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Programa de Medicina
Extensión Barinas
Farmacología I
Bachilleres:
Semestre V, sección 07
Clasificaciones:
FARMACOCINÉTICA:
Conceptos bases:
CME (Cantidad mínima eficaz): Se refiere a la cantidad mínima por sobre la cual se puede
obtener un efecto terapéutico, Por ej: hay dolores de cabeza que responden a 600 mg de
paracetamol y otros que requieren 1 g, hay otros dolores que no responden al paracetamol,
y requieren otro fármaco.
CMT (Cantidad mínima Toxica): Se refiere a la cantidad mínima por encima de la cual la
concentración de un fármaco puede presentar efectos tóxicos
VÍAS DE ADMINISTRACIÓN:
Vías enterales:
La absorción del fármaco por vía oral depende de forma muy importante de la preparación
farmacéutica que condiciona los procesos de disgregación y disolución. La absorción se
produce en el estómago, y especialmente en el duodeno, principalmente por difusión
pasiva. Aunque teóricamente deben absorberse mejor los ácidos débiles en el estómago y
las bases débiles en el intestino delgado, la mayor parte de la absorción tiene lugar en el
intestino delgado, ya que la mayor superficie de absorción compensa las diferencias
derivadas del grado de ionización.
-La vía oral es cómoda, barata y unipersonal, adecuada para el tratamiento crónico.
Requiere voluntariedad y capacidad de deglución, y no debe utilizarse cuando el fármaco
irrite la mucosa o el paciente esté inconsciente, se haya sometido a una intervención
quirúrgica o presente vómitos que contraindiquen esta vía. Los preparados con cubierta
entérica evitan la disolución en el estómago y retrasan el comienzo de la absorción, pero no
su velocidad. Los preparados de liberación mantenida enlentecen la absorción y permiten
reducir las fluctuaciones de las concentraciones plasmáticas o reducir el número de tomas
al día para mejorar el cumplimiento terapéutico. Habitualmente están formados por una
matriz a la que se une fuertemente el fármaco y de la que se va liberando lentamente
conforme se produce la absorción.
-En la vía sublingual el fármaco depositado debajo de la lengua se absorbe por la mucosa
sublingual, accediendo por la vena cava a la aurícula derecha. Al evitar su paso intestinal y
hepático se consigue un efecto más rápido e intenso que es útil en situaciones agudas,
como el tratamiento de una crisis anginosa con nitroglicerina. La vía transmucosa utiliza el
mismo principio: el fármaco permanece en la boca como un caramelo y se absorbe a través
de la mucosa.
-La vía rectal es más incómoda que la vía oral y la absorción puede ser errática, lenta e
incompleta. Se utiliza para administrar fármacos que producen irritación gastrointestinal, son
destruidos por el pH ácido del estómago o las enzimas digestivas, tienen un olor o sabor
desagradables, o para evitar parcialmente el primer paso hepático. También se utiliza como
una alternativa a la vía oral en pacientes con vómitos, inconscientes o quirúrgicos.
Vías parenterales:
-La vía intravenosa es de elección en situaciones agudas. Sus ventajas son la rapidez de la
acción y la precisión de las concentraciones plasmáticas que se alcanzan, al no depender
de los procesos de absorción ni de los factores que pueden alterarlos. También permite
reducir los efectos irritantes y administrar grandes volúmenes. Sus inconvenientes son la
dependencia de personal especializado, la posibilidad de reacciones graves (sobre todo
cuando la administración es muy rápida y se alcanzan altas concentraciones) y el peligro de
embolias e infecciones.
-La vía intraarterial se utiliza para realizar arteriografías y para alcanzar altas
concentraciones locales (p. ej., de un fibrinolítico, como la estreptocinasa).
-La vía intramuscular se emplea para la administración de fármacos que por vía oral se
absorben mal o son degradados por vía oral (p. ej., penicilina G). También puede utilizarse
para asegurar el cumplimiento terapéutico o como una opción a la vía oral y/o rectal en
pacientes quirúrgicos o con vómitos (p. ej., fenobarbital). Los preparados de absorción
mantenida (depot o retard) liberan el fármaco lentamente, consiguiendo un efecto más
prolongado. También puede utilizarse para conseguir un efecto más rápido, ya que la rica
vascularización del músculo permite una rápida absorción en 10-30 min, pero en algunos
casos la absorción intramuscular es lenta (p. ej., fenobarbital) y algunos fármacos, como la
fenitoína, precipitan al pH fisiológico del tejido muscular.
