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UNIDAD DE INDAGACIÓN N°2: “LAS LÓGICAS DEL PROCESO DEL DISEÑO


ARQUITECTÓNICO”

“Se dice que una de las cosas más importantes de la música de Johann
Sebastian Bach es su “arquitectura. Su construcción produce la impresión de algo
claro y transparente. Es posible seguir, uno a uno, los elementos melódicos
armónicos y rítmicos de esa música, sin perder con ello la percepción de la
composición como un todo, donde toda particularidad encuentra su sentido. Una
clara estructura parece subyacer en esa obra y, si uno sigue cada uno de los hilos
del tejido musical, podrá también barruntar las reglas que determinan la estructura
constructiva de esa música”
Zumthor 1998.

La Forma Arquitectónica.

Detrás de todo proyecto existe una manera de presentarse el objeto arquitectónico, el


mismo posee una estructura y una envolvente, que ostenta detrás una lógica que está
generada intencionalmente.

Cuando analizamos los aspectos formales del edificio, lo hacemos desde un punto de
vista netamente objetivo, alejándonos de su expresión, símbolo o significado; haciendo
hincapié en la forma como un problema puramente visual, desde la perspectiva de la
percepción.

Cuando hablamos de percepción la teoría nos dice que el ojo no registra pasivamente
el mundo existente, que es un instrumento que se dedica a establecer un primer
contacto con todos los aspectos de nuestras experiencias; el entorno, el volumen, la
profundidad, el movimiento, etc.

La visión posee el poder constructivo, basado en una gramática de lo visible, conjunto


de reglas que rigen nuestra percepción; o sea que posee un lenguaje, el cual es
realmente una construcción, los humanos somos capaces de determinar dos
dimensiones: el alto y el ancho; pero la profundidad la conseguimos a partir de un
construcción que realizamos de elementos que identificamos y a los cuales les damos
sentido a través de las relaciones escalares, estas relaciones están definidas por
muchas reglas que rigen la percepción (Hoffman 1998)
 Ley de la proximidad La teoría de la Gestalt, enuncia varias leyes que tienen
que ver con la percepción:
 Ley de la proximidad: Los elementos parecidos son percibidos como
pertenecientes a la misma forma. Nuestro cerebro agrupa cosas que tienen
alguna propiedad visual común, como el color o el movimiento
 Ley de la similitud: Los elementos parecidos son percibidos como
pertenecientes a la misma forma. Nuestro cerebro agrupa cosas que tienen
alguna propiedad visual común, como el color o el movimiento
 Ley de la buena continuidad: Los elementos orientados en la misma dirección,
tienden a organizarse de manera que se haga mínimo el cambio o la
discontinuidad. Los elementos que se agrupan en líneas rectas, curvas o
siguiendo un determinado patrón de forma continua, tienden a percibirse como
una unidad. Los mismos elementos en la misma posición relativa, pero no
organizados linealmente no se perciben como una unidad. La continuidad de
segmentos puede ser lineal o direccional; también puede ser por semejanza

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formal o afinidad tonal; igualmente se pueden ocasionar por provocación de


“cerramientos”
 Ley del contraste: Un elemento se distingue del resto por su singularidad, por
su especificidad. Un objeto puede contrastar con otros por color, forma,
tamaño, cualidades intrínsecas del propio objeto, etc...
 Ley de la clausura: Nos dice que, si una línea forma una figura cerrada, o casi
cerrada, tendemos a ver una figura superficial encerrada por una línea, en
lugar de ser simplemente una línea.
 Ley de la inclusividad: Se trata de una especie de camuflaje que tiende a
homogeneizar la figura y el fondo. Provoca desconcierto en el observador,
porque la propia configuración de la imagen trata de obstaculizar que algo sea
percibido.

La visión no es solamente una cuestión de recepción pasiva, sino que es un proceso


inteligente de construcción, y es una construcción activa, ya que la vamos aprendiendo
y desarrollando desde que somos pequeños.

Lo que pasa es que cuando nosotros “vemos”, no realizamos un proceso inconsciente


de estímulo respuesta como pensaron los conductistas durante buena parte del siglo
XX, sino que es un proceso muy sofisticado de construcción cuyos entrecejos recién
se empezaron a comprender a partir de la fenomenología. Esta plantea una relación
entre lo que es el objeto y el sujeto.

