se una vez en el mundo de Lápiz y Papel, donde cada trazo y línea cobraban

vida en forma de dibujos animados, había un pequeño lápiz llamado Leo y una
hoja de papel llamada Polly.

Leo era un lápiz muy travieso y creativo, siempre lleno de ideas y ansioso por
dibujar nuevas aventuras. Polly, por otro lado, era una hoja de papel paciente y
curiosa, lista para recibir las creaciones de Leo y darles vida a través de sus
historias.

Una tarde soleada, Leo decidió dibujar un personaje especial: un pequeño patito
amarillo llamado Ducky. Con un trazo rápido y decidido, Leo dio vida a Ducky
en la hoja de papel de Polly. Tan pronto como Ducky cobró vida, saltó de la hoja
y comenzó a explorar el mundo que lo rodeaba, lleno de maravillas y sorpresas.

Emocionado por la nueva amistad, Ducky invitó a Leo y Polly a unirse a él en su

aventura. Juntos, recorrieron bosques encantados, subieron montañas nevadas
y surcaron océanos turbulentos, encontrando amigos y desafíos en cada
esquina.

Pero no todo era diversión y juegos. En su camino, se encontraron con un

malvado villano llamado Borrador, cuyo único propósito era borrar todas las
creaciones del mundo de Lápiz y Papel. Con su goma de borrar gigante,
Borrador intentaba borrar a Ducky y a sus amigos, sembrando el caos y el
miedo a su paso.