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El secreto infame y las quiebras


perennes. Yucatán, de la
modernidad fracasada a los
albores de la revolución
controlada
Luis Anaya Merchant
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omo pocas ocasiones antes vistas, en Central Mexicano y, con ellos, al resto del sis- por ejemplo, no existió la brutalidad poli-
julio de 1907 la expectación por la tema bancario.3 Al final, quiebras y desfalcos ciaca desplegada en Chihuahua para fabricar
debacle financiera de la casa comer- se confundirían luego de que enredados liti- culpables que tanto indignó a una población
cial Eusebio Escalante e Hijo abrumó a la gios judiciales, encarcelamientos y múltiples de suyo más horizontal y con tintes más po-
alta sociedad yucateca. En el pasado reciente rupturas políticas se sucedieran vertiginosa- litizados que la yucateca. En cierto modo, la
la quiebra de otras casas era un problema re- mente y se prolongaran por espacio de más Península fue una de las excepciones en ma-
lativamente regular, pero la de un negocio de tres años, llevando problemas de uno a teria de competencia del juego político de
de exportación de henequén tan importante otro lados y mostrando los estrechos nexos las élites,7 y sin duda era mayor a la que se
era cosa que llamaba mucho la atención. Los que urdían las cerradas redes familiares de la vivía en Chihuahua; sin embargo también
rumores y corrillos que tanto caracterizaban aristocracia yucateca. Sin embargo, el asunto los contrastes sociales y étnicos, así como la
a los “aristócratas” yucatecos los alarmaban excedería en mucho las consecuencias que mayor extensión del analfabetismo, tenían
desde la primavera y pronto se convertirían comenzaban a presentarse en la Península en un peso relativo mayor. Por ello resulta difí-
en tensiones, desacuerdos y líos judiciales, el verano de 1907. cil medir la difusión dada a los aconteci-
cuando se comprendió que las “soluciones” Estas notas hacen una revisión de las re-
no corregirían nada.1 En poco tiempo el que- laciones entre los mecanismos que condu-
branto lastimó seriamente los activos del cían a la concentración de la propiedad, los
Banco Mercantil de Yucatán y del Banco Yu- problemas financieros de la Península, el des-
cateco; en ambos, pero principalmente en el falco y las diferencias entre la clase política
primero, los propietarios de la antigua casa que alimentaron el malestar social vivido en
exportadora Escalante e Hijo tenían fuertes la Península en los albores del estallido re-
intereses. Pero habría más razones para ali- volucionario. El caso contrasta con el suce-
mentar los problemas, que no pararían en la dido casi simultáneamente en el otro
simple bancarrota de una casa exportadora. extremo del país,4 en otro de los polos de la
Las expectativas se multiplicarían, ennegre- excluyente modernización porfiriana, Chi-
cidas, cuando se conoció el “acuerdo” leo- huahua, donde el autorrobo del Banco Mi-
nino que la casa Escalante proponía para nero fue señalado por Katz como una causa 1
Cfr. Elías D. León, ¿Cuál es el valor y cuál es el alcance de la
convención que se dice ajustada entre la Sociedad E. Escalante
pagar a sus acreedores, que excluía de las ga- del estallido revolucionario. A su decir, si e Hijo y sus acreedores?, Mérida, Imprenta Gamboa Guzmán,
rantías la propiedad más importante de los este desfalco “hubiera ocurrido en el periodo de Luis Rosado Vega, 1911, p. 8 y ss.
2
Sobre Molina, sus actividades y amplios nexos familiares y
Escalante Peón, la hacienda de Calcetok. de auge de la economía [...] no habría te- de interés en la Península tratan la mayoría de los textos aquí
Adicionalmente, la propuesta suponía que el nido tantas repercusiones”.5 Sin embargo no empleados. Molina es el principal icono del porfirismo, es-
pecialmente en su década final; inició como ingeniero y se
Mercantil había llegado a un acuerdo y el Yu- ocurrió en tal ambiente, sino en uno ad- hizo de la más poderosa compañía exportadora de henequén,
cateco, consecuentemente. Esto no era otra verso, y el caso tendría ocuparía el cargo de gobernador y el de secretario de Fomento
cosa que una solución con el poderoso grupo en el gabinete de Díaz.
3
Luis Anaya, “La crisis internacional y el sistema bancario me-
de Olegario Molina.2 Para colmo, hacia el […] un poderoso impacto sobre la opi- xicano, 1907-1909”, Secuencia. Revista de Historia y Ciencias
final del año se supo que el Yucateco había nión pública de Chihuahua en los años Sociales, 54, sep.-dic. de 2002.
4
Aunque, como hemos advertido, no fueron los únicos es-
sufrido una serie de autorrobos, que se ven- inmediatamente anteriores a la revolu- cándalos de este periodo, pues el Banco de Jalisco fue robado
drían a descubrir justo ahora, en medio de la ción, contribuyendo a deteriorar la legi- por un audaz ladrón que pudo huir a los Estados Unidos y
burlar los procesos de extradición. Este caso sería motivo de
crisis que lo conduciría, junto con el Mer- timidad del dominio de Creel y de intensas e infructuosas gestiones diplomáticas del gobierno
cantil, a su liquidación. La amenaza de quie- Terrazas [...] y a unificar a una oposición mexicano ante el estadounidense, en las que no se pudieron
bra para los bancos yucatecos llegó pronto al extremadamente heterogénea.6 recobrar los setenta mil pesos robados por Pablo Yordi.
5
Cfr. Friedrich Katz, Pancho Villa, México, Era, 1999, p. 69
conocimiento del secretario de Hacienda, y ss.
José Yves Limantour, quien intervino apre- Las evocaciones que suscitan ambos aconte- 6
Katz, Pancho Villa.
7
Véase, e.g., Marisa Pérez de Sarmiento, Las razones de la “al-
suradamente para evitar el contagio que se cimientos pueden también citarse para dis- ternancia”: el relevo de los gobernadores de Yucatán, 1876-1901,
avecinaba al Banco Nacional de México y al tinguir uno y otro fenómenos. En Mérida, México, Instituto Mora, 2008.

