Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Biblioteca de PSICOLOGIA'PROFUNI>A-
PauI Bereherie
t, •
Algunos títulos publicados:
20. A. Ganna -PSicoanálisis de 10$ suelfos 54. León Grinberg (comp.) - Prdcticas psi-
21. O. Fenichel- TeorÚl psicCH1na/{ticade coanalíticos comparadas en las psicosis
los neuron! SS. Le~n Grinberg (comp.) - Prácticas ps}
22. Marie Langer -l!faternidod JI seco coanalftlcas comparadas en nilfos JI
24. Ranna Sega! - Introducci6n a la obra
de Metan/e Klein
adolescentes /
56. l. Berenstein - Pdcoandlisis JI semióti.
GENESIS
25. W. R. Dion -Aprendiendo de la expe-
riencia
29. C. G. Jung - Psicología y simbólica
ca de los sueffos
57. Anoa Freud - Estudios psicoanalfticos
58. P. L. Assoun - Frnld: la filosofla y
.
\" DE LOS CONCEPTOS
FIrnUDIANOS
o
del arquetipo los filósofos
30. A. Garma • Nuevas aportaciones al 59. O. Kemberg - La teorfa de las relacio-
ic
. psicoaruílisis de los sueños nes objetales
ém
31. Anninda Aberastury - Aportaciones 61. M. Sapir, F. Rcvcrchon, J. J. Privost
al psicoanálisis de nílfos y otros - lA relajación. Su enfoque
32. A. Guma - El psicOtZndlisis. TeorÚl. psicoanalftico
clínica y técnica 62. W. R. Bion • Semituzrlos de psicoaná-
ad
33. R. W. White. El yo y 10 realidad en la lisis
tearlo psicoanalítico 63. J. Chasscguet-Smirgel - Los caminos 1
35. W. Reich -LA funci6n del orgasmo delanti-Edipo
ac
36. J. Bleger". Simbiosis y ambigiledad -6.4. G. Groddcck - Conferencias psicoaTIIZ-
37. J. Sandler, Ot. Dare y A. Holder.El
paciente JI d analista
líticas para enfumos
65. M. A. Mattoon - El análisis junguiano
j
o
40. Anna Freud - NOTmtllidad y pat%gia de los sueffos
us
en la niflez 6¡'. D. Foulkes - Grom4tica de los nJeffos
41. A. Canna • El dolor de CQbeza. G~ne- 67. Anoa Frcud - El yoy los mecanismos
I
sis psicosomática y tratamiento psi- de defenstl
coanal{tico 68. Heinz Kohut - La restauración del,l-
a
42. S. Leclaire y J. D. Nasio - Desenmos. mismo
ar
carar lo real. El objeto en psicoandlisis 69. W. Reich y otros - Escritos psicoana-
43. D. Liberman y D. Maldavsky - Pdcoa. liticos fundamentales
nálisis y semiótico. Sentidos. de reali-
dad Ji categorizaciones esti/{sticas
44. 1. Berenstein - FamOia JI enfermedad
lp
70. Geor~s Amado. Del nllro al adulto.
El psicoandlisis JI el ser
71. Jcan GuDlaumin -Lossueffosy elyo.
ria
mental Ruptura, continuidlld. creación en la
45. l. Berenstein - El complejo de Edipo. vida psfquica
Estructura JI significación 72.1. Berenstein - hicoandlisis de la n- .
e
,
~:
48. J. Bowtby -Elvfnculoafectivo 76. L. Grinberg • hlcoan4lim. AqJectol
49. J. Bowtby.La separación afectiva
51. E. H. Rolla -Familia JI personalidad
teóricos y clinicos
77. D. J. Feldfogel. y A. B. Zimennan
..
52. 'M. Shepard - Fritz Perll. La terapia (comp •.) • El pslqulsmo del n/Ro en.
guestdltlaz fumo orgánico
53 ..Le6n Grinberg (comp.) - Pr4cticas 78. C. G. Jung - En~tIaz psiquica y
psicoanalíticos comparadas en las neu. esencia del sueffo
rosú PAIDOS
(Contin~a en la último pdgiTIIZ) BUDnOl ~Ires
Barcelone
México
l
Capítulo VI
EL ASOCIACIONISMO INGLES
,':
o
ic
ém
ad
Del nominalismo al sensualismo
ac
A. El nominalismo occamiano
o
Al convertir el problema epistemológico del origen del conocimiento
us
(y por lo tanto la relación entre lo real y el pensamiento) en el corazón
de toda filosofía, es incontestable que Marx y Engels operaron una re-
a
ducción muy fuertemente modemocentrista: en efecto, ése es probable,;,
ar
mente el problema esencial de la filosofía contemporánea, ¡pero tal con-
cepción equivale a olvidar que, en los siglos pasados, la filosofía apun-
lp taba a objetivos mucho más ambiciosos! Lo cual no impide que ese
problema haya sido uno de los temas esenciales de reflexión y de contro-
ia
versia, desde que hubo filósofos o casi desde entonces. La psicología de
er
o
puramente mental, conceptual: las ideas son los signos de las cosas. -En ella es esencial la dimensión empirista y experimental: la ob-
ic
cuanto más abstractas son, más representan una visión global e impre'- servación constituía la fuente única de conocimiento, y el desarrollo de
ém
cisa de esas cosas: de lejos, veo un hombre;. de cerca, reconozco a Sócra- las ciencias positivas sólo resultaba de la multiplicación de los datos re-
tes; el concepto general es una percepción difusa; la percepción clara es cogidos y de las investigaciones experimentales. El progreso del conoci-
la de una individualidad. En última instancia, las generalizaciones no miento se espera de la inducción (BacOli) a partir de un material concreto
ad
son más que palabras (nominalismo), pues las palabras tienen por. fun,- lo más rico posible e incesantemente controlado por la experiencia; no
ción designar esas ideas generales. y al mismo tiempo les confieren una se lo espera, en cambio, de la deducción a partir de principios primeros.
ac
sustancialidad engañosa en la que se originan el idea~is~oy el realis- En tal sentido, el sensacionismo fue a la vez el contexto favorable y la
mO. ilusión teórica del desarrollo de las ciencias experimentales que signaron
o
por cierto, en esa época la oposición de nominalismo y realismo te. ese período; es preciso subrayar su inmenso valor heurístico.
nía un alcance sobre todo místico y político:3 la naturaleza. ¿seguía las
us
-La crítica nominalista se prolongó en la denuncia de las trampas
leyes de un orden razonable que era manifestación ~e l~~ivinidad,e~ el en las que caía un recorrido intelectual no regulado exclusivamente por
que la ciudad y sus leyes ocupaban su lugar entre el mdIviduo y su DiOS, los datos de la experiencia. De ese modo Bacon intentará exorcizar los
a
y el papa se interponía entre el poder real y la ley del universo? ¿O bien, "ídolos" que fascinaban y perdían al espíritu no advertido: ídolos de la
ar
por el contrario, no existía ninguna realidad intermedia entre la omni- tribu (confianza sin crítica en nuestra percepción de las cosas, que tiene
potencia divina y las individualidades singulares, en particular el creyen-
lp
te? El poder temporal aparecía en tal caso como una realidad de hecho,
independiente de la Iglesia, y no como un elemento integrado en la vasta
"más relaci6n con nosotros que con la naturaleza"), ídolos de la caverna
(el sujetivismo espontáneo de nuestro pensamiento, tributario de nues-
ia
tros estados anímicos variados. sucesivos y contradictorios, y de nocio-
visión jerárquica de un universo de razón en el que la voluntad de Dios nes inculcadas por nuestra educación y nuestra cultura), ídolos del foro
er
estaba'constreñida por leyes inteligibles (tomismo). Los nominalistas e- (las trampas.deUenguaje vulgar, "lengua mal hecha", con sus clasifica-
ran en efecto. franciscanos. y su mistjcismo huraño nO se adaptaba a la ciónes de confección, arbitrarias, erróneas y contradictorias), ídolos del
at
teología moderada y al Dios de razón de Tomás Aquino; eran también teatro (el prestigio usurpado de los grandes sistemas dogm4ticos,' pero
M
(enparticular Occam) partidarios del emperador contra el papa; las teori- uunbién de las tradiciones culturales). De modo que en todas partes era
as del contrato social (individualismo político: la sociedad es una reu- necesario reemplazar la inercia de lo tradicional, de lo subjetivo, del sen-
nión de individuos contratantes) y del positivismo jurídico (la sociedad tido 'común, por una observación acrecentada de lo real: iaIes críticas a-
es una realidad de hecho y no una esencia inteligible) se originaron en puntaban particulannente a la "ciencia aristotélica".
susdoctrinas, que sentaron las bases de la idea de una soberanía polftica -En la critica de las cualidades perceptivas (Robbes) es claramente
independientede la fe.4 . visible la influencia sofista y escéptica: las percepciones eran el efecto
Pero 10 que en este punto nos interesa en particular es el impulso de la acción de los objetos de lo real sobre los órganos de los sentidos,
que las tesis, no~inaIistas i?~n a ~arle al ?~miniode la investi~~~ión de modo que sólo imperfecta e indirecuunente correspondían a aquéllos.
científicaYtecmca, Y a la cntlca epistemologica. El rechazo de la Cien- .< Había que cuidarse de hacer, de tales nociones cualitativas, datos (realis-
122 123
'~\.""
i-"
"'. J J
mol de un real que .•in dQda defermaban-profundamente, .como'¡o conÍlr".
maban recientes descubrimientos cientíÍlcos de la época (rotación de la
j ción de ideas-simples-heterogéneas:
cas, etcétera).
nociones morales. jutídicas; estéti-
o
razón, era también el soporte y el medio para el pensamiento abstracto,
sensible, unidad homogénea del tiempo o del espacio; el infinito lejos de
ic
e incluso el lugar donde ese pensamiento se constituía y operaba: "La
ciencia es una lengua bien hecha", dirá Condillac. ser anterior a lo finito que 10 limita, es lógicamente posterior a él y de
ém
él se deduce: sólo se distingue por consistir en una repetición imagina-
Todas esas dimensiones iban a consolidarse en un todo homogéneo
riamente ilimitada del mismo elemento. Así, "el espíritu es una tabla
en la obra de Locke,7 quien, en los últimos años del siglo XVIII, fijó
rasa. el espíritu está vacío, y la sensación lo llena. La reflexión sólo en-
ad
con Írrmeza el sistema de ideas que prevalecerá durante el siglo siguien-
trega lo que ha recibido de la sensación".
te, el siglo "de las luces". La obra de Locke se centra ante todo en una
ac
crítica de la noción de ideas innatas, herencia platónica que acababan de En cuanto a la constitución Íntima. real de los seres. del espacio y
retomar Descartes y los neoplatónicos. A la inversa, Locke se esforzó del tiempo. de ella no tenemos conocimiento alguno, y la vía de la ob-
por demostrar el origen perceptivo de las ideas, que aparecían en su con- servación y la experimentación es la única manera con la que contamos
o
, para encarar lo que explicaria las diversas propiedades de la realidad.8 La
cepción como el elemento fundamental del psiquismo. El pensamiento
us
consistía en operaciones realizadas con ideas; combinaciones, relaciones, I física de Newton, ciencia modelo y guía de la época clásica, demostraba
asociación de ideas; el conocimiento emergía del análisis como la per-
¡ que para realizar una obra útil había que establecer entre los fenómenos
I
a
cepción de una relación (identidad, diversidad, coexistencia, etcétera) en- leyes de correlación, y no intentar una imposible aprehensión de su e-
ar
tre los elementos simples que eran las ideas. Las ideas en sí podían ser sencia. La ciencia ya no consistía en explicar (como todavía 10 intentó
complejas (es decir reducibles a una combinación de ideas simples), o Descartes) sino en crear los medios de prever, y por lo tanto de utilizar,
lp
bien simples e irreductibles, provenientes en tal caso de la experiencia
sensible en sus dos registros: sensación y reflexión (percepción interna
secuencias de acontecimientos regidas por reglas constantes.
Por otra parte, la idea simple era a la vez el elemento del espúitu úl-
ia
de las facultades mentales: memoria. atención, voluntad, etcétera). Las i- timo y representativa de lo real,9 pero. en lo que a este punto concierne,
er
deas complejas eran ya el resultado de un trabajo combinatorio del pen- no sin importantes restricciones. Locke retoma de Gassendi la distinción
samiento; en consecuencia, resultaba posible analizarlas y descomponer- 1 entre "cualidades primeras" (extensión, forma, solidez, movimiento) que
at
las en sus elementos últimos ("atomismo mental"). Locke distingue dos nos representan bastante directamente las cosas tal como son (tampoco
clases de ideas complejas:
M
124 125
da dos ideas. entre' sí. y en este 01T0 campo la certidmñbre píIé<fe"set"lo-
-,--,":.-. . ~ar~et-lffia idea sélo pu"d!, remitir aotra-id",,-y no a-mm.cosa; paraBcE--~--- _-,.-_~=~_
tal. Así, ;esultan opuestas las ciencias ciertas (matemática. ciencias mo- keley la realidad se reducía a los otros hombres y Dios, los únicos ca-
rales y jurídicas) que tratan de los modos, es decir de nociones constantes paces de susCitarla en cada uno ..
y seguras en tanto que convencionales. y las ciencias inciertas. experi-
El idealismo radical de Berkeley preparó así el terreno al escepticis-
mentales, que tratan de sustancias y que dependen de la verificación de la
mo de Hume, quien sin decirlo iba a fundar la psicología asociacionista;
adecuación de nuestras ideas a lo real. Por lo tanto el lenguaje es el úni-
su visión era en efecto más la de un moralista que la de un científico", y
co lugar de la verdad, en el sentido de certidumbre segura de las proposi-
serán los sucesores quienes den carácter positivo a una obra esencial-
ciones, pero su valor representativo es relativo: sin duda esa certidumbre
mente crítica. En él. sin embargo. ya es evidente el deslizamiento: Loc-
no es nula. y nuestras ideas generales no son arbitrarias. pero en ese ám-
ke disertó sobre el entendimiento humano, Berkeley sobre los principios
bito la experiencia y el uso son nuestros únicos maestros.
del conocimiento humano. y en su tratado Hume estudió la naturaleza
humana. Comenzó intentando remediar la dificultad que representa en
o
Locke una presa fácil para el inmateriaIismo de Berkeley. Locke, en e-
C. Berkeley y Hume
ic
fecto, no trazaba ninguna distinción entre sensación e imagen. llamaba
"ideas" a los dos elementos y dejaba flotar ese concepto entre la repre-
ém
El siglo XVIII iba a producir una radicalización de la crítica sensacioms-
sentación y el objeto. Hume opuso las impresiones (modelos percepti-
ta que. al encerrar cada vez más el proceso del conocimiento en el fun-
vos) a las ideas (copias de las anteriores, de las cuales se distinguían por
cionamiento perceptivo y mental del sujeto, se deslizó irresistiblemente
ad
su débil intensidad) de modo que la idea simple era representativa de una
desde el problema epistemológico hasta la institución de una psicología:
impresión y no de una cosa. Las ideas complejas y el conocimiento se
el asociacionismo. En los primeros años de ese siglo se publicaron las
ac
constituían por la acción de una fuerza de atracción. de asociación. en la
obras de Berkeley. Este autor se proponía perseguir las últimas huellas
que se reconocía una facultad mental cuya función le parecía a' H~me
de realismo subsistentes en Locke, denunciando en las categorías de ma-
muy superior a la de la razón: la irnaginación.12 Esa era una ley PSICO-
o
teria, de sustancia. en resumen. en el postulado de una realidad exterior.
lógica que este autor ubica en el mismo plano que la atracción en la físi-
us
una ilusión ilustrada en especial por la distinción perfectamente arbitra-
ca newtoniana: las ideas se asociaban irresistiblemente debido a su se-
ria entre cualidades primeras y cualidades segundas, y también por la
mejanza. a su contigüidad o a un lazo causal que las vinculaba; de ese
transformación de simples leyes de correlación entre fenómenos físicos
a
modo se constituían las ideas complejas. La relación de causalidad, en
en el fenómeno de causalidad que subsumía una sustancia dotada de mo-
ar
particular, abarcaba una parte importante del conocimiento: todas las re-
vimiento. Nada. en efecto, demo~traba"la existencia del mundo exterior y
ferencias y probabilidades en cuestiones de hecho en las que los aconte-
de las cosas externas: sólo tenemos acceso a ideas. imágenes perceptivas
lp
para las cuales imaginamos una causa. un garante exterior a nosotros, de
cimientos pasados (o el testimonio de ellos) conferían una cuasi certi-
dumbre a la previsión (por ejemplo respecto de la salida cotidiana del
cuya existencia no hay ninguna prueba; ser es percibir o ser percibido;
ia
sol). Por otra parte, la causalidad se reducía. no a una certeza a priori
lo demás es pura construcción. Berkeley entiende que la noción de abs- del tipo matemático. sino a las fuerzas de la creencia y la costumbre, que
er
tracción es la responsable de esa trampa: al confundir la noción de sig- nos llevan a inferir un hecho futuro a partir de otro hecho existente, en
no que adquiere un elemento singular verbal o concreto cuando represen-
at
toda"s las figuras planas cuyos ángulos suman. dos rectos, por ejemplo) Además, el hábito o la costumbre sólo puede desempeñar esa función
con una Pretendida categoría general desprendida de toda relación percep- en el conocimiento (génesis de las ideas de sustancia y de relaciones de
tiva particular, se crea una quimera que aparece como el correlato mental causalidad) porque la realidad exterior le da la oportunidad de hacerlo, con
de la esencia desconocida de las cosas. Las nociones abstractas se presen- la repetición de los fenómenos idénticos. Esa repetición de i~presiones
taban en los empíristas (por ejemplo en Locke) como creaciones puras idénticas explica la creencia en la existencia del mundo extenor y de las
del entendimiento, irreductibles pero homólogas a las esencias de lo re- cosas. que imaginamos permanentes en los intervalos d~rante los .cua-
al; Berkeley, en su irimaterialismo místico. les negaba toda existencia. les las percibimos más: así nacen las ideas de sustancla. Del ~lsmo
No hay materia. ni sustancia. ni ideas abstractas: sólo hay ideas singula- modo, la idea de la permanencia y de la identidad de nuestro yo tIene su
res, impresiones sensibles y el trabajo simbólico del espíritu. Por otra origen en la ligazón que se establece entre los estados de conciencia su-
126
í
I
127
L ._. J
ccsivos que lo sustentan .y que- están vinculados por su semejanza; -sU" -. _La psicología-de la asociacién
'\
sucesión y sus conexiones causales; la imaginación crea entonces la fic-
ción de esa sustancia íntima y constante que sería nuestra conciencia. La 1 A. James MilI
asociación de las ideas generaba también, por otro lado, numerosas qui-
meras que no correspondían a nada real y a las cuales la creencia podía I La psicolo.gía asociacionista inglesaI5 de la primera mitad del siglo XIX
adherirse con la misma fuerza que a las imágenes mejor fundadas en el no s~ ongln6 direc.~menteen Hume, 'aunque se haya fundado en gran
hábito y la experiencia. La razón sólo tenía un débil poder para la diso- I medida en sus análISIS. Tuvo su origen directo en un psicólogo materia-
ciación de esos complejos, sobre todo si ellos eran sostenidos por la I
lista inglés, HartIey, cuyas teorías, muy semejantes y ligeramente ulte-
fuerza del sentimiento (supersticiones y mitos diversos). riores, son por lo demás mucho menos inspiradas. Ellas influyeron en
Ya hemos dicho que los análisis de Hume apuntaban más a funda- gran medida sobre Jeremy Bentham, fundador del radicalismo filosófico
mentar los juicios de un moralista escéptico que una psicología: quiso inglés,16 moralista, jurista y político, que tratará de promover su doctri-
o
demostrar la fragilidad de la razón, cuya existencia por lo demás no ne- na. el utilitarismo, como fundamento de una ciencia social y guía del le-
ic
gaba, pero cuyo imperio le parecía muy pobre frente a la potencia de la gislador y del hombre de gobierno. Fue su discípulo James MilIt?
