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EL REFERIMIENTO Y SU PROCEDIMIENTO

Ruddy Correa Domínguez

El referimiento es una palabra que tiene su raíz en el verbo Réfere, del Latín
Referre; que significa referir, es decir; un procedimiento rápido y bastante
simple que tiende a obtener del tribunal civil o comercial una decisión que
resuelva de manera provisional un incidente, sin que se toque o decida sobre el
fondo
Es un procedimiento excepcional, al cual se acude en caso de urgencia y para
las dificultades de ejecución de una sentencia o de un título ejecutorio. También
se puede recurrir para que éste prescriba una medida conservatoria para prevenir
un daño inminente o para hacer cesar una turbación manifestante ilícita. Este
procedimiento es contradictorio ya que el adversario debe ser citado.
BREVE HISTORIA SOBRE EL REFERIMIENTO
El surgimiento del referimiento para el ordenamiento jurídico representa uno de
los acontecimientos más trascendentales de todos los tiempos, y su impacto hoy
en día sigue latente a pesar de que han pasado varios siglos desde que esto
sucediera. Pero es que la importancia del referimiento es tal, que es la
manifestación perfecta de la tutela judicial provisional.

Para comprender el referimiento es necesario conocer su historia, porque no es


posible imaginar el alcance de esta institución del derecho procesal sin tomar en
cuenta su inusual origen, y su sorprendente evolución. Su origen es poco común
y hasta extraño en nuestro ordenamiento, porque el referimiento es una figura
que nace de la jurisprudencia, un evento extraño para la familia de derecho
romano-germánica, que descansa su filosofía y razón de ser en la ley.

Su evolución es tan sorprendente, porque ha pasado de ser una vía para obtener
una decisión provisional y que no juzga nada, a convertirse en una vía idónea
para resolver ciertos diferendos que se suscitan entre las partes, muchas veces
sin necesidad de apoderar al juez de fondo. Es por esto, que resulta necesario
acudir a los orígenes del referimiento para comprender su verdadera dimensión.

De antemano, debemos advertir que el referimiento tiene ciertos antecedentes


en el derecho romano y en la época medieval (Clamor de Haro), que para los
fines de esta investigación carecen de relevancia.

El referimiento surge en Francia, en el siglo XVII, de las prácticas del Châtelet


de París. Esta era una fortaleza localizada en la rivera del Sena, y que constituía
la puerta de entrada de París. Esta fortaleza estaba a cargo del Prévôt, que era su
gobernador, y tenía atribuciones tanto ejecutivas como jurisdiccionales. Lo que
significa que el Prévôt juzgaba y ejecutaba su propia decisión.

Ahora bien, cuando se trataba de decisiones urgentes, y de poca relevancia, el


Prévôt permitía que las mismas fueran decididas provisionalmente por su
asistente: el lugarteniente. Es de esta forma, que fueron habilitados los
miércoles para conocer de aquellos casos poco complejos que requerían de una
decisión provisional y rápida, y que no podían esperar la solemnidad y lentitud
del juicio ordinario. Estas prácticas fueron denominadas referimiento.

Así, de la nada, fue concebida una de las figuras más importantes del
ordenamiento procesal contemporáneo. Gracias al edicto real del 22 de enero de
1685 se instituye de manera formal el referimiento en el Châtelet de París, a
cargo del lugarteniente.

Un punto importante que se debe destacar es que esta figura sólo existía en
París, lo que quiere decir que no era aplicable para el resto de Francia. Aunque
poco a poco se fue extendiendo a las grandes villas y demarcaciones
importantes de Francia. Con la promulgación del Código de Procedimiento
Civil Francés del año 1806 el referimiento adquiere un carácter universal en el
ordenamiento francés.

De esta forma fue incluido en los artículos 806 al 809 del Código de
Procedimiento Civil de 1806, el mismo que recibimos en el ordenamiento
dominicano como consecuencia de la independencia nacional del año 1844.
Esto quiere decir, que el texto dominicano y el francés para la época eran
idénticos.

Un punto importante y que llama poderosamente la atención es la ubicación del


referimiento en el Código de Procedimiento Civil de 1806. En ese entonces, el
referimiento fue ubicado en el libro V del referido código, el cual refiere a “las
ejecuciones de sentencias”, es decir, en el mismo libro en que se regulan las vías
de ejecución.

