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Arte paleolítico

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Véase también: Música en la prehistoria

Arte paleolítico: cabeza de caballo tallada en marfil, Mas d'Azil (Pirineos,


Francia). Museo nacional de arqueología de Francia (Castillo de Saint-Germain-en-
Laye).
El arte paleolítico se origina en el Paleolítico superior, aproximadamente hacia el
año 40 000 a. C., cuando los seres humanos modernos poblaban prácticamente todo el
globo terráqueo. Sin embargo, sus manifestaciones fundamentales, por no decir casi
las únicas, parecen reducirse a Europa, al sur del límite que marcarían los hielos
durante la glaciación de Würm. Es más, el arte mural de las cuevas (llamado arte
parietal) se concentra muy intensamente en ciertas regiones francesas (Dordoña,
Pirineos franceses, Corrèze, Charente, Loira, Hérault, Lot y Garona, etc.) y
españolas (Cornisa Cantábrica, Pirineos, costa mediterránea y algunos puntos de la
Meseta Central como Maltravieso, Siega Verde o Los Casares), aunque ocasionalmente
puede aparecer en Portugal, Italia, Europa Oriental y poco más. No se ha averiguado
el motivo que explique por qué no se han hallado restos de arte paleolítico
parietal en el resto del mundo.

El arte mueble o mobiliar (definido como objetos artísticos, funcionales o no, que
pueden ser transportados) es más abundante, extendiéndose no solo por España y
Francia, sino también por los valles del Danubio, del Don y la cuenca del Baikal,
ya en Asia. Hay restos esporádicos en el resto del mundo, como se indica al final.
Desde los primeros descubrimientos de objetos artísticos paleolíticos, en el siglo
XIX,1 siempre se ha suscitado el enigma de su motivación y su significado, aunque
parece haber consenso en que se trata de un arte de función religiosa y que su
temática está íntimamente relacionada con el medio natural y su numen. Queda
pendiente el hecho innegable de su alto valor estético y artístico: los hombres
prehistóricos demostraron, en algunos casos, un ansia de perfección y un sentido de
la belleza totalmente comparable a los artistas de otras épocas históricas.

No obstante, este artículo solo toca, forzosamente, aquellos elementos artísticos


que se han conservado a lo largo de los siglos, lo que constituye, sin duda, una
parte ínfima de todo el corpus artístico paleolítico. Hemos perdido, como mínimo,
aspectos tan fundamentales como la tradición oral, la danza, la música, el adorno
corporal, etc.

Índice
1 Antecedentes
2 Arte paleolítico del área franco-española
2.1 Arte mueble
2.2 Arte parietal
2.3 Técnicas de elaboración
2.4 Temática
2.5 Estilo
2.6 Interpretación
2.7 Cronología
3 El arte paleolítico en el resto de Europa
3.1 El arte paleolítico en Italia
3.2 El Arte Paleolítico en Europa Central y Oriental
3.3 El Arte paleolítico en las islas británicas
4 El arte paleolítico en el resto del mundo
4.1 Yacimientos patagónicos
4.2 Yacimientos bajacalifornianos
4.3 Otros yacimientos
5 Véase también
6 Referencias y enlaces
7 Enlaces externos
Antecedentes
En esta fase de la Prehistoria se produce la evolución humana u hominización, desde
las formas más primitivas hasta el ser humano moderno y parece que en buena parte
de la evolución humana hay señales de lo que podrían ser antecedentes del Arte.2

Durante parte del Paleolítico inferior (500 000-150 000 a. C.) los preneandertales
(Homo heidelbergensis) que habitaron Europa ya dominaban el fuego y, en sus
utensilios, demuestran cierto sentido de la estética que rebasa la mera
funcionalidad. Lo más evidente en piezas como los bifaces es la búsqueda de la
simetría. Además, es posible atribuirles prácticas de canibalismo que, aunque en la
mayor parte de los casos parece ser simplemente gastronómico, es decir, cuestión de
supervivencia, en raras ocasiones podría tratarse de canibalismo ritual. Hasta hace
poco nada indicaba que los anteneandertales europeos tuviesen sentido religioso o
artístico y, por tanto, pensamiento simbólico. Cierto que algunos hallazgos
paleolíticos del norte de África (como El Gettar, en Argelia) y en Alemania (por
ejemplo, un fragmento óseo de pata de elefante grabado con 28 cortes en
Bilzingsleben,3 yacimiento de 412 000 años, aproximadamente), inducían a sospechar
lo contrario, pero son inconcluyentes.4 Sin embargo, los hallazgos de la Sima de
los Huesos, en la Sierra de Atapuerca, parecen una acumulación consciente de
cadáveres con fines religiosos. Si a esto añadimos la presencia de un bifaz
cuidadosamente tallado (bautizado con el pintoresco nombre de Excalibur), podemos
sospechar que ya en el Pleistoceno medio los seres humanos tenían creencias
religiosas que se asocian al futuro desarrollo del arte. Pero, lo más
revolucionario ha sido el descubrimiento de estatuillas que, a pesar de su
tosquedad, han sido interpretadas como figuras femeninas: La Venus de Berejat Ram
(Altos del Golán) y la Venus de Tan-Tan (Marruecos), ambas han sido discutidas y
habría que esperar que las investigaciones se consoliden.

