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PRESENTADO A:
ULISES TINOCO
PRESENTADO POR:
DANIELA TOVAR CHAMORRO
ASIGNATURA:
ETICA PROFESIONAL
08-06-2016
SINCELEJO- SUCRE
RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL
Existen diferentes maneras de definir la responsabilidad social empresarial, pero
realmente es un compromiso social con el medio que rodea a la empresa; la teoría
dice que son esos compromisos legales o éticos por el impacto que la empresa ha
dado en el mundo; en la práctica son las cosas buenas que se pueden hacer por
la sociedad para resarcir el daño que pueda ocasionar nuestro negocio.
Las compañías tienen un rol económico esencial en el mundo escaso de valores,
las empresas tienen la oportunidad de hacer su parte en la búsqueda de valores,
de convertirse en empresas responsables socialmente.
Muchas personas ya conocen el significado de responsabilidad social y éste
repercute en la competitividad porque la productividad de una empresa no solo
depende de sus ventajas técnicas, ahora son fundamentales el manejo ambiental,
la identificación de los empleados con su organización, la estabilidad social de la
comunidad en que se desarrolla y el respeto de los derechos del trabajador. Para
considerarnos como una empresa socialmente responsable primero debemos
conseguir que seamos lo que decimos ser, reconocer nuestra identidad, coordinar
la imagen empresarial, coherencia entre identidad e imagen, para empezar a
hablar sobre la responsabilidad social debemos vender lo que decimos que
vendemos, ser una empresa auténtica, ese es el principio en la práctica de ser
responsable social. Una empresa que cumple lo que dice, que tiene calidad con
sus productos o una buena atención a sus clientes, que cumple contratos y
compromisos, no solamente es responsable social la organización que cumple la
ley sino que da algo más.
Creer que los empleados de la empresa son el activo más importante, es ser
responsable socialmente, además es la estructura de la empresa, hacerles
entender a ellos sobre el tema, que crean en ello, pagar sueldos razonables,
promocionarles, ayudarles a conciliar su vida laboral con la profesional.
Las empresas existen para generar dinero pero más que eso, viven para generar
oportunidades de relación, de nuevos nichos de mercado, el dinero es un
elemento importante y esencial pero no es el único; hay que analizar el impacto
que la empresa produce en el aire, en la tierra, en el agua, además de que esto
sea un ejercicio de responsabilidad social ahora es una herramienta de
competitividad. No podemos olvidar que la sociedad es imparable y demanda un
buen producto, con mejor calidad, atención al cliente y que la manera para no
quedarse fuera del mercado es entendiendo que el argumento de responsabilidad
social es reputación y estrategia para la consolidación de nuestra empresa, con
mejor reputación venderemos más, tendremos mejor colaboración de empleados y
por tanto mejores resultados de acuerdo a nuestra estrategia.
CARACTERÍSTICAS DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL
* Es una nueva forma de ver las cosas y encarar las actividades.
*Puede ser impulsada tanto por organizaciones con fines de lucro como por
aquellas que no lo tienen.
* Es activa y voluntaria. Por activa se entiende que deben observarse acciones
concretas y sus correspondientes resultados. Es voluntaria cuando no existen
obligaciones de terceros o del Estado por involucrarse en actividades de RSE.
* La organización se orienta hacia las necesidades y expectativas de sus
miembros (empleados y socios), la sociedad y todos aquellos que se relacionan de
una forma u otra con sus operaciones.
* Involucra el aspecto económico, social y ambiental.
* Va más allá del cumplimiento de las leyes y las normas. Es decir, la legislación
debe ser cumplida en forma íntegra y las acciones de RSE deben estar por
encima de lo exigido por la ley. Por ejemplo, pagarles a los empleados el sueldo
mínimo u otorgarles vacaciones no son acciones de RSE, ya que están
establecidos en las leyes.
* Las acciones pueden ser tanto nacionales como internacionales. La organización
puede decidir expandir sus acciones de RSE inclusive fuera del país donde realiza
sus actividades. Pero lo lógico es que se comience por casa.
