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I.- INTRODUCCIÓN
En vez de ello, no se hizo avance alguno sobre el principio imperante del societas
delinquere non potest, ni hubo intento de analizar la recepción del sistema
alternativo para combatir mejor la delincuencia organizada a través de la doble
imputación, que consiste en bifurcar la persecución y la responsabilidad penal
cuando se proiduce un delito cometido por una empresa o un ente colectivo entre
quienes son directores o ejecutivos de la persona jurídica de existencia ideal como
unidad de imputación o atribuibilidad autónoma y las personas físicas que la
integran, representan o se benefician con las maniobras ilícitas, tal como lo han
hecho otros países (Francia, Holanda, España, México, Bélgica, Italia, Grecia,
Inglaterra, Irlanda, Japón y Dinamarca, entre otros) con la aspiración de conseguir
una herramienta efectiva contra el crimen fiscal organizado.
Se mantiene la redacción original del art. 15 de la Ley Nº 24.8769 como inciso a),
a la vez que se incorpora el inciso b), donde se castiga con un mínimo de cuatro
año de prisión a quien “concurriere con dos o más personas para la comisión de
alguno de los delitos tipificados en esta ley” , castigando entonces con mayor
énfasis sancionatorio a la pluralidad de personas intervinientes; mientras que por
el inciso c) se pretende punir a quienes formen parte “de una organización o
asociación compuesta por tres o más personas que habitualmente esté destinada
a cometer cualquier de los delitos tipificados en la presente ley”, sancionándolos
con prisión de tres años y seis meses. El jefe u organizador de ese grupo delictivo
orientado a la comisión de delitos tributarios tendrá la pena mínima de cinco años
de prisión.-
La singular forma de castigar con severidad a los involucrados tiene el afán notorio
de impedir su libertad ambulatoria durante los procesos, en los cuales
paradójicamente tienen la situación de inocentes, a pesar de lo cual se les
enarbola este impedimento de naturaleza objetiva que, de ser admitido para
justificar las detenciones y prisiones preventivas, lo convertirá en inexistente en
clara infracción al principio constitucional que solo admite el ejercicio del poder
punitivo estatal cuando hay sentencia firme, convirtiéndolo en una pena anticipada
en contra de su naturaleza cautelar y asegurativa, alejada de la exigencia
constitucional de poder disponerlas cuando en el caso concreto existan evidencias
suficientes que permitan suponer la posibilidad de fuga de los imputados o de
perturbación de las investigaciones si se los mantiene en libertad.-
Por otro lado, en una resignación inexplicable del principio declamado de mayor
amplitud y efectividad, en el inciso c) del citado artículo 15 de la Ley Nº 24.769 se
ha desechado la posibilidad de punir a quienes constituyan asociaciones
orientadas a cometer delitos determinados de naturaleza tributaria, reservando la
persecución para quienes colaboren únicamente en la comisión de cualquiera de
los delitos tipificados en la presente ley -arts. 4, 10, 11 y 12 de la misma-.-
En definitiva, como lo han señalado con mayor puntillosidad los destacados pro-
fesores que me han precedido en el análisis -lo cual me exime de reiterar
conceptos-, estamos en presencia de un acto de abuso de poder por parte del
legislador que ha preferido la desproporción y la irracionalidad expansiva de los
tipos penales a fin de utilizarlos como medios de disuasión de la evasión tributaria
y del aumento de la recaudación para la Hacienda Pública, guiado por un puro
utilitarismo que avanzó sobre los principios cardinales del derecho penal liberal y
desconoció la dignidad y libertad de los eventuales acusados de incurrir en los
ilícitos descriptos en la Ley Nº 24.769 y Nº 25.874.-
Frente a tan sombrío panorama solo cabe la esperanza de que los Jueces de
todas las instancias asuman la interpretación de tales normas haciendo realidad la
supremacía de la Constitución Nacional y de los Tratados que menciona en su art.
