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UNIDAD 8

8. INCUMPLIMIENTO, TRANSMISIÓN Y EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES.

8.1. Incumplimiento de las obligaciones.


Para Sabino Ventura Silva, el INCUMPLIMIENTO de las obligaciones se origina porque fuera
imposible su cumplimiento, ya sea a consecuencia de un acto voluntario del deudor –factum
debitoris (hecho del deudor), o bien, de circunstancias ajenas a su voluntad. Además de que la
inejecución varía según el objeto.

Para Eugene Petit, Las consecuencias de la inejecución de las obligaciones varían, ante todo, según
el objeto. Si consiste en una suma de dinero o cualquier otra cosa in genere, queda obligado el
deudor, cualquiera que sea el acontecimiento que le haya impedido pagar lo que debe. (LOS
GENEROS NO PERECEN); Suponiendo, en efecto, que las monedas o las cosas que destinaba al
pago hayan perecido, debe procurarse otras, ya que todas las cosas de la misma especie pueden
servir para el pago de la deuda. Así sucede siempre en las obligaciones que resultan del mutuum o
del contrato litteris, y en aquellas que nacen ex delicto o quasi ex delicto.

Pero, cuando la obligación tiene por objeto un cuerpo cierto o un hecho, la solución es mas
delicada. Si la cosa debida ha perecido o si la realización del acto se torna imposible. En estos
casos el deudor responde del incumplimiento si la imposibilidad se origina en un acto imputable a
él; se libera su esa imposibilidad no depende de un acto suyo. En esas circunstancias, interesa fijar
la conducta del deudor, a cuyo efecto, el derecho distingue los conceptos de dolo, culpa y caso
fortuito.

8.1.1. Demora del acreedor.


La mora del acreedor exige, como la del deudor, dos condiciones esenciales:

1. Es preciso que el acreedor, por dolo o falta suya, retarde injustamente la ejecución de
la obligación: por ejemplo, rechazando las ofertas regulares que se le hacen o
permaneciendo alejado del lugar que se fijó para el pago.

2. Es preciso que se le hayan hecho ofertas válidas. Son, para el acreedor, lo que la
interpellatio para el deudor. Pueden ser hechas por toda persona que tenga derecho
de pagar, y solo son valederas si se dirigen al acreedor capaz de recibir el pago.

8.1.2. Demora del deudor.


Para que el deudor se halle en demora, no basta que, por su dolo o falta, este retrasado el
cumplimiento de las obligaciones; es preciso también que este retraso haya sido legalmente
comprobado. El acreedor debe, pues, hacerle, en tiempo y lugar oportuno, una interpellatio, o
intimación de pago. (Solicitud o requerimiento de pago). Sin embargo pueden citarse algunos
casos excepcionales e que el deudor esta en demora ex re, sin interpellatio. He aquí dos: a) Si el
deudor está ausente y no ha dejado, por negligencia o mala fe, a nadie para reemplazarle; b) si se
trata de una obligación de restituir derivada de un robo.

8.1.2.1 Dolo.
Hay dolo cuando el incumplimiento de la obligación proviene de un hecho o de una omisión
imputable al deudor, que ha tenido intención de dañar al acreedor. El dolo, por lo demás, solo
puede emanar de una persona que comprende el alcance de sus actos, y no de un loco, de un niño
o de un impúber.

8.1.2.2 Culpa.
La falta, culpa, consiste en un hecho o en una omisión imputable al deudor, pero sin que de su
parte haya existido intención de perjudicar al acreedor. No es culpable sino de imprudencia, de
negligencia o de torpeza.

Ocupa la culpa un lugar intermedio entre el caso fortuito y el dolo; pero puede ser más o menos
grave. Los romanos distinguen dos grados de faltas: a) La falta grave, culpa lata, es aquella que no
comete un hombre dotado de la inteligencia más vulgar; así, es una falta grave abandonar la casa
dejando la puerta abierta, cuando hay en ella objetos preciosos; b) La falta leve, culpa levis, es, en
principio, la que no comete un buen administrador.

8.1.2.3 Caso fortuito o fuerza mayor.


El caso fortuito es un acontecimiento al que la voluntad del deudor queda extraña por completo y
no puede serle imputado. Es un caso de fuerza mayor, vis major, cuando el hombre es impotente
para resistirlo: como los incendios, las inundaciones, los ataques a mano armada.