costumbre, del sentimiento y de la creencia, potencia a la cual acompaña quien, en su Analyse du phénomene de l'esprit humain (1829), extrajo
ém
la asociación de las ideas. En el ámbito de la motivación de las conduc- más 'específicamente las consecuencias filosóficas y psicológicas de las
tas humanas, Hume adoptó también una posición escéptica inspirada en ideas de Bentham, descuidando lo mismo que éste las implicancias "fi-
ad
el materialismo de Hobbes: los motores principales de las acciones hu- siológicas" de las tesis de HartIey, y en consecuencia vinculándose más
manas eran la búsqueda del placer y la fuga del dolor. Los juicios mora- directamente a la corriente de ideas que llevaba de Locke a Hume.t8
ac
les, lejos de derivar de una intuición a priori O de un juicio racional, se La psicología asociacionista iba a extender al conjunto de la vida
vinculan con éstos a través de la aprobación o desaprobación que provo- psicológica los principios de la crítica sensacionista del realismo: recha-
can nuestros actos entre quienes nos rodean.13 Así se explican a la vez zo de los conceptos que sustancializaban los datos del sentido comun y
o
su universalidad y su ostensible variabilidad, que depende de las circuns- de ese modo erigían como categorías de: lo real la vivencia psicológica
us
tancias sociales e históricas del ambiente: los sentimientos primordiales, inmediata. Ya hemos visto el efecto de ese ti¡x> de análisis en las nocio-
verdaderos fundamentos de nuestras conductas, siguen siendo los mis- nes de sustancia, modo y causa: apuntaba a reducir lo complejo a ele-
mentos simples y a algunas leyes de construcción. Asimismo, la psico-
a
mos por debajo de diferencias superficiales. También en ese caso es muy
logía asociacionista rechazará las "facultades del alma" que convierten en
ar
reducido el poder de la razón frente a la potencia de las pasiones.
Con Hume. la corriente crítica proveniente del nominalismo alcanza categorías realizadas a simples categorías clasificatorias de los fenóme-
lp
su punto extremo y su equilibrio: poco queda de las categorías etemáS en
las que se fundaba la visión tradicional del mundo, la de Aristóteles, y
nos concretos, y tratará de reducir toda clase de hechos psicológícos a un
pequefto número de hechos simples. Así, J .Mili considera que el con-
ia
poco queda del imperio del logos y de la razÓn que habían estado en la junto de la vida psíquica se reduce a tres elementos:
cima de la jerarquía. La concepción moderna del universo se emplazó en
er
aquella doctrina con firmeza: una realidad exterior incierta y desconocida, -las sensaciones provenientes de los diferentes sentidos;
at
una subjetividad fragmentada en busca de una identidad ilusoria, un co- -la ley de asociación que combina las huellas de esas sensaciones y
nocimiento esencialmente subjetivo y limitado a su eficacia práctica, u- produce el conjunto de los elementos mentales: imágenes, ideas, con-
M
na razón artificial, convencional y siempre dominada por el poder de las ceptos y térrninos generales;
fuerzas instintivas y pasionales, y la fuerza del "sentido común", como -la escala del placer y el displacer, base de todos los sentimientos y
dirán muy pronto los filósofos escoceses,14 para sostener una práctica también de las motivaciones y fenómenos voluntarios, por la mediación
cotidiana y empírica de lo real, mediante la cual se evitaban los sofismas de asociaciones particulares con ciertas ideas (principio de utilidad).
de Berkeley (es decir, se lograba la sustitución de un razonamiento per-
fecto y absurdo según las evidencias del sentimiento y de la costumbre). Examinemos más detalladamente las diferentes piezas de este siste-
De ese momento agudo de la critica provienen el pensamiento moderno ma. La forrna primitiva de la idea es la imagen, copia de las sensaciones.
(a través de Kant, cuya reflexión arranca de ese punto) y los inicios de la de diversos sentidos: J.Mill aftade, a la lista clásica de cinco sentidos (A-
psicología empirista, cuyas bases Hume acaba de asentar. ristóteles), el sentido muscular, que nos comunica sensaciones de ten-
128 129
, ,
si6n o esfuerzo.coYdos grupos. de sensaciones :~rgánicas-,:viscerales.-;-en~l .
conjunto de sus sucesores volveremQS a encontrar esos dos nuevos rótu-
j -sociañ-frresíStí51élhenre las-ioe1fsvíSUa1e-'r(es deciddeas de-color).ZO La
idea de espacio infinito es por lo tanto una elaboración de las ideas de lí-
los. Las innumerables variedades de ideas resultan de la combinación de
nea, de superficie, de volumen resistentes, ideas que provienen directa-
esos estados de conciencia primitivos en los términos de la ley de aso-
mente de ia sensación. De modo análogo, el tiempo se reduce a ideas de
ciaci6n, que se fija siguiendo el orden de los fenómenos naturales. yen
cosas pasadas. presentes. futuras. menos las connotaciones concretas u-
consecuencia en dos planos contextuales: el sincrónico (existencia si-
nidas a ellcfs.en la experiencia sensible. La idea de infinito sólo se aplica
multánea: orden en el espacio) y el sucesivo (orden en el tiempo). Las
al número. a la extensiÓn y a la duración. es decir a dimensiones a las
causas de la asociación se reducen a la vivacidad de las impresiones aso-
cuales el pensamiento siempre pued~ agregar la idea de una unidad más,
ciadas y a la frecuencia de su asociación. Las diferentes facultades menta- .
aumentando en un elemento complementario una"cantidad finita, de mo-
les pasan a ser sólo modalidades peculiares de la asociación de ideas: la
do que la noción de infinito signa el estado de conciencia en el cual la i-
imaginación se reduce directamente a ello, en tanto que la memoria aso-
dea de uno más está asociada de manera recurrente con toda cantidad que
cia el estado de conciencia actual, el estado de conciencia pasado y el
se presenta; el término abstracto «infinito" es la misma idea sin su con-
o
conjunto de los estados de conciencia sucesivos que llenan el intervalo
notación espacial. temporal o numérica. El mismo tipo de análisis pue-
ic
entre ambos puntos; el pensamiento recorre rápidamente la serie de esos
de aplicarse de ese modo al conjunto de los términos abstractos.: se trata
ém
estados y en ese aspecto la memoria difiere de la imaginación. La clasi-
siempre de volver a encontrar las dimensiones sensoriales ocultas de las
ficación asocia por semejanza un gran número de imágenes.individuales
cuales son extraídos mediante el rechazo de la connotación.
análogas. formando de esa manera una imagen global e indistinta, pero
En lo que concierne a los sentimientos. los dos hechos primitivos
ad
inteligible, que sirve 'de base a la denominación, fundamentq del lengua-
son el placer y el dolor; nuestras acciones apuntan a prolongar las sensa-
je, por la cual un signo se asocia a una idea y le sirve de marca. La abs-
ciones agradables y a poner fin a las desagradables; a través de ese meca-
ac
tracción consiste en retirar de una idea compleja (rojo como adjetivo) la
nismo la escala del placer y el displacer regula las motivaciones. las ac-
connotación completa que subyace en el objeto al cual se aplica (lo que
ciones de la voluntad. Lo mismo que las sensaciones perceptivas. las
es rojo); así se obtiene un término no connotativo (el rojo, rojo como
o
sensaciones de placer y dolor dejan una hueHa en el espíritu: la idea de
sustantivo) que sólo puede tener una esencia verbal (se reconoce un aná-
us
placer es un deseo, la idea de dolor una aversión. Estas ideas se asocian a
lisis típicamente nominalista). El juicio consiste en comparar dos clases
las otras: la idea de una sensación agradable futura es una esperanza si no
de. ideas y en reconocer que ellas se aplican a un mismo objeto (ejemplo:
es segura. y una alegria si lo es; al registro de lo desagradable correspon-
a
el uhombre" es un «animal racional"): en consecuencia, abarca las rela-
den el ternor y la pena.
ar
ciones de equivalencia o de englobamiento. En cuanto a la creencia, si
La asociación de las ideas de placer y dolor con la idea de su causa
ella tiene por objeto un hecho presente, se reduce a la sensación (sentir
lp
es creer en lo que se siente) y a un juicio de causalidad que atribuye una
causa común (objeto externo) a un grupo de sensaciones fundidas en un
engendra el amor y el odio. Las causas de placer y de displacer ejercen en
nuestras acciones una influencia determinante. En tal sentido. J. MilI
ia
observa que las causas inmediatas de placer (la comida, por ejemplo) son
todo po~ asociación simultánea. La causalidad reposa en efecto en la aso-
mucho menos interesantes que las causas que él llama alejadas y que,
er
130
131
tambien en-OestecaSo, resuTtárCae'-ás'--ITCiacf(jrles~de--ideaS
particulares yfi- . 'mentt> "POftado-¡'loFel-espfrfiu;-qucerraseendia y estnrcturaba: la experierr- --~
jaso cia.26 La filosofía a posteriori, por el contrario, se proponía analizar
La asociaciórr de la idea de una acción que emana de nosotros, con. la todos los fenómenos mentales y restituir su génesis, reducir así lo com-
idea de un placer obtenido como efecto, produce un estado de "conciencia plejo a la combinación de 10 simpl.e de lo que proviene, hacer retroceder
particular caracterizado por una tendencia a la acción: el motivo. Lo que incesantemente los límites de lo no reductible a la experiencia, la cual a
llamamos voluntad resulta del conflicto de motivos contradictorios, en su juicio estructuraba el conjunto de ia vida mental. Al definir el espíri-
particular de los que procuran un placer inmediato y los que apuntan a tu como "lo que siente", por cierto rechazó del dominio de lo psicológi-
un beneficio más alejado pero más duradero, intenso o exento de conse- co y de lo nervioso la eventualidad de hechos psicológicos inconscien-
cuencias desagradables. De modo que la educación tiene una función im- tes,27 pero sobre todo convirtió la experiencia (es decir, según él, la
portante en el refuerzo de ciertas asociaciones en detrimento de otras. En sensación) en el fenómeno fundamental del psiquismo.
tal sentido se retoma en particular la «aritmética moral" de Bentham: la Iba no obstante a introducir una corrección importante en la interpre-
o
virtud y el vicio se definen por la suma de felicidad o sufrimiento que o- tación de la ley de asociación en la cual se basaba la construcción de las
ic
casionan las acciones consideradas. En ese balance de placeres y penas se entidades psicológicas complejas: a la simple asociación mecánica en
tiene en cuenta lo que experimenta el sujeto de la acción, tanto en 10 in- virtud de la cual los elementos componentes siguen siendo discernibles
ém
mediato como a más largo plazo, pero también el resultado de sus accio- en la globalidad producida, opuso el modelo de la combinación química
nes en sus semejantes. lo que asimismo representa .una consecuencia im- (química mental). tomada del escocés Thomas Brown, combinación cu-
ad
portante, directa (participación simpática en lo que ellos sienten) o indi- yas propiedades son irreductibles a la suma de las partes y en la que el a-
recta (consecuencia para él de las reacciones de ellos). La razón tiene una nálisis tiende más a recuperar una génesis que a explicar lo complejo por
ac
función capital en el cálculo correcto del balance: ella puede a justo títu- lo elemental. Así, introdujo la clase de las propiedades peculiares de la
lo guiar al legislador y a! educador para promover a un hombre mejor y síntesis, lo que preparó el camino al evolucionismo28 y superó una ob-
más feliz, evitando los principios erróneos y «ficticios", como la asocia- jeción principal al asociacionismo (la de los filósofos escoceses):29 el
o
ción sistemática de virtud y sufrimiento. carácter forzado y artificial de sus análisis a los ojos del "sentido común,
us
y por lo tanto la necesidad de un entrenamiento previo para que la con-
B. J ohn Stuart Mili ciencia se habitúara a su método de reducción analítica. Esta teoría "quí-
a
mica" fue, por otra parte, una manera de introducir sin decirlo mecanis-
ar
La obra de J. MilI, por su misma aridez, pone de manifiesto un espúitu mos inconscientes en los hechos psicológicos. puesto que el sujeto ol-
más lógico y sistemático que sensible a las realidades psicológicas. Su vidaba en su totalidad, una vez producidos tales hechos, las partes que
lp
hijo John Stuart Mili hará mucho por introducir un poco más de flexi-
bilidad y matices en ese sistema, cuyos grandes lineamientos continuó
los componían. y sólo podía volver a encontrarlas por medio de una di-
fícil gimnasia del espíritu; Helmholtz habrá de inspirarse en esta idea
ia
Sosteniendo, y que iba a subsistir como base común de la psicología para su teoría de las Hinferencias inconscientes" en materia de percep-
ción.
er
del asociacionismo:22 en efecto, a lCavés del rodeo por la teoría del co- más que un cúmulo de sensaciones (sensacionismo). Stuart Mill edificó
nocimiento, de la cua!, como ya lo hemos visto, provino aquel enfoque, su lógica. Todo conocimiento era en consecuencia fáctico, y el esfuerzo
M
Stuan Mill modificó y enriqueció la psicología de su padre23 en su gran de la ciencia consistía, en todas partes y siempre. en sumar, vincular los
tratado de Lógica (1843).24 hechos entre sí. De ese modo analiza la definición como una proposi-
Situó su intento, como filosofía a posteriori. en una doble oposi- ción que enuncia el significado de una palabra. es decir la serie de ideas
ción, por una parte a! positivismo de Comte (que negaba la posibilidad de la cual es el resumen y que consiste no en la aprehensión de la esen-
de la observación interior, con el antiguo argumento de que el espíritu cia desconocida e incognoscible de los seres, sino en la enumeración de
no puede observarse a sí mismo, de modo que la psicología quedaba re-
ducida a una fisiología injertada en la observación del comportamien-
í la suma indefinida de sus propiedades, tal como ellas se nos aparecen a
través de la experiencia sensible. Una proposición general no es más que
tO),25 y por otro lado a lafilosofia a priori que sostenía la irreductibili- el resumen de la serie de las experiencias particulares de la cual ha sido
dad, en todo acto de pensamiento, incluso el más elemental, de un ele- inducida: el silogismo no llega a su conclusión pasando de lo general a
132 133
------;, -¡,"_0iT, ••
_•• ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡;;¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡;,.
,
I
lpparticul!!r Ácp,nJo c;ualno, scrviría de nada y constitui.!i!!up.ar~petici6n
yno un progteso);'en realidad extrae una conclusión yendo de lo particu-
'-~
I
- .-:- "s~.-U!1(c~omenismo absoluto irispita(l¿)"en Berkeley y~Hume.;~~~4;~~:"'-'
..---
sa la irreductibilidad de materia y espíritu, fundamento del apriorismo.
lar a lciparticular, de la masa de casos observados al caso no observado,
por medio de una f6rmula compendiada y rcmemorativa.30 Los axiomas
I La Idea de matena, en efecto le parece susceptible de análisis en térmi-
i nos de la ídea de una posibilidad permanente de sensaciones. a lo cual
no provienen directamente de una c?<periencia sensible? sino de una ex- 1
periencia mental que retoma, amplía y completa la de los sentidos. Dos puede reducirse la noción de exterio.ridad; sensaciones posibles, agrupa-
i
rectas paralelas no pueden cercar un espacio: sin duda, los ojos Son im- das en configuraciones particulares (objetos) que se suceden en un cierto
potentes para verificar ]a proposición, pero aHí interviene la imagina- orden (causal), conÍmnadas por la actitud semejante a la nuestra que se
ci6n, pennitiendo la contemplación interior de la misma figura geomé~ observa en los otros hombres. Su permanencia indica que las volvemos
trica reprOducida mentalmente y que en tales términos es posible seguir a encontrar idénticas a sí mismas reapareciendo en las condiciones que
imaginariamente hasta el infinito. De modo que también los axiomas surgen, y, una vez que ha nacido en nosotros la idea de causalidad, la exC
son experiencias de una cierta clase. en las cuales la imaginación recon- tendemos a esas posibilidades pennanentes para incorporarles una exis-
o
duce y amplifica el testimonio de los sentidos. tencia independiente de nosotros y causa de nuestras impresiones. En
cuanto a]a idea de espíritu. ella se reduce a una posibilidad pennanente
ic
Así es que toda proposici6n instructiva o fecunda proviene de la ex-
periencia, y la inducción es ]a única clave de la naturaleza. Consiste en de esos estados de conciencia sucesivos (sensaciones) que nosotros expe.