TEORÍAS:
La teoría de la legitimación: Tal hipótesis nace de la existencia de un contrato
social entre la empresa y la sociedad, y es el resultado de la aplicación del estudio
de los negocios éticos. La legitimación en los business ethics subsiste en la
organización cuando los objetivos y modos de operar son acordes con las normas
sociales y los baluartes de la comunidad.
La empresa en esta idea se configura y expresa con un enfoque institucional
considerada como organización social coordinadora de recursos y con capacidad
de influencia, incluso en la legislación, los gustos y preferencias de los
consumidores y en la opinión pública, yendo más allá que la stakeholders theory.
En esta teoría se dice que, el quehacer empresarial se ajusta a partir del sistema
de valores en que una sociedad se ha establecido en su devenir, considerando
una visión más amplia de sus precedentes y expectativas autentificando las
actuaciones que las organizaciones habrán de considerar entre sus objetivos con
identificación total a su entorno. Incluso la propia empresa será hábil para influir en
las propias reglas y expectativas de la sociedad, siempre que comparta el sistema
de valores de ésta.
Teoría de la política económica: Como sucede con la teoría de la legitimación,
ésta también se enfoca institucionalmente, pero a un nivel más vasto y legislado,
en el que la política económica de los gobiernos lleva a cabo un papel
protagónico, en tanto que, los intereses de los participantes se benefician
mediante los mecanismos del mercado que los vinculan, siendo muy relevante la
injerencia que las empresas pueden tener en las propias normas establecidas. De
la misma manera que la legitimación, la economía política favorece que las
relaciones de la compañía con la sociedad sean muy estrechas y su influencia en
las normas y perspectivas sociales rebasa a las que se entienden establecidas en
la teoría anterior. La empresa debería fomentar una consideración más
revolucionaria de la actuación de las organizaciones para proporcionar fiabilidad,
confianza y transparencia a sus participantes de forma reglada y obligatoria.
Teoría institucional: Si la legitimidad procede de un sistema de valores sociales,
reglas, creencias y definiciones en sintonía con la sociedad conlleva la
conformidad con el sistema y responde a la aceptación social, es decir, en esta
teoría para percibir como legítima a una organización, el modelo de estructuras,
organizaciones y acciones que asume seguirá la prescripción de las normas y
principios sociales. La perspectiva de la teoría institucional es más amplia que la
teoría de la legitimación. En lugar de explorar directamente el sistema de baluartes
de la sociedad, contempla el patrón de las instituciones establecidas como
representación simbólica del sistema de valores sociales.
Los grupos de interés y los motivos personales que se involucran dentro de la
empresa, forman parte central de la discusión corporativa. No se atiende a las
necesidades dispersas o individuales, sino agrupadas y determinadas por las
prioridades que al conjunto, institucionalmente, le resultan más convenientes y con
resultados más generales. Aquí hay que prestar atención a un amplio marco
regulatorio ceñido a disposiciones obligatorias, institucionales y voluntarias que
bajo el acuerdo de los participantes conformados institucionalmente deben
observar y ratificar conforme al establecimiento de las directrices aplicables, en
armonía con sus valores, costumbres, cultura e identidad social, es decir, las
instituciones buscan establecer su legitimidad por la moralidad de su gobierno y la
observancia de normas que deben ser sancionadas institucionalmente con la
aceptación de valores culturales y sociales del deber ser.
La teoría de la dependencia de recursos: con respecto a la Resource
Dependency Theory (RDT por sus siglas en inglés), ésta busca maximizar el poder
de las organizaciones basada en el intercambio de recursos. En las corporaciones
se propicia la búsqueda de relaciones entre los distintos grupos de una sociedad,
y de sus partícipes, y se origina una relación de sumisión de unos a otros para
cumplir su fin: para obtener los recursos necesarios.