Según Piaget (2013), la idea central de la Teoría de la Forma es que los sistemas
mentales nunca están constituidos por la síntesis o asociación de elementos
determinados en el estadío aislado previo a una reunión, sino que siempre consisten
en totalidades organizadas desde el comienzo de una “forma” o estructura de
conjunto. Así una percepción no es una síntesis de sensaciones previas, sus
elementos son interdependientes por el hecho mismo de ser percibidos juntos.

Las leyes de organización que rigen todas las relaciones no son otra cosa que leyes
de equilibrio, que rigen las corrientes nerviosas desencadenadas por el equilibrio
psíquico con los objetos exteriores, y por los objetos mismos, reunidos en un circuito
mayor.

Esto implica que hay un objeto dispuesto a ser observado, pero a su vez, el sujeto
tiene que tener esa intención de conocimiento, o acercamiento a ese objeto. Es una
relación de tipo fenoménica; porque lo nosotros percibimos realmente no es un objeto
en su totalidad, sino es una apariencia del mismo.

Esta capacidad está relacionada con lo que Piaget (2013) denomina inteligencia
perceptual, ya que el denomina “percepción” al conocimiento que tenemos de los
objetos o de sus movimientos por contacto directo y actitud; mientras que la
inteligencia es un conocimiento que subsiste cuando intervienen los desvíos y
aumentan las distancias espacio-temporales intelectuales y sobre todo los
agrupamientos operatorios que caracterizan el equilibrio final del desarrollo de la
inteligencia. Por eso la idea central de la Teoría de la Forma trata de describir leyes de
estructuración de conjunto que, según ella rigen simultáneamente; y esto involucra a
todos los modos de percepción, no solo el visual. De alguna manera podemos
emparentar estas ideas por lo expuesto por Pallasma en “Los ojos de la Piel”, o con
las “Inteligencias Múltiples” de Gardner.

Si bien el objeto aporta sus propias características (figura patente), la percepción se ve


modificada por los propios tamices o filtros que actúan en el individuo (figura latente).

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La psicología de la Gestalt, se encargó de estudiar estos fenómenos, y plantea que la


forma no es la suma de sensaciones puntuales, sino que se presentan como
relaciones estructuradas; no vemos las particularidades, al inicio percibimos el “todo”.

Tedeschi plantea un análisis de


la forma arquitectónica por
medio de tres esquemas,
espacio, escala y plástica, no
pretendía con ello negar la
unidad sustancial de la obra
arquitectónica, solamente lo
hacía para facilitar herramientas
de análisis, y de esa manera
permitir considerar los aspectos
objetivos de la forma
arquitectónica, y conectándolos
entre si en grupos homogéneos.
 Espacio: indica el
carácter forma, en cuanto
a su organización y ubicación en el espacio; organizaciones centralizadas, en
peine, lineales. Si pretendiéramos profundizar en esas estructuras
organizacionales, hay textos muchos más exhaustivos sobe el tema, pero no
es el caso que nos ocupa.
 Plástica: indica el carácter formal de los elementos construidos que limitan el
espacio, es decir muros, pisos, techos, aislados de su cualidades técnicas o
funcionales. Solamente se interesa por como se originan las formas a partir de
sus componentes mínimos (línea, plano o volumen), textura, color, etc
 Escala: indica la relación dimensional entre el edificio y patrón determinado.

La Significación Arquitectónica

“El sentido que se trata de fundar en el material reside más allá de las reglas de
fundar en el material reside rnás allá de las reglas de composición, e incluso de la
tangibilidad, el olor y la expresión acústica de los materiales, todos ellos
elementos del lenguaje en el que nosotros mismos tenemos que hablar. El sentido
surge cuando se logra suscitar en el propio objeto arquitectónico significados de
determinados materiales constructivos que únicamente son perceptibles en este
objeto de esta manera.
Zumthor 1998.

Dentro del análisis formal podemos distinguir lo que es expresión formal, de la


expresión simbólica o significativa, y la dejamos para analizarla al final, ya que en el
esquema de Champion (1967) figuraba como partícipe de la forma en su totalidad;
pero desde la perspectiva de Norberg Schulz (1967), podemos ver que la significación
tiene identidad propia, aunque va ligada a la percepción del volumen morfológico, esta
supera a la mera expresión formal del objeto arquitectónico.

