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SÍMBOLOS ESTÁTICOS
Que se puede presentar de diversas formas, sin embargo, una de las cuestiones que ha
suscitado mayor interés es su presencia en elementos de carácter político, como pueden ser
lemas o escudos institucionales, sin embargo, la defensa en la permanencia de estos símbolos
se centra en ver en ellos motivos históricos, de tradición o culturales, con la intención de
conservar estos valores y se interpreta que por este motivo no pueden ser suprimidos en la
aplicación del principio de laicidad, ya que la vigencia del principio de laicidad no implica tener
que retirar el símbolo de la imagen o el escudo, ni que su mantenimiento suponga un privilegio
a favor de la religión que simboliza, ni tampoco que suponga un trato discriminatorio hacia el
resto, por ello en caso de que se produzca un conflicto, habría que tener en cuenta las
circunstancias de cada caso, no obstante, las situaciones que más polémica social han
suscitado se refieren a la presencia de símbolos estáticos en dependencias públicas, con una
proyección en el ámbito de los menores. Nos referimos principalmente a la presencia de
crucifijos en las aulas de los centros escolares públicos, en este caso, se considera que además
tiene una problemática añadida, ello porque los símbolos se exhiben en el ámbito educativo,
además es un espacio tutelado por poderes públicos.
Además los sujetos que son receptores del mensaje que transmite los símbolos religiosos
suelen ser menores, además la presencia de estos símbolos puede ser interpretada como la
adhesión a una determinada religión, y en este caso sería contrario al principio de laicidad y
neutralidad del Estado, porque se considera que son una presencia activa, y estos símbolos
religiosos están recibiendo la actividad educativa, que tiene lugar en el centro docente, y
entonces dejaría de ser neutral, desde el punto de vista religioso,
Sentencia 288/2008 primer fallo que obliga a la retirada de crucifijos (caso en un centro de
valladolid)
En España sí que lo vulnera el principio de neutralidad: En el test contestar que sí, porque hay
jurisprudencia que afirma que sí, que ciertamente se vulnera.
Introducción:
La libertad de conciencia implica el derecho a tener unas ideas, creencias o convicciones, así
como el derecho a silenciarlas o manifestarlas, tanto de palabras, como el derecho a la libertad
de expresión, o mediante hechos a través de conductas y actitudes, que se acomoden a las
propias creencias y convicciones. Ello en virtud del derecho a privacidad y objeción de
conciencia.
Reacciones colectivas:
Revolución
Contestación
Desobediencia civil
Reacciones individuales:
Objeción de conciencia
Reacciones colectivas
La revolución: Este tipo de conductas pretende la modificación de una situación que considera
injusta y que está impuesta por la norma jurídica, de manera que las minorías intentan
convencer a las mayorías, rompiendo las reglas del juego democrático, e imponiendo por la
fuerza a las mayorías, la voluntad de esas minorías.
La contestación y la desobediencia civil tienen en común los aspectos: Ambas son actitudes
públicas que expresan la disconformidad con alguna norma vigente. Persiguen como último
objetivo la modificación de esta norma. En ambas se renuncia explícitamente a la utilización de
la violencia, con lo cual ambas son pacíficas.
Sin embargo, la desobediencia civil tiene por objeto el incumplimiento de una norma jurídica
concreta y aceptan las consecuencias perjudiciales incluso penales que dicha desobediencia va
a provocar a quiénes le sea imputable la desobediencia. Tiene por objeto la defensa del
sistema democrático para mejorar sus imperfecciones, se puede definir como un acto público
no violento y hecho en conciencia contrario a la ley, y normalmente realizado con la intención
de producir un cambio en los políticos o en las leyes de gobierno.
REACCIONES INDIVIDUALES
Ser infiel a estas convicciones equivale a una infidelidad a uno mismo, y por tanto representan
un atentado a su propia dignidad personal (art. 16 y 10. 1 CE)
Hay que tener en cuenta si es necesario un desarrollo legislativo que autorice el derecho de
objeción de conciencia en cada supuesto, y aquí tendremos que diferenciar la objeción a un
deber general de carácter público y la objeción a obligaciones particulares de origen
contractual o estatutarias.
Por ello el tribunal constitucional entiende que en cuanto a la objeción de conciencia al aborto,
el derecho a objetar existe y puede ejercerse con independencia de que se haya dictado o no,
una regulación específica ya que entiende que forma parte del derecho fundamental de
libertad ideológica y religiosa del artículo 16, y por tanto es directamente aplicable, en cambio,
si que exige esta regulación por ley, en el caso de obligaciones de carácter general, puesto que
la función de estas figuras, de interposición legislatoris “interpositio legislatoris”, no es el
reconocimiento del derecho, sino su regulación en términos que permitan su plena eficacia,
porque el derecho a objetar como tal ya existe, pero solo despliega su plena eficacia con la
norma que desarrolla la objeción en concreto de la que estemos tratando.
Supuestos de objeción de conciencia a un deber general de una norma referida a todos, sin
distinción de situaciones o de grupos, y lo vamos a distinguir frente al deber de carácter
singular, que va a afectar a determinados grupos o personas, que se encuentran en
determinadas situaciones.
¿Se puede hacer una alegación de conciencia en el siguiente caso? ¿Para participar en una
mesa electoral de votación, haciendo objeción de conciencia? Dado que no existe una ley
que desarrolle la objeción de conciencia a participar en una mesa electoral, aunque hay
personas que han alegado neutralidad política o no querer formar parte de nada político,
esto no ha funcionado, porque es un deber constitucional, y para ausentarse debe estar
debidamente justificado por otros motivos previos al evento electoral, como viajes o salud.
-Transfusiones de sangre