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PASITOS DE PINGÜINO. Yoonmin
PASITOS DE PINGÜINO. Yoonmin
comienzo.
abajo está la explicación de que significa hafefobia.10
Un pequeño de cabellos color menta que siempre tenía sueño, pero era
un buen chico. Sólo tenía dos años más que Jimin.11
—Mis manos están limpias, las lavé ¿Por qué Jimin no quiere
tomarlas?27
capítulo uno.
Jimin se encontraba sentado en su cama, tenía puesto un bonito sweater
color celeste porque hacía mucho frío. Estaba curioso porque había un
chico con un extraño color de cabello merodeando por la casa, y sus
padres le habían dado una charla muy larga sobre que YoonGi era un
amigo.5
Jimin jamás había tenido amigos, así que no sabía cómo hacer uno, ni
cómo tratarlo. Recordaba que la única vez que había ido a la escuela,
unos niños lo invitaron a jugar, pero Jimin no quería. Cuando tomaron su
brazo, pudo sentir como su corazoncito latía tan fuerte que temió que
este se saliera de su pecho. Se sintió muy mal, y su estómago se
revolvió como si hubiera subido a una montaña rusa.1
Y eso no le gustó.
No y no.
Dibujó un gatito.11
—Puedes irte.35
—Okay...
capítulo dos.
Pasó una semana.
La madre de Jimin se encontraba en su alcoba mientras el pequeño
jugaba con el peluche de kumamon que tanto le gustaba.
—Hijo, debes ser más amable con YoonGi. Él pregunta por ti todos los
días, y sabes que sólo quiere ser tu amigo.
—Si, pueden compartir galletas y jugar todos los días si quisieran. Sólo,
trata de mantenerte calmado cuando estés con él ¿Bueno?
—Oki doki.29
YoonGi entró a la habitación con una flor en sus manos, y la mujer olvidó
por un momento la tristeza que se le presentó, invitó al de cabellos
mentas más cerca de su hijo.2
YoonGi asintió y se sentó junto a Jimin pero sin llegar a hacer contacto.2
—Gracias, Jiminie.
Aquella tarde, los pequeños pudieron hablar más de lo que habían
intentado en los últimos días. YoonGi se fue a su casa con un peluche de
Kumamon. Jimin tenía una flor en su mesita de noche, junto a un dibujo27
capítulo tres.
—Muy bien, Jimin. —Dijo el joven del pabellón infantil mientras dejaba
que el niño se sentara en el sillón que estaba en medio de la
habitación— Tu madre me contó que tienes un nuevo amigo. Eso es un
avance.
—Espero que lo lleves todo con calma, ¿Está bien? ¿Recuerdas lo que
sucedió la última vez?
—Shi.23
Jimin ya había llegado a su hogar otra vez, y sólo quería ver televisión o
pintar uno de sus libros para colorear de su habitación. También quería
galletas, hizo un mohín con los labios y se sentó en la alfombra.7
YoonGi no había venido el día de hoy, quizá era porque Jimin tuvo que
salir temprano para ir a ese lugar frío y con gente que le hablaba de
cosas extrañas, gente que le preguntaba a cada instante si se sentía
bien. Si, por eso YoonGi no había ido.
Se paró y dio marcha a su habitación. Jimin era una bolita de sábanas en
su cama. Era el único lugar donde se sentía seguro, sin que nadie fuera
a hacerle nada.4
No importaba quien fuera, Jimin siempre temía al contacto con las otras
personas. Incluyendo a sus padres... incluso, al pequeño YoonGi. 4
capítulo cuatro.
Hoy YoonGi si había ido a casa, luego de algunos días.
A YoonGi le caía muy bien Jimin, así que pensó que no habría problema
si él se quedaba dormido a su lado, porque el sueño le estaba ganando
la carrera.6
Luego de que el mayor les explicara a los padres de Jimin lo que había
sucedido, éste les pidió que por favor le dejaran quedarse en su casa por
aquella noche. Hizo una cama improvisada en el piso a las afueras de la
habitación de Jimin, y se quedó allí, mirando fijamente la puerta. Tenía la
esperanza de que ésta se abriera y pudiera pedirle disculpas a Jimin.13
capítulo cinco.
—Minnie...
—¿Por qué?
—No me gustan.1
—¿Qué cosa?
capítulo seis.
A YoonGi le gustaba asistir a la escuela, pero ahora no podía dejar de
pensar en que el pobre Jimin debía estar sólo en casa todo el día. Nunca
había sentido la emoción de ir a recreo.
O ir a almorzar en grupo.
¡Que ganas tenía de que Minnie le esperara afuera del salón para poder
ir a recreo juntos! Pero para ello, tendría que trabajar mucho. Y así le
podría presentar más amigos al menor.1
Sonrió, dejando ver sus encías y miró por última vez su dibujo antes de
guardarlo en su mochila.8
capítulo siete.
El cumpleaños número 10 de YoonGi estaba a la vuelta de la esquina.
