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Master Mind「 kth & jjk 」

Master Mind「 kth & jjk 」de txekuk


❛❛ No soporto que me mires con esos ojos, Taehyung. ¿Me tienes miedo? ❜❜

↳ Historia Original

↳ One Shot

↳ Temática Gore

↳ VKook & KookV


¡ A D V E R T E N C I A S !5

Temática Gore:3

▸ Muerte

▸ Tortura27

▸ Mutilación18

▸ Canibalismo99

▸ Violación81

One shot publicado originalmente para el concurso Crossing Words de


House of Vkook9

¡Leer bajo responsabilidad, contenido sensible!


I
por txekuk

Jungkook abrazó sus piernas con fuerza, refugiándose en su propio


cuerpo, escondiéndose. Escondiéndose de él, porque sabía que estaba
fuera, esperándolo.35

Llevaba días allí encerrado, ¿horas quizás? ¿Semanas? No lo sabía.6

Sólo sabía que su cuerpo estaba entumecido, que sus músculos dolían
de la postura tensa y rígida que había adoptado. De vez en cuando
estiraba alguna extremidad con lentitud, temiendo romperse. Temiendo
que lo escuchase moverse y entrase a buscarlo.

En la habitación no había nada que le marcase el tiempo, nada que le


diese señales de vida provenientes del exterior. Nada salvo los sonidos
que se colaban a través de la puerta y que ponían de punta el cabello
oscuro de la nuca de Jungkook.

Su cara sin rostro pero sonriente lo espiaba desde la oscuridad,


emergiendo de ella con sus blancos y relucientes dientes. Eran dientes
afilados, como colmillos, tan cortantes que de sólo mirarlos comenzarías
a desangrarte hasta la muerte. No lo veía, pero lo imaginaba
observándolo a través de las gruesas y acolchadas paredes. Lo
escuchaba arañar la puerta de vez en cuando como una jauría de perros
rabiosos, la superficie metálica temblaba violentamente ante la fuerza
con la que la golpeaba para entrar.36

Era un monstruo, eso era lo que era esa cosa. Jungkook lo sabía.

Esa criatura llevaba siguiéndolo desde que tenía memoria, no importaba


el sitio al que fuese. Incluso ahora en el hospital lo había perseguido.
Cuando Jungkook estaba solo escuchaba el sonido tenue y espeluznante
del ser reptando por el suelo y temía que pudiese atravesar la pequeña
rendija bajo la puerta y capturarlo. En el fondo escuchar el sonido de
fuera lo tranquilizaba, porque sabía que cuando dejase de escucharlo
significaría que lo había encontrado. O peor: que lo había atrapado. Y ya
no habría vuelta atrás, se apoderaría de él y robaría la voluntad de sus
acciones.3

Por esa misma razón Jungkook sintió escalofríos cuando escuchó los
sonidos cesar, el silencio invadiendo ahora la habitación y el exterior.4

De repente la puerta se abrió, chirriando, y entonces una persona entró


en la habitación en la que se encontraba acurrucado. La tenue luz del
pasillo hacía que su figura se viese borrosa, completamente negra y
eclipsada por la luminosidad. Jungkook mentiría si dijese que en ese
momento no deseó morir, temiendo que aquella cosa fuese la que venía
a buscarlo. Su sorpresa no pudo ser mayor al ver a la persona que se
adentró en el cuarto.

— ¿No quieres salir, Jungkook? —preguntó, mirándolo con confusión en


los ojos. Dio unos cuantos pasos, dejando la puerta abierta tras de sí y
acercándose al cuerpo tembloroso de Jungkook. Vestía una especie de
bata blanca que cubría su cuerpo hasta las rodillas, exactamente como la
que él llevaba puesta y como las que se usaban en el hospital. Parecía
un ángel que venía a rescatarlo.1

— T... —su boca casi se negó a hablar, quizás se le había olvidado cómo
hacerlo después de tanto tiempo confinado allí— ¿Tae?25
— Levántate, anda —Taehyung agarró su brazo y tiró hacia arriba de él,
sujetándolo para que se parase de pie— Es hora de que salgas. ¿No
estás cansado de estar aquí dentro encerrado?12

Jungkook sintió una espeluznante sensación cuando Taehyung lo tocó y


de un fuerte manotazo Jungkook apartó el tacto del mayor, comenzando
a respirar profundo, irregular y errático. Lo ignoró— ¿Por qué has
entrado aquí? ¡Está ahí fuera esperando, Taehyung! ¡Esa cosa está ahí
fuera esperando que salgamos! Puede oír mis pensamientos y sé que te
hará daño. Sabe que eres lo que más me importa.42

Taehyung no se inmutó ante sus palabras, permaneció impávido.

Jungkook podía oír el sonido dentro de su cabeza. Lo escuchaba


arrastrarse con un ritmo tortuosamente sosegado y reír entre dientes. No
tenía prisa porque podía sentir el miedo de Jungkook, podía olerlo y
saborearía hasta la última gota de ello. Su miedo lo guiaba hasta él.

De repente el sonido frenó. Y Jungkook supo que era demasiado tarde.9

Tan pronto como corrió en dirección a la pesada y robusta puerta para


cerrarla, vio la brillante sonrisa y los ojos centelleando con apetito
precipitarse hacia la sala. Se movía retorciéndose como una araña,
apoyándose en sus cuatro extremidades y escalando por cualquier
superficie que se interpusiese en su camino. Su cabeza estaba encajada
en una posición imposible, daba igual si estaba bocabajo o no, sus ojos
infernales no dejaban de mirarlo fijamente. Una mueca escalofriante
adornaba su rostro mientras trepaba como un insecto por las paredes y
el techo del oscuro pasillo.76

Cuando quiso darse cuenta la entrada se cerró de nuevo con un


atronador portazo.
Los había encontrado.

Jungkook. Despierta.