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mientos sólo por los periódicos locales que parable desfalco del Yucateco, en la Penín-
se ocuparon de ellos, o asignar al escándalo sula se acentuó lo que Guerra denominó “la
del Banco Yucateco el lugar que Katz le con- querella de las elites”.10 Desde luego, la quie-
fiere al del Minero. No obstante, tanto El bra y el desfalco también encierran muchas
Correo de Chihuahua de Silvestre Terrazas de las claves ocultas de las crisis que viviría
como el notable pasquín de Escoffié y Yucatán en las postrimerías del Porfiriato.
Tomás Pérez Ponce, El Padre Clarencio, esto
es, dos reconocidos noticiosos líderes de opi- El secreto y la quiebra
nión opositora locales (ampliamente cono- 8
Era una prensa opositora “popular” vinculada a intereses de
cidos en las filas del liberal magonismo), se Joseph y Wells han aclarado ampliamente grupos peculiares. Su joven editor, Carlos P. Escoffié, manten-
ocuparon de ambos casos con el mayor in- los mecanismos, las razones y el contexto de dría vínculos con los famosos editores de Regeneración; los her-
manos Flores Magón divulgarían sus artículos con gran éxito
terés.8 la aparentemente exitosa inserción de la ha- polémico en Texas y Saint Louis Missouri. La notoriedad del
Infortunadamente no contamos con un cienda henequenera yucateca en el mercado “sonado” caso de la hacienda de Xcumpich, propiedad de Au-
trabajo que permita establecer, con algún mundial. El factor geográfico, en el que su domaro Molina, provocó que periódicos locales, sin el menor
atisbo de radicalidad pero opuestos al “molinismo” como El
grado de confianza, el estado que guardaba ubicación predisponía a la Península hacia Peninsular, o nacionales como El Imparcial, polemizaran en
el Banco Minero; sin embargo, es posible el comercio caribeño y estadounidense, in- marzo de 1905 sobre las condiciones de esclavitud-servidum-
bre que vivían los trabajadores de las haciendas yucatecas. Un
que fuera más boyante que el del Yucateco, cluso más que hacia Veracruz, sería una ven- estupendo análisis de El Padre Clarencio, en Escalante Tío, La
aunque ambos ya eran mal administrados taja muy importante para abaratar los costos misa negra de El Padre Clarencio. Gobierno y prensa satírica en
Yucatán, 1903-1909, tesis de maestría, Instituto Mora, 2004;
antes de sus respectivos autorrobos. Por su del “cordón de sisal” que lo llevarían a im- Allen y Gilbert, Summer of Discontent, Seasons of Upheaval.
parte, y como veremos, el Yucateco resintió ponerse en el mercado norteamericano. El Elite politics and Rural Insurgency in Yucatán, 1876-1915, Ca-
en forma peculiar la contracción del crédito éxito de la economía del monocultivo he- lifornia, Stanford University Press, 1996, p. 66 y ss, describen
las formas de represión que Molina ejerció contra Escoffié y
que padecía la Península. En todo caso, los nequero se debía a la expansiva demanda de Tomás Pérez Ponce.
problemas se manifestaron con diferencias la fibra, que se empleaba en la fabricación 9
FLORES, Oscar y Sonia CALDERONI, “Bancos, finanzas y
crédito refaccionario a la industria y a la minería en el norte de
importantes de tiempo; mientras en el Yu- de cordelería e hilo para engavillar los sacos México (1890-1910)”, p. 168, en FLORES CLAIR, Eduardo,
cateco se hablaba de ellos desde el comienzo con los que se distribuían los granos produ- Crédito y financiamiento a la industria minera. Siglos XVI-XX.
México, Plaza y Valdez Editores, 2006; lo consideran el princi-
de 1907 y se terminó con el autorrobo, en cidos en el medio oeste norteamericano, pal Banco estatal en 1902. Su capital de 10 millones de pesos y
Chihuahua se comenzó con este escándalo aunque también era útil en otras activida- su fusión con el Banco Mexicano de Chihuahua, lo colocaban
en marzo de 1908.9 des, como la navegación. en una situación importante. No obstante su trabajo aún parece
necesario estudiar con mayor detenimiento la crisis de 1907 en
Una diferencia adicional en el caso nor- No obstante la posición de fuerza del Chihuahua, así como la relación con el auto robo, los proble-
teño fue que el resentimiento se dirigió sisal en el mercado norteamericano —de- mas internos que éste pretendía esconder y el modo como se re-
solvió el aumento de capital.
desde el pueblo hacia la élite, mientras que, bido a que se trataba de un artículo de con- 10
Francois-Xavier Guerra, México, del antiguo régimen a la re-
con la quiebra de la casa Escalante y el inse- sumo necesario y porque sus sustitutos y volución, México, FCE, 1991.

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posibles competidores asiáticos se ofrecían a


