organización de la economía y el


espacio económico debe valorarse como subsidiaria. No obstante como esta corre el peligro de
establecer una oposición frontal entre lo público y lo privado que ignore su frecuente
complementariedad y vinculación y de no valorar las multiples funciones del estado:
● Función legislativa: mediante el establecimiento de un marco normativo que influye sobre la
actividad de los restantes agentes económicos y sobre sus relaciones mutuas.
● Función productora: mediante la creación de empresas públicas o la participación junto con
el capital privado en empresas mixtas con motivaciones de carácter social o político.
● Función promotora y de ordenación: mediante la aprobación y aplicación de políticas
económicas y territoriales orientadas a impulsar el crecimiento o la modernización de
sectores específicos, la mejora de los factores productivos o el desarrollo de regiones
concretas mediante actuaciones de promoción.
● Función redistribuidora: mediante una política de rentas destinada a generar transferencias
de capital entre grupos sociales, como la provisión de diversos servicios públicos

5. Competencia y concentración empresarial.

5.1 La búsqueda de ventajas competitivas

La búsqueda de ventajas competitivas, entendidas como el dominio y control por parte de una
empresa de una característica, habilidad, recurso o conocimiento que incrementa su eficiencia y le
permite distanciarse de la competencia, se convierte en clave explicativa fundamental de la actuación
empresarial.

La búsqueda de rentabilidad a corto plazo, junto al deseo de asegurarse la permanencia en el


mercado obligan a las empresas a adoptar toda una serie de estrategias competitivas que varían
según el sector de la actividad donde operen, la estructura de la propia empresa y las características
del entorno territorial en que actúen. No obstante, todas las empresas deberán adoptar una serie de
decisiones genéricas que, según la teoría de las ventajas competitivas, pueden resumirse en:

● Competir en costes, reduciendo el mínimo posible el precio de los bienes o servicios que se
ofrecen, frente a la opción de competir en calidad y productos diferenciados de los de la
competencia, aunque los precios resulten más elevados. La primera estrategia favorece
muchas veces la localización en espacios habitualmente calificados como periféricos donde
se pueden minimizar algunos de esos costos, mientras que la segunda favorece su
localización en áreas ya desarrolladas.
● Especializarse en un solo tipo de producto, destinada a un nicho de mercado específico o
bien diversificar la oferta para abastecer múltiples segmentos de mercado. En el primero
puede favorecer concentrar la oferta de ese producto en un solo establecimiento, en el
segundo son más habituales localizaciones múltiples, próximas a los compradores o
condicionadas por otros factores.
● Operar en un ámbito territorial reducido, con la mayor parte de los proveedores y los clientes
localizados en un entorno local, frente a la posibilidad de hacerlo en áreas más extensas que
puede alcanzar una dimensión internacional. En el primer caso conviene una buena posición
en el interior de esa área reducida, mientras que en el segundo convienen las grandes
ciudades con amplios mercados y los principales nudos en las redes de transporte.
● Las empresas pueden optar por llevar a cabo una integración de múltiples tareas y
actividades en su interior, o por el contrario, descentralizar todas aquellas que resultan más
rentables compradas o subcontratadas en el exterior.

Los anteriores planteamientos sobre los comportamientos empresariales se basan en el supuesto de


una competencia perfecta, con un gran número de productores y compradores de pequeña
dimensión, que no tienen capacidad de influir sobre el precio ni establecen relaciones de dominación
y dependencia entre ellos, existiendo además una perfecta movilidad. La realidad, en cambio,
aparece dominada por situaciones de competencia imperfecta, con múltiples y subsectores de
actividad en donde unas cuantas grandes empresas ejercen su dominio sobre las restantes e influyen
sobre el comportamiento de los consumidores.

5.2 Las grandes empresas como protagonistas en el funcionamiento del sistema económico.

La propia lógica competitiva ha favorecido un proceso histórico de concentración de capital, donde


la información disponible coincide en destacar su creciente poder financiero y tecnológico , así como
una capacidad de influencia social y política innegable.

También apunta la tendencia paralela hacia una progresiva centralización del capital en grupos o
conglomerados que integran empresas industriales, comerciales, de transporte y comunicación, etc,
generalmente articuladas a través de una corporación financiera que actúa como núcleo. Este es el
caso de los grandes holdings.

