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INTRODUCCIÓN:
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El libro de texto que se siguió es El matrimonio cristiano, de Augusto Sarmiento.
2 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
a) Aspecto unitivo: La sexualidad está ordenada a expresar el amor humano. Los dos sexos se
complementan. Como la relación propia de la sexualidad va de persona a persona, la entrega del
cuerpo conlleva la entrega sincera de sí mismo.
b) Aspecto procreativo: Si el fin intrínseco de la sexualidad es expresar el amor, entonces
inseparablemente se orienta a la fecundidad porque el amor es fecundo por naturaleza.
1. El bien de los esposos: para que su sexualidad sea objetivamente recta y no hiera la
dignidad de los esposos, brota de ella notoriamente la institución matrimonial. (ayuda
mutua).
2. El bien de los hijos: Que sean acogidos y educados en una verdadera familia.
3. El bien de la sociedad: El primer y segundo bien humanizados humanizan a su vez a la
sociedad, por eso tal exigencia es pública.
¿Cómo la institución matrimonial sirve al perfeccionamiento de los esposos? Siendo el recto
cauce de su amor conyugal con estos componentes esenciales.
Humane Vitae 8: 4
Recíproca donación personal: Dignidad de la persona y significado de la sexualidad:
Comunión interpersonal, Mutuo perfeccionamiento, Colaboración con Dios en la
procreación, Educación de nuevos seres humanos.
Notas del amor conyugal:
1) Plenamente humano: De persona a persona: Elección consciente y libre a donarse. La persona es
irrepetible.
2) Total: De toda la persona a toda la persona. Se basa en la complementariedad sexual que invade
toda la persona.
3) Fiel y exclusivo: hasta la muerte.
4) Fecundo: abierto a la vida.
2. El matrimonio: Comunidad de vida y amor.
El matrimonio in fieri es el pacto (en el momento que se casan: “sí quiero”). In facto esse: la
comunidad conyugal, el hombre y la mujer, son una unidad de dos en lo conyugal; pues uno
pertenece al otro como esposo. Comparten todo un proyecto de vida; la causa del matrimonio es el
consentimiento (que es la entrega de dos personas, que sólo es conforme con la dignidad personal
si se hace por amor) 5.
La comunidad de vida y amor se da cuando la comunidad conyugal cumple el deber de amarse
como esposos. Esta comunidad de vida tiene dos aspectos:
a) en cuanto esposos, comparten todo lo que son y pueden llegar a ser.
b) en cuanto a la fecundidad.
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HUMANAE VITAE. El amor conyugal
8. La verdadera naturaleza y nobleza del amor conyugal se revelan cuando éste es considerado en su fuente suprema,
Dios, que es Amor, "el Padre de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra".
El matrimonio no es, por tanto, efecto de la casualidad o producto de la evolución de fuerzas naturales inconscientes; es
una sabia institución del Creador para realizar en la humanidad su designio de amor. Los esposos, mediante su recíproca
donación personal, propia y exclusiva de ellos, tienden a la comunión de sus seres en orden a un mutuo
perfeccionamiento personal, para colaborar con Dios en la generación y en la educación de nuevas vidas.
En los bautizados el matrimonio reviste, además, la dignidad de signo sacramental de la gracia, en cuanto representa la
unión de Cristo y de la Iglesia.
Sus características:
9. Bajo esta luz aparecen claramente las notas y las exigencias características del amor conyugal, siendo de suma
importancia tener una idea exacta de ellas.
Es, ante todo, un amor plenamente humano, es decir, sensible y espiritual al mismo tiempo. No es por tanto una simple
efusión del instinto y del sentimiento sino que es también y principalmente un acto de la voluntad libre, destinado a
mantenerse y a crecer mediante las alegrías y los dolores de la vida cotidiana, de forma que los esposos se conviertan en
un solo corazón y en una sola alma y juntos alcancen su perfección humana.
Es un amor total, esto es, una forma singular de amistad personal, con la cual los esposos comparten generosamente todo,
sin reservas indebidas o cálculos egoístas. Quien ama de verdad a su propio consorte, no lo ama sólo por lo que de él
recibe sino por sí mismo, gozoso de poderlo enriquecer con el don de sí.
Es un amor fiel y exclusivo hasta la muerte. Así lo conciben el esposo y la esposa el día en que asumen libremente y
con plena conciencia el empeño del vínculo matrimonial. Fidelidad que a veces puede resultar difícil pero que siempre es
posible, noble y meritoria; nadie puede negarlo. El ejemplo de numerosos esposos a través de los siglos demuestra que la
fidelidad no sólo es connatural al matrimonio sino también manantial de felicidad profunda y duradera.
Es, por fin, un amor fecundo, que no se agota en la comunión entre los esposos sino que está destinado a prolongarse
suscitando nuevas vidas. "El matrimonio y el amor conyugal están ordenados por su propia naturaleza a la procreación y
educación de la prole. Los hijos son, sin duda, el don más excelente del matrimonio y contribuyen sobremanera al bien
de los propios padres".
5 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
Total
- En sí
Libre Repercusión - En los hijos
Decisión responsable - En la sociedad
6 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
Gn. 2,18-24: “Dijo luego Yahveh Dios: « No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle
una ayuda adecuada. »…”
a) identidad del hombre con la mujer en su humanidad;
b) mutua complementariedad;
c) el cuerpo como expresión de la persona;
d) indisolubilidad del matrimonio;
e) elección libre.
Según Jesucristo el matrimonio del Génesis es normativo para todas las épocas, no puede
cambiar.
En los primeros siglos del cristianismo la Iglesia luchó contra los movimientos heréticos que
decían que el sexo y el matrimonio son malos (agnósticos y maniqueos: se basaban en el
platonismo de que el cuerpo es la cárcel del espíritu).
SANTOS PADRES: El matrimonio es bueno y la virginidad mejor. Su principal argumento es
que el Autor es Dios. Lo describe más a fondo san Agustín.
EDAD MEDIA: Escolástica: el sexo es bueno si respeta los bienes del matrimonio. Santo Tomás
específica en el matrimonio: 1) el bien de la prole, los hijos, 2) fides, fidelidad y perpetuidad, 3)
sacramentum, relación con Dios.
1. En el Antiguo Testamento:
Se ven, sobre todo, en los libros proféticos (Oseas, Ezequiel, Jeremías, Isaías y Malaquías) las
imágenes del matrimonio como signo del amor a Israel; también en el Cantar de los Cantares que
se suele interpretar como una alegoría del amor de Dios por Israel. Así, se puede ver el amor de
Cristo a la iglesia, de Dios al alma.
No se trata de un mero recurso literario; según la mentalidad bíblica la imagen hace presente
la realidad representada.
2. En el Nuevo Testamento:
Se ve en los Evangelios. Por ejemplo, la presencia de Nuestro Señor en Caná y el texto de Mt
19 (sobre el libelo de repudio) y algunas parábolas donde Cristo es el Esposo (v.gr. cuando le
dicen a Juan Bautista que JESÚS tiene éxito).
Las Cartas de San Pablo (1Cor 7; Ef 5) hablan abundantemente sobre este tema:
1Cor: es necesario “casarse en el Señor”; también habla de la superioridad del celibato.
Ef 5: Vuelta a los orígenes del matrimonio y signo del amor de Cristo a su Iglesia. Aunque en
el texto no esté expresamente revelada su sacramentalidad en sentido estricto, por los menos se
insinúa según concilio de TRENTO.
1Cor 7,25.32-35.38:
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“La virginidad por el Reino de los cielos es un desarrollo de la gracia bautismal, un signo poderoso de la permanencia
del vínculo con Cristo, de la ardiente espera de su retorno, un signo que recuerda también que el matrimonio es una
realidad que manifiesta el carácter pasajero de este mundo.” (CEC 1619)
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“El primer padre del humano linaje declaró, inspirado por el Espíritu Santo, que el vínculo del Matrimonio es perpetuo
e indisoluble, cuando dijo: Ya es este hueso de mis huesos, y carne de mis carnes: por esta causa, dejará el hombre a su
padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán dos en un solo cuerpo. Aun más abiertamente enseñó Cristo nuestro
Señor que se unen, y juntan con este vínculo dos personas solamente, cuando refiriendo aquellas últimas palabras como
pronunciadas por Dios, dijo: Y así ya no son dos, sino una carne; e inmediatamente confirmó la seguridad de este vínculo
(declarada tanto tiempo antes por Adán) con estas palabras: Pues lo que Dios unió, no lo separe el hombre. El mismo
Cristo, autor que estableció, y llevó a su perfección los venerables Sacramentos, nos mereció con su pasión la gracia con
que se había de perfeccionar aquel amor natural, confirmar su indisoluble unión, y santificar a los consortes. Esto insinúa
el Apóstol san Pablo cuando dice: Hombres, amad a vuestras mujeres, como Cristo amó a su Iglesia, y se entregó a sí
mismo por ella; añadiendo inmediatamente: Este sacramento es grande; quiero decir, en Cristo y en la Iglesia. Pues como
en la ley Evangélica tenga el Matrimonio su excelencia respecto de los casamientos antiguos, por la gracia que Jesucristo
nos adquirió; con razón enseñaron siempre nuestros santos Padres, los concilios, y la tradición de la Iglesia universal, que
se debe contar entre los Sacramentos de la nueva ley. Mas enfurecidos contra esta tradición hombres impíos de este siglo,
no sólo han sentido mal de este Sacramento venerable, sino que introduciendo, según su costumbre, la libertad carnal con
pretexto del Evangelio, han adoptado por escrito, y de palabra muchos asertos contrarios a lo que siente la Iglesia
católica, y a la costumbre aprobada desde los tiempos Apostólicos, con gravísimo detrimento de los fieles cristianos. Y
deseando el santo Concilio oponerse a su temeridad, ha resuelto exterminar las herejías y errores más sobresalientes de
los mencionados cismáticos, para que su pernicioso contagio no inficione a otros, decretando los anatemas siguientes
contra los mismos herejes y sus errores.”
(TRENTO - DOCTRINA SOBRE EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO)
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Fundada por el Creador y en posesión de sus propias leyes, la intima comunidad conyugal de vida y amor se establece
sobre la alianza de los cónyuges, es decir, sobre su consentimiento personal e irrevocable. Así, del acto humano por el
cual los esposos se dan y se reciben mutuamente, nace, aun ante la sociedad, una institución confirmada por la ley divina.
