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ENSAYO
TÁCTICAS NAVALES EMPLEADAS EN LA SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL, GUERRA DE LAS MALVINAS Y GUERRA DEL GOLFO
PÉRSICO
Durante los últimos siglos, Europa y el mundo han conocido muchas guerras, todas
finalizadas por agotamiento de los cuerpos y recursos. Así ocurrió con la Segunda Guerra
Mundial cuyas tácticas y estrategias revolucionaron las ya utilizadas durante la Primera Gran
Guerra. La Segunda Guerra Mundial ha sido el conflicto bélico más importante de la historia
de la humanidad. Quizás otras hayan tenido análogas repercusiones ulteriores, pero ninguno
provocó la movilización de hombres y recursos alcanzada entre 1939 y 1945. A lo largo de
esos seis años, el planeta se vio envuelto de forma directa o indirecta, en las hosti-
lidades.Raro fue el país que no se posicionase a favor de alguna de las potencias o no se
viese involucrado, militar o diplomáticamente, en la contienda. A medida que esta se
prolongaba, el uso de los recursos naturales y la producción de armamento se multiplicaron
exponencialmente, dando lugar, además, a unos avances tecnológicos sorprendentes. En
nada se pareció la Tierra de 1939 a la de 1945: el sistema mundial sufrió un espectacular
terremoto y se transformó radicalmente durante esos años. Europa, hasta entonces la
potencia dominante, dio el relevo a los Estados Unidos, a la Unión Soviética y a otros actores
que hoy son piezas determinantes en el ajedrez de las relaciones internacionales.
Lepanto, que tuvieron un impacto decisivo en el devenir de la humanidad. A partir del siglo
XX, desde que entró en juego la aviación, parecía como si las fuerzas navales hubiesen
perdido cierta relevancia, al menos de cara al gran público. La Segunda Guerra Mundial
demostró lo contrario. Las batallas navales, que no han despertado tanto interés como las
terrestres, tuvieron una incidencia especial en el transcurso del conflicto: la guerra
submarina, el ataque a Pearl Harbor, la batalla de Midway o el desembarco de Normandía,
por citar solo alguno de los episodios más destacados de la contienda, se desarrollaron en el
agua. Salvo el de Midway, los otros tres ejemplos no fueron, propiamente, enfrentamientos a
gran escala entre dos armadas, sino más bien ataques sorpresa, encuentros esporádicos o
desembarcos anfibios.
pero la ilimitada fuente de recursos de que disponían los americanos acabó por arrollar a sus
adversarios: estos últimos no contaban con tantas materias primas y su número de bajas en
combate no era fácilmente remplazable, tras años de lucha en distintos frentes.
pesar de que no se abandonó por completo la vía diplomática, inició el despliegue de una
fuerza militar con el objetivo de reconquistar las islas.
La disputa por las islas ha sido un tema insoslayable para la sociedad argentina
posterior a 1945. Desde ese momento, en particular a partir de la década de 1960, el debate
en torno a la posesión de las mismas ganó lugar a nivel internacional, sobre todo a partir de
la creación de la Asamblea General de las Naciones Unidas. El 2 de abril de 1982, los ojos
del mundo observaron con atención los sucesos que ocurrían en el Atlántico Sur. Argentina
había recuperado las Malvinas mediante una operación militar incruenta, es decir, no hubo
muertos ni heridos entre los británicos, ni tampoco daños materiales importantes. Después
de ciento cuarenta y nueve años, la bandera argentina ondeaba sobre las islas.
El hecho de que Argentina tuviese en su haber apenas cinco misiles Exocet aire-
superficie fue una suerte para el Reino Unido, ya que demostró ser un misil efectivo y letal.
Uno hundió al HMS Sheffield y otro al MV atlantic Conveyor. Hubo uno que impactó (si bien
no hundió) en el HMS Glamorgan, pero ese fue un misil Exocet superficie-superficie,
chapucera pero eficazmente adaptado para lanzamiento desde tierra. En las Malvinas, una
vez hubieron comenzado los desembarcos, la fuerza anfibia ya estuvo localizada, pero el
grupo aeronaval no. Un buen radar habría contribuido a cambiar esto. No es de recibo que
una fuerza aérea moderna que pretenda tener la capacidad de ataque contra buques carezca
de aviones de patrulla marítima o del adiestramiento necesario para hacer un ataque
colaborativo entre un TRU (target reporting unit) y los cazas. Por parte británica, la carencia
de aeronaves de AEW hizo que los pickets (buques que sirven como exploradores
avanzados) fuesen la primera línea de detección de los aviones argentinos. Una tarea muy
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defenderse eficazmente contra esa amenaza». Más se prestan a análisis las acciones cerca
de tierra, que fueron numerosas. El bautismo de fuego para la fuerza anfibia fue el mismo 21
de mayo (día de los desembarcos), estando ya en la bahía de San Carlos. Los ataques
aéreos argentinos se sucedieron a lo largo de seis horas, y sucedió que las armas antiaéreas
más eficaces dentro de la angosta bahía fueron armas manuales (ya fuesen misiles de
hombro —manpads—, ya ametralladoras). Para los aviones, el tiempo necesario para hacer
la aproximación a su blanco, apuntar y lanzar era de segundos, al estar la bahía rodeada de
tierras altas. Las armas empleadas por los buques incluían armas ligeras a mansalva, que
dieron cuenta de algún avión y que hicieron a más de un piloto romper la pasada de ataque
ante tamaño rastro de trazadora. Y aquí entraban todas: cañones Bofors de la LPD HMS
Fearless, ametralladoras de propósito general, ametralladores Bren, fusiles e incluso cohetes
anticarro.