El tamaño empresarial favorece una mayor capacidad competitiva frente a la mayoría de pequeñas y
mediana empresas (PYMEs), entre las ventajas asociadas a la dimensión están:

- La obtención de economías de escala por reducción de los costes medios por unidad al
mantenerse los costes fijos y solo crecer los costes variables a medida que aumenta el
volumen de actividad.
- Unos mayores recursos disponibles, lo que puede traducirse en mayor eficiencia, calidad y,
en definitiva, competitividad.
- Una superior capacidad negociadora, tanto respecto a proveedores y clientes, como en sus
relaciones con los gobiernos, eso tenderá a reflejarse en un mayor control sobre el
funcionamiento de las otras empresas o en un trato favorable por parte de la administración.

6. Excedente, inversión y crecimiento desigual

6.1 La acumulación de excedentes como clave para la reproducción ampliada del capitalismo

El capitalismo es el sistema económico que históricamente ha generado un mayor crecimiento de la


producción y el consumo, así como unas transformaciones más intensas en las sociedades y los
territorios que lo alberga. Ese crecimiento ha sido posible a partir de la acumulación de excedente, el
cual puede obtenerse mediante estrategias orientadas a:
- aumentar la cantidad de trabajo de la población
- reducir su nivel salarial y de consumo
- elevar la productividad del trabajo y reducir el desgaste o la depreciación del k mediante la
incorporación del progreso técnico
Por esa razón, el control de las decisiones que afectan a la generación de excedentes así como su
distribución entre los componentes de la sociedad son elementos esenciales de todo sistema
económico, lo que permite la identificación de clases sociales.

La habitual contraposición de los interés entre el k y el trabajo por la apropiación o reparto de ese
excedente puede ayudar a comprender algunas tendencias recientes en las estrategias espaciales
de determinadas empresas.

6.2 La inversión, crecimiento económico y cambio espacial.

El excedente acumulado por una sociedad puede destinarse a usos diversos, según los intereses y
valores de quienes lo controlan. No obstante, la competencia entre las empresas y la búsqueda de
beneficios crecientes fuerzan a los propietarios del capital a dirigir una parte sustancial del mismo
hacia la inversión, con objeto de reponer los bienes de capital gastado y generar nueva capacidad
productiva.

La realización de inversiones que se difunde al conjunto del sistema generando efectos


multiplicadores. A pesar de que cada territorio genera un determinado volumen de excedente, una
parte variable de la inversión realizada por las empresas puede dirigirse fuera del país cuando las
expectativas de beneficios resulten mayores y el nivel de riesgo escaso.

La continuidad de esta tendencia estructural explica la expansión territorial del sistema a la búsqueda
de nuevas fuentes de aprovisionamiento, nuevos mercados de consumo y áreas para la realización
de inversiones rentables.

La acumulación de excedentes es por tanto el motor generados de las fuerzas que impulsan un
cambio permanente en el funcionamiento del sistema, pues el equilibrio no es posible para el
capitalismo para el que la existencia es la expansión. Desde la perspectiva territorial la inconstante
geografía del capitalismo es sin duda uno de sus rasgos más permanentes, generados de una
periódica sustitución de regiones ganadoras y perdedoras en el escenario mundial.

En consecuencia la diferente capacidad de los territorios para generar inversiones de origen local o
atraer inversiones desde el exterior resulta un buen indicador de su evolución económica y su
capacidad de crecimiento.

Por idéntico motivo, buena parte de las políticas de promoción y desarrollo aplicadas durante
décadas en regiones atrasadas centraron su actuación en generar condiciones favorables para atraer
la inversión privada de empresas foráneas a base de inversiones públicas tendientes a abaratar sus
costes. Resulta más reciente el esfuerzo destinado a canalizar e impulsar las iniciativas
empresariales de carácter endógeno, pero en todos los casos el objetivo continúa siento incrementar
las expectativas y la capacidad de los agentes económicos para realizar inversiones productivas y
capitalizar el territorio.