8.2. Concepto de transmisión de obligaciones.


En la actualidad un crédito se concibe como un valor económico que su titular puede libremente
disponer de él, transmitiéndolo a otra persona. Sin embargo en el primitivo derecho romano no
era así, pues allá la obligación era un vínculo netamente personal que ligaba al deudor con el
acreedor y no podía trasmitirse los créditos a terceras personas. No obstante lo anterior, el
desarrollo del comercio en Roma, hizo necesaria la negociación de los créditos y en esa virtud
pudieron adquirirse estos y también las deudas pudieron trasmitirse.
Transmisión De Las Obligaciones Se debe distinguir por un lado la transmisión del derecho de
crédito que tiene el acreedor y, por otro lado la transmisión de la deuda o deber de pagar a cargo
del deudor. Por lo tanto el Crédito y la deuda pueden transmitirse.

Por tal podemos definir que la trasmisión de las obligaciones es el deudor con subsistencia del
vínculo obligatorio. Si la sustitución personal se refiere al acreedor, se habla de la transmisión
activa; si se refiere al deudor, se denomina transmisión pasiva.

8.2.1. Tipos de transmisión de obligaciones.

1.- CESIÓN de CRÉDITOS.- Los procedimientos que se usaron en la práctica para llevar a cabo la
trasmisión de los créditos fueron entre otros las novatio por cambio de acreedor, y la
representación procesal (procuratio in rem suam).

A.- LA NOVACIÓN.- es la sustitución de una obligación antigua por una nueva, con cambio de uno
de sus elementos (acreedor).

B.- PROCURATIO IN REM SUAM. A través de esta figura, la cesión se llevaba a cabo haciendo uso
de la representación procesal. El cedente le otorga un mandato al cesionario autorizándole a
cobrar el crédito en su nombre pero en beneficio propio, cediéndole, de esta manera, más que el
crédito el derecho de acción para poder cobrarlo en un juicio.

Este procedimiento no carecía, sin embargo, de inconvenientes: antes de la litis contestatio el


mandante podía cobrar válidamente al deudor, también podría perdonar la deuda, conceder una
prórroga o revocar el mandato y si moría el negocio quedaba extinguido.

1 SABINO VENTURA SILVA. DERECHO ROMANO CURSO DE DERECHO PRIVADO. EDITORIAL


PORRUA. 24 EDICION. PAG. 279 -281.

Para remediar las anteriores situaciones se establecieron diversas medidas:

• En primer término, a través de la denuntiatio o notificación que el cesionario debía


hacer al deudor, en el sentido de que había adquirido el crédito; el pago que este
último hiciera al cedente no tendría efecto liberatorio.

• En segundo lugar, el cesionario podía, mediante la actio doli, pedir una indemnización
al cedente que de mala fe hubiera revocado el mandato, perdonado la deuda o
concedido una prórroga al deudor.

• Por último, se estableció que en caso de muerte del cedente no se extinguieran los
derechos del cesionario.
Más adelante y en algunos casos determinados, se le otorga una acción útil al cesionario para que
pueda proceder en contra del deudor, esta acción fue admitida ampliamente por Justiniano. De
esta manera se facilitó el libre comercio de créditos.

Para evitar la usura o los abusos que esa situación pudiera provocar, el derecho posclásico
estableció las siguientes limitaciones:

a) Se prohibió la cesión de créditos a personas "más poderosas", con influencia en los


tribunales (cesio ad potentiorem).
b) Se prohibió al adquirente de un crédito cobrar al deudor más de lo que el mismo hubiera
pagado por él.
c) se prohibió la cesión de créditos litigiosos.
d) Y la cesión al tutor de créditos tenidos contra el pupilo.

2.- CESIÓN de DEUDAS.- En este caso tenemos la sustitución del deudor original por otra persona
que acepta la deuda, y además se obliga a pagarla. Así mismo para transmitir las deudas se usaron
la representación procesal y la novación que se le llama delegación, aquí el deudor original que
sale de la relación, se le designa (delegante), el nuevo deudor (delegado), quien acepta pagar la
deuda del primer deudor, al acreedor (delegatario), quien acepta también al nuevo deudor.