Hueso grabado de Bilzingsleben (Alemania)

Discutida
venus de Tan-Tan (Marruecos)

Grabado en zig-zag sobre un hueso musteriense de Bacho Kiro (Bulgaria)

Durante el Paleolítico medio (200 000-35 000 a. C.), Europa occidental y las costas
del Mediterráneo estaban habitadas por el hombre de Neanderthal. Esta especie
humana ya había desarrollado formas lingüísticas simbólicas rudimentarias, así como
creencias religiosas y, probablemente, las primeras formas de arte: en efecto, las
excavaciones demuestran que coleccionaba objetos curiosos (fósiles, minerales
cristalizados), que elaboraba cierto tipo de adornos, muy conocidos son los huesos
perforados, como los de Lunel-Viel y Port-Launay (Francia) y el más antiguo de la
Cueva de Las Grajas (Archidona, Málaga5), que podría emplazarse en la glaciación de
Riss; datado en unos 200 000 años. También en Francia, en Pech de l'Aze apareció
una costilla de bóvido grabada datable en el interglaciar Mindel-Riss. Fuera del
ámbito europeo, es muy destacable el hallazgo de dos placas de ocre con grabados
abstractos pero intencionales, con una pauta geométrica concreta (reticulado), en
la caverna de Blombos (República Sudafricana), cuya edad podría ser de unos 70 000
años (Edad Media de la Piedra africana). Este hallazgo está relacionado con otros
bloques de ocre que, según se ha probado, se usaba como un pigmento de adorno
corporal (todos estos hallazgos proceden tanto de lugares de habitación, como en
auténticas inhumaciones rituales); sin embargo es la primera vez que esta especie
de lápices de ocre conservan algún tipo de decoración. Además, en la caverna de
Blombos hay numerosos adornos de conchas perforadas (aunque este dato es bastante
controvertido, por el momento).
En la actualidad se reconoce ya al Homo neanderthalensis la autoría de las primeras
manifestaciones artísticas pictóricas rupestres, que proceden de hace unos 65 000
años, tal como se constata por los restos hallados en las cuevas de Maltravieso
(Cáceres), Ardales (Málaga) y La Pasiega (Cantabria).6
Las artes plásticas posteriores pertenecen al ser humano moderno, Homo sapiens
sapiens, que colonizó Europa y Asia hace unos 40 000 años y cuya presencia en estos
continentes, donde se hibridaría con el Hombre de Neanderthal dando lugar a los
euroasiáticos modernos,7 coincide con lo que llamamos Paleolítico superior. Suele
decirse que el arte paleolítico es arte rupestre8 porque casi todos los hallazgos
proceden de las excavaciones de cuevas o de las propias paredes de las mismas.
Aunque no todo el arte rupestre es paleolítico (sino que perduró mucho tiempo
después, incluso, en otros periodos históricos), ni todo el arte paleolítico
procede de las cuevas.
Arte paleolítico del área franco-española
El arte rupestre parietal es propio de la zona franco-española: en Francia hay más
de 130 cuevas, entre ellas destacan las de la zona de Aquitania (por ejemplo
Lascaux, Pech-Merle, Les Combarelles, Laugerie, La Madeleine,...) y las de los
Pirineos (por ejemplo Niaux, Les Trois Frères, Le Tuc d'Audoubert, Mas d'Azil,
Bédeilhac,...), y en España hay unas sesenta cuevas, casi todas en el Cantábrico,
destacando la gruta de Ekain, las cuevas del Monte Castillo, Tito Bustillo o la
cueva de Altamira, aunque también aparecen esporádicamente en la Meseta (Siega
Verde en Salamanca, Domingo García y La Griega en Segovia, Maltravieso en Cáceres,
Los Casares en Guadalajara,...) y, sobre todo, en las costas mediterráneas (La
Pileta y Nerja en Málaga,...); incluyendo el gran conjunto de arte rupestre se
encuentra en el sur de la península ibérica: El Arte Sureño; con más de 180 cuevas
y abrigos decorados en todas las épocas prehistóricas; nos interesan las figuras
más antiguas, que datan de Paleolítico superior (concretamente del Solutrense),
como la cueva de Ambrosio. Hay raros ejemplos fuera de Francia y España, como la
Grotta dell'Adaura en Italia o Kapova en Rusia, entre otros. El arte mobiliar, en
cambio, es abundante en toda Europa.

Distribución de yacimientos con arte paleolítico en Europa y Próximo Oriente


Arte mueble
Artículo principal: Arte mueble
También llamado arte mobiliar, esto es, se trata de objetos artísticos que se
pueden transportar, mover, etc. Y que aparecen en su contexto arqueológico (es
decir, en excavaciones). El arte mueble es una manifestación artesana de ajuares
domésticos o personales, quizá ritual, quizá suntuaria. Por ejemplo, colgantes de
piedra, hueso o concha. A menudo, objetos de utilidad práctica o votiva decorados,
como puntas de arpón, puntas de lanza hechas en hueso (es decir azagayas), los
llamados bastones perforados, etc. Estos utensilios suelen tener dibujos,
figurativos o abstractos, grabados (tal vez, en otro tiempo, también pintados).
Pero igualmente hay objetos meramente ceremoniales, mucho más que simples adornos.
Por ejemplo, las pequeñas estatuillas femeninas llamadas venus paleolíticas,
plaquetas grabadas (como las de Parpalló), o estatuillas de animales como el famoso
bisonte de hueso de La Madeleine, cuya función nos es desconocida. Aunque podrían
tener una función religiosa, el hecho de que hayan aparecido figurillas de Venus
con características propias de ciertas zonas geográficas en lugares remotos sugiere
que no solo mantenían comunicaciones con otros grupos humanos, sino que estas
figuras podrían tener un significado étnico, e incluso monetario.

Arte mueble: Ciervo grabado en un bastón perforado (Cueva de El Castillo,


Cantabria).
Arte parietal:
Animales pintados en la cueva de La Pileta
(Benaoján, Málaga).

Arte parietal
Denominamos así al arte que aparece en las paredes (arte mural) de las grutas,
covachas y abrigos rocosos. Como se ha comentado, la mayor concentración de arte
parietal se da en Europa Occidental y la península ibérica. Casi todas las
representaciones artísticas están en las zonas más profundas de las cuevas (aunque
las áreas de habitación siempre estuvieron en las bocas de las cuevas). Eso no
quiere decir que no haya excepciones, es decir, santuarios exteriores, como ocurre
con la cueva de Laussel, Roc-de-Sers (Francia) o La Viña (Oviedo). El arte parietal
lo componen pinturas, relieves o grabados cuyo tema principal son los animales o
los signos llamados ideomorfos, pero también la figura humana.