ém
el procedimiento mediante el cual descubrimos las proposiciones genera- ' rimentamos y a los cuales incorporamos una sustancia causal.32 Una y
les, concluyendo que lo que es verdadero respecto de cierto individuo de otra idea reposan en definitiva en la capacidad del espíritu para anticipar
ad
una clase también 10 es para toda la clase; por lo tanto, la inducción re- la experiencia, esperar su posibilidad según las leyes de las asociaciones
posa en realidad sobre el axioma de la uniformidad de la naturaleza, el adquiridas (simultaneidad. sucesión, semejanza. frecuencia. intensidad);
por lo tanto" en última instancia, ellas traducen una vez más la gran ley
ac
que por otra parte proviene asimismo de la experiencia. Esa uniformidad de la asociación,
de la naturaleza da fundamento a la idea de causa, la cual se reduce al or-
den de sucesión invariable de dos fenómenos: al antecedente invariable lo
o
denominamos causa~y al consecuente invariable. efecto. No existe por
us
lo tanto una distinción real entre la causa y las condiciones de un fenó-
Los presupuestos del asociacionismo:
meno~ sino que llamamos causa a la condici6n necesaria, que el efecto
empirismo, individualismo. racionalismo. atomismo
a
sigue incondicionalmente. Para descubrir ese vínculo experimental,
ar
Stuart Mili propone cuatro métodos (concordancia, diferencia, residuos y
variaciones concomitantes) que se reducen por igual al mismo artificio: Es importante delimitar de entrada los caracteres generales que sigilan el
lp
la eliminación de los antecedentes no necesarios para los consecuentes
que se consideran. No obstante, existen hechos naturales complejos e
asociacionismo. puesto que. modificado o enmendado. continuará preva-
leciendo claramente en la psicología científica de fines del siglo XIX, en
ia
indescomponibles:31 la eliminación y por lo tanto el aislamiento, nece- Freud en particular. Si bien. en efecto, esta doctrina represent6 el Conte-
nido po~itivo de un movimento crítico de impacto extremadamente fe-
er
el fenómeno por estudiar (por ejemplo el movimiento de los planetas) ]a constitución de ese nuevo campo positivo que era la psicología. ella
para examinar otros hechos ml\s simples, y después inducir leyes; supo- vehiculiz6 igualmente cierto número de presupuestos que determinaron
M
niendo el concurso de un cierto número de causalidades simples, se dedu- en medida muy considerable la estructura de las investigaciones que ins-
piró.
ce de ellas el fenómeno complejo, con la reserva de que la verificación
tendrá que conÍmnar la predicción. Toda ciencia aspira a convertirse en El primero de tales determinantes es desde luego el empirismo sensa-
cionista. que concibe al espíritu en su inicio como una hoja en blanco,
dedUctiva y a resumirse en unas cuantas propo~iciones generales, pero
los primeros pasos de toda disciplina científica son y siguen siendo in- una tabula rasa, a la que sólo la experiencia perceptiva va a dar forma,
ductivos durante mucho tiempo; cuando no se emplea el método Correc- proveyéndole la totalidad de su contenido. Incluso aunque el sensacionis-
to. el conocimiento permanece inmóvil. mo haya estado en Su origen ml\s preocupado por la epistemología que
por la psicología. tendía intensamente a presentar al nirio en su naci~
Desde el punto de vista metafísico, Stuart Mili se ve llevado a profe-
miento Como desprovisto de todo conocimiento del mundo exterior y~ en
134
135
consecuencia. de todo interés. en él, por lo tanto. habrá que recoftStituir
el descubrimiento de la exterioridad, de los objetos externos como alteri- 5 ef. E. Bréhier: Histoire ...• tomo lI, fasc. 1, el siglo XVII.
dad, a partir de una pura mónada. 6. Cf. E. Largeault: Enquete sur le nominalisme, 1971.
Un segundo determinante esencial era el individualismo. que concibe 7. Cf. E. Bréhier: Histoire ..., tomo n, fasc. 1; F. Dechesnau: L'empiris_
me de Locke. 1973.
al espíritu como primitiva y esencialmente independiente del orden rela-
cional y social. También en este caso una perfecta mónada tiene que ex- 8. Allí se encuentran las ideas que fundamentaron. el trayecto clínico en
Sydenham. y que Locke extiende a todo conocimiento. Cf. supra,
traer de sí misma su investición de las relaciones humanas. al igual que
primera parte. y P. Bercherie: Les fondements ..., cap.!.
valores y conductas colectivos que aparecen de entrada como un orden.
9. Cf. la famosa sentencia sensacionista: Nihil est in intellectu quod
segundo. casi artificial. en la estructuración del psiquismo. . non prius fuerit in sensu.
Otro .punto es preciso subrayar: el racionalismo que domina esas 10. Locke atribuye las cualidades segundas a movimientos de corpúsculos
concepciones y que asimila sistemáticamente la actividad psíquica a mo- minúsculos.
o
dalidades más o menos complejas del juicio. y los contenidos psíquicos 11. Pronto Berkeley se va a arriesgar a esa concepción. que no constituye
ic
a categorías más o menos elaboradas de imágenes. Las representaciones más que el extremo sofístico de esta misma posición doctrinaria.
mentales (como dicen los alemanes) y sus vínculos, aparecen como la e- 12. Desde Platón y Aristóteles. era clásico atribuir la memoria y la ima-
ém
. sencia del funcionamiento mental. Si bien. por lo tanto, el "ideísmo" ginaci6n (cf. Malebranche) a asociaciones de imágenes .
sensacionista tiende a reducir las formas más elevadas de la actividad 13. Esa es la tesis de la "simpatía" tomada de Hurcheson y que, a través
de Adam Smith impregnará el utilitarismo.
ad
mental a leyes simplificadas de la asociación. es igualmente proclive a 14. Cf. infra. cap. 7.
presentar como modelos del psiquismo total el funcionamiento de la
15. Por 10 demás. como ya lo hemos visto, en Hume subsiste una razón
ac
conciencia en sus aspectos más claros. y una fórmula casi algebraica del autónoma, junto a la mecánica asociativa. mientras que el asocia-
razonamiento. cionismo se encierra precisamente en su reducción de todo al fun-
Finalmente. se puede observar el carácter que las críticas de fines del cionamiento común. Cf. in/ra. caps. 7 y 9. la reacción espiritua-
o
siglo XIX (Brentano, Bergson) denominarían el "atomismo" mental de lista y la síntesis evolucionista.
us
los aSbciacionistas. Allí también está, por cierto simplificado. el mode- 16. Sobre J. Bentham. sus doctrinas y su evolución. cf. E. Halevy: La
lo implícito del razonamiento. que tiende a fragmentar la actividad psi- formation du radicalisme philosophique en Angleterre. 1901-
cológica en elementos simples (imágenes. ideas. representaciones) com- 1904; cL también M. Foucault: SurveilIer et Punir, 1975.
a
binados a continuación mecánicamente. Veremos que los espiritualistas 17. En 10 que concieme a James Mill y a John Stuart MilI. mi exposición
ar
comenzaron a reaccionar al aspecto pasivo del funcionamiento mental a- sigue a la notable obra de T. Ribot: La psychologie anglaise
contemporaine. 1870.
sí reproducido. lo mismo que a la ocultación de su aspecto sintético. y
por 10 tanto activo. También ellos mismos quedaron largo tiempo pri-
lp 18. Tampoco debe descuidarse la influencia en J. Bentham y J. MilI de
los sensualistas franceses (ide610gos): las ideas inglesas se adap-
ia
sioneros de ese elementalismo y de la transparencia racionalista de la taron inicialmente al continente. antes de volver a su regi6n de o-
concepción de esos átomos psíquicos que son las imágenes.
er
precedente.
20. En este punto MilI retoma y hace más complejo un análisis célebre de
NOTAS Berkeley: su teoría de la visión; negando al ojo la visión del es-
pacio. atribuye la impresi6n espontánea de verlo a una asociaci6n
1. Cf. Gilson: La philosophie du Moyen Age, 1944. indisoluble de sensaciones coloreadas (las únicas que percibiría el
2. Cf. E. Bréhier: Histoire de la philosophie. ,tomo l. fasc. 1. ojo) y táctiles.
3. Cf. M. Villey: La formation de la pensée juridique moderne. 1975. 21. Se da la oportunidad de consideraciones educativas. pues la escuela u-
parte ll. tilitaria apunta siempre a resultados prácticos en sus análisis.
4. Cf. M. Villey: La /ormation ...• partes lB. l~ Y V; L. Dumont: La 22. Además de T. Ribot: La psychologie ...• ya citada. cL el excelente
conception moderne de ['individuo 1965. estudio de H. Taine: Le positivisme anglais, étude sur Stuart Mill.
1864. recomendado por el propio Stuart Mill.
136
•
137
•
-_II!!!!!!!!!!!!!!!!!!!O!!!!!_ •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• =====~-- I
23. A~i:p~a'"d~=- "la- iilea
{;n"eje~pi~:-srbfe~-StÜarr'M-m ~ed~ce dd -espa- T-
J
",-..~'.-'-'."='~--,"'-'---
~ " " .- . :~~.,.. =.-;'7--"';.~¡-=-.;.o"",,-
Capítulo VII
cio. lo mismo que su padre, a sensaciones musculares, opone el
espacio pleno o extendido (que se origina en la sensaci6n de resis-
tencia) a la noci6n más fundamental de espacio vacío o distancia MATERIALISTAS Y ESPIRITUALISTAS FRANCESES
(que deriva de un fenómeno sucesivo y no sincrónico. el del movi-
miento muscular no impedido. y por lo tanto se reduce en defmiti-
va a una idea de tiempo).
24. J. Stuart Mil1: Systeme de logique ~nductive et déductive. 2 tomos.
París. Germer-Baillere, 1865.
25. En este caso se trató de la primera 'neuropsicología, la frenología de
Gall. Cf. in/ra, cap. 7.
26. Evidentemente, Stuart MilI pensaba en Kant como modelo de esta 0-
o
rientaci6n filos6fica.
ic
27. Veremos que esto es lo que diferencia a la corriente inglesa, la cual, a
través de Locke. se vincula ~n Descartes, de la corriente alemana,
ém
heredera de Leibniz vía Herbart.
28. Cf. in/ra, cap. 9.
29. eL infra. cap. 7.
ad
30. En realidad, Stuart MilI pensaba que la mayoría de los razonamientos Condillac y el análisis
extraen directamente conclusiones de particular en particular y por
ac
lo tanto consisten en inferencias y no en inducciones. Por otra La filosofía sensacionista inglesa ejerció una influencia preponderante en
parte es así como entendía que razonaban el niño -Y el animal (en Francia durante todo el siglo XVIII. Si bien la empresa cartesiana, hasta
lo cual también se perciben los rudimentos de un pensamiento e- ese momento dominante parecía eClipsarse progresivamente. es induda-
o
7
volucionista). ble que la manera muy peculiar en que las ideas de Locke iban a implan-
us
31. Se trata en particular de la mayor parte de los problemas psicológicos tarse y modificarse entre los filósofos franceses de Ímes del siglo XVIII
concretos. y sobre todo de esa ciencia del carácter. o etología, que
y después del principio del XIX determinó que en ese mismo ámbito
Stuart MilI quería promover.
a
subsistieran principios del pensamiento de Descartes: lo observaremos
32. Stuart Mill permanece más indeciso y dubitativo en lo que concieme a
ar
su teoría del espíritu que en lo que respecta a la materia. Finalmen- con respecto a las c.Iiferentes corrientes de las que vamos a ocupamos.
te tenderá a admitir la irreductibilidad de la memoria como esencia Así, si bien Condillac1 retomó a grandes rasgos los principios del
del yo. pero no llega al límite de su propio pensamiento"lp empirismo inglés (sensacionismo. análisis de las ideas, utilitarismo. fe-
nomenismo y relativismo en ]a ciencia). introdujo en dos puntos esen-
ia
ciales una preocupación racionalista que traducía la influencia del carte-
er
138 139
- ~ sensación Se-cáiiVlerte-a-=su"':'vezeñ~exc1üsiva-, otra 'vez hay allí atenci6ñ: observación:--tal'es-claesenciadel análisis,.y éSte fue el método que guió.--
pero subsiste el recuerdo de la precedente y la capacidad de sentir se di- a Condillac en sus intentos psicológicos.'
vide entre la sensación nueva y la antigua: ésa es la memoria, Si la esta- Pero para permitir que el pensamiento abarcara con su poder las ideas
tua presta atención simultáneamenie a dos sensaciones, hay compara- y superara el razonamiento espontáneo (pensamiento de los animales
ción; si percibe diferencias o semejanzas. tenemos el juicio; de la reite- o del niño), para llegar al análisis, era indispensable que ese pensamien-
ración del juicio surge la reflexión. Si la atención se dirige a un objeto to tuviera acceso a los signos dclleriguajc. y en esto consiste la segunda
ausente y lo siente como presente, allí está la imaKinación. Por otra corrección de Condillac a Locke. El pensamiento abstracto y la ciencia
parte, toda sensación es agradable O desagradable, y por esa vía intervie-., sólo pueden operar en el nivel del lenguaje, y la ciencia está constituida
ne la "organización" (organismo) en la vida psíquica para su conserva- por enunciados, cuya validez. es decir su adecuación a los fenómcnos.5
ción y la satisfacción de sus necesidades; el recuerdo de algo agradable debe ser verificada cuidadosamente, por descomposición y síntesis.
que falta actualmente es la necesidad, y engendra una tendencia, el deseo, Puesto que una proposición exacta es en última instancia una proposi-
o
por el cual el alma dirige todos sus sentido~ y su atención hacia el obje- ción idéntica,6 todo está basado en la corrección de la definición de las
ic
to fallante; los deseos intensos y continuos se convierten en pasiones. palabras (y por lo tanto en su vfneulo adecuado con los fenómenos) y en
la exactitud de las proposiciones (es decir del vínculo de las palabras en-
ém
Si uno juzga que puede obtener el objeto, tiene esperanza; si se está se-
guro de alcanzarlo, obra el querer. Finalmente, la estatua adquiere la idea tre sí). "Una ciencia perfecta sería una lengua bien hecha:'?
de la duración por la sucesión de las sensaciones que experimenta. Tiene Vamos a examinar ahora el objeto propiamente dicho de este capítu-
ad
la idea del yo, que es la colección de tales sensaciones, y de las que con- lo, que es la posteridad de CondilIac, posteridad crítica por otra parte, pe-
serva el recuerdo; sin embargo, no puede distinguir el exterior y su pro- ro que prolongó su metodología' y su preocupación por fundar la filoso-
ac
pio cuerpo más que por medio del sentido del tacto, el único que aporta fía en una psicología positiva.
la idea de extensión y que diferencia los objetos externos (una sola sen-
sación de contacto) del cuerpo propio (doble sensación de contacto). A
o
continuación el tacto instruye a los otros sentidos. que a su vez, apr<i;n-
us
den a sentir el e~acio y el tamaño. El materialismo psicofisio16gico
Todas las facultades mentales, tanto las del entendimiento (atención,
a
comparación, juicio, reflexión, imaginación, razonamiento) como las de , A. El materialismo moderno
ar
,la voluntad (necesidad, deseo, esperanza, querer), y por lo tanto el con-
junto de los elementos que componen lo que Condillac llama la facultad El materialismo moderno, que considera al espíritu como un aspecto del
de pensar. no son más que sensaciones transformadas.
No insistiremos en este análisis muy formalista y totalmente lógico; lp funcionamiento del cuerpo. y más particularmente del sistema nervio-
so.8 se originó en el inicio de la época clásica con Hobbes, quien prc-
ia
señalemos al pasar su afmidad con las ideas de J. Mill que, como ya lo tendia explicar todos los aspectos de la actividad psíquica en térmiflosde
movimiento de los fluidos en el organismo y, como ya lo había hecho
er
hemos dicho, fue muy influido por ciertos discípulos críticos de Condi-
llac (en particular por Destutt de Tracy).3 Es más interesante aislar y e- Galeno, ubicaba la sede del espíritu en el cerebro. No obstante, también
at
xaminar el método que utiliza Condillac, el análisis, que continuará gra- se debe tomar en cuenta la muy importante influencia ejercida por la o-
vitando considerablemente, incluso en pensadores que rechazaban mu- bra de Descartes en el desarroIlo de esta posición. Su dualismo es, en e-
M
chas de sus ideas (en primer lugar los ideólogos, pero también Lavoi- fecto, un semimaterialismo: los animales le parecen máquinas muy
sier, Vicq d'Azir O Pinel, por ejemplo). Condillac entendía que todo co- complejas cuyo funcionamiento se esclarece mediante el conocimiento
nocimiento científico era el resultado de un trabajo del espiritu a partir de las acciones reflejas; el cuerpo humano es una máquina del mismo ti-
de la observación de los fenómenos tal como surgen en la sensación, po, salvo que está subordinada a un alma inmaterial. La psicología car-
trabajo que trataba de introducir sistemáticamente en esa observación un tesiana,9 much~ más compleja que la de Hobbes, analiza detenidamente
orden que separara sus diferentes elementos, que los comparara y dife- las relaciones cntre alma y cuerpo, tanto en lo que concierne a la percep-
renciara entre sí, que los clasificara siguiendo sus semejanzas (géneros) y ción, la memoria y 13 imaginación, como en el estudio de las pasiones.
diferencias (especies). Descomposición en elementos simples, recompo- a través de las cuales el cuerpo afecta al alma. El desarrollo ulterior de
sición tendiente a reconstruir el todo y regulada a cada instante por la las tesis matenalista~puede considerarse como un esfuerzo por superar
140 141
I I~ .,_
t:. el dualismo cartesiano, asimilando.el-hombre al animaPO y el- alma in- .- 'miento-; 1aacción'.de lo moral sobre lo físico, deralma sobre "r cuerpo", •
a
material .un aspecto panicular del funcionamiento cor¡X)Iil: .- .
no era por otra parte más que un caso particular de esa acción simpática
Ese es uno de los elementos que explican la afinidad de siempre entre de los órganos.
