“AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCION

Y LA IMPUNIDAD”

CUENTO :

“EL SER HUMANO Y LA NATURALEZA: UNA RELACION ARMONIOSA”

ESTUDIANTE:

 Yeritza Reyna Garcia

AREA:

 Comunicación

GRADO:

 2° de Educación Secundaria

PROFESOR:

 Yulissa Gonzales García

2019

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 EL SER HUMANO Y LA NATURALEZA: UNA RELACION ARMONIOSA

Érase una vez, hace mucho tiempo, existía una aldea en el que animales y
hombres eran muy amigos. Dialogaban y siempre llegaban a algún acuerdo. El
jefe de la Aldea era un anciano al cual todos le tenían mucho respeto por los
sabios consejos que daba para mantener a su aldea en tranquilidad. Su nombre
era Severus y junto a él estaba su mano derecho Gerónimo otro de los aldeanos
más respetados, entre los dos establecían reglas y normas que los aldeanos
debían cumplir, una de ellas era respetar a los animales, si se tenía que cazar
era solo para alimentarse no por puro placer

Los hombres cuidaban y respetaban la naturaleza; plantaban árboles, no

gastaban el agua, amaban a los animales y también enseñaban a sus hijos a
hacer lo mismo.

Los animales muy agradecidos les hacían muchos regalos: por ejemplo las
abejas fabricaban una exquisita miel de la gran variedad de flores que existían
,los pajarillos revoloteaban y cantaban por las mañanas dulces melodías, con las
que arrancaban una alegría y una sonrisa a cualquier persona, por muy triste
que estuviera.

Las ovejas daban su preciada lana para hacer más calentitos los inviernos, otros
ofrecían su leche con la que las personas hacían miles de cosas exquisitas.

Y así, desde el animalito más grande al más pequeño, todos tenían una misión
muy importante, que no era otra que ayudar a las personas.

Sin embargo, un día sucedió algo inesperado, un grupo de aldeanos avariciosos

al mando de Damián el cual era un aldeano muy ambicioso que quería quedarse
como jefe de la aldea, desobedecen las reglas establecidas y empezaron a
arrojar desechos a los ríos llegándolos a contaminar y muriendo muchos peces
y animales marinos.

Quemaban los árboles y el cielo se llenó de humo y ya no brillaba como antes.

Pero había algo peor que todo esto, empezaron a humillar a sus amigos los
animales, les hacían daño e incluso los mataban y hacían esto solo por divertirse.

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De un momento a otro la aldea comenzó a dividirse en dos bandos, uno que
cuidaban a la naturaleza y otros que quieran perjudicarla y acabarla.

Así que el anciano jefe se encontraba muy triste y a la vez preocupado ya que él
sabía que si esto seguía la MADRE NATURALEZA podía enfadarse y mandar
una serie de catástrofes que podían desaparecer a la aldea.

Y es que años anteriores la madre naturaleza ya había mandado huaycos,

tormentas, inundaciones como pruebas para los aldeanos generando el miedo
de ellos.

Y fue así que la MADRE NATURALEZA mando una terrible inundación de agua
llevándose a muchos árboles, algunos animales también fueron sacrificados, las
casas se derrumbaban.

El anciano se postro sobre la tierra y comenzaba a orar, a suplicar, a pedir

plegarias para calmar la ira de la naturaleza, después de todo había gente que
no tenía la culpa.

Luego de un buen rato el agua comenzó a disiparse y varios aldeanos

sobrevivientes comenzaron a danzar y agradecer a la MADRE NATURALEZA.

Pero entonces pensaron que Damián y sus ecuaces no podían continuar

perjudicando a la naturales, así que hicieron un plan. Este plan consistía en hacer
una trampa, cavaron un enorme hoyo y lo ocultaron de hoja secas para que
cuando estos salgan a cazar se caigan en ese hoyo profundo y ya no puedan
salir hacer más daño.

Entonces así sucedió cuando Damián y su gente salió en busca de alimentos

comenzaron a perseguir a los conejos y venados en el intento caen en el hoyo
profundo quedando encerrados de esa manera para siempre.

Todos los aldeanos se sintieron satisfechos de lo que habían logrado. Ahora

quedaba otro objetivo más, recuperar la confianza y establecer nuevamente la
relación armoniosa entre el hombre y la naturaleza.

Así que todos los aldeanos comenzaron a plantar árboles, sembrar flores, a
cuidar al medio ambiente y ya no destruirlo.

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Protegían a los animales y estos comenzaban a reproducirse de tal manera que
todo quede como era anteriormente.

Una vez más la aldea del anciano Severus se salvó de una terrible catástrofe y
él se sintió muy orgulloso de su gente así que realizo un festín para agradecer y
celebrar que nuevamente se haya establecido una relación armoniosa con la
MADRE NATURALEZA.

Nuevamente la paz y la tranquilidad llegaron a la Aldea.

"La tierra provee lo suficiente para saciar las necesidades de cada

hombre, pero no la avaricia de cada hombre"

Autor: Yelitza Reyna Garcia