75, inc. 22, restaurando en cada caso los derechos y garantías conculcados, sin
sentirse presionados u obligados por quienes detentan el poder o por conjuras de
medios de comunicación claudicantes, con lo cual cumplirán el mandato de
afianzar la justicia.-
Así, frente al tributo, habrá de responder como responsable solidario - con los
bienes propios - si ha facilitado la evasión fiscal del contribuyente “por su culpa o
dolo”.[1] Esta responsabilidad ha sido establecida en la definición legal con
carácter subjetivo, debiéndose declarar en un procedimiento determinativo de
oficio, marco adecuado en el cual el eventual responsable solidario deberá alegar
las causales exonerativas de tal responsabilidad.-
"...Es propósito de este Consejo enunciar las normas y principios éticos que deben
inspirar la conducta y actividad de los matriculados en el Consejo Profesional de
Ciencias Económicas de la Capital Federal. Dichas normas y principios tienen su
fundamento último en la responsabilidad de los profesionales hacia la
sociedad...".-
Tiene un mero carácter declarativo, toda vez que tienden a mostrar la existencia
de un legislador preocupado en cierta temática, trasmitiendo mensajes
alentadores a la sociedad.-
Pero lleva una contradicción en su propia génesis, toda vez que el mensaje da por
solucionado con el solo dictado de la norma, el problema o cuestión que persiste
en el mundo real.-
A título de ejemplo, baste citar la sanción al consumidor final prevista por el
artículo 10 de la Ley de rito fiscal. Pese a sus largos años de vigencia, la praxis
administrativa y judicial, no exhibe la existencia de una sola sanción aplicada.-
El otro aspecto es el resurgir del punitivismo, esto es, la utilización - como único
criterio político criminal - de un notable aumento de la criminalización.-
La pluma severa de Cancio Meliá[3] subraya que estos dos conceptos solo
identifican aspectos fenotípicos sectoriales de la evolución global y no aparecen
clínicamente en la realidad legislativa y que ambas líneas de evolución constituyen
el linaje del derecho penal del enemigo.-
La noción ha sido acuñada por Günther Jacobs, quien se adentra por vez primera
en ella en 1985 y en su esbozo incluye vastos sectores de regulación cercanos al
derecho penal de la puesta en riesgo o peligro, vinculado a delitos económicos.
Posteriormente, a fines de la década del noventa y con especial énfasis luego del
atentado del 11 de setiembre de 2001, se pergeña como inherente a delitos
graves contra bienes jurídicos individuales (terrorismo).-
Enseña que una “primera velocidad” está dada por los sectores que prevén penas
privativas de libertad (derecho penal de la cárcel), por lo cual es menester
mantener en ellos las tradicionales reglas de imputación, principios procesales
clásicos, etc.-
La “segunda velocidad” se encuentra integrada por delitos en los que priman las
penas pecuniarias o privativas de derechos. En éstos, cabe flexibilizar los
principios y reglas clásicas (Vgr. ampliación criterios de autoría; responsabilidad
penal de las personas jurídicas, etc.) y de los principios políticos criminales, tales
como el de legalidad o culpabilidad.-
Cancio Meliá afirma que la carga genética del punitivismo (la idea del incremento
de pena como único instrumento del control de la criminalidad), se recombina con
la del derecho penal simbólico (tipificación penal como mecanismo de creación de
identidad social) y dá lugar al Código del Derecho Penal del Enemigo.-
Esa es la pregunta.-
Sentado ello, es menester señalar las diferentes funciones que puede cumplir un
profesional contable:
Síndico societario;
Liquidador impositivo;
Tercerización de servicios;
No interesan aquí importantes roles cumplidos en otros ámbitos, vgr. como auxiliar
de la justicia (perito o sindico concursal).-
Recordamos que según nuestra legislación civilista,[6] cuando mayor sea el deber
de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas, mayor será la
obligación que resulte de las consecuencias posibles de los hechos.-
En relación con los diversos roles, sabido es que como auditor externo, el
profesional contable se vincula a través de un contrato bilateral, oneroso,
consensual y conmutativo.-
Producto de una investigación crítica de los EE.CC. habrá de emitir una opinión (u
abstenerse de hacerlo, en su caso) sobre la razonabilidad (no exactitud) de la
información contable en su conjunto.-
Deviene oportuno señalar que a tales efectos, utilizará la técnica del muestreo y
aplicará en su labor, la Resolución Técnica Nº 7 de la FACPCE.-
En el rol de síndico societario, el ejercicio profesional está orientado al “control de
legalidad” y no al de “mérito o gestión”.-
A su vez, como asesor impositivo, emite una opinión sobre determinada cuestión
llevada en consulta, basado en el marco normativo tributario, posturas doctrinales,
jurisprudencia, dictámenes del fisco, etc.-
También se ha dicho[10] que “los contadores... evalúan si las constancias que les
acercan sus clientes sirven para justificar contablemente un movimiento en la
situación contable y patrimonial de dichos contribuyentes, en base a los
conocimientos específicos en la materia que tienen y, por lo tanto, la inobservancia
del deber de cuidado que tienen para realizar dichas tareas, descartaría una
actitud de simple negligencia, sino que implica una actitud consiente, destinada,
inequívocamente, a posibilitar la producción del resultado típico.”
IX.- Conclusiones
Por lo demás, se requiere que los CPN ejerciten su función asumiendo el riesgo
propio de tal actividad, extremando su profesionalismo y a la vez, aplicando las
normas de auditoria con el debido respaldo documental, tal como ha recomendado
la FACPCE en diversos foros.-
Pero quede claro: El contador Público Nacional no es ni será, enemigo del fisco,
sino que contrariamente, es quien coadyuva en sus distintos roles a un
mejoramiento en la laberíntica relación Fisco / Contribuyente.-
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[4] Silva Sánchez, Jesús María, “La expansión del Derecho Penal. Aspectos de la
política criminal en las sociedades postindustriales”, Madrid, Civitas, 2ª edición,
2001.
[10] JPE Nº 3, “Papelera Ramos SA”, 23/08/2003, confirmado por la CNPE, Sala
B.