Pero esto no quiere decir que el referimiento sea una vía de ejecución, sino que
en sus orígenes sólo fue concebido por el legislador para dos escenarios: para
los casos de urgencia y para las dificultades de ejecución de sentencias o títulos.

En aquel entonces, la urgencia era el elemento principal del referimiento, y era


prácticamente su razón de ser. Pero el juez estaba limitado por dos aspectos
esenciales, el primero era la imposibilidad de perjudicar la demanda principal, y
lo segundo, era la necesidad de que se probara la urgencia. De igual forma, se
requería la existencia de una demanda principal.

Al transcurrir del tiempo el referimiento experimentó una notable evolución.


Esta evolución ha estado marcada por la jurisprudencia, la cual se ha encargado
de moldear esta impresionante figura como si fuese la más importante escultura
del derecho procesal moderno.

Es gracias a la jurisprudencia que se inicia el proceso de expansión del


referimiento. Así, por ejemplo, cuando se discutía la competencia del juez de
los referimientos para incursionar en otras materias, fue la jurisprudencia la que
otorgó el visto bueno que condujo a la creación del referimiento en materia
comercial en el año de 1924.

La misma suerte tuvo el referimiento administrativo, creado en el año de 1955.


La esfera del referimiento comenzó a abarcar nuevas materias: laboral,
seguridad social, electoral, alquileres, penal, juzgado de paz e incluso, se crea el
referimiento ante el Presidente de la Corte de Apelación en el año de 1972.

El punto más notable llegó el 5 de diciembre de 1975 cuando el referimiento se


extendió a todas las materias. Este texto francés finalmente es el que da por
sentado el artículo 111 de la Ley 834 de 1978, el cual reconoce que los poderes
del juez de los referimientos “se extienden a todas las materias cuando no
exista procedimiento particular de referimiento”.

Pero es indiscutible el papel que ha jugado la jurisprudencia en el proceso de


creación, expansión y evolución del referimiento. Un ejemplo palpable del
impacto jurisprudencial en la evolución del referimiento la encontramos en dos
conceptos: la urgencia y la contestación seria.

De hecho, en este último caso hemos señalado que “la contestación sería surge
como una evolución del principio que impedía al juez de los referimientos tocar
o juzgar el fondo del asunto. De hecho, la contestación seria vino a sustituir este
viejo principio procesal, con la finalidad de ampliar los poderes del juez de los
referimientos”.

Con relación a la urgencia, también fue la jurisprudencia la que se ha encargado


de definir su concepto, y en algunos casos, flexibilizar su aplicación en
diferentes situaciones. Tal es el caso de la aplicación de la urgencia en los casos
en los que se pretende evitar un daño inminente o hacer cesar una turbación
manifiestamente ilícita. En este escenario la jurisprudencia ha señalado que no
es necesario probar ni justificar la urgencia, porque subyace en la propia
naturaleza de los hechos.

También podemos señalar como ejemplo la existencia del diferendo como


condición en esta materia. Esta noción igualmente surge de la jurisprudencia
francesa, y es luego instituida en la ley el 9 de septiembre de 1973 en Francia, e
incorporado en la Ley 834 de 1978 en República Dominicana.

Para el sistema jurídico francés, el referimiento representa el remedio más


efectivo para combatir la congestión de los tribunales y la amarga lentitud de la
justicia, es por ello, que las políticas públicas en materia judicial se han
concentrado en desarrollar nuevos conceptos a partir de esta figura. Incluso, el
interés por el referimiento ha provocado que el sistema de justicia francés se
aparte de los viejos principios del positivismo conservador y ponga en práctica
el pos positivismo analítico.

Como hemos señalado precedentemente, la intervención del referimiento ha


permitido la expansión de este procedimiento rápido u urgente a otras materias,
como el caso del Derecho del Trabajo y la Jurisdicción Original o Tribunal de
Tierra, pero también ha marcado su evolución no sólo en cuanto a los aspectos
conceptuales de la figuras, sino que también ha permitido el surgimiento de
nuevas formas de referimiento.
El referimiento hoy en día va más allá de los casos de urgencia y de las
dificultades de ejecución de sentencias. También aparece para evitar un daño
inminente o hacer cesar una turbación manifiestamente ilícita, o para ordenar
medidas de instrucción de forma anticipada, e incluso para otorgar una garantía,
o provisión como se le llama en Francia.