Este vínculo sagrado, en atención al bien tanto de los esposos y de la prole como de la sociedad, no depende de la
decisión humana. Pues es el mismo Dios el autor del matrimonio, al cual ha dotado con bienes y fines varios, todo lo cual
es de suma importancia para la continuación del género humano, para el provecho personal de cada miembro de la
familia y su suerte eterna, para la dignidad, estabilidad, paz y prosperidad de la misma familia y de toda la sociedad
humana.
Por su índole natural, la institución del matrimonio y el amor conyugal están ordenados por si mismos a la procreación y
a la educación de la prole, con las que se ciñen como con su corona propia. De esta manera, el marido y la mujer, que por
el pacto conyugal ya no son dos, sino una sola carne (, con la unión intima de sus personas y actividades se ayudan y se
sostienen mutuamente, adquieren conciencia de su unidad y la logran cada vez mas plenamente.
Esta intima unión, como mutua entrega de dos personas, lo mismo que el bien de los hijos, exigen plena fidelidad
conyugal y urgen su indisoluble unidad. (Gaudium et Spes 48)
9 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
El celibato de la Iglesia: Existe desde el comienzo del cristianismo. Luego, pasa a consagrarse
en la vida de la comunidad. Últimamente se vive el celibato en la Iglesia por el Reino de los Cielos
en medio del mundo.
“En la Virgen María se complementan las dos vocaciones: la del matrimonio y el celibato”.
10 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
Razón teológica: El bautismo nos hace miembros de la Iglesia y del Cuerpo de Cristo. Luego
los bautizados sólo pueden casarse en nombre de Cristo y realizan la unión de Cristo con la Iglesia.
El sacramento y el matrimonio son idénticos, no dos realidades unidas. La Iglesia rechaza el
matrimonio meramente civil de los católicos.
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Codex Iuris Canonicis (CIC)
1134 Del matrimonio válido se origina entre los cónyuges un vínculo perpetuo y excluido por su misma naturaleza;
además, en el matrimonio cristiano los cónyuges son fortalecidos y quedan como consagrados por un sacramento
peculiar para los deberes y la dignidad de su estado.
1135 Ambos cónyuges tienen igual obligación y derecho respecto a todo aquello que pertenece al consorcio de la vida
conyugal.
1136 Los padres tienen la obligación gravísima y el derecho primario de cuidar en la medida de sus fuerzas de la
educación de la prole, tanto física, social y cultural como moral y religiosa.
1137 Son legítimos los hijos concebidos o nacidos de matrimonio válido o putativo.
1138 §1 El matrimonio muestra quién es el padre, a no ser que se pruebe lo contrario con razones evidentes.
§2 Se presume legítimos los hijos nacidos al menos 180 días después de celebrarse el matrimonio, o dentro de 300 días a
partir de la disolución de la vida conyugal.
1139 Los hijos ilegítimos se legitiman por el matrimonio subsiguiente de los padres, tanto válido como putativo, o por
rescripto de la Santa Sede.
1140 Por lo que se refiere a los efectos canónicos, los hijos legitimados se equiparan en todo a los legítimos, a no ser
que en el derecho se disponga expresamente otra cosa.
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Algunos dicen que a partir de la muerte de Cristo, de la Resurrección…
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El matrimonio natural de los orígenes: Prefiguración para cuando Dios se una a la Iglesia.
11 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
Tiene como objeto propio la persona del otro en su conyugalidad y esto incluye:
1) el ser sexualmente distintos,
2) orientados al bien recíproco y
3) a la fecundidad.
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1057 §1 El matrimonio lo produce el consentimiento de las partes legítimamente manifestado entre personas
jurídicamente hábiles, consentimiento que ningún poder humano puede suplir.
§2 El consentimiento matrimonial es el acto de la voluntad por el cual el varón y la mujer se entregan y aceptan
mutuamente en alianza irrevocable para constituir el matrimonio.
1058 Pueden contraer matrimonio todos aquellos a quienes el derecho no se lo prohíbe.- (se tiene en cuenta la
consanguinidad)
1059 El matrimonio de los católicos, aunque sea católico uno solo de los contrayentes, se rige no sólo por el derecho
divino, sino también por el canónico, sin perjuicio de la competencia de la potestad civil sobre los efectos meramente
civiles del mismo matrimonio.(herencias- bienes materiales)
1060 El matrimonio goza del favor del derecho; por lo que, en la duda, se ha de estar por la validez del matrimonio,
mientras no se pruebe lo contrario.
1061 §1 El matrimonio válido entre bautizados se llama sólo rato, si no ha sido consumado; rato y consumado, si los
cónyuges han realizado de modo humano el acto conyugal apto de por sí para engendrar la prole, al que el matrimonio se
ordena por su misma naturaleza y mediante el cual los cónyuges se hacen una sola carne.
§2 Una vez celebrado el matrimonio, si los cónyuges han cohabitado, se presume la consumación, mientras no se pruebe
lo contrario.
§3 El matrimonio inválido se llama putativo, si fue celebrado de buena fe al menos por uno de los contrayentes, hasta
que ambos adquieran certeza de la nulidad.
NOTA: (rato es: el consentimiento)
1062 §1 La promesa de matrimonio, tanto unilateral como bilateral, a la que se llama esponsales, se rige por el derecho
particular que haya establecido la Conferencia Episcopal, teniendo en cuenta las costumbres y las leyes civiles, si las hay.
§2 La promesa de matrimonio no da origen a una acción para pedir la celebración del mismo; pero sí para el
resarcimiento de daños, si en algún modo es debido.
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CIC 1103: Es inválido el matrimonio contraído por violencia o por miedo grave proveniente de una causa externa,
incluso el no inferido con miras al matrimonio, para librarse del cual alguien se vea obligado a casarse
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La superioridad no consiste en el fin, sino n los medios. El matrimonio no es un recurso para los débiles, posee signos
de santidad. El celibato posee medios para la santidad que son mejores, pero no son para todos.
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Es decir, las gracias que Dios me ha dado para salvarme en el estado de vida que Dios me ha asignado. Y si elijo otro
estado de vida contrario al designado por el Señor no tendré la oportunidad de santificarme mejor
12 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
1.b. ¿Qué personas están obligadas a contraer con forma canónica? (CIC 9,11,16)18:
Todo bautizado está obligado a la forma canónica, incluso si ha hecho “Acto formal de
separación de la Iglesia Católica”.
Ejemplo: Un bautizado católico a los 18 años se convierte en testigo de Jehová. Se casa a los 25 años, se divorcia a
los 30 años; se reconvierte y se quiere casar ¿puede o no?, ¿ese matrimonio es válido, sí o no?
En 2006 se aclara mediante una interpretación, que los requisitos para la apostasía formal (“Acto formal de
separación de la Iglesia Católica”, delito de apostasía y excomunión latae sententiae), son:
i. decisión interna de salir,
ii. Actuación y manifestación externa de esa decisión,
iii. Recepción por parte de la autoridad eclesiástica competente de esa decisión; esto se tiene que hacer de manera escrita.
En 2009 SS Benedicto XVI cambia tres cánones eliminando las palabras “y no se ha separado…formal”
c. 1086: matrimonio inválido entre una persona bautizada o recibida en el seno de la Iglesia católica y otra que no.
c. 1117: la forma canónica se ha de observar si al menos una persona es bautizada en la Iglesia católica.
c. 1124: necesidad de licencia de la autoridad competente para matrimonios mixtos.
Por ello, a partir del 2006 todo bautizado que no haya apostatado formalmente está obligado a la forma canónica; a partir
del 2009 todo bautizado está obligado a la forma canónica, aun si ha apostatado formalmente.
En los casos de apóstatas que vuelven al seno de la Iglesia Católica luego de contraer matrimonio sin forma canónica
antes del 2009, se debe acudir a la Curia Diocesana para consultar si ese matrimonio es válido. Si se casaron después del
Motu proprio (2009), sin forma canónica y sin dispensa, el matrimonio es inválido; se deben casar por la Iglesia.
Si el católico se casa con una ortodoxa, la forma canónica es para la licitud, no para la validez; a no ser
que no asista un ministro sagrado, entonces sería inválido.
Para los demás matrimonios mixtos se requiere la forma canónica para la validez; no están obligados a la
forma canónica los contrayentes no bautizados o bautizados en otra Iglesia no católica y no convertidos a
ella.
TESTIGOS CUALIFICADOS:
-Ordinario del lugar (CIC. 134,136): Romano Pontífice, Vicarios generales y episcopales:
superiores mayores de institutos religiosos clericales de derecho pontificio y de sociedades de vida
apostólica de derecho pontificio. Puede ser también un sacerdote delegado.
-Párroco o equiparados: cuasi-párroco, administrador parroquial, vicario parroquial in solidum,
un delegado.
b) Licitud:
1. Que le conste el estado de libertad, a tenor del derecho (investigación, proclamas, testigos).
2. Licencia para cada matrimonio en particular si es posible, en caso de que el celebrante sea
delegado.
3. Que uno de los contrayentes sea de la parroquia o tenga licencia de traslado 19.
DELEGACIÓN (CIC.1108, 1111) (Por lo general es el párroco del lugar donde se van a casar,
quien la hace):
Especial:
- Es para un matrimonio determinado (licitud).
- La persona delegada tiene que ser una persona determinada (validez).
- Delegación expresa, explicita o implícita (validez).
General:
- Expresa (validez).
- Persona delegada determinada (validez).
- Por escrito (licitud).
Subdelegación: Si el que delega no dice nada, según el CIC 20: la especial no; si tiene la general, sí
una vez.
Hay obligación de secreto. Se debe advertir que en caso de escándalo, se rompe el secreto.
MATRIMONIO EN PRIVADO:
Hay proclamas.
No se anuncia la fecha.
No hay obligación de guardar silencio.
Lugar:
Si los dos son bautizados:
en la Iglesia parroquial;
con licencia del párroco, puede ser en un oratorio;
con licencia del Ordinario, en otro lugar conveniente.
La Iglesia nunca ha prohibido el matrimonio mixto; sin embargo los desaconseja por sus
inconveniencias para la fe de la parte católica. El Ordinario del lugar tiene facultad para dispensar
de la forma canónica a los matrimonios mixtos.
16 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
3. Preparación inmediata:
Últimos meses y semanas antes de la boda. Aquí se da el examen de los
contrayentes y la charla sobre el matrimonio.
Casarse en gracia de Dios es para la licitud; si hay pecado mortal se deberían
confesar antes, sobre todo, si quisieran comulgar (pero no se les puede obligar a que se
confiesen).