precios más altos—, los plantadores yucate-
cos nunca lograrían constituir un cartel que
pudiera oponerse al mercado estadouni-
dense. Así sucedió en 1894 con la Cámara
Permanente de Hacendados Henequeneros
o en 1903 con un nuevo sindicato de ha-
cendados que hacia 1906 se agruparía en la
Cámara Agrícola de Yucatán. Algunos auto-
res atribuyen la falta de acuerdos de estos
sindicatos empresariales al hostigamiento
del grupo político económico que encabe-
zaba Olegario Molina.11 En todo caso, hacia
1908 era evidente que la falta de este con-
senso constituía un fracaso mayor o histó-
rico en la política económica estatal, y en
este sentido debe entenderse el lamento de
Rodulfo Cantón, otro importante produc-
tor y dueño de la línea de ferrocarril Mérida-
Peto, al ministro de Hacienda, José Yves
Limantour. ¿Por qué no había sido posible
crear una comunidad amplia de intereses
entre los hacendados? La respuesta estaba
vinculada a las razones que hicieron que el
sistema de plantación incubado en Yucatán
fuera paulatina y silenciosamente subordi-
nado a importantes compañías norteameri-
canas cosechadoras de cereales y productoras
de maquinaria agrícola.
El régimen de las plantaciones heneque-
neras se adaptaría a un esquema que, en el
corto plazo, resolvía fácilmente la extracción
de excedentes importantes para comercian-
tes especuladores y terratenientes. El reciente
proceso de confinamiento de la población
indígena luego de la guerra de castas a me-
diados del siglo XIX y la influencia de la pax
porfiriana hacían convivir en las haciendas
formas de trabajo forzado directo con con-
trataciones de trabajo libre. De igual modo,
era posible observar formas de “economía
moral” presentes en las haciendas del centro
del país. En varios sentidos, podría afirmarse
que la economía yucateca del final del siglo
XIX vivía un auge en el que la ambigüedad
era la nota dominante. Y esto no sólo por la
gigantesca brecha social que separaba a los
trabajadores libres o no libres respecto del re-
ducido grupo de propietarios de la tierra,
sino también por las crecientes diferencias
entre los hacendados mismos. Las dificulta-
des para acceder a capital y la incompren-

11
Algo cuya probabilidad era muy alta después de 1902 pero
que no parece explicar bien lo ocurrido al comienzo de la dé-
cada de los noventa. Cfr. Marisa Pérez de Sarmiento y Franco
Savarino, El cultivo de las élites. Grupos económicos y políticos
en Yucatán en los siglos XIX y XX, México, Conaculta, 2001.