Técnicas de elaboración
No hay arquitectura, solo han llegado hasta nosotros esculturas y dibujos en piedra
o hueso. Los dibujos eran de dos tipos, grabados o pintados, y las esculturas
podían ser estatuillas o relieves:

Pintura: Se usaban uno o dos colores que se obtenían con pigmentos minerales
(manganeso para el negro, ocre para el rojo o el amarillo,...) u orgánicos (carbón,
también para el negro), con un aglutinante orgánico (resina o grasa) o disueltos en
agua; se podían simular realces más claros raspando la roca. Los colores se untaban
directamente con los dedos, también se podía escupir la pintura sobre la roca (como
un aerosol bucal); en ocasiones, se usaron «lápices» (ramas quemadas con las que se
tiznaba la pared y bolas de colorante mineral aglutinadas con resina) o pinceles
rudimentarios (escobillas y estropajos de fibras vegetales o animales). A veces se
aprovechaban bultos y hendiduras de la pared para dar la sensación de volumen.
Grabado: Es un dibujo a base de finas incisiones o cortes, sobre el hueso o la
roca, hechas con utensilios afilados de sílex llamados buriles. El grabado aparece
desde los primeros tiempos del arte, como un equivalente del dibujo, pero se
desarrolla sobre todo durante el final del Auriñaciense y durante el Gravetiense
(de este periodo se destacan las plaquetas grabadas en El Parpalló, Valencia), para
casi desaparecer durante el Solutrense. El grabado vuelve a ganar importancia en el
Magdaleniense con la mayor variedad de estilos, temas, combinaciones y soportes que
jamás se había visto.
Relieve: Es un grabado cuyas incisiones son tan profundas que la figura se
convierte en una escultura que sobresale de la roca o del hueso del soporte (como
los bisontes esculpidos en la Fourneau-du-Diable; o el famoso pez de Gorge d'Enfer,
ambas en Dordoña, Francia). El relieve solo aparece al final del Paleolítico
europeo, es decir, el en Magdaleniense, y, casi siempre, asociados a santuarios
exteriores: aquellas cuevas poco profundas iluminadas por luz natural.
Estatuillas: Son pequeñas esculturas exentas de piedra o de hueso, talladas por
todos los lados. Casi siempre son figuritas femeninas llamadas venus paleolíticas
(por ejemplo, la Venus de Brassempouy, en Francia). Las estatuillas son el tipo de
arte paleolítico más extendido de Europa, con importantes escuelas, no solo en el
área francesa, sino también en Europa Central y del Este (como se verá más
adelante). Las estatuillas femeninas y de animales son muy antiguas, pero en
Francia y en España, al parecer, la estatuaria animal es propia de la última fase
del Paleolítico superior. A menudo, las estatuillas aparecen adornando instrumentos
de uso práctico, como bastones perforados y propulsores.

Pintura: Bisonte de la Cueva de Altamira, (Cantabria)

Grabado: Cabeza de caballo


Cueva del Moro (Tarifa)
Relieve: Pez de la cueva
Gorge d'Enfer (Francia)

Estatuillas: Venus de Brassempouy (Francia)

Temática
Los temas preferidos eran animales (sobre todo toros, bisontes y caballos; aunque
menos numerosos, también hay ciervos, osos, cabras, etc.). No obstante, debe
olvidarse la imagen trillada que se tiene del arte paleolítico, de temática
monótona y casi exclusivamente animalística. Evidentemente predominan los temas
faunísticos, pero hay otras muchas escenas sorprendentemente elaboradas y
excepcionalmente intrigantes.

Caballos grabados de la cueva cántabra de El Pendo

Sala de los polícromos de la Cueva de Altamira (Cantabria)

Asimismo son muy numerosos los signos enigmáticos, algunos de ellos fácilmente
identificables (como las manos impresas o los órganos sexuales masculinos y
femeninos), y otros más abstractos llamados ideomorfos.

Maltravieso: el mayor conjunto de manos impresas del Paleolítico hispano

Órgano masculino: bastón fálico de asta de la cueva de


Cuetu de la Mina (Asturias)

Órgano femenino: símbolo con forma de vulva, Musée de Saint-Germain-en-Laye, París

Ideomorfos de la Cueva de La Pasiega (Cantabria)

Figura masculina: A veces aparecen hombres de rasgos grotescos y órganos sexuales


muy detallados que, en cambio, tienen la cara desdibujada. En algunas ocasiones, se
les añaden rasgos de animales (cuernos, crines, colas, pieles), antepasados mágicos
de naturaleza híbrida (el tótem de la tribu), o magos disfrazados y enmascarados
para las ceremonias (el chamán o hechicero).
Figura femenina: Es mucho más abundante, son las llamadas venus paleolíticas,
mujeres desnudas, con atributos sexuales muy marcados. También aquí, las caras
suelen estar desdibujadas; distinguimos dos tipos, el modelo antiguo es el de una
mujer gruesa, con marcada esteatopigia, cuya silueta puede inscribirse en un rombo,
por lo que suelen llamarse venus losángicas y son propias del Auriñaciense y del
Gravetiense. El segundo tipo es el de mujeres estilizadas que aparecen en la última
fase del Paleolítico europeo, el Magdaleniense. Se piensa que quizá, entre otras
cosas, fueron representaciones de la fertilidad o ideales de belleza de aquella
época.

Figura femenina:
Venus de Laussel (Burdeos, Francia)

Figura femenina: Venus de Lespugue. Alto Garona (Francia)

Figura masculina: Hechicero zoomorfo de


Le Gabillou (Francia)

Figura masculina: Hechicero zoomorfo de


La Pasiega (España)

Estilo
Las figuras suelen ser realistas, con uno o dos colores y modelado de volúmenes;
pero no forman escenas, están yuxtapuestas (colocadas unas junto a otras, o unas
sobre otras) y, salvo excepciones, no hay sensación de movimiento, ni paisaje.
Estamos pues ante un arte descriptivo, no narrativo. Sin embargo, se conservan
algunos ejemplos excepcionales de escenas concretas de tipo narrativo, por ejemplo
en Lascaux, en Les Trois Frères (ambas en Francia) o en la cueva de los Casares
(Guadalajara, España9). En ninguno de los casos parecen representaciones de escenas
concretas o anecdóticas, sino, más bien, rituales genéricos (mitogramas)
protagonizados por hechiceros o espíritus totémicos.