La confirmación es para la licitud, si puede hacerse sin dificultad grave (como
sería el no tener las disposiciones para que reciba la confirmación con fruto). Hay que
preguntar en la diócesis sobre cada caso.
Post matrimonium:
o Notificaciones para anotar en el certificado de bautismo el casamiento.
o Rellenar los datos en el libro de matrimonios y firma del párroco.
o Los pliegos se archivan: cuando haya varios se pueden empastar.
o Firman los novios, los padrinos y el párroco.
o Legitimación de hijos.
19 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
Para casarse es necesario constar definitivamente y con certeza la nulidad o disolución del
anterior matrimonio. Si la muerte del cónyuge no puede probarse por documento autenticado hay
que esperar a la declaración de muerte presunta por el obispo. En caso de duda el obispo debe
consultar a la Santa Sede.
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Matrimonio rato: entre bautizados, el que es sacramento. Matrimonio consumado: cuando se ha realizado el acto
conyugal después del matrimonio. Matrimonio no rato: entre un bautizado y un no bautizado o entre dos no bautizados.
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108: §1 la consanguinidad se computa por líneas y grados.
§2 En línea recta, hay tantos grados cuantas son las generaciones o personas, descontando el tronco.
§3 En línea colateral, hay tantos grados cuantas personas hay en ambas líneas, descontado el tronco.
20 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
5. Rapto: (En el caso de un hombre que rapta a una mujer con intención de
casarse con ella.) Cesa el impedimento cuando la mujer se halla en lugar
seguro; nunca se dispensa.
6. El crimen: El que ha matado al cónyuge con una influencia física o moral para
casarse con otra. Está reservado al Sumo Pontífice.
7. Parentesco:
a) Consanguinidad dispensable: tercera y cuarta línea colateral: primos, sobrinos, tíos.
(cfr. infra CIC 1091).
b) Afinidad31: no pueden casarse en línea recta con los familiares de la esposa.
c) Pública honestidad (cfr. infra CIC 1093).
d) Parentesco legal: sólo si la adopción se hizo por documento civil. (cfr. infra CIC
1094).
(CIC32)
A2 A1
T2 Suegro Suegra
Ticio Isabel
21 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
El vínculo conyugal es representación real de Cristo con la Iglesia y participa de este amor.
Sobre la base del bautismo une a los esposos, en cuanto esposos con el Cuerpo místico de
Cristo. El vínculo conyugal es el efecto primero e inmediato del matrimonio y constituye la esencia
del matrimonio. El vínculo matrimonial crea una la iglesia doméstica dentro de la única Iglesia.
Para custodiar y revelar el Amor de Cristo por la Iglesia deben estar dispuestos con la gracia
santificante.
El amor conyugal asumido por el Amor divino: Cristo se sirve del amor de los esposos para
amar y dar a conocer cómo es el amor con que ama a su Iglesia. El amor conyugal se enriquece
por la virtud redentora de Cristo. Con la gracia del matrimonio sana las malas inclinaciones del
amor humano por el pecado.
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Codex Iuris Canonicis (CIC)
1134 Del matrimonio válido se origina entre los cónyuges un vínculo perpetuo y excluido por su misma naturaleza;
además, en el matrimonio cristiano los cónyuges son fortalecidos y quedan como consagrados por un sacramento
peculiar para los deberes y la dignidad de su estado.
1135 Ambos cónyuges tienen igual obligación y derecho respecto a todo aquello que pertenece al consorcio de la vida
conyugal.
1136 Los padres tienen la obligación gravísima y el derecho primario de cuidar en la medida de sus fuerzas de la
educación de la prole, tanto física, social y cultural como moral y religiosa.
1137 Son legítimos los hijos concebidos o nacidos de matrimonio válido o putativo.
1138 §1 El matrimonio muestra quién es el padre, a no ser que se pruebe lo contrario con razones evidentes.
§2 Se presume legítimos los hijos nacidos al menos 180 días después de celebrarse el matrimonio, o dentro de 300 días a
partir de la disolución de la vida conyugal.
1139 Los hijos ilegítimos se legitiman por el matrimonio subsiguiente de los padres, tanto válido como putativo, o por
rescripto de la Santa Sede.
1140 Por lo que se refiere a los efectos canónicos, los hijos legitimados se equiparan en todo a los legítimos, a no ser
que en el derecho se disponga expresamente otra cosa.
24 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
El sacramento del matrimonio causa la gracia a quien la recibe dignamente (sin óbice). Es de fe
divina y católica por Trento que el sacramento causa la gracia santificante.
Causa la gracia: Provoca un aumento de la gracia santificante, más los dones del Espíritu
Santo y virtudes infusas que la acompañan; y da derecho a los auxilios necesarios para desempeñar
la misión propia del matrimonio (esos auxilios son gracias actuales).
El matrimonio es sacramento de vivos. Luego ha de recibirse teniendo la gracia santificante
antes, para que pueda causar la gracia. Esta gracia sacramental específica les ayuda a ser mejores
padres y esposos. Parece que el derecho a los auxilios es algo permanente unido a la gracia
santificante, y los “auxilios” son las gracias actuales que recibirá cuando sea necesario.
El vínculo conyugal es el cauce por donde se confiere la gracia sacramental como su razón
dispositiva y exigitiva. La gracia sacramental del matrimonio no recibida por casarse en pecado
mortal, revive cuando se quita el óbice.
El sacramento del matrimonio da capacidad para realizar la santidad exigida por el bautismo, y
le hace a cada cónyuge instrumento par la santificación del otro cónyuge y de toda la familia.
La gracia sacramental del matrimonio también ayuda a dominar la concupiscencia y vivir la
castidad propia. Por eso, se dice que uno de los fines del matrimonio es el “remedio de la
concupiscencia”, porque da armonía a las pasiones.
El matrimonio establece un recto uso del cuerpo en cuanto lenguaje de la persona. La
Eucaristía y la Santa Misa (centro y raíz de la vida interior) dan fuerza desde dentro a la entrega y
donación propias del matrimonio.
La penitencia restablece la amistad consigo y con los demás. Pues el origen de la ruptura con el
hombre es la ruptura con Dios. Cuanto más unión con Dios, más unión con la familia.
25 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
2. Sagrada Escritura
Una sola carne: (Cfr. Gn. 1) “de manera que ya no son dos” (Ibid. Mt.1,6; Rm 7,2-3) “La
mujer casada está ligada por la ley con su marido mientras éste vive”. (1Cor 7,2-11 2) “tenga
cada hombre su mujer”.
La poligamia se ve como algo normal en la época de los patriarcas y es admitida en Israel. Los
reyes tenían varias mujeres y concubinas (esposas de menor categoría). A partir del exilio (538
a.C.) comenzó a imponerse cada vez más el abandono de la poligamia en Israel. El motivo de la
poligamia está en “la dureza del corazón” provocada por el pecado.
¿Por qué permitió Dios la poligamia? Unos hablan de dispensa divina de la ley natural en
sentido amplio (para poblar el mundo, después del diluvio). La respuesta más común es por
condescendencia divina (permitiendo la ignorancia, es decir, Dios no la aprobó, sino que la toleró).
3. En la Tradición de la Iglesia.
Los Santos Padres están unánimes en cuanto a la doctrina de la unidad del matrimonio.
Desaconsejan las segundas nupcias en la viudez, pero no la declaran inválida.
MAGISTERIO:
Trento (de fe, divina y católica definida): Contra la tesis protestante a favor de la poligamia. En
esa definición se dice que, por lo menos, es ilícita entre cristianos. El mismo Concilio de Trento, en
el preámbulo, afirma que la poligamia por ley divina es inválida; el Magisterio de la Iglesia es
constante en esto.
RAZÓN:
El principio de totalidad del amor conyugal impide que uno de los dos se comparta en una
entrega con un tercero. La igual dignidad de la esposa impide esta compartición; y la dignidad de
los hijos exige la monogamia para su mejor educación. La poligamia va contra el derecho
secundario natural. La poliandria va contra el derecho primario, pues iría más directamente contra
el fin primario del matrimonio (generación y educación de la prole).
Sagrada Escritura
Gn 2,2438: La indisolubilidad del matrimonio pertenece a los orígenes (cf. 1Cor 7,10-11 39).
Mt 19, 3-940: el sentido originario del repudio no era el divorcio (ésa es la interpretación
posterior del judaísmo), sino prohibición de casarse con la divorciada. Las cláusulas “divorcistas”
(Mt 19,9) “excepto en caso de fornicación”. Explicaciones:
- Protestantes y Ortodoxos: el adulterio es la excepción a la ley de la indisolubilidad.
- Católicos: no se trata de una excepción, pues, en la práctica, Jesucristo estaría dando la
razón a la escuela judaísta rigorista. Explicaciones:
o No se refiere a divorcio, sino a mera separación (San Jerónimo, Santo Tomás,
Santos Padres en general).
o Las partículas griegas no indican excepción, sino sentido prohibitivo e
inclusivo (“… ni siquiera en caso de fornicación”).
o La palabra “porneia” no significa fornicación, sino unión ilegal (por ejemplo,
concubinato).
Tradición:
Los Santos Padres están unánimes en favor de la indisolubilidad. A partir del S. IX hay
unanimidad total de doctrina y disciplina en la Iglesia. La Iglesia Oriental aceptó el divorcio, a
partir del S. VI, por mutuo consentimiento, y quedó así en la Iglesia Ortodoxa, no en las Iglesias
Orientales católicas.
Trento define que el matrimonio no puede disolverse intrínsecamente por adulterio, ni por
herejía, molesta cohabitación o ausencia aceptada del cónyuge (de fe divina y católica definida).
(En general la indisolubilidad intrínseca es, al menos, próxima a la fe.)
Razón antropológica: la totalidad de la unión (entrega) interpersonal (la entrega de amor al
cónyuge por sí, no como medio) y el bien de la prole lo exige.
38
?
Gn 2, 24: “Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne.”
39
?
1Cor 7, 10s: “En cuanto a los casados, les ordeno, no yo sino el Señor: que la mujer no se separe del marido, mas en el
caso de separarse, que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su marido, y que el marido no despida a su mujer.”
40
?
Mt 19, 3-9: “Y se le acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, le dijeron: « ¿Puede uno repudiar a su mujer
por un motivo cualquiera? » El respondió: « ¿No habéis leído que el Creador, desde el comienzo, los hizo varón y
hembra, y que dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola
carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre. » Dícenle:
« Pues ¿por qué Moisés prescribió dar acta de divorcio y repudiarla? » Díceles: « Moisés, teniendo en cuenta la dureza de
vuestro corazón, os permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue así. Ahora bien, os digo que quien
repudie a su mujer - no por fornicación - y se case con otra, comete adulterio.”