Jungkook abrió los ojos, cerrándolos al instante en cuanto la intensa luz


blanca lo cegó.8

Lo intentó de nuevo; esta vez el movimiento de sus párpados fue lento,


pausado ya que éstos se sentían indescriptiblemente pesados. Miró a su
alrededor algo desorientado, desconcertándose al encontrarse a sí
mismo entre paredes blancas y brillantes. Paredes impolutas, cubiertas
de un tono hueso impecable, sin la más mínima mancha en la superficie.1

La sala en la que se hallaba estaba oscura y en ella reinaba un silencio


sepulcral, únicamente podía escuchar su respiración y el sonido de su
propia sangre corriendo por sus venas. Lo cierto es que la única
iluminación provenía del gran foco sobre su cuerpo, aquel foco que lo
cegaba y provocaba que frunciese el ceño en busca de aislarse de la
tremenda luz.

Hizo entonces amago de levantarse. No pudo.

Incorporó su cabeza y miró su cuerpo, preguntándose cuál era la razón


por la que éste se negaba a obedecer sus órdenes. Sintió en ese
momento una presión abrumadora alrededor de sus extremidades y
cuando agudizó la vista vio que estaba completamente atado. Largas
tiras del mismo color blanco recorriendo la camilla en la que se
encontraba tumbado de un lado al otro, tensándose a su alrededor,
oprimiéndolo de la forma más asfixiante.3
¿Cómo había llegado allí?2

Jungkook volvió a observar la sala, esta vez prestando más atención.


Sus ojos casi de forma involuntaria se posaron en un par de carritos
metálicos con ruedas, situados justo al lado del cabecero de la camilla.1

Pronto comenzará. Está aquí.9

Instantáneamente sus manos comenzaron a sudar y su garganta se


secó. Su cuerpo reaccionó inevitablemente ante la enorme y terrorífica
cantidad de instrumentos sobre la bandeja metálica. Jungkook no había
sido torturado con anterioridad, pero estaba cien por cien seguro de que
todo ese material era cualquier cosa menos inofensivo.40

De un momento a otro la camilla en la que se encontraba comenzó a


moverse y a colocarse en posición vertical, los engranajes haciendo eco
por la habitación. Tan pronto como frenó la maquinaria un cuerpo salió
de la oscuridad que lo rodeaba con un violento empujón, cayendo inmóvil
frente a él.

Jungkook no invirtió demasiado tiempo antes de que sus ojos lo


identificasen. Taehyung. Taehyung era quien estaba frente a él tendido
sobre el frío suelo.

— ¡Tae! ¡Taehyung! ¿Taehyung, me escuchas? —Jungkook comenzó a


balancearse de un lado al otro sintiendo cómo se asfixiaba ante el
movimiento. Eso no le hizo parar— ¡Maldita sea, Taehyung!
¡Respóndeme!20

Y antes de que éste pudiese siquiera moverse, una mano con dedos
afilados, esqueléticos y huesudos agarró el cabello de la nuca de
Taehyung y tiró con brusquedad de él, levantándolo y mostrando su
rostro en dirección a Jungkook. El mayor tenía prácticamente sus ojos en
blanco y un tono amarillento recorriendo su piel, marcando sus venas
azules verdosas aún más.

— Míralo ahora porque pronto estará irreconocible.88

El dueño de los dedos cadavéricos se mostró frente a él, agachando su


rostro hasta la altura del de Taehyung. No tenía rasgos definidos. Las
cuencas donde deberían estar los ojos eran oscuras y profundas y
Jungkook creyó ver gusanos y pequeños insectos moviéndose en su
interior, correteando de un lado al otro. Si pudiese comparar esa cosa
que tenía delante con algo, apostaría por una gran marioneta, una
marioneta con una sonrisa escalofriante tatuada en su rostro, torcida y
que recorría la piel de un lado al otro, alargada en una mueca. Sus
movimientos no eran fluidos, más como encajándose en posturas y
fijando sus articulaciones mientras tiraba el cuerpo débil de Taehyung al
suelo y se aproximaba como un títere hacia los carritos metálicos.33

De repente y de forma totalmente inesperada la criatura habla, su voz es


aguda y estridente y sus palabras no son claras, más bien
distorsionadas.

— Quiero matarlo cuanto antes. Es lo que él quiere. Sabe que sólo uno
de los dos puede vivir —su boca emite sonidos, pero no se mueve con la
fluidez con la que lo haría una humana. Simplemente se abre y cierra
como si su mandíbula estuviese fija, sus labios están estáticos—
Podemos jugar antes. A él le gusta jugar y revolcarse en la sangre
cuando todavía está caliente. Los gritos son como música para sus
oídos, lo calman. Cuanta más desesperación mejor. Eso lo excita.45

El ser macabro se para frente al carro metálico y empieza a agitarse


violentamente en espasmos con anticipación. Entonces toma con sus
afilados dedos unas tijeras enormes como las que se usan para podar y
recortar las plantas.20

— Nos gustan los gritos, pero odio que me llamen monstruo. Siempre lo
he odiado. Él también lo odia y él nos llamó monstruo —su cuello
empieza a convulsionar y parpadea rápido, sin coordinar ambos
párpados y provocando un violento tic.46

Se mueve como un títere hacia el cuerpo de Taehyung tendido boca


abajo sobre el suelo. Jungkook sabe que todavía está vivo porque su
espalda se mueve de arriba a abajo, lento, pero lo hace.

— ¡Tócale un pelo y te arrepentirás! —exclama Jungkook removiéndose,


a lo que la criatura frena. Su cabeza gira lentamente para mirarlo en un
movimiento casi robótico y mecánico.8

— No... ¿No quieres que lo toque? —pregunta en un susurro que suena


más a una afirmación molesta, llena de incredulidad— Sé que quieres.
Lo deseas. Tú también lo sabes. Si no lo matas él te matará a ti, ¿no lo
entiendes? Lo hago por ti, para que te dejen en paz —su cuenca derecha
vuelve a contraerse en un tic y su cuello a convulsionar.51

El ser hace oídos sordos a las advertencias de Jungkook y con una


patada seca da la vuelta al cuerpo de Taehyung que anteriormente se
había encontrado boca abajo. Se sienta sin delicadeza sobre su cuerpo
haciendo que Taehyung tosa violentamente. De nuevo coge un puñado
de pelo entre sus manos cadavéricas, esta vez casi acariciándolo, y
entonces se agacha hasta quedar a pocos centímetros de su rostro.

