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Clase II de Introducción a la soteriología.

Cultura Teológica.

Elementos principales de su doctrina:


Los eventos que transcurren desde el decreto eterno de Dios hasta la consumación de toda la
obra de la salvación en el pecador. Esto comúnmente es llamado ORDUS SALUTIS (Orden de la
salvación). Son comúnmente 7 los sucesos consecutivos y perfectamente ensamblados que
transcurren desde que el pecador es elegido en la eternidad hasta que recibe su glorificación.

Estos 7 eventos son:

 La predestinación:

La predestinación o elección antes de la fundación del mundo es


un elemento o pieza que compone el gran mecanismo de la obra
de la salvación.
Esta doctrina nos demuestra que Dios mismo es quien nos ha
escogido para ser adoptados Hijos suyos.
Esto es algo que constantemente encontramos en la biblia,
recurrentemente Dios nos recuerda:
Efesios 1:3-4 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,

según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos
y sin mancha delante de él,
En este texto podemos ver como aquellos que Dios llama hijos o
pueblo mío llegan a ser tales puesto que Dios desde la eternidad
los había elegido.

La palabra prohorizo en griego es comúnmente traducida como


predestinación y expresa la idea de establecer de antemano una
situación para una persona o una persona para una situación.
Otras variantes de esta palabra se traducen por determinar,
proponer o prefijar.

La gran controversia con esta doctrina se encuentra en la base o


fundamento por el cual Dios elige.
Las dos corrientes principales del cristianismo protestante se
disputan este tema desde hace 500 años.
Para los arminianos la elección de Dios está basada en su
presciencia, ósea en su conocimiento anticipado de las cosas.
Miremos lo que dicen los Remostrantes (discípulos de Arminio):

La elección es condicional, esto significa que la elección de Dios de


aquellos a quienes salvara tiene relación con ellos, que parte de su
razón para elegirlos fue algo en ellos. Con respecto a la elección
para la salvación, la biblia enseña que Dios elige a aquellos que
creen en Jesucristo, y por lo tanto, se unen a él, haciendo que la
elección sea condicional a la fe en Cristo.

El versículo comúnmente utilizado por los arminianos es el


siguiente:
1 Pedro 1:2 
Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser
rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

Ahora tenemos el punto de vista calvinista respecto a la


predestinación según Los cánones de Dort:

VII.- Esta elección es un propósito inmutable de Dios por el cual El, antes de la
fundación del mundo, de entre todo el género humano caído por su propia
culpa, de su primitivo estado de rectitud, en el pecado y la perdición,
predestinó en Cristo para salvación, por pura gracia y según el beneplácito de
Su voluntad, a cierto número de personas, no siendo mejores o más dignas
que las demás, sino hallándose en igual miseria que las otras, y puso a Cristo,
también desde la eternidad, por Mediador y Cabeza de todos los
predestinados, y por fundamento de la salvación. Y, a fin de que fueran
hechos salvos por Cristo, Dios decidió también dárselos a él, llamarlos y
atraerlos poderosamente a Su comunión por medio de Su Palabra y Espíritu
Santo, o lo que es lo mismo, dotarles de la verdadera fe en Cristo,
justificarlos, santificarlos y, finalmente, guardándolos poderosamente en la
comunión de Su Hijo, glorificarlos en prueba de Su misericordia y para
alabanza de las riquezas de Su gracia soberana. Conforme está escrito: “según
nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuéremos santos y sin mancha
delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio
de Jesucristo, según el Puro afecto de Su voluntad, para alabanza de la gloria de Su gracia,
con la cual nos hizo aceptos en el amado.

