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Corte Internacional de Justicia,

La Haya, Países Bajos.

Demanda presentada por la


República del Ecuador
Versus
Estados Unidos Mexicanos.

Caso número 193/2024 “Interpretación de la Convención Sobre Asilo Diplomático


del año 1954”.

La República de Ecuador, en ejercicio de su soberanía y en conformidad con los


principios del derecho internacional, presenta respetuosamente esta demanda ante
la Corte Internacional de Justicia en La Haya. La presente demanda tiene por objeto
resolver una disputa entre la República de Ecuador y los Estados Unidos
Mexicanos, relacionada con la interpretación de la Convención Sobre Asilo
Diplomático, suscrito entre ambos países el 28 de marzo de 1954.

La República de Ecuador sostiene que la interpretación propuesta por los Estados


Unidos Mexicanos de ciertas disposiciones de dicho tratado es contraria a su texto
y propósito, lo que ha dado lugar a un conflicto diplomático entre ambas naciones.
En ese contexto, la República de Ecuador busca que esta honorable Corte aclare
y determine la correcta interpretación del tratado en cuestión, con el fin de
restablecer la confianza y promover la cooperación entre ambas naciones, así como
restablecer las relaciones diplomáticas.

A continuación, se expondrán los hechos relevantes, los fundamentos jurídicos y


las pretensiones de la República de Ecuador en detalle.
1.- La Convención sobre Asilo Diplomático adoptado en la Décima Conferencia
Interamericana realizada en Caracas, Venezuela el 28 de marzo de 1954 y entrada
en vigor el 29 de diciembre de 1954 de conformidad con el artículo 23 de la serie
sobre Tratados de la Organización de Estados Americanos número 18, suscrito por
la República de Ecuador y los Estados Unidos Mexicanos en su calidad de países
miembros, tiene como finalidad brindar protección humanitaria a personas
perseguidas por motivos o delitos políticos.

2.- En este sentido es importante señalar que “el tema del asilo territorial [ha] sido
incluido por primera vez, en 1947, por la Comisión de Derechos Humanos, en el
marco de la elaboración de la Carta Internacional sobre el tema. En esa instancia,
a lo que se llegó, fue a la adopción del artículo 14 de la Declaración Universal de
los Derechos Humanos, [el cual señala que:] este derecho no podrá ser invocado
contra una acción judicial realmente originada por delitos comunes o por actos
opuestos a los propósitos y principios de las Naciones Unidas”.

Por lo que es esencial comprender que el asilo territorial no es un derecho


absoluto, sino que está sujeto a ciertas limitaciones y consideraciones. La cláusula
establecida en el artículo 14 de la Declaración Universal establece que el derecho
al asilo no puede ser invocado en casos donde exista una acción judicial legítima
relacionada con delitos comunes o actos contrarios a los principios y propósitos de
las Naciones Unidas. Esta disposición es fundamental para garantizar que el asilo
no se convierta en un instrumento para aquellos que buscan eludir la justicia por
crímenes graves o actos que socavan la paz y la seguridad internacionales.

3.- En el mismo tenor “la Declaración Americana de los Derechos y deberes del
Hombre, adoptada en la IX Conferencia Internacional Americana, en abril de 1948,
se refiere en su artículo XXVII, al derecho de asilo en los siguientes términos: Toda
persona tiene derecho de buscar y recibir asilo en territorio extranjero en caso de
persecución que no sea motivada por delitos de derecho común y de acuerdo con
la legislación de cada país y con los convenios internacionales”.
Así, se puede apreciar que, en conjunto, estas disposiciones reflejan el compromiso
de la comunidad internacional con la protección de los derechos humanos en
diferentes contextos y situaciones. Ambos documentos reconocen la importancia
de garantizar un asilo seguro para aquellos que enfrentan persecución, ya sea por
motivos políticos, religiosos u otros. Sin embargo, al mismo tiempo, establecen
ciertas limitaciones para asegurar que el asilo no se convierta en un medio para
eludir la justicia por crímenes graves o acciones contrarias a los principios
fundamentales de la sociedad internacional.

4.- En fecha reciente a la presentación de esta solicitud ha surgido una controversia


entre la República de Ecuador y los Estados Unidos Mexicanos con respecto a la
interpretación del artículo III de la Convención Sobre Asilo Diplomático, suscrita por
ambas naciones, este artículo señala que:

“No es lícito conceder asilo a personas que al tiempo de solicitarlo se


encuentren inculpadas o procesadas en forma ante tribunales
ordinarios competentes y por delitos comunes, o estén condenadas
por tales delitos y por dichos tribunales, sin haber cumplido las penas
respectivas, ni a los desertores de fuerzas de tierra, mar y aire, salvo que los
hechos que motivan la solicitud de asilo, cualquiera que sea el caso, revistan
claramente carácter político”.

Por tanto, dicho acuerdo establece una serie de condiciones para la concesión de
asilo, que se suman a las limitaciones ya discutidas en la Declaración Universal de
los Derechos Humanos y la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre. Específicamente, prohíbe otorgar asilo a personas que enfrentan
cargos por delitos comunes ante tribunales ordinarios o que sean desertores
de fuerzas militares, a menos que sus acciones estén claramente motivadas por
razones políticas.

Esta posición refuerza el equilibrio entre la protección de los derechos individuales


y la preservación del orden público y la seguridad internacional. Al restringir el asilo
para aquellos que enfrentan cargos por delitos comunes o que han desertado de
las fuerzas armadas, se evita que el asilo sea utilizado como un medio para
eludir la justicia por crímenes graves o para socavar la disciplina militar.

5.- En ese sentido es importante señalar en la fecha del 16 de abril de 2016, un


sismo de 7,8 grados de magnitud sacudió el Ecuador, con su epicentro localizado
en el cantón Pedernales, un enclave costero y centro de actividad camaronera en
la provincia de Manabí. Los estragos de este cataclismo se manifestaron en la
pérdida de más de 650 vidas humanas, con más de 6 mil individuos lesionados y
aproximadamente 28,700 personas quedaron sin techo.

El 26 de abril, el gobierno ecuatoriano, por medio de un decreto ejecutivo


promulgado por el entonces presidente Rafael Correa, instituyó el Comité de
Reconstrucción y Reactivación Productiva y del Empleo, con el propósito de erigir
y restablecer la infraestructura pertinente para paliar las secuelas del terremoto.
Conforme al artículo dos del mencionado decreto, el Comité estaría conformado
por miembros permanentes investidos de voz y voto.

Entre dichos miembros figuraban: El vicepresidente de la República, en calidad de


delegado del presidente de la República; el secretario nacional de Planificación y
Desarrollo; el ministro Coordinador de Desarrollo Social; el ministro Coordinador de
Producción, Empleo y Competitividad; el ministro coordinador de Seguridad Interna
y Externa; el prefecto de Manabí y dos alcaldes representantes de las zonas
damnificadas.

Jorge Glas Espinel, quien ostentaba el cargo de vicepresidente del Ecuador en


aquel momento, asumió la presidencia del Comité. Dicho Comité tuvo como
objetivos la tarea de "implementar planes, programas, acciones y políticas públicas
para la reactivación, producción y generación de empleo en las áreas afectadas".

El 20 de mayo de 2016, el gobierno promulgó la Ley Orgánica de Solidaridad y


Corresponsabilidad Ciudadana para la Reconstrucción y Reactivación de las Zonas
Afectadas por el Terremoto. Esta legislación tuvo como finalidad recaudar
contribuciones de la ciudadanía ecuatoriana, elevando el Impuesto al Valor
Agregado (IVA) al 14%, con la excepción de las provincias de Esmeraldas y Manabí,
donde se mantuvo en su nivel anterior por un período de un año. La vigencia de
dicha ley abarcó desde el 1 de junio de 2016 hasta el 31 de mayo de 2017.

No obstante, a pesar de los recursos asignados y las obras prometidas para la


reconstrucción posterior al terremoto, se constató la falta de entrega o finalización
incompleta de varias de estas obras, poniendo en tela de juicio la efectividad y
transparencia en la gestión de los fondos destinados a la reconstrucción.

El 25 de abril de 2019, transcurridos tres años desde la ocurrencia del terremoto, la


Fiscalía recibió una denuncia formulada por el Consejo de Participación Ciudadana
y Control Social; la denuncia versaba sobre actos relacionados con el mal uso de
fondos públicos destinados a la reconstrucción de las provincias de Manabí y
Esmeraldas.

El 9 de mayo del 2019, la Fiscalía recibió un informe emitido por la Contraloría


General del Estado, el cual presentaba indicios de responsabilidad penal en
relación con un examen especial a los contratos suscritos para la edificación de un
parque, un tramo de acceso al Puerto de Manta y un redondel. Cabe destacar que
la financiación de dichos proyectos se derivó de los fondos dispuestos en la Ley de
Solidaridad.

El 10 de febrero de 2020, la Fiscalía recibió nuevamente una denuncia interpuesta


por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), en la que se
imputa el presunto delito de delincuencia organizada. La denuncia alude a una
reunión ocurrida el 22 de mayo de 2017, en la que participaron Jorge Glas, ex
presidente del Comité, y Carlos Bernal, ex secretario del mismo órgano.

En el encuentro también estuvo presente Pablo Ortiz, quien para entonces


desempeñaba el cargo de gerente general de la Empresa Pública Ecuador
Estratégico. En el contexto de dicha reunión, se dio prioridad a un total de 584
proyectos, sin que existiera un sustento técnico que respaldara la finalidad
emergente de reconstrucción, construcción o reactivación productiva de las zonas
afectadas por el terremoto.

Transcurridos tres años desde los eventos inicialmente señalados, específicamente


el 30 de mayo de 2023, la Fiscalía, tras una exhaustiva revisión y análisis de la
interrelación entre los diversos eventos, incluyendo las denuncias presentadas por
el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) y el informe
emitido por la Contraloría, procedió a la consolidación del expediente fiscal con el
fin de garantizar la continuidad de la investigación pertinente.

6.- Al relacionar lo señalado en el artículo III de la Convención Sobre Asilo


Diplomático, con el caso de la reconstrucción post-terremoto en la República de
Ecuador, se puede sostener que, si se ha constatado la falta de entrega o
finalización incompleta de obras, así como actos de corrupción relacionados
con la gestión de los fondos destinados a la reconstrucción, entonces la
concesión de asilo a personas involucradas en estos actos no es lícita según la
Convención.

Se demuestra que tales acciones constituyen delitos comunes y que los individuos
implicados no han cumplido las penas respectivas, entonces no se justificaría
concederles asilo, a menos que puedan demostrar que su persecución tiene un
claro carácter político y que están siendo perseguidos por motivos políticos
legítimos.

En este sentido, la Convención sobre Asilo Diplomático establece un equilibrio entre


la protección de los derechos individuales y la preservación del orden público y la
seguridad internacional. Al restringir la concesión de asilo a personas que
enfrentan cargos por delitos comunes ante tribunales ordinarios, se evita que
el asilo sea utilizado como un medio para eludir la justicia por crímenes graves o
para socavar la disciplina legal y el sistema de justicia de un país. Por lo tanto, este
principio respalda la necesidad de investigar y, en su caso, sancionar a aquellos
que hayan participado en actos de corrupción relacionados con la reconstrucción,
en lugar de permitirles buscar refugio bajo el argumento de persecución política.
II. Controversia interpretativa.

Por tanto, la República de Ecuador plantea una controversia respecto a la


interpretación del artículo III de la Convención sobre Asilo Diplomático, suscrito
entre ambas naciones. La interpretación precisa de este artículo es crucial para
garantizar la coherencia en la aplicación de las disposiciones de la Convención. La
discrepancia se centra en la determinación de si los casos en los que se solicita
asilo cumplen con esta condición. Es esencial establecer criterios claros y objetivos
para evaluar si un caso de solicitud de asilo está en conformidad con los principios
establecidos en la Convención.

III.- Incumplimiento de Obligaciones Internacionales.

La República de Ecuador argumenta que los Estados Unidos Mexicanos han


incumplido sus obligaciones internacionales al conceder asilo a un individuo cuyo
caso no cumplen con las condiciones establecidas en la Convención sobre Asilo
Diplomático.

El no respeto de estas condiciones afecta la integridad del sistema de asilo y socava


la efectividad de los mecanismos diseñados para proteger a personas perseguidas
por motivos políticos legítimos. Al permitir la concesión de asilo a individuos
inculpados por delitos comunes o que han desertado de las fuerzas militares, sin
que exista una clara motivación política, se desvirtúa el propósito humanitario de la
Convención y se compromete su validez como instrumento de protección de los
derechos humanos.

IV.- Preservación del Equilibrio entre Derechos Individuales y Seguridad


Internacional.

La República de Ecuador resalta la importancia de preservar un equilibrio adecuado


entre la protección de los derechos individuales y la preservación del orden público
y la seguridad internacional. Si bien el derecho al asilo es fundamental para
garantizar la protección de las personas perseguidas por motivos políticos
legítimos, este derecho no puede ser utilizado como un escudo para eludir la justicia
por delitos comunes o para socavar la disciplina militar. Es necesario establecer
límites claros y consistentes para la concesión de asilo, de manera que se protejan
los derechos de los individuos sin comprometer la integridad de los sistemas legales
nacionales ni la estabilidad internacional.

V.- Petición.

La República de Ecuador solicita que los Estados Unidos Mexicanos aborden estas
preocupaciones y adopten medidas concretas para rectificar cualquier concesión
de asilo que contravenga las disposiciones de la Convención sobre Asilo
Diplomático. Además, se insta a los Estados Unidos Mexicanos a fortalecer los
mecanismos de evaluación de solicitudes de asilo, garantizando que estas se
ajusten plenamente a los criterios establecidos en la Convención y a los principios
internacionales de protección de los derechos humanos y el mantenimiento del
orden público y la seguridad internacional.

Por último, es necesario señalar que la República de Ecuador espera que esta
solicitud hecha a esta honorable Corte de Justicia Internacional sirva como punto
de partida para el diálogo constructivo entre ambas naciones, con el objetivo de
resolver las discrepancias interpretativas y fortalecer la aplicación efectiva de la
Convención sobre Asilo Diplomático. Solo mediante el respeto mutuo por el marco
legal internacional y el compromiso compartido con la protección de los derechos
humanos se podrá garantizar un sistema de asilo justo y eficaz en el contexto
interamericano.

**Firma:**
[Nombre del representante legal de la República de Ecuador]
[Fecha]

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