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LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO REAFIRMA

SU PERSONALIDAD
Algunos afirman que el Espíritu Santo es una mera fuerza activa desprovista de
personalidad propia. El obrar del Espíritu Santo es el obrar de una persona y no
de una fuerza activa. Veamos algunos ejemplos.

El Espíritu Santo dirige. "Y el Espíritu dijo a Felipe: Ve y júntate a ese carruaje"
(Hechos 8:29 | LBLA). Una fuerza activa no dirige.

El Espíritu Santo enseña. "Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el


Padre enviará en mi nombre, El os enseñará todas las cosas, y os recordará
todo lo que os he dicho" (Juan 14:26 | LBLA). Una fuerza activa no enseña.

El Espíritu Santo intercede. "Y de la misma manera, también el Espíritu nos


ayuda en nuestra debilidad; porque no sabemos orar como debiéramos, pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles" (Romanos 8:26
| LBLA). Una fuerza activa no intercede.

El Espíritu Santo da testimonio. "Cuando venga el Consolador, a quien yo


enviaré del Padre, es decir, el Espíritu de verdad que procede del Padre, El
dará testimonio de mí" (Juan 15:26 | LBLA). Una fuerza activa no da testimonio.

Al Espíritu Santo se le puede mentir. "Mas Pedro dijo: Ananías, ¿por qué ha
llenado Satanás tu corazón para mentir al Espíritu Santo, y quedarte con parte
del precio del terreno?" (Hechos 5:3 | LBLA). A una fuerza activa no se le
puede mentir.

Se obedece al Espíritu Santo. Veamos: "Mientras ministraban al Señor y


ayunaban, el Espíritu Santo dijo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a
la que los he llamado. Entonces, después de ayunar, orar y haber impuesto las
manos sobre ellos, los enviaron" (Hechos13:2,3 | LBLA). No se puede
obedecer una fuerza activa.

El Espíritu Santo se contrasta con los espíritus inmundos. "pero cualquiera que
blasfeme contra el Espíritu Santo no tiene jamás perdón, sino que es culpable
de pecado eterno. Porque decían: Tiene un espíritu inmundo" (Marcos 3:29-30 |
LBLA). Los espíritus inmundos son ángeles caídos y no fuerzas activas. Los
judíos acusaban a Jesús de estar poseido por demonios. Jesús era dirigido por
el Espíritu Santo (Lucas 4:1). Si los espíritus inmundos son seres personales,
también entonces lo es el Espíritu Santo. Una fuerza activa no es un ser
personal.

Hay quién dice que el Espíritu Santo no tiene nombre y por tal razón no puede
ser una persona. Hay vientos y fuerzas activas que tienen nombres y eso no
los hace seres personales. Lo cierto es que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
comparten el mismo nombre (Mateo 28:19). El nombre del Padre es Jehová
(Nehemías 9:6). El hijo es llamado Jehová (Jeremías 23:5,6). El Espíritu Santo
e identificado con ese nombre (Hebreos 3:7-9 cf. Éxodo 17:7). Por lo tanto,
afirmar que el Espíritu Santo no tiene nombre es una falacia.

El Espíritu Santo realiza obras que una fuerza activa no puede hacer. Por lo
tanto, el Espíritu Santo es un ser personal al igual que el Padre y el Hijo.

El nensaje de la Biblia es claro.

EL ÚNICO DIOS VERDADERO Y NUESTRO


ÚNICO SÉÑOR SOBERANO
Los antitrinitarios utilizan Juan 17:3 para afirmar que solo el Padre es el Dios
verdadero. Veamos el versículo: "Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti,
el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado." (La Biblia de las
Américas)

Por su parte, Judas afirma lo siguiente: "Pues algunos hombres se han


infiltrado encubiertamente, los cuales desde mucho antes estaban marcados
para esta condenación, impíos que convierten la gracia de nuestro Dios en
libertinaje, y niegan a nuestro único Soberano y Señor, Jesucristo." (La Biblia
de las Américas)

Siguiendo la lógica que los arrianos utilizan con Juan 17:3, esto significaría que
en Judas 4 dice que el Padre no es nuestro único Soberano y Señor, ya que
Jesús es llamado nuestro único Soberano y Señor. Pero lo cierto es que el
Padre también es Soberano y Señor.

Algunas personas personas afirman que en Juan 17:3 dice que solo el Padre
es Dios. Pero, lo cierto es que Jesús es llamado Dios por el Padre mismo
(Hebreos 1:8), por el profeta Isaías (Isaías 9:6), por el discípulo amado, Juan
(Juan 1:1), por Tomás (Juan 20:28) y por el apóstol Pablo (Romanos 9:5; Filip.
2:6). Por lo tanto, hay que armonizar Juan 17:3 con el resto de las Escrituras.
No es correcto hacer teología con un solo versículo aislándolo del resto de las
Escrituras. Recuerde que lo que es el Padre, lo es también el Hijo desde una
perspectiva cualitativa, aunque son dos personas diferentes. Ambos comparten
títulos y atributos divinos en común. Tanto el Padre como el Hijo son Dios
verdadero (Juan 17:3; 1 Juan 5:20).

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