Hechicero (hombre-pájaro), embestido por un bisonte herido (Lascaux, Francia)

Humano perseguido por un bisonte, Roc-de-Sers (Charente, Francia)

Escena de zambullida ritual en la cueva de los Casares (Guadalajara, España)

Humano atacado por un oso del que solo se ve la zarpa (Saint-Germain, Francia)

Interpretación
La función del arte paleolítico es totalmente desconocida. Al principio se pensó
que estas obras de arte se hacían solo por motivos estéticos (para adornar: el arte
por el arte), y aunque nadie niega que los artistas paleolíticos debieron sentir
satisfacción por la belleza de estas representaciones, esto sería secundario, y sin
duda este arte era de carácter mágico o religioso. No se pueden hacer más
precisiones; como mucho, se pueden formular varias teorías, pero sin pruebas
sólidas:

El totemismo: Esta teoría surge en la primera mitad del siglo XX, al comparar
ciertos antropólogos las costumbres de los pueblos primitivos actuales con las
obras rupestres paleolíticas. En concreto James George Frazer10 fue uno de ellos,
pero no el único, en extrapolar las costumbres de este tipo de pueblos actuales a
las manifestaciones artísticas prehistóricas. El animal-tótem establece, por un
lado, un vínculo espiritual entre el ser humano y la naturaleza y, por otro, es un
factor de cohesión del grupo, ya que los individuos se sienten identificados con el
símbolo que representa a su comunidad. En efecto, ciertas figuras representarían
los espíritus del antepasado mítico de la tribu, el citado animal-tótem, una mezcla
de hombre y animal. Estaría por tanto asociado al culto a los ancestros y a la
reencarnación del humano en animal en otra vida. Recientemente se tiende a destacar
este tipo de manifestaciones artísticas como un sistema comunicativo (ideográfico)
destinado a señalar a la comunidad cuál es el territorio que ocupa, cuál es su
organización, en qué se distingue de las demás comunidades; es decir, se subraya el
carácter cohesionador, su idiosincrasia y su íntima relación con el medio natural
que ocupan, es decir, su territorio.11
El chamanismo: Ante la imposibilidad de explicar todas las representaciones
conocidas ciertos antropólogos extrapolaron también las ideas animistas, según las
cuales todas las cosas vivas poseen un espíritu sobrenatural que las anima. Esta
interpretación es compatible con el totemismo y a veces se confunden. Los
intermediarios entre el mudo anímico y sobrenatural y el mundo material serían los
brujos o chamanes y utilizarían las cuevas pintadas como santuarios prohibidos a
los no iniciados, lugares sagrados en los que se celebraban rituales minoritarios,
reservados a unos pocos elegidos (retiros, ayunos, meditaciones, sueños
premonitorios...): a veces, el brujo o chamán se colocaba una máscara, se
disfrazaba y, con plantas alucinógenas y música repetitiva, entraba en trance,
comunicándose con los espíritus.
La fecundidad y magia propiciatoria: Esta teoría había sido formulada por Salomón
Reinach en 1903, pero fue popularizada por el prestigioso historiador Henri Breuil
en 1952.12 Realmente Breuil adoptó la idea de Reinach, pero, aparte de cambiar
totalmente su interpretación cronológica, la enriqueció con numerosas
investigaciones de antropólogos, filósofos y prehistoriadores, así como su
conocimiento de primera mano del arte paleolítico, cosa de la que carecía Reinach.
Según el prestigioso abate, las representaciones servirían para pedir a los
espíritus que la caza fuera abundante, que los animales procreasen y que se
pudieran abatir todas las piezas necesarias. Esta teoría justificaría que los
animales representados fueran hembras preñadas y también que haya animales heridos
por lanzas. Las venus serían diosas de la fecundidad que traerían la abundancia
(por eso se las representaría obesas) y las figuras masculinas serían los
hechiceros en plena ceremonia. Las manos serían la firma de los participantes en
las ceremonias, y aquellos que pasaban a pertenecer a la categoría de cazadores
adultos. Asimismo, la representación de animales peligrosos "no comestibles" era
una forma de controlarlos, y alejarlos de las presas que el ser humano anhelaba.
Sin embargo, esta teoría tampoco explicaba todas las manifestaciones rupestres
conocidas. A pesar de ello, las ideas de Breuil han sido relanzadas en los años
noventa a raíz de una serie de avances en los sistemas de datación del arte
parietal. De nuevo, vuelven a considerarse los planteamientos mágico-
propiciatorios. Pero igualmente se han relanzado las ideas sobre el chamanismo y el
totemismo, incluyéndolos dentro de un mismo hilo conductor, aunque sin llegar a
considerarlos nunca exactamente iguales.13
Dualismo de la naturaleza: La teoría más ambiciosa (propuesta por el francés André
Leroi-Gourhan) parte de un paradigma estructuralista, rechazando la extrapolación
antropológica con tribus primitivas actuales (sin embargo él era antropólogo y no
pudo evitar apoyarse en esta disciplina). Su intención es abarcar toda la
estructura de la sociedad paleolítica de Europa Occidental y la península ibérica,
entendiéndola de un modo holístico, como un sistema en el que todo está
interconectado, desde la superestructura ideológica, hasta la infraestructura
económica, pasando por todos los estadios intermedios. Además, Leroi-Gouhan
introdujo sistemas de análisis estadístico y modelos complejos para descifrar la
organización interna de los conjuntos artísticos con su contexto externo.14 De este
modo, llega a obtener un panorama supuestamente completo y válido para todo el arte
paleolítico. como la manifestación de una serie de religiones que comparten una
tradición común en la que los animales, los signos abstractos y símbolos sexuales
masculinos o femeninos representarían a las dos fuerzas opuestas de la naturaleza
en conflicto y renovación constante. A esto se añade la idea de Annette Laming-
Emperaire que sostiene que tales fuerzas son lo masculino y lo femenino:15 La mujer
sería el bisonte y el toro, mientras que el hombre sería el caballo. Del mismo
modo, las armas representarían al hombre y las heridas y la sangre a la mujer.
También el papel de uno y otro sería opuesto: la mujer, una venus obesa generadora,
y el hombre grotesco, cazador y destructor. Según Henri Delporte,16 el hecho de que
las representaciones masculinas y femeninas estén, generalmente, en relación de
oposición, no quiere decir que sean reflejo de creencias meramente sexuales, esto
es, ritos y mitos de fecundidad. Se trata más bien de una cosmogonía explicada a
través de una oposición. En cualquier caso, no se pretende decir que una única
religión dominase todo el Paleolítico superior, sino que todas ellas comparten el
mismo sistema, la misma estructura básica.
Simbolismo: En las últimas décadas se intenta determinar si la organización, tanto
de elementos figurativos como abstractos, su estructura y su ritmo, responden a
algún código de comunicación de conocimientos o de registro de acontecimientos. Por
ejemplo, si se trata de la representación de una cosmogonía, de alguna especie de
calendario primitivo en el que se reflejen hechos repetitivos fundamentales,
aspectos estacionales, etc. De la combinación de formas representadas simples y
complejas, del modo en que se relacionan, se pretende obtener una forma de lenguaje
mitográfico, pictográfico o ideográfico en el que cada animal y cada símbolo tengan
un significado diferente, según el modo en que se asocien y el contexto en el que
aparezcan. Algunos defensores de este paradigma llegan demasiado lejos en sus
conclusiones, superando lo estrictamente científico.17