1I materialismo y sensacionismo. Al rechazar toda trascendencia del espíri- Pero a Cabanis le inteTCS<lbasobre todo poner de manifiesto la acción
tu, sea que se trate de contenidos (ideas innatas) o de principios (catego- de lo físico sobre lo moral. La edad, el sexo, el temperamento Oa cons-
rías a priori), y reducir la actividad mental a la sensación, la memoria y titución física), las enfermedades, el "régimen" (temperatura, peso, grado
la asociación dc ideas, funciones todas fácilmente interpretables en tér- de humedad, composición del aire del ambicnte; alimentación, sustancias
minos materialistas, la psicología sensacionista preparo incuestionable- narcóticas, bebidas, estados de movimento o reposo, trabajo), los cli-
ment~el camino del materialismo. Pero es preciso no olvidar que hubo mas, influían de manera escncial en el alma y en los fenómenos de la
l' tal vínculo sólo en cierto sentido: el sensacionismo tendía por lo menos inteligencia, lo mismo que cn la voluntad; cl estudio detallado dc esas
en igual medida al fenomenismo y al inmaterialismo, como lo atesti- diferentes categorías representa por otra parte la mitad de la obra de Ca-
guan Berkeley, Stuart Mili o Mach.
banis. De ese modo apunta a cuestionar la noción del espíritu como ta-
o
Todos los materialistas del siglo XVIII fueron también asociacionis- bla rasa, tal como Helvecio en particular la había tomado de los sensa-
ic
tas y utilitarislaS. Por otra parte, eran casi todos médicos, y se debe su-
• cionistas para fundamentar, en la concepción de una maleabilidad total
ém
brayar la importancia esencial del desarrollo de los conocimientos anat6~ del psiquismo ante las impresiones externas, una verdadera omnipotencia.
micos, fisiológicos y patológicos para el progreso de esa corriente de de la educación. Por lo tanto Cabanis rechazó esa psicología por com-
pensamiento y el efecto creciente de su influencia. Ya hemos hablado de pleto mental como lo era la de Condillac. Para él, el desarrollo del pen-:'
ad
Hartley, el "padre del asociacionismo inglés" (J. Mili), pero iban a ser samiento dependía en gran medida dcl organismo, de la "pulpa cerebral"
sobre todo los franceses quienes popularizanan Sus doctrinas.!t Mencio- en primer término, pero también del conjunto de los órganos. En efecto,
ac
naremos rápidamente a La Mettrie y Helvecio antes de dar cuenp< de la junto a las sensaciones externas (en las que tanto insistieron los sensa-
obra capital de Cabanis, que puso su sello en los últimos aflos del siglo cionistas) existía un mundo inmenso de sc"nsaciones intcrnas, más o
XVIII. 12
o
menos claras para la conciencia, pero dc influencia preponderante en el
us
pensamiento. Ellas dominaban por cierto el instinto,I3 esa reactividad
B. Cabanis
primitiva y hereditaria que traducía el desarrollo y el estado de los órga-
nos, pero también, más oscuramente, la conciencia y el curso de las ide-
a
Las tesis de Cabanis se fundaban en la observación de los fenómenos fi-
as, que dichas sensaciones internas dete.rminaban por otra parte a través
ar
siológicos (acciones reflejas, irritabilidad neuromuscular, motricidad es- de ligazones que establecían con las sensaciones externas y en recuerdo
pontánea y autónoma de las vísCeras) que apuntaban a la existencia de u-
f
na sensibilidad orgánica independiente de la conciencia, lp
de una "sensibi.
lidad sin sensación" y por lo tanto de una reactividad propia de los órga-
(imágenes de alimentos para la nutrición, por ejemplo). Además los ins-
tintos ejercían una influencia muy importante en esa voluntad conscien-
ia
te que Cabanis, antes de Maine de Biran, identifica con el yo. Finalmen-
nos vivos. La sensibilidad y el movimiento resultantes constituían a su
te, las sensaciones internas que tienen su sede en el cerebro mismo se
er
1 traba en el sistema nervioso, que penetra y regula todas las partes del or- el orden de la realidad externa.
ganismo. El cerebro aparece entonces como el órgano del pensamiento y
M
JI
l
seguían siendo psíquicos. pero cuyo grado de c'onciencia era débil o nu-.
lo. Veremos salir a la luz del día en el marco de otras concepciones
de Herbart o la que Helmholtz tomó del "quimismo" de Stuart Mili) la
(la orden, Gall fue elpriinero en es-rablecer la fu;:;~ión fundamental de la
materia gris en el funcionamiento nervioso; localizaba las funciones in-
idea de hechos psíquicos inconscientes.
telectuales y mentales en el nivel del c6rtex cerebral, que concebía como
Observemos por otra parte que esa primera corrección al empirismo un conjunto pluriorgánico en el- cual se arriesgó a delimitar territorios
sigue de cerca al pasaje de la teoría del conocimiento a la psicología pro- correspondientes a una lista arbitraria de veintisiete facultades que a su
piamente dicha, campo en el que el problema del cuerpo es una cuestión juicio resumían la naturaleza 15 del hombre, desde el gusto por el com-
permanente. En adelante no se podrá aflojar el lazo que unió a la medici- bate hasta el talento poético, pasando por diversas memorias y la .capaci-
na, la fisiología, en particular la del sistema nervioso y los estudios psi- dad para el lenguaje articulado. Partiendo de la postulación de un parale-
cológicos; esa vinculación fundamentó una de las grandes corrientes de lismo entre las superficies corticales y las craneanas. y de una relación
la psicología moderna. En lo inmediato, varias líneas de pensamiento se de proporcionalidad entre la importancia funcional de un tenitorio y su
relacionaron con la obra de Cabanis:
volumen, Gall diagnosticaba los dones, los talentos y los defectos de ca-
o
da uno mediante la palpación del cráneo (nos ha quedado de él la "protu-
ic
-En primer lugar, la psicopatología. Pinel está muy impregnado berancia de la matemática") y creía poder aislar una monomanía Corres-
ém
del pensamiento de los ide610gos; si bien su doctrina de la alienación
pondiente a cada una de las facultades de su psicocaracterología, con la
mental no es "anatomista" como aquella a la que se inclinaba Cabanis, protuberancia respectiva en el cráneo del alienado. Su obra profética pero
no deja de ser fundamentalmente somatista y pSicofisiológica, como lo prematura, incluso charlatanesca, no iba a sobrevivir, pero a través de
ad
he demO$tI'ado en otra parte. En adelante los alienistas franceses conci-
Broussais y Bouillaud llevará a Broca a descubrir los centros corticales
bieron el psiquismo como una funci6n cerebral. Se le podía aplicar en del lenguaje y del predominio hemisférico, punto de partida de todas las
ac
consecuencia la idea que Claude Bemard tomó de Broussais y de Auguste investigaciones de la segunda mitad del siglo XIX acerca de las localiza-
Cornte para fundar la medicina experimental: los mecanismos dé'lo pa- ciones cerebrales.16
tológico y de lo fisiológico sólo presentan diferencias de grado, siendo la
o
patología una especie de experimentación fisiológica natural. En este
us
punto se fundó una tradición, sobre todo francesa, para la cual la psico- El positivismo de Auguste Comte es fundamentalmente una teoría
patología se convirtió en la ciencia guía de la psicología; Freud la reci- empirista del conocimiento (la ciencia apunta al descubrimiento de las
a
birá directamente a través de Charcot. leyes de correlación entre los datos del orden fenoménico y no tiene ac-
ar
-Richard, por otra parte, aunque lo silenciara sin duda por razones ceso alguno al plano de las esencias), pero su concepción de la psicolo- 11
políticas, sufre evidente y directamente la influencia de Cabanis, lo mis- gía se apoyó considerablemente en las ideas de Gall. Rechazó el método
mo que, indirectamente, y en este caso de manera confesada. la de PineL
Va a retomar la sustancia de las ideas de Cahanis al introducir un Corte y
lp introspectivo: la inteligencia, según él, no podía tomarse a sí misma
Como objeto sin modificar correlativamente su funcionamiento; 17 el ac- ,;1
ia
una dualidad allí- donde éste. en su monismo, veía un continuo. Así. o- ceso directo a la esencia de una realidad cualquiera, y con mayor razón el I-Ji
acceso a ella misma, le resultaba por otra parte imposible. De modo que
er
enraizan las pasiones, a la vida animal (funciones sensoriales y motri- de las ciencias naturales: la observación de los fen6menos externos, es
ces), intermitente (sueño) y fuente de la inteligencia y la voluntad. Vere- decir el estudio del comportamiento. Además Comte la consideraba una
M
mos más adelante las consecuencias de esa distinción en la obra de Mai- rama de la biología, I8 y veía en la frenología, con su intento de objeti- "
o
listas. " exterioridad a la voluntad, a la resistencia que ella encuentra en la mate-
ic
ria. No obstante, Destutt de Tracy sigue definiendo el yo en términos
ém
sensacionistas, corno el conjunto de las sensaciones que el alma puede
experimentar y de las que se acuerda
Los espiritualistas
ad
Otro ideólogo, Laromigui~re,25 orientó la crítica de Condillac en un
sentido análogo, al distinguir tajantemente, en la percepción, la sensa-
A. La ideología racional ción pasiva (ver, oír) de la atención activa (mirar, escuchar), Jl')I' la cual
ac
el alma, mediante un acto voluntario, hace claro y distinto lo que se pre-
CondiJIac creía poder fundar la filosofía en una psicología que proveyera senta en una confusión indistinta. Era la atención, la única facultad acti-
o
las bases teóricas y el método. Sus discípulos, los ideólogos,21 conser- va, la que daba origen por una parte a la comparación, y por lo tanto al
us
varon el concepto de que la teoría del espíritu, que él prefería llamar ide- juicio y al razonamiento, y por otro lado al deseo, concentración del al-
ología, debía constituir la base de una teoría moral, fundamento de la ac- ma en un objeto para obtener su goce, y sus correlatos: la preferencia
!
"
ción política y pedagógica progresista y liberal que se proponían promo- (comparación de los objetos del deseo) y la libertad. 1'"
ti
a
ver. Ellos ejercieron una influencia dominante durante la gran Revolu-
ar
ción, en particular a partir de Termidor, y al principio creyeron hallar en De ese modo se fue introduciendo lentamente, entre pensadores que
todavía pretendían ser simples ~iscfpulos de Condillac, la reivindicación
Bonaparte un aliado todopoderoso y ganado por sus ideas. Muy pronto
volvieron a encontrarse en la oposición; lp
estos republicanos anticlericales
de una actividad espiritual fundamental e irreductible. Los ideólogos fue-
ron en efecto la fuente de la corriente de pensamiento que iba a dedicarse
pasarían a ser rápidamente la bestia negra del Imperio y, después, de la
ia
directamente a destruir la influencia de aquéllos. Maine de Biran era por
Restauraci6n. regímenes que convirtieron a sus críticos espiritualistas en
er
filósofos casi oficiales. otra parte amigo de Tracy, y al principio formó parte del grupo, antes de
que el espiritualismo reconociera en él a su fundador.26
Ya hemos hablado de la ideología fisiológica, es decir de Cabanis.
at
cional (la distinción entre ambas ramas por otra parte le pertenece), reto- B. Maine de Biran
mó y eorrigió el proyecto de Condillac. Aunque también para él se trata-
ba de intentar un análisis de las facultades del alma, trabajó menos como Aunque con toda evidencia se inspiró en Cabanis, Tracy y Laromigui~e,
genetista y lógico que como fenomenólogo, y se aplicó a diferenciar para una obra que en lo esencial pretendía ser una crítica de Condillac y
facultades primitivas e independientes, elementos últimos22 que el aná- del sensacionismo, Maine de Biran, desde sus primeros escritos, pensó
lisis ponía de manifiesto, pero que no podía superar y reducir (a "sensa- en el interior de un dualismo de inspiración cartesiana apoyado en una e-
ciones transformadas"; por ejemplo). Así reconoció cuatro modos funda- xistencia de neUIÓpata27muy inclinado a la introspección. En efecto, él
mentales e irreductibles de la sensibilidad: percibir, recordar, juzgar y no describe, analiza y clasifica los fenómenos partiendo de una observa-
querer; ese análisis de las facultades del alma fue elásico en Francia du- ción análoga a la de las ciencias físicas; no es ase como aspira a encon.
146 147
trar la clave-de-,Jas-realid?des del espíritu, sino en las revelaciones-inme- lo dado,~o generalldoasí "esas ideas arquetipos de conjuntO; -de armonía
diatas del sentido íntimo, en virtud del cual los hechos psicológicos des- y de belleza".
cubrían directamente su esencia a la introspección. La primera conclu-
sión que extrajo de esa postura fue la oposición en el alma de una clase Ahora .bien, las manifestaciones de las facultades activas se reducen
de fenómenos sufridos (sensaciones, ideas, sentimientos), a la cual eran todas a uri acto único: el querer, inmediatamente percibido por la con-
particularmente aplicables los análisis objetivan tes, y por otro lado una ciencia como esfuerzo activo y como idéntico al yo. De modo que la
vivencia inmediata, irreductible: la de una fuerza actuante y voluntaria sensación de esfuerzo es el hecho primitivo de la conciencia, del sentido
con la cual se identifica el yo. Esos dos registros heterogéneos eran el de íntimo. No se trata sólo de que en él se funde la dístinción del no-yo y
la materia (para el caso, el cuerpo y sus correlatos mentales; cf. Caba- el yo (como ya lo habían afIrmado los ideólogos); es también la expe-
nis) y el del espíritu (realidad "hiperorgánica" inaprehensible por los riencia única para la conciencia de una fuerza y de una causalidad inme-
procedimientos de la observación externa). Pero Maine de Biran,.si bien diatamente percibidas y vividas, y no construidas deductivamente o por
inducción. Es esa experiencia primordial la que funda nuestra creencia en
o
en el plano de los conceptos y esencias concibe tales registros como
el mundo exterior, en las fuerzas, en los seres yen las causas que adivi-
ic
fundamentalmente distintos, en el nivel práctico encuentra que esas dos
realidades están siempre asociadas y son interactuantes; a continuación namos en juego detrás del orden de los fenómenos a los cuales sólo te-
ém
se esforzará por analizar esa interacción y atribuir a .cada una de esas dos nemos acceso en la experiencia sensible. No nos detendremos en el mo-
sustancias lo que le corresponde en los hechos psíquicos. do en que la misma cadena de pensamientos condujo a Biran a Dios y a
la última fase, mística, de su obra ÍJ1osófica.
ad
Un primer'estudío,L1'!f1uence de l'habitude sur la/acuité de penser
(1802) le permitió enunciar y precisar sus ideas. Consideraba, en efecto, Del mismo modo que opuso la imaginación pasiva a la combinación
ac
que el hábito tenía consecuencias muy diferentes en nuestras facultades activa, el deseo pasional al querer, Maine de Biran diferenció también el
pasivas, que alteraba y debilitaba poco a poco hasta borrar completa- lenguaje interjectivo espontáneo de la lengua como sistema organizado
mente las impresiones sensibles suscitadas por aquellas facultades, por de signos. En efecto. 10 que caracteriza al signo es su intencionalidad,
o
un lado, y por el otro en nuestras facultades activas, que adquirían en en virtud de la cual el sujeto dispone de él y se siente causa de su discur-
us
virtud de él más nitidez, prontitud y seguridad, exigiendo menor esfuerzo so. De modo que el principal instrumento del pensamiento sólo funcio-
-lo que por otra parte tendía a suprimir las diferencias y a reducir lo na por el imperio que permite que el individuo ejerza sobre sus propias
•
a
voluntario a lo automático y a lo espontáneo-. Así se delimitaban cla- ideas; sea cual fuere. por otra parte. el origen del lenguaje. su funciona-
ramente los dos dominios: el del cuerpo, con sus sensaciones. sus emo- miento interno en el sujeto reposa en esa misma facultad activa e inteli-
ar
ciones. sus necesidades, sus deseos-y sus pasiones, y el del espíritu, im- gente que interviene en la construcción del pensamiento y que en este
lp
preguado del carácter voluntario del esfuerzo en sus manifestaciones: la
percepci6n (sensación reconocida), el pensamiento claro y distinto, la
caso entiende. concibe e impone los signos a las ideas.
Es esencial precisar un punto fundamental de la teoría de Biran. que
ia
memoria activa y el acto de querer. Del mismo modo, así se demostraba por otra parte también puede encontrarse en todos los dualismos, pero
su incesaI"lte colaboración:. a la sensación. hecho puramente pasivo, es-
er
que se presenta más puro en el de este autor que en todos los otros; vol-
pontáneo, sufrido, se superponía la percepción, en la que se manifestaba veremos a hallar su influencia en las concepciones psicopatol6gicas ins-
at
la atención voluntaria y la acción de los sistemas musculares ligados a piradas en el espiritualismo (cf. Baillarger). Se trata del aspecto básica-
los órganos perceptivos, que hacían la impresión más clara y distinta mente conflictual de la relación entre las dos sustancias o los dos modos
M
cuanto más complejos y eficaces fueran (en tal sentido, la vista se opo- de vivencia psicológica: la voluntad no es s6lo un esfuerzo ejercido so-
nía nítidamente al olfato); del mismo modo, la memoria podía ser evo- bre la materia, y su despliegue espontáneo es una lucha del yo por con-
cación deshilvanada, despliegue espontáneo de imágenes, o actividad. re- servar el dominio de su vida, en realidad para conservarse como fuerza li-
flexiva, búsqueda ordenada. Finalmente, estaba el pensamiento, fuera bre a secas, pues la persona se hunde en el deseo pasional, en la imagi-
que se abandonara a la amplificación imaginativa de las imágenes, guia- nación desenfrenada, en la profusión sensible, en los estados de alma y
da solamente por el estado de ánimo es decir, por el estado de los órga- los humores cambiantes. cada vez, en suma, que "el cuerpo" prevalece
nos y las asociaciones circunstanciales, o que, en la tensión de un es- sobre la actividad espíritual. En ese punto se pone de manifiesto la in-
fuerzo de combinación libremente consentido, tratara de dominar su ma- fluencia profunda de la vida personal de Biran en un pensamiento que,
terial de sensaciones e imágenes y de reducir a la unidad lo múltiple de por propia confesión, en ella encontró su fuente.
148 149
l.
C. El espiritualismo
-1 .en peligro .por- el sensacionismo- ..y~elmatéíiaIism6, volver a hallar el
sentido primordial y eterno "de la verdad, de la belleza, del bien" (título
De tal modo, lo que en el pensamiento de los ideólogos estaba apenas
de la obra principal de V. Cousin), justificar con la razón la fe religio-
bosquejado. en Maine de Biran se convirtió en un sistema psicológico y
sa. Lo que con frecuencia no le -impidió proponer argumentos sólidos,
filosófico nuevo y completo que restableció el dualismo cartesiano (el
por ejemplo para refutar la reduccióJ;l utilitarista de las nociones morales
"quiero" reemplazaba al "pienso" como fundamento de la subjetividad) e
o estéticas y tratar de establecer su irreductibilidad.
influyó considerablemente en el método, pasando del análisis condilla-
Algo tiene más interés a los fines de nuestro estudio: la influencia
ciano a una práctica de la introspección como intuición fenomenológica
del espiritualismo en el conjunto de las investigaciones de ese período y
de las realidades espirituales. Al importar a Francia la fJ.1osofíaescocesa,
en particular en el pensamiento de los neurólogos y los alienistas.30
29 Royer-Collatd, cuya obra fue muy poco ulterior, reforzó ese desplaza-
miento metodológico y el retorno al espiritualismo. En efecto, Reid ha-
bía erigido su crítica al sensacionismo sobre la base de un retomo a las
o
realidades inmediatas e instintivas del sentido común (existencia del yo.