Es por ello que separamos ambos, por un lado, a la forma, como organización
(plástica, escala y espacio), y luego la significación en su relación con el concepto
(Tschumi-2003). Cuando analizamos el signo arquitectónico vemos que este
trasciende lo que es el aspecto formal del mismo, ya que, para hablar de una
verdadera experiencia arquitectónica, debemos completarla en su totalidad.

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La arquitectura es algo más que el mero juego volumétrico, Hoffman (2000) opina que
el hombre goza de una “cultura visual”, se llena los ojos de aquello que se ve, pero
realmente hay mucho más allá de lo que se ve…

La arquitectura parece tener un mensaje persuasivo y sugerente, posee también


cualidades heurísticas e innovadoras. Toda obra arquitectónica está imbuida de un sin
número de connotaciones, no sólo de una ideología propia de la factibilidad, sino
también tiene tras de sí una existencia crítica hacia otras maneras de vivir en
ideologías que la han precedido.

En la arquitectura, la técnica, dedicada a fines persuasivos en la medida que connota


determinadas funciones, y en la medida en que las formas del mensaje forman un todo
con los materiales que le sirven de soporte, se auto significa siguiendo, en esto las
leyes del mensaje estético. Y al, auto significarse, a la vez informa no solamente sobre
las funciones que promueve y denota, sino también sobre el “modo” en que ha
decidido promoverlas y denotarlas, todo ello es estudiado por la semiótica.

“La semiótica no es solamente la ciencia de los signos reconocidos en cuanto a


tales, sino que se puede considerar igualmente como la ciencia que estudia todos
los fenómenos culturales como si fueran sistemas de signos… uno de los
sectores en el que semiótica encuentra mayores dificultades, por la índole de la
realidad que pretende captar, es el de arquitectura” (Eco-1968; p.323)

La arquitectura posee un lenguaje formal que le es propio, el mismo es expresivo,


formal y significativo. Si bien la arquitectura no tiene como fin primordial la
comunicación es algo inherente a la misma, expresa un significado codificado al que
un determinado contexto cultural le atribuye un significado, los cuales pueden ser
interpretadas desde sus aspectos denotativos, códigos sintácticos (funciones de
soporte, comunicación), o desde sus aspectos connotativos; códigos semánticos
(ideologías, valores, modos comportamentales) (Eco 1968)

Un edificio solo revela todo su significado cuando lo vemos como parte de un medio
simbólico, en el que todos los objetos son portadores de valores, en tanto que
participan en acciones humanas, que no son nunca indiferentes (Norberg Schulz-
1967)

Es el contenido simbólico el que otorga significado social a las cosas concretas, el


propósito de la arquitectura es dar orden a ciertos aspectos, y con ello queremos decir
que la arquitectura controla o regula las relaciones entre el hombre y el ambiente.
Participa, por lo tanto, en la creación de un medio, es decir de un marco significativo
para las actividades humanas.

Cuando hablamos de significación, hacemos referencia a como las formas


arquitectónicas transmiten; más allá de la función para la cual fueron creadas; un
mensaje y llegan a convertirse en símbolos, o íconos formales, pero eso es un poco
más complejo.

El llevar a la arquitectura a límites que en algunos casos el edificio, que debe cumplir
una función determinada, se ve sujeto o encerrado en una caja decorada, estos
objetos arquitectónicos poseen una doble lectura, donde el signo arquitectónico tiene
una doble función: como signo iconográfico y como signo simbólico.

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“Los signos icónicos reproducen algunas condiciones de la percepción del objeto


una vez seleccionadas por medio de códigos de reconocimiento y anotados por
medio de convecciones gráficas” (Eco-1968)
Se establece de esta manera una relación directa (formal) entre objeto y su imagen, lo
que lleva a la arquitectura en algunos casos al diseño de arquitectura demasiado
“literal” … ¿es ello, realmente necesario?

ARQUITECTURA Y COMUNICACIÓN:
Semiótica y arquitectura:

Al abordar este tema surgen algunas preguntas ¿cuál es la forma de comunicar un


diseño?; ¿Qué lenguaje debemos usar?; ¿Cómo definir los parámetros dentro de los
cuales podemos movernos?