7. Mercado, precios y usos del suelo.

7.1 Funcionamiento del mercado y limitaciones a la libre competencia

En estas economías de mercado, las decisiones se definen de modo impersonal, a través del
mecanismo de fijación de precios.
El concepto de mercado hace referencia a las operaciones de compraventa de todos los que desean
intercambiar un determinado bien o servicio. En ocasiones se localizan en un lugar específico,
permanente o periodico, e identificable en el espacio. No obstante, en otros muchos casos no existe
un lugar físico para tales intercambios, que limitan su componente geográfico directo a la generación
de flujos entre los diversos agentes que intervienen en las transacciones. El actual desarrollo de las
tecnologías de información acentúa esas tendencias.

En todo mercado convergen quienes desean comprar un producto o un factor productivo y quienes
están dispuestos a venderlos. En el supuesto de un mercado libre y de competencia perfecta, la
determinación del precio y la cantidad vendida se derivará de la interacción entre compradores y
vendedores a través de su oferta y demanda, tal como plantea la teoría neoclásica de los precios.

- Demanda: cantidad de un bien o factor productivo que los consumidores quieren y pueden
adquirir según su precio. Se trata de una función decreciente, que puede reflejarse en una
curva de demanda con pendiente negativa. Esta relación lineal está sometida a la influencia
de factores complementarios que pueden provocar desplazamientos de la curva de demanda
aunque no varíen los precios. Tanto un aumento o disminución en la renta como en las
preferencias de los consumidores o los precios de otros productos sustitutivos.
- Oferta: cantidad de productos o factores que los vendedores están dispuestos a poner en el
mercado, variable también en función del precio. Se trata de una función creciente, pues la
cantidad ofertada aumenta con el precio, reflejada en una curva de oferta. Pueden producirse
desplazamientos debido a factores externos no relacionados con el precio si aumentan o se
reducen los costos de producción, las expectativas de beneficio empresariales o la presencia
de otros bienes sustitutivos.

El grado de sensibilidad que muestra la oferta de cada producto o factor frente a las variaciones en
su precio se denomina elasticidad. Mientras los bienes de primera necesidad suelen presentar una
demanda inelástica, pues las variaciones en su precio no alteran significativamente su compra. Otros
muchos de carácter superfluo muestran un comportamiento opuesto, siendo muy sensibles a
cualquier pequeña variación en los precios.

Según la teoría neoclásica la interaccion oferta-demanda determinará tanto las cantidades, como los
precios de los productos que se intercambian en los mercados, mediante la identificacion de un punto
de equilibrio en la interecion e las curvas de oferta y demanda. Cualquier desviación en los precios
provocará un desajuste entre la oferta y la demanda, que tenderá a resolverse con un movimiento
espontáneo en favor de esa situación de equilibrio.

Pese a que las leyes de oferta y demanda suponen una buena aproximación al funcionamiento real
de los mercados, no puede ocultarse su carácter de simplificación, que ignora la existencia de
numerosas imperfecciones que justifican un cierto grado de intervención estatal para contrarrestarlas
o paliar los costes sociales derivados, como por ejemplo:

- El protagonismo otorgado a las grandes empresas que tienen la capacidad de influir y


orientar la elección y la demanda de los consumidores dispersos y fragmentados.
- Existencia de restricciones al libre juego de la oferta y la demanda ante el control ejercido por
algunas grandes empresas. Un caso extremo lo supone el monopolio. Aunque más
frecuente resulta el oligopolio, en que el mercado está constituido por unas pocas empresas
que representan una elevada proporción de la cifra total de negocios y pueden llegar a
acuerdos para restringir la oferta.

7.2 Valor del suelo y distribución de usos.


Los mecanismos de mercado ayudan a comprender diversos fenómenos de interés geográfico, entre
los que la distribución espacial de las actividades y las funciones/usos del suelo urbano, en directa
relación con los precios del suelo o los inmuebles resulta uno de los más destacados.

En las economías capitalistas, el suelo es considerado ante todo como una mercancía, por lo tanto
su valor y uso están regulados de forma prioritaria por los mecanismos de mercado, regida por
alguno principales fundamentos:

- Todo suelo tiene unas determinadas propiedades que atraen de modo diverso a potenciales
ocupantes.
- Necesarios similares en empresa o individuos de parecidas características provocarán la
repetición de comportamientos espaciales traducidos en ciertas tendencias dominantes de
localización y ciertas formas habituales de segregación socioespacial.
- Mientras mayor sea la demanda con relación a la oferta del suelo, maor serán los precios de
venta, y por ello, mayor será la intensidad en su uso para compensar esos elevados costes.
- Todo proceso de revalorización o desvalorización del suelo por actuaciones tendentes a
modificar su oferta y demanda traerá consigo un cambio en su uso.