27 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
La iglesia lo confirma en la práctica en casos como Nicolás I contra Lotario, Clemente VII
contra Enrique VIII; Pío VII contra Napoleón (S.XIX). Los Papas nunca lo han disuelto
(Doctrina Católica).
Razón Teológica: Santo Tomás y Casti Connubi: el matrimonio rato simboliza la unión de
Cristo con el alma en gracia (unión reversible por el pecado). El matrimonio rato y
consumado simboliza la unión de Cristo con la Iglesia mediante la unión hipostática (unión
irreversible). La consumación no es un elemento esencial al sacramento. Pero sí un
elemento necesario para la integridad de la significación sacramental. Esta es cuestión
cerrada.
2. La indisolubilidad de los matrimonios ratos y no consumados por causa justa pueden ser
disueltos por el Papa. Causa justa: la existencia de la causa justa es necesaria para la
validez de la dispensa, porque aquí el Papa tiene autoridad vicaria de Cristo, y además
debe ser causa muy grave. Esta potestad es teológicamente cierta.
El primero en asumir esta potestad fue el Papa Clemente VII que murió en el 603; la
disciplina está en el c. 1150.
Trento define que el matrimonio rato y no consumado se disuelve ipso facto por la
profesión religiosa solemne de uno de los cónyuges (de fe divina y católica definida). Esto
no está en el CIC, 1983.
N.B.:
2 no bautizados: separados a la fuerza, se pueden divorciar y casar con un bautizado, con
dispensa del Papa.
1 bautizado con 1 no bautizado: c1149
1 bautizado no católico con un no bautizado, se puede divorciar y casar con un bautizado
católico.
1 bautizado católico con un no bautizado, se puede divorciar y casar con un bautizado
católico o no católico.
2 no bautizados: (Pio XII, 1958; Juan XXIII) se pueden divorciar para bien de un tercero;
aunque ninguno se convierta.
28 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
El matrimonio exige la cohabitación, pero hay causas que hacen lícita la separación.
Motivos racionales:
Adulterio; Grave detrimento material o espiritual de los cónyuges y de los hijos; abandono
culpable de las obligaciones del hogar: la vida común; enfermedad grave y contagiosa, etc.
3. Matrimonios a prueba43:
Pareja de hecho ad experimentum para casarse después. Es pecado mortal; no hay que darles
sacramentos, primero deben separarse.
El don del cuerpo en la relación sexual es el símbolo real de la donación de toda la persona
TEMA 16: FINES DEL MATRIMONIO: EL DOBLE FIN DEL MATRIMONIO (C.20)
1. Evolución histórica:
- Para San Agustín “el matrimonio es algo bueno”, porque constitutivamente comporta los
bienes de la prole, la fidelidad (ayuda mutua) y el sacramento (por ser símbolo del amor de
Cristo con la Iglesia contiene la unidad e indisolubilidad).
- Fines del matrimonio: S.XII: ya se habla del doble fin. S. Tomas en el S.XIII declara un
doble fin:
- Primario: la prole.
- Secundario: la ayuda mutua y el sacramento entre cristianos, como signo de la
unión de Cristo con la Iglesia.
Son los fines esenciales; sin ellos no hay matrimonio.
Fines accidentales: otras motivaciones de los esposos (persona rica). El Magisterio recoge por
primera vez lo del fin primario y secundario en el CIC de 1917. El Vaticano II habla del fin de la
prole y la ayuda mutua sin meterse en la jerarquización por ser un texto pastoral; pero no pretende
cambiar la doctrina del CIC de 1917.
La Humanae Vitae insiste en la inseparabilidad del aspecto procreador y unitivo en el acto
conyugal.
1. Naturaleza y ámbito del bien de los esposos como don del matrimonio:
a) Naturaleza del bien
En el bien de los esposos se incluye el bien del sacramento (unidad e indisolubilidad). El
amor conyugal expresa y causa la ayuda mutua (es la fidelidad conyugal complexivamente), es
decir, comunidad de vida y amor.
El amor conyugal + más ayuda mutua= bien de los esposos (es la razón raciocinada con
fundamento in re).
El bien de los esposos tiene un valor propio. Pero estos fines son inseparables (Gen 2, 18-
25).
Lecho
Convivencia física Mesa
Habitación 47
Convivencia conyugal
Aspectos conyugales
Participación de Solidaridad de destino
Objetivos comunes
-Amor recíproco
-Prestarse ayuda
-Exclusión del adulterio y de cualquier forma de familiaridad con tercera
persona que pudiera conturbar el amor conyugal
Indisolubilidad -No interponer otros intereses al aprecio del cónyuge (p. ej., profesión o
entretenimiento que dificulta el amor conyugal, puede llegar a ser pecado
grave)
-No ser obstáculo a la vida cristiana del otro
16
?
Pues por el Matrimonio, en el que los cónyuges son mutuamente ministros de la gracia, se atiende al ordenado y
exterior aumento de la comunidad cristiana, y también a la recta y religiosa educación de la prole, sin la cual correría
gravísimo riesgo el Cuerpo místico. (PIOXII, MAGISTERIO PONTIFICIO - DOTADO DE MEDIOS VITALES)
19
Domicilio: 6 meses o más residiendo en el lugar.
Cuasidomicilio: 3 meses o la intención de permanecer ese tiempo.
Vago: no tiene ningún domicilio ni cuasidomicilio.
20
1112 §1 Donde no haya sacerdotes ni diáconos, el Obispo diocesano, previo voto favorable de la Conferencia
Episcopal y obtenida licencia de la Santa Sede, puede delegar a laicos para que asistan a los matrimonios.
§2 Se debe elegir un laico idóneo, capaz de instruir a los contrayentes y apto para celebrar debidamente la liturgia
matrimonial. (1983 Código de Derecho Canónico 1112)
32 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
La efusión de semen no es esencial al acto conyugal, pues los estériles también pueden
consumar el matrimonio. El acto conyugal, o el incompleto que se hace sólo por placer usando al
otro como puro medio, son pecados veniales. Para evitar esto, lo mínimo requerido es que no se
opongan en el uso del matrimonio a su doble finalidad.
El acto conyugal de la manera debida tiene estas circunstancias:
La persona: es Pecado mortal si uno de los dos es ciertamente impotente, en caso de duda
se puede intentarlo.
El modo: si hiere el pudor del otro, pecado venial.
Tiempo y lugar: que no cause escándalo a otros o daño a la salud de uno de ellos.
21
144 §1 En el error común de hecho o de derecho, así como en la duda positiva y probable de derecho o de hecho, la
Iglesia suple la potestad ejecutiva de régimen, tanto para el fuero externo como para el interno.
§2 La misma norma se aplica a las facultades de que se trata en los cc. 882, 883, 966 y 1111, §1.
22
§1 Solamente son válidos aquellos matrimonios que se contraen ante el Ordinario del lugar o el párroco, o un
sacerdote o diácono delegado por uno de ellos para que asistan, y ante dos testigos, de acuerdo con las reglas establecidas
en los cánones que siguen, y quedando a salvo las excepciones de que se trata en los cc. 144, 1112 §1, 1116 y 1127 §§ 1
y 2.
§2 Se entiende que asiste al matrimonio sólo aquel que, estando presente, pide la manifestación del consentimiento de
los contrayentes y lo recibe en nombre de la Iglesia.
23
?
Para que una pareja que vive en cohabitación fraterna pueda ser readmitida a la vida de los sacramentos es necesario
que cumpla con las siguientes condiciones (libro de texto pág. 345):
a) abrazar una forma de vida que no esté en contra de la doctrina de la indisolubilidad,
b) compromiso sincero de vivir en continencia total,
c) la imposibilidad de cumplir la obligación de separarse,
d) que no se dé escándalo.
24
1118 §1 El matrimonio entre católicos o entre una parte católica y otra parte bautizada no católica se debe celebrar en
una iglesia parroquial; con licencia del Ordinario del lugar o del párroco puede celebrarse en otra iglesia u oratorio.
§2 El Ordinario del lugar puede permitir la celebración del matrimonio en otro lugar conveniente.
§3 El matrimonio entre una parte católica y otra no bautizada podrá celebrarse en una iglesia o en otro lugar
conveniente.
1119 §1 Fuera del caso de necesidad, en la celebración del matrimonio se deben observar los ritos prescritos en los
libros litúrgicos aprobados por la Iglesia o introducidos por costumbres legítimas.
1120 Con el reconocimiento de la Santa Sede, la Conferencia Episcopal puede elaborar un rito propio del matrimonio
congruente con los usos de los lugares y de los pueblos adaptados al espíritu cristiano, quedando sin embargo en pie la
ley según la cual quien asiste al matrimonio, estando personalmente presente, debe pedir y recibir la manifestación del
consentimiento de los contrayentes.
1121 §1 Después de celebrarse el matrimonio, el párroco del lugar donde se celebró o quien hace sus veces, aunque
ninguno de ellos hubiera asistido al matrimonio, debe anotar cuanto antes en el registro matrimonial los nombres de los
cónyuges, del asistentes y de los testigos, y el lugar y día de la celebración, según el modo prescrito por la Conferencia
Episcopal o por el Obispo diocesano.
§2 Cuando se contrae el matrimonio según lo previsto en el can. 1116, el sacerdote o el diácono, si estuvo presente en la
celebración, o en caso contrario los testigos, están obligados solidariamente con los contrayentes a comunicar cuanto
antes al párroco o al Ordinario del lugar que se ha celebrado el matrimonio.
§3 Por lo que se refiere al matrimonio contraído con dispensa de la forma canónica, el Ordinario del lugar que concedió
la dispensa debe cuidar de que se anote la dispensa y la celebración en el registro de matrimonios, tanto de la curia como
de la parroquia propia de la parte católica, cuyo párroco realizó las investigaciones acerca del estado de libertad; el
cónyuge católico está obligado a notificar cuanto antes al mismo Ordinario y al párroco que se ha celebrado el
matrimonio, haciendo constar también el lugar donde se ha contraído y la forma pública que se ha observado.
§1 El matrimonio ha de anotarse también en los registros de bautismos en los que está inscrito el bautismo de los
cónyuges.
§2 Si un cónyuge no ha contraído matrimonio en la parroquia en la que fue bautizado, el párroco del lugar en el que se
celebró debe enviar cuanto antes notificación del matrimonio contraído al párroco del lugar donde se administró el
bautismo.