Si la semiótica no es solamente la ciencia de los signos reconocidos en cuanto a tales,


sino que se puede considerar igualmente como la ciencia que estudia todos los
fenómenos culturales con sistemas de signos; o sea que la cultura esencialmente es
“comunicación”

Si aceptamos el término “cultura” en un sentido antropológico correcto,


inmediatamente se perfilan dos fenómenos culturales a los que no puede negárseles
la característica de ser fenómenos comunicativos:
 La fabricación y el empleo de objetos de uso
 El intercambio parental como núcleo primario de relación
institucionalizada

Podemos decir que toda cultura que se puede estudiar como un fenómeno de
comunicación, y todos pueden ser estudiados como contenidos de comunicación.

Esto nos lleva a decir que la cultura es comunicación, esto quiere decir que a través
del legado del hombre podemos explicar un sinnúmero de funciones o usos que le
daba a los objetos; aún el hombre primitivo, que, aunque no le diera nombre, o no
puliera el elemento natural al hacer uso de él, ya le adjudicaba una función
determinada.

Uno de los sectores de la semiótica encuentra mayores dificultades, por la índole de la


realidad que intenta captar, es el de la Arquitectura, (entendiendo como arquitectónico
la expresión que sirve para designar los fenómenos arquitectónicos propiamente
dichos, los de diseño y los de proyección urbanística).

La Arquitectura desafía a la semiótica, porque en apariencia, los objetos


arquitectónicos no comunican (al menos no han sido concebidos para comunicar), sino
que funcionan. Nadie puede negar que un techo sirve ante todo para cubrir una pared
para proteger. Entonces hay que ver si las funciones se pueden interpretar en su
aspecto comunicativo; y de esta manera descubrir nuevos tipos de funcionalidad
igualmente esenciales, y que la mera consideración funciona¡ nos impedía ver.-

La Arquitectura como Comunicación

El examen fenomenológico de nuestras relaciones con el objeto arquitectónico ya nos


indica que por lo general disfrutamos de la arquitectura como acto de comunicación,
sin excluir su funcionalidad.

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De esta manera podríamos decir que el hombre de la edad de piedra obligado por el
frío y la lluvia (siguiendo el ejemplo de los animales; o siguiendo su propio instinto y la
razón), se cobija en un repliegue, en un hoyo, al pie de una montaña, en una caverna.

Protegido del viento y del agua; a la luz del día, o el resplandor del fuego; observa ese
lugar que lo cobija. Si es una caverna se da cuenta de la amplitud de la bóveda y de
que es límite de un espacio externo que ha quedado “fuera” y a la vez el comienzo de
un “espacio interno”, que puede llegar a infundirle sensaciones de protección,
aparecérsele aún como impreciso y ambiguo, con su contorno de sombras y luces;
también le permite pararse desde la entrada y ver hacia adentro y así identificar las
imágenes del interior: agujero de entrada, techumbre, paredes que cierran el espacio y
de esa manera configurará la idea de caverna; hecho que le servirá para reconocer, no
sólo esa; sino otra caverna en caso de necesidad como posibilidad de refugio.

Es decir, un modelo, una estructura, algo que no existe concretamente pero que puede
servir para reconocer determinado contexto de fenómenos iguales a “caverna”. El
modelo (ya podemos llamarlo “concepto”); funciona hasta el punto de que incluso de
lejos puede reconocer otras cavernas, sin pensar en utilizarlas.-

El hombre ha aprendido que la caverna puede tener varias experiencias, pero que
siempre se trata de una realización singular, de un modelo abstracto recocido como
tal, “codificado”, sino a nivel social, al menos a nivel del individuo singular que se lo
propone a sí mismo y se lo comunica y transmite.- No le ha de resultar muy difícil
comunicar mediante signos gráficos el modelo de caverna a sus semejantes.- El
“código arquitectónico”; genera un “código icónico”, y el “principio caverna” se
convierte en objeto de comercio comunicativo.-

Una vez que tiene el concepto puede


empezar a elaborarlo con otros elementos
que tiene a la mano y puede producir sus
primeras chozas o tiendas.
A través del “Diseño Icónico” Broadbent
1974) se define que a través de una idea de
envolvente lograda después del concepto de
“cueva albergue”, de “cueva protección”, el
hombre primitivo desarrolla con los
elementos que dispone reproducciones
semejantes a la misma.
Un ejemplo muy claro es la evolución que sufren los refugios de los cazadores de
Mamut.

En estas imágenes vemos el uso racional logrado de forma empírica de los elementos
disponibles por estos primitivos parientes nuestros.