— Saca la lengua, Taehyung. Puedo soportar que otros me llamen


monstruo. Pero no tú. Tú no —susurra pasando su pulgar por la mejilla
rosada.71
— Eres... —intenta incorporarse— Eres un monstruo... —Taehyung hace
amago de decir algo más pero entonces parece atragantarse con su
propia saliva.

La criatura se pone nerviosa y se crispa ante sus palabras despectivas.


Comienza a mover sus extremidades sin coordinación alguna en
espasmos. Está molesto, pero intenta calmarse.

— Tae, saca la lengua. Hazlo por mí, ¿sí? —susurra de nuevo más cerca
aún si es posible del rostro de Taehyung. Su voz aguda y molesta parece
que ha cambiado ligeramente, Jungkook percibe ahora un tono
aterciopelado que jamás pensó escuchar.6

Taehyung se remueve debajo de él sin mucha fuerza, pero parece


reconocer la voz y querer ir en su busca. Se encuentra desorientado, sin
saber qué ocurre muy bien exactamente, pero finalmente cede y obedece
ante la familiaridad de la voz. Tan pronto como su lengua sale de sus
labios el ser tira de ella con violencia y en un rápido movimiento corta el
trozo de carne con las tijeras y se levanta para ver mejor la escena.137

El mayor comienza a dar alaridos de dolor y a escupir sangre hacia el


suelo. Cae sobre éste y se hace un ovillo, teniendo arcadas y
comenzando a vomitar. No sale nada de comida, sólo jugos gástricos
mezclados con su propia sangre dejando un sabor repulsivo y metálico
en su boca que lo obliga a seguir convulsionando.1

Jungkook está helado, helado observando cómo Taehyung llora y emite


sonidos ininteligibles desgarrando su garganta con angustia. Sus ojos no
pueden apartarse del trozo sangriento de carne que ha caído al suelo
con un sonido sordo. Sus pupilas vibran dentro de sus ojos, y comienza a
sentir un sudor frío que le inmoviliza todo el cuerpo.28
El ser sonríe, como si fuese posible que en su rostro se dibujase una
sonrisa aún más alargada. No tiene ojos, pero parece estar disfrutando
de la vista que tiene frente a él porque su cuerpo da espasmos de
excitación ante la macabra imagen de Taehyung vomitando sangre sobre
el suelo sin fuerzas ni aliento, junto a su lengua cortada.11

— No creo poder soportar esta hermosa vista, siento cada fibra de mi


cuerpo temblar —gime mientras el tic vuelve a instalarse con violencia en
su rostro— Eres tan hermoso, Taehyung. La buena noticia para ti es que
pronto estarás muerto.52

Jungkook quiere hablar, gritar. Pero no puede, es como si hablase pero


su boca no emitiese sonido alguno. Siente sus ojos arder y su estómago
revolverse ante la imagen asquerosa de Taehyung sobre el suelo,
desgarrando su garganta.7

— ¡Sigamos! —exclama la criatura con emoción mientras su cuerpo se


agacha con violentas sacudidas hasta Taehyung. Una vez más toma su
nuca con brusquedad y eleva su rostro— Sabía que estarías precioso
cubierto de carmín, tienes una piel hermosa y pálida, Taehyung —
susurra introduciendo un par de sus dedos esqueléticos en la boca del
mayor. Éste da una pequeña arcada antes de que los dedos salgan de
su cavidad, y entonces lentamente pasa las yemas por la mejilla de
Taehyung, sus cuencas vacías abriéndose maravilladas— Es el tono
perfecto —dice embelesado— No puedo esperar a ver tu cuerpo entero
pintado. Eres la obra de arte más espectacular que jamás veré. Quiero
devolverte el favor.13

Taehyung mira con ojos atemorizados a la criatura frente a él, tiene sus
cejas fruncidas y temblando al igual que sus labios, apretados en una
fina línea. No para de llorar e hipar, de vez en cuando tosiendo. Ya no
puede hablar ni articular palabra pero eso sobra, su expresión no podría
reflejar más el profundo terror que siente. Los colores vibrantes de sus
ojos moviéndose vertiginosos en sus cuencas, sin parpadear.2

— No soporto que me mires con esos ojos, Taehyung —susurra con


tristeza— ¿Me tienes miedo? —no responde, continúa temblando como
un perrito mojado y llorando desconsoladamente, probablemente por el
intenso dolor y la sensación de vacío dentro de su boca— Yo te quiero
Taehyung, más que a nada. Pero si vas a mirarme con esos ojos llenos
de miedo... Entonces prefiero que no me mires.84

El ser se apodera de la boca de Taehyung de repente, besándolo con


ansia de una manera que da náuseas a Jungkook. Taehyung ahoga un
grito y cuando el monstruo por fin se separa, con restos de sangre y
vómito ahora por su rostro desfigurado, mete sus alargados dedos en la
cuenca izquierda de Taehyung mientras lo sujeta con fuerza para que no
se mueva. Sus dedos huesudos como pinzas se cuelan entre el párpado
superior y el párpado inferior y agarran el contenido de éste, tirando de
forma dolorosamente lenta del ojo que hay en el interior.142

Taehyung emite de nuevo un chillido desgarrador y Jungkook aparta la


mirada sintiendo que el cualquier momento echará lo que sea que tenga
su estómago. Su pecho se mueve errático y sus uñas raspan con
violencia la superficie sobre la que se encuentra atado. Es tal la fuerza
que hace que siente que un par de sus uñas se han partido, un líquido
caliente comienza a brotar de sus dedos. No se queja, no puede hacerlo.
No cuando hay otra persona sufriendo infinitamente más.