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En los hechos, Cyrus McCormick15 mayor número de productores subsistentes. nua salida de capital de sus cajas. En 1907,
había constituido un monoxomio que, con El caso de la quiebra de Eusebio Escalante, la realidad era que tres casas exportado-
la colaboración de su representante en Yuca- como gran terrateniente y dueño de una im- ras eran deudoras de los bancos peninsu-
tán, intentaría reducir el precio de la fibra. portante casa exportadora, manifestaba el lares en más de 20 millones de pesos; no
Olegario Molina era ese representante, in- impacto que tenía el acuerdo sobre la eco- solo un poco más del capital social de am-
cluso antes de la formación de la IHC. Hacia nomía regional a cinco años de haberse fir- bos establecimientos, sino también unas
1902, en su doble calidad de gobernador y mado. Se ha llegado a afirmar que “10% de reservas que solo podían ser comparables
dueño de una casa exportadora muy impor- los hacendados tuvieron que cerrar sus ne- a las de los grandes bancos capitalinos. El
tante por su volumen pero aún más por su gocios por efecto de la crisis”.18 desparpajo, “la torpeza” y falta de res-
alianza estratégica con la IHC, Molina era el ponsabilidad con la que se habían con-
hombre más poderoso de Yucatán. El con- El desfalco del Yucateco ducido las cosas causó gran molestia a
trato clave de esta sólida alianza se hizo en el Limantour, que sin embargo, al menos en
mayor secreto, en La Habana, el 27 de octu- La crisis originada en el Banco Yucateco re- materia de responsabilidades se limitó a
bre de 1902: McCormick y Molina acorda- flejaría problemas de la “economía real” y una mera amonestación informal.20
ron “deprimir el precio de la fibra de sisal”.16 desde luego también otros de naturaleza so-
Entre otros puntos, se especificaba que “que- cial y política. El control de la IHC y el para- Por tal motivo él podía apelar a una con-
daría a discreción de Molina el determinar dójico papel que jugaba el ministro de fianza de otro tipo, más bien de sello anti-
cómo induciría la casa exportadora de don Fomento en la depresión del precio de la guo: “no tengo motivo ninguno para
Eusebio Escalante, su rival tradicional a co- fibra eran el fondo del asunto, que había pa- cambiar de opinión respecto de la honora-
operar con el acuerdo”. Por su parte, la IHC sado de ser un tema de discusión entre pa- bilidad de esas personas”, insistiría. Sin em-
aseguraría que otras empresas de comercio triarcas para convertirse en motivo de bargo, el caso era que su administración
no pagarían precios más altos que los esta- agravio y resentimiento contra el moli- había permitido que se acumulara una deuda
blecidos por la compañía familiar de Molina. nismo. Las dudas de los hacendados en pro- de 4.5 millones de pesos de las tres o más ca-
El nuevo predominio coincidía con la blemas eran del todo razonables dada la sas exportadoras endeudadas con el Yuca-
acentuada incapacidad mostrada por los ha- muy desigual suerte que vivían como pro-
cendados yucatecos para desarrollar estrate- ductores. 15
Siguiendo los pasos de su padre Cyrus McCormick, comenzó
gias de inversión favorables y menos Los elaborados modos de la sociabilidad muy joven su carrera como inventor, patentando una segadora
en 1834; patente para la que buscó desarrolladores a los que
expuestas a las fluctuaciones de precios. En provincial se manifestaban también en las pudo sustituir gracias a la fundación de su propia fábrica en
la década de los noventa hubo intentos por infundadas ilusiones que el presidente del Chicago (1847), donde decidió concentrar sus esfuerzos para
aprovechar la expansión del medio oeste. Su éxito fue notorio,
contraer artificialmente el mercado para que Banco Yucateco, Rodulfo Cantón, “confe- derrotando y absorbiendo a competidores, lo que lo inclinó a
el precio remontara, lo que normalmente saba” a Limantour. Se trataba de la confianza combinar sus dotes inventivas y organizativas con las políticas.
era seguido por flujos de capital norteame- que sentía aún, en la primavera de 1907, Para 1902 realizó su fusión más ambiciosa, simultáneamente
con un rival muy importante, Deering Harvesting Co., y con
sión —en los primeros momentos de ner capital para comprar maquinaria o para casas de exportación “colaboradoras” se enri- ricano hacia la región. Esto estimulaba la re- respecto a la “solidez” de la Casa Escalante y otras tres compañías pequeñas pero estratégicas. Esta asocia-
auge— del papel que jugaban en el inicio de colocar el henequén en el mercado estadou- quecían sirviendo como agentes de compra en- valuación de las tierras e incentivaba la de otras dos más, también deudoras del Yu- ción dio lugar a Internacional Harvester Co., que se volvió la
compañía predominante en Estados Unidos.
la cadena productiva, manifiesto, e.g., en los nidense. En los primeros periodos de auge tre los hacendados mexicanos y los fabricantes importación de bienes manufacturados no cateco.19 Para comienzos de junio esa fe se ha- 16
Gilbert Joseph, Allen Wells et al., Yucatán y la International
contratos establecidos con los comercializa- no existían bancos en Yucatán y los présta- norteamericanos.14 Se trataba de una segun- sólo suntuarios sino también —dadas las bía desvanecido pero, como la gran mayoría Harvester, Yucatán, Maldonado Editores, 1986, p. 35.
17
Sin embargo, como era del todo frecuente en los negocios
dores norteamericanos, acentuarían un rol mos se obtenían a tasas de 18 a 24 por da intermediación, que se facilitaba porque distorsiones que imponía el monocultivo— de los accionistas involucrados en el Yucateco, porfirianos, era común que prorrogaran sus deudas y el in-
de subordinación. ciento; esta circunstancia los volvía depen- aquéllas eran beneficiadas con acceso a capi- de artículos de primera necesidad. Durante en el Mercantil Peninsular o en ambos, él exorable declive del precio de la fibra coincidiera con la emi-
El anterior proceso obedecía a que, no dientes del capital norteamericano, que era tal más barato, así como con las ganancias ex- estos vaivenes el valor de las tierras se dis- creía que las propiedades (bienes raíces, ac- sión de nuevos pagarés y nuevas prórrogas a los préstamos.
Las propiedades sobrevaluadas se deflactaban, los beneficios
obstante controlar la producción de la fibra prestado a una tasa promedio de 9%. Joseph traordinarias por comisiones y kickbacks; y por torsionaba de manera importante, “una pro- ciones ferrocarrileras, bancos, tranvías y otros esperados se contraían y la economía regional sufría entera el
en sus haciendas, no les resultaba fácil obte- y Wells han señalado que al principio de esta supuesto, estaban en condiciones de benefi- piedad valuada regularmente en 100 ó 150 valores) de las casas deudoras podrían sopor- retroceso que provocaba la caída de los precios internaciona-
les de la fibra. Cfr. Allen Wells, Yucatán”s Gilded Age. Ha-
sustitución financiera el capital era prestado ciarse aún más mediante la colocación de prés- 000 pesos antes del boom podía encontrarse tar el problema. En el fondo, seguía habiendo ciendas, Henequen, and International Harvester, 1860-1915,
por banqueros pero pronto, a su vez, éstos tamos usurarios. Este mecanismo de rápida hipotecada entre 300 y 400 000 pesos, dos sectores importantes de la élite yucateca que Albuquerque, University of New Mexico Press, 1985, p. 66.
18
Pérez de Sarmiento y Franco Savarino, El cultivo de las élites.
serían reemplazados por comercializadores acumulación les facilitaría constituir sus pro- años después”. Esta sobrevaluación del todo estimaban estar viviendo otro ciclo econó- Como el estudio no ofrece los números relativos a la base in-
de la fibra y manufactureros a los que ya no pios bancos en la Península, pero éstos serí- artificial, afirma Wells, “coloreaba la menta- mico similar a los que habían conocido an- dustrial previa no se puede estimar el efecto de ese 10%, sin
les atraía el interés como beneficio sino la an administrados con el mismo espíritu lidad de los emprendedores hombres de ne- tes de 1902 y que la gravedad de las cosas embargo, no hay la menor duda de que el golpe sobre la eco-
nomía regional, independientemente de los números “exactos”,
fibra como medio de pago.12 especulativo que tenía el negocio henequenero. gocios”. Los hacendados pedían prestado podría salvarse gradualmente garantizando sería de la mayor importancia posible. Lo que no se puede ad-
En contraste con la mayoría de los terra- No podrían, por ejemplo, evitar la exposición sobre la base de los precios inflados para los pasivos. mitir y que el lector podría —sin abuso— interpretar, es que la
quiebra del Yucateco (a su decir arrastrada por la crisis interna-
tenientes mexicanos, los empresarios esta- a las oscilaciones del flujo financiero inter- reinvertir en sociedades de inversión o en En 1902 los bancos yucatecos estaban en cional de 1907) causó la de la casa Escalante. Obviamente, sus-
12
A juicio suyo, op. cit., los hacendados se darían cuenta, solo dounidenses eran conscientes de la importancia nacional, ni regular los precios de la fibra o co- compañías de trenes con las que esperaban una situación diferente e cribimos la causa estructural señalada por Joseph y Wells,
décadas después, el terrible daño que les infringía ése arreglo. reforzada por la alianza IHC-Molina, como razones de la quie-
13
Para el debate que liga la brutal y represiva naturaleza del ré-
de los contratos para regularizar el abasto de rregir los desequilibrios del mercado regional. obtener rápidos retornos sobre los mercados bra de la casa Escalante. La relación con la crisis posterior del
gimen de hacienda henequenera con las presiones del capital la fibra. Para afianzar su control sobre el mer- En contraste, la estrategia de los empresarios de capital. Pronto los factores externos que […] hicieron grandes esfuerzos para rea- banco es un tanto más difícil de escudriñar por varias razones.
norteamericano y especialmente la Internacional Harvester
Company (IHC), así como el polémico establecimiento de un
cado local se valían de agentes que proyecta- norteamericanos era más consistente, evitando habían motivado el ascenso del precio del nimar el mercado y restablecer la confianza En principio porque la mala administración del Yucateco no
concernía exclusivamente a problemas vinculados con la casa
imperio informal en Yucatán, véase Gilbert Joseph, From ban una imagen independiente y que evitaban depender de una sola casa exportadora y pre- henequén se disipaban y el precio de la fibra pese a la importancia de las pérdidas. Así Escalante u otras propiedades de la familia Escalante Peón.
Caste War to Class War: The Historiography of Modern Yucatán depender de un solo abastecedor. No obstante, viniendo las alzas violentas de la fibra. Los me- decaía, haciendo quebrar a los hacendados el Yucateco aumentó su capital por me- 19
Mérida, Rodulfo G. Cantón, presidente del Banco Yucateco, a
(c. 1750-1940), NC, University of North Carolina at Cha- Limantour, junio 4 de 1907, CEH-CARSO, Fondo CDLIV, r. 43.
pel Hill, 1984. se prefiguraban economías de escala entre los canismos de control se acentuarían cuando la más comprometidos. Los henequeneros te- dio de una amplia suscripción en París, 20
Limantour a R.G. Cantón, junio 27 de 1907, CEH-CARSO,
14
Uno de los resultados fue el decreciente número de grandes productores y aun intermediarios y fabricantes McCormick Harvesting Machine Co. fusio- nían que reaccionar rápidamente a los alti- donde se aceptó la mayor parte de las nue- fondo CDLIV, r. 43; si hubiesen estado administrados con
propiedades, estimado entre ochocientas cincuenta y mil, de las buen criterio y absoluta rectitud... “hablando con franqueza”,
que eran propietarias de trescientas a cuatrocientas familias,
norteamericanos como Thebaud Brothers y nó a las compañías rivales para formar la IHC. bajos mientras la oferta de crédito era vas acciones. El Yucateco tenía más de nue- su actitud complaciente con la administración de los bancos
que para la primera década del siglo XX, debido a la acelera- la Internacional Cordage Co. elegían prefe- Con un capital inicial de 120 millones de dó- generosa: si sus inversiones prosperaban ellos ve millones de pesos en circulación al Yucateco y Mercantil justifica “los reproches muy duros a que
ción del proceso de concentración, eran controladas, ya sea di-
recta o indirectamente, por no más de treinta familias. ¿Hasta
rentemente servicios de “casas” de mayor ta- lares eliminó la competencia existente dentro podían asumir los pagos de sus hipotecas principio de 1903 que se reducirían a un se han hecho acreedoras las personas que ejercen en ella com-
pleta preponderancia […] la enfermedad aguda que adolece
qué punto la condición social y económica de ser “nuevos maño, como la Escalante o la de Manuel de los faro implements y los twine industries y cuando vencían.17 Claro, con la alianza IHC- poco más de 2 millones en 1907. Un fe- Yucatán se debe, preciso es decirlo con toda claridad, á una
ricos” había sustraído a los terratenientes de asimilar una ex- Dondé o la de Arturo Pierce. Por medio de puso a disposición de los fabricantes recursos Molina las fluctuaciones del tipo anterior se nómeno que se acompañaba con el de la especulación sin freno hecha con bastante torpeza y con-
periencia más paulatina y consciente del proceso de acumula- ciencia elástica por determinadas personalidades, algunas de
ción? Es una pregunta abierta relacionable con los fracasados este mecanismo de “colaboración” se delineó organizacionales y financieros que no habían disolvieron y se acentuó el declive del pre- reducción de su cartera y era agravado por las que se ven hoy amenazadas de ruina y pueden desgracia-
intentos de revertir la tendencia deflacionista de la fibra. un tipo de dominio informal,13 en el que las existido antes. cio de la fibra, siendo ruinoso para un la especulación manifiesta en una conti- damente arrastrar consigo a los dos bancos”.