El problema de la alucinaci6n
ic
del mundo exterior, de los valores morales y de Dios), es decir sobre una
ém
fenomenología de los datos de la conciencia. La escuela originada en él
A. Baillatger y la teoría del automatismo
(Dugald Stewart, Brown, Hamilton) prolongó esa puesta de manifiesto
de las condiciones a priori de todo ejercicio del pensamiento, que se a-
ad
Bajo la influencia de los espiritualistas, en efecto, los alienistas france-
semejaba de hecho progresivamente a las ideas asociacionistas; la teoría
ses elaboraron una concepción de los trastornos mentales que ya se ve
"química" de las ideas y juicios complejos que Stuart Mili tomó de
desembocar en Esquirol y que, a través de la célebre controversia sobre la
ac
Brown indica con claridad el encauzamiento tendencial hacia una sÍnte-
génesis d.e las alucinaciones,3i se concretó en los textos contemporáne-
siso
os (1845) de Moreau de Tours y sobre todo de Baillarger. Este último fi-
Royer-Collard se sirvió del intuicionismo de Reid para atacar lo que
o
jó definitivamente su estructura, con el nombre de teoría del automatis-
. consideraba la pieza maestra del sensacionismo y por lo tanto del escep-
us
mO,32 la cual dejará una profunda huella en todos los psicólogos del fin
ticismo que en él encontraba su fuente: la teoría de la percepción exterior
de siglo:33 "Existen en nosotros, en cuanto al ejercicio intelectual, dos
(fenomenismo) y de las ideas representativas. El yo le parecía un dato
estados muy diferentes. En uno de ellos, dirigimos nuestras facultades,
a
inmediato de la conciencia, que se conocía intuitivamente como causa,
las empleamos según nuestros designios, solicitamos las ideas y des-
ar
como sustancia pensante y como unidad duradera. Transferirnos irresisti-
pués de haberles dado origen, las conservamos durante un lapso más o
blemente esos caracteres a los objetos del mundo exterior por una espe-
lp
cie de inducción espontánea; ellos se encuentran en el fondo de toda per-
cepción, junto a los caracteres sensibles provenientes de los objetos
menos largo para examinar todos sus aspectos: hay entonces una inter-
vención activa de la personalidad, se trata del ejercicio intelectual volun-
ia
tario. El otro estado es enteramente opuesto: es el estado de independen-
mismos. Así definida, la percepción exterior es segura, porque es natu-
cia para las facultades y de inercia para el poder personal. 'Sentimos en-
er
150 151
apenas rozada 'por-algumrs 'sensaciones 1iger'as~ dejámos ir nuestra ,m~e- en im-ágenes-(como en las premisas de la creación-artí~tica o en la preo-..:-
maria. nuestra imaginaci6n y nuestro pensamiento hacia donde quieran, cupaCÍón intensa) o incluso en sensaciones (tal como lo atestiguaban la
y caemos en lo que se denomina estado de ensueño. Nuestra personalidad ilusión, la alucinación y el sueño). De modo que la alucinación "ya no
no se ha extinguido. todavía vigila el juego natural de las capacidades deberá ser considerada y no es s~nopoco más que el resultado un tanto
que la rodean. tiene conciencia de que. cuando quiera. puede recobrarse. forzado de un acto normal de la inteligencia, el más alto grado de trans-
pero por el momento no gobierIla, se deja ir. reposa. En ese estado. to- formación sensorial de la idea"}5 El carácter estésico de la alucinación
das nuestras facultades se activan con su movimiento propio y según su era por otra parte más o menos nítido. lo supiera el sujeto o no. Una
ley. no siguiendo nuestras leyes ni en virtud de nuestro impulso. El
hombre se ha retirado. y nuestra naturaleza vive como una cosa; todo lo
que sucede para nosotros esfatal,'hemos vuelto a caer bajo el imperio
de la ley de la necesidad, que se aplica a nosotros como se aplica al ár-
disputa interna dividía a esta corriente en tomo al punto de saber si allí
había siempre un fenómeuo patológico (como creía Lelut) o si la aluci-
,nación podía ser simplemente el efecto de una concentración intensa, y
en consecuencia sobrevenir en el hombre normal. incluso en el genio
•
o
bol y las nubes'. A estos pasajes de Jouffroy me limitaré a afiadir el si- (posiciqn de Brierre de Boismont).
ic
g.uiente: "El hombre se asemeja a las cosas cuando abandona ese impe- -La segunda corriente, que podía reivindicar legítimamente la pater-
no que de él depende retomar; cuando, en lugar de apropiarse de sus fa- nidad de Esquirol. analizaba el fenómeno alucinatorio como un trastorno
ém
cultades. las abandona a su propio movimiento. queda perezosamente a- de la creencia. en el cual la conciencia debilitada se dejaba engaftar por
dormecido en medio de un mecanismo del que está en sus manos gober- los fantasmas engendrados por la imaginación y la memoria. En conse-
ad
nar todos los resortes.' ¿En qué consiste ese estado de ensueño durante el cuencia, el "estado primordial" (Moreau de Tours) precedía, engendraba y
cual nuestra naturaleza vive como una cosa. en el que todo lo que ocurre explicaba la alucinación, estado de reducción de la vigilancia, de dominio
ac
nos es fatal, en el que hemos vuelto a caer bajo el imperio de la ley de la del yo por las facultades. mentales exaltadas.
necesidad, que se aplica a nosotros como se aplica al árbol y a las nu-
bes? ¿Qué es ese estado que Jouffroy compara con un mecanismo movi- Baillarger legitimó esta última corriente, no sin introducir un correc-
o
do por resortes? Ese estado es el automatismo de la inteligencia, carac- tivo importante que toma en cuenta una dificultad sustancial; la tesis
us
terizado por el ejercicio involuntario de la memoria y de la imagina- sensacionista. en efecto. explica mejor el carácter incuestionablemente
ci6n."34 estésico de muchas alucinaciones. Por. lo tanto BaiUarger introdujo una
a
De modo que apoyándose en Jouffroy, quien por otra parte se limita distinción (que quedó como clásica) entre las alucinaciones psíquicas
ar
a repetir a Maine de Biran, Baillarger produjo le versión más elaborada (simples representaciones xenopáticas. vividas como de origen ajeno.
de una doctrina ampliamente reconocida, durante todo el período que si- para las que la teoría de Moreau de Tours parecía adecuada) y las alucina-
guió. como la clave de la interpretación de toda una serie de fenómenos
fisiológicos (ensueño, sueño, estado hipnagógico) y patológicos (so-
lp ciones psicosensoriales (en las que la incontestable vividez p~rceptiva de
la alucinación demostraba la intervención ~ctivade los aparatos percepti-
ia
nambulismo. alucinaciones. delirio y formas diversas de alienación vos). Respecto de estas últimas BailIarger se ve llevado a retomar una
mental). Pero en particular publicó esa versión con respecto al problema parte de las tesis de Lelut, dándoles por otra parte un giro más netamente
er
de la alucinación; ubiquemos rápidamente lo que estaba en juego en la . neurológico y anticipándose de ese modo a las posiciones ulteriormente
at
controversia. asumidas por Tamburini y Séglas hacia el fin del siglo. La excitación
retrógrada de los centros sensoriales corticales. en virtud de un proceso
M
B. La controversia acerca de la alucinación que Freud denominará regresión tópica. se agregó en consecuencia a la
puesta en juego del automatismo en la génesis de la alucinación verdade-
En esta controversia se enfrentaron dos corrientes de pensamiento: ra. explicando la frecuente determinación de su contenido por excitacio-
nes periféricas.
-La primera, de la que Lelut era el representante más visible, se a- La célebre obra de Alfred Maury titulada Le sommeil el les réves
,
"jt-
poyaba en las tesis sensacionistas. La sensación era el original y la ima- (1848), que dominará el campo de la psicología del sueño hasta Freud (y
gen sólo su copia; la imagen misma estaba en el punto de partida de la más allá de él), se basaba en una tesis análoga. Maury considera el sue-
formación de las ideas. Por un proceso inverso, resultaba comprensible ño como un desfile automático de imágenes durante un estado de relaja-
que las ideas. reencontrando su origen perceptivo, pudieran revivificarse miento (hipnagogia) o abolición (dormir) de la atención. El contenidode
152 153
las imágenes oníricas estaba a su juicio sometido al dominio de la asp- "
lementos correcrore-s: -los reductores -antagoniSiás;--ésfos consistían por
ciacióri de ideas y de la memoria (sobre todo reciente: recuerdos del día),
una parte en el conjunto de las percepciones actuales que antagonizan di-
pero también de las sensaciones internas (viscerales, orgánicas) o exter-
rectamente la imagen al contradecirla (pienso en Waterloo, pero percibo
nas que siguen alcanzando al durmiente. Estas últimas eran tanto más
los techos de París: ambos elementos Son inconciliables y uno de ellos
importantes en cuanto el sueño era una alucinación psicosensorial y
reduce la exterioridad del otro), y pqr otro lado en la acción del stock de
por lo tanto en su génesis entraban en juego las "pantallas perceptivas",
recuerdos y conocimientos de los que el sujeto dispone y que reducen la
como se dirá más tarde. Típicamente, su estimulación se producía a con-
imagen en función del contexto y de la verosimilitud (pienso en mi her-
tracorriente (desde las ideas a las imágenes y a la alucinación), pero po_
mano pero sé muy bien que está a tres mil kilómetros de distancia). De
día ser directa, lo que proveyó material para experimentaciones diversas
modo que la imagen queda secundariamente situada como interna. y de-
acerca del durmiente (integración en el sueño de estímulos externos de
marcada como pasada (memoria) ó irreal (imaginación), etcétera.
toda naturaleza), experimentos que se convirtieron en clásicos.
Según la formulación de Taine, "cada imagen está provista de una
fuerza automática y tiende espontáneamente a cierto estado que es la alu-
o
C. Taine: "El espíritu es un polipero de imágenes"
cinación, el seudorrecuerdo y el resto de las ilusiones de la locura. Pero
ic
se ve detenida en su marcha por la contradicción de una sensación, de o-
ém
A partir de la década de 1850, un movimiento de crítica antiespiritualista
tra imagen o de un grupo de imágenes. La detención recíproca, el tironeo
se perfiló en Francia bajo la influencia conjugada del positivismo de
mutuo, la represión, constituyen en su conjunto un equilibrio, y el efec-
Comte y de la psicología inglesa contemporánea. Hacia el fin del siglo
to que se acaba de ver producido por la sensación correctiva especial, por
ad
desembocará en la rama francesa del evolucionismo, con Ribot y sus a-
el encadenamiento de nuestros recuerdos, por el orden de nuestros juicios
lumnos --<le esto hablaremos más adelante-.36 Sin embargo, desde
generales, es sólo un caso de las rectificaciones perpetuas y de las limi-
ac
1855, Taine dotó a esa corriente de sus primeros textos te6ricos, sobre
taciones incesantes que incompatibilidades y conflictos inFlUmerables o-
la base de una doctrina que estaDa más en deuda con Condillac y Hegel
peran ininterrumpidamente en nuestras imágenes e ideas. Ese balance es
que con Spencer, y cuyo sistenfaé-o'mpleto proporcionará en su tratado
o
el estado de vigilia razonable. En cuanto termina, por hipertI."ofia o atro-
r
De intelligence (1870). Por estas razones, y también porque del pro-
us
fia de un elemento, nos volvemos locos, total o parciaImente."39
blema de la alucinación surgía uno de los pilares de su doctrina, lo estu-
Sobre la base de este análisis, Taine puede definir la sensación como
diaremos a continuación.
"una alucinación verdadera". Toda representación (tomamos de la traduc-
a
Taine tomó del sensacionismo la identidad fundamental de imagen y
ción alemana este término cómOdo) es en efecto interna y subjetiva: en-
ar
sensación, el carácter puramente subjetivo de los fenómenos mentales y
tre imagen y sensación no puede trazarse ninguna distinción de naturale-
en particular de la percepción (fenomenismo), y finalmente la ley de a-
lp
sociación de ideas como clave de la construcción de los diversos elemen-
tos psíquicos (sensaciones complejas, imágenes, ideas, conceptos y pro-
za. Entre la alucinación y la percepción la única diferencia que existe,
desde el punto de vista del sujeto que las vive, consiste en que una es
ia
interna y la otra externa, verdadera. El misterio de la alucinación es al
posiciones). Les añadió la idea de un conflicto incesante de los elemen-
mismo tiem¡x> resuelto sin que se recurra a una concepción trascendente
er
tos mentales entre sí:37 "En la lucha por vivir (obsérvese: struggle for
y metafísica del yo: la obliteración de los reductores antagonistas (desa-
life. Darwin) que en cada instante se establece entre todas nuestras imá-
at
les) bastan para explicarlo. Taine puede así integrar una verdadera rein-
Pero basándose sobre todo en los estudios psicopatológicos (lo que
terpretación de la"teoría del automatismo en un sensacionismo fisiolo-
estaba convirtiéndose en regla en el pensamiento psicológico fl:ancés), gista. pues es el basamento neurológico del funcionamiento mental lo
Taine rechazó las distinción automática de imagen y sensación; fuera el que en última instancia determina tanto su estructura como su devenir.
criterio propuesto cuantitativo (a la manera de Hume) o cualitativo (co- Así, por detrás del análisis psicológico. piensa en.la acción de los cen-
mo lo pretendían los espiritualistas). Entendía que la imagen era un des- tros hemisféricos, soporte de las imágenes e ideas, sobre los centros
pertar de la sensación de la cual constituía el recu~rdo: en consecuencia, sensoriales, en la génesis de la alucináci6n. Volveremos a encontrar ese
tendía naturalmente a desarrollar todas sus potencialidades perceptivas y tipo de análisis en los partidarios de la "mitología cerebral" de fines del
a tomar un carácter alucinatorio. No lo hacía en virtud de la acción de e- J siglo XIX.40
r
154
155
Sei'l.alemos-"otro-tema.que-signa la-doctrina de:raine: "él lo retoma de
I, tiguas son justamente la.nlYás utilizables,"43 -Fue la-primera vez que-el
.1,
Condillac y lo volveremos a encontrar en diversos psicólogos ulteriores, término metapsicología apareció en un texto de Freud: aparentemente
como por ejemplo Romanes. Es la idea de que el pensamiento no puede I se lo inspir6 la lectura de Taine ...
alcanzar la abstracción, los conceptos, las ideas generales, las proposi-
ciones y por lo tanto la ciencia, sin el empleo de signos. es decir, esen-
I
r
cialmente, sin servirse del lenguaje. El signo es sólo una imagen y obe-
dece a las leyes generales de la imagen, pero su poder de representación,
NOTAS
fundado en la sustitución de una imagen por otra, le permite aislar un
elemento constituyente de esta última (el color de un objeto, por ejem- 1. Sobre Condillac, cf. E. Bréhier: H istoire ...• tomo n, fase. n, y, so-
plo) y en consecuencia, por una parte, operar esa sustracción que es e- bre todo, el estudio muy completo con el que F. Picavet introdujo
sencialmente la abstracción como operación psicológica,4t y por la otra su reedici6n (1885) del Traité des sensations de Condil/ac.
o
alcanzar la representación de lo que no es directamente un dato de la ex- 2. Cí. E. de Condillac: Le traité des sensations.
ic
periencia (la noción del color, por ejemplo, y el conjunto de los abstrac- 3. Cf., sobre las doctrinas de la ideología, el apartado que sigue acerca de
tos). Así, el espíritu sólo tiene acceso al orden de la generalidad y a la Cabanis y la ideología fisiol6gica, y el que trata de Destutt de
ém
ciencia a través de la mediación del lenguaje. El empleo permanente de Tracy y la ideología racional.
4. Este es el método que más positivamente fundará la clínica. Cf. P. Ber-
los signos tiende sin embargo a borrar en la conciencia de quien los uti-
cherie: Les fondements ..., cap. 1. y, supra, primera parte.
ad
liza el efecto propio que ellos producen, y a hacer atribuir una realidad
5. Condillac, 10 mismo que el conjunto de los sensacionistas. considera
sustancial a la idea que a la vez vehiculizan y generan, fabricando de tal que las cosas son incognoscibles.
ac
modo, incesantemente. en torno del hombre. un mundo de «pequeños se- 6. En efecto, según Condillac, el razonamiento consiste en una serie de e-
res metafísicos" (volvemos a encontrar en este punto ]a tradición crítica !JI
, cuaciones. y la evidencia es la piedra de toque de la verdad de las
nominalista), como por ejemplo el yo de los espiritualistas, que Taine proposiciones. En esto continúa manifiesta la gravitación del car-
o
descompone analíticamente a la manera asociacionista.. tesianismo.
us
Así, si uno quiere «hacerse una idea de nuestra máquina intelectual, 7. Esta metodología demostró ser más fructífera en química, en botánica
es preciso dejar de lado las palabras razón, inteligencia, voluntad, poder y. en medicina, en la clínica semiol6gica de Pinel. M. Foucault ha
intentado poner de manifiesto el dominio del modelo clasificatorio
a
personal e incluso yo, del mismo modo que se dejan de ¡ado las palabras
•
(taxonomía) durante toda la época clasica. Cf. M. Foucault: Les
ar
fuerza vital, fuerza medicatriz, alma vegetativa; son metáforas literarias,
mots et les choses. 1966.
a lo sumo cómodas en tanto expresiones abreviadas y sumarias para ex-
8. Los materialistas antiguos, corno Dem6crito y Epicuro. consideraban
lp
presar estados generales y efectos de conjunto. Lo que el observador dis-
cieme en el fondo del ser vivo en el ámbito de la fisiología son células
que el alma era una ""materia sutil", un cuerpo sustancial; de modo
que, en definitiva, seguían siendo espiritualistas.
ia
de diversos tipos, capaces de desarrollo espontáneo, y modificadas en la 9. Cf. el capítulo dedicado a la psicología cartesiana en F. L. Mueller:
er
dirección de su desarrollo por el concurso o antagonismo de las células Histoire de la psychologie. 1960.
vecinas. Lo que la observación discierne en el fondo del ser pensante en 10. Lo atestigua el título de la obra de J. O. de La Mettrie: L'homme.ma-
at
•
el ámbito de la psicología son sensaciones de imágenes de diversos ti- chine, Leyde, Luzac, 1747, evidente y por otra parte explícita a-
pos. primitivas o consecutivas. dotadas de ciertas tendencias y modifica- lusi6n a Descartes y a sus animales-máquinas.