Sigue escuchando de fondo la desesperación de Taehyung y siente que


su alma se parte. Se siente impotente, inútil.
— Mierda, hay un nervio aquí que no me deja sacarlo —Jungkook mira
para ver qué está ocurriendo y entonces se reprende mentalmente por
morboso. Ve a la criatura acercarse al ojo de Taehyung, ya fuera de su
cuenca pero todavía sujeto a ésta por un nervio y algún que otro vaso
sanguíneo. Abre la boca y deja ver sus afilados colmillos y dientes como
cuchillas. Comienza a mordisquear las venas y el nervio como si fuese
un mísero hilo, de esos que a veces se deshilachan de las prendas de
ropa. Los vasos sanguíneos revientan y un hilillo de sangre comienza a
deslizarse por la comisura del ser.102

Taehyung cae al suelo con ambos ojos cerrados con fuerza, tapándolos
con sus manos. Jungkook observa que ahora su párpado izquierdo se
hunde hacia dentro ante el vacío de la cuenca manchada. Se retuerce de
dolor en el suelo mientras la criatura saca su lengua y lame el ojo que ha
sacado, limpiando los restos de carmín. Lo eleva poniéndolo en frente de
la luz, observando a través de éste.17

— Siempre he querido probarte de todas las formas posibles. Nunca he


podido tener suficiente de ti, Taehyung. Sin embargo, no me dejaste. Me
despreciaste, yo que te di lo mejor —dicho esto lleva el ojo a su boca y
da un mordisco con las cuchillas de su boca. Jungkook ve un líquido
entre blanquecino y transparente cayendo por su mano y posteriormente
sobre el suelo manchado de rojo. Supone que es el humor que hay
dentro de los ojos, el líquido de su interior y de nuevo siente violentas
arcadas surgir como oleadas de su estómago y garganta. Arcadas al
imaginar la textura del ojo de Taehyung en su propia boca.59

— Apuesto a que tu carne sabe mejor, esto está un poco insípido —dice,
escupiendo parte del ojo que acaba de probar con molestia. Da una
patada con fuerza al cuerpo de Taehyung, dejándolo boca arriba en el
suelo. Se dirige con su movimiento mecánico y espástico característico
hasta uno de los carritos y coge una tubería con la punta realmente
filosa.43

Se sienta sobre el cuerpo de Taehyung y asegura con sus manos


cadavéricas los hombros ajenos contra el suelo, sujetando la tubería con
los dientes empapados de rojo de su boca. Toma la tubería entonces y la
clava de un estacazo seco en el hombro derecho de Taehyung,
dejándolo clavado en el suelo para que evite moverse.7

Su ropa blanca comienza a teñirse de rojo, el color empezando a


extenderse por la tela y por el suelo mientras Taehyung llora y tose más
sangre. Parece que en cualquier momento podría atragantarse con ella
por lo que gira su cabeza en dirección a Jungkook y sigue
desangrándose frente a sus ojos.5

Jungkook no puede más y de repente comienza a tener arcadas que


hacen que su cuerpo entero tiemble y convulsione. No expulsa nada,
simplemente siente sus ojos arder aún más, volverse vidriosos, y saliva
cayendo por la comisura de sus labios, todos los fluidos mezclándose en
su rostro.

— Me encantan tus manos, Taehyung. Siempre me han encantado. Su


aspecto, su tacto, la forma en la que me acariciabas con ellas —habla la
criatura, más para sí mismo que para Taehyung que está demasiado
ocupado intentando sobrevivir— Quiero un recuerdo de ellas. Algo que
siempre pueda llevar conmigo.65

El ser coge un cuchillo enorme y lo eleva, mirándolo con entusiasmo,


Jungkook ve el filo relucir en sus huesudas manos y tiembla. La criatura
parece realmente emocionada y sin perder mucho tiempo más se acerca
a Taehyung.

— ¡Para! —Jungkook desgarra su garganta.13

Y entonces eleva el cuchillo de carnicero en el aire y lo deja caer con


fuerza sobre la muñeca derecha de Taehyung, separando la mano del
antebrazo. Instantáneamente el mayor comienza a chillar y sollozar,
todavía con más intensidad y una cascada roja brota con violencia de su
extremidad.63

Jungkook mira con horror la parte de carne que anteriormente pertenecía


al cuerpo de Taehyung. Ve el hueso blanquecino en la parte central de la
base y carne rojiza y sangrienta rodearlo. El ser da una patada a la mano
de Taehyung y hace que ésta termine justo frente a Jungkook. Vuelve a
dirigirse hacia el carrito metálico mientras Jungkook se ve incapaz de
dejar de mirar la extremidad sangrienta a sus pies. Jura que todavía
puede ver los dedos de Taehyung moverse con la elegancia con la que
solían hacerlo. Jungkook se marea al sentir que la sala está comenzando
a saturarse con un hedor metálico y nauseabundo.

Levanta la cabeza en busca de la marioneta gigante y ahoga un grito


cuando se la encuentra a milímetros de su rostro al alzarlo.

— Espero que me quede bien —dice con una enorme sonrisa mientras
todavía sujeta el cuchillo con su hoja empapada de sangre en las manos
blanquecinas— Si no, tienes mi permiso para castigarme.11

En un movimiento visto y no visto la criatura clava la hoja del gran


cuchillo sobre su muñeca derecha y al ver que es incapaz de partirla
ejerce presión con su otra mano. Suena entonces un fuerte crujido, el
hueso partiéndose y Jungkook observando aterrorizado como su propia
mano cae sobre el charco de sangre de Taehyung con un sonido seco,
salpicando sus piernas de sangre brillante.22

Grita con todas sus fuerzas sintiendo un dolor agudo en la zona, pero sin
embargo no sale ningún sonido de sus labios. Sus ojos arden y empieza
a lloriquear desconsolado. Mira a Taehyung entre lágrimas y ve que su
piel está empezando a adoptar un tono pálido y amoratado.2

— Taehyung... —su voz sale por fin después de tanto chillar, rota y débil.
Siente su rostro mojado, su pecho partiéndose ante la imagen patética de
Taehyung convulsionando sobre el charco rojizo de forma agonizante.
Sigue clavado en el suelo y la macabra imagen le recuerda a un pez
fuera del agua, luchando por la ultima bocanada de oxígeno para vivir—
Lo siento Taehyung.21

Jungkook está demasiado ocupado viendo como la vida se escapa del


cuerpo del mayor poco a poco, él sin poder evitarlo. Pero entonces siente
que algo raro está pasando.

