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Remembranzas de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo

TN Enrique Velásquez

Mucho se ha escrito sobre la historia del combate naval del Lago


de Maracaibo ocurrido el 24 de julio de 1823 durante la gesta
independentista, sin embargo, existen aspectos que deberían ser de
interés y estudio por nuestros jóvenes marinos en cada una de las
academias e institutos de formación militar, quienes en el futuro serán
los planeadores de estrategias militares y campañas bélicas, como
esta proeza heroica, la cual selló la independencia definitiva de
Venezuela, si ocurrieran, dado las intenciones y pretensiones
hegemónicas de algunos imperios que dominan el mundo actual en
contra de esta Patria.
Venezuela es un país de dependencia marítima por excelencia.
Por el mar nos vino la libertad con la célebre Batalla Naval del Lago de
Maracaibo. Resguardar los espacios acuáticos, ejercer la soberanía y
defensa no se puede efectuar sino con buques de suficiente
autonomía, es decir, debe existir un alto apresto operacional de la flota
para garantizar una defensa adecuada que inhiba la presencia de
unidades de guerra del enemigo.
“La superioridad aérea, naval y de fuego del enemigo, el empleo
de sus armas de gran alcance, precisión y la capacidad de su
exploración técnica, son uno de los rasgos que caracterizaran las
acciones de las unidades de la Armada Bolivariana durante la lucha
contra el enemigo”. En este teatro de operaciones, el componente
naval emplearía las fuerzas y recursos de sus medios navales con la
mayor eficiencia, a fin de negar el uso del espacio marítimo a los
insurgentes.
Es por ello que, elementos como la composición de la Escuadra
Patriótica, la cual contó con la participación de insignes buques como
Bergantín Independiente, Comandante CN Renato Beluche, Bergantín
Confianza, Comandante TN Lucas Urribarry, Bergantín Marte,
comandante CN Nicolás Joly, Goleta Espartana, Comandante Cap
Marey R. Markin (Bluck),Goleta Peacock, Comandante Cap Peter
Storm, Goleta Antonia Manuela, Comandante Cap. Jean Rastigue de
Bellegarde, Goleta emprendedora, Comandante Cap Thomas Vega,
Goleta Manuela Chitty, Comandante Alf. Félix Romero, Goleta
Independencia, Comandante CF Samuel Pilot, Goleta La Leona,
Comandante Juan Mican, así como una división fortificada, que con
tácticas y estrategias militares lograron derrotar las fuerzas españolas
contra la operación en Maracaibo, merecen una mayor apreciación
para tomar aspectos necesarios y resaltantes a la hora de la
planeación de un conflicto bélico, las cuales se puedan emplear y
adaptar a las nuevas tecnologías de uso militar para combatir en
diferentes escenarios hostiles.
La artillería naval usada en esta querella también es objeto de
estudio. Se evidenció el uso del cañón y artilleros navales bien
adiestrados, de acuerdo a documentos avalados y registrados durante
el curso de esta historia. Para esta época, la potencia de un navío
militar de guerra estaba en sus cañones, si ejecutaban sus descargas
de manera eficaz, si las tripulaciones los recargaban con rapidez y si
las naves maniobraban con pericia, a fin de ganar ventaja sobre el
enemigo.
Los oficiales poseían dotes de mando y liderazgo admirables,
artilleros preparados, con experiencia de tiro en la mar y una marinería
adiestrada bajo cualquier condición de mar y hostilidad.
Asimismo, el nivel geoestratégico asumió un papel
preponderante en este conflicto. El puerto de Maracaibo por su
situación geográfica era el más estratégico e importante de Venezuela
durante la época de la colonia, el comercio marítimo cobro fuerza
entre las provincias lo que obligó a la monarquía a fortificar las costas
de su dominio en el continente para defenderse de las amenazas
provenientes del mar. España proyectó una política de restitución de
su poderío naval en el Mar Caribe, robusteciendo su defensa de costa.
De acuerdo a diferentes estudios e investigaciones por diversos
historiadores sobre este evento naval, el desenlace victorioso de la
Batalla del Lago de Maracaibo significó la consolidación de la
campaña naval patriota, que planeada estratégicamente buscaba la
recuperación de los principales puertos del mar Caribe meridional:
Cartagena, Santa Marta, Riohacha, Maracaibo y Puerto Cabello.
El poder naval español sufrió un durísimo golpe en Maracaibo
del cual no podría recuperarse nuevamente y representó para España
la pérdida del control del Mar Caribe, cortándose de esta forma sus
líneas de comunicaciones y de avituallamiento civil y militar.
El consecuente dominio de las rutas marítimas por el éxito de la
Marina patriota, permitió “mantener los abastecimientos que
necesitaba el Libertador, los cuales eran suministrados por Gran
Bretaña, Estados Unidos y algunas Islas del Caribe.
Con la victoria de Padilla y de sus hombres sobre Morales y
Laborde, desapareció el peligro de reconquista por el Imperio español
y el Libertador Simón Bolívar tuvo la posibilidad de continuar su
triunfante campaña militar en el Sur. Con la cual consolidó el proceso
de emancipación de cinco naciones suramericanas –Colombia,
Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia– y le aseguró la ambicionada
libertad a un nuevo mundo.

