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Introducción.
1.1 Antecedentes.
<<¡No hay tiempo!>> Las gentes esteradas por el tiempo se lamentan de que
el tiempo se les <<escapa>>, y tienen miedo de <<perderlo>> o
<<desperdiciarlo>>. Tales personas están siempre preocupadas por ahorrar o
ganar tiempo para aprovecharlo. El deseo de tener tiempo es grande; pero, si
fuese verdadero se procuraría <<pasar>> el tiempo. Darse tiempo oculta al
parecer el peligro de darse tiempo, y tomarse tiempo casi se ha convertido ya
en una empresa de lujo.
Desde el punto de vista antropológico el hombre puede en principio decidir
libremente lo que quiere y lo que no quiere hacer con su tiempo. Sin embargo,
algunas observaciones cotidianas mas bien imponen la conclusión de que tal
libertad de decisión apenas se da. Debido a las obligaciones profesionales y
privadas de toda índole parece que estamos en manos del tiempo de una
manera mas o menos indefensa.
Nuestra conciencia del tiempo nos dice que debemos aprovechar siempre con
sentido y de una manera efectiva el bien <<precioso>> del tiempo, y no nos
permite estar satisfechos con lo que realmente ocurre. En concreto parece
como si nos viéramos empujados por una inquietud y agitación interna a la
búsqueda de algo nuevo y mejor, y lo que a diaria pasa a nuestro alrededor nos
<<estera>> o aburre.
Barcelo y col. 1996 llevaron a cabo dos estudios para evaluar los correlatos
fisiológicos de la ansiedad social en una situación de entrevista estructurada,
en el primer estudio se utilizaron mujeres sociales (AS) y no ansiosas sociales
(NAS). La actividad electrodermica diferencio entre las mujeres AS y NAS,
mostrando las AS mayor actividad electrodermica, en este caso el
entrevistador fue un hombre, en el segundo estudio el entrevistador fue una
mujer y en este caso la mayor actividad electrodermica se encontró en el
grupo de mujeres NAS, esta discrepancia de resultados de discute en función
de las características de la situación experimental y del sexo del entrevistador
en contextos sociales evaluadores.
1.3 Hipótesis.
Objetivos específicos.
1.5 Justificación.
Según Selye (1994) El trabajo es de suma importancia para todos los
individuos, estrés brinda identidad al individuo, mantiene el autoestima y el
sentimiento de seguridad. Los efectos del estrés en los trabajadores son
negativos tanto para los individuos como para las organizaciones. Cuando
algún empleado presenta cualquier problema físico o psíquico atribuido al
estrés es muy probable que requiera de cuidado sanitario. Por otro lado, las
organizaciones soportan un “costo de enfermedad”, pues los trabajadores con
estrés son posiblemente menos productivos, tienen más accidentes, faltan mas
al trabajo, llegan tarde mas a menudo y con frecuencia tienden a abandonar la
organización y tienen que ser remplazados.
El estrés del tiempo deriva en principio de las exigencias concretas de la
profesión y de la vida privada; y por ello nuestra actitud frente al trabajo juega
un papel decisivo. Nuestra concepción del trabajo contribuye esencialmente a
la vida estresada. La valoración del trabajo va de mano con el afán por llenar
el tiempo con un trabajo efectivo para realizar
alguna cosa. Nuestra sociedad del trabajo es también una sociedad del
rendimiento. A esto van ligadas muchas de nuestras dificultades con el
tiempo, tanto en quienes evidentemente tienen demasiado tiempo y no saben
que hacer con el, como en quienes apenas pueden controlar temporalmente sus
múltiples obligaciones. Nuestra actitud fundamental de que el trabajo es algo
realmente importante y que a través del el se ha podido llegar al desarrollo y a
la realización impide gozar de una buena conciencia y concedernos tiempo de
expansión y solaz. La alta valoración
del trabajo llego a convertirse a un fin a ser, en un fin en sí mismo; muchos
viven principalmente para el trabajo y creen que solo con el trabajo pueden
tener derecho a unos tiempos libres. El hombre apenas se atreve ya a hacer
cosas que no sean practicas y provechosas, ni siquiera el tiempo en el mismo
tiempo libre. El convencimiento de que siempre hay que tener algo que hacer
saca de sí mismo al hombre, que a menudo olvida lo que realmente quiere y
necesita y que solo a regañadientes reconoce sus necesidades de expansión.