Pero es indiscutible que la evolución del referimiento en Francia avanza en


pasos agigantados, contrario a lo que sucede con el referimiento dominicano, el
cual luce estancado desde el año 1978. La diferencia fundamental radica en que
en Francia el referimiento forma parte de las políticas públicas en materia de
justicia, por eso su constante evolución jurisprudencial y la inmediata
incorporación legal de estos avances.

El referimiento en Francia es objeto de estudio permanente por la doctrina, y las


academias muestran un notable interés en su estudio. También suele ser
impulsado por el coraje de los jueces, quienes rompen frecuentemente estos
esquemas conservadores que constituyen su principal limitación, y con sus
decisiones terminan de delinear esta impresionante escultura.

Pero, en la República Dominicana el proceso de evolución se encuentra


diezmado por la escasa atención de la doctrina, y por las deplorables decisiones
de los tribunales en esta materia.

LA DEMANDA EN REFERIMIENTO

La demanda se introduce por medio de una citación, a fin de que el demandado


comparezca a una audiencia que se celebrará a este efecto el día y hora
habituales de los referimiento. Todo el que pretende citar a otro en referimiento,
debe averiguar cuál es la hora y el día habitual de los referimientos en ese
distrito judicial.

La demanda se introduce de una de estas Tres maneras: 1- Por citación a fin de


que el demandado comparezca en la hora y lugar habituales de los
referimientos; 2- Por citación para comparecer a hora fija, en el lugar de
audiencia o en la casa o morada del Juez; 3- Por citación, si previa
autorización, como consecuencia de el proceso verbal.

Aunque el juez de los referimientos tenga un día habilitado para ellos, si el caso
requiere celeridad, el Juez puede autorizar la demandada para cualquier día y a
hora fija, pero cuando la citación se hace para comparecer el día y hora
habituales no es necesario la autorización previa del Juez, el cual está obligado a
conocer la demanda.

Así dice el Art. 102 de la ley 834 dice que “La demanda es llevada por vía de
citación a una audiencia que se celebrará a este efecto el día y hora
habituales de los referimientos. Si, sin embargo, el caso requiere celeridad,
el juez de los referimientos puede permitir citar, a hora fija aún los días
feriados o de descanso, sea en la audiencia, sean en su domicilio con las
puertas abiertas”.

En todo caso, el juez tiene que asegurarse, que haya transcurrido un tiempo
prudente y suficiente entre el momento en que se realizó la citación y el día y la
hora en que se llevará a cabo la audiencia, con el objetivo de que la parte que ha
sido citada tenga tiempo para preparar sus medios de defensa.

Condiciones para la demanda en referimiento: 1- La urgencia. 2- La ausencia


de contestación sería. 3-y La competencia de la jurisdicción apoderada.
Las decisiones del juez de los referimientos tienen carácter provisional. El Juez
de los referimientos no decide el litigio, no es Juez de "decidir el derecho" sino
que su misión es ordenar medidas provisionales. así se ha pronunciado el Art.
104 de la ley 845 qué dice “La ordenanza de referimiento no tiene, en
cuanto a lo principal, la autoridad de la cosa juzgada. No puede ser
modificada ni renovada en referimiento más que en caso de nuevas
circunstancias”.

Tenemos que tener en cuenta, que las medidas tomadas por el juez de los
referimientos nunca será una decisión definitiva y así lo ha establecido el Art.
101 de la referida ley, cuando dice que “La ordenanza de referimiento es una
decisión provisional rendida a solicitud de una parte, la otra presente o
citada, en los casos en que la ley confiere a un juez que no está apoderado
de lo principal el poder de ordenar inmediatamente las medidas
necesarias”.

Del mismo modo se ha manifestado el Art. 110 de la referida ley 834, cuando
sostiene que “El presidente puede siempre prescribir en referimiento las
medidas conservatorias que se impongan, sea para prevenir un daño
inminente, sea para hacer cesar una turbación manifiestamente ilícita”.