1123 Cuando se convalida un matrimonio para el fuero externo, o es declarado nulo, o se disuelve legítimamente por una
causa distinta de la muerte, debe comunicarse esta circunstancia al párroco del lugar donde se celebró el matrimonio,
para que se haga como está mandado la anotación en los registros de matrimonios y de bautismo.
El placer sexual dentro del orden es bueno y puede ser intentado. Sería malo al querer
separarlo del doble fin del matrimonio.
ella mediante un acto formal, y otra adscrita a una Iglesia o comunidad eclesial que no se halle en comunión plena con la
Iglesia católica.
1125 Si hay una causa justa y razonable, el Ordinario del lugar puede conceder esta licencia; pero no debe otorgarla si no
se cumplen las condiciones que siguen: 1º. que la parte católica declare que está dispuesta a evitar cualquier peligro
de apartarse de la fe, y prometa sinceramente que hará cuanto le sea posible para que toda la prole se bautice y se eduque
en la Iglesia católica; 2º. que se informe en su momento al otro contrayente sobre las promesas que debe hacer la parte
católica, de modo que conste que es verdaderamente consciente de la promesa y de la obligación de la parte católica; 3º.
que ambas partes sean instruidas sobre los fines y propiedades esenciales del matrimonio, que no pueden ser excluidas
por ninguno de los dos.
1126 Corresponde a la Conferencia Episcopal determinar tanto el modo según el cual han de hacerse estas declaraciones
y promesas, que son siempre necesarias, como la manera de que quede constancia de las mismas en el fuero externo y de
que se informe a la parte no católica.
1127 §1 En cuanto a la forma que debe emplearse en le matrimonio mixto, se han de observar las prescripciones del can.
1108; pero si contrae matrimonio una parte católica con otra no católica de rito oriental, la forma canónica se requiere
únicamente para la licitud; pero se requiere para la validez la intervención de un ministro sagrado, observadas las demás
prescripciones del derecho.
§2 Si hay graves dificultades para observar la forma canónica, el Ordinario del lugar de la parte católica tiene derecho a
dispensar de ella en cada caso, pero consultando al Ordinario del lugar en que se celebra el matrimonio y permaneciendo
para la validez la exigencia de alguna forma pública de celebración; compete a la Conferencia Episcopal establecer
normas para que dicha dispensa se conceda con unidad de criterio.
§3 Se prohíbe que, antes o después de la celebración canónica a tenor del P1, haya otra celebración religiosa del mismo
matrimonio para prestar o renovar el consentimiento matrimonial; asimismo, no debe hacerse una ceremonia religiosa en
la cual, juntos el asistente católico y el ministro no católico y realizando cada uno de ellos su propio rito, pidan el
consentimiento de los contrayentes.
1128 Los Ordinarios del lugar y los demás pastores de almas deben cuidar de que no falte al cónyuge católico, y a los
hijos nacidos de matrimonio mixto, la asistencia espiritual para cumplir sus obligaciones, y han de ayudar a los cónyuges
a fomentar la unidad de su vida conyugal y familiar.
1129 Las prescripciones de los cc. 1127 y 1128 se aplican también a los matrimonios para los que obsta el impedimento
de disparidad de cultos, del que trata el can. 1086, §1.
Caso de adulterio: quita el derecho al culpable hasta obtenido el perdón del inocente. Pero
el culpable no tiene obligación de denunciarse a sí mismo, ni de renunciar por propia iniciativa al
acto conyugal. Tampoco tiene derecho al acto conyugal el cónyuge que descuida gravemente sus
obligaciones conyugales o paternas.
No hay obligación per se de usar el derecho pero per accidens a veces sí. Se puede, con
justa causa, por un tiempo o de por vida y de mutuo acuerdo comprometerse a no tener el acto
conyugal.
eliminar lo más posible las dificultades en que se debaten tantos matrimonios, y más aún para favorecer positivamente el
nacimiento y maduración de matrimonios logrados.
La preparación al matrimonio ha de ser vista y actuada como un proceso gradual y continuo. En efecto,
comporta tres momentos principales: una preparación remota, una próxima y otra inmediata.
La preparación remota comienza desde la infancia, en la juiciosa pedagogía familiar, orientada a conducir a
los niños a descubrirse a sí mismos como seres dotados de una rica y compleja psicología y de una personalidad
particular con sus fuerzas y debilidades. Es el período en que se imbuye la estima por todo auténtico valor humano, tanto
en las relaciones interpersonales como en las sociales, con todo lo que significa para la formación del carácter para el
dominio y recto uso de las propias inclinaciones, para el modo de considerar y encontrar a las personas del otro sexo, etc.
Se exige, además, especialmente para los cristianos, una sólida formación espiritual y catequística, que sepa mostrar en el
matrimonio una verdadera vocación y misión, sin excluir la posibilidad del don total de sí mismo a Dios en la vocación a
la vida sacerdotal o religiosa.
Sobre esta base se programará después, en plan amplio, la preparación próxima, la cual comporta -desde la
edad oportuna y con una adecuada catequesis, como en un camino catecumenal- una preparación más específica para los
sacramentos, como un nuevo descubrimiento. Esta nueva catequesis de cuantos se preparan al matrimonio cristiano es
absolutamente necesaria, a fin de que el sacramento sea celebrado y vivido con las debidas disposiciones morales y
espirituales. La formación religiosa de los jóvenes deberá ser integrada, en el momento oportuno y según las diversas
exigencias concretas, por una preparación a la vida en pareja que, presentando el matrimonio como una relación
interpersonal del hombre y de la mujer a desarrollarse continuamente, estimule a profundizar en los problemas de la
sexualidad conyugal y de la paternidad responsable, con los conocimientos médico-biológicos esenciales que están en
conexión con ella y los encamine a la familiaridad con rectos métodos de educación de los hijos, favoreciendo la
adquisición de los elementos de base para una ordenada conducción de la familia (trabajo estable, suficiente
disponibilidad financiera, sabia administración, nociones de economía doméstica, etc.).
Finalmente, no se deberá descuidar la preparación al apostolado familiar, a la fraternidad y colaboración con las
demás familias, a la inserción activa en grupos, asociaciones, movimientos e iniciativas que tienen como finalidad el bien
humano y cristiano de la familia.
La preparación inmediata a la celebración del sacramento del matrimonio debe tener lugar en los últimos
meses y semanas que preceden a las nupcias, como para dar un nuevo significado, nuevo contenido y forma nueva al
llamado examen pre-matrimonial exigido por el derecho canónico. De todos modos, siendo como es siempre necesaria,
tal preparación se impone con mayor urgencia para aquellos prometidos que presenten aún carencias y dificultades en la
doctrina y en la práctica cristiana.
Entre los elementos a comunicar en este camino de fe, análogo al catecumenado, debe haber también un
conocimiento serio del misterio de Cristo y de la Iglesia, de los significados de gracia y responsabilidad del matrimonio
cristiano, así como la preparación para tomar parte activa y consciente en los ritos de la liturgia nupcial.
A las distintas fases de la preparación matrimonial -descritas anteriormente sólo a grandes rasgos indicativos-
deben sentirse comprometidas la familia cristiana y toda la comunidad eclesial. Es deseable que las Conferencias
Episcopales, al igual que están interesadas en oportunas iniciativas para ayudar a los futuros esposos a que sean más
conscientes de la seriedad de su elección y los pastores de almas a que acepten las convenientes disposiciones, así
también procuren que se publique un directorio para la pastoral de la familia. En él se deberán establecer ante todo los
elementos mínimos de contenido, de duración y de método de los "cursos de preparación", equilibrando entre ellos los
diversos aspectos - doctrinales, pedagógicos, legales y médicos- que interesan al matrimonio, y estructurándolos de
manera que cuantos se preparen al mismo, además de una profundización intelectual, se sientan animados a insertarse
vitalmente en la comunidad eclesial.
Por más que no sea de menospreciar la necesidad y obligatoriedad de la preparación inmediata al matrimonio -
lo cual sucedería si se dispensase fácilmente de ella-, sin embargo tal preparación debe ser propuesta y actuada de tal
manera que una eventual omisión no sea un impedimento para la celebración del matrimonio.” (ES 1981-FAMILIARIS
CONSORTIO - 66. Preparación)
27
1067 La Conferencia Episcopal establecerá normas sobre el examen de los contrayentes, así como sobre las proclamas
matrimoniales u otros medios oportunos para realizar las investigaciones que deben necesariamente preceder al
matrimonio, de manera que, diligentemente observadas, pueda el párroco asistir al matrimonio.
28
1069: Todos los fieles están obligados a manifestar al párroco o al Ordinario del lugar, antes de la celebración del
matrimonio, los impedimentos de que tengan noticia. (1983 Código de Derecho Canónico 1069)
31
35 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
a) Actos incompletos: son los que son fuera del acto conyugal y sin relación con él. Lícitos si
no conllevan peligro próximo de polución. Dentro de los actos incompletos entran los
pensamientos y miradas. Por un motivo importante se podrían poner en peligro próximo,
pero sin querer la polución ni consentir en el placer, si viene.
b) Sirven de preparación o complemento al acto conyugal: lícitos siempre que no hieran el
pudor. La mujer puede producirse el orgasmo después del acto, si no lo tuvo en él.
?
109: §1 La afinidad surge del matrimonio válido, incluso no consumado, y se da entre el varón y los consanguíneos de
la mujer, e igualmente entre la mujer y los consanguíneos del varón.
§2 Se cuenta de manera que los consanguíneos del varón son en la misma línea y grado afines de la mujer, y viceversa.
32
CIC: CAPITULO II De los impedimentos dirimentes en general
1073 El impedimento dirimente inhabilita a la persona para contraer matrimonio válidamente.
1074 Se considera público el impedimento que puede probarse en el fuero externo; en caso contrario es oculto.
1075 §1 Compete de modo exclusivo a la autoridad suprema de la Iglesia declarar auténticamente cuando el derecho
divino prohíbe o dirime el matrimonio.
§2 Igualmente, sólo la autoridad suprema tiene el derecho a establecer otros impedimentos respecto a los bautizados.
1076 Queda reprobada cualquier costumbre que introduzca un impedimento nuevo o sea contraria a los impedimentos
existentes.
1077 §1 Puede el Ordinario del lugar prohibir en un caso particular el matrimonio a sus propios súbditos, dondequiera
que residan, y a todos los que de hecho moren dentro de su territorio, pero sólo temporalmente, por causa grave y
mientras ésta dure.
§2 Sólo la autoridad suprema de la Iglesia puede añadir a esta prohibición una cláusula dirimente.
