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UNIDAD II: LA COMPARECENCIA EN JUICIO

1. Generalidades

Para que una persona tenga capacidad para comparecer en juicio, debe reunir la capacidad
de goce, de ejercicio y el “Ius Postulandi”, condición esta última que se entrega exclusivamente a
determinadas personas. Por tanto, el concepto de comparecencia en juicio se puede entender en
2 sentidos:

- Sentido amplio: el acto de presentarse ante un juez voluntaria o coercitivamente.


- Sentido estricto: es el acto de presentarse ante los tribunales, ejercitando una acción
o defendiéndose, o requiriendo la intervención en un acto no contencioso.

La capacidad para parecer en juicio o ius Postulandi, se traduce en el estudio de dos


instituciones procesales fundamentales, cuales son el Patrocinio y el Mandato Judicial. El primero
se refiere fundamentalmente a la fijación de estrategias procesales (técnico del derecho), el
mandatario mira a la representación (técnico del procedimiento).
Patrocinio

El patrocinio es el acto jurídico procesal por el cual una persona encarga a un abogado la defensa
de sus derechos en juicio.

Patrocinio

El patrocinio se establece en el artículo 1° de la Ley N° 18.120, en relación al artículo 4° del Código


de Procedimiento Civil. Al respecto, fuera de la representación por un mandatario judicial, el
litigante tiene la obligación de designar un abogado patrocinante en su primera presentación. Más
tarde, las personas con ius postulandi pueden representar a las personas en juicio, pero sólo una de
ellas, el abogado habilitado para el ejercicio de la profesión, puede asumir el patrocinio de estas
gestiones ante cualquier órgano jurisdiccional de la República.

Concepto de patrocinio

El patrocinio es el acto jurídico procesal por el cual una persona encomienda a un abogado la
defensa de sus derechos en juicio. La diferencia con el mandato judicial radica en que se encomienda
la defensa de los derechos en juicio y no la representación. El patrocinio es el contrato celebrado
entre el cliente y el abogado, por medio del cual aquel encomienda a este la defensa de sus derechos
en un juicio o asunto. Al abogado le corresponde, entonces, la defensa y al procurador la
representación. Pero el abogado tiene facultades para desempeñar cualquiera de esas figuras de
manera excluyente o ambas simultáneamente. Desde ya, téngase presente que el patrocinio y poder
son instituciones procesales independientes entre sí.

El artículo 395 del Código Orgánico de Tribunales define, desde un punto de vista procesal, al
mandato judicial, expresando que es el acto jurídico procesal por el cual una parte encomienda a un
procurador la representación de sus derechos en juicio.

Requisitos para ser Patrocinante: Ser abogado habilitado para el ejercicio de la


profesión. Art. 1

Forma de constituir el patrocinio

Se entiende cumplida la obligación de designar abogado patrocinante por el hecho de poner el


abogado su firma, indicando además, su nombre, apellidos y domicilio. Asimismo, después de la
entrada en vigencia de la ley sobre tramitación electrónica de los procedimientos judiciales, se
puede constituir el patrocinio mediante la firma electrónica avanzada del abogado. Esta exigencia
de dejar constancia, no constituye el contrato de patrocinio, ni siquiera constituye su aceptación. Es
un simple acto procesal que da a entender que el abogado ha celebrado el contrato de patrocinio
con su cliente, que lo ha aceptado y que asume, desde esa constancia, la defensa de los derechos
en juicio. Ahora bien, si no se da cumplimiento a estos requisitos, esta presentación no puede ser
proveída y se tiene por no presentada para todos los efectos legales.

En resumen :

a) En la primera presentación que el interesado efectúe ante el tribunal, el abogado debe


estampar su firma, indicando además su nombre, apellidos y domicilio (art. 1 inc. 1 ley 18120).
Lo normal en la práctica es destinar un otrosí del escrito a este efecto.
b) Podrá constituirse también mediante firma electrónica avanzada, art. 7 ley 20886.
c) En el nuevo proceso penal, tratándose de Defensores Públicos, éste se entiende constituido
por el sólo ministerio de la ley (art. 54 Ley de Defensoría Penal Pública).

Naturaleza jurídica del patrocinio

Como se desprende de lo señalado precedentemente, el acto jurídico procesal llamado patrocinio


es un contrato, generalmente consensual, que se celebra entre el cliente y el abogado, en virtud del
cual se encarga a éste la defensa de determinados intereses.