El Juez de Primera Instancia puede prescribir en referimiento las medidas


conservatorias que se imponga, sea para prevenir un daño inminente, sea para
hacer cesar una turbación manifiestamente ilícita. En este caso, el Art. 109 de
dicha ley dice que “En todos los casos de urgencia, el presidente del tribunal
de primera instancia puede ordenar en referimiento todas las medidas que
no colidan con ninguna contestación seria o que justifique la existencia de
un diferendo”.
La competencia de este Juez es dada por la urgencia, pues de lo contrario se
debe acudir al Juez de fondo, quien para rendir sus decisiones no es apremiado
por la urgencia de las partes. La ordenanza en referimiento es una decisión
provisional, la parte que hace la solicitud de referimiento se le llama parte
demandante o citante y a la que recibe la citación parte demandada o citada.

Nada se opone, sin embargo, a que personas que no son partes originalmente
intervengan de manera voluntaria o sean llamadas en intervención forzosa.

Las partes pueden comparecer personalmente y de común acuerdo por ante el


juez de los referimientos. En toda situación, el Juez puede ordenar la
comparecencia personal de las partes. Las partes tienen que comparecer
personalmente con representación de sus respectivos abogados.

Publicidad de la Audiencia

La audiencia en Referimiento tienes que celebrarse públicamente y a ese


respecto ya me he referido cundo dije que la citación se hace para comparecer el
día y hora habituales, en audiencia que sera publica, oral y contradictoria en la
sala habilitada par el juez de los referimientos y que no es necesario la
autorización previa del Juez, puesto que ya hay un día fijo para la misma. Del
mismo modo que la audiencia puede ser celebrada hasta un día feriado, de fiesta
o no laborable en la residencia del juez, si la urgencia así lo requiere y debe
hacerse acompañar de la secretaria del Tribunal.

La ordenanza dictada en audiencia se asimila a una sentencia, después del


debate las partes. No tiene que ser oído el ministerio público y el magistrado
tiene que estar asistido por su secretario.
La ordenanza es ejecutoria provisional sin fianza a menos que el juez haya
ordenado que se preste una.

A ese respecto ha dicho el Art. 105 de la referida ley que “La ordenanza de
referimiento es ejecutoria provisionalmente sin fianza, a menos que el juez
haya ordenado que se preste una. En caso de necesidad, el juez puede
ordenar que la ejecución tenga a la vista de la minuta”.

La ordenanza de referimiento prescribe medidas provisionales pero puede


conllevar condenación a costa y a astreintes, tal y como lo indica el Art. 107 de
la ley de marra cuando dice “El juez estatuyendo en referimiento puede
pronunciar condenaciones a astreintes. Puede liquidarlas a título
provisional. Estatuye sobre las costas”. Cuando la ordenanza emana del
Presidente de la Corte de Apelación en materia civil, sólo son impugnadas
mediante el recurso de casación.

Incidente del procedimiento: Se pueden presentar cualquier excepción del


procedimiento, incluyendo la excepción de incompetencia en razón de la
materia o del territorio. La excepción están sometidas al régimen del derecho
común. También puede el Juez de los referimiento acudir a un peritaje. Los
peritos designados por el Juez de los referimientos no pueden recusarse.

La ordenanza en referimiento es ejecutoria provisionalmente, sin fianza. La


ordenanza produce los efectos de una decisión en justicia y permite la
inscripción de una hipoteca judicial. No se impone al Juez de fondo.

La ordenanza en referimiento puede ser ejecutada sobre minuta, así como puede
ser notificada en copia o en minuta antes de que se proceda a su ejecución. La
notificación se hace a las partes y no al abogado, en su propia persona o en su
domicilio real.

En todos los caso de urgencia, el Presidente de la Corte podrá ordenar en


referimiento, en el curso de la instancia de apelación todos las medidas que no
colidan con ninguna contestación seria.

Para poder acudir al Presidente de la Corte, como Juez de los referimientos,


debe existir la apelación de un asunto. Para poder apoderar al Presidente de la
Corte, en referimiento, es necesario la urgencia.

