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Un pulso normal para un adulto sano en descanso oscila entre 60 y 100 pulsaciones por minuto.
Durante el sueño puede caer hasta las 40 pulsaciones y durante el ejercicio intenso puede subir
hasta las 200 pulsaciones. Normalmente, el pulso es más rápido en las personas más jóvenes. El
pulso en reposo para un bebé es tan alto o más como el de un adulto haciendo ejercicio intenso.
El pulso se palpa manualmente con los dedos índice y cordial, no se puede tomar con el dedo
pulgar ya que este tiene pulso propio. Una forma alternativa de encontrar el pulso es oír el latido
del corazón. Esto suele hacerse con un estetoscopio, pero también puede hacerse usando
cualquier cosa que transmita el sonido a los oídos, o presionando la oreja directamente sobre el
pecho.
aspectos:
En la práctica clínica, el pulso radial es el que más se palpa para identificar las características del
pulso. En algunos casos, especialmente si la presión arterial está baja, se recurre a buscar el latido
en otros pulsos, como el carotídeo o el femoral. No obstante, la apreciación de la intensidad del
pulso es inexacta y con un elevado grado de subjetividad, por lo que es más prudente constatar su
presencia o ausencia.