Facultades de representación del patrocinante

La defensa, o sea el patrocinio, no origina ni significa por sí misma representación. La misión del
patrocinante no es sustituir a la persona del litigante o interesado, sino tener la dirección superior
del negocio judicial, esbozar las presentaciones, preparar las acciones y excepciones, adaptar o
acomodar el derecho al caso concreto que se disputa. En definitiva, el abogado patrocinante es el
técnico del derecho, a la par que el procurador o mandatario judicial es el técnico del proceso. Según
el artículo 1°, inciso 3° de la Ley Nº 18.120, el abogado patrocinante puede tomar la representación
de su patrocinado en cualquiera de las actuaciones, gestiones o trámites de las diversas instancias
del juicio o asunto.

Extinción del patrocinio (Duración)

El abogado conserva el patrocinio y su responsabilidad mientras en el proceso no haya testimonio


de la cesación del mismo.

El patrocinio puede terminar:

Cumplimiento o desempeño del encargo:

Forma normal de terminación.

Renuncia

Por renuncia. Cuando el abogado, por su mera voluntad, pone término al vínculo representativo. El
abogado patrocinante debe poner en conocimiento del patrocinado la renuncia, junto con el estado
del negocio, y conserva su responsabilidad hasta que haya transcurrido el término de
emplazamiento contado desde la notificación de la renuncia, a menos que se haya designado con
antelación a otro patrocinante.
Revocación

Por revocación. El patrocinio termina por revocación cuando el patrocinado pone término al
patrocinio constituido por su sola manifestación de voluntad. Esa revocación puede ser:

Revocación expresa. Cuando el patrocinado manifiesta de manera explícita su voluntad de poner


término al vínculo que lo liga con el patrocinante.

Revocación tácita. Se produce cuando aparece la ejecución de ciertos actos que manifiestan de
manera implícita la voluntad para terminar el patrocinio.

Fallecimiento

Por fallecimiento del patrocinante. Termina por la muerte del abogado patrocinante. En este caso,
el interesado debe designar otro en su reemplazo en la primera presentación que haga, bajo la
sanción de tenerse por no presentado el escrito para todos los efectos legales.

Excepciones a la obligación de nombrar patrocinio

No obstante lo imperativo de la obligación contenida en el artículo 1° de la Ley N° 18.120 de designar


abogado patrocinante, la misma ley cuida de señalar una serie de situaciones excepcionales en que
no se precisa la designación de abogado patrocinante. Tales casos aparecen expresamente reglados
en el artículos 2°, inciso 9, 10 y 11 de la citada ley.

Facultades del Patrocinante: En esencia, el patrocinio se limita a la fijación de las


estrategias de defensa. No obstante, y a pesar de que ello es propio del mandatario
judicial, se le faculta para asumir la representación en cualquier estado del juicio (facultades
ordinarias del mandato: art. 1 inc. 3, Ley N°18.120)

Paralelo entre patrocinio y poder

Si bien, el patrocinio y poder comparten rasgos comunes, se trata de dos conceptos diferentes. Por
ende, es posible realizar el siguiente paralelo:

Objeto del contrato. El objeto del patrocinio es la defensa de los derechos de una parte en juicio. El
poder o mandato judicial tiene, en cambio, por objeto la representación de intereses ante la justicia,
estándole a su titular prohibida la defensa en juicio.

Sujeto activo del contrato. El sujeto activo del patrocinio únicamente puede tener la calidad de
abogado. En tanto que el sujeto activo del poder mandato judicial puede tener cualquiera de las
cualidades que se mencionan en el artículo 2° de la Ley N° 18.120.

Naturaleza jurídica del contrato. El patrocinio se constituye conforme a las normas del mandato
civil y tiene naturaleza generalmente consensual. El poder o mandato judicial se constituye
principalmente en alguna de las formas que indica el artículo 6° del Código de Procedimiento Civil,
y también de aquellas otras maneras que indican otras disposiciones referidas a la tramitación
electrónico de los procedimientos judiciales, al nombramiento de procurador común o endosatario
en comisión de cobranza. Además, es esencialmente solemne, pues debe constar por escrito.
Mandato Judicial

El mandato judicial es un contrato solemne por cual una persona encomienda a otra la
representación de sus derechos en juicio.

El mandato judicial está regido por los artículos 6° y 7° del Código de Procedimiento Civil; el artículo
395 del Código Orgánico de Tribunales; la Ley N° 18.120 sobre comparecencia en juicio; la Ley N°
20.886 sobre tramitación electrónica de los procedimientos judiciales, y por algunas disposiciones
del Código Civil. Se trata de un contrato solemne en virtud del cual una persona otorga a otra
facultades suficientes para que la represente ante los Tribunales de Justicia.

Acerca del mandato

En general, el mandato es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios
a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera. La persona que confiere el
encargo, se llama comitente o mandante; y la que lo acepta, apoderado o procurador, y en general,
mandatario. Si el mandato comprende uno o más negocios especialmente determinados, se llama
especial; y si se da para todos los negocios del mandante, es general. Así lo ordena el artículo 2130
del Código Civil.

