Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Universidad de Zaragoza
Z
Baja Edad Media con con ellos, haciéndose cargo de la adminis-
una de las comunidades tración y de la custodia de los enclaves
judías más ricas y prós- más importantes. Como los árabes no fue-
peras de la antigua Co- ron partidarios de modificar la situación
rona de Aragón. No tene- social que existía antes de la conquista, los
mos datos fiables que judíos siguieron habitando en la misma
nos permitan asegurar cuándo se estable- zona y algunos llegaron a ocupar puestos
cieron los judíos en la ciudad. Todo indu-
211
frente del gobierno del Reino se habían in- guir vinculados a la corte a nivel particular,
troducido en la corte como médicos, tra- en calidad de médicos, bordadores, perle-
ductores, diplomáticos y administradores ros, perpunteros, recaudadores y financie-
de rentas. Gozaban de una consideración ros. En lo sucesivo, la base de la población
privilegiada, similar a la de los nobles, judía estaría constituida por la burguesía,
pues como ellos se hallaban exentos del integrada preferentemente por artesanos y
pago de impuestos y libres de toda clase comerciantes, y por un segmento de gente
de restricciones, como llevar el signo dis- humilde que precisaba del aporte de enti-
tintivo sobre el vestido. El prototipo del ju- dades benéficas para poder vivir, luchar
dío cortesano coincide con la persona del contra la enfermedad y tener un sepelio
zaragozano Jehudá de la Cavallería, un fi- digno6.
nanciero que, a cambio de los servicios
prestados a la Corona, recibió atribucio-
nes amplísimas, pues no sólo se le confió El espacio físico
la recaudación y administración de todas
las rentas que el monarca percibía en A finales del siglo XIII los judíos ocupaban
Aragón, sino que todos los bailes del Rei- el cuadrante sudoriental del antiguo re-
no estaban obligados a rendirle cuenta de cinto romano, que se extendía por el nor-
su gestión. Sin duda fue una de las perso- te hasta las vías próximas a la calle Mayor
nas más poderosas de su tiempo, lo que y la Magdalena. Por el sur y por el este la
despertó la envidia de otros linajes judíos zona limitaba con la cerca romana, guar-
de Zaragoza (como los Alconstantiní) que necida de torres, mientras que por el oes-
también aspiraban al liderazgo de la co- te llegaba hasta la calle de San Gil. Este
munidad5. reducto, de unas 7,5 hectáreas, constitu-
ía la judería primitiva o cerrada, y estaba
Conforme avanzaba el siglo y se afianzaban rodeada por la muralla de piedra, que la
las posiciones en los territorios arrebatados separaba del Coso, y por un muro interior
al invasor musulmán, los cristianos deja- de ladrillo. Se comunicaba con el hábitat
ron de guerrear y se dedicaron a otras ta- cristiano mediante seis puertas o postigos
reas más pacíficas y no menos lucrativas. que se cerraban por la noche y durante la
Poco a poco la estructura política y admi- Semana Santa, por razones de seguridad.
nistrativa del Reino cambió de manos y la El acceso principal se realizaba a través de
burguesía cristiana se hizo cargo de la ca- la Puerta Ferriza, que se hallaba en el Co-
7. Los judíos de Zaragoza en los siglos XIII-XIV
da vez más complicada burocracia estatal. so, a la altura de la actual calle de Santo
En 1283, las Cortes, aprovechando la ausen- Dominguito. Cerca, y enclavado en la mu-
cia de Pedro el Grande, que se hallaba de ralla, se alzaba el Castillo, que servía de
campaña en Sicilia, protagonizaron los pri- cárcel y proporcionaba protección en caso
ASUNCIÓN BLASCO MARTÍNEZ
Aunque es imposible reconstruir el hábi- Además de las dos sinagogas antes men-
tat de los judíos zaragozanos a partir de cionadas, dentro del recinto murado había
restos arqueológicos, la investigación rea- otras de carácter semipúblico: la llamada
lizada en los archivos en los últimos años Sinagoga Menor, chica o pequeña, la de
ha posibilitado que se pueda delimitar la Talmud Torá o del Estudio y otra que se
zona que ocupaban e incluso conocer el decía «de don Bienbenist», que a finales
del siglo XIV dejó de usarse. En 1332 la
cristianos. Aunque tenían que vivir dentro clive, próximo a una corriente de agua y, es
de la judería, podían disponer sus tiendas de suponer, que delimitado por una valla.
