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Lunes 1 de abril de 2024

Rivera Toledo Selene


GPO: 211

“El problema de la cultura nacional”


(Guillermo Bonfil Batalla)

En este capítulo del libro “México Profundo” de Guillermo Bonfil Batalla nos habla de
cómo la historia de México ha sido influenciada por diferentes grupos y culturas, desde la
época colonial hasta hoy. La sociedad ha tenido diferentes identidades culturales,
especialmente entre los indios y las personas de descendencia europea. Se ha hablado de
una sociedad donde estas identidades conviven en armonía, pero la realidad es más
complicada, ya que los indios han sido segregados por muchos siglos, hasta el día de hoy.
Las diferencias entre las áreas urbanas y rurales muestran las tensiones entre el poder
colonial y los pueblos indios, además se puede notar mucha diferencia entre las clases
sociales y sus lugares en la sociedad. Guillermo Bonfil Batalla presenta diversas situaciones
de la sociedad actual en la que vivimos y te hace cuestionar sobre cómo integrar estas
diferentes culturas en una sociedad diversa.

A pesar de que la ideología colonial limita la preservación de la cultura


mesoamericana, la realidad es que la cultura india influye en casi todos los aspectos
sociales y culturales del país. Sin embargo, su diversidad no se refleja de la misma manera
en los grupos culturalmente distintos del México no indio. Según el autor, los proyectos de
integración de la población indígena en una cultura nacional que se considera "superior"
son cuestionables, ya que no existe una cultura nacional unificada, sino más bien un
conjunto heterogéneo de formas de vida social diversas e incluso contradictorias.

En la sociedad mexicana no india, los distintos niveles culturales se encuentran


vinculada a los dos principales orígenes de su población: el indio y el europeo. La mayoría
de los sectores y clases populares tienen un origen indio, a menudo muy cercano, esto les
ha permitido conservar una mayor cantidad de elementos de la cultura mesoamericana. Por
otro lado, las clases altas descienden más directamente de los colonizadores españoles y
tienden a preservar formas culturales no indígenas.
Desde la implantación del régimen colonial, el espacio, o solo la sociedad, se
dividió en dos polos irreductibles y opuestos; la ciudad fue el asiento del poder colonial y la
base geográfica del conquistador, mientras que el campo era el dominio del colonizado, del
indio. Las relaciones entre el campo y la ciudad nunca estuvieron en condiciones iguales,
ya que vivían en condiciones diferentes a las de un colonizador de origen europeo, vivían
segregados y discriminados.

Bibliografía

Bonfil G. (1987). México Profundo. (pp:73- 85). FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


(FCE)

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