M
das en su desarrollo por el concurso O el antagonismo de otras imágenes 11. A la recíproca, esos materialistas franceses influyeron mucho en J.
simultáneas o contiguas. Así como el cuerpo vivo es un polipero de cé- Bentham y James Mill, como ya lo hemos indicado.
12. Leído en parte elil el Instituto "en 1795-1796, Rapports du physique
lulas mutuamente dependientes, el espíritu actuante es un polipero de i-
el du moral chez I'homme, de P. J. G. Cabanis, fue publicado en
mágenes mutuamente dependientes, y la unidad. tanto en uno como en forma de libro en 1802.
otro caso. es sólo una armonía y un efecto" .42 13. Un poco más adelante analizo detalladamente la teoría del instinto en
Freud leyó el tratado de Taine en 1896; entonces le escribió a Fliess: Cabanis, con respecto a la sexología (infra, cap. 10).
"La psicología --{) más bien la metapsicología- me preocupa sin ce- 14. Acerca de Gall 'y la frenología, cf. G. Lantéri-Laura: Histoire de la
sar. El libro de Taine De l'intelligence me agrada enormemente. Espero phrénologie. 1970; P. Bercherie: Les fondements ..., cap. 3.
que de esto salga algo. Algo tardíamente, observo que las ideas más an- 15. En efecto, Gall oponía una concepci6n innatista del psiquismo y una
156 157
.-.
I
- teoría ""'-del-in.s:t~nf~a:'.'l-as-,'génesis' empiristas- y a ta- ,idea señsac;í'ó"":.~~~"-;
nista de una "tabla rasa",
16. Cf. Hécaen y G. Lantéri-Laura: Bistaire des doctrines el des connais-
= ::J. ~-:-:
,.'.
1 ~-_-;,~
-,-4ecJ~hallucjnation,,-.etrévol~tion __
Janet:'1941~ cap. i. .
de.,la psychologie, tEEsquir,aj....a"P_.::.-;;-
.. ,
32. Véase el breve artículo que lleva ese título y resunle el argumento: J.
_
o
del siglo parecerá una simple exigencia del sentido común. 40. Cf. infra. cap. 8.
ic
20. Por otra parte no sin algunos contratiempos, según lo relata diverti- 41. Cf. la segunda parte de su famoso Etude sur Siuart Mili, que ya he-
mos utilizado antes en este mismo libro; Taine expone allí una
ém
damente Leuret (cf. F. Leuret: Le traitement moral de la folie,
1840, págs. 49 a 51). cTÍtica de ese tipo acerca de la Logique de Stuart MilI.
21. Acerca de los ideólogos, en particúlar Cabanis y Destutt de Tracy, cf. 42. H. Taine: De l'inlelligence, tomo 1, págs. 123-124.
43. S. Freud: "Lettres a W. Fliess", en La naissance de la psychanalyse.
ad
la obra fundamental de F. Picavet: Les idéologues, 1891.
22. En efecto, fue la química y no la matemática lo que sirvió de modelo a carta 41, del 13 de enero de 1896, págs. 139-140.
ac
Destutt d~ Tracy.
I
23. Ya he señalado la influencia de esta idea en Stuart Mill, a través de
Thomas Brown.
o
24. Las diversas facultades son efectivamente los elementos puros que en-
us
cuentran el análisis, pero, en la práctica, incesantemente interactú-
an y se asocian en todo acto o elemento del espíritu.
25. El gran curso de. 1811 de P. Laromiguiere fue publicado en 1815-
a
1818, con el título de Le~ons de philosophie ou Essai sur les fa-
ar
cultés de l'áme, 2 vol.. París, Brunot-Labbé; acerca de este autor,
cf. F. Pie;avet: Les idéologues, y el libro de H. Taine sobre los
espiritualistas.
cap. l.
Les philosophes classiques du XIXe en France. lp
ia
26. Con respecto a los espiritualistas, cC. el libro de H. Taine ya citado,
y también los capítUlos correspondientes de E. Bréhier:. H istoire
er
158 I 159
-a-
l
Capítulo VIII
L¡ ,-"- -'-no-es-más 'utilizable que"para-el conocimiento del "I1lurido-exteri6f;=-el=--
Ieh trascendental no es un dato del sentido sino una condición a"priori
:/ de toda experiencia y de todo conocimiento posibles. No podría en Con-
EL ASOCIACIONISMO CIENTIFICISTA ALEMAN secuencia pensarse a sí mismo, es decir pensar su propia esencia, tan os-
cura e incognoscible como la de las re.alidades en sí del mundo exterior.
-Finalmente, el método fisiológico, en el sentido de Cabanis, no
puede aplicarse: la disparidad de espíritu y cuerpo no es la de dos sustan-
cias, sino la de dos registros fenoménicos: el de los sentidos externos,
estructurado en el espacio, y el del sentido interno, que s6lo está relacio-
nado con el tiempo. De modo que el problema de la relación entre espí-
ritu y cuerpo puede dar lugar a reflexiones y a observaciones pertinentes
o
(Kant por otra parte también aportó algunas) pero no podría fundar un
ic
saber universal.
ém
Por 10 tanto la psicología, al fin de cuentas, sólo podía ser un cono-
cimiento puramente empírico. basado en los datos del sentido interno y
ad
del sentido íntimo; no estaba en condiciones de pretender constituirse en
Herbar! ciencia. Sobre el rechazo de toda esa cadena de razonamiento, eslabón
ac
por eslabón, iba a constituirse la psicología "científica" y después expe-
A. Los entredichos kantianos rimental del siglo XIX en Alemania. Ya vamos a ver que ese movi-
miento se inspiraba en gran medida en la filosofía de Leibniz por una
o
La psicología empirista alemana del siglo XIX tuvo exclusivamente su parte (filosofía de la cual el kantismo era una crítica, por más de una ra-
us
origen en la obra de Herbart. que en muchos aspectos constituyó una zón), y por otro lado en ideas inglesas y francesas.! En el momento en
reacción al criticismo kantiano y a la gran corriente idealista proveniente que la psicología positiva europea adquiría su unidad, la influencia per-
a
de él a través de Fichte, del que Herbart fue alumno. Como se sabe, sistente de Leibiliz, a través de HerbaÍt, otorgará su tonalidad peculiar a
ar
Kant opuso al fenomenismo empirista de Hume (cuya faceta crítica por la psicología alemana de fines de siglo: volveremos a encontrar la gravi-
otra parte integró a su doctrina) la actividad constituyente del espíritu en tación de esa herencia desde los orígenes del pensamiento freudiano.
lp
la aprehensión de la experiencia y la estructuración del saber. Formas a
priori de la experiencia sensible (tiempo, espacio), categorías del enten- B. Herbart: psicología científica y matemática de las representaciones
ia
dimiento (que se reducen al postulado de un determinismo universal), la
estructlHa innata y trascendental a la experiencia de la psique. c;letermina-
er
de la realidad en sí. Por otra parte, Kant negó la posibilidad de una psi- riencia. la metafísica y la matemática"': no se podría expresar mejor el
cología científica, pues a su juicio el estudio del espíritu no podía apo- programa antikantiano de su investigación, al mismo tiempo que su de-
M
yarse en ninguno de los registros que dan su fundamento a las ciencias: pendencia con respecto al marco conceptual del kantismo. Inspirándose
en Leibniz, retomó la concepción de un universo constituido por sustan-
-En ese ámbito la éxperimentaci6n es imposible y en consecuen~
I
cias simples, secundariamente asociadas en cuerpos complejos, pero le
cia, también 10 es el empleo de la matemática, lenguaje indispensable de añadió la idea de una lucha continua de esas mónadas contra una interac-
la ciencia. En efecto~ esos dos métodos suponen la existencia en los fe- ción recíproca que tendería a modificar su naturaleza primera. El alma era
nómenos de por 10 menos dos dimensiones (el espacio y el tiempo en el uno de los cnerpos simples de los cuales toda la actividad consiste en
caso de la mecánica, por ejemplo), en tanto qne los hechos psíquicos só- conservarse en su ser; cada una de esas reacciones a las interferencias de
lo tienen una: el tiempo. las mónadas que constituyen el cuerpo y el mundo exterior producirá en
-El método racional a príori, en el sentido de Leibniz y de Wolf, ella una representación. Originalmente vacía (tabula rasa), de ese modo
160 161
. , .
se puebla de sensaciones, imágenes e ideas. Por-otia parte. siendo ~na
sustancia simple, la actividad del alma no puede dividirse en facultades
>
I las inhibiciones recíprocas. las reptesentaciones-quedan por lo'tanUYre-
primidas. en un nivel inferior al del «limen" o umbral de la conciencia'
distintas, abstracciones demasiado forzadas de un dato concreto insufi- se convierten en tendeQ,cias inconscientes. "oscurecidas". Por otra parte:
cientemente conocido; así Herbart recusó la clásica división kantiana en las percepciones conscientes má.s simples son ya grandes complejos de
inteligencia, sensibilidad y voluntad. upercepciones insensibles" (ef. el eJemplo de Leibniz: en una ola que se
Sobre esa base metafísica, Herbart erigió su psicología, que también abate sólo percibimos el fragor homogéneo, y no los innumerables rui-
quería fundar en la experiencia, en el sentido de la observación empírica~ dos producidos por todas y cada una de las gotas de agua). Por el contra-
en particular introspectiva,3 y en la matemática (ya vamos a ver cómo) .. rio. la masa de representaciones combinadas que ocupan el campo de la
Las representaciones mentales (expresión que, como la idea en Locke, a- conciencia influye en el destino de toda nueva representación, lo que
barca sensaciones e ideas propiamente dichas) obedecen a su tumo a las subjetivamente se percibe como atención consciente orientada. Esta
leyes de las mónadas: una vez que han nacido, no desaparecen nunca; el "masa aperceptiva" (lo mismo que Leibniz, Herbart llama apercepci6n a
olvido no es más que una ocultación momentánea, y la reaparición de lo la percepción ,consciente de una representación) realiza entonces una se-
o
que se olvidó es siempre posible. La unidad y la simplicidad del alma lección entre las percepciones y las ideas que tratan de llegar a la con-
ic
implica en efecto la estrechez de ese campo de la conciencia que las re- ciencia. Allí adquiere sentido la definición del yo, por lo demás muy tí-
ém
presentaciones se disputan: de ese modo éstas oscilan entre la plena con- picamente humiana, que propone Herbar!: es la suma de las rep.resenta-
ciencia, la libertad completa y la completa inhibición, o bien, reprimi- ciones actualmente conscientes, es decir la masa aperceptiva con sus e-
das. se convierten en simples tendencias inconscientes, pa.sando por di- fectos de inhibición o de facilitación sobre el destino de las representa-
ad
versos grados posibles de uoscurecimiento".4 En virtud de su lucha, las ciones solicitadoras. También en ese punto tuvieron consecuencias sus
representaciones son también fuerzas, y en efecto. toda repre..fiientación, preocupaciones educativas. pues su doctrina iba a dominar durante mu-
ac
además de su calidad propia. tiene una cierta intensidad, lleva consigo un cho tiempo la teoría pedagógica: el educador modela la personalidad pre-
concepto de magnitud intuitivamente percibido como fuerza o debilidad sente y futura determinando la naturaleza de la masa aperceptiva, es decir
o
relativas, una claridad más o menos grande. Si bien esa cantidad no po- eligiendo el contenido y seleccionando lo que debe entrar en la concien-
us
dría estar 10 suficientemente determinada como para ser medida. Herbart cia del alumno.
pensaba que las relaciones entre esas cantidades se prestaban a una ma- La psicología de los estados afectivos constituye otra originalidad del
tematización; creía poder construir así una mecánica psíquica que incluía sistema de Herbar!. A diferencia de los" utilitaristas, considera que los
a
una estática (estudio de las relaciones intensivas de las representaciones sentimientos son el efecto de las interrelaciones de las representaciones.7
ar
en su lucha por llegar a la conciencia) y una dinámica (con el añadido de El placer aparece entonce~ manifestando el acuerdo de los elementos y la
la dimensión temporal), y determinar leyes científicamente formuladas.
lp
El antagonismo de las representaciones estaba en lo esencial relacio-
libertad de su circulación; el dolor expresa su antagonismo conflictivo y
"el hecho de que unos obstaculizan a otros. El deseo es típicamente anali-
nado con sus cualidades: se oponen si forman parte del mismo registro
ia
zado como la asociación del placer y de un objeto específico; si la masa
perceptivo, del mismo "continuo" (sonidos o colores, por ejemplo). A- aperceptiva es favorable. el deseo engendrará la acción voluntaria. Asi-
er
demás, en un mismo registro. son más o menos inconciliables y más o mismo, en el nivel de los actos de la voluntad. sean interiores de un
menos susceptibles de combinación: complicación (combinación de re- mismo individuo o realizados por individuos diferentes, el acuerdo armo-
at
presentaciones de registro diferente) o fusión (registro idéntico: por e- nioso produce la satisfacci6n moral y la impresi6n de un acrecentamien-
M
jemplo la fusión del amarillo y el rojo en el anaranjado). En función de to de la perfección; el antagonismo da origen a la aversión y a una im-
ese grado de antagonismo, las representaciones en oposición sufren una presión de imperfección. Por otra parte, para la transformación de la vo-
inhibición recíproca, proporcional a su intensidad: cada una pierde así u- luntad en actos motores es necesaria la cooperación del alma y el cuerpo.
na cierta cantidad de claridad, según sea su propia fuerza y la suma total Si bien, lo mismo que Kant, Herbart rechaza la idea de una psicología
de las fuerzas presentes. Herbart se entrega entonces a cálculos algebrai- fundada en la fisiología, también subraya la interacción de las mónadas
cos complejos para determinar la suma de inhibición y la reladón de corporales con el alma, y en particular la acción del cuerpo sobre el cur-
inhibici6n en el conflicto de las representaciones;5 ellos no nos intere- so de las ideas, que obstruye (represión), como por ejemplo en el sueño,
san aquí.6 o que por el contrario refuerza ciertas representaciones "resonantes". tal
Por debajo de cierta intensidad, intrínseca y primitiva o secundaria a como ocurre en ciertas intoxiCaciones o en los desarrollos pasionales.
162 163
A. Fechner y la psicofísica
Herbart, aquellos que ejercerán una influencia duradera en la psicología
alemana ulterior: En la construcción de una ciencia psicológica. el paso siguiente fue dado
por el físico Fechner,10 quien afirrnába la posibilidad y por otra parte la
-Antes que nada, la idea de una ciencia psicológica, muy estructu- necesidad de la experimentación. De ese modb, en su gran obra de 1860
rada conceptualmente, que da cuenta de su campo empírico tan exhausti- fundó la psicofísica, teoría exacta de las relaciones entre el alma y el
vamente como hay derecho a esperarlo de una disciplina plenamente
cuerpo. Su base era altamente especulativa: muy influido por Schelling
constituida. La tendencia sistemática de la psicología y de la psicopato- y por la psicología romántica, Fechner consideraba en efecto al alma y
logía alemana del siglo XIX echó sus raíces evidentemente en esa exi- al cuerpo como los dos rostros de una misma realidad, que parecía dife-
gencia.
o
rente según fuera el punto de vista relativo desde el cual se ]a examina-
-En segundo lugar, la preocupación'de presentar un análisis de los
ic
ba. Ese monismo de estilo spinozista lo conducirá a producir dos tipos
problemas psicológicos en el que la cantidJd, y por lo tanto el empleo de obras: ensuefios místicos en los que trata de ganar al mundo para sus
ém
del cálculo y la medida estuvieran en el centro de los resultados obteni- revelaciones, y algunos libros de suma dignidad científica, en los que
dos. Muy pronto, de ello resultará un uso más metafórico, incluso más sólo se toman en cuenta los registros fenoménicos físicos y mentales, y
fetichista, que realmente fundado en el instrumento matemático.
ad
no las sustancias
-A continuación, la concepción de una estrechez constitutiva del
El objetivo de Fechner en esos últimos textos era en consecuencia e-
campo de la conciencia y por lo tanto de una competencia activa de los
ac
rigir una ciencia fundada en la experimentación y la medición y que in-
elementos psíquicos por ser asumidos en dicho campo (apercepción). A-
tentaba determinar las leyes que vinculaban los fenómenos físicos (psi-
demás de que una visión de las cosas como ésa justifica naturalmente u-
cofísica externa) y fisiológicos (psicofísica interna) con los fenó":lenos
o
na cuantificación, por lo menos supuesta, de las valencias de los ele-
mentales, en el sentido de una relación regul~ y cuantificable. Las cien-
us
mentos presentes, concebidos como fuerzas, ella obliga a considerar que
cias particulares concernientes a cada uno de ~osregistros ya estaban a su
una parte importante de lo psíquico es no consciente sino latente, pero
juicio suficientemente avanzadas (en cuanto a la psicología, aparente-
siempre actualizable si cambian las condiciones del equilibrio de los ele-
mente pensaba en Herbart); por lo tanto, el estudio de sus relaciones le
a
mentos. El punto es esencial: herencia de Leibniz, esta teoría, en efecto
parecía realizable en adelante. Fue naturalmente en el ámbito de la sen-
ar
-a la inversa de la tradición cartesiana, dominante en Francia y en In-
sación donde realizó su intento, bajo la forma de una medición de su re-
glaterra (a través de Locke; cf. Stuart MilI), que tiende a identificar siste-
máticamente lo psíquico con lo consciente- lp
permite pensar no sola-
lación con la excitación física causal. Puesto que de la subjetividad no
surgían más que datos muy imprecisos referentes a la intensidad (inten-
mente la existencia de elementos psíquicos inconscientes, sino incluso
ia
sidad mayor, equivalente, menor) en la comparación de dos sensaciones,
que la conciencia, lejos 4e ser la cualidad psicológica fundamental, no.es
resultaba necesario idear procedimientos de medición que se fundaran en
er
de la física, que mide las causas por sus efectos, la psicofísica med~a
sino solamente una configuración dominante de elementos cuya estabili-
los efectos por sus causas. La astucia técnica iba a consistir en medIr.
dad no es por otra parte más que relativa.9
M
164 165
I
J - ------..,..--,""'1111"."',."',., .••••••••••;¡¡¡;¡¡¡¡¡¡¡;¡¡¡¡¡¡ •••• ¡¡¡¡•••
tidC!pero más lentamente-que. la excitación",~y-encontraroun--resultado:--que .. -La idea de una~experlmentación psicológica -y la puesta a punto de
ya habían presentido diversos investigadores, en particular Weber (1846) , los primeros métodos de experimentación, fuentes de la psicología expe-
para el dominio del tacto. Dentro de ciertos límites (entre el mínimo rimental ulterior y moderna. Ese fue un tema capital en psicología, pero
perceptible y la intensidad perjudicial para el órgano sensitivo), "la sen- aquí no nos interesa directamente) 1
sación crec.e como el logaritmo de la excitación", lo que significa qu~.
para que aumenten cantidades iguales, la excitación tiene que aumentar -La convicción de que los hechos psíquicos son de la misma natu-
en cantidades siempre proporcionales a sí misma, o también que para raleza que los hechos físicos y en consecuencia pueden expresarse en i.;.
que la primera crezca siguiendo una progresión aritmética, el acrecenta- déntico lenguaje, es decir en el lenguaje de la cantidad, de la medida y de
miento de la segunda debe realizarse según una progresión geométrica. las leyes matemáticas. Desde luego, ése es el punto en que tenemos que
No nos detendremos en los protocolos experimentales, ni en la formula- detenemos: ,si bien para Fechner el movimiento es sobre todo inverso y _
apunta a "psiquizar" la naturaleza, su'progenie percibirá esa exigencia de
ción matemática de la ley, ni en las innumerables críticas y enmiendas
un modo totalmente distinto, y hará de ella el fundamento de un mate-
que ella suscitó, ni tampoco en las respuestas justificativas del propio
o
rialismo mecanicista riguroso en psicología.