Concepto de mandato judicial

El artículo 395 del Código Orgánico de Tribunales define, desde un punto de vista procesal, al
mandato judicial, expresando que es el acto jurídico procesal por el cual una parte encomienda a un
procurador la representación de sus derechos en juicio. Luego, el mandato judicial es un mandato
especial, pues se refiere a determinados negocios, que son aquellos judiciales. A este mandato
judicial se le aplican las reglas contenidas en el Código Civil, en cuanto no aparezcan modificadas
por el Código Orgánico de Tribunales, por el Código de Procedimiento Civil, por la Ley N° 18.120, o
Ley N° 20.886. A este mandato judicial se le llama también procuraduría y el mandatario recibe el
apelativo de procurador, mandatario judicial o apoderado. El patrocinio es el acto jurídico procesal
por el cual una persona encomienda a un abogado la defensa de sus derechos en juicio.

Mandato judicial con administración de bienes

Existe, dentro de la Ley N° 18.120, en su artículo 2° inciso 7°, la posibilidad de otorgar un mandato
judicial con administración de bienes. Cuando el mandato es con administración de bienes, puede
conferirse al mandatario la facultad de comparecer en juicio, pero si éste no es abogado habilitado
para el ejercicio de la profesión o procurador del número, debe delegarlo, en caso necesario, en
persona que posea alguna de estas calidades.

Forma de constituir el mandato judicial

El artículo 6°, inciso primero del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con la Ley N°
20.886, dispone que el que comparezca en juicio a nombre de otro, en desempeño de un mandato
o en ejercicio de un cargo que requiera especial nombramiento, deberá exhibir el título que acredite
su representación. Para obrar como mandatario se considerará poder suficiente:

- Aquel constituido por escritura pública otorgada ante notario o ante oficial del Registro Civil
a quien la ley confiera esta facultad;
- El que conste de un acta extendida ante un juez de letras o ante un juez árbitro, y suscrita
por todos los otorgantes;
- El que conste de una declaración escrita del mandante, autorizada por el secretario del
tribunal que esté conociendo de la causa, y
- La declaración escrita del mandante suscrita con firma electrónica avanzada.
Sobre esto, en los Juzgados de Familia, Juzgados de Garantía, o Tribunales de Juicio Oral en lo Penal,
no existe el cargo de Secretario. Por ende, el artículo 389 G del Código Orgánico de Tribunales,
dispone que corresponderá al jefe de la unidad administrativa que tenga a su cargo la administración
de causas del respectivo juzgado o tribunal autorizar el mandato judicial y efectuar las
certificaciones que la ley señale expresamente.

“Forma de Constituir el Mandato:

a. Por escritura pública: Puede ser una escritura especialmente destinada a este efecto, o, por el
contrario, puede ser que las facultades de representación judicial se encuentren incluidas en
un mandato general de administración, caso en el cual el mandatario puede no ser habilitado
para comparecer en juicio. Art. 6 CPC

b. Acta extendida ante un Juez de Letras o Juez Arbitro: es una forma bastante
excepcional de constituirlo, y normalmente se puede presentar en un
comparendo, en un acta de conciliación. Art. 6 CPC

c. Declaración escrita del mandante y autorizada por el Secretario del


Tribunal: Es la forma normal de constitución y se traduce en destinar un
otrosí para estos efectos. Art. 6 inc. 2 CPC.

d. Mediante la firma electrónica avanzada del mandante. Para obrar como


mandatario judicial se considerará poder suficiente el constituido mediante
declaración escrita del mandante suscrita con firma electrónica avanzada,
sin que se requiera su comparecencia personal para autorizar su
representación judicial. Art. 7 inc. 2 ley 20886.

e. Endoso en Comisión de Cobranza: prevista en el art. 29 de la Ley 18092.


Tiene la particularidad de que el mandatario puede no ser abogado y de
que por el sólo efecto del endoso se entienden conferidas todas las
facultades especiales que en otros casos requieren otorgarse
expresamente.”

Obligación de designar mandatario judicial

En caso de que no se cumplan las normas relativas a la constitución del mandato judicial, el artículo
2° inciso 4° de la Ley Nº 18.120, establece que, si al tiempo de pronunciarse el tribunal sobre el
mandato, éste no estuviere legalmente constituido, el tribunal se limitará a ordenar la debida
constitución de aquél dentro de un plazo máximo de tres días. Extinguido este plazo y sin otro
trámite, se tendrá la solicitud por no presentada para todos los efectos legales. Las resoluciones que
se dicten sobre esta materia no son susceptibles de recurso alguno.