1078 §1 Exceptuados aquellos impedimentos cuya dispensa se reserva a la Sede Apostólica, el Ordinario del lugar puede
dispensar de todos los impedimentos de derecho eclesiástico a sus propios súbditos, cualquiera que sea el lugar en el que
residan, y a todos los que de hecho moren en su territorio.
§2 Los impedimentos cuya dispensa se reserva a la Sede Apostólica son:
1º. el impedimento que proviene de haber recibido las sagradas órdenes o del voto público perpetuo de castidad en un
instituto religioso de derecho pontificio;
2º. el impedimento de crimen, del que se trata en el can. 1090.
§3 Nunca se concede dispensa del impedimento de consanguinidad en línea recta o en segundo grado de línea colateral.
1079 §1 En peligro de muerte, el Ordinario del lugar puede dispensar a sus propios súbditos, cualquiera que sea el lugar
donde residen, y a todos los que de hecho moran en su territorio, tanto de la forma que debe observarse en la celebración
del matrimonio como de todos y cada uno de los impedimentos de derecho eclesiástico, ya sean públicos, ya ocultos,
excepto el impedimento surgido del orden sagrado del presbiterado.
§2 En las mismas circunstancias de las que se trata en el P1, pero sólo para los casos en que ni siquiera sea posible
acudir al Ordinario del lugar, tienen la misma facultad de dispensar el párroco, el ministro sagrado debidamente delegado
y el sacerdote o diácono que asisten al matrimonio de que trata el can. 1116, P2.
§3 En peligro de muerte, el confesor goza de la potestad de dispensar en el fuero interno de los impedimentos ocultos,
tanto en la confesión sacramental como fuera de ella.
§4 En el caso del que se trata en el P2, se considera que no es posible acudir al Ordinario del lugar si sólo puede hacerse
por telégrafo o teléfono.
1080 §1 Siempre que el impedimento se descubra cuando ya está todo preparado para las nupcias, y el matrimonio no
pueda retrasarse sin peligro de daño grave hasta que se obtenga la dispensa de la autoridad competente, gozan de la
potestad de dispensar de todos los impedimentos, exceptuados los que se enumeran en el can. 1078, P2, n. 1, el Ordinario
del lugar y, siempre que el caso sea oculto, todos los que se mencionan en el can. 1079, PP 2 y 3, observando las
condiciones que allí se prescriben.
§2 Esta potestad vale también para convalidar un matrimonio, si existe el mismo peligro en la demora y no hay tiempo
para recurrir a la Sede Apostólica o al Ordinario del lugar cuando se trate de impedimentos de los que puede dispensar.
1081 Tanto el párroco como el sacerdote o el diácono, a los que se refiere el can. 1079, P2, han de comunicar
inmediatamente al Ordinario del lugar la dispensa concedida para el fuero externo; y ésta debe anotarse en el libro de
matrimonios.
1082 A no ser que el rescripto de la Penitenciaría determine otra cosa, la dispensa de un impedimento oculto concedida
en el fuero interno no sacramental se anotará en el libro que debe guardarse en el archivo secreto de la curia; y no es
necesaria ulterior dispensa para el fuero externo, si el impedimento oculto llegase más tarde a hacerse público.
§2 Si el impedimento de impotencia es dudoso, con duda de derecho o de hecho, no se debe impedir el matrimonio ni,
mientras persista la duda, declararlo nulo.
§3 La esterilidad no prohíbe ni dirime el matrimonio, sin perjuicio de lo que se prescribe en el can. 1098.
1085 §1 Atenta inválidamente el matrimonio quien está ligado por el vínculo de un matrimonio anterior, aunque no haya
sido consumado.
§2 Aun cuando el matrimonio anterior sea nulo o haya sido disuelto por cualquier causa, no por eso es lícito contraer
otro antes de que conste legítimamente y con certeza la nulidad o disolución del precedente.
1086 §1 Es inválido el matrimonio entre dos personas, una de las cuales fue bautizada en la Iglesia católica o recibida en
su seno y no se ha apartado de ella por acto formal, y otra no bautizada.
§2 No se dispense este impedimento sino se cumplen las condiciones indicadas en los cann. 1125 y 1126.
§3 Si, al contraer el matrimonio, una parte era comúnmente tenida por bautizada o su bautismo era dudoso, se ha de
presumir, conforme al can. 1060, la validez del matrimonio, hasta que se pruebe con certeza que uno de los contrayentes
estaba bautizado y el otro no.
1087 Atentan inválidamente el matrimonio quienes han recibido las órdenes sagradas.
1088 Atentan inválidamente el matrimonio quienes están vinculados por voto público perpetuo de castidad en un
instituto religioso.
1089 No puede haber matrimonio entre un hombre y una mujer raptada o al menos retenida con miras a contraer
matrimonio con ella, a no ser que después la mujer, separada del raptor y hallándose en lugar seguro y libre, elija
voluntariamente el matrimonio.
1090 §1 Quien, con el fin de contraer matrimonio con una determinada persona, causa la muerte del cónyuge de ésta o
de su propio cónyuge, atenta inválidamente ese matrimonio.
§2 También atentan inválidamente el matrimonio entre sí quienes con una cooperación mutua, física o moral causaron la
muerte del cónyuge.
1091 §1 En línea recta de consanguinidad, es nulo el matrimonio entre todos los ascendientes y descendiente, tanto
legítimos como naturales.
§2 En línea colateral, es nulo hasta el cuarto grado inclusive.
§3 El impedimento de consanguinidad no se multiplica.
§4 Nunca debe permitirse el matrimonio cuando subsiste alguna duda sobre si las partes son consanguíneas en algún
grado de línea recta o en segundo grado de línea colateral.
1092 La afinidad en línea recta dirime el matrimonio en cualquier grado.
1093 El impedimento de pública honestidad surge del matrimonio inválido después de instaurada la vida en común, o del
concubinato notorio o público; y dirime el matrimonio en el primer grado de línea recta entre el varón y las
consanguíneas de la mujer, y viceversa.
1094 No pueden contraer válidamente matrimonio entre sí quienes están unidos por parentesco legal proveniente de la
adopción, en línea recta o en segundo grado de línea colateral.
33
1095 Son incapaces de contraer matrimonio: 1º. quienes carecen de suficiente uso de razón: 2º. quienes tienen un
grave defecto de discreción de juicio acerca de los derechos y deberes esenciales del matrimonio que mutuamente se han
de dar y aceptar; 3º. quienes no pueden asumir las obligaciones esenciales del matrimonio por causas de naturaleza
psíquica.
1096 §1 Para que pueda haber consentimiento matrimonial, es necesario que los contrayentes no ignoren al menos que el
matrimonio es un consorcio permanente entre un varón y una mujer, ordenado a la procreación de la prole mediante una
cierta cooperación sexual.
§2 Esta ignorancia no se presume después de la pubertad.
1097 §1 El error acerca de la persona hace inválido el matrimonio.
§2 El error acerca de una cualidad de la persona, aunque sea causa del contrato, no dirime el matrimonio, a no ser que se
pretenda esta cualidad directa y principalmente.
1098 Quien contrae el matrimonio engañado por dolo provocado para obtener su consentimiento, acerca de una cualidad
del otro contrayente, que por su naturaleza puede perturbar gravemente el consorcio de vida conyugal, contrae
inválidamente.
1099 El error acerca de la unidad, de la indisolubilidad o de la dignidad sacramental del matrimonio, con tal que no
determine a la voluntad, no vicia el consentimiento matrimonial.
1100 La certeza o la opción acerca de la nulidad del matrimonio no excluye necesariamente el consentimiento
matrimonial.
37 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
1101 §1 El consentimiento interno de la voluntad se presume que está conforme con las palabras o signos empleados al
celebrar el matrimonio.
§2 Pero si uno de los contrayentes, o ambos, excluye con un acto positivo de la voluntad el matrimonio mismo o un
elemento esencial del matrimonio o una propiedad esencial, contrae inválidamente.
1102 §1 No puede contraerse válidamente matrimonio bajo condición de futuro.
§2 El matrimonio contraído bajo condición de pasado o de presente es válido o no, según que se verifique o no aquello
que es objeto de la condición.
§3 Sin embargo, la condición que trata el §2 no puede ponerse lícitamente sin licencia escrita del Ordinario del lugar.
1103 Es inválido el matrimonio contraído por violencia o por miedo grave proveniente de una causa externa, incluso el
no inferido con miras al matrimonio, para librarse del cual alguien se vea obligado a casarse.
1104 §1 Para contraer válidamente matrimonio es necesario que ambos contrayentes se hallen presentes en un mismo
lugar, o en persona o por medio de un procurador.
§2 Expresen los esposos con palabras el consentimiento matrimonial; o, si no pueden hablar, con signos
equivalentes.
34
El suficiente uso de razón para que el matrimonio sea válido, es mayor que el mínimo necesario para poder cometer un
pecado mortal.
35
?
Es decir, que no es capaz de valorar esos derechos y deberes.
36
?
Elementos esenciales:
Prole: al menos uno ó ninguno pero con medios naturales, aceptándolo si viene un hijo.
Débito: dar el cuerpo abierto a la vida.
Ayuda mutua.
Fidelidad.
Educar a los hijos.
41
1141: El matrimonio rato y consumado no puede ser disuelto por ningún poder humano, ni por ninguna causa
fuera de la muerte.
El matrimonio no consumado entre bautizados, o entre parte bautizada y parte no bautizada, puede ser disuelto con
causa justa por el Romano Pontífice, a petición de ambas partes o de una de ellas, aunque la otra se oponga.
1143 §1 El matrimonio contraído por dos personas no bautizadas se disuelve por el privilegio paulino en favor de
la fe de la parte que ha recibido el bautismo, por el mismo hecho de que ésta contraiga un nuevo matrimonio, con tal de
que la parte no bautizada se separe.
§2 Se considera que la parte no bautizada se separa, si no quiere cohabitar con la parte bautizada o cohabitar
pacíficamente sin ofensa del Creador, a no ser que ésta, después de recibir el bautismo, le hubiera dado un motivo justo
para separarse.
1144 §1 Para que la parte bautizada contraiga válidamente un nuevo matrimonio se debe siempre interpelar a la
parte no bautizada: 1º. si quiere también ella recibir el bautismo; 2º. si quiere al menos cohabitar pacíficamente con la
parte bautizada, sin ofensa del Creador.
