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En el tranquilo pueblo de Roedoría, vivía una comunidad de ratones liderada

por el sabio Ratón Sabio. Todos los ratones vivían en armonía, compartiendo
alimentos y cuidándose mutuamente. Sin embargo, un día, una gran sequía
golpeó la región, agotando todas las fuentes de agua y dejando a los ratones
sin nada para beber.

Los ratones se encontraban en una situación desesperada. No podían salir a


buscar agua porque el sol ardiente los dejaba exhaustos en cuestión de
minutos. Ratón Sabio convocó a una asamblea de emergencia en la plaza del
pueblo para discutir posibles soluciones.

Después de un largo debate, un joven ratón llamado Miguel propuso una idea
audaz. Recordó haber escuchado a los ancianos hablar sobre una fuente mágica
escondida en lo más profundo del bosque, cuyas aguas nunca se agotaban. A
pesar de las advertencias sobre los peligros del bosque, Miguel estaba decidido
a encontrar la fuente y traer agua para su pueblo.

Con valentía, Miguel partió hacia el bosque, seguido por un grupo de intrépidos
ratones que se ofrecieron como voluntarios para acompañarlo en su búsqueda.
El bosque estaba lleno de peligros: serpientes, búhos y otros depredadores
acechaban entre los árboles. Pero los ratones no se dejaron intimidar.
Avanzaron con determinación, recordando el propósito noble que los había
llevado hasta allí.

Después de enfrentar numerosos desafíos, finalmente llegaron al corazón del


bosque, donde encontraron la fuente mágica. Las aguas cristalinas fluían sin
cesar, prometiendo vida y esperanza para su pueblo. Llenaron recipientes con el
agua milagrosa y regresaron triunfantes a Roedoría.

El regreso de los ratones fue recibido con alegría y gratitud. Ratón Sabio elogió
el coraje y la determinación de Miguel y sus compañeros, y declaró que nunca
más su pueblo sufriría sed gracias a la valentía de aquellos que se atrevieron a
buscar soluciones en tiempos difíciles.

Desde entonces, la historia de los ratones que encontraron la fuente mágica se


convirtió en una leyenda en Roedoría, recordándoles que, incluso en los
momentos más oscuros, el coraje y la solidaridad pueden llevarlos a superar
cualquier adversidad. Y así, la comunidad de ratones continuó prosperando,
recordando siempre el poder de la unidad y la valentía.

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