— ¿Qué haces? —exclama Jungkook cuando ve que la criatura ha


cogido la mano de Taehyung y pretende sustituirla por la suya propia.
Jungkook intenta moverse, balancearse e impedirlo, pero su cuerpo es
como un bloque pesado de hormigón o un cacho de carne muerta: no se
mueve. Comienza a coser la mano de Taehyung a la extremidad derecha
de Jungkook y éste tiembla de horror.14

El ser se aleja y observa su obra de arte con excitación— Ahora


Taehyung siempre te acompañará, Jungkook. No podrás mover la mano,
pero la verás todos los días. Espero que no se pudra rápido —se gira en
busca de alguna otra herramienta, bastante conforme con el resultado.49
Los ojos de Jungkook rezuman terror al ver la mano lívida de Taehyung
colgando rígida de su extremidad. Sus uñas entre amarillentas y
violáceas y la carne ya algo fría pero todavía sangrienta por la base. Está
cosida de mala manera y Jungkook ve que en cualquier momento el fino
hilo cederá ante el peso muerto. Duele, duele mucho, pero hay algo que
soporta aún peor que el dolor.

Le da asco. Es asqueroso y le revuelve el estómago.13

Cuando el cuerpo de Taehyung deja de moverse y de luchar por la vida,


la criatura se acerca al carrito de nuevo tomando en sus manos un hacha
enorme y apoyándola en su hombro. Jungkook quiere morirse, él merece
morir, no Taehyung. Él no lo merecía, nunca.

El ser mira a Taehyung con un ápice de decepción en su rostro borroso


cuando se gira.

— Ha durado mucho menos de lo que esperaba. Apenas había


empezado —dice molesto, contrayendo sus ojos descoordinados en el tic
nervioso que tantas veces hace— Creía que me quería. Creía que
aguantaría por mí.35

Entonces la criatura parece realmente enfadada y comienza a asestar


con violencia hachazo tras hachazo en el cuerpo sin vida de Taehyung.
Primero deja caer la afilada y reluciente hoja sobre su níveo cuello y
cuando se encuentra con su columna vertebral frenando la hoja, posa su
pie sobre ésta para ejercer aún más presión. Suena un crujido y
entonces el suelo y las paredes se cubren de sangre. Con una patada
aparta la cabeza de Taehyung del resto del cuerpo y entonces se agacha
tirando el hacha a un lado. Comienza a quitar la ropa al cuerpo
decapitado de Taehyung. Cuando está desnudo frente a él pasa sus
manos cadavéricas y pálidas por la piel, ahora del mismo tono enfermo
que el suyo. Pasa sus yemas afiladas por su torso de arriba a abajo,
lentamente, roza su miembro y después recorre sus alargadas y
perfectas piernas. Esas que tanto le habían gustado a Jungkook.89

Una descarga eléctrica alcanza la entrepierna de Jungkook ante la


imagen y éste siente asco de sí mismo, partiéndose otro par de sus uñas
como castigo. Ejerce presión sobre la superficie vertical que lo sostiene y
las siente reventar con un crujido dando paso a un escozor molesto.19

Con la técnica perfecta del forense más experimentado el ser macabro


frente a él desliza la hoja del hacha como si se tratase de un cuchillo
carnicero, haciendo una abertura desde la altura de sus clavículas hasta
su estómago bajo. Mete las manos entre las vísceras de Taehyung.16

— Ohh —gime extasiado dando espasmos con su cuello y hombros—


Todavía está caliente.20

— Estás enfermo —Jungkook llora con la voz rota y apagada. La


desesperación ya lo ha carcomido desde lo más hondo resignándose a
aguantar hasta que llegue su final.6

— ¿Quién es el enfermo aquí? —pregunta con un tono agudo inclinando


su cabeza y entonces comienza a reír sin control con una carcajada
distorsionada y estrepitosa.41

Mete sus manos entre los interiores de Taehyung aún más profundo,
rebuscando algo, y de repente empieza a sacar las vísceras de su
interior, dejándolo vacío, cortando aquellas que se niegan a salir.

— Yo no estoy enfermo —susurra— No estoy enfermo, no estoy


enfermo, no estoy enfermo —repite mientras tritura todo lo que había en
el interior de Taehyung, haciendo una pasta entre rojiza y marrón que
luego toma con sus manos y lleva a su boca— Ahh, —gime excitado
mientras echa la cabeza hacia atrás— Me moría por probarlo así, llevaba
tanto tiempo queriendo hacerlo. Él nunca me dejó hacerlo, no me quería
lo suficiente.62

Como si realmente se tratase de una marioneta se levanta del suelo,


algún tipo de macabro titiritero controlando sus hilos. Coge el hacha y la
eleva de nuevo para dejarla caer sobre el cuerpo de Taehyung. Lo corta
en pedazos por las articulaciones: muñecas, codos, hombros, cintura,
rodillas, tobillos. La sangre saltando sobre las paredes que en un
principio habían estado impolutas.5

Jungkook quiere apartar los ojos pero por alguna razón no puede dejar
de mirar. El sonido característico de la carne y el hedor de la habitación
abrumando sus sentidos.2

El ser frente a él coge una de las piernas de Taehyung, de la rodilla a la


pelvis y muerde en la zona del muslo— Siempre me han encantado sus
muslos, el movimiento de sus músculos cuando caminaba, cuando se
entregaba a mí en cuerpo y alma. El sabor le hace justicia.37

Jungkook escucha el sonido similar al de un chicle provenir de su boca


deformada, el sonido de la carne cruda y sangrienta siendo masticada
por él y luego tragada con dificultad debido a la textura grumosa.14

Come y come, dejando únicamente un poco de músculo pegado al hueso


todavía, los tendones son escupidos al suelo, dice que no le gustan, que
no son tan suaves como el resto de partes.12

Jungkook observa con atención la cabeza de Taehyung que le está


dando la nuca, mirando hacia la pared opuesta. Ve su cuello cortado y
aprecia con todo lujo de detalles el inicio del esófago y su columna
vertebral, el esófago en el centro rodeado por carne blanda ahora con un
tono pálido y amarillento y la columna más en la periferia, cercana a la
nuca.