Las dos teologías parten de la eternidad como el punto en común


de la predestinación. Dios escoge desde antes de la fundación del
mundo y por lo tanto el conoce a los que son suyos, su número es
ciertísimo e inmutable.
El dilema que enfrenta a estas dos teologías es la causa de la
predestinación.
Para los calvinistas la base de la predestinación está en la
soberanía de Dios. Él es libre de elegir dentro de la misma masa de
hombres caídos, un número de hombres para mostrar su gracia,
amor y misericordia; y al resto de los pecadores dejarlos en el
estado que ya se encuentran, condenados. Pero el objeto por el
cual predestina no se encuentra en la criatura o en algo fuera de
ella, sino en el designio de su voluntad.
En cambio para los arminianos, Dios escoge en base a su pre-
conocimiento, observando al futuro, prevé quienes recibirán con
fe el evangelio y a esos hace objeto de su amor paterno. En
sencillas palabras, Dios elige en base a la criatura.

 El llamamiento, ¿Eficaz o resistible?

 
Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a
la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a
los que justificó, a éstos también glorificó. Ro 8:29-30

Si hablamos de predestinación antes de la fundación del mundo,


tenemos que hablar entonces del cumplimiento de esta elección
en el tiempo determinado.
Todos nosotros hemos llegado a los pies de Cristo porque oímos el
evangelio por boca de una o más personas. Este evento se
denomina LLAMAMIENTO. Dios en un momento determinado de
nuestras vidas nos llamó a arrepentirnos y creer en Jesucristo
como nuestro salvador y Señor.
Pero el llamamiento no puede ser efectivo sino obra previamente
en nosotros el Espíritu Santo.
Hasta este punto estamos de acuerdo ariminianos y calvinistas, los
dos creemos que la predicación obra de la mano del poder del
Espíritu. El Señor no salva de otra manera que no sea por la
predicación, pero tampoco salva sin la obra de su Santo Espíritu.

Pero el conflicto entre estas teologías nace en el siguiente punto:


¿El llamado de Dios es irresistible o resistible? ¿La gracia de Dios es
capacitadora o efectiva por completo?

El buen calvinista dirá que el llamamiento de Dios es efectivo en


sus escogidos, que la obra del Espíritu Santo sobre quienes
predestino es irresistible. Lo que significa que cuando Dios llama a
un escogido este será plenamente convencido por el Espíritu.

El arminiano dirá que la gracia del Espíritu Santo solo es


capacitadora, ósea que Dios capacita al pecador para responder al
llamado pero este puede resistirle. Se le llama Gracia Preveniente
y Jacobo Arminio se refirió así:
¿La gracia de Dios es una cierta fuerza irresistible? Esto es, la controversia no se
refiere a aquellas acciones u operaciones que puedan ser atribuidas a la gracias,
(pues yo reconozco y enseño muchas de estas acciones u operaciones como
cualquiera), pero ella se refiere únicamente al modo de operación, se es irresistible o
no. Con respecto a lo cual, creo de acuerdo con las Escrituras, que muchas personas
se resisten al Espíritu Santo y rechazan la gracia que se les ofrece. [Arminius, Vol 1, p
175]

En cambio el Sínodo de Dort se pronuncia en contra de esta


enseñanza:
X.- Pero que otros, siendo llamados por el ministerio del Evangelio, acudan y se conviertan,
no se tiene que atribuir al hombre como si él, por su voluntad libre, se distinguiese a sí mismo
de los otros que son provistos de gracia igualmente grande y suficiente (lo cual sienta la
vanidosa herejía de Pelagio); si no que se debe atribuir a Dios, quien, al igual que predestinó
a los suyos desde la eternidad en Cristo, así también llama a estos mismos en el tiempo, los
dota de la fe y de la conversión y, salvándolos del poder de las tinieblas, los traslada al reino
de Su Hijo, a fin de que anuncien las virtudes de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz
admirable, y esto a fin de que no se gloríen en sí mismos, sino en el Señor, como los escritos
apostólicos declaran de un modo general.