Personas que pueden ser mandatarios judiciales

Para ser mandatario judicial, es preciso ser una de las personas señaladas en el artículo 2° de la Ley
N°18.120. Estos son:

- Abogado habilitado para el ejercicio de la profesión.


- Procurador del Número.
- Postulantes designados por la Corporación de Asistencia Judicial, independientemente del
tiempo que lleven como egresados.
- Estudiantes actualmente inscritos en 3°, 4° o 5° año de Derecho en alguna Universidad
autorizada.
- Egresados de las Facultades de Derecho que hubieren cursado 5° año y hasta 3 años después
de haber rendido los exámenes correspondientes.

Casos en que no se requiere Mandato: Existe un caso general, establecido en el artículo 2° inciso 3°
de la Ley N°18.120, conforme al cual la parte puede solicitar autorización al tribunal para
comparecer y defenderse personalmente. Además, existen una serie de casos particulares en que
no se requiere tener mandatario (ni patrocinio).

- En aquellos departamentos en que hay menos de 4 abogados en ejercicio, hecho


que determinará la Corte de Apelaciones correspondiente.
- Pedimentos Mineros. – Asuntos que conozcan Alcaldes o Jueces de Policía
Local, salvo regulación de perjuicios de cuantía superior a 4 U.T.M.
- Asuntos de que conozcan los Juzgados de Menores o los Árbitros Arbitradores.
- Asuntos que conozca la Dirección General del S.I.I.
- Asuntos que conozca la Contraloría General de la República.
- Juicios políticos de que conozca la Cámara de Diputados o el Senado.
- Juicios cuya cuantía no exceda de ½ U.T.M., cualquiera sea su naturaleza.
- Causas Electorales.
- Recursos de Amparo y Protección.
- Denuncias Criminales.
- Solicitudes aisladas de mero trámite (copias, desarchivos,
- certificados, etc.).

Facultades del mandatario judicial

De acuerdo a los artículos 2131 y 2132 del Código Civil, el mandante, en el mandato civil, tiene plena
libertad para conferir las facultades que él estime convenientes al mandatario. Para efectos del
mandato judicial hay que distinguir tres clases de facultades: las facultades esenciales, que se
conceden sin expresa mención y que son inherentes al mandato judicial; las facultades accidentales,
que son aquellas que puede o no contener el mandato judicial; y facultades especiales que para que
puedan ser ejercidas por el mandatario es preciso que se le confieran expresamente.

Facultades esenciales del mandato judicial

Son aquellas que la ley confiere al procurador para desenvolver de manera continua y normal la
relación procesal, sin que sea posible al poderdante regularlas a su voluntad y, por ende, las
cláusulas en que se nieguen o en que se limiten, son nulas. A ellas se refiere el inciso primero del
artículo 7º del Código de Procedimiento Civil: "El poder para litigar se entenderá conferido para todo
el juicio en que se presente, y aun cuando no exprese las facultades que se conceden, autorizará al
procurador para tomar parte, del mismo modo que podría hacerlo el poderdante, en todos los
trámites e incidentes del juicio y en todas las cuestiones que por vía de reconvención se promuevan,
hasta la ejecución completa de la sentencia definitiva, salvo lo dispuesto en el artículo 4º o salvo
que la ley exija intervención personal de la parte misma".

Características de las facultades esenciales

Las características de las facultades esenciales del mandato judicial, son:

Legales, porque más que la voluntad del poderdante, es la disposición de la ley quien las genera y
mantiene en el curso del negocio judicial;
Esenciales, porque existen aún contra la voluntad de los interesados, no se puede establecer en el
poder nada que tienda a su transformación o menoscabo; y

Generales, en lo que se refiere a los actos que supone para el representante. Esos actos son
ilimitados, no taxativos, por lo que son tantos cuantos requieren las formalidades del negocio que
se encomienda al mandatario y sus únicos límites son las normas del respectivo procedimiento.

El Código Civil define al contrato de mandato en el art. 2116, en los siguientes términos: "El mandato
es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios a otra, que se hace cargo
de ellos por cuenta y riesgo de la primera".

Facultades accidentales del mandato judicial

Son aquellas que puede o no contener el mandato judicial y que, en definitiva, se reduce a una que
señala el inciso primero del citado artículo 7° del Código de Procedimiento Civil: "Podrá, asimismo,
el procurador delegar el poder obligando al mandante, a menos que se le haya negado esta
facultad". En el mandato judicial, éste puede delegarse obligando con ello al mandante, con la única
limitante de no poder hacerlo si se le niega esa facultad. La cláusula es accidental pues puede o no
incluirse en el mandato; pero, si nada se dice, se entiende que puede delegarse el mandato.
Respecto de la delegación del mandato judicial hay que considerar que el delegado no puede a su
vez delegar el mandato; no hay delegación de delegación. Si así se hiciere cabría sostener que el
segundo delegado carece de representación.