Dentro de dichas relaciones, las empresas intentan cambiar dichas inferioridades
a su propio beneficio, creando dependencia a otros a su vez. Dentro de esta
perspectiva, las corporaciones están a la expectativa posicionando su estructura
en patrones de conducta que conllevan la consecución y aseguramiento de
recursos externos que puedan controlar y mantener para reducir paulatinamente,
en lo posible, la subordinación a otros agentes por los recursos que son
necesarios para llevar a cabo sus fines. Por lo que la RDT, descansa en la
asunción de que la empresa asume estar comprendida por partes internas y
externas que resultan del intercambio social, formado por la influencia de sus
conductas; así, el medioambiente se considera escaso y esencial para la
supervivencia de la compañía, la cual depende del mismo y actúa en un medio
incierto si no cuenta con los recursos necesarios, o le es difícil la adquisición de
los bienes que incluye en sus procesos.
ENFOQUES
Tradicionalmente, se consideran dos grandes enfoques de la Responsabilidad
Social Empresarial que corresponden a la posición Liberal y Social, entre los
cuales coexisten otros, que pueden clasificarse en diversas posiciones
intermedias, los que serán revisados destacando aspectos que nos permitan
congregar un enfoque integrado y de aplicación respecto al desempeño actual de
las empresas en el ámbito relativo a estas prácticas.
La posición Liberal, es defendida principalmente por Milton Friedman, la cual
postula que “existe una y sólo una responsabilidad social de la empresa, que es
usar sus recursos y energías en las actividades diseñadas para incrementar sus
beneficios, siempre y cuando permanezca dentro de las reglas del juego, es decir,
esforzarse por una libre y abierta competencia, sin engaños ni fraudes”,
apoyándose en la teoría de “la mano invisible” de Adam Smith, que señala que la
interacción de los individuos en el mercado, guiados por sus propios intereses
conducirán al bienestar general de la manera más efectiva y eficiente que si
cualquier otra entidad o institución quisiera intervenir en esta dinámica. En este
sentido, plantea a la doctrina de la RSE como fundamentalmente subversiva, pues
distorsiona el funcionamiento del mercado generando ineficiencias en la
asignación de los recursos disponibles.
La posición Social, en cambio, está basada en una naturaleza de la empresa
mucho más amplia, en la que incorpora la relación de la entidad con diversos
grupos e instituciones que integran el contexto social. En este ámbito, se visualiza
a la empresa como un nuevo centro socializador que será responsable no sólo de
las ganancias de los accionistas, sino que también del bienestar de la sociedad en
la que se desenvuelve. Este enfoque se apoya en los planteamientos de Archie
Carroll, quien manifiesta que el accionar de las empresas se ha enmarcado
dentro de cuatro categorías progresivas de RSE referentes al desempeño
económico, legal, ético y discrecional. La primera de ellas es de índole económica,
pues al producir de manera eficiente generará riqueza, contribuyendo así, al
desarrollo nacional, esperando que su desempeño se supedite a las leyes y
reglamentos establecidos, con el fin de normar y regular su campo de acción, así
como también a las normas éticas y valóricas establecidas socialmente; deseando
además, que en un nivel superior tenga orientaciones filantrópicas impulsadas por
el interés corporativo con el fin de dar ayuda y solución a problemas de orden
social. Estas cuatro categorías dan un lineamiento de las expectativas que la
sociedad, en general, tiene del sector empresarial o las mismas corporaciones.
Así planteados, los dos enfoques anteriores convergen en la RSE como una
herramienta que apunta al logro de los objetivos organizacionales, tomando en
cuenta consideraciones vistas desde distintas perspectivas, sin que sean
excluyentes entre ellas.
Sin embargo, también podemos considerar en un ámbito complementario, aristas
del “Enfoque Legal” y del “Enfoque de la Ciudadanía Empresarial”, como
elementos reguladores del accionar de las empresas, considerando por una parte,
que desde una perspectiva legal las entidades al ser creadas y validadas por ley,
deben actuar conforme a las reglamentaciones establecidas por la sociedad; y por
otra parte, que en su calidad de ciudadanos corporativos deben ser capaces de
desempeñarse de tal forma que contribuyan al bienestar comunitario, actuando
responsablemente en todas y cada una de sus actividades.