Bastón fálico decorado


Cueva del Valle
(Cantabria)

Ciervo herido de la cueva de la Peña de Candamo


(Asturias)

Manos impresas de la Gruta de Gargas (Francia), de las mal llamadas «con falanges
amputadas»

Hierogamia o coito ritual de la Cueva de los Casares (Guadalajara)

En realidad, es posible que todas las teorías tengan algo de verdad, que solo
aunándolas se pueda interpretar el significado del arte paleolítico. Por otra
parte, al contrario que las ideas expuestas (que van de lo general a lo particular)
existen numerosas teorías, recientes, que intentan partir del estudio independiente
de cada cueva, incorporando no solo elementos mágico-religiosos o estructurales,
sino también otros coyunturales como el simbolismo o la comunicación ideográfica,
con la esperanza de llegar, en el futuro, a una explicación general. En todo caso,
también habría que incluir un legítimo interés por la estética, demostrado tantas
veces por los artistas paleolíticos.18 Ese interés supera las explicaciones
coyunturales o las estructurales relativas a la «magia-caza-fecundidad», incluso la
oposición de contrarios de Leroi-Gouhan; quedando subyacente, en toda la secuencia,
una intencionalidad artística en tanto que búsqueda de la perfección y del sentido
de la belleza.
Actualmente, los enfoques son menos pretenciosos, investigando la realidad de cada
yacimiento antes de sacar una conclusión global sobre todo el arte paleolítico,
existe una tendencia general a admitir motivaciones muy diversas, escuelas
artísticas diferentes e incluso religiones distintas. El enfoque plural ha sido
sustituido por la multicausalidad y por la singularidad de cada yacimiento.
Asimismo se ha introducido la idea (similar al action-painting contemporáneo) de
que el puro hecho de elaborar una obra de arte prehistórico, la gestualidad llevada
a cabo, es un ritual en sí mismo.19
Cronología
La datación de las obras de arte paleolíticas es uno de los problemas más
importantes, sobre todo si se trata de arte parietal, carente de contexto
arqueológico que pueda ayudar a poner fecha. Para solucionarlo se usan métodos
indirectos y extrapolaciones (comparando el estilo de obras exhumadas en
excavaciones y con cronología segura, con las obras murales). Otro método posible
cuando varias figuras se superponen consiste en emplear estudios de estratigrafía
que permiten saber cuál de las figuras es anterior y cuál es posterior. Los últimos
avances permiten aplicar técnicas de datación absoluta, lo cual puede ser
definitivo: concretamente el radiocarbono (que ahora se puede realizar con muestras
mucho más pequeñas), la termoluminiscencia, el análisis de pigmentos... Pero estos
métodos se han aplicado muy pocas veces, por lo que predominan las periodizaciones
basadas en datos parciales, estilísticos y extrapolaciones:

La primera propuesta seria nació, como no, de la mano del Abate Breuil que aceptaba
que el arte debía evolucionar de lo simple a lo complejo, de lo esquemático a lo
realista (con un paradigma claramente presentista). Para él había dos grandes
ciclos estilístico-cronológicos que no tienen parentesco entre sí:20

El auriñaco-perigordiense, dominado por una tonalidad dominante roja que parte de


signo muy sencillos (como puntuaciones, manos, y trazos lineales) hasta llegar a la
combinación de dos colores
El solutreo-magdaleniense, también evoluciona de la monocromía a la bicromía, pero
con una tonalidad dominante negra.
Otra de las propuestas es la de las tres fases de Annette Laming-Emperaire, que
destaca por su sencillez:15

Una fase arcaica (auriñaciense-perigordiense).


Una fase transicional (que acogía las últimas representaciones de la etapa
precedente y las primeras del ciclo solutreo-magdaleniense).
Una fase final, Magdaleniense en la que los polícromos suponían el último paso
evolutivo.
Seguiremos la cronología propuesta por André Leroi-Gourhan,21 por ser la más
extendida, pero hay otras propuestas válidas. Esta datación no solo se basa en los
estudios estratigráficos. También tiene en cuenta las relaciones entre los animales
representados en cada cueva, la contradicción de temas binarios y su posible
significado. Aunque considera importantes los rasgos formales y estilísticos, no
presupone una evolución de lo simple a lo complejo. De hecho, se constata que en
los ideomorfos ocurre a la inversa (cada vez son más abstractos):

Cuadro crono-estilístico del Arte Paleolítico según Leroy Gourhan


Imágenes de ejemplo Etapa o estilo:
Resumen y características. Conjuntos o lugares destacados.