Sus padres le habían preguntado si quería una fiesta, para celebrar con
sus amigos.4
Por lo que decidió que haría dos fiestas, una con sus amigos y otra muy
pequeña sólo para Jimin y él. Así, a la semana siguiente, YoonGi jugó y
comió muchos dulces con sus amigos de la escuela el día de su
cumpleaños. Al día siguiente invitó a Jimin a su casa por primera vez.6
—Gracias, Minnie.2
El niño conocía a Jimin hace tan poquito tiempo y aun así sentía como si
el de cabellos rubios fuera el mejor amigo de toda su corta vida.
—Umh.
YoonGi ignoró lo que había dicho el menor sólo para seguir jugando los
vídeo juegos que su padre le había regalado. Le enseñó a jugar a Jimin,
pero el menor perdió en todas las partidas.
capítulo ocho.
—¿Minnie puede venir a la escuela conmigo?2
Querían intentar que Jimin viera como era un día normal de clases con
niños de su edad, Pero requerían de la ayuda del de cabellos menta.
capítulo nueve.
Los dos pequeños entraron a la escuela. La madre de YoonGi había
hablado con los profesores para dejar que el de cabellos mentas se
ausentara la primera clase.
Así que, Jimin y YoonGi, pasarían la mañana juntos para que el mayor le
enseñara la escuela a su amigo. Caminaban con pasitos lentitos por los
pasillos mientras YoonGi le mostraba al de cabellos rubios los múltiples
dibujos que estaban en las paredes. Los padres de Jimin estaban
hablando con el director para ver la posibilidad de que su hijo se
integrara en el segundo semestre.
Cuando tocaron el timbre para recreo, Jimin vio como todos los niños
salían corriendo al patio, y se sintió incómodo entre tanta gente. YoonGi
lo notó y lo llevó a la cafetería, que solía estar vacía en aquel momento.
—¿En serio? ¡Eso es muy bueno! Si vienes, podríamos estar juntos todo
el día, todos los días.
—Si quiere, es sólo que no le gusta que sean muy cariñosos con él. No
le gusta tocar a la gente. —Lo último había sonado algo inseguro, pero
los otros niños habían entendido y asintieron.
capítulo diez.
Habían pasado algunos años desde que la amistad de Jimin y YoonGi
había comenzado, y desde que el menor había logrado ir a una escuela
normal.6
Pero con eso le bastaba, además ahora tenía nuevos amigos que le
comprendían y parecía poder vivir con ello.
Jimin y Taehyung tenían la misma edad así que asistían a clases iguales.
Se arrepintió al instante.32
capítulo once.
Jimin se alejó rápido y chocó con la pared por culpa del reflejo
involuntario.
—¿Vamos a casa?
Jimin asintió.
Sabes que nunca haría nada para hacerte daño ¿Cierto? Somos amigos,
y prometí protegerte de todo lo malo.
Jimin rió cuando vio la foto que le había enviado a YoonGi, porque nunca
le había dado un abrazo al mayor y tampoco se sentía capaz de hacerlo.
Pero esperaba poder algún día.8
capítulo doce.
YoonGi y Jimin no se veían todos los días, porque lo fines de semana, el
mayor debía asistir a una de sus actividades con sus amigos. YoonGi
asistía a un pequeño club de basketball con NamJoon y Hoseok.4
Había llegado con sus padres justo antes de que él juego comenzara y
buscó al mayor con la mirada por toda la cancha hasta que lo encontró
por su inconfundible color de cabello.
—¡Vamos, YoonGi-Hyung!6
Y desde ese momento, jugó con más ganas que cualquier otro partido. Y
anotó muchas veces más.
Estaba demasiado feliz.
capítulo trece.
YoonGi era un chico de 17 años con gustos comunes para alguien de su
edad. Por eso, después de un tiempo, su relación con Jimin se fue
distanciando poco a poco.
YoonGi salía más con sus amigos a fiestas y juntas, mientras Jimin
volvía a su estado antisocial otra vez.27
Lo peor era que Jimin no sabía cómo decirle a YoonGi lo que estaba
sintiendo. Se veían tan pocas veces ahora, y no encontraba el momento
para decírselo. Creía que ya no le importaba al mayor.
YoonGi iba a pararse para ir a su casa, pero Jimin estiró los brazos y
abrazó su cuerpo justo antes de que el mayor pudiera hacer algo.79
—Jimin, tú...
—No te vayas, por favor, Hyung. No quiero que dejes de ser mi amigo. —
El rubio estaba llorando, soltando toda su angustia y sintiendo el miedo y
ansiedad recorrer su cuerpo, mas no le importó. Trató de ser valiente.14
capítulo catorce.
—Jimin, jamás dejaría de ser tu amigo. —YoonGi se dio la vuelta
lentamente y con cuidado de no espantar más al menor. Los brazos de
Jimin seguían rodeando su cintura, y al ser casi de la misma estatura, no
fue difícil que los brazos de YoonGi rodearan los hombros contrarios.
Y le gustaba el hecho de que Jimin haya dado el primer pasito con él.
capítulo quince.