Teatro de Operaciones
El 24 de julio Padilla decide atacar las fuerzas de Laborde fondeadas
frente a Maracaibo. Padilla con una gran experiencia en combates
navales desde la batalla de Trafalgar, supo que era el momento
adecuado para combatir a las fuerzas españolas que se habían
fondeado frente a Maracaibo. Dio la siguiente orden a sus tripulantes
en la madrugada de ese día:

“Marinos y tropa deben estar calzados como para un incendio. Sobre


cubierta de los buques se echará arena mojada, para no resbalar con
la sangre. Las cobijas estarán empapadas para apagar algún fuego.
Los cocineros y sirvientes en lugar de confeccionar alimento alguno se
ocuparán de arrojar al enemigo granadas de mano y bombas de
incendio; todos llevarán un lazo negro en el brazo izquierdo, para
distinguirse en la noche de los enemigos; y en una palabra se cerrarán
las escotillas para que nadie rehúya el cuerpo y no quede otro partido
que combatir. La señal de leva se hará con un tiro de pistola, para no
alertar al enemigo de nuestra carga, sino cuando ya estemos listos
para el abordaje”.

Padilla conocía perfectamente las corrientes y brisas en el momento


del ataque, había estado casi dos meses recorriendo el lago de
Maracaibo, había pasado en varias ocasiones frente a Maracaibo, lo
había atacado y sabía el lugar de fondeo de los buques españoles, por
lo que esa ventaja táctica la supo aprovechar durante el combate.
Zarpo temprano aprovechando los vientos del noreste que soplaban
en ese momento y la corriente norte que salía del lago que colocaba a
los buques fondeados en posición desventajosa para quien venga
desde el mar, igualmente quería coger a las tripulaciones españolas
antes del alza arriba, que normalmente era a las 06:00 AM.

Padilla sabía igualmente que la comunicación por bandera era


esencial (había aprendido que el éxito de los ingleses en la batalla de
Trafalgar había sido la comunicación por señales y banderas),por lo
que empleo un código de banderas especial de comunicación entre
sus buques que se muestra en el anexo 1, lo ideal era el alba, ya
había suficiente luz para poder enviar cualquier señal táctica que
requiriera en el combate.

Padilla tenía sus buques en movimiento, Laborde las tenía fondeados


frente a Maracaibo, así que los ataco por los dos costados inicialmente
con sus cañones causando grandes pérdidas a las tripulaciones
españolas y abordándolas después con destreza y rapidez.
Los españoles sorprendidos escasamente pudieron responder.

La batalla terminó por la tarde con la derrota de la flota española.

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