BIOMOLÉCULAS ORGÁNICAS.

Como ya vimos, en la composición química de los seres vivos, los bioelementos se unen para
formar las biomoléculas y éstas se agrupan e interactúan entre sí para organizar la estructura molecular y
celular.

Las biomoléculas orgánicas, como ya se ha visto, se destacan por la presencia del elemento químico
carbono y forman macromoléculas (moléculas de mayor tamaño y más complejas) como los glúcidos,
proteínas, lípidos y ácidos nucleicos (ADN Y ARN).

A su vez, estas macromoléculas, están formadas por unidades más pequeñas y de menor peso
molecular llamadas monómeros, que se pueden unir entre sí formando largas cadenas, los polímeros.
Cada biomolécula está formada por monómeros que les son propios y característicos.

GLÚCIDOS.

Reciben el nombre de azúcares, carbohidratos o hidratos de carbono. Su principal función es ser

fuente de energía para los procesos metabólicos, actúan como moléculas de reserva y pueden tener una
función estructural.

Los más simples tienen cadenas de entre tres y siete carbonos, son los llamados monosacáridos.
Entre los más conocidos están la glucosa que es el combustible de la respiración celular y las ribosas que
actúan como componentes estructurales de los ácidos nucleicos.

Pero también están los:

-Disacáridos: aquellos formados por la unión de dos monosacáridos, tienen propiedades similares a los
monosacáridos, como ejemplos está la maltosa, sacarosa y lactosa.

-Polisacáridos: son polímeros formados hasta por cientos y miles de monosacáridos que forman cadenas
ramificadas y pueden permanecer rígidas o plegarse sobre sí mismas. Entre sus funciones están el
almacenamiento de energía, como el almidón en las plantas y el glucógeno en los animales, o una función
estructural como en el caso de la celulosa en las plantas y la quitina en los animales.

El siguiente cuadro, muestra cómo se van uniendo los monosacáridos para formar disacáridos y
polisacáridos.
Como para citar algunos ejemplos:

La glucosa, es el monosacárido más abundante en las células de los seres vivos, a partir del cual
se obtiene la energía necesaria para poder llevar a cabo las funciones vitales.

LÍPIDOS.

Están formados, como las otras biomoléculas orgánicas, por C (carbono), H (hidrógeno), O (oxígeno)
y, en algunos casos también P (fósforo), S (azufre) y N (nitrógeno).

Son sustancias orgánicas insolubles en agua y solubles en disolventes orgánicos. Se pueden

presentar en forma líquida a temperatura ambiente (aceites) o sólida (grasas).

Entre sus funciones principales están la reserva energética, pero como segunda fuente de energía
después de los glúcidos. También tienen función estructural formando parte de la membrana celular y
funciones metabólicas como en el caso de los esteroides (vitaminas y hormonas). En vegetales y animales,
también cumplen la función de protección, por ej. las ceras que recubren a algunos frutos y las plumas en
las aves.

Están formados por la unión de dos partes, un alcohol, llamado glicerol y ácidos grasos, por lo
tanto, estos componentes forman el monómero. En cuanto a los ácidos grasos, si hay una molécula unida
al glicerol, se denomina monoglicérido; si hay dos moléculas, diglicérido y si hay tres moléculas,
triglicéridos.
 El gráfico muestra, a manera de ejemplo, un fosfolípido, componente de las membranas
plasmáticas de las células, donde se ve al glicerol y al grupo fosfato en este caso, unidos a dos ácidos
grasos, por lo que sería un diglicérido.

PROTEÍNAS.

Constituyen el componente más abundante en las células, forman parte de la membrana

plasmática y del resto de las estructuras celulares.

Están formadas por la unión de cientos, miles de unidades: los aminoácidos que, a su vez, están
formados por la unión de 4 bioelementos esenciales: C (carbono), H (hidrógeno), O (oxígeno) y N
(nitrógeno), por eso también se denominan compuestos cuaternarios. Existen sólo 20 aminoácidos. Así, las
múltiples combinaciones que se establecen entre ellos, dan lugar a toda la variedad de proteínas
existentes que cumplen una diversidad de funciones en el organismo humano.