La sustitución del deudor se permitía en caso de transmisiones a titulo Universal entre deudor
original y el deudor nuevo, como en el matrimonio, la adrogación, transmisión fiduciaria y la
herencia.2

8.2.2. Modos de extinguir las obligaciones.

Los modos de extinción de las obligaciones son numerosos y pueden ser objeto de varias
divisiones, según de qué punto de vista se los observe. Así unos son consagrados por el derecho
civil; otros por el derecho pretoriano. Unos extinguen toda obligación, cualquiera que sea su
naturaleza; otros no tienen más que una aplicación limitada. Pero es, sobre todo, en lo referente a
sus efectos, que los modos de extinción pueden dividirse en dos grupos:

1. Unos extinguen la obligación ipso iure. Cuando una causa semejante se realiza, el acreedor
pierde su acción de pleno derecho y no puede ya perseguir al deudor, quien esta liberado. Tales
son, propiamente hablando, los verdaderos modos de extinción, y un efecto tan completo no
puede ser producido sino por modos de derecho civil. Citaremos como tales: el pago, la dación en
pago, la novación, la aceptilación, la confusión, concurso de causas lucrativas, la pérdida de la cosa
debida, la muerte, el mutuo disentimiento, la capitis deminutio.

2. Los otros, únicamente proporcionan al deudor una excepción perpetua, gracias a la cual
puede realizar y hacer inútil la acción del acreedor. Ellos son: el pacto de remisión, el juramento, la
compensación y la litiscontestatio en
2 SABINO VENTURA SILVA. DERECHO ROMANO CURSO DE DERECHO PRIVADO. EDITORIAL
PORRUA. 24 EDICION. PAG. 281.

ciertos casos.

La obligación, en modo alguno se extingue en realidad, pero el resultado práctico es el mismo,


puesto que el acreedor no puede sacar ya ninguna ventaja de ella. Por eso se dice que hay
extinción exceptionis ope, y este lenguaje está autorizado por los textos que asimilan al deudor
liberado ipso iure y al que no tiene más que una excepción.

Sin embargo, esta asimilación no es completa. Hay entre estos modos de extinción diferencias
sensibles

a) El deudor, cuya deuda se extingue ipso iure, queda liberado en forma absoluta. Pero cuando la
obligación solo se extingue exceptionis ope, puede ser perseguido por el acreedor y condenado,
sino cuido de prevalerse de su excepción, bien ante el magistrado, bien ante el juez, según la
naturaleza de la acción.

b) La obligación extinguida ipso iure esta anulada definitivamente. Al contrario, si el deudor solo
tiene una excepción la obligación existe todavía; no está más que paralizada, y si la causa de
donde nace la excepción llega a desaparecer, la obligación recobra toda su energía.

c) En fin, la extinción de la obligación ipso iure produce efecto, al menos en general, con relación a
todos; en tanto que, muy a menudo, la excepción solo puede ser opuesta a ciertas personas.

8.2.2.1. Las que operan ipso iure.


I. DEL PAGO.

Consiste en la ejecución de la obligación, tenga ella por objeto una datio o un hecho. Es la causa de
extinción más natural y de más frecuencia la que las partes tienen precisamente en vista cuando
contratan; el deudor cumple lo que está obligado a hacer, y el acreedor recibe lo que se le debe.

II. NOVACION.

Consiste en la sustitución de una obligación por otra nueva que extinguía la primera. Los requisitos
para que naciera esta figura eran: Una obligación anterior, creación de una obligación nueva que
sustituía la primitiva.

Es la extinción de una obligación preexistente y la simultanea creación de otra, jurídicamente


distinta de la primera y que a ella sustituye; debiendo tener la nueva obligación un elemento
diferente de la anterior.
Este elemento nuevo o diferente podía ser:

1. Cambio de naturaleza de la obligación

2. Cambio de acreedor

3. Cambio de deudor

4. Adición o supresión de una modalidad.

El efecto de la novación era extinguir de pleno derecho la obligación preexistente, con todos sus
accesorios.

III. DACION EN PAGO.-

En principio, el deudor sólo se liberaba si daba al acreedor la cosa o el derecho debido sobre ella,
de tal manera, si ofrecía una distinta el acreedor libremente podía negarse a recibirla sin incurrir
en mora del acreedor; pero podía consentir voluntariamente en que se le diera una o varias cosas
distintas a la debida, precisamente en substitución de ella (aliud pro alio), constituyendo entonces
una datio in solutum (“Dación en Pago”).

El efecto de la datio in solutum fue discutido por las dos escuelas de juristas romanos, pues para
los proculeyanos la primera obligación subsistía y el deudor únicamente gozaba de una exceptio
doli para oponer al acreedor que quisiera cobrarle el pago de lo originalmente debido, y para los
sabinianos el deudor se libera ipso iure de su obligación. La opinión de los sabinianos fue la que
prevaleció.