Fechner; más 1?ien trataremos de comprender lo que significa su obra.
ic
Pero, en primer término, es preciso volver al problema del umbral a
ém
partir del cual la excitación produce una sensación perceptible, que, para De allí derivó en particular la costumbre de concebir en términos de
cada registro sensorial, Fechner se aplica a determinar aon la mayor e- cantidad, de energía, los fenómenos psíquicos y los fenómenos nervio-
xactitud posible. Entre la excitación física y la sensación se intercala un sos que constituyen su base material (movimiento psicofísico de Fech-
ad
movimiento pstcoffsico (fisiológico) que es el verdadero sostén de la ner); el elemento mental cualitativo correspondía estrechamente a una
conciencia o más bien su reverso material, directamente proporcional en cantidad específica de energía nerviosa: ésa es la significación de la gran
ac
términos cuantitativos a la excitación (conservación de la energía); eso ley psicofísica. En ella Fechner integró una tradición bien establecida en
es por lo menos lo que le parece más verosímil a Fechner, yeso es lo fisiología del sistema nervioso, que desde hacía mucho tiempo asimilaba
o
que postula. La ley psicofísica regula por lo tanto en realidad la relación las corrientes nerviosas a ondas eléctricas y las concebía en términos de
(psicofísica interna) entre la conciencia y el umovimiento psicofísico" circulación de energías más o menos específicas.12 ~n adelante nada se
us
que es su correlato material. Fechner va entonces a definir un valor de oponía a una evolución del mismo tipo en psicología. disciplina en la
umbral en el que la sensación es nula, pero no la excitación; por debajo cual la noción de fuerza y de energ fa nerviosa iba a convertirse en ha-
a
de ese umbral hay un segmento de la curva logarítmica para el cual los bitual: volveremos a encontrarlas constantemente a lo largo de nuestra
ar
valores de excitación son positivos y mensurables: en consecuencia. investigación.
Fechner define "sensaciones negativas", por debajo del umbral de ~ con-
ciencia, que corresponden a movimientos psicofísicos positivos. Esta
lp Aparte de la ley fundamental (la relación logarítmica excitación-sen-
sación de la que acabamos de ocupamos) es preciso señalar que Fechner
teoría. muy explícitamente inspirada en Herbart, se extenderá a conti-
ia
reiteró varias veces su intento de interpretar en el mismo sentido diver-
nuación al conjunto de la vida mental: la actividad psicofísica oscila
sos problemas psicológicos. Así, retomó las concepciones herbartianas
er
o
Considerado como un sistema físico en equilibrio que tiende a conservar de las sensaciones provenientes de cada punto del cuerpo, y sumándose
ic
ese estado, es decir a la ci;mstancia de su potencial energético. El reflejo de ese modo a Lotze y a su teoría de los signos locales (1852), Helm-
holtz presentó la construcción del mundo perceptivo, y de lo que m.ás
ém
es el modelo de esa regulación asumida por el sistema nervioso: la ener-
gía recibida del medio eiterior en el polo sensible, abierto a las fuerzas tarde se denominará esquema corporal, como la coordinación de innume-
del ambiente, se descarga en el polo motor, en virtud de la acción del rables experiencias primitivas; para ello se apoyó en gran medida en las
ad
Sistema muscular. Brückl', el "embajador" del grupo (berlinés en su ori- concepciones asociacionistas inglesas y especialmente en Stuart Mili,
gen) en Viena, populari~ó allí la nueva orientación doctrinaria y meto- citados explícitamente. En consecuencia, considera que el objeto es un
ac
dológíca; en su laboratorio realizará Freud sus primeras investigaciones. agregado de sensaciones elementales, asociadas de manera íntima por su
recurrencia en la experiencia perceptiva; su aislamiento es el producto de
En cuanto a Helmholtz, su primer trabajo de importancia encaró la una "experimentación mental" que mediante ensayos y errores diferencia
o
medición del tiempo de conducción del flujo nervioso, al que MUller to- en lo percibido aquello que varia por acción de la voluntad y lo que es fi-
us
davía le atribuía una transmisión casi instantánea. o por lo menos una jo, salvo por desaparecer y reaparecer globalmente (puesta en relación del
altísima velocidad, inconmensurable. Helmholtz demostró que en reali- objeto con los órganos sensoriales). Para explicar el hecho de que las ca-
dad la cifra era bastante baja, muy inferior a la velocidad del sonido (en-
a
tegorías esenciales de la percepción puedan parecer innatas, Helmholtz
tre 50 y 100 metros por segundo). Ese descubrimiento fisiológíco estaba
ar
sostiene que su puesta en juego, adquirida muy pronto, de alguna manera
muy lejos de resultar i",¡iferente para la psicología: por empezar, intro- se convierte en automática. También en ese punto parafrasea a Lotze,
dujo la medición en el ti¡,o de problema que parecía pertenecer al orden
lp quien aímnaba: "La localización de nuestras sensaciones en el presente
de lo inefable (vivencia del cuerpo); además, reforzó la visión materialis- parece ocurrir de modo súbito, en el instante mismo en que abrimos los
ia
ta de una separación de cuerpo y espíritu, bajo la forma de actividad cere- ojos; en el inicio de la vida, esa aptitud sólo se desarrolla con la ayuda
bral: de ese modo introdujo materialmente una distancia entre la excita- de una serie de experiencias que, si estuviéramos en condiciones de re~
er
ción y la sensación, lo l)1ismo que entre la voluntad y el acto; las "fa- producirlas, nos permitirían ver. 10 mismo que tantos estados de con-
cultades mentales"'se encamaban cada vez más en el funcionamiento del
at
ciencia del nifio, todos esos estados intermedios que han llegado a ser
sistema nervioso. imperceptibles para la conciencia del adulto."16 Se habrá reconocido la
M
Los trabajos más célebres de Helmholtz (1856-1866) versaron sobre síntesis "química" de SlUart Mili; Helmholtz, conforme a la tradición
la fisiología de la percepción visual y auditiva, ámbito en el cual sus herbartiana, prefiere hablar de injerencias inconscientes. Entiende que
tratados son todavía clásicos. En el plano fisiológico, sus teorías de la las percepciones puras son escasas; la mayor parte de nuestras "percep-
visión de los colores o \le la audición armónica de los sonidos, por e- ciones" son en realidad elaboraciones intuitivas que suponen un impor-
jemplo, mostraron la int~gración de varios parámetros físicos particula- tante incremento que proviene de la memoria y opera por inducción ana-
res (tres colores fundamentales, elementos sonoros específicos: longitud lógica: es la inferencia inconsciente, irresistible (causa, por ejemplo, de
de onda, amplitud) en una sensación única, cualitativamente irreductible, las ilusiones perceptivas que sólo la atención analítica puede corregir se-
experimentada por la conciencia; es evidente la homología de este tipo cundariamente), y que resultan de la asociación y la repetición de expe-
de descubrimiento (prol¡lema totalmente idéntico al de la velocidad de riencias sensOriales.
168 169
.El.empirisino~y-el~geneticismo psicológico se encuentra.n en e(ecto. cae .s~stancias independientes
- -- eleme_ntQs'.'""Y"'-~o""en-"'FeJaciones (causalidad--
estrechamente vinculados~ y en ese marco conceptual la psicología del física). Si bien (en última instancia y en un plano metafísico) pensaba
niño comenzó a suscitar un interés creciente.l7 Otro corolario de,ese ti- que las realidades físicas y psíquicas eran de la misma naturaleza, corres-
po de posición antinativista fue el cuestionamiento dela importancia del pondiendo el pasaje de las primeras a las segundas a un relevo de la me-
instinto, por 10 menos en el hombre: "Las observaciones realizadas has- cánica por la lógica (inducción). Wundt no era sin embargo materialista
ta el presente no prueban a mi juicio que los animales. al nacer. traigan y no concebía el psiquismo como un fenómeno de esencia fisiológica.
consigo algo más que tendencias. y es seguro que el hombre present;l El análisis de los hechos debía más bien sacar a luz el inconsciente que
J
como rasgo distintivo que sus tendencias innatas se reducen a la más pe- constituía el segundo plano en el que tenía su fuente todo lo consciente,
queña medida posible."18 En virtud de esa posición, el asociacionismo' y por lo tanto el objetivo de la investigación psicológica que, como las
quedó en estado de conflicto latente con la corriente evolucionista prove- ciencias naturales, podía así trascender el plano de las apariencias para
niente de Spencer y Darwin.19 alcanzar el de las causas.
o
Para Wundt toda actividad mental es una variedad de razonamiento
ic
que pone en relación un objeto y el sujeto; la conciencia registra el re-
C. Wundt: apercepción y conciencia sultado de esa actividad inconsciente (cf. las inferencias inconscientes de
ém
Helmholtz) bajo la forma de la afirmación pura y simple de una cuali-
A Wundt se lo considera por lo general como un hombre que marcó un dad. de una sefial específicas. En tal sentido. entendía que la actividad
ad
hito capital y signó una etapa nueva en la historia de la psicología, so- psíquica era esencialmente sintética (síntesis de tipo químico en la que el
bre todo en ~a psicología experimental. Ello se refiere menos al volu- producto no se reduCÍa a la suma de los elementos: cf. Stuart Mill), des-
ac
men considerable de su obra que a su infatigable entusiasmo en el desa- de las simples percepciones hasta el juicio, pasando por el mundo oscu-
rrollo de la experimentación y la formación de investigadores, y sobre ro de los sentimientos. que Wundt analiza como reacciones de
todo a la írrmeza con la cual, desde sus primeros trabajos (1860), este fi. orientación de la conciencia ante ideas y sensaciones.23
o
siólogo, alumno de Helmholtz, erigió la psicología como disciplina au-
us
No examinaremos el conjunto de las tesis de Wundt. dejando en par-
tónoma, independiente en particular de la metafísica y de la fisiología ticulár de lado su teoría. o más bien sus sucesivas teorías de la afectivi-
(con esta última conservaba no obstante relaciones especiales).20 La dad. Es preciso sobre todo retener el hecho de que prolongara principios
a
consideraba una ciencia experimental que difería de las ciencias naturales fundamentales de Fechner (introducción de la medición y de la experi-
ar
. por su utilización exclusiva de la experiencia inmediata (estudio intros. mentación en psicología, estudios psicofísicos) y de Helmholtz (trabajos
pectivo de los estados de conciencia), mientras que aquéllas se fundaban de psicofisiología experimental, en particular de la percepción). No obs-
lp
en una mediatización de la vivencia fenoménica. El propósito de la psi-
cología (,:raentonces el análisis. en el sentido de las descomposición en
tante. consideremos rápidamente su teoría de la apercepción, incuestio-
nablemente su aporte más personal a la psicología alemana. Si bien, si-
ia
sus elementos constituy.entes. del dato de los estados de conciencia. y del guiendo la tradición herbartiana. considera que la conciencia es unitaria y
er
descubrimiento de las leyes de composición de las globalidades comple- sintética, la concibe como una especie de 6rgano sensorial interno, to-
jas de la vivencia.21 Ese proceso analítico podía aplicarse directamente, mando como modelo el campo visual. Dentro de su campo total (per-
at
por la vía de la experimentación, a los hechos psíquicos más simples cepción), la conciencia posee por lo tanto un punto central de claridad
(percepción. acción, conciencia, sentimientos simples. atención)22 pero
M
170 171
•
Los neuropsicologos-==- - . -de~movimentes- y- su reproducción ideal-se mezcIan-así con-un-trabajo-de
nuestro espíritu. que penetra en la representación aislada como parte in-
A. Griesinger: el yo y la represión tegrante esencial. Así es como la representación misma toma un carácter
motor, una dirección muscular. y en virtud de ello se convierte en es-
Lo que se ha convenido en denominar la "mitología cerebral" de fines del fuerzo")3 Las represent;aciones tienen por lo tanto una tendencia espon- .
siglo XIX constituyó un intento entusiasta y prematuro por lograr la tánea a realizarse en acto, una espeCie de impulso motor. y ello en tanto
síntesis de los datos nuevos sobre las localizaciones cerebrales24 y las e- que "las sensaciones que provienen de todo nuestro organismo. pero par-
laboraciones de una psicología que creía haber arribado por fin a resulta- ticularmente de las vísceras, del intestino, de los órganos genitales, co-
dos concluyentes. Con Meynert y Wemicke, Alemania proveyó sin duda. mo necesidad sensual. nos empujan a actuar; 10 hacen a veces levemen-
los representantes más eminentes de esa corriente de ideas. La inició W. te, y otras de una manera impetuosa".34
Griesinger, del que fue alumno Meynert; por otra parte el primero fundó Los "impulsos sensitivos" provenientes del organismo mismo cons-
o
la psiquiatría clínica alemana.25 En su Traité des maladies mentales tituyen móviles sensacionistas. entre los cuales ulos más simples y fá-
ic
(1845)26 se encuentra una doctrina psicológica muy interesante cuya in- ciles de entender son el hambre y el instinto sexual (::..), los motivos
fluencia fue inmensa, en particular en Freud, tal como ya 10 señalé en el más poderosos que dirigen nuestras acciones ".35 Las sensaciones orgá-
ém
primer volumen de esta obra. nicas producen sobre todo , en primer lugar. '"movimientos oscuros, de la
Sobre la base del modo de funcionamiento de la médula espinal, que conciencia (...) que en parte se denominan sentimientos, pero que pueden
ad
"produce los actos reflejos simples, transformación bastante directa de no encerrar ninguna idea distinta del objeto en que recaen";36 a continua-
las sensaciones en movimientos" ,27 Griesinger considera que la activi- ción establecen lazos con '"ciertos complejos de ideas relacionados con el
ac
dad cerebral es una esfera intermedia, de alguna manera derivada de esa fin a obtener (que) luchan contra los obstáculos que se oponen a su lo-
reactividad primitiva, que introduce en ella una acción reguladora, facili- gro" ,37 y de ese modo tienden a llegar a la efectuaci6n motriz. Por otra
tadora o inhibidora. El cerebro mismo aparece como "un inmenso centro parte, "una actividad constante reina en esta esfera hundida en las tinie-
o
de acciones reflejas en el cual todos esos estados de excitaciones senso- blas o el crepúsculo. actividad que es mucho más importante y caracte-
us
riales. 4e los cuales este órgano es casi constantemente asiento, se trans- rística para la individualidad que el número relativamente pequeño de ide-
forman en intuiciones de movimientos".28 De tal modo se constituye as que pasan al estado de conciencia. Una multitud de irritaciones físicas,
de impresiones nacidas en el seno mismo del organismo golpean de en-
a
"por así decir una esfera accesoria que ocupa la zona intermedia entre la
trada y por así decir incluso exclusivamente esa esfera y obran sobre e-
ar
sensación y el impulso motor, y esa esfera, extendiéndose, acrecentándo-
se poco a poco, termina por convertirse en un centro poderoso y com- lla, sin que tengamos conciencia, modificando los fenómenos que esa
lp
plejo. que a su tumo domina en muchos aspectos la sensación y el mo-
vimiento. (...) Esa esfera es la inteligencia".29 Griesinger concibe a esta
esfera incluye (y que) contribuyen poderosamente a determinar la dispo-
sición aG;tual del carácter; ellas guían nuestros gustos, dirigen nuestras
ia
última, siguiendo el modelo asociacionista, como una actividad asociati- simpatías y nuestras antipatías".38
va cuyo elemento básico es la representación, «esencialmente constituida A esa poderosa síntesis de asociacionismo y de un materialismo en
er
por dos cosas: por una parte, una excitación subjetiva comúnmente muy el que parece prevalecer la influencia de Cabanis, Griesinger iba a inte-
at
débil, apagada, de los centros sensoriales, y por otro lado, una combina- grar una concepción de la conciencia y del yo tomada de Herbart. En e-
ción de varias de esas excitaciones que dan origen a una imagen general fecto, Hcuando las ideas nítidas y de las cuales tenemos conciencia, en
M
173
172
..