No se deben, por tanto, desdeñar las armas de apuntamiento manual. Con blancos
que aparecen en el radar segundos antes del lanzamiento de la bomba, el control de fuego
guiado por este, paradójicamente, puede quedarse corto. Esto es así porque la parte humana
del proceso del enfrentamiento (ver el blanco en el radar y hacer la designación) puede no
dar tiempo a que se haga; salvo quizá en el caso de que se disponga de un «radar de
adquisición» automático y fiable, y preferiblemente asociado a un módulo automático de
enfrentamiento (esto último podría ser algo similar al TEWA de las fragatas de la clase Santa
María o al sistema de las de la clase Álvaro de Bazán).
A lo largo de la semana que siguió al 21 de mayo, gran parte de las acciones transcurrieron
apartadas de la bahía de San Carlos, en el propio estrecho de San Carlos, Falkland Sound
en inglés (no confundir con la bahía del mismo nombre) o en su entrada al norte, felizmente
para la fuerza anfibia y para la de desembarco, que solo esporádicamente vislumbraron
algún Harrier persiguiendo a Skyhawks o Mirages. A lo largo de estos días, por tanto, fueron
los escoltas los que se llevaron el castigo, permitiendo con ello que la fuerza anfibia y la de
desembarco saliesen prácticamente indemnes. El estrecho, a pesar de ser mucho menos
angosto que la pequeña bahía de San Carlos, era un entorno que impuso fuertes
restricciones a los sistemas de misiles antiaéreos, por la incapacidad de los radares de
vigilancia de detectar blancos aéreos muy bajos en presencia de clutter (blancos radar de
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terrestre limitada. Así pues, la Guerra del Golfo consistió en una campaña aérea de unas seis
semanas de duración y una batalla terrestre de menos de cuatro días. En comparación con la
mayoría de los conflictos posteriores en los que participaron ejércitos occidentales (Somalia,
los Balcanes, Afganistán, Irak, Mali, etcétera), fue una guerra corta, incluso si añadimos las
acciones preliminares de proyección de fuerzas y control marítimo. Terminó con una victoria
inequívoca de la coalición. La coalición logró todos sus objetivos de guerra políticos y
militares. Pudo expulsar al ejército invasor de Kuwait, neutralizar por completo las
capacidades militares iraquíes y avanzar en Iraq sin llegar a Bagdad ni amenazar con
derrocar a Sadam Husein. Éstos eran los objetivos políticos asignados para la coalición
sobre la base de un compromiso entre las principales potencias y de un acuerdo informal
entre Washington, París y Londres.
Desde un punto de vista operativo, la operación fue un caso de libro de texto para
futuras operaciones exteriores9. Estados Unidos y sus aliados empezaron por asegurarse el
control de los cielos y de las zonas marítimas en torno al teatro de operaciones, en particular,
neutralizando sistemáticamente los centros de mando y de control iraquíes e imponiendo un
bloqueo naval. Estas acciones preliminares o preparatorias se basaron en un perfecto
conocimiento de la posición del enemigo, en especial, mediante la recopilación previa de
información de inteligencia. La importancia estratégica de los satélites de observación militar
(sólo al alcance de Estados Unidos en aquella época) quedó plenamente confirmada.
La maniobra también se vio facilitada por una decisión insólita tomada por Saddam
Hussein, que, deseoso de proteger su fuerza aérea, transfirió un centenar de sus aviones a
Irán en las primeras horas del conflicto10. Saddam Hussein consideró que sus fuerzas no
estaban en condiciones de ganar la primera batalla aérea contra la coalición, más poderosa y
mejor equipada, pero que sí podría vengarse explotando su conocimiento del terreno,
durante las batallas terrestres, en una batalla del desierto. De hecho, esto nunca ocurrió, ya
que su ejército, que había tomado posiciones en las dunas de arena del valle del Éufrates,
había sido destruido previamente por bombardeos convencionales y ataques selectivos. La
Guardia Republicana iraquí aguardaba con el aliento dentro; sus tanques inmovilizados en el
suelo del desierto; hombres y equipos aniquilados bajo una alfombra de bombas antes,
incluso, de que se pudiera disparar un obús11.