Jungkook se echa a llorar desconsoladamente, mirando hacia sus


piernas y sintiendo el líquido caliente que siempre había recorrido las
venas de Taehyung mojar los dedos de sus pies. Intenta subirlas,
temblando y sintiendo las tiras oprimir su cuerpo, su torso e impidiéndole
respirar.

— ¿Por qué lloras, Jungkook? —pregunta dejando de comer y tomando


de nuevo el hacha entre sus finos dedos, levantándose— Yo intento
salvarte pero tú no haces más que encerrarme aquí. Él quería hacerte
daño.10

— No sabes lo que dices —habla Jungkook entre sollozos— Estás


enfermo.

— ¿Quién es el enfermo aquí? ¿Eh? ¿Quién? —comienza a gritar sin


control mientras deja caer el hacha una y otra vez sobre el cuerpo vacío
de Taehyung— ¿Quién? ¿Yo? ¿Acaso soy yo? —vocifera incrédulo—
¡Imposible!14

De repente frena, lanzando el hacha a una esquina lejos en un


movimiento seco, ésta golpeando la pared con un sonido metálico.

El cuerpo de Taehyung yace irreconocible sobre el suelo. Lo único que


todavía da un indicio de que es él es su cabeza intacta.4

— Eres un ingenuo. Ingenuo por creer que podías hacer esto sin mí. No
querías dejarme salir, ¿no querías que saliese verdad? ¡Querías
divertirte solo, sin mí! —grita cogiendo la tubería afilada con la que
anteriormente había apuñalado a Taehyung y sacándola con un tirón de
su cuerpo inerte. Jungkook observa el gran agujero que deja el vacío de
la tubería en la piel.5

Con sus pies lívidos acerca el cráneo de Taehyung y en un golpe visto y


no visto presiona la tubería contra su nuca provocando que la punta
salga por la boca. Había partido su cráneo sin esfuerzo alguno, perforado
la parte trasera como si fuese un muñeco de trapo.

— Quiero que lo mires, que veas lo bello que es —murmura mientras se


acerca a él despacio y Jungkook tiembla ante la escena— Que veas la
obra de arte que he hecho para ti. Por ti.22

Dicho esto clava la tubería en el estómago de Jungkook y las náuseas


vuelven a su boca cuando ve a Taehyung clavado en su cuerpo. Su
mandíbula está colgando de forma macabra mientras una cascada de
sangre brota de sus labios lentamente. El único ojo que todavía
permanece en su cuenca lo observa fijo, inyectado en sangre mientras
que el otro párpado se hunde hacia dentro dejando hilillos de sangre
deslizarse por sus mejillas. Puede ver su pelo apelmazado en mechones
rojizos por la nuca, su cráneo hundido y partido por la parte de atrás y
esa imagen lo hace agitarse violentamente en la superficie que lo
sujeta.12

Está teniendo un ataque de ansiedad. No puede respirar.

— Yo no soy el que está enfermo aquí —escucha a la criatura de nuevo,


apreciando que poco a poco su voz va cambiando y tornándose en algo
que le resulta familiar. Está escribiendo en la pared frente a él con las
vísceras que trituró de Taehyung. La sangre se vuelve reseca rápido y
algunos trozos quedan pegados en la superficie mientras que otros caen
al suelo— El enfermo aquí eres tú, Jungkook.6
Fuiste tú, lee.4

— ¿Quién es el loco ahora, Jungkook? —dice con diversión— Después


de todo yo soy tú. Y tú eres yo.86

Y entonces reconoce esa voz, porque es imposible no hacerlo.

¿Cómo no iba a reconocer esa voz cuando era la suya propia?4

El ser que ha matado y destrozado a Taehyung delante de sus ojos se


gira y le da la cara. Y Jungkook siente que se congela cuando los rasgos
que durante todo el tiempo habían estado desfigurados y borrosos
cobran forma, ordenándose y dibujando el rostro que Jungkook tantas
veces ha visto en el espejo. El suyo.17

Jungkook parpadea y en ese simple movimiento la criatura desaparece


de la habitación. En un abrir y cerrar de ojos todas las paredes se cubren
de pintadas de sangre reseca llenando la sala de un olor metálico y
hediondo realmente desagradable. Jungkook lee las paredes sintiendo
que cada vez se acercan más a él y que lo asfixian.

Monstruo.

Le hiciste daño.

Enfermo.

Caníbal.

Lo violaste.35

Te quería.10

Jungkook siente sus ojos arder y entonces mira la cabeza de Taehyung


todavía reposando sobre su estómago, clavada. Él no sangra a pesar de
estar atravesado por la tubería oxidada.2
— Yo te quería, Jungkook —la mandíbula encajada de Taehyung se
mueve aún con la tubería saliendo por su boca. Su único ojo
observándolo a pesar de ahora estar opaco y grisáceo— Te quería.
Dijiste que saldríamos de esta juntos, que cuidarías de mí.51

Jungkook da una gran bocanada de aire aterrorizado y entonces, de


repente las voces dejan de torturar su cabeza, de gritar y amortiguar sus
pensamientos.