Hueso perforado de la
Cueva de Las Grajas,
en Archidona (Málaga).
Periodo Prefigurativo Lugares:
*Bilzingsleben
*Sierra de Atapuerca
*Venus de Berejat Ram
*Venus de Tan-Tan
*Cueva de Las Grajas
*Lunel-Viel
*Port-Launay
*Pech de l'Aze
Los datos previos al nacimiento inequívoco del arte se remontan al Paleolítico
inferior y al Paleolítico medio. En general, este periodo puede definirse como una
búsqueda de lo estético a través de la simetría de los utensilios o de un finísimo
acabado que supera las necesidades prácticas de ciertos utensilios, es decir, se ha
desarrollado ya un sentido estético. Algo parecido ocurre con las «colecciones de
artefactos curiosos» y adornos corporales atribuidas a los neandertales. No
obstante, algunos hallazgos excepcionales, como los que se citan al margen, inducen
a pensar que la inteligencia del ser humano había alcanzado cierto nivel de
abstracción que conducirá al verdadero arte.
Al comenzar el Paleolítico superior, no hay constancia de que el arte apareciese
desde el primer momento; así, tenemos que el Châtelperroniense no tiene un arte
desarrollado plenamente.

Grabados de Abri Cellier (Francia).


Periodo I, «Figurativo Geométrico» Lugares:
*Abri Cellier
*Abrí de Belcayre
*La Ferrassie
*La Bernous
*La Pasiega
*El Pindal
Abarca desde el final del Châtelperroniense y, sobre todo el Auriñaciense: desde
hace unos 30 000 años. No hay nada seguro en cuanto a arte parietal, salvo, quizá,
el bisonte de La Bernous, lo demás son bloques de piedra y huesos decorados de arte
mueble.
El estilo se caracteriza por el geometrismo y las representaciones incompletas de
los animales. Hay también signos e ideomorfos. Es decir, que, de un modo
rudimentario, ya tenemos todos los elementos del arte paleolítico posterior.

Para Leroi-Gourhan, las figuras no son simplificaciones, sino abstracciones. Se


basa, para documentar su afirmación, en la oposición de bóvidos y caballos, en las
figuras ovales junto a puntos, es decir, asociaciones binarias.

La Venus de Lespugue, (Francia).


Periodo II, «Figurativo sintético elemental» Lugares:
*Abrí Labatut
*Pair-non-Pair
*Gargas
*Gorge de l'Enfer
*Hornos de la Peña
*Chufín...
Comienza bien entrado el Perigordiense Superior/Gravetiense, hace unos 27 000 años
(tal vez abarca el principio del Solutrense). Es la época en la que aparecen
grandes santuarios con complejos artísticos organizados, la mayoría de ellos
exteriores, es decir, a los que llega directa o indirectamente, la luz natural.
Las figuras ya están completas y, en el caso de los animales, se aprecian detalles
de la anatomía como la línea cervico-dorsal y otros elementos, pero solo se
representan las líneas esenciales para la identificación genérica de cada especie.
Los caballos aparecen con una línea cervico-dorsal exagerada.

A esta época pertenecen las típicas imágenes de venus esteatopigias, de formas


generosas y con órganos sexuales muy desarrollados. Los ideomorfos y los símbolos
mantienen cierta simplificación y geometrización.

Caballos de estilo III: obsérvese la microcefalia y el vientre abombado típicos de


este periodo.
Periodo III, «Figurativo sintético evolucionado» Lugares:
*Roc de Sers
*Chauvet
*Pech Merle
*Lascaux
*La Pasiega
*Covalanas
*Candamo
*El Castillo
*Cueva del Moro
Abarca el Solutrense medio y superior y el Magdaleniense inicial, es decir, desde
hace unos 20 000 años. Es un estilo mucho más extendido y con muchos más datos que
permiten entenderlo mejor. Tiene un número reducido de obras, pero muy extendidas
geográficamente.
Subsiste la tradición, ya vista en el periodo II, de dibujar la línea cervico-
dorsal de los animales, aunque ahora se hace más dinámica y se le añaden las bandas
cruciales, las crineras y el vientre en «M». En el caso de los cérvidos y bóvidos,
las cuernas aparecen en posición de tres cuartos, incitando cierto sentido de la
perspectiva. Aunque cada especie se representa con rasgos diferenciales, los
animales son, en general, microcéfalos, especialmente los caballos y los ciervos;
el cuerpo suele ser enorme, grávido, es decir, con el vientre abombado. Ya hay una
representación convencional del movimiento (el llamado "trote estereotipado")

Panel de los bisontes de la Cueva de Altamira (Cantabria).


Periodo IV, «Figurativo analítico» Lugares:
*La Chaire-a-Calvin
*Laugerie-Haute
*Niaux
*Les Trois Frères
*Les Combarelles
*Rouffignac
*Font de Gaume
*La Pasiega
*La Pileta
*Nerja
*Los Casares
*Altamira
Aparece como un proceso evolutivo sin solución de continuidad, por lo que es muy
difícil establecer su separación con el periodo III. En todo caso, se asocia al
Magdaleniense superior, a partir de unos 15 000 años de antigüedad.
Entre sus rasgos distintivos, cabe destacar el desarrollo masivo del arte mueble y
los santuarios interiores.

Aunque no se pierden los convencionalismos, se atenúan, lo que da más realismo a


las representaciones. Además, aparece el modelado del relieve, los trazos
modelantes que simulan pelaje, los contornos difuminados, numerosos detalles
anatómicos y la bicromía se generaliza. Todo ello da un enorme realismo a las
representaciones, aunque las figuras parecen flotar sin que haya sensación de
gravedad.

El Periodo IV suele dividirse, a su vez, en dos fases, el Antiguo, correspondiente


al Magdaleniense Inferior; y el Reciente, propio del Magdaleniense Superior en el
que por primera vez aparecen representados renos y los convencionalismos son
mínimos.

En España suelen usarse las periodizaciones propuestas por los franceses, aunque el
profesor Francisco Jordá Cerdá, de la Universidad de Salamanca propuso una
secuencia para la península ibérica:22

Ciclo Auriñacogravetense: Periodo inicial que, según el propio Jordá explica, es un


periodo equivalente al propuesto por Henri Breuil, salvo algunas partiularidades
peninsulares.
Ciclo Solutreomagdalenense: Abarca el Solutrense y el Magdaleniense Antiguo.
Ciclo Magdalenense final: es el período de apogeo Magdaleniense Superior al que
seguirá la decadencia epipaleolítica del Aziliense.