Cuando la ejecución ha sido ordenada, puede ser suspendida por el presidente


de la Corte, estatuyendo en referimiento en Dos casos: 1- Si está prohibida por
la ley; 2- Si hay riesgos de que entrañe consecuencias manifiestamente
excesivas.

Las ordenanzas dictadas en referimiento, son ejecutorias de pleno derecho, de


donde resulta que el Presidente de la Corte no tiene facultad para suspender su
ejecución. Las ordenanzas dictadas en referimiento no son susceptibles de
oposición. Puede ser objeto de recurso de apelación, al menos que emane del
presidente de la corte. El plazo para interponer el recurso de apelación es de
quince (15) días francos.

El referimiento, considerado como un procedimiento excepcional rápido y de


carácter provisional que tiene como finalidad evitar un daño inminente, una
turbación o garantizar un derecho.

EL REFERIMIENTO EN MATERIA LABORAL


Hasta la entrada en vigor del Código de Trabajo de 1992, en la República
Dominicana el conocimiento de los referimientos era un hecho extraño al juez
de trabajo; se apoderaba el Tribunal de Primera Instancia, correspondiendo al
Presidente de la Cámara de lo Civil y Comercial su conocimiento (Ley 834 del
15 de julio de 1978, art. 111). El art. 668 del C. T. de 1992 establece el
referimiento laboral, para todos los asuntos de atribución de ésta materia,
exclusivamente a cargo del Presidente de la Corte de Trabajo.

Los arts. 666, 667 y 673 del Código de Trabajo, ponen a cargo del Presidente de
la Corte como juez de los referimientos, las atribuciones que según la Ley 834
de 1978 corresponden al presidente del tribunal de primera instancia como juez
de los referimientos. Además, la Corte de Trabajo es un tribunal colegiado y las
facultades del juez de los referimientos y el plazo para impugnar las
resoluciones en referimiento, son más amplios que en el Derecho Común: este
juez en materia de trabajo, puede establecer fianzas y fijar indemnizaciones.

Por otra parte, el Derecho Común tiene en el Derecho de Trabajo carácter


supletorio, en la medida en que sus normas no sean incompatibles con las
normas y principios que rigen el proceso en materia de trabajo.

El código de Trabajo ha dicho en el Art. 666 que “En los casos de ejecución de
estas sentencias o de otro título ejecutorio, el presidente de la corte puede
ordenar, en referimiento, todas las medidas que no colidan con ninguna
contestación seria o que se justifiquen por la existencia de un diferendo”

También se ha manifestado el Art. 667 al decir que “El presidente de la corte


puede siempre prescribir en referimiento las medidas conservatorias que
se impongan, sea para prevenir un daño inminente, sea para hacer cesar
una perturbación manifiestamente ilícita. En los casos en que la existencia
de la obligación no es seriamente discutible, puede acordar una garantía al
acreedor. Puede asimismo, establecer fianzas, astreintes o fijar las
indemnizaciones pertinentes”.

Las resoluciones emanadas del Presidente de la Corte Laboral, actuando como


juez de los referimientos, son susceptibles de ser impugnada por ante la
Suprema Corte de Justicia, tal y como lo establece el Reglamento 258-93 para la
aplicación del Código de Trabajo, en su Art. 95 cuando dice que “Las
resoluciones del Presidente de la Corte, como juez de los referimientos,
pueden ser impugnadas en el término de un mes a partir de la notificación,
ante la Suprema Corte de Justicia”.

EL REFERIMIENTO ANTE LA JURISDICION INMOBILIARIA

El referimiento por ante los tribunales de la jurisdicción inmobiliaria está


recogida por los artículos 50, 51,52 y 53 de la Ley de Registro Inmobiliaria,
74, 75, 76, 94, 163 al 170 del Reglamento de los Tribunales Superiores de
Tierras y de Jurisdicción Original. El Referimiento es un procedimiento
excepcional ante los Tribunales de la Jurisdicción Inmobiliaria, al cual se
acude en caso de urgencia con el objeto de que se ordene una medida
conservatoria la cual tienda a evitar o prevenir un daño inminente o para
hacer cesar una turbación manifiestamente ilícita.