Por fin paz.1


Taehyung arrastraba el cuerpo extrañamente liviano con ambas manos,
dejando un rastro entre marrón y rojizo sobre la madera. Vacío pesaba
mucho menos. Era más fácil de mover, de manipular.103

Había sido sencillo matarlo, casi divertido. Sin duda lo había disfrutado.
Sobre todo, después de recordar lo que Jungkook le había hecho.101

Aquella noche. Aquella noche le dijo que lo trataría con cariño, que no
tenía de qué preocuparse porque le haría el amor. Sin embargo, no fue
así. Jungkook se apoderó de su cuerpo de una forma que no había
experimentado antes. Lo embistió con fuerza, hizo que sangrara y que se
quedase inconsciente, le hizo heridas demasiado graves y peligrosas
para una primera vez. Lo mordió llevándose parte de su carne y
Taehyung quedó aterrorizado por esa faceta que desconocía de
Jungkook.16

Lo violó, sí.3

Lo usó sin refreno, se desfogó con él y después lo abandonó diciendo


que con él corría peligro.

Cuando ocurrió ese fatídico suceso Jungkook no había sido el Jungkook


del que se enamoró y desde esa noche Taehyung no paraba de sentir la
presencia de Jungkook acechándolo como una bestia. Intentaba dormir
pero la figura en la esquina de su habitación no lo dejaba, sonriendo y
mostrando sus afilados dientes.

No te duermas Taehyung. Si lo haces te morderá, te destrozará. Te hará


daño.

Eres tú o él, Taehyung.18


Taehyung lo quería. Pero ya no sabía discernir si era amor u obsesión lo
que Jungkook sentía por él. No sabía discernir si era un amor tierno y
dulce en el que Taehyung intentaba ayudarlo o si la compañía y
presencia de Jungkook eran tóxicas para él.11

Por eso lo mató.2

El plan era que fuese un proceso rápido, por ejemplo, rajarle la garganta
y ver cómo se desangraba a sus pies, suplicando por su ayuda de nuevo
como siempre hacía. Pero una vez que lo tuvo delante de él, atado y
vulnerable, todo se torció.

Esta vez fue Taehyung quien lo hizo sufrir, quien lo hizo pagar por todo el
sufrimiento que le había causado y las noches en vela que había pasado.
Fue él quien lo embistió con fuerza hasta que perdió el conocimiento y
quien probó su piel, su carne, asqueándose ante la textura fibrosa.37

Fue fácil, tanto como poner unas hierbas que provocaban somnolencia
en su té y desnudarlo. Una vez estuvo dormido como un tronco lo llevó al
pequeño almacén que había alquilado a nombre de Jungkook. Pensó
encubrirlo con un suicidio. Pero de nuevo, se torció.

Empezaron a discutir y Jungkook estaba raro, más raro que nunca.


Hablaba sólo, sin responder a las preguntas que Taehyung hacía.

Tócale un pelo y te arrepentirás, decía35

Quiero matarlo cuanto antes. Es lo que él quiere. Sabe que sólo uno de
los dos puede vivir, murmuraba después.

¿Hablaba de él acaso?2

No lo sabía, pero no paró. Taehyung le echó en cara todo lo que había


hecho —escuchase Jungkook o no—, y por un momento Jungkook se
mostró arrepentido y pidió perdón un número excesivo de veces,
echándose a llorar.

Taehyung pensó perdonarlo, pero no podía olvidar. Simplemente no


podía.

Por si fuera poco, en ese momento Jungkook empezó a gritar y


convulsionar y entonces una persona completamente distinta comenzó a
hablarle. Un Jungkook arrogante y agresivo con cada palabra que
escupía. Lo llamó débil, le dijo que disfrutó destrozándolo aquella noche
y haciéndolo llorar, viendo cómo sangraba. Que lo repetiría de nuevo en
cuanto lo soltase.14

Tengo trastorno de identidad disociativo, dijo Jungkook entonces,


regodeándose.46

Y ahí fue donde Taehyung perdió los papeles, donde, de nuevo, todo se
torció.

Cortó la lengua de Jungkook, manchándose su ropa. Sólo quería que se


callase, que dejase de decir mentiras. Era un mentiroso asqueroso. Y
cuando experimentó una excitante descarga eléctrica viajar por su
columna al ver la carne caer al suelo supo entonces que no podía parar
ahí. Se vengó, se recreó haciéndolo llorar y observando con superioridad
cómo le suplicaba sin emitir palabras claras, solo con su mirada. Partió
sus piernas y lo arrastró por el suelo hacia el puerto que había saliendo
de los almacenes, donde los barcos reposaban sobre el agua en calma.36

Jungkook gritaba y clavaba las uñas en los tablones de madera,


desesperado y haciendo que algunas se partiesen o en su defecto se
colasen astillas debajo. Emitía sonidos ininteligibles con su garganta,
desgarrándose las cuerdas vocales. Pero Taehyung simplemente no
podía parar.9

— Fuiste tú, Jungkook. Me obligaste a hacerlo. No es culpa mía, yo no


estoy loco, fuiste tú quien me empujó a tomar medidas desesperadas —
susurra Taehyung ensimismado en sus pensamientos, atropellando sus
palabras mientras arrastra a Jungkook por sus piernas partidas y éste
balbucea a gritos asustado.3

Taehyung lo ató en el muelle. Le sacó un ojo, viendo cómo se retorcía de


dolor y riendo ante su patetismo, lo clavó al suelo con una tubería
oxidada y aun así Jungkook seguía gruñendo incoherencias mientras se
desangraba frente a él.2

Taehyung estaba ordenando el material que usaría para su gran final


cuando de repente se heló ante las palabras agonizantes que salieron de
los labios amoratados de Jungkook. Palabras claras que lo dejaron de
piedra ante el pensamiento de que era imposible que Jungkook hablase
con la lengua cortada.

— Taehyung... —su voz sale rota, en un susurro y Taehyung se reprime


mentalmente por débil, por paranoico, por imaginarse esas palabras que
quiere oír y por empezar a llorar ante el Jungkook patético y
agonizante— Lo siento Taehyung.11

Después de todo lo que le había hecho pasar no se merecía su perdón y


lo cierto es que oír esas palabras imaginarias enfurece más a Taehyung.
Quiere que se calle.