-En la vía subcutánea el flujo sanguíneo es menor que en la vía intramuscular, por lo que la
absorción es más lenta. Disminuye cuando hay hipotensión, vasoconstricción por frío o
administración simultánea de vasoconstrictores, y aumenta cuando hay vaso dilatación
producida por el calor o cuando se administran junto con hialuronidasa.
Otras vías:
-La vía dérmica se utiliza en forma de cremas y pomadas para el tratamiento local de
afecciones de la piel. Los fármacos liposolubles se difunden bien, pero si el fármaco es
hidrosoluble y están afectadas las capas profundas de la piel, llegará mejor por otras vías.
También se emplea casi siempre en forma de parches para la administración sistémica
mantenida de fármacos de forma aguda (p. ej., escopolamina) o crónica (p. ej., fentanilo,
nitratos, estrógenos y nicotina).
La administración cutánea evita el primer paso hepático y las fluctuaciones de las
concentraciones plasmáticas permite terminar rápidamente la absorción del fármaco, reduce
la variabilidad interindividual en la absorción, prolonga la duración de la acción y mejora el
cumplimiento terapéutico. La absorción cutánea es menor cuando la piel es gruesa o está
expuesta a la intemperie.
-La vía nasal es útil para el tratamiento local de la rinitis alérgica y la congestión nasal, pero
también se emplea para la administración sistémica de algunos fármacos, como las
hormonas peptídicas, el fentanilo o el propranolol.
-Las vías epidural, intratecal e intraventricular: se utilizan para hacer llegar al SNC fármacos
que atraviesan mal la BHE (p. ej., algunos antibióticos o antineoplásicos) y para conseguir
concentraciones elevadas (p. ej., de anestésicos o analgésicos) en áreas localizadas, como
las raíces espinales.
Por vía intraventricular: se consiguen mayores concentraciones cerebrales que por vía
intratecal. Aparte de la mayor dificultad técnica, estas vías tienen riesgo de neurotoxicidad e
infecciones.
-La vía inhalatoria se utiliza principalmente para la administración de fármacos que deban
actuar localmente en el tracto respiratorio. El acceso al lugar de acción depende de la
técnica utilizada (inhaladores o nebulizadores), del tamaño de las partículas y de la
existencia de obstrucción bronquial que dificulte el acceso del aerosol. La vía inhalatoria se
utiliza también para administrar gases y anestésicos volátiles. Por esta vía acceden al
organismo tóxicos como el tabaco, líquidos volátiles, contaminantes y alergenos.
-Las vías conjuntival, uretral, vesical y vaginal se utilizan para actuar localmente sobre las
respectivas mucosas, y la vía intraperitoneal para diálisis en casos de insuficiencia renal e
intoxicaciones.
ABSORCIÓN:
Sin embargo, desde el punto de vista de los efectos de los fármacos, es más importante la
biodisponibilidad entendida como la velocidad y cantidad del fármaco que llega a la
circulación sistémica. La absorción propiamente dicha no es más que un elemento de esa
biodisponibilidad que depende también de la eliminación presistémica.
Por cualquier vía que no sea la intravenosa puede haber absorción incompleta porque parte
del fármaco administrado sea eliminado o destruido antes de llegar a la circulación
sistémica. Por vía oral, un fármaco puede:
a) Eliminarse por las heces antes de que se complete su absorción, puede ser quelado,
degradado por la acción del pH ácido del estómago o de las enzimas digestivas, y
metabolizado por las bacterias de la luz intestinal (fL).
b) Una vez absorbidos, los fármacos pueden ser expulsados de nuevo a la luz intestinal por
la glucoproteína P o metabolizarse en el epitelio intestinal (fI). El 90% del metabolismo
intestinal se produce mediante la acción enzimática que utiliza el citocromo P450 en su
isoforma CYP3A4 por lo que tiene una especial importancia en los fármacos que se
metabolizan a través de esta enzima.
Por ejemplo, en pacientes anhepáticos se ha comprobado que más de la mitad del efecto
primer paso de la ciclosporina se debe a metabolismo intestinal mediante el CYP3A4.
Además, la absorción de los fármacos puede ser reducida por la glucoproteína de la
membrana luminal del epitelio intestinal que bombea el fármaco fuera de la célula epitelial y
lo reenvía a la luz intestinal antes de que pase a la sangre. Algunos fármacos con una
fracción de absorción menor del 50%, como la ciclosporina, el verapamilo, el saquinavir o la
atorvastatina, son sustratos de la glucoproteína P y del CYP3A4, cuyos efectos pueden
sumarse para reducir su absorción. Sin embargo, hay otros sustratos de la glucoproteína P,
como la metadona o la prednisolona, que se absorben en más del 70%, quizá porque las
dosis que se administran saturan esta proteína.
c) Una vez que llegan a la vena porta, pueden ser destruidos en el hígado (primer paso
hepático) o en los pulmones antes de llegar a la circulación sistémica (fH).