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Podemos trasladar este concepto a ejemplos más cotidianos como el hecho da usar
una cuchara para llevarse el alimento a la boca esto implica el ejercicio de una función
por medio de un elemento manufacturado que realiza una función comunicativa ya que
el hecho de que alguien la utilice a la vista de la sociedad que la observa ya es la
comunicación de su adecuación a determinados usos y costumbres la cuchara
promueve cierta manera de comer y significa esta manera de comer.

De la misma manera que la caverna promueve el acto de buscar refugio y comunica la


existencia de una posible función: los dos objetos comunican incluso sin ser
usados.

Estímulo y Comunicación:

Aún cabe preguntarse si lo que nosotros entendemos por comunicación no es


simplemente una estimulación. Un estímulo es un complejo de actos sensoriales que
provocan una reacción.- La reacción puede ser inmediata; o puede ser mediata. En
realidad, en el momento que tengo una percepción, ya ha dejado de ser una simple
relación entre estímulo y reacción a un proceso intelectivo en el que han intervenido
distintos signos; indicios; etc.-
Por ejemplo la escalera actúa como un
estímulo de necesidad; si quiero pasar por donde hay
una escalera debo levantar los pies sucesivas y
progresivamente, incluso en el caso que desee
caminar como lo haría en un recorrido llano, la
escalera me estimula a subir pero para hacerlo
previamente debo haber aprendido lo que es una
escalera.- Se aprende a subir como consecuencia se
aprende a reaccionar ante el estímulo, ya que de otro
modo el estímulo por sí mismo podría no funcionar,
en segundo lugar reconozco en la escalera el
estímulo propuesto y la posibilidad de realizar una
función.-
En este sentido, lo que permite el uso de la arquitectura ( pasar, entrar, pararse, subir,
salir, apoyarse, etc); no solamente son las funciones posibles, sino que sobre todo los
significados vinculados a ellas que me predisponen para el uso funcional.-

El Signo Arquitectónico:
Caracterización del signo arquitectónico:

Una vez que la arquitectura puede ser considerada como sistema de signos, debemos
tratar de caracterizar estos signos. Estos signos denotan algo.- Nosotros diremos que
la caracterización de un signo se basa solamente en un significado codificado que un
determinado contexto cultural atribuye a un significante.-

Es indudable que incluso los procesos de codificación son comportamientos sociales,


pero nunca se comprueban empíricamente en estos casos singulares; porque los
códigos se construyen como “modelos estructurales”, se postulan como “hipótesis
teóricas”, aunque fundadas en constantes deducidas por medio de la observación de
los usos comunicativos.

El hecho de que una escalera me estimule a subir no tiene nada que ver con la teoría
de la comunicación; pero el hecho de que está, apareciendo con determinadas

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características formales que determinan su naturaleza de significante y me comunique


su posible función, esto es un dato cultural que yo puedo establecer con
independencia de mi comportamiento aparente o incluso de mi presunta reacción
mental.

Nuestra impostación semiótica reconoce en el signo arquitectónico la presencia de un


significante cuyo significado es la función que esta hace posible. la perspectiva
semiótica que hemos adoptado nos permite reconocer en los signos arquitectónicos
unos signos descriptibles y catalogables, que pueden denotar funciones precisas, con
tal que sean interpretados por medio de determinados códigos.-

 Formas significantes: códigos elaborados por inferencia de su uso y


propuestos como modelos estructurales de relaciones comunicativas; significados
denotativos y connotativos que se aplican a significantes basados en códigos, este es
el universo semiótica en el que pueden hacerse una lectura comunicativo rigurosa de
la arquitectura, de la que se excluya la referencia a objetos reales y en la que los
únicos objetos concretos que nos interesan son los objetos arquitectónicos como
formas significantes.- El reconocimiento de las posibilidades comunicativas de la
arquitectura se ha de mover en ese ámbito.-

-La Denotación arquitectónica: El objeto de uso es, desde, el punto de vista


comunicativo el significante del significado denota exacta y convencionalmente

su función. El objeto arquitectónico denota una forma de habitar, se produce la


denotación incluso sin disfrutar de la habitabilidad. Cuando veo una ventana en la
fachada de una casa, en general no pienso en su función; pienso en un significado;
ventana que se basa en la función, pero que la función ha quedado absorbida hasta el
punto que puedo olvidarla, y mirar la ventana en relación a otras ventanas, como
elementos de un ritmo arquitectónico.