Cuando la Ley de Registro Inmobiliario en lo relativo al Referimiento ha


querido acudir al Código de Procedimiento Civil lo ha hecho de manera
vinculante y no supletoria, para que se apliquen en determinado momento
procesal disposiciones de la Ley 834 de 1978, y lo ha establecido en los
términos previstos por la parte infine del artículo 53 de la Ley de Registro
Inmobiliario el cual dispone entre otras cosas que el presidente del Tribunal
Superior de Tierras tiene las mismas facultades previstas en los artículos 140 y
141 de la Ley 834, del 15 de julio de 1978.

INTRODUCCIÓN DE LA DEMANDA EN EFERIMIENTO

La demanda en referimiento debe interponerse por ante el Juez de Jurisdicción


Original que está apoderado de la litis sobre la litis sobre derecho registrado o
de la demanda al, que el interesado deberá solicitarle un auto de fijación de
audiencia para conocer de la demanda en referimiento, los tribunales de la
Jurisdicción Inmobiliaria, específicamente los tribunales de la jurisdicción
original, son incompetentes para conocer de la demandas en referimientos si
estos no están apoderados de una demanda principal, salvo las excepciones
previstas por alguna disposición legal.

Este procedimiento se torna contradictorio toda vez que el adversario debe ser
citado, ya que la demanda en referimiento se introduce por medio de una
citación al demandado emplazándolo a comparecer a la audiencia que ha fijado
el Juez mediante auto, el cual deberá acompañar el acto de citación. El plazo
que debe transcurrir entre la citación y la audiencia que deba conocer el tribunal
es de un (1) día franco, es decir tres días, en cumplimiento de lo dispuesto en el
artículo 165 del Reglamento de los Tribunales de la Jurisdicción Inmobiliaria.

LA AUDIENCIA EN REFERIMIENTO EN MATERIA INMOBILIARIA

En las audiencias de referimiento ante los tribunales de la jurisdicción


inmobiliaria, deberán ser cumplidas todas las formalidades y requisitos
exigidos por la ley de Registro Inmobiliario y el Reglamento de dichos
tribunales. Al ser la demanda en referimiento un procedimiento de orden
privado, el mismo se conocerá en no más de dos audiencias, una de
sometimientos de pruebas, y otra de conclusiones, entre las cuales transcurrirá
un plazo no mayor de cinco días.

En la audiencia de sometimiento de pruebas las partes deberán darle lectura la


inventario de los documentos que harán valer en apoyo de los actos y hechos
relativos a su demanda, ya que de conformidad con el artículo 1315 del Código
Civil todo el que alega un hecho en justicia está en la obligación de probarlo,
por consiguiente el demandante debe probar los hechos y actos que alega en
apoyo de su demanda, que en virtud de ese mismo principio el demandado debe
probar los hechos y actos que alega en apoyo a su defensa o de los medios de
inadmisión y excepciones que opone al demandante como fundamento de su
liberación, por tanto si el demandante no suministra la prueba el Juez está
obligado de rechazarla.

La prueba fundamental en referimiento es la urgencia de la medida solicitada,


si la parte demandante no aporta la prueba referente a la urgencia el juez está
en la obligación de rechazar la demanda ya que que la urgencia es el elemento
fundamental para determinar la procedencia del referimiento. Una vez
concluida la audiencia sobre sometimiento de prueba el juez fijará la audiencia
sobre el fondo la cual quedará fijada en la audiencia de sometimiento de
pruebas, entre la audiencia de sometimiento de prueba y la audiencia de fondo
no debe transcurrir un plazo mayor de cinco días.

LAS ORDENZA EN REFERIMIENTO INMOBILIARIA

Las ordenanza dictadas por los jueces de la jurisdicción inmobiliaria en


atribuciones de referimiento no pueden prejuiciar el fondo del asunto, no
adquieren en cuanto a lo principal la autoridad de la cosa juzgada, y es
ejecutoria provisionalmente, no obstante cualquier recurso las mismas deben
ser notificadas mediante acto de alguacil. Las ordenanzas en referimiento
tienen un carácter provisional, toda vez de que las mismas no deciden sobre el
derecho, sino simple medidas para prevenir un daño inminente.

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