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Ecorruta pedagógica: Todos los caminos conducen a San

Antonio

El día cinco de abril de dos mil veinticuatro se llevó a cabo en la


institución educativa el Viajano la “Ecorruta pedagógica: Todos los
caminos conducen a San Antonio”, por segundo año consecutivo,
alusivo al día de la actividad física.
Mi día comenzó a las cinco y treinta de la madrugada, me desperté,
apague la alarma y me levante de la cama aun con ganas de seguir
durmiendo. Hice la correspondiente organización de esta, y procedí a
lavarme los dientes. Sali de mi habitación y me dirigí a buscar los
implementos para realizar algunas labores de la casa antes de
dirigirme al colegio. Al terminar estas, ingerí los primeros alimentos
del día y me dirigí a bañar. Terminado el aseo de mi cuerpo, me vestí
y organice los implementos que llevaría conmigo a la caminata, para
este momento solo llevaba un cuaderno, útiles escolares básicos, y
siete mil pesos.
Sali de mi casa a las seis y treinta y nueve de la mañana, y luego de un
corto trayecto llegue a la institución. Como de costumbre me dirigí a
mi salón de clases, y al llegar, simplemente saludé a mis compañeros
y me dirigí al pequeño quiosco que se encuentra frente a este. Estuve
un corto lapso de tiempo sentado allí, y luego inicié una caminata por
la institución.
A las seis y cincuenta y siete hicieron sonar el timbre para dirigimos a
la cancha y organizarnos. Luego de la intervención de algunos
directivos, el docente Mario Montes nos comunico algunas de las
indicaciones a seguir con respecto a la caminata. Posteriormente nos
dispersamos, y aprovechando el corto receso me dirigí a la tienda
escolar, donde compré un refresco de mora y un snack de mayonesa.
Además, me dirigir en busca de la profe Doris, para hacerle entrega
de una actividad. Al ser fallida esta, le hice entrega de la actividad a
una compañera que se encargaría de hacerla llegar a la profesora. Por
otra parte, me apliqué un poco de bloqueador solar, y me dirigí hacia
mi grupo, mientras que esperábamos que empezaran a salir los
primeros. A las siete y treinta y seis, comenzó nuestra salida; al
principio éramos el último grupo, pero conforme fue pasando el
tiempo, nos dividimos y dispersamos. Caminábamos a un ritmo
constante, algunos con una alegría notable, y otros no tanto. Luego
de diez minutos llegamos a la entrada de lo que seria nuestro gran
recorrido cuya ubicación se encontraba un poco antes del parque.
Caminamos un poco y al final de esta se vio el inicio de un gran
campo abierto, en este se encontraba un grupo de vacas de distintos
colores, y algunas casas aun no terminadas. Mientras caminábamos
veíamos grandes cantidades de excremento de vacas, y de un
momento a otro, en medio de muchos gritos, observe lo que parecía
ser una caída por parte de Camila. Mas adelante, un grupo de vacas
que parecían enojadas, nos intentaron atacar.

Cruzamos un portillo, y al lado de este había un árbol cortado.


Mientras caminaba acompañado de un pequeño grupo de
compañeros, divisamos otro grupo de vacas, esta vez, una cantidad
mas grande. Al llegar casi al siguiente portillo, una multitud comenzó
a correr, mientras que una de las vacas atacaba a uno de los policías
que acompañaban en el recorrido.
Al cruzar el portillo y avanzar un poco, un camino parecido a un
sendero, cubierto por cientos de hojas secas y rodeado de ambos
lados por majestuosos y altos árboles, nos deleitaron la vista con tan
majestuosa contemplación. Al salir de este, pasamos por otro portillo,
y al lado de este se encontraba un pequeño corral.
Una gran loma se aproximaba, así que con todas las ganas me dispuse
a llegar a la cima rápidamente. Allí se ubicaba una torre, al parecer de
electricidad. Al llegar al pie de la loma al otro lado, a lo lejos pude
observar una casa, y para mi sorpresa, era la casa de mi abuela. Me
sorprendí un poco, en mi mente no cabía la idea de poder verla tan
lejos, sin embargo, luego de un corto viaje astral, seguí caminando.
Como algo común en el recorrido, pasamos otro portillo y llegamos a
una casa, allí, mientras hacíamos una pequeña pausa, nos tomamos
una foto con la seño Selma. Al acabar dicho receso, descendimos por
otra loma, no obstante, el terreno de esta bajada se encontraba un
poco inestable. Mientras bajábamos, observamos a unas docentes de
la jornada vespertina tomándose algunas fotos. Al llegar al final de
esta, cruzamos una pequeña parte del arroyo, cuyo terreno era aun
mas inestable y fangoso. Nuevamente subimos otra loma, y un poco
más adelante había una vaca con un ternero pequeño; no avanzado
mucho camino, esta mamífera ataco a una persona.
Mientras más avanzábamos, más paisajes observábamos, cada uno
con su propio encanto. Cruzamos un pequeño puente de madera y
llegamos a una casita un poco antigua, que, al parecer, en algún
momento de su historia, había tenido en sus paredes de madera una
capa de pintura rosada. Pasamos por una puerta de madera, y
posteriormente, en otro sendero, encontramos un burro atado a un
poste de madera, junto a un árbol de almendras.