XI.- Además, cuando Dios lleva a cabo este Su beneplácito en los predestinados y obra en
ellos la conversión verdadera, lo lleva a cabo de tal manera que no sólo hace que se les
predique exteriormente el Evangelio, y que se les alumbre poderosamente su inteligencia por
el Espíritu Santo a fin de que lleguen a comprender y distinguir rectamente las cosas que son
del Espíritu de Dios; sino que Él penetra también hasta las partes más íntimas del hombre con
la acción poderosa de este mismo Espíritu regenerador; El abre el corazón que está cerrado;
Él quebranta lo que es duro; Él circuncida lo que es incircunciso; Él infunde en la voluntad
propiedades nuevas, y hace que esa voluntad, que estaba muerta, reviva; que era mala, se
haga buena; que no quería, ahora quiera realmente; que era rebelde, se haga obediente; Él
mueve y fortalece de tal manera esa voluntad para que pueda, cual árbol bueno, llevar frutos
de buenas obras.

Por esto concluimos que según los calvinistas Dios predestina a


quienes por el afecto de su voluntad luego llamara eficazmente
con una Gracia Irresisteble, ósea que el pecador no puede resistir,
sino que siendo quebrantado y capacitado por el Espíritu Santo
responderá por su libre voluntad al llamado del Evangelio.
Algunos versículos que apoyan esta teología: (Juan 6:37-39, Juan
10:16, Juan 6:44)

En cambio el arminiano concluirá que Dios predestina a quienes


creerán en el, y los llamara capacitándolos con la gracia del
Espíritu Santo, una gracia que no es especial, sino general a todos
los hombres, con la diferencia que unos la resisten y los escogidos
no.
Algunos versículos que apoyan esta teología:
(Hechos7:51, Romanos 10:21, Juan 3:19)

 Fe y arrepentimiento:
En cuanto a la fe y el arrepentimiento hay una clara distinción
entre las dos teologías que estudiamos.

Para los calvinistas la fe y el arrepentimiento preceden a la


regeneración. El calvinista cree que en el llamamiento eficaz la
gracia del Espíritu Santo obra el nuevo nacimiento, y que una vez
regenerado el pecador ahí es capacitado para creer y arrepentirse.

En cambio para los arminianos, la fe y el arrepentimiento


anteceden a la regeneración. La regeneración es el producto de la
fe y el arrepentimiento por nuestros pecados.
En este caso el arminiano como bien vimos en el anterior punto,
cree que la gracia preveniente capacita al pecador para que crea
en el evangelio y se arrepienta de sus pecados, y luego por esta
acción es regenerado.

Están invertidos los órdenes, para unos El Señor hace toda la obra,
de principio a fin y para otros el hombre coopera.
Veamos que dicen los remostrantes:

Los que escuchan el Evangelio son capacitados por la gracia para creer, además “La
fe vienen por oír, y el oír por la palabra de Dios” (Rom 10:17), ya que todos “No han
obedecido el evangelio” (Rom 10:16) a pesar de que lo escuchen (Rom 10:18). Dios
ofrece su maravillosa gracia salvadora en su Hijo a los pecadores, pero les permite
elegir si lo aceptaran o rechazaran. Por lo tanto, en el caso de Israel, el Dios que ama
a todos y trabaja por la salvación de todos dice: “Todo el día extendí mis manos a un
pueblo rebelde y contradictor” (Rom 10:21)

Como bien mencionamos más arriba, la fe y el arrepentimiento


son algo espontaneo que nace de una operación del Espíritu en el
pecador, pero es algo del hombre y no de Dios.
En cambio para el calvinista la gracia de Dios no solo opera el
nuevo nacimiento, sino que da al hombre el arrepentimiento y la
fe, los canones de Dort responden:
XIV.- Así pues, la fe es un don de Dios; no porque sea ofrecida por Dios a la voluntad
libre del hombre, sino porque le es efectivamente participada, inspirada e infundida
al hombre; tampoco lo es porque Dios hubiera dado sólo el poder creer, y después
esperase de la voluntad libre el consentimiento del hombre o el creer de un modo
efectivo; si no porque obra en tal circunstancia el querer y el hacer, es más, que obra
todo en todos, realiza en el hombre ambas cosas: la voluntad de creer y la fe misma.