Pero la forma de esas ventanas, su número,


su disposición en la fachada (oblongas,
ojivales, etc.) no denota solamente una
función; sino que implica una determinada
concepción de la manera de habitar y de su
utilización; connota una ideología global

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que rige la operación del arquitecto. El objeto de uso denota la función


convencionalmente según códigos.

Siguiendo una codificación milenaria, la escalera y el plano inclinado denotan la


posibilidad de subir.- Hay que tener en cuenta que para poder convertir en funcional
una forma nueva debe apoyarse en procesos de codificación existentes; y que el
destinatario conozca. Ejemplo: querer que grupos rurales se adapten a viviendas
urbanas: cuando el uso que hacen de los espacios es diferente.

Puede suceder que un arquitecto construya una casa que está al margen de cualquier
código existente; y puede suceder que esa casa pueda ser habitada de una manera
agradable y “funcional”: pero es un hecho que no se llega a aprender a habitaría si no
se reconocen las direcciones de habitabilidad que sugiere y que incitan como un
complejo de estímulos; si no reconoce la casa como un contexto de signos referibles a
un “código conocido”.

Esto no quiere decir que para establecer nuevas funciones siempre tengamos que
apoyarnos en formas viejas y conocidas; de la misma manera que una obra nueva e
informativa ofrece unas articulaciones de elementos que corresponden a una idea
propia y no corresponden a códigos precedentes, evocados o negados, así un objeto
que pretenda promover una función nueva podrá contener en sí mismo, en su forma,
las indicaciones para descodificar la función inédita, con tal que se apoye en
elementos de los códigos precedentes, es decir, con tal que deforme progresivamente
las funciones ya conocidas y las formas que se pueden referir convencionalmente a
funciones ya conocidas.-

En caso contrario, el objeto arquitectónico ya no es objeto funcional y se convierte en


obra de arte, es decir, en forma ambigua que puede ser interpretada a la luz de
códigos distintos.
La Connotación Arquitectónica:

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El objeto arquitectónico puede denotar la función o connotar determinada ideología de


la función. Pero también puede connotar otras cosas; una silla me dice que puedo
sentarme en ella, pero si la misma es un trono, no sirve solamente para sentarse: sirve
para “sentarse con cierta dignidad”. y agrega jerarquía a quién pueda hacer uso de
ella.

De alguna manera para corroborar el acto


de “sentarse con dignidad” por medio de
una serie de signos accesorios que
connotan la realeza (águilas en los brazos,
respaldo rematado por una corona, etc.).
Estas connotaciones de “realeza” llegan a
ser tan funcionales que por el mero hecho
de existir pueden llegar a relegar la función
primaria de “sentarse cómodamente”.

Otro elemento que le agrega una mayor


connotación al objeto es el espacio donde se lo ubica, que pasa a ser “salón del trono”,
donde el único que tiene derecho a estar sentado es el que ocupa dicho trono.

El elemento “silla” puede también


tener una connotación de miedo y
terror cuando el objeto tiene usos
para tormento o muerte, como lo es la
silla para ahogar usada en el
medioevo.

La calificación de “función” se
extiende a todas las finalidades
comunicativas de un objeto dado que
en la vida asociadas a las
connotaciones “simbólicas” del objeto
útil no son menos “útiles” que sus
denotaciones “funcionales”

LA COMUNICACION ARQUITECTÓNICA Y LA HISTORIA:


 Funciones primarias y funciones secundarias: Definiremos como
función primaria a la que denota. Definiremos como función secundaria a las que
son connotadas.-
 Los Códigos Arquitectónico: ¿Qué es un código en arquitectura?. Al
hablar de comunicación verbal podemos decir que existe un “código lengua” y una
serie de subcódigos connotativos determinados.- Cuando se trata de pasar a códigos
visuales es necesario enumerar una serie de distintos niveles de codificación, desde el
código icónico al código iconológico.-

En un análisis de los códigos arquitectónicos no hay una clara diferenciación sí son


códigos sintácticos o de sistemas semánticos. en la arquitectura se han de distinguir
los códigos de lectura (y de construcción del objeto, de los códigos de lectura y de
elaboración del proyecto del objeto).-