La biodisponibilidad del fármaco, es decir, la fracción del fármaco administrado que llega a
la circulación sistémica, será el producto de las tres fracciones (luminal, intestinal y
hepática):
f = fL · fI · fH
Se entiende por primer paso hepático la metabolización del fármaco absorbido en el tracto
gastrointestinal que llega al hígado a través de la vena porta y que se metaboliza en él
antes de llegar a la circulación sistémica. La fracción de extracción hepática es la fracción
del fármaco que hay en el cuerpo que se metaboliza en un solo paso por el hígado. Los
fármacos con primer paso hepático suelen metabolizarse mediante el CYP3A4 y el
CYP2D6, y poseen una fracción de extracción elevada, mayor de 0,7, lo que significa que
menos del 30% de la dosis absorbida alcanzará la circulación sistémica.
Ejemplos de fármacos con una fracción de absorción menor de 0,5 por primer paso
hepático: alprenolol, estradiol, ketamina, lidocaína, morfina, nicotina, nifedipino y
testosterona.
DISTRIBUCIÓN:
La distribución de los fármacos permite su acceso a los órganos en los que debe actuar y a
los órganos que los van a eliminar, y condiciona las concentraciones que alcanzan en cada
tejido. Tiene especial importancia en la elección del fármaco más adecuado para tratar
enfermedades localizadas en áreas especiales, como el SNC, y en la valoración del riesgo
de los fármacos durante el embarazo y la lactancia. El volumen de distribución condiciona la
dosis inicial o de carga que se administra para conseguir con rapidez concentraciones
eficaces en situaciones urgentes.
Barrera hematoencefálica (BHE). Está formada por un conjunto de estructuras que dificultan
de forma notable el paso de las sustancias hidrófilas desde los capilares al SNC a: a) las
células endoteliales de los capilares sanguíneos del SNC están íntimamente adosadas sin
dejar espacios intercelulares; b) entre una y otra célula existen bandas o zónulas occludens
que cierran herméticamente el espacio intercelular; c) hay una membrana basal que forma
un revestimiento continuo alrededor del endotelio; d) los pericitos forman una capa
discontinua de prolongaciones citoplásmicas que rodean el capilar, y e) las prolongaciones
de los astrocitos de la glía perivascular forman un mosaico que cubre el 85% de la
superficie capilar.
Como consecuencia, no hay filtración, por lo que los fármacos sólo pueden pasar por
difusión pasiva, transporte activo y transcitosis. Además, los fármacos acceden mal al SNC
debido a la presencia de proteínas transportadoras, como la glucoproteína P, que bombean
el fármaco hacia la sangre.
Barrera placentaria. Separa y une a la madre con el feto. Para atravesarla los fármacos y
sus metabolitos tienen que salir de los capilares maternos, atravesar una capa de células
trofoblásticas y mesenquimáticas y entrar en los capilares fetales. Los fármacos pasan
principalmente por difusión pasiva y su velocidad de paso depende del gradiente de
concentración, de la liposolubilidad, del grado de ionización y del pH de la sangre materna y
fetal. La fijación a proteínas limita el paso cuando el fármaco se difunde con dificultad.
Cuando es muy lipófilo y no polar no depende de la unión a proteínas, sino del flujo
sanguíneo placentario. La unión a proteínas y el pH fetales son menores que en la madre.
La placenta tiene enzimas que pueden metabolizar los fármacos y los metabolitos que
pasan de la madre al feto, y viceversa. Igual que en la BHE, la barrera placentaria es rica en
glucoproteína P, que limita el paso de los fármacos de la madre al feto.
Cinética de distribución:
Compartimentos farmacocinéticos suelen considerarse tres compartimentos atendiendo a la
velocidad con que el fármaco los ocupa y abandona: a) El compartimento central incluye el
agua plasmática, intersticial e intracelular fácilmente accesible; es decir, la de los tejidos
bien irrigados, como el corazón, el pulmón, el hígado, el riñón, las glándulas endocrinas y el
SNC (si el fármaco atraviesa bien la BHE). b) El compartimento periférico superficial está
formado por el agua intracelular poco accesible; es decir, la de los tejidos menos irrigados,
como piel, grasa, músculo o médula ósea, así como los depósitos celulares (proteínas y
lípidos) a los que los fármacos se unen laxamente. c) El compartimento periférico profundo
incluye los depósitos tisulares a los que el fármaco se une con mayor fuerza y de los que,
por lo tanto, se libera con mayor lentitud.