fuera del barrio: de hecho, hasta comien- Allí enterraban a sus difuntos, en sepulcros
zos del siglo XV los judíos comerciantes de excavados en la tierra, preferentemente.
paños sólo podían tener tiendas en la zo-
ASUNCIÓN BLASCO MARTÍNEZ
cional pues, además de controlar el caos un Reglamento judicial que, por su cohe-
de la hacienda de la aljama mediante la rencia, se mantendría vigente, en lo esen-
creación del cargo de tesorero o «clava- cial, hasta el momento de la expulsión:
rio», propugnaba una mayor representa- contemplaba la existencia de un juez de
tividad de las «manos mediana y menor» apelaciones judío, una figura que existía
en los organismos ejecutivo y consultivo desde antiguo pero sin continuidad, por la
de la comunidad. manera en que se había realizado su de-
signación18.
Poco después (verano de 1391), estallaban
en Sevilla los alborotos que en poco tiem- Había cargos que exigían un profundo co-
po se extenderían por buena parte de la nocimiento de la ley, como el de notario (o
Península. Zaragoza se libró de ellos gra- sofer)19, a quien competía redactar las es-
cias a que, en ese momento, los reyes se crituras relacionadas con la Ley judía,
216
7. Los judíos de Zaragoza en los siglos XIII-XIV
ASUNCIÓN BLASCO MARTÍNEZ
Interrogatorio a Judas, el judío, por Santa Elena. Museo de Bellas Artes de Zaragoza.
217
especialmente los contratos matrimonia-
les o ketubot y los testamentos20). El jefe
espiritual de la comunidad era el «rav»,
que percibía un salario por su gestión. Go-
zaba del respeto de sus correligionarios y
su opinión era decisiva para resolver cues-
tiones de difícil resolución. En el siglo XIV
fueron «ravs» de Zaragoza dos catalanes de
reconocido prestigio: Isaac ben Shéset
Perfet, famoso por sus Responsa, que en
1385 se marchó de la ciudad por sus dis-
crepancias con los Abnarrabí, una de las
familias más influyentes de la ciudad. Le
sucedió en el rabinato el filósofo Hasday
Crescas, aconsejador del Rey y hombre de
estado, que desempeñó una misión tras-
cendental al frente de la comunidad y co-
mo soporte del judaísmo hispánico que,
tras los acontecimientos de 1391, quedó
herido de muerte21.
El representante del rey en la judería de
Zaragoza era el merino que, además de
percibir las rentas pertenecientes al mo-
narca, era juez ordinario en los litigios
promovidos entre judíos y gentes de otra
religión. Contaba con un ayudante judío, Moisés desciende con las tablas de la Ley.
Haggadah de Sarajevo.
el vicemerino de la judería, cuya misión
consistía en controlar los juicios que se
celebraban en la comunidad, con el fin de fecédech o de la Mercé) y vestido (Malbisé
asegurar la percepción de las multas que Aromín o de Vestir al desnudo), o se en-
debían revertir al tesoro real. Su presencia cargaban de cuidar (Sombreholim) y visitar
originó un sinfín de problemas, pues los (Bicurholim) a los enfermos. No faltaban
7. Los judíos de Zaragoza en los siglos XIII-XIV
jueces judíos, que se sentían controlados las que se hacían cargo de los difuntos:
por él, trataron de eludir su vigilancia pa- tanto de los preparativos que precisaba el
ra mantener su autonomía22. cadáver y de su traslado al cementerio
(Nozé amitá o de los portadores del ataúd),
Aunque las sinagogas desempeñaban una
ASUNCIÓN BLASCO MARTÍNEZ
NOTAS
1. BLASCO MARTÍNEZ, Asunción, Identidad de los judíos tudios de Edad Media de la Corona de Aragón», 6 (1956),
hispanos, «Año mil, Año dos mil. Dos milenios en la histo- pp. 291-447.
ria de España» (Coord. Julio Valdeón), Sociedad Estatal
15. BLASCO, La judería de Zaragoza (cit. en la nota 8),
España Nuevo Milenio, Madrid 2001, I, p. 215.
p. 27.