En resumidas palabras el calvinista y el arminiano están de


acuerdo en que la fe y el arrepentimiento son una condición
necesaria para la salvación. La sutil diferencia se encuentra en el
modo que el hombre la ejerce.
Para los arminianos, la gracia preveniente capacita a todo pecador
a tener fe y arrepentirse, quien lo hace y acepta este regalo es
regenerado por el Espíritu Santo y en ese entonces se da la
conversión verdadera. Regeneración y conversión entonces son el
producto de la fe.
En cambio el calvinista cree que la acción eficaz del Espíritu Santo
en el corazón del escogido produce la regeneración, y que a partir
de ahí es infundido en el la fe y el arrepentimiento, que es una
obra participativa de ambos, pero el hombre sin la acción del
Espíritu no tendría fe, puesto que esta es un don de DIOS (Efesios
2:8).

 Regeneración / conversión.

Si bien ya hemos hablado bastante de esto en los dos puntos


anteriores, quedan detalles por pulir.

Si bien estos términos están relacionados estrechamente y para


algunos teólogos pueden llegar a ser sinónimos, hay otros eruditos
que hacen distinción.

La regeneración es entendida como el acto de Dios por medio del cual


implanta el principio de la nueva vida en el ser humano, y santifica la
predisposición que gobierna el alma.

En cambio la conversión es:


El acto de Dios por el cual la persona en su vida consciente, se vuelva a él en
fe y arrepentimiento.

Como podemos ver la sutil diferencia entre ambas es que la


regeneración es la infusión de nueva vida y la conversión es la
consecuencia de la regeneración, que moviliza al hombre a un
cambio de vida.
La palabra arrepentimiento en griego es Metanoia, que significa
cambiar de mentalidad o cambiar la manera de ser. En este
sentido mas especifico es que podemos ver que la conversión es la
disposición para dejar nuestros malos caminos y disponernos a
obedecer a Dios.
Según el orden de salvación calvinista la regeneración ocurre
primero que la conversión, la conversión es la consecuencia de la
nueva vida en el hombre.
En el orden de la salvación arminiano es al revés, la gracia
preveniente produce que el hombre se arrepienta y crea, por lo
tanto que se convierta, una vez que se convierte cooperando con
el Espíritu Santo ahí recién nace de nuevo.

 Justificación.

En este punto arminianos y calvinistas creemos igual.


El hombre es justificado por la Sola Fe.

La justificación por la fe es el pilar de la doctrina protestante y


evangelica, enseñando conforme a la escritura que el hombre solo
puede ser justificado por la fe y no por las obras.

 Santificación.

En la regeneración somos capacitados para creer y arrepentirnos,


lo que produce que nos convirtamos de nuestros malos caminos,
pero luego de que hemos sido regenerados, convertidos y
justificados, viene el proceso que se le llama santificación.

Esta es, según el catecismo de Westminster <La obra de la libre


gracia de Dios, por la que somos renovados en el hombre
completo según la imagen de Dios y somos capacitados más y más
para morir al pecado y vivir a la justicia>

Ha diferencia de la justificación que es un acto jurídico e


irrevocable, que se da una sola vez y para siempre. La santificación
es una obra progresiva.

Esta obra del Espíritu es la constante asistencia, exhortación y


dirección del cristiano a toda buena obra, que a medida que va
creciendo en la fe, va siendo más parecido a Cristo.