Facultades especiales del mandato judicial

Son aquellas que requieren de una mención expresa y a las cuales alude el inciso segundo del
artículo 7° del Código, a saber:

Desistirse en primera instancia de la acción deducida;

Aceptar la demanda contraria;

Absolver posiciones;

Renunciar los recursos o los términos legales;

Transigir;

Comprometer;

Otorgar a los árbitros facultades de arbitradores;

Aprobar convenios, o

Percibir.

Características de las facultades especiales

Son características de las facultades especiales del mandato judicial, las siguientes:

Son convencionales, pues su origen no es la voluntad de la ley, sino la de las partes contratantes
quienes las consagran en forma expresa al momento de otorgar el mandato. Por tal motivo, pueden
regularse en la forma que se desee por las partes e, incluso, suprimirse sin que por ello se altere la
representación que se constituye; y

Son extraordinarias al mandato, pues, no le pertenecen ni esencial ni accidentalmente.

Necesidad de expresa mención

Luego, el inciso segundo del artículo 7°, señala que "Sin embargo, no se entenderán concedidas al
procurador, sin expresa mención", las facultades anotadas. Sobre eso, se ha discutido qué significa
el término sin expresa mención que usa el legislador. Esto es, se trata de determinar si estas
facultades deben enunciarse una por una por el poderdante o, por el contrario, es suficiente una
referencia de orden general a ellas. Tanto la doctrina como la jurisprudencia han entendido que se
cumple este requisito de hacer mención expresa de las facultades especiales cuando se utiliza por
el poderdante la expresión genérica, como por ejemplo, si el mandante señala que otorga todas las
facultades a que se refiere el artículo 7°, inciso 2° del Código. Por el contrario, si el mandante no
quiere conferir todas o algunas de las facultades especiales que se contemplan en la citada norma
debe expresar que las excluye.

Duración

Se mantiene vigente mientras dure el proceso, salvo que se verifique alguna causal de
terminación anticipada.

Efectos del Mandato

Constituido el mandato, desaparece del proceso la persona del mandante, por lo que todas las
actuaciones del proceso, así como, sus notificaciones deben practicarse en relación al mandatario.

Excepciones: en el proceso penal (art. 66 CPP.), el avenimiento laboral, la conciliación civil


y la absolución de posiciones cuando se solicite comparecencia personal de la parte; el
Requerimiento de Pago.

Causales de término del mandato judicial

El mandato judicial, en principio, termina por las mismas causales que el mandato civil, las que se
señalan en el artículo 2163 del Código Civil. Esta enumeración de las causales que motivan la
expiración del mandato civil, no son totalmente aplicables al mandato procesal, sino que hay ciertas
modificaciones:

a. Forma normal del término: cumplimiento o desempeño del encargo.

b. Terminación Anticipada: Cuando el proceso no llegue ni llegará a tener


sentencia definitiva, el mandante puede solicitar que se lo libere del
encargo.

c. Revocación: Acto unilateral del mandante por el cual se pone fin al


mandato vigente. Puede ser expresa o tácita (designación de un nuevo
mandatario sin hacer mención al anterior). Debe constar en el proceso
para ser oponible a la contraparte.

d. Renuncia: Manifestación de voluntad unilateral del mandatario en orden


a no continuar ejerciendo su encargo. La renuncia debe notificarse al
mandante e informarle el estado del proceso. No obstante ello, el mandatario que
renuncia mantiene su responsabilidad hasta por el término de emplazamiento, salvo que previo
a ello se designe un nuevo apoderado. e. Muerte o Incapacidad: En este caso el patrocinado
debe constituir un nuevo patrocinio antes de efectuar su siguiente presentación. Cabe señalar
que la muerte del patrocinado no extingue el patrocinio, pues el abogado deberá seguir
prestando sus servicios a la sucesión.
Responsabilidad del Mandatario:

El mandatario tiene una responsabilidad especial y expresa en relación con las costas
procesales a que sea condenado su mandante, sin perjuicio de poder repetir contra éste con
posterioridad (solidaridad). Además, el mandatario tiene responsabilidad disciplinaria, en términos
tales que puede ser objeto de sanciones por actos abusivos de su parte.

Diferencias con el mandato civil:

1. El mandato civil es consensual; en cambio el mandato judicial es solemne.


2. El mandato civil se extingue con la muerte de ambas partes; en cambio el mandato judicial
no se extingue por la muerte del mandante.
3. En el mandato civil, toda persona puede ser mandatario, incluso un incapaz; en cambio en
el mandato judicial, solo puede ser mandatario aquellos que contempla en artículo 2 de
la Ley 18120.
4. en el mandato civil, la representación es un elemento de la naturaleza; en cambio en el
mandato judicial es de la esencia.
5. En el mandato civil la delegación no obliga al mandante si no ratifica; en cambio en el
mandato judicial, la delegación siempre obliga al mandante.