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Una vez fijadas las reglas de interpretación del objeto las reglas de interpretación de
un proyecto derivan de aquellas, en el sentido que las reglas de interpretación son
lenguaje no escrito, ( según modos convencionales de la escritura).- Ello no impide
que la semiótica del proyecto plantee problemas interesantes, porque en un proyecto
se dan diversos sistemas de denotación ( una planta que no se codifica de la misma
manera que un corte) y en ellos hay a la vez signos icónicos, diagramas, indicios,
símbolos, etc. cubriendo toda la gama de signos.-
Los que estudian los códigos arquitectónicos en general se limitan a recurrir a los
códigos tipológicos (que son claramente semánticos); recordando que en la
arquitectura hay configuraciones que indican claramente "La Iglesia», "La Estación".
Los códigos serán los siguientes:
1. Códigos Sintácticos: referidos a la relación y comunicación entre
los signos; independientemente de lo que pueda significar de lo que pueda significar.
En este sentido, es típica una articulación que corresponde a la ciencia de la
construcción. La forma arquitectónica se divide en columnas - vigas - pilares - paredes
- suelos - etc.. No hay referencia ni a la función, ni al espacio denotado, solamente a
una lógica estructural.

Aún en los ejemplos más primitivos podemos


distinguir una lectura sintáctica del mismo.

2. Códigos Semánticos: referidos a la comunicación por intermedio


de signos. Se dividen en dos grupos:
2 a- articulación de elementos arquitectónicos: en arquitectura
podemos verificar códigos semánticos que designan:

 elementos
que denotan funciones
primarias :
techo, escaleras, ventanas,
cúpula, etc.-

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 elementos que connotan funciones secundarias ; “simbólicas”:


metopas, frontón, tímpano, etc.-

 elementos que denotan carácter distributivo y que connotan


ideologías de modo de vivir: “aula común”, “ zona de día y de noche”, “sala
de estar”, “comedor”, “cocina”, etc.-
Cocina
Lugar de juego y de lectura

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Sala de estar
Hall de ingreso

2 b- articulación de géneros tipológicos:


 tipos sociales: hospital, villa, escuela, castillo, palacio, estación,
etc.

Iglesia de Imatra

Hospital de Padmio

Museo Guggenheim
Universidad de Cambridge

 tipos espaciales: templo de planta circular, en cruz griega, planta


abierta, laberinto, la enumeración podría seguir como por ejemplo: ciudad
jardín, ciudad de planta romana, etc.;
Tanto la Catedral de los Ángeles como la de Brasilia poseen una planta en “u”,
apartándose de las tipologías convencionales.

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Catedral de los Ángeles


Catedral de Brasilia

Diferenciación tipológica apreciable en la concepción


espacial ya que en el caso de la iglesia paleocristiana
es unidireccional.-

Aunque la concepción espacial sea parecida, la diferenciación tipológica se manifiesta


en que una de las resoluciones presenta cinco naves y un deambulatorio, y en el
segundo caso es de tres naves solamente.
Pero también se puede descubrir codificaciones recientes a nivel de determinadas
maneras de obrar, derivadas de las ideas de vanguardia que han creado su propia
tradición y sus propias formas de pensar.
Todas estas codificaciones formalizan soluciones ya elaboradas; es decir, que son
codificaciones de tipos de mensajes. Esto lo diferencia del “código – lengua”, que

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formaliza un sistema de soluciones posibles, de las cuales se pueden originar un


número infinito de mensajes; es así que se puede considerar la lengua como un
campo de libertad casi absoluto, y en el cual el hablar improvisa los mensajes
adecuados para dar razón de situaciones inesperadas.-
En cambio en la Arquitectura los códigos me dicen como ha de hacerse una iglesia
para que sea Iglesia (código tipológico); pero esto no me priva de que intente construir
una iglesia que, aun siendo una iglesia, sea distinta a las que habían hecho hasta
ahora y por ello, que me incite a rogar a Dios de una manera inusitada; pero esto no
implica que haya violado una determinación arquitectónica y sociológica que me
prescribe una manera de hacer y utilizar las iglesias.
Esto ocurre porque los códigos de los que estamos hablando no son otra cosa que
léxicos de tipo iconológico, estilística o retórico.- No establecen posibilidades
generativas, sino esquemas dados, formas escleróticas y relaciones generales de lo
inesperado.- Deberíamos también incluir las codificaciones de tipo sintético ya
enumeradas; ya que formas como un pilar o travesaño pueden permitir todas las
comunicaciones posibles.- Todo esto nos lleva a decir que nos movemos dentro de
una gramática del construir, tan concreta y codificada que llega a estar codificada
con el nombre de ciencia de la construcción.-

Bibliografía

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