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teco. Esta enorme concentración de la car-


tera en unos cuantos negocios no era anor-
mal ni en la Península ni en el resto de los
aristocráticos bancos mexicanos. De hecho,
la crisis de la casa Escalante parecía haber
golpeado más directamente al Mercantil,
aunque como los problemas eran anteriores
a su manifestación tuvieron el tiempo sufi-
ciente para proteger sus intereses y otros cer-
canos. De ello resultó que el más importante
de sus acreedores no se localizaría en la Pe-
nínsula, lo que pareció darle mayor fuerza al
momento de forzar al resto de sus acreedo-
res locales.21
El problema era que la deuda no tenía ga-
rantías sólidas y estaba vinculada a créditos
concedidos por el Banco Nacional de Mé-
xico que no podrían ser pagados. Este pro-
blema amenazaba con convertirse en el canal
de comunicación para una crisis más pro-
funda. En este escenario se evaluó el sustituir
a los directores de los bancos peninsulares,
pues ahora eran ellos los que no parecían
confiables. Aunque este asunto se decidió en
la ciudad de México, fueron Eusebio Esca-
lante, su hijo Nicolás Escalante Peón y el tío
de éste, Manuel Peón Contreras, quienes
discutieron los mecanismos de intervención
en el Mercantil y parecieron incidir tam-
bién en los del Yucateco con Limantour.
Dado el peso de las reglas “informales”, no
era extraño que fueran ellos, como partes di-
rectamente interesadas y responsables de gra-
ves deudas con su banco, quienes definieran
el sentido de las soluciones con el ministro
de Hacienda. Lo que sí resultaba difícil de
comprender y sería materia de discusión era
que Limantour tratara con un grupo político
contrario a los intereses de Molina, su más
cercano aliado en la Península, la designación
del nuevo director del Yucateco. ¿Lo hacía
con la anuencia de don Olegario? No es po-
sible determinarlo con precisión, pero fue en
esa reunión donde se mencionó la idea de
que José Castelló se hiciese cargo de la di-
rección del Yucateco. Limantour afirmaría
sólo haberlo sugerido, pero Nicolás Esca-
lante lo telegrafió como si se tratara de una
orden, y así fue entendida en Mérida. Pos-
teriormente Limantour afirmaría que él “ca-
recía de ese derecho”22 y que no lo había
manifestado como “instrucción”, por lo que
la confusión parecía alimentada por el deseo