La confesión de Westminster (presbiteriana) enseña lo siguiente


respecto a esta doctrina:

I. Aquellos que son llamados eficazmente y regenerados, teniendo creados un nuevo


corazón y un nuevo espíritu en ellos, son además santificados real y personalmente
por medio de la virtud de la muerte y la resurrección de Cristo, por su Palabra y
Espíritu que mora en ellos; el dominio del pecado sobre el cuerpo entero es
destruido, y las diversas concupiscencia de él son debilitadas y mortificadas más y
más, y los llamados son más y más fortalecidos y vivificados en todas las gracias
salvadoras, para la práctica de la verdadera santidad, sin la cual ningún hombre verá
al Señor.
1. 1 Corintios 6:11; Hechos 20:32; Filipenses 3:10; Romanos 6:5,6.
2. Juan 17:17; Efesios 5:26; 2 Tesalonicenses 2:13.
3. Romanos 6:6,14.
4. Gálatas 5:24; Romanos 8:13.
5. Colosenses 1:11; Efesios 3:16-19.
6. 2 Corintios 7:1; Hebreos 12:14.

II. Esta santificación se efectúa en todo hombre, aunque es incompleta en esta vida.
Todavía quedan algunos remanentes de corrupción en todas partes, de donde surge
una continua e irreconciliable batalla; la carne lucha contra el Espíritu, y el Espíritu
contra la carne. 1. 1 Tesalonicenses 5:23.
III. En dicha batalla, aunque la corrupción que aún queda puede prevalecer mucho
por algún tiempo, sin embargo, a través del continuo suministro de fuerza de parte
del Espíritu Santificador de Cristo, la parte regenerada triunfa: y así crecen en gracia
los santos, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

1. Romanos 7:23.

2. Romanos 6:14; 1 Juan 5:4; Efesios 4:15,16.

3. 2 Pedro 3:18; 2 Corintios 3:18.

4. 2 Corintios 7:1.

En esta doctrina tanto calvinistas como arminianos estamos en


común acuerdo, es una obra donde participa el Espíritu Santo y la
voluntad del hombre.

 Perseverancia de los santos

Esta doctrina nos enseña acerca de la necesidad de los creyentes


de perseveran en la fe para salvación.
Los calvinistas no negamos que retener al fe hasta el final de
nuestras vidas sea un condición para el verdadero creyente, lo que
si negamos es que un verdadero creyente puedo cometer
apostasía.

Para el arminiano si bien el Señor cuida a los suyos no puede


asegurar la salvación a nadie, puesto que la perseverancia en la fe
depende el creyente. Si bien creen que el Espíritu Santo ayuda al
creyente, este puede rebelarse de tal manera que pierda su
salvación.

Los cánones de Dort enseñan:

- Entretanto, la Sagrada Escritura testifica que los creyentes, en esta vida, luchan
contra diversas vacilaciones de la carne y que, puestos en grave tentación, no
siempre experimentan esta confianza absoluta de la fe y esta certeza de la
perseverancia. Pero Dios, el Padre de toda consolación, no les dejará ser tentados
más de lo que puedan resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la
salida (1 Cor. 10:13), y de nuevo despertará en ellos, por el Espíritu Santo, la
seguridad de la perseverancia.

Como podemos ver para el calvinista Dios preserva


incondicionalmente a aquellos que escogió para salvación.

“… el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará


hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6)

“… esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual


también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles
en el día de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 1:7-8).

Para los arminianos, los creyentes están seguros en Cristo a


merced de su propia voluntad, tienen la ayuda del Espíritu, pero es
para ellos resistible.

El problema con esta última postura es que deben reconocer que


no tiene sostén bíblico, puesto que muchos verdaderos creyentes
cometieron terribles pecados y sin embargo Dios siempre los trajo
de nuevo a sus caminos. Dios jamás ha perdido a ninguno de sus
hijos.

Así que para finalizar adjunto un cuadro con el orden de Salvación


arminiano y el calvinista.

ORDO SALUTIS CALVINISTA ORDO SALUTIS ARMINIANO


Elección/predestinación Elección/predestinación
Llamamiento eficaz Gracia preveniente
Regeneración Fe/justificación
Fe/Justificación Regeneración
Adopción Santificación
santificación Glorificación
Perseverancia
Glorificación

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