Eran tan solo las ocho y treinta de la mañana, había transcurrido ya


una hora desde que nuestra trayectoria comenzó, sin embargo, este
tiempo había sido suficiente para atravesar muchos lugares, y
obtener risas con aquellas situaciones que las merecían. Pasamos
otro portillo más, y se encontraba del otro lado, una gran extensión
de terrenos quemados, que, al parecer serian utilizados para cultivar.
Pudimos observar a nuestro alrededor un pequeño cultivo de yuca, y
después, las instalaciones de la empresa que se encuentra en San
Antonio, acompañadas por la presencia de muchas torres más. A
esto, supe que estábamos por llegar a nuestra meta.
Nuevamente pasamos otro portillo, y más adelante, otro portón. Sim
embargo, nuestro recorrido se vio interrumpido por que una gran
cantidad de estudiantes comenzó a correr desesperadamente. Al
parecer un enjambre de avispas ataco a unos estudiantes, pero el
profesor Jorge fue quien se vio mas afectado por ellas. Desviamos
nuestro camino y nos dirigimos a la poza de la torre, una parte del
arroyo llamada de esta forma por los habitantes de la zona.
Avanzamos por el arroyo, evitando mojarnos los pies, cruzamos por
debajo de un alambre y llegamos a otra loma, y un poco después
cruzamos otro portillo. Luego de dos minutos pasamos otro portón, y
otro corral. Mas adelante, nos adentramos nuevamente al arroyo,
avanzamos un poco más, e hicimos una pausa.
Pasados diez minutos, comenzamos nuevamente a caminar,
avanzábamos por el arroyo, cruzando por troncos para no hundirnos
en el agua. Caminábamos y caminábamos, hasta que llegamos a un
lugar conocido en el arroyo; el año pasado habíamos estado en este,
en una actividad grupal que hicimos. Finalmente llegamos a San
Antonio, y con gran emoción, un grupo de personas nos recibió
cálidamente.

Al llegar, rápidamente nos dirigimos a la tienda mas cercana, y allí,


compramos varias botellas de agua. Saciamos nuestra sed, y nos
dirigimos a la sede de la institución ubicada en San Antonio. Al llegar,
rápidamente ubiqué a mis compañeras Melany y Salomé, y nos
dirigimos a la casa de esta para recoger unos implementos para una
actividad que llevaríamos a cabo en la cancha.
Nuevamente nos dirigimos a esta, y comenzamos a organizarnos para
desarrollar dicha actividad, para nuestra sorpresa, el profesor Mario
cancelo la realización de estas actividades, ya que, debido a la falta de
vehículos que garantizara el transporte de los asistentes, estos
comenzaron a irse rápidamente. Nos tomamos algunas fotos y
recogimos nuestras pertenencias, salimos de la cancha y nos
dirigimos nuevamente a la tienda. Allí compré un chesstress y me
dirigí a la casa de Anabel, en compañía de un grupo de compañeros.
Al llegar, nos percatamos de la presencia de Wifi, así que sin pelos en
la lengua y con la vergüenza baja, pedimos la clave de este. Luego de
ello, intercambiamos experiencias, risas, y algunos recuerdos de esta
maravillosa actividad.
Nicole y yo fuimos al colegio por que en este estaban repartiendo
jugo de mango con galletas. Al obtener nuestra bebida fuimos
nuevamente a la casa de Anabel y consumimos nuestra merienda en
la terraza de esta. Poco a poco, la circulación de motos fue
aumentando, la mayoría de las personas se encontraban en una
especie de éxodo, todos querían dirigirse a sus casas.
Nuestra duda sobre el desarrollo de la clase de inglés de ese día nos
llevó nuevamente al colegio, allí preguntamos numerosas veces al
profesor Mario si esta se llevaría a cabo o no. Al no tener una
respuesta concreta por parte de este, decidimos avisarle al profesor,
por nuestra parte, que la clase quedaría aplazada para el día martes.
Estuve caminando un rato de aquí para allá, hasta que me topé con la
seño Cindy, quien tenia en sus talones unas feas peladuras.
Transcurrido un rato, y al no encontrar transporte, nuestra caminata
de vuelta empezaba. Gran parte de los estudiantes nos dirigíamos en
dirección a la institución. Durante esta travesía estuve acompañado
por Melani, y conforme avanzábamos por las grandes subidas de san
Antonio, mas personas se nos sumaban. Dos kilómetros hasta la
salida nos esperaban, y con la frente en alto y el cansancio hasta los
huesos, nos dispusimos a caminar. Un pequeño grupo nos
acompañamos durante este camino, niños, niñas y algunos adultos,
caminábamos sin parar mientras veíamos como otros se iban en
motos y carros.

Nuestra esperanza emergió nuevamente cuando llegamos a la


carretera, y el profesor Francisco Vergara nos recogió. Subimos al
auto y andamos alrededor de tres kilómetros. Desembarcamos en un
restaurante, y desde allí caminamos hasta llegar a la sede central.
En compañía de Melany fui a comprar agua, y una vez más, caminé
hasta llegar a mi casa, esta vez, junto a Kathrin. Me despedí, y cruce la
carretera, entre a mi casa, me repose, cambie mi ropa, y me dirigí a
almorzar. Ingerí mis alimentos y me bañé, revise mi teléfono y me
quede dormido una gran parte de la tarde. Lo que quedaba del día
transcurrió de igual forma que siempre lo hacía, aunque, esta vez con
dolor corporal.

En resumen, esta actividad nos permitió divertirnos, y de igual


manera despejar nuestra mente de la monotonía. Sin duda, esta que
fue nuestra última ecorruta como estudiantes, llego a ser un
momento de mucho goce y alegría.

Fin

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