Jimin y YoonGi volvieron a pasar tiempo juntos luego de aquel día.
YoonGi se arrepintió mucho tiempo de haberlo dejado sin explicación
alguna cuando el niño era un amor completamente. El menor había
vuelto a terapia para ver de qué modo le había afectado el contacto con
el de cabellos mentas, y estaba progresando poco a poco.
Pero a YoonGi le seguía incomodando aquello que crecía cada día más
como cuando le pones agua a una plantita. Era una flor que se abría
paso por su interior, que gritaba que nunca más quería ver otra sonrisa
que no fuera la de Jimin.
Y se sentía mal por ello, porque creía estar traicionando las intenciones
inocentes del menor.
Porque Jimin no sentía lo mismo. O eso creía. Era muy pequeño para
notar algo así, aunque YoonGi sólo tuviera dos años más que él.
capítulo dieciséis.
Jimin estaba feliz de volver a asistir a clases.
Su profesor le gritó muchas veces, porque según él, esto debería ser
algo aprendido. Jimin se sintió diminuto.
Se le hizo una eternidad hasta que su clase acabó y por fin, pudo ver a
YoonGi a la salida. El menor no pudo aguantar las lagrimitas que llenaron
sus ojos cuando recordó lo mal que lo había tratado aquel hombre de los
números.
Era la primera vez que se sentía así y sin pensarlo dos veces, corrió
hasta donde estaba el mayor y se lanzó a sus brazos, queriendo
experimentar otra vez el calor de aquel día.31
Los nervios llenaron su cuerpo en un instante, pero logró pensar que con
YoonGi estaba seguro.
capítulo diecisiete.
Jimin seguía siendo lejano a los demás, pero había aprendido a
acercarse a YoonGi.
Y, sobre todo, que amaba su sonrisa. Era el gesto más sincero que había
visto en el menor. Cuando estaba feliz, irradiaba luz por todos sus poros.2
Porque estaba ahí brillando, pero aún no podía entregar su calor y luz a
todo el mundo.
Pero el mayor no le diría nada, porque amaba que Jimin estuviera feliz.
Pero había algo que YoonGi no había visto hasta un día. Algo que había
pasado desapercibido ante su intelecto por todos aquellos años.
Ese algo, era que Jimin le tenía miedo a una persona en específico.33
capítulo dieciocho.
Dicen que los padres siempre quieren lo mejor para nosotros.
Jimin era un niño, no podía saber que tan mal estaba lo que le había
ocurrido al menos en ese entonces. Ahora si sabía que había perdido su
inocencia con la corta edad de 4 años.96
No podía imaginar cómo había sufrido Jimin todo ese tiempo. Que su
miedo a ser tocado por las personas se originara por los toques de aquel
hombre mayor en su frágil cuerpo de niño.22
Le daba asco.5
Quería mucho a Jimin y por ello no dejaría que nunca más nadie le
hiciera daño. Jimin se merecía mucho más que lo que estaba viviendo.14
capítulo diecinueve.
Jimin y YoonGi hacían sus deberes en la pequeña mesa de la sala.
Como esta era baja, estaban sentados en la alfombra. La televisión
estaba encendida, con un programa musical.
—¿Por qué?
—Porque no eres amable con todos, tú eliges a las personas con las que
eres como siempre. A parte, te gusta dormir mucho.9
—Hyung.
—¿Mmh?
—Minnie.
—¿Quép?
capítulo veinte.
YoonGi no podía si quiera imaginar la situación a la que Jimin tenía que
enfrentarse todos los días. Se preguntaba qué haría cuando su "padre"
se despedía de él en las mañanas antes de ir al trabajo. Por suerte,
YoonGi estaba con él cuando el hombre llegaba a casa en las tardes.
Pero sentía la necesidad de hablar con aquella mujer que siempre fue
amiga de su familia, aquella que consideraba como otra madre para él,
porque siempre le había cuidado.2
Quería abrirle los ojos para que supiera por lo que estaba pasando su
hijo.
Recibió un texto en el que se vio obligado a volver a casa, así que le dio
un pequeño beso en la mejilla a Jimin, se despidió de la madre del menor
y salió del hogar más que preocupado.
capítulo veintiuno.
Era un día normal, Jimin estaba en terapia como siempre. YoonGi y la
madre del pelirubio estaban en la sala de espera.5
Lloró y YoonGi estuvo allí para consolar a aquella mujer que era tan
amable con él.
—Por favor, YoonGi. Llévate a Jimin lejos de aquí por una semana, faltan
tres días para su cumpleaños. Veré como soluciono esto, pero por favor,
no quiero que esté aquí.25
—Lo haré, lo juro. Jimin no puede volver a tener contacto con él. Por su
culpa hemos sufrido todos.
Jimin salió con una sonrisa de la habitación y la mujer secó sus lágrimas
rápidamente.
Cenaron todos juntos aquel día, pero el padre de Jimin tuvo un contacto
algo cercano con el menor.16
capítulo veintidós.