21
León, ¿Cuál es el valor…?
22
Limantour a Cantón, junio 13 de 1907, CEH-CARSO, fondo
CDLIV, r. 43.

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de la familia Escalante Peón de ejercer algún Originario de la Península, Castelló era y detenido. Sus responsabilidades lo lleva-
tipo de influencia sobre las decisiones de el presidente de la Junta de Vigilancia de la rían a prisión, pero mucho más oscura es la
Castelló, quien simultáneamente obraba Sucursal del Yucateco en Campeche24 y tenía detención de su abogado, Serapio Rendón,
como interventor informal de la Secretaría también a su favor ser pariente político de bajo los cargos de obstruir la justicia que,
de Hacienda y del Banco Nacional. Lo úl- Porfirio Díaz, lo que parecía respaldar sus de- obviamente, en el lenguaje de los molinistas
timo parecía más importante para “dar se- cisiones y colocar el tema en un primer plano podría significar cualquier cosa. En todo
guridades”23 al Nacional y, así, prevenir de no sólo para la observación política sino para caso, la participación de Rendón permanece
mayores riesgos de contagio a los ya teme- las decisiones que se aplicarían. Castelló pro- aún sin ser aclarada; el personaje, como es
rosos bancos de la ciudad de México. En su movió la idea de “sanear” los bancos yucate- sabido, se integraría posteriormente al ca-
calidad de antiguo y principal accionista del cos ensayando su fusión, esto es, impulsó un rrancismo desde donde ‘lavó’ los pasos os-
Banco de Campeche y del Nacional, Caste- acuerdo entre los dos grupos más relevantes, curos de su pasado; por cierto, cabe recordar
lló parecía garantizar tales objetivos y, aun- aunque evidentemente uno se encontraba en que, el suyo no sería un caso aislado entre el
que obviamente mantenía una estrecha una fase de declinación importante. La fu- carrancismo28.
comunicación con la camarilla molinista, es sión de ambas instituciones se denominaría Desde luego, la pregunta natural de si
posible que gozara de alguna confianza en- Banco Peninsular de Yucatán y sería creado ¿realmente era posible practicar un desfalco
tre los Escalante. en febrero de 1908,25 integrando también al de tales montos por un espacio tan dilatado
técnicamente quebrado Banco de Campe- de tiempo? abre un caudal de hipótesis para
che, cuya suerte estuvo atada desde el inicio el que los archivos consultados aportan poca
23
“[…] y, sobre todo la firme esperanza de que al ponerse la
intervención del Banco Nacional, desapareciese hasta el más de la crisis a la de los yucatecos. Por su parte, o ninguna información. Los dichos, las ex-
ligero temor de un pánico en aquella plaza”, afirmaba Li- el Banco Central organizó, con la anuencia y tensas y complicadas relaciones familiares,29
mantour, en Limantour a Cantón…
24
Véase, e.g., Banco Yucateco, S.A, Informe del presidente y co- promoción de Limantour, un fondo consti- el sigilo con el que se trató el “escándalo”, las
misario. Balance del 31 de diciembre de 1904, Mérida, Im- tuido con la aportación de todos los bancos presiones que hubo de la aún poderosa fa-
prenta Gamboa Guzmán, 1904.
25
Se creó con un capital de $16 500 000; $12, 580 000 apor-
de emisión del país para capitalizar a la nueva milia Escalante y el malestar expreso que se
tados por el Yucateco y cinco millones del Mercantil. Cfr. El institución.26 comunicó desde París —por sus estrechas
Economista Mexicano (23), t. XLV, 7 de marzo de 1908. En Eufemísticamente se observó la necesi- relaciones con el Banco Nacional— moti-
la suma se dedujo un castigo de $1 080 000, que en su mayor
parte registró un grave desfalco. dad de “sanear” al Yucateco, pero el asunto varon que, con la mediación de Limantour,
26
Al comienzo de 1908 todos los bancos estatales de emisión que de los autorrobos y los malos manejos no fue Porfirio Díaz accediese a las peticiones del
operaban en el país recibieron un telegrama firmado por los
bancos Central, Nacional, de Londres, Agrícola e Hipotecario siquiera mencionado. Ésos formaban parte gobernador Enrique Muñoz Aristegui en lo
y de Comercio acordando apoyar la formación del Banco Pe- de los corrillos que circulaban incluso a nivel tocante a la selección de los jueces. Muñoz
ninsular, creando una suma de cuatrocientos mil pesos que evi-
taría también la depreciación de los valores mexicanos
popular y a los que Castelló decidió dar se- reaccionó rápidamente al conocerse el des-
cotizados en la Bolsa de París. Cfr. Limantour a E. Cuzin, 21 guimiento. Sería hasta el final del año que falco nombrando a tres magistrados y recu-
27
de enero de 1908, CEH-CARSO, fondo CDLIV, r. 50.
Ceballos también era presidente del Consejo de Administra-
vendría a descubrir, al practicar un arqueo, perando casi doscientos mil pesos en Resulta de lo más sugerente y relevante rrateniente. El gobernador concluía: “la Unos comentarios finales
ción de la Sociedad Cooperativa Caja de Ahorros y Monte de que el Yucateco estaba desfalcado por una propiedades, aunque nada en efectivo. Ello que, cuando Muñoz preparaba tan “profe- forma en que se hace efectivo el impuesto al
Piedad de Yucatán, de la que era vocal propietario Castelló, suma superior a los 740 mil pesos. El cajero explica su rápida solicitud a Porfirio Díaz — sionales” pesquisas sobre un problema lar- henequén no es perjudicial a los hacendados”. Si bien no es posible estimar en unas notas
por lo que cabe suponer se conocieran. Véase Caja de Aho-
rros y Monte de Piedad de Yucatán, Informe del presidente y de este banco, Mateo Ponce, sería hallado con la intermediación de Limantour— para vado durante tanto tiempo, simultáneamente Más aún, ellos le “habían expresado su con- breves los impactos de la crisis y la oleada de
comisario. Balance general del 31 de diciembre de 1903, Mé- responsable del desfalco, junto con Ignacio que un juez de distrito tome “todas las me- manifestase al ministro de finanzas su re- formidad” en solemne sesión de la Cámara especulación de títulos y propiedades en que
rida, Imprenta Gamboa Guzmán, 1904.
28
Véase el caso de los hermanos Manero en Luis Anaya, Colapso
Duarte Escalante y Joaquín Cantón Frexas, didas enérgicas que juzgue necesarias” y así nuencia a que el estado yucateco aceptara gra- Agrícola “del 4 de noviembre último”. Lo que se vio envuelta la Península en 1902, para al-
y reforma. La integración del sistema bancario en el México re- señalados como sus cómplices en las dili- descubrir a los culpables del robo.30 El lector var las exportaciones henequeneras. Claro, la dio lugar a que Muñoz solicitara a Limantour gunos empresarios de la época éstos habían
volucionario, México, UAZ/M.A. Porrúa, 2000. Habría que gencias, contenidas en cinco voluminosos deberá imaginar el significado del término renuencia tenía largo aliento y gozaba del la exención sobre el derecho federal al hene- continuado hasta la crisis de 1907, misma
agregar que tanto Escoffié como los hermanos Pérez Ponce se