Paralelo entre patrocinio y poder

Si bien, el patrocinio y poder comparten rasgos comunes, se trata de dos conceptos diferentes. Por
ende, es posible realizar el siguiente paralelo:

Objeto del contrato. El objeto del patrocinio es la defensa de los derechos de una parte en juicio. El
poder o mandato judicial tiene, en cambio, por objeto la representación de intereses ante la justicia,
estándole a su titular prohibida la defensa en juicio.

Sujeto activo del contrato. El sujeto activo del patrocinio únicamente puede tener la calidad de
abogado. En tanto que el sujeto activo del mandato judicial puede tener cualquiera de las calidades
que se mencionan en el artículo 2° de la Ley N° 18.120.

Naturaleza jurídica del contrato. El patrocinio se constituye conforme a las normas del mandato civil
y tiene naturaleza consensual. El poder o mandato judicial se constituye principalmente en alguna
de las formas que indica el artículo 6° del Código de Procedimiento Civil, y también de aquellas otras
maneras que indican otras disposiciones referidas a la tramitación electrónico de los procedimientos
judiciales, al nombramiento de procurador común o endosatario en comisión de cobranza. Además,
es esencialmente solemne, pues debe constar por escrito.

Pluralidad de mandatarios en el mandato judicial

Es una materia latamente discutida, incluso la jurisprudencia al respecto, es contradictoria y


vacilante. En el mandato civil, y de acuerdo al artículo 2126 del Código Civil, puede haber uno o más
mandantes, y uno o más mandatarios. De allí que, en el mandato civil, se acepte el mandato común,
que existe cuando el encargo se hace conjuntamente a varias personas que lo aceptan. Por nuestra
parte, creemos que es perfectamente posible designar varios mandatarios pues, como se dijo, es el
abogado patrocinante quien conduce la defensa en juicio, de modo que no habrá temor de que los
mandatarios realicen actuaciones contradictorias.
Tratándose del poder o mandato judicial, parte de la doctrina y la jurisprudencia, han estimado que
es improcedente. Una persona no puede conferir mandato a varias personas para que lo represente.
Se basa esta prohibición en la naturaleza misma de los juicios. La razón de no aceptarlo es la
discrepancia en la actuación de varios mandatarios y considerando la naturaleza del juicio, que
requiere de una sola mano. La jurisprudencia sí permite que las partes en un juicio puedan ser
defendidas por más de un abogado patrocinante, considerando que esta pluralidad de
patrocinantes no trae consigo los inconvenientes de los mandatarios comunes, y no se opone a la
economía procesal. El patrocinante sólo asume la defensa, nada más.

3.12 Situaciones Especiales de Representación:

a) Agencia Oficiosa: Es la situación que se produce cuando una persona comparece ante un tribunal,
asumiendo la representación de otra sin patrocinio ni mandato constituido en su favor, pero
ofreciendo la ratificación posterior de todo lo obrado por parte de quien ha debido ser el mandante.
Art. 6 inc. 3 CPC.

Requisitos: art. 6 inc. 4 CPC

- El agente oficioso debe ser habilitado para comparecer en juicio o en caso contrario
debe actuar representado por alguien que lo sea.
- Invocar causales calificadas que han impedido al representado comparecer.
- Ofrecer una garantía de que lo obrado será ratificado. El tribunal califica las
circunstancias y puede o no aceptarla. Si el tribunal la acepta se debe constituir la
garantía, que normalmente es una fianza (fianza de rato). Si lo obrado no es ratificado
posteriormente, se produce la nulidad de todo lo obrado (efecto procesal), y el fiador
deberá responder de los perjuicios causados (efecto civil).

b) Procurador Común: Ya analizado a propósito de la pluralidad de partes.


c) Representaciones Especiales: Se trata de dilucidar quién representa a determinadas
personas jurídicas. Para ello debemos distinguir:

- Personas Jurídicas de Derecho Público: No existen reglas especiales. Hay que


analizar la ley que las crea y reglamenta. Ejemplos:

• Fisco: Presidente del Consejo de Defensa del Estado.


• Municipalidades: Alcalde.

- Corporaciones y Fundaciones de Derecho Privado: Las representa su presidente (art. 8 CPC).