8. División del trabajo y especialización territorial

8.1 Hacia una creciente división técnica y social del trabajo.

La creciente complejidad de la actividad económica y la ampliación de los mercados ha favorecido


una división del trabajo cada vez más intensa.

La reducción en los costes de producción que se derivan de la simplificación de las tareas a realizar
por cada unidad productiva y cada trabajador, junto a las mayores posibilidades para mecanizar o
automatizar muchas de ellas, o producir en serie, fueron algunas de las razones principales para su
impulso.

Pero esa segmentación de los procesos productivos no hace sino consolidar una división social del
trabajo. Una primera divisoria es la que se establece entre trabajo productivo y de reproducción, es
decir, entre trabajo remunerativo y doméstico, base tradicional para el establecimiento de unas
relaciones de género basadas en la desigualdad entre hombres y mujeres.

Por su parte, y en lo que afecta de modo específico al trabajo vinculado con el sistema productivo
que se asocia a la noción de empleo, la propiedad o no de los medios de producción, etc, es lo que
permite hablar de unas relaciones sociales de producción. Si se entiende que el espacio es un
producto social, las relaciones sociales de producción serán un elemento de primer orden en la
explicación de las formas espaciales, incluidas las que afectan a las actividades económicas.

8.2 La división espacial del trabajo y sus manifestaciones.

Constituye una de las claves para interpretar la distribución de las actividades económicas en el
territorio, su desigual dinamismo y el tipo de relaciones que se establecen entre unos y otros.

La progresiva especialización ocurrida en numerosas empresas ha favorecido una organización


interna más o menos compleja y una segmentación de sus actividades entre centros de trabajo
ubicados en localizaciones múltiples pero relacionados entre sí mediante flujos, lo que las convierte
en verdaderas empresas-red. La mejora actual en el transporte y las telecomunicaciones impulsan en
bastantes casos la especialización de los distintos establecimientos según las ventajas competitivas
ofrecidas por cada territorio o su potencial de mercado.
Un idéntico principio favorece, en otras ocasiones, la formación de redes de empresas
especializadas e interdependientes, que establecen relaciones de mercado ajenas al mismo
(colaboración en proyectos por ejemplo). En bastantes casos, tales vínculos se basan en la
proximidad entre las empresas participantes, que reduce los costes de transacción entre ellas, lo que
favorece su concentración en ciertos espacios y la obtención de beneficios asociados a esa
aglomeración.

Según las teorías neoclásicas sobre el comercio internacional, esa especialización se basa en una
desigual distribución en la cantidad y calidad de los diversos factores de producción, generador de
ventajas comparativas. En cambio las interpretaciones estructuralistas, basan la especialización cada
vez más acusada de los territorios en la influencia ejercida por unos flujos de intercambio desigual en
función de la diversa capacidad competitiva de cada área, tal como planteó desde hace décadas en
modelo centro-periferia. Teoría que destaca la existencia de trayectorias contrastadas entre espacios
centrales con el concepto habitual de desarrollo y, unas periferias dependientes y subdesarrolladas.

Rasgos estructurales de los centros:

- concentrar las funciones dominantes de carácter estratégico, que otorgan poder o capacidad
de control sobre la economía de otros territorios.
- especializarse en actividades de fuerte crecimiento, favoreciendo la consolidación de redes
empresariales.
- presentar altas tasas de inversión, que en su mayoría es de procedencia interna
- sustentan una población que disfruta de altos niveles de renta y cualificación, así como un
elevado nivel de ocupación

Rasgos estructurales de las periferias:

- especializarse en funciones y actividades productivas subsidiarias pero complementarias de


las anteriores, de menor valor añadido, tensivas en el uso de recursos naturales y mano de
obra barata
- contar con bajas tasas de inversión al no disponer de una sólida base empresarial
- situación laboral más desfavorable y unos niveles de renta y bienestar inferiores
- débil articulación del tejido empresarial y baja densidad de flujos internos.

Por un lado también se encuentran las semiperiferias, espacios hacias los que se difunden algunas
funciones y actividades de los centros o que son capaces de generar iniciativas propias

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