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Derecho de Minería
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Derecho de Minería
BOLILLA 6
PUNTO 1
Responsabilidad en derecho minero:
La minería ha sido considerada tradicionalmente como una industria peligrosa e
insalubre, tanto por el alto riesgo que ofrece en materia de salud por la presencia de polvo, gases
y humedad (en el interior de las minas), como en el aspecto de la seguridad de las labores e
instalaciones. El daño ocasionado por los trabajos es inherente a la explotación y difícilmente
podrá evitarse.
La ocupación del suelo con máquinas, equipos, instalaciones, caminos, el cateo, la
explotación, el uso permanente de sustancias explosivas de alto poder destructivo, la presencia
de polvo y de los gases letales y de la humedad en el ámbito de los trabajos, llevan latente el
riesgo del perjuicio, que está presente en la naturaleza misma del trabajo minero (esencialmente
extractivo y destructivo) y en la constitución geológica del suelo. Agrietamientos, hundimientos,
inundaciones, filtraciones, contaminación del aire y del agua, alteraciones en la flora y fauna del
lugar, son acontecimientos o riesgos comunes a toda la industria minera.
El perjuicio era evidente y el responsable estaba identificado. La culpa del concesionario
o permisionario está fuera de toda discusión. Ni siquiera la circunstancia de que los trabajos
mineros hayan sido conducidos conforme a las reglas del arte minero podrían eximir al
concesionario o permisionario de su responsabilidad, salvo una convención en contrario con el
propietario. Sin embargo, esta convención nunca podrá eximir de responsabilidad al titular del
derecho minero por los daños que surjan cuasi ex - delito (vale decir, de una violación de la ley)
motivada por una explotación o exploración irregular, ya que el dolo no puede ser dispensado al
contraer la obligación.
El CM ha partido, en materia de responsabilidad civil en minería, del principio de la
responsabilidad objetiva o responsabilidad sin culpa, que no es la única aceptada en el derecho
minero.
Algunos comentadores aplican (en el derecho comparado), la Teoría del Riesgo
Profesional, y otros, en cambio, tratan de aplicar el principio de la Responsabilidad de la
Administración Pública por actos legítimos realizados por el concesionario en el ámbito de la
concesión, pero el titular de una mina o de un cateo, en nuestro derecho, no es un mandatario o
representante de la administración pública, ni ejerce una actividad administrativa, aunque recibe
una concesión del Estado, o mejor dicho de la ley, pero, aun así, actúa en el terreno privado y en
interés propio, por lo que no cabe aplicar esta ultima doctrina, que puede ser aceptada para las
concesiones administrativas del derecho minero europeo.
Alcance de la responsabilidad:
El concesionario de una mina o el titular de un derecho exploratorio, es responsable y
debe indemnización:
- por la ocupación del terreno y, en su caso, por el desapoderamiento forzoso de este, en los casos
autorizados.
- por los daños ocasionados a terceros, emergentes de los trabajos de exploración y explotación.
A su vez, el propietario de la superficie es responsable ante el minero y también debe
indemnización cuando los trabajos contravienen lo dispuesto en los arts. 163 y 166. En estos
casos, su responsabilidad será juzgada conforme a las reglas del derecho común.
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propietario de la mina, aunque esta haya sido abandonada o declarada vacante, es directamente
responsable de los daños ocasionados a las actividades de la superficie y a los mineros vecinos,
como también a cualquier tercero. Esta responsabilidad subsiste mientras no se haya operado el
plazo de la prescripción (que en esta materia resulta muy breve). Si la mina ha sido solicitada
como vacante (por un tercero), el empresario actual no respondería de los daños producidos por
actos anteriores, que no son de su autoría.
Los perjuicios, por otra parte, deben provenir de trabajos mineros. Los ocasionados por
actos civiles o de naturaleza criminal que puedan producirse en el ámbito de una concesión,
deben ser juzgados con arreglo a las leyes correspondientes, y no por las normas de minería.
El concesionario, por otra parte, es responsable aunque los daños provengan de
accidentes o casos fortuitos, siempre que estos tengan su origen en hechos del hombre de
carácter minero, y no cuando provienen de acontecimientos naturales (como serían los
terremotos, inundaciones, descargas eléctricas de la atmósfera, etc.). En el caso de la
responsabilidad cuasi ex –delito (o sea, cuando proviene de infracción a las disposiciones
legales, como sería el caso del explorador de hecho contemplado en el art. 26), quien ocasiona el
daño debe asumir también la responsabilidad objetiva, en los términos expuestos, aunque no
resulta ser el propietario de la mina o titular formal del derecho.
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PUNTO 2
Anulación de los contratos de petróleo de 1958:
Decreto 744:
Este decreto suscripto el 15/11/1963 establece:
Art. 1: decláranse nulos de nulidad absoluta (por vicios de ilegitimidad y ser dañosos a los
derechos e intereses de la Nación), los contratos relativos a la exploración y explotación de
petróleo suscriptos por YPF en el período 1958-1963 con las siguientes compañías: Loeb, Astra,
CADIP, Continental Oil, Esso, Pan American, Shell, Tennesse, Union Oil.
Art. 2: la nulidad a que se refiere el art. 1, será opuesta asimismo a toda otra compañía
(contratista, subcontratista o tercero) que alegue la transferencia o cesión de los contratos.
Art. 3: a los fines de asegurar la regularidad y continuidad de los trabajos vinculados con la
explotación de los yacimientos de hidrocarburos situados en las áreas legítimamente concedidas,
facultase a YPF a adoptar las medidas que estime pertinentes a efectos del normal abastecimiento
de combustibles, y en caso necesario, a la toma de posesión de las áreas, con facultad de requerir
el auxilio de la fuerza pública o cualquier otra medida que asegure el cumplimiento del presente
decreto.
Art. 4: en resguardo de los derechos que pudieren corresponder al Estado argentino y a las
empresas contratantes, se citará a las mismas para que comparezcan y verifiquen los inventarios
que, en cada caso, se levantará con intervención de un funcionario público.
Art. 5: YPF se hará cargo de todas las actividades que se fijaren a las empresas contratantes. En
caso de que dichas actividades se realicen en forma directa, utilizará todo el personal afectado a
las mismas.
Art. 6: déjanse a salvo los derechos que pudieren corresponder a las empresas contratantes.
Art. 7: desígnase al Sr. Secretario de Estado de Energía y Combustibles, al Sr. Presidente de YPF
y al Sr. Procurador del Tesoro, para que, con arreglo a las funciones que les competen,
representen al PE en todos los actos necesarios a los efectos del cumplimiento del presente
decreto.
Art. 8: los funcionarios públicos, empleados, y demás personas que intervengan en los distintos
actos originados por el presente decreto, no tendrán derecho ni percibirán remuneración especial
alguna, por tratarse de servicios a prestarse en interés de la Nación.
Art. 9: deróganse todos los decretos, resoluciones ministeriales o disposiciones de cualquier
índole que se opongan al presente decreto.
Art. 10: el Ministerio de Economía acordará a YPF los recursos financieros en divisas y en
moneda nacional, que requiera para el cumplimiento de las disposiciones del presente decreto.
Decreto 745:
Este decreto, suscripto también el 15/11/1963, establece:
Art. 1: declaránse nulos de nulidad absoluta, por vicios de ilegalidad y por ser dañosos a los
intereses y derechos de la Nación, los contratos originales y sus ampliaciones suscriptos por YPF
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