- Sociedades: Las representa el gerente o administrador. Salvo mención expresa, la
representación sólo comprende facultades ordinarias del mandato. Hay 3 casos especiales en
cuanto a la representación de las sociedades:

• Sociedades Anónimas: El representante debe ser el gerente (art. 49 Ley 18.046)


• Sociedad Legal Minera: La representa el socio designado por la junta o si no hubiere
junta, el socio con mayores derechos, o en caso de empate aquél cuyo apellido empiece
con la letra más cercana a la A. (art. 193 CM)
• Sociedades de Personas: Si no tiene un administrador designado, basta con notificar a
uno cualquiera de los socios.

d) Representación de Personas Ausentes: (art. 11, 285, 844, 845 y 846 CPC, y 367
COT). Hay que distinguir tres situaciones:

1. Si se teme una eventual ausencia del demandado y quiere el demandante


emplazarla para un juicio posterior, puede pedirse como medida
prejudicial, que se constituya un apoderado que lo represente y responda
por las costas y multas del juicio, bajo apercibimiento de designarse un
curador de bienes (art. 285 CPC).

Si el ausente ha partido del país sin dejar mandato constituido. Hay que distinguir
(art. 844 y ss. CPC):

2. Si se conoce su paradero: se le notifica por exhorto. - No se conoce su paradero: se designa


curador de ausentes (art. 473 CC)
3. Si el ausente dejó mandatario con facultades generales, es posible notificarlo válidamente.
Si sólo tiene facultades para un negocio en particular, sólo se lo puede emplazar
válidamente para ese caso. Finalmente, si no puede contestar nuevas demandas y no
conoce el paradero del mandante, se designa un curador de ausentes. (art. 11 CPC).

e. Cese de la Representación Legal: Art. 9 del CPC: “Si durante el curso del juicio termina por
cualquiera causa el carácter con que una persona representa por ministerio de la ley derechos
ajenos, continuará no obstante la representación y serán válidos los actos que ejecute, hasta la
comparecencia de la parte representada, o hasta que haya testimonio en el proceso de haberse
notificado a ésta la cesación de la representación y el estado del juicio. El representante deberá
gestionar para que se practique esta diligencia dentro del plazo que el tribunal designe, bajo pena
de pagar una multa de un cuarto a un sueldo vital y de abonar los perjuicios que resulten”.
¿Cómo se acredita la calidad de abogado habilitado?

Conforme a lo dispuesto en el art. 5, todo escrito debe ser ingresado por vía electrónica a
través del sistema de tramitación electrónica del Poder Judicial. De esta manera, el sistema
informático reconoce en forma automática la calidad de abogado habilitado, contrastando el RUT
del profesional con la base de datos de la oficina de títulos de la Corte Suprema. Adicionalmente, el
sistema alertará oportunamente respecto de los abogados se encuentren suspendidos.

LOS ABOGADOS

Se encuentra regulados en el Título XV, artículos 520 a 529 COT, y si bien no son auxiliares
de la administración de justicia, cumplen un papel de coadyuvante importantísimo en el ejercicio de
la jurisdicción. El art. 520 define los abogados como aquellas “personas revestidas por la autoridad
competente de la facultad de defender ante los Tribunales de Justicia los derechos de las partes
litigantes”.

La definición legal señala que son personas revestidas por la autoridad competente de la
facultad de defender los derechos de las partes. Esta referencia de la ley a la autoridad competente
se justifica porque el título de abogado es entregado en Chile por la Corte Suprema en una audiencia
pública en tribunal pleno, una vez que el licenciado de ciencias jurídicas acredite el cumplimiento
de los requisitos legales:

a) ser chileno o extranjero residente que haya cursado la totalidad de los estudios de
Derecho en Chile;

b) tener, a lo menos, veinte años de edad;

c) tener el grado de licenciado en ciencias jurídicas otorgado por una universidad, en


conformidad a la ley;

d) no haber sido condenado ni estar actualmente acusado por crimen o simple delito
que merezca pena aflictiva;

e) acreditar antecedentes de buena conducta (se exige la declaración de dos testigos de


conducta en la oficina de juramentos de la Corte Suprema, extracto de filiación,
certificado de antecedentes
universitario y cualquier otro antecedente que pudiera pedirse, en su caso); y

f) haber cumplido satisfactoriamente una práctica profesional por seis

meses en las Corporaciones de Asistencia Judicial, salvo que el postulante se hubiere


desempeñado en el escalafón de empleados del Poder Judicial durante, a lo menos,
cinco años.

La definición legal dada coincide con la función original que motivó la existencia de los
abogados. Tal como hemos señalado, si bien no constituyen funcionarios auxiliares de la
administración de justicia, por lo menos no en la forma en que los aborda el Código Orgánico, son
poderosos coadyuvantes a ella y, hoy por hoy, constituyen, además, la profesión base para el
desempeño de diversas otras actividades, tales como: la de juez, notario, parlamentario,
diplomático, corredor de propiedades, fiscal del ministerio público, defensor penal público o
licitado, jefe de servicios públicos, asesor de empresas, docente universitario, profesional
independiente, etc.