2. BAER, Yitzak, Historia de los judíos en la España cris-
tiana, Altalena, Madrid, 1981, I, p. 19. 16. BLASCO MARTÍNEZ, Asunción, Los malsines del reino de
Aragón: una aproximación, «Eleventh World Congress of Je-
3. ASSIS, Yom Tov, Juifs de France réfugiés en Aragon wish Studies», Div. B, vol. I (Jerusalem, 1994), pp. 83-90.
-
(XIIIe XIVe siècles), «Revue des Études Juives», CXLII
(1983), pp. 285-322. 17. BLASCO MARTÍNEZ, Asunción, Los judíos de Zaragoza en
el siglo XIV, Tesis doctoral (Zaragoza 1987), 2.3.2 (inédito).
4. BLASCO MARTÍNEZ, Asunción, Las sinagogas de Aragón:
datos de los últimos diez años, en «Juderías y sinagogas es- 18. BLASCO MARTÍNEZ, Asunción, La autonomía judicial de
pañolas, en memoria de José Luis Lacave». XI Curso de Cul- los judíos de Zaragoza: la normativa de 1376, «Sefarad» LII
tura Hispanojudía y Sefardí, Toledo, 2002, pp. 193-231. (1992), pp. 323-336.
5. BLASCO MARTÍNEZ, Asunción, Los judíos del reino de Ara- 19. BLASCO MARTÍNEZ, Asunción, Notarios-escribanos ju-
gón: encuentros y desencuentros de una comunidad margi- díos de Aragón (siglos XIV-XV). En «Rashi 1040-1990»
nada, «Revista de la Confederación Española de Centros de (=Hommage à Ephraïm E. Urbach), Congrès européen des
Estudios Locales», CSIC (Valencia), 1 (2000), p. 129. Études juives/ed. par G. Sed-Rajna (Les Éditions du Cerf,
Paris 1993), pp. 645-656.
6. Ibid, p. 131.
20. BLASCO MARTÍNEZ, Asunción, Mujeres judías zaragoza-
7. BLASCO MARTÍNEZ, Asunción, Actividad laboral de una nas ante la muerte, «Aragón en la Edad Media. Estudios de
comunidad urbana del siglo XIV: la aljama de judíos de Za- Economía y Sociedad» (Zaragoza), IX (1991), pp. 77-120.
ragoza, en «Les Sociétés urbaines dans la France Méridio-
nale et la Péninsule Ibérique au Moyen-Âge» (Paris, 1990), 21. BLASCO MARTÍNEZ, Asunción, El impacto de los ata-
7. Los judíos de Zaragoza en los siglos XIII-XIV
p. 226.
22. BLASCO MARTÍNEZ, Asunción, Solomon Anagni, per-
10. Ibid. puntero of the King of Aragon and deputy Merino of Sara-
gossa (14th Century), en «Jews, Muslims and Christians In
11. BLASCO MARTÍNEZ, Asunción, Ocio y trabajo en el mundo and Around the Crown of Aragon». Essays in Honour of
hispano judío, «El legado de los judíos al Occidente europeo: Professor Elena Lourie, ed. by HARVEY J. James (Brill, Lei-
de los reinos hispánicos a la monarquía española, 4.os En-
den-Boston, 2004), pp. 321-347.
cuentros Judaicos de Tudela» (Tudela 2002), pp. 105-135.
23. BLASCO MARTÍNEZ, Asunción, Instituciones sociorreli-
12. BLASCO MARTÍNEZ, Asunción, La producción y comer-
giosas de los judíos de Zaragoza (siglos XIV-XV). Sinago-
cialización del vino entre los judíos de Zaragoza (siglo XIV),
gas, cofradías, hospitales, «Sefarad» (Madrid), XLIX (1989),
«Anuario de Estudios Medievales» (=Homenaje a Don Emi-
pp. 227-236 y L (1990), pp. 3-46 y 265-288.
lio Sáez) (Barcelona), 19 (1990), pp. 405-450.
24. BLASCO MARTÍNEZ, Asunción, Las expulsiones señoria-
13. BLASCO, La judería de Zaragoza (cit. en la nota 8),
les: Los Caballería y los Alazar de Zaragoza, vasallos de la
pp. 174-176.
Orden del Hospital, en «Jews and Conversos at the Time of
14. LÓPEZ DE MENESES, Amada, Documentos acerca de la the Expulsion», (Jerusalem: The Zalman Shazar Center for
peste negra en los dominios de la Corona de Aragón, «Es- Jewish History, 1999), pp. 155-175 (en hebreo).
220
Pergamino hebreo en letra cuadrática conteniendo un fragmento
del Levítico. Archivo Municipal de Borja.