El hombre reacciona ante el estrés por entero con su psique y cuerpo. Cuando
se acumula el trabajo sin terminar, se manifiesta como una carga sobre la
musculatura dorsal y los discos intervertebrales; hoy ya se conocen las
conexiones entre las molestias de la espalda y los disgustos psíquicos; también
las ideas obsesivas son una carga para la persona. La denominada migraña del
empresario, solo se deja sentir los fines de semana y por la noche, es decir,
cuando es el momento oportuno para librarse de las exigencias de
concentración y deja que aparezca la molestia mediante el dolor.
Los psicólogos de la salud señalan que se puede afrontar unas exigencias
excesivas cuando se aprovechan de manera consciente las reacciones físicas y
emocionales, de aquí la importancia de conoce el nivel de estrés de los
trabajadores, de esta manera se pueden tratar de evitar las repercusiones
negativas que puede llega a provocar el estrés.
1.6 Limitaciones.
Calidad de vida: Tiene que ver con los sentimientos globales de bienestar, con
las experiencias de satisfacción e insatisfacción respecto a los diferentes
aspectos o facetas de la vida (Órnelas y col, 1994).
Ataque o huida: Reacción corporal que sucede a nivel del sistema nervioso
autónomo y que adapta al cuerpo para que responda a los desafíos que
enfrenta, haciendo que permanezcamos firmes y devolvamos los golpes
impulsándonos a una retirada estratégica (Fontana, 1989).
Distres: En términos de orígenes tiene que ver con el estado de estar bajo
presión o constricción, también llamado mal estrés (Fontana, 1989).
2.1 Estrés.
Esta definición del padre del estrés, el Prof. Hans Selye, es muy amplia y
significa que cualquier demanda, sea la que sea, física, psicológica o
emocional, buena o mala, provoca una respuesta biológica del organismo,
idéntica y estereotipada. Esta respuesta es mesurable y corresponde a una
secreciones hormonales responsables de nuestras reacciones al estrés,
somáticas, funcionales y orgánicas.
No es necesario que intervengan estas tres fases para que podamos hablar de
S.G.A. Solo un estrés muy grave desemboca en el agotamiento y en la muerte.
Según Bensabat (1994) El termino estrés abarca dos situaciones distintas: una
agradable o buen estrés, y una desagradable o mal estrés o distres en ingles.
Buen estrés: Es todo aquello que causa placer, todo lo que se quiere o que se
acepta hacer en armonía con uno mismo, con su medio ambiente y con
la propia capacidad de adaptación, es el estrés de la realización agradable, este
biológicamente se puede convertir en un mal estrés cuando supera el nivel de
adaptación propio de cada individuo y provoca una respuesta biológica
excesiva que acarrea las respuestas somáticas características de los estados del
mal estrés. Es asimismo el estrés en el que la respuesta de adaptación esta a la
altura de la demanda.
Mal estrés: es todo aquello quo nos disgusta, todo cuanto se hace a pesar
nuestro, en contradicción con uno mismo, su medio ambiente y su propia
capacidad de adaptación. En esta la respuesta de adaptación esta
desequilibrada y disarmonica, excesiva o insuficiente con la relación a la
demanda y en el que la energía no se consume sino que queda almacenada, a
este se le llama “estrés de contenido” y es el que constituye hoy las numerosas
agresiones psíquicas y psico-emocionales.
Depende de cada persona la manera como se reciben e interpretan los
acontecimientos. Un buen estrés puede serlo para uno y malo para otro, como
también a la inversa, como dice el Prof. Hans Selye “ lo que importa no es lo
que nos sucede, sino la forma como se recibe”. La interpretación del agente de
estrés depende a sí mismo del nivel de estrés, del umbral de resistencia y del
ritmo del crucero o de adaptación de cada uno.
a) Factores psico-emocionales.
b) Factores biológicos.
Si nos apartamos de la dosis optima de estrés, bien por exceso o por defecto,
el estrés se convierte en distres y exige una apadrino particular de nuestro
organismo por encima de las normas fisiológicas, tanto en el plano biológico
como en el físico y el psicológico.
Por debajo del umbral optimo, el organismo esta subestimado, poco solicitado
física, psicológica y biológicamente. Es una respuesta en reposo nocivo que se
traduce por el enojo y la fatiga. La inactividad exagerada y el reposo completo
no son de recomendar, y es un error forzar al hombre activo por naturaleza al
reposo o a una actividad que no corresponde a su ritmo biológico, y al
contrario, por encima del nivel optimo, el organismo se ve subestimulado,
agotado por cansancio, demasiado solicitado, sometido a una adaptación
excesiva que exige una secreción importante de hormonas de adaptación
(adrenalina y cortisona), responsables a su vez de efectos secundarios, y de
alteraciones metabólicas y orgánicas.
Según Bensabat (1994) Esta teoría afirma que el eslabón más débil de la
cadena es el que re romperá primero bajo el efecto del estrés. Ese eslabón es
distinto según los individuos.
Según Plattner (1995) Nuestra conciencia del tiempo nos dice que debemos
aprovechar siempre con sentido y de una manera efectiva el bien
<<precioso>> del tiempo, y no nos permite estar satisfechos con lo que
realmente ocurre. La orientación futurista guía todos nuestros pensamientos y
actividades y provoca sentimientos de inseguridad.
Según Plattner (1995)En nuestra sociedad del trabajo la valoración del trabajo
va de la mano con el afán de llenar el tiempo con un trabado efectivo para
realizar alguna cosa. A esto van ligadas muchas de las dificultades con el
tiempo, tanto en quienes evidentemente tienen demasiado tiempo y no saben
que hacer con él, como en quienes apenas pueden controlar temporalmente sus
múltiples obligaciones.
Según Schultz (1991) en los ambientes laborales existe una gran cantidad de
aspectos capaces de producir estrés, llamados estresores que afectan
negativamente tanto a los empleados como a las organizaciónes. Los
trastornos más sencillos relacionados con el estrés tienen un efecto
económico. Por lo tanto, conviene conocer en que consiste y aprender
métodos para atenuar en lo posible sus efectos.
a) Problemas organizativos:
f) Incertidumbre e inseguridad.
b) Conflictos de funciones.
el estrés inducido por la función puede ocurrir también cuando dos aspectos de
nuestro trabajo son incompatibles entre si. En el caso del profesor, la función
de consejero y auxiliar de los niños con problemas puede demostrar ser
incompatible con la función de partidario de la disciplina y defensor de la
autoridad escolar.
h) Falta de variedad.
i)Comunicación deficiente.
los canales de comunicación deficiente son una importante fuente de estrés,
las consecuencias mas comunes de estos son: las personas toman decisiones
sin poseer hechos precisos; son incapaces de transmitir detalles importantes a
las esferas relevantes; asisten a las juntas mal informados y, por lo general,
quedan con una sensación de que tienen poco control sobre los
acontecimientos. El culpable de todo esto puede ser un administrador que no
este realizando adecuadamente se trabajo, o alguien de alta jerarquía a que no
ha creado un sistema de comunicaciones apropiado, o la tendencia del trabajo
mismo a dispersar a las personas a lugares inaccesibles. Esto puede convertir
un intento sincero de dar a recibir información, de una tarea breve y poco
estresante, en una actividad prolongada y muy estresante.
j) Liderazgo inadecuado.
esta incapacidad puede estar ocasionada por diversos factores tales como:
presiones de tiempo, escasa organización general en los niveles superiores o
comunicación deficiente. Se obtiene mucha satisfacción laboral cuando se ve
terminado un producto final de nuestra jornada. El cambio constante de una
tarea a otra antes de que ninguna este apropiadamente terminada reduce
mucho esta satisfacción y conduce a sentimientos de frustración y amargura.
Además interfiere en las relaciones profesionales que podrían formarse con los
clientes y en el proceso de aprendizaje. Si rara vez se es capaz de ver un
trabajo acabado, no se puede apreciar el valor de las diversas estrategias que
se emplearon durante su proceso y por consiguiente, se es incapaz de utilizar
esta información para que en un futuro se pueda mejorar el desempeño.
las relaciones con otras personas en el ámbito laboral son una fuente de estrés.
En este sentido aparece a mediados de la década de los sesenta el termino
burnout, cuya traducción literal es agotado o quemado, como característica de
las profesiones de ayuda o de <<servicios humanos>>, es decir, aquellas
profesiones que consisten principalmente en ofrecer servicios humanos
directos y de gran relevancia para el usuario.
Maslach y Jackson (1982) conceptualizan el burnout como el cansancio
emocional que lleva a una perdida de motivación y que suele progresar hacia
sentimientos de inadecuación y fracaso. Según estas autoras, el burnout se
manifiesta por tres síntomas: 1) el agotamiento emocional, que se refiere a la
falta de recursos emocionales y al sentimiento de que nada se puede ofrecer a
una persona. 2) la desperzonalización, que es el desarrollo de actitudes
negativas e insensibles hacia los destinatarios de los servicios que se
presentan. 3) realización (logro) personal, que es la percepción de oclusión de
las posibilidades de logro personal en el trabajo, que hace que disminuyan las
expectativas personales e implica una auto-evaluacion negativa donde se
incluyen rechazo de si mismo y hacia los logros personales, así como
sentimientos de fracasa y de baja autoestima.
La causa específica del estrés según este autor son las diferencias individuales
en la vulnerabilidad al estrés.
Dos factores que atenúan la vulnerabilidad al estrés son la gran satisfacción
laboral y alto grado se autonomía y poder.
Otro factor que influye en cuanto a la vulnerabilidad al estrés es el apoyo
social, es decir, la red de vínculos familiares y comunitarios, el que sufra de
soledad física o psíquica será mas vulnerable que el que haya establecido
firmes lazos sociales. El apoyo social procede de dos fuentes: el empleo y la
familia. El respaldo de la familia aminora los efectos de insatisfacción laboral,
pues procura otra clase de satisfacciones y logros ajenos al trabajo y estos
pueden compensar los sentimientos negativos producidos por el trabajo y
proporcionan autoestima, aceptación y sentido de dignidad personal. El apoyo
social en el trabajo también aminora las consecuencias del estrés, la cohesión
del grupo de trabajo y la simpatía hacia el supervisor contribuyen a aliviar la
tensión y mejoran la salud.
Los de personalidad tipo B son aveces tan ambiciosos como los de tipo A,
solo que no comparten ninguna de sus características. Llevan una vida normal
y sin tantas tensiones en todos los aspectos de su existencia, pueden trabajar
duro como los de tipo A y estar en ambientes productores de una tensión
semejante y todo ello sin que sufran los efectos perjudiciales del estrés o
apenas si los sienten.
2.4.3 Causas del estrés en el trabajo relacionado con las tareas.
Según Selye (1994) en todas las ramas de negocios y profesiones que implica
trabajar con personas, existe un terreno propicio para la fricción. Los
individuos afirman que los choques con los clientes los dañan más cuando son
totalmente inesperados o injustificados. En el primer caso no hay tiempo para
preparar las defensas; se anticipa un terreno neutral o incluso placentero y en
su lugar se enfrenta con hostilidad y agresividad verbal. En el segundo caso,
se hace frente a acusaciones y culpas que pertenecen propiamente al sistema
mas que a los individuos forzados a trabajar dentro de él, el resentimiento
empeora cuando se esta realizando el mejor esfuerzo para ayudar al cliente y
de modo razonable espera ser apreciado por ello.
b) Entrenamiento insuficiente
Según Currier (1994) como las exigencias y complejidad de los trabajos mas
ejecutivos y profesionales aumentan inexorablemente, no es sorprendente que
las personas que tienen estos puestos consideren que están limitadas en cuanto
a las habilidades profesionales que necesitan para desempeñarse en ellos.
Sienten que han tenido entrenamiento insuficiente para muchas de las tareas
que se les recomienda, y cuando observan mas de cerca de menudo sienten
que dicho entrenamiento no es posible de ninguna manera. El ritmo del
cambio es tan grande en los tiempos modernos que rebasa el desarrollo de
nuevos métodos de entrenamiento para enfrentar todas las eventualidades.
Según Selye (1994) al titularse las personas no dejan atrás sus sentimientos
personales y todos los profesionales a menudo tienen que enfrentarse con los
sentimientos intensos de clientes o subordinados que se han apegado a ellos de
manera pendiente o incluso romántica. Es demasiado fácil que ningún buen
profesional permita que sus sentimientos personales se involucren en sus
asuntos. La vida no funciona así, cuando nos enfrentamos a nuestras propias
emociones y las de los demás, la vida frecuentemente se vuelve mas confusa y
desordenada.
Según Fontana (1989) a todos los profesionales les agrada sentir que tienen
habilidades necesarias para solucionar los problemas que enfrentan en su
trabajo. Cuando recurrimos a todas nuestras habilidades y aun así fallamos en
producir el efecto deseado, hay una sensación de impotencia, de fracaso
profesional, y además lo que algunos describen como resentimiento hacia el
paciente, cliente o alumno, aunque se reconoce que este sentimiento es a
menudo irracional y no tiene relación con la condición real del paciente,
cliente alumno, fuerza de trabajo, no obstante es difícil de controlar, y a veces
conduce a la tentación de desentendernos por completo de los individuos
interesados, y sentir que ellos provocaron nuestro rechazo por su negativa
obstinada a cooperar.
Según Fontana (1989) cada una de las reacciones corporales ante las
exigencias del medio es útil en sí misma. Esta respuesta llamada “ataque o
huida”, sucede a nivel del sistema nervioso autónomo y se provocan una gran
cantidad de reacciones dentro del cuerpo, el problema es que esas reacciones
pueden dañar al organismo si se les permite continuar durante mucho tiempo,
por esta razón es de gran importancia el conocer los aspectos principales de la
respuesta del organismo al estrés, y el daño que cada uno de estos puede
infligir si continúa por mucho tiempo, estas son:
a) Movilizadores de energía.
Estos son los que proporcionan la energía instantánea para pelear o huir.
Provocan los siguientes efectos:
*Paso del aire en los pulmones dilatados. Esto permite que la sangre tome más
oxígeno, un proceso auxiliado por el aumento en el ritmo de la respiración.
Pero la sangre supreoxigenada puede producir pérdida del conocimiento y
trastornos de los ritmos cardiacos.
d) Reacciones defensivas.
Según Selye (1994), cuando el estrés va más allá de los niveles óptimos, agota
nuestra energía psicológica, deteriora nuestro desempeño y a menudo nos deja
con un sentimiento de inutilidad y subestima, con escasos propósitos y
objetivos. El Prof. Selye popularizó el Síndrome de Adaptación General
(GAS; por sus siglas en inglés, general adaptación syndrome), como modelo
de nuestra reacción ante los estresores, este reconoce tres fases:
*Se “resuelven” los problemas a un nivel cada vez más superficial: se adoptan
soluciones provisionales y a corto plazo, se desiste de algunas áreas, se
abandonan los intentos de comprender profundamente.
Según Selye (1994) En general, las reacciones del sistema nervioso descritas
en el síndrome general de adaptación (S.G.A) favorecen la adaptación a los
cambios y a las diversas estimulaciones, pero las imperfecciones del S.G.A.
(reacciones excesivas o insuficientes) desempeñan el papel principal en la
aparición de enfermedades de adaptación o del estrés. Hoy empezamos a
comprender que más enfermedades corrientes son debidas más a la falta de
adaptación al estrés que a accidentes causados por microbios, virus,
sustancias nocivas o cualquier otro agente externo ; que muchos trastornos
nerviosos y emocionales (hipertensión arterial, enfermedades cardiacas,
úlceras del estómago y de duodeno, ciertas formas de reumatismo, alergias,
etc.) pueden ser esencialmente enfermedades de adaptación.
Metodos organizacionales:
a) Control del clima emocional: por ser el cambio uno de los estresores de la
empresa moderna, ésta debe ofrecer suficiente apoyo para facilitar a su
personal la adaptación al cambio. Y lo consigue si propicia un clima de
aprecio y reconocimiento a la dignidad personal de los empleados,
permitiéndoles participar en las decisiones referentes a la modificación del
trabajo y a la estructura de la organización.
b) Apoyo social: la empesa puede aumentar el apoyo social si favorece la
cohesión de los grupos de trabajo y adiestra a los supervisores para qie
adopten una actitud de comprensión y ayuda con los subordinados, se debe
de fomentar dentro de los grupos de trabajo actividades de orden social
para que disminuya el estrés.
c) Redefinición de los papeles de los empleados: los gerrentes han de indicar
a sus subordinados lo que esperan de ellos y las tareas y responsabilidades
que han de cumplir.
d) Eliminación del exceso y la insuficiencia de carga: se logra por medio de
una buena selección y adiestramiento, si se toman decisiones justas acerrca
de los ascensos y si el trabajo se distribuye en forma equitativa.
e) Tratamiento de los empleados que sufren estrés: las empresas imparten
programas de orientación cursos o tratamientos que les enseñan a los
empleados las técnicas del control de estrés.
Metodos individuales:
Capitulo. III
Metodología.
3.1 Población:
Características de inclusión:
Se incluyo en el estudio a todas las personas que forman los dos grupos
intactos.
3.2 Instrumento:
Procedimiento:
Interpretación:
*Si corren riesgo= si corren riesgo de adquirir una enfermedad debido al
grado de estrés.
Conclusiones:
Recomendaciones:
Se recomienda para posteriores investigaciónes sobre este tema el
utilizar una prueba diferente a la de la presente investigación, que posea un
alto grado de confiabilidad y validez.
Resumen.