§2 Esta interpelación debe hacerse después del bautismo; sin embargo, con causa grave, el Ordinario del lugar
puede permitir que se haga antes, e incluso dispensar de ella, tanto antes como después del bautismo, con tal de que
conste, al menos por un procedimiento sumario y extrajudicial, que no pudo hacerse o que hubiera sido inútil.
1145 §1 La interpretación se hará normalmente por la autoridad del Ordinario del lugar de la parte convertida; este
Ordinario ha de conceder al otro cónyuge, si lo pide, un plazo para responder, advirtiéndole, sin embargo, de que, pasado
inútilmente ese plazo, su silencio se entenderá como respuesta negativa.
§2 Si la forma arriba indicada no puede observarse, es válida y también lícita la interpelación hecha, incluso de
modo privado, por la parte convertida.
§3 En los dos casos anteriores, debe constar legítimamente en el fuero externo que se ha hecho la interpelación y
cuál ha sido su resultado.
1146 La parte bautizada tiene derecho a contraer nuevo matrimonio con otra persona católica:
1º. si la otra parte responde negativamente a la interpelación, o si legítimamente no se hizo ésta;
2º. si la parte no bautizada, interpelada o no, habiendo continuado la cohabitación pacífica sin ofensa al Creador, se
separa después sin causa justa, quedando en pie lo que prescriben los cc. 1144 y 1145.
1147 Sin embargo, por causa grave, el Ordinario del lugar puede conceder que la parte bautizada, usando el
privilegio paulino, contraiga matrimonio con parte no católica, bautizada o no, observando también las prescripciones de
38 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
42
1151 Los cónyuges tienen el deber y el derecho de mantener la convivencia conyugal a no ser que les excuse
una causa legítima.
1152 §1 Aunque se recomienda encarecidamente que el cónyuge, movido por la caridad cristiana y teniendo
presente el bien de la familia, no niegue el perdón a la comparte adúltera ni interrumpa la vida matrimonial, si a pesar de
todo no perdonase expresa o tácitamente esa culpa, tiene derecho a romper la convivencia conyugal, a no ser que hubiera
consentido en el adulterio, o hubiera sido causa del mismo, o él también hubiera cometido adulterio.
§2 Hay condonación tácita si el cónyuge inocente, después de haberse cerciorado del adulterio, prosigue
espontáneamente en el trato marital con el otro cónyuge; la condonación se presume si durante seis meses continúa la
convivencia conyugal, sin haber recurrido a la autoridad eclesiástica o civil.
§3 Si el cónyuge inocente interrumpe por su propia voluntad la convivencia conyugal, debe proponer en el plazo
de seis meses causa de separación ante la autoridad eclesiástica competente, la cual, ponderando todas las circunstancias,
ha de considerar si es posible mover al cónyuge inocente a que perdone la culpa y no se separe para siempre.
1153 §1 Si uno de los cónyuges pone en grave peligro espiritual o corporal al otro o a la prole, o de otro modo hace
demasiado dura la vida en común, proporciona al otro un motivo legítimo para separase, con autorización del Ordinario
del lugar y si la demora implica un peligro, también por autoridad propia.
§2 Al cesar la causa de la separación, se ha de restablecer siempre la convivencia conyugal, a no ser que la
autoridad eclesiástica determine otra cosa.
1154 Realizada la separación de los cónyuges, hay que proveer siempre de modo oportuno a la debida sustentación
y educación de los hijos.
1155 El cónyuge inocente puede admitir de nuevo al otro a la vida conyugal, y es de alabar que así lo haga; y, en
ese caso, renuncia al derecho de separarse.
1692 §1 Salvo que para un lugar determinado se haya provisto legítimamente de otro modo, la separación personal
de los cónyuges bautizados puede decidirse por decreto del Obispo diocesano o por sentencia del juez, de acuerdo con los
cánones que siguen.
§2 Donde la decisión eclesiástica no produzca efectos civiles, o si se prevé que la sentencia civil no será contraria
al derecho divino, el Obispo de la diócesis de residencia de los cónyuges, atendiendo a circunstancias peculiares, podrá
conceder licencia para acudir al fuero civil.
§3 Si la causa versa también sobre los efectos meramente civiles del matrimonio, procure el juez que, cumpliendo
lo prescrito en el §2, la causa se lleve desde el primer momento al fuero civil.
43
“Una primera situación irregular es la del llamado "matrimonio a prueba" o experimental, que mucho quieren
hoy justificar, atribuyéndole un cierto valor. La misma razón humana insinúa ya su no aceptabilidad, indicando que es
poco convincente que se haga un "experimento" tratándose de personas humanas, cuya dignidad exige que sean siempre
y únicamente término de un amor de donación, sin límite alguno ni de tiempo ni de otras circunstancias.
La Iglesia por su parte no puede admitir tal tipo de unión por motivos ulteriores y originales derivados de la fe.
En efecto, por una parte el don del cuerpo en la relación sexual es el símbolo real de la donación de toda la persona; por
lo demás, en la situación actual tal donación no puede realizarse con plena verdad sin el concurso del amor de caridad
dado por Cristo. Por otra parte, el matrimonio entre dos bautizados es el símbolo real de la unión de Cristo con la Iglesia,
39 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
cual se ordena fisiológicamente a la generación. Luego el acto conyugal también es fin operis (=fin
objetivo). La negación de la fecundidad en el matrimonio in fieri hace nulo el matrimonio (in fieri:
en la boda, el “sí, quiero”).
La negación de la fecundidad en el matrimonio in facto esse (=el vínculo permanente) hace
pecaminosa la acción sexual.
una unión no temporal o "ad experimentum", sino fiel eternamente; por tanto, entre dos bautizados no puede haber más
que un matrimonio indisoluble.
Esta situación no puede ser superada de ordinario, si la persona humana no ha sido educada -ya desde la
infancia, con la ayuda de la gracia de Cristo y no por temor- a dominar la concupiscencia naciente e instaurar con los
demás relaciones de amor genuino. Esto no se consigue sin una verdadera educación en el amor auténtico y en el recto
uso de la sexualidad, de tal manera que introduzca a la persona humana -en todas sus dimensiones, y por consiguiente
también en lo que se refiere al propio cuerpo- en la plenitud del misterio de Cristo.
Será muy útil preguntarse acerca de las causas de este fenómeno, incluidos lo aspectos psicológicos, para
encontrar una adecuada solución.” FC 80
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?
Se trata de uniones en algún vínculo institucional públicamente reconocido, ni civil ni religioso. Este
fenómeno, cada vez más frecuente, ha de llamar la atención de los pastores de almas, ya que en el mimo puede haber
elementos varios, actuando sobre los cuales será quizá posible limitar sus consecuencias.
En efecto, algunos se consideran como obligados por difíciles situaciones -económicas, culturales y religiosas-
en cuanto que, contrayendo matrimonio regular, quedarían expuestos a daños, a la pérdida de ventajas económicas, a
discriminaciones, etc. En otros, por el contrario, se encuentra una actitud de desprecio, contestación o rechazo de la
sociedad, de la institución familiar, de la organización socio-política o de la mera búsqueda del placer. Otros, finalmente,
son empujados por la extrema ignorancia y pobreza, a veces por condicionamientos debidos a situaciones de verdadera
injusticia, o también por una cierta inmadurez psicológica que les hacer sentir la incertidumbre o el temor de atarse con
un vínculo estable y definitivo. En algunos países las costumbres tradicionales prevén el matrimonio verdadero y propio
solamente después de un período de cohabitación y después del nacimiento del primer hijo.
Cada uno de estos elementos pone a la Iglesia serios problemas pastorales, por las graves consecuencias
religiosas y morales que de ellos derivan (pérdida del sentido religioso del matrimonio visto a la luz de la Alianza de
Dios con su pueblo, privación de la gracia del sacramento, grave escándalo), así como también por las consecuencias
sociales (destrucción del concepto de familia, atenuación del sentido de fidelidad incluso hacia la sociedad, posibles
traumas psicológicos en los hijos y afirmación del egoísmo).
Los pastores y la comunidad eclesial se preocuparán por conocer tales situaciones y sus causas concretas, caso
por caso; se acercarán a los que conviven, con discreción y respeto; se empeñarán en una acción de iluminación paciente,
de corrección caritativa y de testimonio familiar cristiano que pueda allanarles el camino hacia la regularización de su
situación. Pero, sobre todo, adelántense enseñándoles a cultivar el sentido de la fidelidad en la educación moral y
religiosa de los jóvenes; instruyéndoles sobre las condiciones y estructuras que favorecen tal fidelidad, sin la cual no se
da verdadera libertad; ayudándoles a madurar espiritualmente y haciéndoles comprender la rica realidad humana y
sobrenatural del matrimonio-sacramento.
El pueblo de Dios se esfuerce también ante las autoridades públicas para que, -resistiendo a las tendencias
disgregadoras de la misma sociedad y nocivas para la dignidad, seguridad y bienestar de los ciudadanos-, procuren que la
opinión pública no sea llevada a menospreciar la importancia institucional del matrimonio y de la familia. Y dado que en
muchas regiones, a causa de la extrema pobreza derivada de unas estructuras socio-económicas injustas o inadecuadas,
los jóvenes no están en condiciones de casarse como conviene, la sociedad y las autoridades públicas favorezcan el
matrimonio legítimo a través de una serie de intervenciones sociales y políticas, garantizando el salario familiar,
emanando disposiciones para una vivienda apta a la vida familiar y creando posibilidades adecuadas de trabajo y de
vida.” FC 81
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?
1055 §1 La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida,
ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por
Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados.
§2 Por tanto, entre bautizados, no puede haber contrato matrimonial válido que no sea por eso mismo sacramento.
40 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
Métodos naturales:
Térmico: la temperatura aumenta dos décimas cuando va a ovular.
Cuando no hay aumento, hay esterilidad.
También puede subir la temperatura por otras razones.
Ogino: contabilización de los días. La mujer puede tener irregularidad en el calendario
menstrual.
Billings: se trata de vigilar las propiedades del moco vaginal. Si no es elástico, hay
esterilidad; tapa la boca del útero.
Cuando es elástico hay probabilidad de concepción.
41 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
En algunos casos (causa médica justa para la salud) puede ser lícito recurrir a algunos de
estos métodos como medios terapéuticos, es decir, no buscando la infertilidad ni como fin ni como
medio, sino recuperar la salud.
a) El don del hijo: Dios es la causa principal de la vida. Los padres, un instrumento que
coopera con Él como administradores, no como dueños. Luego el hijo es un don, no un
derecho y en la técnica artificial se suplanta el derecho de Dios a dar el hijo cuando quiera,
no cuando rompe su ley al superar lo unitivo de la generación. Si el hijo fuera un derecho
de los padres, éste ya no sería tratado como persona sino como un instrumento.