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En este sentido, la Guerra del Golfo, que tuvo un gran impacto en la gente por el uso
de misiles de precisión americanos y por la guerra electrónica a tan gran escala por primera
vez, demostró, claramente, que se estaba produciendo una revolución en los asuntos
militares12. Sin embargo, en muchos aspectos (los bombardeos aéreos masivos de los B52
americanos, el tamaño de los destacamentos terrestres desplegados13, el número de
vehículos blindados), sigue estando vinculada con conflictos anteriores. No cabe duda de
que la gramática de la guerra está experimentando profundos cambios, pero su vocabulario
no deja de ser anticuado.
Por otra parte el golfo pérsico y el estrecho de Ormuz han sido testigos de numerosas
averías ocasionadas a flotas como la de los Estados Unidos, mediante el empleo de minas
navales, misiles o artefactos explosivos improvisados, en casos como: el USS Samuel B.
Roberts, averiado por una mina naval; el USS Stark, impactado por dos misiles antibuque, y
el USS Cole, averiado en el puerto de Adén empleando tácticas asimétricas en 2000.
fondeadero. Lo fueron a costa de tres escoltas hundidos (los HMS ardent, antelope y
Coventry) y varios más seriamente dañados por las bombas, pero el objetivo argentino
estaba (o debía estar) en el fondeadero y en tierra.
La guerra antiaérea estuvo marcada por unas alturas de aproximación muy bajas,
como se ha dicho, salvo en ocasiones puntuales, como la de una misión de bombarderos
Canberra, no aptos para atacar buques con capacidad antiaérea. Ello redundaba en
detecciones muy tardías. Una consecuencia de esto fue que no había un proceso de
identificación formal. Un contacto bajo en aproximación era susceptible de ser enfrentado, no
había tiempo para evaluar. Era la única solución posible si se quería enfrentar a los aviones
atacantes. El factor que permitió que se pudiese actuar así sin que sucediesen apenas
fratricidios fue la buena gestión del espacio aéreo. Una identificación por procedimientos
(basada en el conocimiento de en qué zonas supuestamente pueden operar las aeronaves
amigas y en cuáles no), es factible; a veces, incluso necesario, pero requiere disciplina. El
apartarse de los procedimientos conduce a fratricidios, como el que se produjo cuando un
helicóptero Gazelle del Ejército fue derribado, según parece, por el HMS Cardiff. El error en
este incidente fue doble: por una parte se trataba de un helicóptero que estaba violando los
citados procedimientos (8). Por otra, no figuraba en la lista de salidas previstas (hoy lo
llamaríamos el ATO, air Tasking Order) por descuido del Ejército. No obstante, fue el único
caso de fratricidio entre fuerzas navales y del Ejército, lo que demuestra que el sistema
funcionó bastante bien.
significa insensato), podemos decir que fue una decisión acertada, con unos riesgos
asumidos.
La Guerra del Golfo Persico concluimos que la coalición detuvo su avance en Irak y
declaró un alto el fuego 98 horas después del inicio de la campaña terrestre. Cumpliendo su
palabra, sobre todo, con el expresidente François Mitterrand, el expresidente estadounidense
George H. W. Bush (1989-1993) no empujó a sus tropas a tomar Bagdad. El régimen de
Saddam Hussein, aunque derrotado militarmente, permaneció en el poder. Durante la guerra,
los combates se limitaron, estrictamente, a Irak, Kuwait y las zonas fronterizas con Arabia
Saudita. No obstante, los escasos combates fueron intensos y causaron muchas bajas civiles
y militares en el bando iraquí (según las fuentes, entre 150.000 y 180.000 víctimas14), pero
menos de mil en el bando de la coalición, de las cuales sólo 247 murieron en combate.
La Guerra del Golfo marcó una ruptura con el antiguo orden de la Guerra Fría. Desde
un punto de vista geoestratégico, fue un hito histórico tan significativo como lo fue,
políticamente, la caída del Muro de Berlín. Su ausencia en la gestión del conflicto demuestra
que la URSS ya había caído de rodillas15 internacionalmente antes de derrumbarse sobre sí
misma unos meses más tarde. En cierto modo, este conflicto, sobre todo, para los países de
la región, empezando por Irak, debe interpretarse también como un rebote de la guerra Irán-
Irak, que, en sí misma, por sus motivos y la inversión de alianzas tras la revolución islámica
en Irán, ya estaba fuera de la estricta lógica bipolar de la Guerra Fría.
aquella época, era considerado un líder árabe nacionalista y laico, invocó la Yihad contra los
americanos. A un nivel más fundamental, la Guerra del Golfo desempeñó un papel clave en
la generación de conflictos posteriores a la Guerra Fría, que fue de inspiración tanto desde el
punto de vista del mantenimiento de la paz y de la gestión del orden mundial emergente
como desde un punto de vista operativo.
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Referencias Bibliográficas: