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Para entender mejor el tema en cuestión, es vital empezar por definir varios conceptos

clave. Cuando hablamos de influencia positiva, nos referimos a la capacidad que algunas
personas tienen para dejar una huella beneficiosa en nuestras vidas. Esta influencia no solo
nos brinda el valor necesario para enfrentar las diversas situaciones que surgen a lo largo de
nuestra vida, sino que también implica ser una figura que escucha sin juzgar. Esta habilidad
de escucha activa y comprensiva es fundamental para nuestro desarrollo actual y futuro.

En nuestro entorno social, nos cruzamos con una variedad de personas, cada una con su
propia influencia sobre nosotros. Algunas personas tienen la habilidad de resaltar lo mejor
de nuestra personalidad y bienestar emocional. Sin embargo, otras pueden ejercer un
impacto negativo, a veces sin ser conscientes de ello, siendo conocidas como personas
tóxicas. Es aquí donde cobra importancia la figura de una "persona vitamina".

Según Rojas (2024), las personas vitamina son aquellas que nos hacen sentir valiosos, nos
brindan apoyo emocional y están siempre dispuestas a animarnos, incluso en los momentos
más difíciles. Confían en nosotros, nos escuchan con atención y se emocionan con nuestras
pequeñas victorias.

Estas personas destacan por su entusiasmo contagioso, su sentido del humor vibrante, una
autoestima sólida y una habilidad excepcional para escuchar activamente. Son individuos
resolutivos que viven el presente plenamente y tienen la capacidad de transformar
perspectivas negativas en positivas. A través de críticas constructivas, apoyan activamente
el desarrollo de otros, fortaleciéndolos en lugar de herirlos. No obstante, es importante
destacar que no todas las personas vitamina son iguales ni poseen todas estas
características.

En el contexto de estrategias efectivas, estas características se reflejan en la identificación y


establecimiento de prioridades, la toma de decisiones y la asignación de tareas. Esto
aumenta las posibilidades de alcanzar el éxito y cumplir con los objetivos propuestos. La
forma única de pensar de una persona vitamina puede influir de manera muy positiva,
potenciando nuestro rendimiento académico y social.

Además, el desarrollo de los estudiantes influenciados por una persona vitamina se ve


facilitado al contar con un modelo a seguir. Esto les ayuda a desarrollar habilidades
esenciales para la vida y su crecimiento académico. El desarrollo educativo, según Ríos
(2023), es un proceso complejo que abarca aspectos cognitivos, socioemocionales e
identitarios, todos interconectados y con un impacto significativo en el aprendizaje del
estudiante.

Es fundamental entender que estos aspectos del desarrollo están interconectados y se


afectan mutuamente. El progreso cognitivo puede influir en la capacidad del estudiante para
comprender y regular sus emociones. A su vez, el desarrollo socioemocional puede afectar
la motivación y el compromiso con el aprendizaje. El desarrollo de la identidad se refiere a
la comprensión profunda de quiénes somos, nuestros valores, creencias y metas en la vida.

Finalmente, es esencial reconocer que cada uno de estos aspectos juega un papel crucial en
nuestro crecimiento personal y académico. Es como un viaje de aprendizaje,
descubrimiento y relación con los demás, tanto en la escuela como con nuestros amigos.
Establecer metas y objetivos nos permite avanzar en este camino de mejora continua.
Alcanzado este punto, solo queda mejorar y aprovechar las habilidades adquiridas con el
apoyo y la presencia de una persona vitamina.

Crecer como personas implica esforzarnos por sacar lo mejor de nosotros mismos, mejorar
en lo que nos gusta y lograr nuestras metas y sueños. Aunque es un proceso continuo, con
la ayuda y guía de alguien que nos impulse, podemos alcanzar nuestro máximo potencial.

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