— ¡Ahora no me sirve que me digas eso! ¡Tenías que demostrarlo,


gilipollas! ¡Ya es tarde para ti! —Taehyung exclama mientras ríe.20
Con una gran hacha que tenía preparada corta la cabeza de Jungkook
con dificultad, su pulso tiembla cuando ve que parece que los ojos de
Jungkook saldrán de sus cuencas. Coge la cabeza sin delicadeza por el
pelo, dejando que chorree sangre sobre la madera, y la clava en un ancla
que encuentra de casualidad, el extremo perforando con facilidad su
nuca y saliendo por su boca casi como si lo vomitase.17

Hacía un rato atrás había practicado con un par de cadáveres de cerdo,


abriéndolos y vaciándolos. Y decidió que era hora de probarlo en carne
humana, en la carne de Jungkook. Carne que merecía ser castigada por
sus pecados.18

Lo vació y trituró las vísceras de su interior. Se tentó y las probó, por


alguna razón que no supo identificar se excitó ante el sabor y lo hermoso
que se veía Jungkook. Por fin callado y sin contradicciones en sus
palabras, en su comportamiento.

Tengo trastorno de identidad disociativo, las palabras resonaron de


nuevo en su cabeza haciéndolo enfadar más.6

Partió después el cuerpo por las articulaciones. El único ojo que todavía
se encontraba en la cuenca lo miraba fijamente, juzgándolo con su
opacidad grisácea y amarillenta.1

Taehyung solo quería terminar e irse a casa. Amontonó los trozos de


carne, todos menos la cabeza de Jungkook, y roció gasolina por encima.
Después cogió una cerilla de la caja que había llevado durante todo el
tiempo en el bolsillo y la lanzó sobre la pila sangrienta viendo cómo
empezaba a arder con una hermosa llama anaranjada.20

El fuego se reflejaba en el agua del puerto y cuando vio por fin la carne
ardiendo supo que todo había terminado. Se sentó sobre unas cuantas
cuerdas que había cerca del fuego y enterró su cabeza en sus manos,
sintiendo el olor a sangre invadir sus fosas nasales. Era abrumador y
nauseabundo pero ese hedor corroboraba que ya podría por fin dormir
tranquilo. Por fin paz.2

Estaba hecho un desastre. Su ropa nueva estaba toda manchada de


sangre reseca ya con tonos marrones y pensó en la bronca que le
esperaría al llegar a casa.4

Se levantó, dispuesto a comenzar a limpiar el desastre que había hecho


cuando de repente empezó a oír crujidos que lo alarmaron. Taehyung
giró sobre sí mismo para mirar en dirección a la fogata, la carne ya había
empezado a derretirse y chamuscarse y desprendía un hedor agobiante.
Entonces Taehyung observó con mayor claridad la escena.

El fuego se había propagado hasta la madera del muelle y había


empezado a arder también.

Taehyung comenzó a retroceder, sin dejar de mirar el fuego, aterrorizado


por poder morir después de todo el esfuerzo que había hecho para
vengarse de Jungkook. Caminó con pasos cortos y de repente sintió que
tropezaba con algo y caía hacia atrás. Después un agudo dolor en su
cabeza que le nubló la vista.

Taehyung había caído sobre el ancla perforando su cráneo por la parte


de la nuca, haciendo que el extremo que no estaba ocupado por la
cabeza de Jungkook saliese por su boca.85

El muelle comenzó a crujir y romperse por el peso y la madera quemada.


Taehyung convulsionaba violentamente mientras sangre brotaba de las
comisuras de sus labios.
Era irónico, pensó Taehyung mientras sentía su vista nublarse. Irónico el
hecho de que la misma ancla en la que Taehyung se había desangrado
era donde éste había clavado la cabeza de Jungkook. Y quiso reír ante el
pensamiento de que, después de todo, ambos iban a terminar esto como
lo habían empezado.

Juntos.97

Taehyung escuchó una voz en su cabeza, una voz dulce de la cual


conocía muy bien el dueño.19

Lo siento, Taehyung.

Te dije que conmigo corrías peligro.

Sabes que nunca quise hacerte daño.

Perdóname.

Estaba enfermo.

Soy un monstruo.

Quise protegerte.

Después, un breve silencio y entonces, susurra de nuevo, como una


suave brisa que acaricia sus oídos.

Te quiero, Tae.31
Las palabras bombardeaban la mente de Taehyung, atropellándose entre
ellas sin orden alguno. No tenía ni idea de dónde estaba, pero se sentía
flotando en una nube. Por fin había calma, por fin se sentía en paz.
Taehyung seguía escuchando la voz hablarle. Sin embargo, sabía que
sólo había unas palabras que deseaba decir a Jungkook en este
momento, por encima del odio, del rencor, del dolor, de la traición. Así
que lo hizo.

Te perdono.

Yo también te quiero, Kookie.


EXPLICACIÓN

Jungkook tiene trastorno de personalidad disociativo y dentro de él


conviven un Jungkook "bueno" y uno "malo" (lleno de parafilias y
comportamientos medio raros vaya). El "malo" toma un día el cuerpo de
Jungkook, la consciencia de sus acciones, y viola al pobre Taehyung
(ambos son pareja pero Jungkook no cuenta nada de su enfermedad
para no espantarlo). La violación, como es comprensible, causa un
enorme trauma en Tae y éste comienza a volverse paranoico y a pensar
que si no se deshace de Jungkook entonces él será quien se deshaga de
él10

Toda la primera parte de la criatura y Jungkook encerrado es de hecho,


él mismo lidiando con su otro yo, y después con la tortura, es como una
fantasía de Jungkook en la que su parte mala se está vengando por todo
lo que Tae le está haciendo en ese momento. 24

Es decir, el Jungkook malo está como fantaseando con cómo se


vengaría de Taehyung mientras, de hecho, Taehyung lo está matando27

La parte narrada desde el punto de vista de Jungkook y la del punto de


vista de Tae son simultáneas

El final puede parecer algo súbito y de desarrollo muy rápido pero quise
hacerlo así a propósito para que diese esa sensación que siente Tae de
que todo se le escapa de las manos, de su control, incluso a pesar de
tener todo planificado1

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