adherirían a la revolución encabezada por Carranza, sus an- legajos, practicadas a lo largo de más de tres “medidas enérgicas” en el ámbito del Yuca- respaldo de los hacendados, quienes por quén. El argumento de los hacendados, bien que era, sin duda, de mayores proporciones
tiguas filias reyistas, los volvían proclives a su movimiento. años. Pero si este plazo podría parecer nor- tán porfiriano. Por su parte, los acusados po- cierto habían promovido varios cambios a la respaldados —a distancia— por su primus in- y se debía a causas distintas aunque fue tra-
Sin embargo, al menos en el caso del más destacado de aqué-
llos, de Tomás, es claro que se inclinó a los sectores progre- mal para los parámetros de la justicia mexi- drían aportarnos algunas ideas al insistir, contribución local durante 1907, entre los terpares, Olegario Molina, y adláteres locales. tada —al menos en principio— de modo si-
sistas del constitucionalismo yucateco, trabajando al lado del cana, considerando además los tiempos de constantemente, en la violación de sus ga- que estaban la sustitución del anterior grava- Muñoz haría suyo el argumento vertido ahí. milar a la de 1902. La inestabilidad describía
gobierno de Salvador Alvarado. Véase su interesante folleto,
Las coronas del General Salvador Alvarado, Folleto editado por
“investigación” así como la amplia cantidad rantías constitucionales. En todo caso, men a la fibra (causaba tres centavos por Éste era el de que no era “equitativo” impo- ciertamente líneas de continuidad, sin em-
el autor (Tomás Pérez Ponce), 1918. de recursos interpuestos por las partes acu- Muñoz daba la bienvenida al juez de distrito cada 11.5 kg de fibra, que fueron reducidos ner un “derecho a la exportación de nuestro bargo, la crisis de 1907 se manifestaba sobre
29
Así sucedió en el caso de la esposa de Ponce, “Doña Enri- sadas, hay que subrayar el tiempo mismo no sólo por ese “enérgico” empeño en sus la- a un centavo) y la cancelación del impuesto único producto, cuando otras entidades de la una nueva base introducida no sólo por la
queta Escalante”, e Ignacio Duarte, señalado por su defensa
como sobrino suyo. Llama poderosamente la atención que durante el cual se cometieron los delitos, bores, sino también porque “dificultaría que a la traslación de dominio, que era de 7,5%; nación, que habían estado gravadas con igua- mayor influencia de los fenómenos ligados a
los abogados de la parte acusadora, el recién formado Banco que, si tomamos como válidas las declara- los abogados de los acusados puedan inter- también “se suprimió la contribución predial les derechos, hacía tiempo que se hallaban re- la contracción del crédito en los Estados Uni-
Peninsular que había absorbido los negocios del Yucateco,
negaran este parentesco. La “satisfacción” expresada por Li- ciones de los acusados, se había extendido poner recursos dilatorios”.31 Por supuesto, la rústica” y, por último, “una contribución ex- levadas de aquéllos”. El asunto, muy dos, sino sobre todo por la consolidación de
mantour al gobernador Muñoz por “las medidas enérgicas” por el espacio de al menos los dos años pre- posición adoptada por Muñoz se forjaba en traordinaria” impuesta por obras de pavi- probablemente por la intervención del mi- la camarilla molinista, primero a nivel regio-
para recuperar lo perdido y para castigar a los culpables “no
obstante la presión que habrán ejercido sobre ud., las rela-
vios. Es evidente, entonces, que los autorro- estrecha relación con “nuestro común amigo mentación en la ciudad.33 Orgullosamente, nistro de Fomento, tendría un final feliz; nal con la gubernatura y luego con la eleva-
ciones de familia de los culpables”, sugiere incluso que Duarte bos reflejaban con claridad la pésima el Lic. [sic] Don O. Molina”. Gracias a él es Muñoz consideraba que la forma en que se claro, para los hacendados, quienes además ción de Olegario Molina al Ministerio de
haya estado vinculado más cercanamente al núcleo Escalante administración de la que adolecía el Yuca- que probablemente se haya comprendido hacía efectiva la modificación fiscal la volvía de no contribuir recibían contribuciones del Fomento. Además de ser la cabeza de un es-
Peón. Limantour a E. Muñoz Aristegui, enero 21 de 1908,
CEH-CARSO, fondo CDLIV, r. 50. No resultaría tampoco ex- teco, cuyo consejo de administración no es- mejor en la capital el papel que debía cum- equitativa, pues la finca “en estado de fo- Estado federal, esto es, tendrían la oportuni- tado modelo del Porfiriato, su alianza secreta
traño que Joaquín Cantón perteneciese al extendido clan de taba al tanto de lo que sucedía en su banco, plir Muñoz: “he tenido que ser no sola- mento o que no produce por cualquier cir- dad de refinanciar a sus problemáticos ban- con la IHC refrendaba que las circunstancias
don Rodulfo, aunque esto no lo hemos podido confirmar.
Por otra parte, resulta irónico, por decir lo menos, que una algo que, por lo demás, podría parecer plau- mente enérgico sino á veces cruel” para cunstancia no paga ningún gravamen”; algo cos con los capitales aportados por los bancos después de 1902 eran cualitativamente dis-
fracción del dinero robado se haya empleado para especular sible dado el cándido comportamiento de esclarecer “este hecho tan excepcionalmente no observado antes de 1907. Desde luego, los emisores y la recientemente creada Caja de tintas. Además, el cambio del patrón mone-
con acciones de los ferrocarriles peninsulares. Esto no sólo
por azuzar el grave fenómeno especulatorio sino por el hecho
su presidente. Extrañamente, tampoco Gu- escandaloso”, diría al jefe del denominado ingresos de la Tesorería del Estado disminu- Préstamos para Obras de Irrigación y Agri- tario (después de 1905 a talón oro) añadía
de que Rodulfo Cantón perdería el control del ferrocarril a mesindo Ceballos, interventor bancario de clan de los “científicos”.32 Entre “enérgico y ían notablemente por el combinado efecto de cultura, que facilitaría créditos refacciona-
Peto liquidándolo por una fracción del precio que había pa- la Secretaría de Hacienda en la Península,27 cruel”, Muñoz resolvería pronto los sucesos estas reducciones acentuadas por la crisis y la rios para colocar en situación de fomento a
gado unos años atrás.
30
Cfr. E. Muñoz Aristégui a Limantour, enero 8 de 1908, CEH- reportó nada irregular durante sus trabajos que descubrirían al interventor, al cajero y a insolvencia de los bancos peninsulares, tanto los henequeneros una vez más. Éste era el cál-
CARSO, fondo CDLIV, r. 50. “regulares” de auditoría en el Yucateco. un sector de la enmarañada familia Esca- por el control monoxómico del mercado he- culo político y económico, sin embargo, el
31
E. Muñoz Aristégui a Limantour…
32
E. Muñoz Aristégui a Limantour, enero 29 de 1908, CEH- Como es de suponerse, Ceballos fue uno de lante como responsables del autorrobo que nequenero, la mentalidad especulatoria como consenso entre los hacendados yucatecos pa-
CARSO, fondo CDLIV, r. 50. los primeros en ser ampliamente investigado lastimó a los alicaídos bancos peninsulares. por los autorrobos de la admirada clase te- recía haberse roto.

