a] LA GUERRA Y EL DEBILITAMIENTO DEL VÍNCULO IMPERIAL.
El texto se refiere a la influencia de la guerra mundial en el debilitamiento del
vínculo imperial español en el siglo XVIII, particularmente en el contexto del Río de la Plata. La guerra global tuvo un impacto gradual en la estructura imperial española, y aunque hubo victorias y derrotas, esto no cambió la tendencia general. La autonomía comercial de Buenos Aires respecto de España aumentó a partir de 1791, lo que anticipó la crisis del sistema colonial. Sin embargo, algunos creían que esta relación colonial aún duraría un siglo. La crisis del sistema colonial no fue solo política sino también económica, ya que la economía local estaba arraigada y controlada por grupos locales poderosos. La corona española se presentaba como un instrumento para transformar el orden económico, pero su eficacia era limitada y se debilitaba debido a la coyuntura. Los economistas ilustrados en el Río de la Plata tenían una actitud ambigua hacia el colonialismo debido a las limitaciones de la corona y la dificultad de encontrar un reemplazo efectivo. La crisis política se desarrolló más rápido que la económica, y a partir de 1806, las etapas se sucedieron rápidamente. La revolución francesa influyó en la difusión de innovaciones ideológicas en las colonias españolas. La crisis en España, aliada con la Francia revolucionaria, hizo que las colonias fueran conscientes de la vulnerabilidad del vínculo colonial. La desafección hacia el régimen colonial en las colonias españolas se debió en parte a las rebeliones peruanas y a los contactos con extranjeros en Buenos Aires, como la conspiración de los franceses en 1795. La economía local y la presencia de extranjeros influyeron en la formación de organizaciones masónicas. Estos factores contribuyeron a la disolución gradual del poder colonial en el Río de la Plata cuando el orden colonial se debilitó. b] LAS INVASIONES INGLESAS ABREN LA CRISIS INSTITUCIONAL Las Invasiones Inglesas abren la crisis institucional en Buenos Aires en 1806. La ciudad fue tomada por las fuerzas británicas, lo que reveló la fragilidad del sistema colonial español en la región. Las autoridades locales, incluyendo el cabildo civil y altos funcionarios, se sometieron al gobierno británico en nombre del rey de Inglaterra. Sin embargo, la resistencia liderada por Santiago de Liniers logró expulsar a los británicos después de la Reconquista en 1806. Esto llevó a un cambio en el equilibrio de poder en Buenos Aires, ya que se crearon nuevos cuerpos militares en la ciudad, lo que afectó a las clases dominantes tradicionales y al poder de la administración colonial. Desde 1806 hasta 1810, se intentó preservar el sistema colonial, pero la crisis institucional continuó. La rivalidad entre Montevideo y Buenos Aires se intensificó, y la metrópoli española estaba en caos debido a la Guerra de Independencia de España contra las fuerzas francesas de Napoleón. La llegada de la corte portuguesa a Río de Janeiro y la crisis en España llevaron a un mayor cuestionamiento de la autoridad colonial en el Río de la Plata. En enero de 1808, se produjo un enfrentamiento entre el cabildo y el virrey Liniers, lo que culminó en una rebelión en la que el cabildo intentó destituir al virrey, pero finalmente fracasó. Sin embargo, esta crisis marcó un punto de inflexión, ya que algunos sectores comenzaron a ver la independencia como una opción viable. En mayo de 1810, el cabildo de Buenos Aires convocó a una junta de gobierno en la que el virrey Cisneros fue transformado en presidente de la junta. Esta junta marcó el inicio de un proceso revolucionario que finalmente llevaría a la independencia de Argentina y otras naciones sudamericanas de España. La revolución en Buenos Aires se caracterizó por la lucha entre diferentes facciones y grupos de poder, pero finalmente llevó a la independencia y la creación de nuevas naciones en América del Sur.