a) Factores que alteran el volumen real. Las variaciones de peso influyen en el volumen de
distribución total, pero no alteran el volumen por kilogramo. Los edemas y los derrames
pleurales y ascíticos aumentan el volumen de distribución de los fármacos hidrosolubles y
reducen el de los liposolubles. Por el contrario, la obesidad reduce el volumen de
distribución de los fármacos hidrosolubles y aumenta el de los liposolubles.
b) Factores que alteran la unión a las proteínas plasmáticas. Diversos factores fisiológicos
(recién nacido o anciano), patológicos (hipoalbuminemia o hiperbilirrubinemia) y numerosas
interacciones pueden alterar la unión de los fármacos a las proteínas del plasma, pero no
todos afectan por igual las diversas proteínas.
c) Factores que alteran la unión a los tejidos. Cuando el fármaco se une fuertemente a las
proteínas plasmáticas y a los tejidos, la disminución en la unión a las proteínas plasmáticas
sin cambios en su fijación tisular aumenta el volumen de distribución (como ya se ha
comentado), pero cuando disminuye de forma simultánea la fijación a las proteínas del
plasma y a los tejidos, puede no haber variación en el volumen de distribución.
METABOLISMO:
Los productos que se generan en las reacciones de la fase I suelen ser metabolitos
intermedios reactivos y/o especies que contienen oxígeno activo, que pueden causar daño
celular. Las reacciones de la fase II suelen convertir los metabolitos intermedios
procedentes de la fase I en productos finales que son fácilmente eliminados del organismo.
En la fase I, por lo tanto, se introducen grupos –OH, –NH2 –COOH, que permiten después
las reacciones de conjugación, de las que resultan ácidos y bases orgánicos fuertes. En
definitiva, los productos resultantes tienden a ser compuestos polares, hidrosolubles y, por
lo tanto, más fácilmente expulsables por la orina y por la bilis. Las reacciones de oxidación
se producen preferentemente en la fracción microsómica del hígado y de otros tejidos y en
menor grado en la mitocondrial, las de reducción en la fracción microsómica, las de
hidrólisis en el plasma y en diversos tejidos, y las de conjugación en el hígado y otros
tejidos. Aunque ambas fases tienen características diferentes, es fundamental que estén
acopladas entre sí, evitando la presencia de metabolitos intermedios, de modo que el
proceso de metabolización se corresponda realmente con un proceso de destoxificación.
Una molécula determinada puede ser transformada de forma simultánea en varias zonas o
bien experimentar diversas transformaciones en sucesivos pasos a través del hígado. Como
resultado, es frecuente que un fármaco origine un número elevado de metabolitos; unos
pueden ser inactivos, otros activos desde un punto de vista terapéutico, y otros activos
desde un punto de vista tóxico (carcinógeno, teratógeno o simplemente tóxico). La variedad
de metabolitos y la concentración de cada uno de ellos dependerán de la dotación
enzimática de cada individuo.
Las enzimas que intervienen son las monooxigenasas citocromo P450 (CYP), que se
encuentran adosadas a la estructura membranosa del retículo. Utilizan una molécula de O2,
pero sólo emplearán un átomo para la oxidación del sustrato (por ello se denominan
monooxigenasas), mientras que el otro será reducido para formar agua (por ello se
designan oxidasas mixtas), merced a la presencia de un donante externo de electrones. Las
actividades del sistema monooxigenasa requieren la integridad de un flujo de electrones que
es canalizado por la flavoproteína NADPH-citocromo P450-reductasa desde el NADPH
hasta un complejo formado por el sustrato o fármaco unido a una hemoproteína
denominada citocromo P450, del que se conocen múltiples variantes. El proceso de
oxidación se resume en la siguiente reacción:
La necesidad de NADPH como fuente de energía y de electrones exige que haya una
estrecha asociación, dentro del retículo endoplásmico de la célula, entre los CYP y la
NADPH-CYP-reductasa. Es importante resaltar que en este proceso de oxidación por el
CYP está implicado también el proceso de formación de radicales libres.