IV. ACEPTACION.-

El acreedor puede hacer remisión de deuda al deudor, es decir, comprometerse a no reclamar el


pago. Cuando esta remisión es hecha en términos cualesquiera, o tácitamente, no proporciona, en
general, más que una excepción al deudor. Pero si es hecha en términos solemnes, es una
aceptilatio, y extingue la deuda de pleno derecho.

V. CONFUSION

En toda obligación debe haber necesariamente un acreedor y un deudor: no es posible que uno
deba a sí mismo. Luego, si un acontecimiento reúne en una sola persona las calidades de acreedor
y deudor, se dice que hay confusión y la obligación se extingue.
VI. CONCURSO DE CAUSAS LUCRATIVAS.-

La obligación de dar una cosa cierta, proveniente de un acto lucrativo se extingue cuando aquella
se obtiene por el acreedor también por título lucrativo. En un principio la Adquisición en
propiedad de la misma cosa, por título diferente, extingue la obligación, pues no es posible que
ésta recaiga sobre lo que ya está en dominio del acreedor.

Lo anterior podía suceder si en un testamento, por ejemplo, se ordenaba al heredero entregar un


objeto específico a un legatario, y el objeto entraba a su patrimonio por otra causa, antes de que
el heredero hubiera podido cumplir el encargo. (el acreedor adquiere, por diferente causa, el
objeto específico que se lo adeuda).

VII. LA PERDIDA DE LA COSA DEBIDA

En un principio, una obligación no puede existir sin objeto. La perdida de la cosa debida extingue la
obligación de pleno derecho. Pues esta solución no es absoluta, porque en lugar de la cosa que ha
perecido, el deudor puede deber daños e intereses. Mas sin embargo Si el objeto de la obligación
fuera una cosa específica y se perdía por alguna causa no imputable al deudor, la obligación se
extingue.

VIII. LA MUERTE y LA CAPITIS DEMINUTIO

Algunas obligaciones se extinguen por la muerte de uno de los sujetos. Este es el caso de las
obligaciones que nacen de delitos, y de algunos contratos, como por ejemplo la sociedad y el
mandato.

La CAPITIS DEMINUTIO cualquiera que fuera su clase, también extinguia las deudas del capite
minutus, pero solo desde del punto de vista del ius civile, pues debido a la intervención del pretor
puede decirse que ciertos autores no lo consideran como un modo de extinción de las
obligaciones.

IX. EL MUTUO DISENTIMIENTO.

Lo mismo que las obligaciones formadas verbis pueden extinguirse verbis, mediante la
aceptilación, las obligaciones formadas solo consensu pueden también extinguirse como se han
creado, es decir, por la voluntad contraria de las partes contratantes. El mutuo disentimiento es,
pues, un modo de extinción esencial para las obligaciones nacidas de los contratos consensuales.
8.2.2.2. Las que operan como Extinción pretoria, ope exceptionis,
podemos citar.

I. PACTO DE NO PEDIR (pactum de non petendo).

Hay pacto de remisión, o de no pedir, (pactum ne petatur), cuando el acreedor prometia al deudor
no exigirle el cumplimiento de la obligación, esto es, cuando el acreedor hace remisión de la
obligación al deudor sin emplear formas solemnes. El simple acuerdo es suficiente; poco importa
que sea expresado oralmente, o por carta. La remisión puede asimismo ser tacita: por ejemplo,
cuando el acreedor ha restituido al deudor el escrito que era la prueba del crédito.

VENTURA SILVA expone que si no se empleaba las formas solemnes de la acceptilatio, no extingue
la obligación ipso iure, pero si el acreedor requería al deudor de pago de la prestación, este podía
oponer la exceptio pacti, acordada por el pretor, a condición de que alegara la defensa en la fase
in iure y se insertase en la formula.3

II. LA COMPENSACION;

Cuando dos personas son recíprocamente acreedoras y deudoras una de la otra, las dos deudas
pueden extinguirse hasta concurrencia de la menor, como si cada deudor empleara lo que debe
pagarse lo que le es debido. Se dice entonces que hay compensación. Esta combinación es
ventajosa para ambas partes, porque cada una de ellas tiene interés en pagarse a sí misma más
bien que en correr el riesgo de la insolvencia de la otra.

III. LAS MODALIDADES RESOLUTORIAS.

Las obligaciones se extinguen cuando se cumple la condición resolutoria o el plazo resolutorio, a


que fue sujeta. Sin embargo el demandado debe alegar esta circunstancia e insertarse en la
formula, para que el juez la tome en cuenta.

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