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Memoria de las Revoluciones en México Luis Anaya Merchant Artículos

otra nota de complejidad a la crisis de 1907


haciéndola distinta de las precedentes34. La
consolidación de este proceso se reflejaría en
el curso de un lustro en menor influencia eco-
nómica y posteriormente política del resto de
grupos de hacendados yucatecos. La situa-
ción de la economía de plantación era de una
mayor competencia entre los hacendados, al
tiempo que observaban disminuir la renta-
bilidad de sus tierras y ocurría una absorción
de haciendas por los más grandes terrate-
nientes; compras y ventas facilitadas por las
modificaciones a las normas fiscales relativas
a la traslación del dominio. Estos procesos
eran esperables a partir de la provocada con-
tracción del precio de la fibra luego del
acuerdo secreto entre la IHC y Molina. De
este modo, si bien Molina como empresario
“progresista” prosperaba con los privilegios
públicos y privados de su posición, como se-
cretario de Fomento deprimía la economía
de su estado propiciando un estado de cosas
que arruinaba incluso a sus grandes compe-
tidores. No dejaba de ser irónico que, en me-
dio de este proceso, los pésimos manejos de
los que era objeto el Yucateco —íntima-
mente ligado con Molina— lo arrastraran a
sufrir los efectos de la crisis y a conciliar sus
intereses con los Escalante Peón, ni que és-
tos, pese a tener una condición cada vez más
decadente, hubiesen preparado mejor al
Mercantil de Yucatán para salvar sus intere-
ses en las quiebras de 1907, forzando a un
acuerdo que concentraría los intereses de
ambas camarillas. No obstante lo anterior, la
exclusión de la que era objeto un creciente
número de hacendados y la presión social
que estas crisis imponían a los trabajadores
y las clases populares activaban las conspira-
ciones y las “primeras chispas” de una revo-
lución que, finalmente, sería controlada por
la fuerza de los antiguos cacicazgos.35

33
E. Muñoz Aristégui a Limantour, enero 14 de 1908, CEH-
CARSO, fondo CDLIV, r. 50.
34
Si bien es cierto que la depreciación de la plata alentó las ex-
portaciones e inhibió las importaciones, no los es menos que,
al inicio del siglo XX, las fuertes oscilaciones de su precio tu-
vieron un impacto en la inestabilidad de 1902; que en la pe-
nínsula tuvo su propia dinámica. De hecho, en sus propósitos
explícitos, la reforma monetaria de 1905 tenía como preo-
cupación central ésa oscilación. El cambio al patrón oro des-
vaneció las ventajas comparativas de los productores agrícolas
y haría aún más inviable el juego especulatorio al que recu-
rrieron los hacendados yucatecos en 1902.
35
El control final sobre el proceso revolucionario en Yucatán
puede verse en Ben Fallaw, Cárdenas compromised. The fai-
lure of reform in postrevolutionary Yucatan, Durham, Duke
University Press, 2001.

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