Por curiosidad, para saber el sexo del feto, no debe hacerse el diagnóstico prenatal.
Orientaciones prácticas del Vademécum para los confesores sobre algunos temas de moral
conyugal (1997):
TEMA 19: LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS COMO FIN DEL MATRIMONIO (C. 23)
El ser humano nace inacabado en cuanto al estado de virtud. Necesita para desarrollarse la
ayuda de la educación. Los padres son los principales y primeros educadores de sus hijos.
Colaboran activamente en la construcción de la humanidad. Y desde el sacramento del matrimonio
es colaboración con Cristo a la extensión del Reino de Dios y participan de la autoridad del Padre.
En los padres es función común y solidaria.
Cuidado físico: no abortarlo ni ponerse en peligro de ello. En casos muy extremos se puede
confiar el hijo a terceras personas o a una institución. Los padres deben procurarles un porvenir
digno. Y para ello deben incrementar un patrimonio familiar. Pecarían si dilapidaran la fortuna. La
misma obligación para los hijos ilegítimos.
Educar en la libertad: el hijo es dueño de su destino; luego no deben educarlo (los padres)
según sus propio gustos, sino según normas objetivas. Deben enseñarles a elegir bien, pero no
elegir por ellos en cuanto al matrimonio, estudios, profesión, etc.
Educar en la justicia y amor: para que evite los peligros morales en la sociedad debe
procurar la justicia y el amor. Para esto es necesaria la educación para la castidad.
Relación del derecho de los padres con las fuerzas educativas: la naturaleza de la persona
humana reclama por su vocación a la perfección la intervención de otras fuerzas educativas junto
con la de los padres. Dada la dimensión social y Eclesial, los padres no pueden abarcar todo en
concreto. El estado y la Iglesia deben ayudar a los padres en la educación de sus hijos. Los padres
son los responsables de elegir el centro de educación y su ideología para sus hijos. Deben vigilar la
instrucción que reciben sus hijos. En lo posible deben elegir centros que eduquen en Cristo y el
estado debe facilitar este derecho.
45 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
Nataraleza y ámbito.
La Iglesia ha recibido el encargo de Cristo de custodiar cuanto se refiere a la estructura,
celebración, etc., de los sacramentos, y el matrimonio es uno de ellos.
Esta potestad puede referirse de manera diferente: en los matrimonios de los no bautizados
su potestad es propia, recibida directamente de Cristo, no de otro (Jn 21; MT 14); su potestad es
vicaria en nombre de Cristo, luego no meramente humana, por eso para ejecutarla se necesita causa
justa; su potestad es exclusiva: ningún otro la tiene ____ en orden a imponer impedimentos
(Teológicamente cierta. Pio VII se extiende: a) enseñar la____ del matrimonio; b) juzgar la validez
del matrimonio en las diferentes culturas o sociedades históricas; c) dar las normas litúrgicas y
canónicas sobre la validez y fructuosidad del matrimonio, en el s. X pasa definitivamente a la
Iglesia la jurisdicción del matrimonio en la sociedad católica; d) establecer impedimentos y juzgar
las causas matrimoniales (por Trento: de Fe Divina y Católica Solemnemente Definida).
______
Potestad para juzgar las causas matrimoniales (lo declara Trento expresamente):
El argumento más fuerte de que la Iglesia tiene esta potestad: la práctica de la Iglesia. Si
hubiere errado en esto no sería infalible en fe y costumbres.
El Papa también tiene potestad sobre el matrimonio de los no bautizados y los puede
disolver en algunos casos.
Matrimonios:
Rato: entre bautizados
Consumado
Consumado y no rato
Mixto: bautizado católico + bautizado no católico
Dispar: Bautizado católico + no bautizado
46 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
Conceptos:
Invalidez: antes de casarse
Nulidad: se declara después de la celebración
Inhábil: se refiere al impedimento(s).
Incapaz: se refiere al sujeto (p.e.: psicológico)
Dirime: que por el impedimento, el matrimonio sería inválido.
En la praxis de la Iglesia se autoriza a los misioneros a considerar nulos los matrimonios paganos
contraídos sin los requisitos civiles.
1. La familia.
Su modelo originario es el misterio de la Santísima Trinidad que es comunidad de personas
en el amor. El miembro de la familia es afirmado por sí mismo y a la vez forma una comunión
principalmente los cónyuges viviendo la fidelidad y la indisolubilidad; sobre esa base se edifica el
resto de la familia: hijos, hermanos entre sí, parientes; el amor familiar está movido por la relación
que lo origina (paterno, fraterno, materno, conyugal).
La familia cristiana es signo de la unidad y comunión de la Iglesia.
Se debe practicar la religión en familia.
Piedad: Virtud sobrenatural que nos inclina a tributar a los padres el honor y servicio
debido; el fundamento de la piedad de los hijos hacia los padre está en la participación de estos en
la paternidad divina (Ef 3, 14); esa piedad se extiende en grados diversos a los parientes.
Los pecados contra la piedad son distintos específicamente.
Los hijos deben prestar ayuda material y moral a sus padres en la vejez, enfermedad y en la
soledad. Cuando los padres no pueden valerse a sí mismos es una obligación grave.
Los hijos se deben mutuamente cariño y ayuda.
2. La familia y la sociedad.
48 SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
La sociedad será lo que sea la familia, porque el hombre será lo que sea la familia. Esto en
términos generales; pueden haber excepciones: padres buenos - hijos malos o viceversa.
La familia está instituida por el Creador para realizar la vocación del ser humano a vivir en
sociedad; por eso la familia es la célula primera y vital de la sociedad.
La familia se rige por la ley de la gratuidad, no por negocio.
Primero surge la comunión conyugal y de ahí la comunión familiar, y esta hace nacer y
crecer a la sociedad.
El modelo de familia que sirve para esto es hacer respetar la ley natural siendo comunidad
de vida y amor. La familia también debe actuar ad extra como familia a la sociedad (por ejemplo,
participando en la política, dando testimonio como familia y promoviendo leyes justas para ella).
3. La familia y la Iglesia.
La familia como Iglesia doméstica está expresada en algunos Santos Padres u tiene origen
en San Pablo y en los Hechos de los Apóstoles. Recoge la imagen el CV II.
La familia construye y revela a la Iglesia. Es una Iglesia en miniatura. El fundamento está
en el sacramento del matrimonio. La familia está unida a la Iglesia por la gracia y participa de la
misión de la Iglesia siendo lugar de culto (Eucaristía, confesión, oración en común) y de
Evangelización. Así participa de la misión sacerdotal, profética y regia de la Iglesia. También
3
GS, 48: Este vínculo sagrado, en atención al bien tanto de los esposos y de la prole como de la sociedad, no
depende de la decisión humana. Pues es el mismo Dios el Autor del matrimonio, al cual ha dotado con bienes y fines
varios, todo lo cual es de suma importancia para la continuación del género humano, para el provecho personal de cada
miembro de la familia y su suerte eterna, para la dignidad, estabilidad, paz y prosperidad de la misma familia y de toda la
sociedad humana. (1603)
Por su índole natural, la institución del matrimonio y el amor conyugal están ordenados por sí mismos a la
procreación y a la educación de la prole, con las que se ciñen como con su corona propia. De esta manera, el marido y
la mujer, que por el pacto conyugal ya no son dos, sino una sola carne (Mt 19,6), con la unión íntima de sus personas y
actividades se ayudan y se sostienen mutuamente, adquieren conciencia de su unidad y la logran cada vez más
plenamente. (1605, 1652)
Fidelidad del amor conyugal: Esta íntima unión, como mutua entrega de dos personas, lo mismo que el bien
de los hijos, exigen plena fidelidad conyugal y urgen su indisoluble unidad. (1646)
Cristo nuestro Señor bendijo abundantemente este amor multiforme, nacido de la fuente divina de la caridad y que está
formado a semejanza de su unión con la Iglesia. Porque así como Dios antiguamente se adelantó a unirse a su pueblo por
una alianza de amor y de fidelidad, así ahora el Salvador de los hombres y Esposo de la Iglesia sale al encuentro de los
esposos cristianos por medio del sacramento del matrimonio. Además, permanece con ellos para que los esposos, con su
mutua entrega, se amen con perpetua fidelidad, como Él mismo amó a la Iglesia y se entregó por ella. El genuino amor
conyugal es asumido en el amor divino y se rige y enriquece por la virtud redentora de Cristo y la acción santificante de
la Iglesia para conducir eficazmente a los cónyuges a Dios y ayudarlos y fortalecerlos en la sublime misión de la
paternidad y la maternidad. (1612-1617)
Por ello los esposos cristianos, para cumplir dignamente sus deberes de estado, están fortificados y como consagrados
por un sacramento especial, con cuya virtud, al cumplir su misión conyugal y familiar, imbuidos del espíritu de Cristo,
que satura toda su vida de fe, esperanza y caridad, llegan cada vez más a su propia perfección y a su mutua santificación,
y, por tanto, conjuntamente, a la glorificación de Dios.
Gracias precisamente a los padres, que precederán con el ejemplo y la oración en familia, los hijos y aun los demás que
viven en el círculo familiar encontrarán más fácilmente el camino del sentido humano, de la salvación y de la santidad.
En cuanto a los esposos, ennoblecidos por la dignidad y la función de padre y de madre, realizarán concienzudamente el
deber de la educación, principalmente religiosa, que a ellos, sobre todo, compete. Los hijos, como miembros vivos de la
familia, contribuyen, a su manera, a la santificación de los padres. Pues con el agradecimiento, la piedad filial y la
confianza corresponderán a los beneficios recibidos de sus padres y, como hijos, los asistirán en las dificultades de la
existencia y en la soledad, aceptada con fortaleza de ánimo, será honrada por todos. La familia hará partícipes a otras
familias, generosamente, de sus riquezas espirituales. Así es como la familia cristiana, cuyo origen está en el matrimonio,
que es imagen y participación de la alianza de amor entre Cristo y la Iglesia, manifestará a todos la presencia viva del
Salvador en el mundo y la auténtica naturaleza de la Iglesia, ya por el amor, la generosa fecundidad, la unidad y fidelidad
de los esposos, ya por la cooperación amorosa de todos sus miembros.
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Luego puede haber consentimiento y matrimonio válido sin amor, pero sería algo indigno, como casarse por intereses
económicos, con una familia adinerada.