Periodización del Arte Paleolítico

Por supuesto, existen otras propuestas cronológicas y los datos se están revisando
continuamente. No podemos dejar de citar los trabajos de J. Clottes, quien en 1995
aplicó la técnica del 14C a las pinturas de Chauvet, que, como se aprecia en el
cuadro anterior, Leroi-Gourhan había situado en el Periodo III «figurativo
sintético evolucionado». El resultado fue de más de 25 000 años de antigüedad[1],
es decir, mucho más antiguo de lo supuesto.23 Esto implicaba replantearse por
completo todas las cronologías elaboradas por métodos relativos o por
extrapolaciones. Pero como muy pocas cuevas han sido datadas por métodos absolutos,
es pronto para poder hacer un cuadro sistemático. Con estos nuevos avances ya ha
comenzado la polémica. Por ejemplo, el controvertido Robert Bednarik24 ha llegado a
afirmar que:
«Las más conocidas pinturas de Lascaux (especialmente los grandes bóvidos y
cérvidos, por ejemplo, los más recientes) parecen ser del periodo Holoceno. No
conozco la edad concreta de las pinturas de esta cueva, ni de ninguna otra. Sin
embargo, Bahn25 ha presentado argumentos muy sólidos sobre que en ella se mezclan
obras de arte del final del Pleistoceno y del Holoceno...»
Robert Bednarik
Esta especie de insinuación ha causado mucho revuelo y ha sido rechazada por la
mayoría de los especialistas, entre ellos, por Lawrence Guy Straus;26

El arte paleolítico en el resto de Europa


El arte paleolítico en Italia
En Italia27 se documentan numerosos yacimientos de arte mobiliar, destacando, entre
ellos, Grimaldi y Savignano. Son famosas las venus italianas, que recuerdan a las
del norte, por ejemplo la Venus de Savignano, la de Barma Grande la de Chiozza di
Sacandiano y la de Balzi Rossi, de época gravetiense, aunque la mayoría carece de
contexto arqueológico fiable. El único arte parietal de esta zona norteña es la
cueva de Cavillon.

Figura humana frontal en la Cueva de Levanzo

Venus de Savignano (Módena)

Escena de la Cueva de Addaura (Sicilia)

Respecto a la zona sur, encontramos arte parietal en la Grotta Romanelli, la cueva


de Romito y en la Cueva Paglizzi, pero en todas es muy escaso. En la Cueva Paglizzi
el estilo es muy clásico, es decir, muy similar al del área franco-española; en
cambio, la de la Grotta Romanelli destaca por ese característico relleno del
interior de las figuras, con trazos de todo tipo, pero sin interés volumétrico. Así
como en las cuevas sicilianas de Addaura y Levanzo. En Sicilia las cuevas tienen
conjuntos mucho más relevantes que, a pesar de su aparente sencillez, parecen del
final del Paleolítico, muy en la línea del futuro arte epipaleolítico con el que no
parece haber rupturas. En Addaura abundan las representaciones humanas en lo que
parece ser una escena narrativa llena de dinamismo. En Levanzo, junto a
antropomorfos muy similares, es decir, escenas narrativas muy dinámicas, aparece
una fauna claramente paleolítica, lo que confirmaría la edad de las
representaciones.28

El Arte Paleolítico en Europa Central y Oriental


En Alemania y Suiza, donde podemos atisbar una provincia artística, se suceden
varios periodos estilísticos de arte mueble:

Bastón perforado con cérvidos grabados, procedente de los alrededores de Constanza


(Alemania).
Fase Vogelherd: corresponde a una etapa mal definida cronológicamente, parece
antigua (quizá equivalente Auriñaco-Gravetiense occidental), anterior al Würm III y
en ella destacan estatuillas de marfil, de piedra y de arcilla, así como objetos de
líneas incisas y bandas de puntuaciones.
Fase Kesserloch: En este caso podemos hacer una correlación segura con el
Magdaleniense occidental (fase IV, oscilación de Bølling). En este rico periodo
encontramos propulsores, varillas con decoración geométrica, contornos recortados e
incluso esculturas. Los yacimientos más importantes son el epónimo de Kesserloch
(Thayncen, Suiza) y el de Oberkassel (Hamburgo, Alemania).
Fase Gönnersdorf: Parece una fase estilísticamente intermedia (correlacionable con
el Magdaleniense occidental, fase V e inicio de la fase VI). Son muy abundantes las
representaciones femeninas denominadas claviformes, pero también son abundantes las
representaciones de mamuts, caballos y símbolos sexuales. Aparte del yacimiento
epónimo de Gönnersdorf, destacan Nebra, Oelknitz y Hohlenslein.
Fase Petersfeld: Es un periodo que suele equipararse al Magdaleniense VI occidental
(Dryas II); sus rasgos son la abundancia de representaciones de cabezas aisladas,
abunda la figura del reno en el arte mueble y se reafirma la tendencia a la
esquematización que vimos en la fase anterior, nos referimos a las representaciones
femeninas claviformes, a veces perforadas, como si hubiesen sido utilizadas como
colgantes, y las composiciones suelen ser variadas (en fila, parejas afrontadas
como en una danza...)