Su importancia aumenta si se considera que estas enzimas son las causantes del 90% de
las transformaciones que experimentan los fármacos en su metabolismo y que la mayoría
de los más de 250.000 productos químicos ambientales son sustratos potenciales de las
enzimas CYP: fármacos, disolventes orgánicos, pesticidas, tintes, hidrocarburos, alcoholes,
antioxidantes, sustancias carcinógenas y multitud de sustancias naturales, como los
alcaloides. Estas monooxigenasas representan, pues, una primera línea de defensa contra
las sustancias xenobióticas, potencialmente tóxicas. En ocasiones, sin embargo, los
metabolitos producidos en las vías metabólicas en que participan los CYP tienen mayor
toxicidad, incluida la carcinógena, por lo que habrá que considerar la potencia relativa de su
poder destoxificador frente a su capacidad de generar compuestos tóxicos, potencia que
será un factor determinante de su potencial toxicidad.
Así se explica que sean los procesos de biotransformación los principales responsables de
las variaciones interindividuales en las concentraciones plasmáticas tras una misma dosis y
de las variaciones en el curso del tratamiento en un mismo paciente.
EXCRECIÓN DE FÁRMACOS:
ELIMINACIÓN:
Excreción: los fármacos se excretan, por orden decreciente de importancia, por vía
urinaria, vía biliar-entérica, por el sudor, la saliva, la leche y los epitelios descamados. La
excreción tiene interés como uno de los mecanismos por el cual los fármacos y sus
metabolitos se eliminan del organismo (excreción renal y biliar) y también por la posibilidad
de tratar enfermedades localizadas en dichos órganos de excreción (p. ej.,infecciones
urinarias).
-Excreción renal:
La filtración glomerular se produce en los capilares del glomérulo renal, que poseen
abundantes poros intercelulares por donde pasan todas las moléculas, excepto las de gran
tamaño y las unidas a las proteínas plasmáticas. Como consecuencia, la filtración aumenta
cuando disminuye la unión de los fármacos a las proteínas plasmáticas.
La secreción tubular puede ser activa o pasiva. El transporte activo utiliza proteínas
transportadoras de sustancias endógenas. Hay un sistema de transporte activo para
aniones orgánicos que pueden competir entre sí, y otro para cationes orgánicos que
compiten igualmente entre sí.
La excreción biliar de algunos fármacos, como ampicilina y rifampicina, puede ser útil en
infecciones del tracto biliar, y la de digoxina y oxazepam compensa en parte la disminución
de la excreción renal en enfermos renales. Otros ejemplos de fármacos con excreción biliar
significativa son: cloranfenicol, estradiol, hidrocortisona, metronidazol, etc.
La excreción a la leche puede hacer que los fármacos lleguen al lactante y originen
reacciones idiosincrásicas y tóxicas. Los fármacos pasan a la leche principalmente por
difusión pasiva, por lo que el cociente leche/plasma será tanto mayor cuanto mayor sea su
liposolubilidad y menor sea su grado de ionización y unión a proteínas plasmáticas. Dado
que el pH de la leche es ligeramente más ácido que el de la sangre materna, el cociente
leche/plasma será mayor para los fármacos básicos, similar para los neutros y menor para
los ácidos. La concentración en la leche depende también de la unión del fármaco a las
proteínas y lípidos de la leche, y algunos fármacos pasan a la leche mediante transporte
activo.
Cinética de eliminación: cuantifica la velocidad con que los fármacos se eliminan del
organismo. La cinética de eliminación se expresa mediante dos parámetros
farmacocinéticos: el aclaramiento y la semivida de eliminación.
Constante y semivida de eliminación: La constante de eliminación (Ke) indica la
probabilidad de que una molécula de un fármaco se elimine del plasma de una forma global,
es decir, incluyendo los distintos mecanismos como la excreción renal o excreción biliar y el
metabolismo. Se puede expresar como la proporción entre la cantidad de fármaco que se
elimina en la unidad de tiempo y la cantidad total de fármaco que hay en el organismo:
Así pues, cuanto más rápida sea la eliminación del fármaco mayor será la constante de
eliminación y más pequeña será su semivida de eliminación.
Aclaramiento: (Cl) de un fármaco por un órgano indica la capacidad de ese órgano para
eliminarlo. Se expresa mediante el número de mililitros de plasma que el órgano aclara (es
decir, de los que elimina totalmente el fármaco) en la unidad de tiempo. Habitualmente no
es posible calcular el aclaramiento de cada uno de los órganos que contribuyen a eliminar el
fármaco del organismo, por lo que es más práctico estimar el aclaramiento corporal total
(Cl). Para ello, se tiene en cuenta que la velocidad de eliminación es igual al aclaramiento
por la concentración plasmática y que la cantidad total eliminada del fármaco deberá ser
igual a la velocidad de eliminación por el tiempo:
Cantidad eliminada = Cl · Cp · t