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Nació en Milán, Italia. Se ordenó de sacerdote en 1875.

En Bérgamo fundó el Instituto de las Hermanas Adoratrices del Santísimo Sacramento,


cuya consigna es adorar "...con el amor más ardiente el Santísimo Sacramento" y
alimentar “en Él la llama de la caridad para con el prójimo".

Recomendaba a sus hijas espirituales: "Caminad en la caridad; que se encienda por


fin el fuego de la caridad en vuestras almas; amad a vuestro Dios, y no pongáis nada a
su nivel o por encima de Él".

Falleció en Rivolta. Se le beatificó e1 21 de junio de 1992, en el santuario de


Caravaggio.

Juan Pablo II se expresó así de él: "... tuvo como punto de referencia espiritual el
binomio ´cuna´ y ´cruz´. Siempre, y sobre todo en los momentos tempestuosos de su
existencia, se inspiró en el misterio de Belén y del Gólgota; por eso enseñó que ´Belén
y el Calvario son la primera y la última nota, la primera y la última pagina de ese
poema inmenso, divino e inefable de amor y sacrificio que es toda la vida de Jesucristo
´ ".

El 6 de marzo de 2018, el Santo Padre Francisco recibió en audiencia a Su Eminencia


Reverendísima el cardenal Angelo Amato, S.D.B., Prefecto de la Congregación para las Causas
de los Santos. Durante la audiencia, el Sumo Pontífice autorizó a la Congregación a promulgar
el decreto relativo al milagro atribuido a la intercesión del Beato Francisco Spinelli, por lo que
tan sólo resta la celebración de la ceremonia de canonización, misma que se celebrará, en fecha
aún por determinar.

Antes de culminar el año, tuvo una visión en la Basílica Santa María la


Mayor. Se arrodilló, lloró, oró y soñó "con un enjambre de vírgenes
que adorarían el Santísimo Sacramento a perpetuidad".

El P. Spinelli comenzó su apostolado en la educación de los más


pobres y en paralelo fue profesor del seminario, guía espiritual y
consejero de varias comunidades femeninas de religiosas.

En 1882 conoció a Caterina Comensoli, que deseaba convertirse en


religiosa de alguna congregación que se dedicara a la Adoración
Eucarística.

Ese año logró fundar, junto con Caterina Comensoli, el Instituto de las
Hermanas Adoratrices del Santísimo Sacramento.

Hacia 1888 cientos de jóvenes eran atraídos por el carisma de la


adoración y el servicio. Las hermanas dedican día y noche a la
Adoración Eucarística y de esta forma, inspirar su servicio hacia los
hermanos pobres y sufrientes en los que se "revela el rostro de
Cristo". También las escuelas, oratorios, sanatorios y ancianos
solitarios fueron motivo de trabajo apostólico de la institución.
Sin embargo, la crisis financiera, el ambiente hostil y la falta de
compromiso de algunos sacerdotes para con la obra, hicieron que el
P. Spinelli fuera obligado a abandonar el instituto y la Diócesis de
Bergamo.

Entonces fue recibido por Mons. Geremia Bonomelli, Obispo de la


Diócesis de Cremona. Desde la comunidad de Rivolta d'Adda el P.
Spinelli continuó liderando el instituto de adoradores, los que al
momento de su muerte llegaron a ser 68 comunidades.

Rodeado de una gran reputación de santidad, murió el 6 de febrero de


1913 y fue enterrado en la iglesia de las Hermanas Adoratrices en
Rivolta d'Adda.

En la actualidad el instituto tiene alrededor de 250 comunidades en


Italia, Congo, Senegal, Camerún, Colombia y Argentina. En esos
lugares se dedican a la atención de personas con VIH, huérfanos,
drogodependientes, privados de libertad, entre otros.
En su tierra natal se dedicó con celo y amor a la tarea educativa, y para ello se
estableció en un local anexo al oratorio de don Palazzolo, su tío; así inició un
apostolado en favor de los pobres.

Inspirado en el amor a Jesús en la Eucaristía, supo vencer adversidades y la


oposición de quienes no creían en la consecución de su ideal e intentaron
boicotear su obra calumniándolo; él es un modelo de cómo los cristianos debemos
hacernos fuertes con la oración para soportar las injurias. Dejó una estela de amor
y servicio al prójimo, además de ejemplar devoción al Santísimo Sacramento.
Entregó su alma al Creador en Rivolta, Italia. Fue beatificado por SS Juan Pablo II
en 1992, y canonizado por SS Francisco en 2018.

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