Defensas orales, Art. 527 COT

Las defensas orales ante cualquier tribunal de la República sólo podrán hacerse por un
abogado habilitado para el ejercicio de la profesión. No obstante, los postulantes que estén
realizando su práctica para obtener el título de abogado en las Corporaciones de Asistencia Judicial
creadas por la ley N° 17.995, podrán hacer tales defensas ante las Cortes de Apelaciones y Marciales
en favor de las personas patrocinadas por esas entidades. Para estos fines el representante de ellas
deberá otorgar al postulante un certificado que lo acredite como tal.

Relación entre el abogado y el cliente

La relación entre el abogado y su cliente está regulada básicamente en el artículo 528 y


también en la Ley 18.120, sobre Comparecencia en Juicio.

La defensa de los derechos de una persona en juicio se pacta en un contrato de mandato


llamado patrocinio, estableciendo el art. 529 COT que el contrato no termina por la muerte del
mandante.

Las defensas orales ante cualquier tribunal de la República sólo puede hacerlas un abogado
habilitado para el ejercicio de la profesión. No obstante, los postulantes que estén realizando su
práctica para obtener el título de abogado pueden hacerlas ante las Cortes de Apelaciones y
Marciales a favor de sus patrocinados, para lo cual requieren un certificado de la Corporación que
los acredite como postulantes. En ningún caso pueden los postulantes alegar ante la Corte Suprema,
art. 527 COT.

Responsabilidad

Conforme a nuestro Derecho, la responsabilidad podría provenir del incumplimiento de


obligaciones estipuladas contractualmente entre el abogado y su cliente (contractual) o tener por
causa un delito o cuasidelito que ha inferido
daño a otra persona (extracontractual), lo que en ambos casos implicará normalmente la infracción
a aquellas normas referentes al ejercicio de la profesión que establezcan conductas o modos de
obrar y que conforman la buena praxis, especialmente las normas ético profesionales.

En cuanto a la responsabilidad contractual, se ha discutido mucho acerca del tipo de


contrato aplicable a esta relación abogado-cliente. Para David Stitchkin, se trataba de un
arrendamiento de servicios, de aquellos en que predomina la inteligencia, conforme al art. 2118 del
Código Civil. Para dicho autor, "un informe en derecho constituiría el típico ejemplo, aunque estimo
que en caso de existir gestión de uno o más negocios ajenos existiría mandato, por ejemplo, cuando
se le encomienda a un abogado la defensa total de un juicio, pudiendo comparecer por su
patrocinado".

No obstante, la mayor parte de la doctrina y la jurisprudencia nacionales ha coincidido en


circunscribir dentro del contrato de mandato la generalidad de las prestaciones que se deben
recíprocamente el abogado y su cliente. Se basan en los artículos 528 del Código Orgánico de
Tribunales (COT) y 2012 y 2118 del Código Civil. El artículo 528 del COT dispone que "el acto por el
cual una persona encomienda a un abogado la defensa de sus derechos en juicio, es un mandato,
que se halla sujeto a las reglas establecidas en el Código Civil sobre los contratos de esta clase, salvo
la modificación establecida en el artículo siguiente".

La Corte Suprema, en fallo de 13 de marzo de 1991, ha dicho que los abogados tienen
además "una responsabilidad civil, que emana del hecho de existir entre el cliente y el profesional
un contrato de mandato, según lo dispuesto en los artículos 528 del Código Orgánico de Tribunales
y 2118 del Código Civil", agregando luego que "cabe advertir, primeramente, respecto de la
responsabilidad civil, que ella es de naturaleza contractual y nace cuando el abogado no cumple con
las obligaciones que el mandato le impone y se ejerce ante los Tribunales de Justicia a través de un
procedimiento ordinario y conlleva, en su caso, el pago de indemnización de perjuicios".

Independiente de la naturaleza jurídica del contrato, cumpliéndose los supuestos de la


responsabilidad contractual, esto es, existencia de una obligación contractual válida y vigente; que
tal obligación no se haya cumplido cabal y oportunamente por el abogado; que se haya ocasionado
como consecuencia del incumplimiento un daño al cliente, y que el incumplimiento verificado se
deba a la culpa o dolo de la parte infractora, se generará la responsabilidad civil del abogado. La
extensión de las obligaciones alcanza no sólo a lo que las partes directamente hayan estipulado,
sino también a todo aquello que de buena fe deban ejecutar y que provenga de la naturaleza misma
de la obligación (artículo 1546 del CC).

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