Venus claviformes, Gönnersdorf (Alemania)

Figura de Predmost sobre defensa de mamut

Venus de Willendorf
(Austria)

Una de las venus estilizadas de Dolni-Vetonice

Existiría otra provincia artística en las llanuras centrales del Danubio en la


República Checa y Austria: Al parecer es una zona habitada por cazadores de mamuts
con cierta relación estilística con la zona francesa. Existe una fase inicial
(equivalente al Auriñacense), llamada Pavloviense por el yacimiento epónimo de
Pavlov, donde apareció una figura de león recortada sobre marfil. Aunque, desde el
punto de vista artístico, la obra más destacada es la Venus de Willendorf
(Austria), por ser una de las primeras que se encontró (1908); pero otras obras
conservadas de esta época son también sorprendentes, por ejemplo, el Hombre-León de
Hohlenstein (Danubio alemán), Predmost (Moravia) y el gran conjunto de Dolni-
Vestonice (Brno, República Checa) cuya cronología alcanza tiempos equiparables a
los del Magdaleniense clásico.
Dolní Věstonice es un yacimiento excepcional donde aparecieron varias decenas de
estatuillas, tanto de animales como antropomorfas. Se han llegado a exhumar
estructuras de habitación, una de las cuales fue interpretada como la casa del
artista, con miles de restos de obras de arte alrededor del hogar, la mayoría
hechas de barro cocido. También se hallaron restos de flautas, con lo que se ha
llegado a especular que el artista era, tal vez, un chamán.29
En toda Europa oriental solo se conocen algunas cuevas excepcionales, entre ellas
la cueva de Cuciulat en Rumanía y las pinturas de almagra roja de la cueva de
Kapova, en Rusia. Fueron descubiertas en 1961 en el sur de los Montes Urales, cerca
del río Belaya. Hay inmensas galerías con más de cuarenta representaciones de
mamuts, bisontes, rinocerontes y caballos; y, más dudosos son los caballos pintados
de Mgvimeni (Georgia). Por otro, lado el arte mobiliar es muy abundante en algunas
regiones de la Europa del Este: en la zona del Mar Negro destaca el yacimiento de
Molodova.

Bestiario del "Salón de las pinturas" de la Cueva de Kapova, en Rusia


.
Existen importantes yacimientos con arte mueble en las llanuras de la antigua Unión
Soviética y en Siberia, destacando sobre todos ellos el de Mal'ta por estar a miles
de kilómetros más allá de los Montes Urales. Sin embargo, su cronología es
controvertida debido a la dificultad que existe para encontrar paralelismos con
otras culturas; al parecer, existe cierto desfase cronológico y el Paleolítico duró
más en esta zona. Si extrapolamos con Europa, el arte paleolítico siberiano parece
desarrollarse desde el Gravetiense hasta el Magdaleniense sin apenas cambios; algo
similar ocurre en el valle del río Don (Ucrania).30

Mal'ta: cerca del lago Baikal se conocen restos arqueológicos de tiendas con
hogares alrededor de los cuales se han exhumado 12 estatuillas femeninas (algunas
de las denominadas «con capucha»), también hay estatuillas de mamut y una tumba
infantil en la que el cadáver llevaba restos de un collar y una venus sobre el
pecho.
Kostienski (río Don, Ucrania): De nuevo es un asentamiento al aire libre, un
campamento de tiendas con once estatuillas de animales y ocho femeninas en torno a
los hogares.
Gagarino (río Don, Ucrania): Sólo se ha exhumado una cabaña hecha con grandes
huesos de mamut y el suelo rociado de ocre. Fuera de esta estructura aparecieron
numerosas estatuillas.

Kameno Doba: Mamut en placa de marfil

Placa de marfil decorada


Yacimiento de Mal'ta
(Lago Baikal, Siberia)

Figurita femenina de Mal'ta


(Lago Baikal, Siberia)

Estatuilla femenina tallada en colmillo de mamut de Buretj


(Lago Baikal, Siberia)

Estos son los más importantes, pero se han hallado otros yacimientos (Buretj,
Avdeevo, Eliseevichi...) que han proporcionado centenares de estatuillas femeninas
y de animales en marfil de mamut, cerca del hogar de lo que parecían cabañas o en
los límites de las estructuras habitacionales.

El Arte paleolítico en las islas británicas


Durante gran parte de la era glacial las islas británicas estuvieron enteramente
cubiertas por grandes capas de hielo, con la única excepción de una franja de
tierra de grosor variable que se extendía desde las actuales Gales y Cornualles (y
en ocasiones, la punta sur de Irlanda) hasta donde hoy se encuentra el canal de la
Mancha. Al igual que el mar del Norte, este no existió hasta tiempos recientes, por
lo que la zona constituía una prolongación territorial de Francia durante el
Paleolítico. Durante años se discutió el por qué esta zona, tan cercana al
importante área francoespañola, nunca sacó a la luz ejemplo alguno de pinturas
rupestres. La explicación más común que se daba es que el área, situada junto a la
zona de avance y retroceso de los glaciares, era demasiado fría e inestable como
para mantener una población destacable y más o menos permanente que pudiera
realizar tales pinturas.

Sin embargo, en 2003 se descubrió una importante concentración de hasta 80 figuras


en una cueva del límite entre Nottinghamshire y Derbyshire llamada Creswell
Crags[2] entre las que se pudieron identificar representaciones de osos, ciervos,
bisontes, cabras monteses y -cosa inusual- numerosas aves, entre ellas una con un
largo pico curvado. La presencia de cabra montés (un animal que se extinguió en
Inglaterra hace unos 10 000 años) indicaba claramente que las pinturas tenían una
cronología paleolítica, cosa que se confirmó más tarde al datarse las pinturas en
12 800 años de antigüedad.[3]

Artísticamente, las pinturas de Creswell Crags presentan importantes semejanzas con


las halladas en Francia y el norte de España, por lo que pueden ser incluidas como
un ejemplo más de estas. Sin embargo, carecen de colores de "relleno" y en
numerosos casos ni siquiera los contornos son visibles, sino solo la marca dejada
como una cicatriz en la roca. Esto no representa una diferencia de estilo, sino que
se debe al fuerte deterioro y pérdida de los pigmentos en fechas posteriores,
probablemente debido a la gran humedad registrada en la Britania post-glacial. El
descubrimiento de Creswell Crags, casi en el centro de Inglaterra, indica
claramente que el sur de Gran Bretaña y probablemente también lo que ahora es el
canal de la Mancha acogieron pinturas de estilo franco-español, pero que
lamentablemente se deben de haber perdido casi en su totalidad. Sin embargo,
también cabe la posibilidad de que en algunos lugares más resguardados similares a
Creswell Crags se haya conservado algún rastro de su presencia.

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