_1111 __ -
I
representan. se_~otregan JXlT~lo_tantoa.una lucha por,ocupaF el campo de-.. J! no es _dada._ en las_difer.entes circunstancias. Además, las relaciones de
la conciencia y lograr descargarse en acto; en esa lucha. la intensidad re- fuerza de los elementos que lo constituyen pueden evolucionar cou el
lativa de las representaciones es capital, pero también lo son las asocia- tiempo y los acontecimientos. HUno de los ejemplos más evidentes y
ciones de alianza o de contraste que se anudan entre ellas a través de la constructivos nos lo proporciona el estudio (...) de la pubertad. Con la
perpetua actividad asociativa del cerebro. Así. "en el curso de nuestra vi- entrada en actividad de ciertas partes del cuerpo que hasta ,ese momento
da, gracias a la ligazón progresiva de las ideas, se forma un gran com- se encontraban en completa calma .. y con la revolución que se produce
plejo de ideas cada vez más sólidamente eslabonadas. Su particularidad en el organismo en esa época de la vida, grandes cantidades de sensacio-
en cada hombre depende no solamente del contenido especial de las ideas nes nuevas. de nuevas tendencias, de ideas vagas o distintas. y de nuevos
aisladas provocadas por las impresiones sensoriales y por los aconteci- impulsos de movimiento. pasan en un lapso relativamente breve al esta-
mientos externos. sino también de las relaciones habituales de las ideas do de conciencia. Penetran poco a poco en el círculo de las ideas anti-
con los móviles y la voluntad, y asimismo de las influencias del orga- guas y llegan a formar parte importante del yo; por ello mismo, éste se
nismo entero, que se han convertido en per¡;istentes y activan o entorpe- vuelve distinto, se renueva, y el sentimiento de sí sufre una metamorfo-
o
cen su producción".41 Así se constituye el yo que en adelante ejerce u- sis radical."44
ic
na influencia determinante en el despliegue de las representaciones en la No obstante, más allá de su variabilidad, el yo tiende a la unidad y a
ém
conciencia, "reforzando" los elementos conformes, "reprimiendo" los e- la armonía. y "en estado normal. es sobre todo en el complejo de ideas
lementos antagonistas, de tal modo privados de toda posibilidad de efec- de nuestro cue'110 donde los diferentes complejos que pueden representar
tuación motriz. Ante cada idea que se presenta, "todo el complejo de ide- el yo encuentran un elemento fundamental de unidad. Aunque esta sensa-
ad
as que representa el yo es puesto en juego y; después de haber rechazado ción física de nuestro cuerpo cambia también en el curso de nuestra vida
o favorecido la idea primera. concluye por darla resolución".42 Ese pro- (enfermedad, edad, etcétera) el conjunto de las percepciones del cuelJ'o si-
ac
ceso es la reflexión, cuya base es la asociación de las ideas, y cuyo des- gue siendo siempre el punto de reunión de todas las otras ideas. como un
pliegue exige un mínimo de calma psíquica. En efecto, las grandes emo- centro del que parten los actos motores".45
ciones trastornan el funcionamiento del yo, obstaculizando y anonadando
o
su actividad reguladora (véase la teoría de la locura y de sus trastornos i- B. Meynert y la mitología cerebral
us
niciales en Griesinger): de su fuerza y coherencia depende entonces su
capacidad para enfrentar los conflictos de tendencias que pueden presen-. Fue por cierto de una manera muy original y personal como Griesinger
a
tarse y atravesarlo. Por otra parte, el yo experimenta como placer lo que restableció lE. tendencia materialista a retraducir los datos psicológicos a
ar
facilita la actividad asociativa, como dificultad lo que la traba, y es la metáforas fisiológicas. Su discípulo Meynert iba a elevar al nivel de sis-
base de una división de las emociones en depresivas y expansivas, clasi- tema el aspecto más particularmente neurologizante de la doctrina de su
cas ulteriores.
lp
ficación que ejercerá una influencia duradera en las nosologías psiquiátri- maestro, imponiendo de ese modo en los países de lengua alemana esa
"mitología cerebrar' que también se estableció por otra parte en la mis-
ia
No obstante, es preciso cuidarse de considerar al yo como un "com- ma época en Francia, con Charcot y su escuela, y en los países anglosa-
er
plejo único de pensamiento y voluntad" (cf. los espiritualistas france- jones con Bastian y Ferrier. Ella se basaba en la doctrina de las localiza-
ses), homogéneo e intangible. "Nuestro yo, en diferentes épocas, es ciones cerebrales, retomada de la tesis frenológica, esa vez apoyada por
at
muy diferente de sí mismo; según sean la edad, los diversos deberes de la descubrimientos anátomo-clínicos (localización de tas lesiones de la afa-
vida, los acontecimientos, las excitaciones del momento. tal o cual sia por Broca en 1861), por trabajos anatómicos (Meynert), y por inves-
M
complejo de ideas que, en un momento dado, representan al yo, se desa- tigaciones experimentales con la estimulación cortical localizada
rrollan más que otras y ocupan el primer rango. Somos 'otro y sin em- (Fritsch y Hitzig: 1870), todo lo cual le conÍlrió la garantía de una me-
bargo el mismo'. Mi yo como médico, como científico, mi yo sensual, todología rigurosa. La doctrina "unitaria" de Plourens (1824), quien con-
mi yo moral, etcétera, es decir los complejos de ideas, de tendencias y de sideraba que los lóbulos cerebrales constituían un todo funcional global
dirección de la voluntad a los cuales se designa con aquellas palabras, e indiviso, base material del espíritu (tesis de inspiración espiritualista),
pueden oponerse unos a otros y rechazarse recíprocamente en diferentes perdió así durante cierto tiempo su prevalencia en ese campo de investi-
momentos."43 El yo es por lo tanto múltiple, está atravesado por con- gación; a principios del siglo siguiente se producirá el retomo de teorías
flictos de tendencias y su unidad armoniosa queda siempre por hacerse y completamente análogas, con la reacción globalista.
174 175
I
Desde 1865 Meynert elabor6 su doctrina, a continmicióg expuesta en __
detalle en el priinenom046 ("rúnico que apareció) 'de su tratado de psi- ." --criben.a.la largo de la vida las huellas de tooas jis sensacion.;s qu'~ ';¡jlí
quiatria (1884). Ella se basaba en una concepción del sistema nervioso dejan su impresión. y de sus ligazones sincrónicas y sucesivas. Meynen
que 10 presentaba como una red de fibras de conexión que relacionan ele- rechaza por otra parte la noción de instinto (cf. Helmholtz), fenómeno
mentos nodales. las células nerviosas. y conducen la «fuerza nerviosa" de en el que no ve más que una modalidad de la actividad refleja. La motri-
uno a otro de esos elementos excitables. En el nivel de ]a corteza, sus cidad voluntaria se desarrolla so",?re la base de las imágenes motrices de-
trabajos de microanatomía iban a permitirle distinguir dos tipos de fibras positadas por aquélla, y de los lazos asociativos con las sensaciones co-
blancas de Conducción: nexas. Así. el niño de pecho que tiene hambre sólo busca el seno des-
pués de una primera experiencia de satisfacción: entonces se establece el
vínculo entre la sensación interna dolorosa y el recuerdo de la satisfac-
-Las fibras de proyección que vinculan la superficie cortical con los
ción y de las impresiones a ella ligadas. en particular las sensaciones de
í, centros grises de la médula y del tronco cerebral, y por lo tanto, a través
inervación provenientes del acto reflejo de la succión. En suma. el acto
de ellos, .con el conjunto del cuerpo y su periferia;
o
voluntario no es más que la movilización mnémica del acto reflejo sub-
-las fibras de asociación que solidarizan y unen entre sí a todos los
ic
cortical; querer es en última instancia recordar.
:1 puntos de la corteza, constituyendo una inmensa red de conexiones.
ém
Siguiendo ese modelo general se constituye una vasta red cortical a-
il sociativa en la que el juego de las oposiciones (asociaciones por contras-
,1 La corteza cerebral aparece entonces como una especie de "molusco" te). y de las correlaciones, limita y coordina las posibilidades asociativas
ad
I insertado en el funcionamiento reflejo medular, cuya actividad controla y (pensamiento ordenado). Las sensaciones provenientes del cuerpo propio
descompone. Fundándose en su maestro Griesinger pero también en el constituyen en esa red un núcleo que corresponde a la primera noción del
ac
asociacionismo de Stuart MilI. Meynert concibió la actividad cortical yo (yo primario infantil); a ese núcleo primitivo se agregan progresiva-
como de naturaleza esencialmente asociativa; ella se desarrollaba entre mente las imágenes de objetos del mundo exterior con los cuales está en
los diversos territorios de proyección de las sensaciones provenientes de relaciones constantes y que de ese modo podrán llegar a serie más caras y
o
la actividad subcortical: elementos sensitivos 'periféricos y sensoriales personales que su propia individualidad; la constitución de ese yo se-
us
(órganos de los sentidos), sensaciones de inervación motriz (sentido cundario explica .los valores relacionales ,y sociales y su frecuente pree-
muscular que informa a la conciencia sobre la motricidad refleja espontá- minencia sobre la autoconservación.47 Así la estructuraci6n de la red a-
a
nea). La asociación de esas sensaciones elementales de diversos regis- sociativa y la constitución del yo se suman para una regulación del jue-
ar
tros, de las cuales la corteza conservaba la huella ("permeabilización" de go asociativo (cf. Griesinger). Pero el funcionamiento de la conciencia
las vías de asociación) engendraba a continuación, según el análisis a- reposa en condiciones metabólicas y en definitiva vasomotrices. Puesto
sociacionista, lp
imágenes complejas de objetos. ideas. conceptos y len-
guaje, a través de una actividad inductiva que era sólo el reflejo mental
que las posibilidades de irrigación sanguínea de la corteza son limitadas.
en ella los territorios asignados están en función de sus necesidades. es
ia
de las conexiones nerviosas. De ese modo. dos sensaciones simultáneas decir de la medida en que están en actividad. Por debajo de un cierto nivel
er
(balido de un camero y visión del animal) son asociadas en una imagen de perfusión. la actividad fisiológica, sin ser nula. es insuficiente para
cuyo conjunto podrá ser suscitado por la excitación que produce un solo producir la conciencia, de modo que las imágenes de que se trata son la-
at
elemento (inducción). Ese modelo lógico simplificado adquiere entonces tentes, inconscientes. Volvemos a encontrar en ese punto la teoría del.
una segunda valencia por la superposición, en el concepto psicológico umbral (I-Ierbart-Fechner), respecto de la cual Meynert intenta en conse-
M
de asociación, de un correlato anátomo-fisiológico, la asociación cóni- cuencia una interpretación metabólica. Se va a servir de ella para expli-
co-cortical; en el caso del camero, por ejemplo, la fijación de una liga- car diversos estados fisiológicos (el dormir y el sofiar) o patológicos
zón entre un punto de la corteza visual y un punto de la corteza auditiva. (confusión mental y delirios oníricos: su amencia).48 Si, en efecto, a
A ese fenómeno, Exner, alumno de Meynert, lo denominará vía abierta, continuación de condiciones diversas la irrigación sanguínea de la corte~a
facilitación (alemán Bahnung, francés/rayage), después de haberse des- descil'nde por debajo de cierto umbral, la red asociativa ya no puede fun-
cubierto la estructura de la neurona. cionar correctamente y se asiste a una verdadera involución psíquica:' in-
La corteza cerebral se presenta en consecuencia como un vasto com- coordinación del pensamiento y reducción del yo por regresión a su es-
plejo de centros de imágenes, al principio una tabla rasa, donde se ins- tructura primitiva infantil (pensamiento borroso, automatismos impul-
sivos "subcorticales", yo primario egoísta), y después confusión mental
176
177
pr9piaqleI).J~~.Aü:h~Lc.O-º
falta .de distinción de las percepciones e im_áge~
"""r~ teS7Pero"en"'-Gran Bretafia ya babía surgido la cornen'te evolu"cionista: al
nes, realización alucinatoria de los deseos, asociaciones azarosas, no re':
principio síntesis.51 será a continuación uno de los terrenos de origen de
conocimiento de"los objetos (pensamiento onírico), y finalmente obnu- una crítica radical.
bilación, inconsciencia y dormir.
C. El modelo neuropsicológico
NOTAS
Para concluir, nos falta subrayar la inmensa difusión de ese modelo neu-."
ropsicológico que constituye el bosquejo básico del pensamiento de l. Cí. los capítulos precedentes.
Meynert y que se denominó "conexic~mismo". puesto que se fundaba en 2. Sobre Herbar!, cí. los capítulos dedicados a él en la obra de E. G. Bo-
la idea de las conexiones nerviosas entre centros corticales de imagen. ring: A History of Experimental Psychology, 1950. y sobre todo
Wemicke habrá de perfeccionarlo, lo mismo que Charcot en Francia,49 y
o
en el estudio fundamental de T. Ribot: La psychologie allemande
servirá para explicar una multitud de problemas patológicos, desde las a- contemporaine, 1879.
ic
fasias hasta las alucinaciones. Pondremos de relieve dos puntos en parti- 3. Si bien rechaza la experimentación. por esencia analítica, en nombre
ém
cular: de la unidad del alma., Herbart recomienda la observación; su escue-
la iba en consecuencia a producir numerosos trabajos de psicología
étnica y psicopedagogía.
ad
-La mayor parte de sus partidarios se apoyaban en él para refutar 4. Para Herbart se Irata evidentemente de estados inestables: si una repre-
toda localización de las funciones psíquicas propiamente dichas (con- sentación es reprimida por otra más fuerte y antagonista. podrá re-
ac
ciencia, inteligencia. memoria) aduciendo que, fundadas esencialmente en aparecer si una tercera antagoniza a su turno a la representación
las conexiones asociativas, tales funciones aparecen como emanando del dominante. o si entra en conexión con una o varias representacio-
conjunto de la actividad cortical. No obstante, algunos que utilizaban un nes conscientes (llamado asociativo).
o
modelo psicológico más próximo al espiritualismo o a Wundt (apercep- 5. En esa concepción de las cosas, Herbart fue fuertemente influido por el
us
ción) trataron de atribuir a ciertas áreas sin especialización sensorial o modelo de 1as proporciones matemáticas en las relaciones armóni-
motriz particular (corteza prefrontal o puntos de cruce) una función de cas de los sonidos de la escala (cf. el estudio de M. Straszewski:
"Herbart, sa vie. sa philosophie". 1879).
a
regulación y de síntesis; ésa era, por ejemplo, la posición de Flechsig.
6. Más detalles acerca de este tema se encuentran en T. Ribot: La
ar
-En el conexionismo, el lenguaje es esencialmente concebido como
psychologie allemande ...
la asociacIón de una palabra y una idea (complejo de imágenes) de la que
lp
pasa a ser el signo. La palabra es a su tumo analizada como un comple-
jo de imágenes: auditiva (palabra oída), visual (palabra leída), motriz de
7. También en este punto el campo estético (musical en particular) pro-
porciona el paradigma de emociones determinadas por las relacio-
nes y proporciones de las partes de lo percibido o representado.
ia
articulación (palabra hablada), motriz gráfica (palabra escrita).50 Esta
8. Toda una tradición filosófica., desde Platón haSta Leibniz y desde Leib-
er
concepción más taxonómica que nerviosa del lenguaje anula su estructu- niz hasta Hegel. se refleja en esa intuición de la conciencia como
ra al atomizar los componentes. En consecuencia. si bien sigue siendo efecto y objetivo final de una dialéctica en la que el pensamiento
at
presentado como el instrumento necesario de las formas más complejas es más un esfuerzo y una tensión, un proceso, que un conocimien-
del pensamiento, lo que se tiene en vista es su función de signo (y el to inmanente.
M
cúmulo cultural que autoriza), más que una función propia de analizador. 9. ef. in/ra. el subtítulo "Griesinger: el yo y la represión".
El pensamiento abstracto es de hecho concebido sin vínculo intrínseco 10. Sobre Fechner •.cf. los capítulos correspondientes de las obras de con-
con el lenguaje, que a continuación se le une como instrumento privile- junto de T. Ribot: La psychologie allemande ..., de E. G. Boring:
giado. A History ...• y sobre todo M. Foucault: La psychophysique,
1901.
11. Acerca de esta cuestión de "la experimentación en psicología. señale-
En suma, 60 el seno de esa nueva versión del asociacionismo encon-
mos también la obra monumental de E. G. Boring: A History ...•
tramos las características constantes de esta doctrina, en este caso hechas
que constituye una notable puesta a punto histórica respecto de a-
más complejas por la traducción neurológica de sus partes constituyen- quélla.
178
179
i:,
¡i
r
1
o
17. Cf. in/ra. cap. 10. 39. Ibíd., págs. 44-45.
ic
18. Helmholtz. citado en T. Ribot: La psychologie allemande ...• pág. 40. Ibíd., pág. 48.
150. 41. Ibíd., pág. 54.
ém
19. Cf. infra•.el capítulo siguiente. 42. Ibíd., pág. 48.
20. Lo atestigua el título de la gran obra de Wundt: Eléments de psycho- 43. Ibíd., pág. 55.
logie physiologique. 1874 (cf. la traducción francesa de la 2a. e-
ad
44. Ibíd" Ese es el modelo del desarrollo de las enfermedades mentales
dici6n. 1886). Sobre Wundt, véanse también los estudios ya cita- según Griesinger; no estudiaremos aquí su psicopatología. que he
dos que le dedicaron T. Ribot y E. G. Boring. examinado en otra parte.
ac
21 .. Se advierte la concepción fundaJnentalm.ente asociacionista que guía a 45. lbíd., pág. 57.
Wundt: lo mismo que Helmholtz. se inspira en Stuart MilI.
46. Me refiero a la reedición reciente (1968) de la traducci6n inglesa. así
22. Como los asociacionistas ingleses. los experimentalistas alemanes de
o
como a los comentarios que aparecen en H. Hécaen y G. Lantéri-
esa época s610 utilizaban como material básico en sus análisis los Laura: Evolution ...
us
datos de la conciencia del sujeto observado. el que debía adquirir 47. Ya hemos encontrado este análisis utilitarista. traducido aquí como re-
cierta práctica para la introspección sistemática. Veremos la crítica gla en términos de circuitos nerviosos.
de ese punto de vista en la etapa siguiente de la evolución de las i-
a
.48. También siguiendo ese modelo interpreta los fenómenos hipnóticos.
deas en psicología (cf. infra. cap. 11).
ar
lo cual explica su hostilidad a e.s;a"psicosis artificial" que reduce el
23. La simpatía y la antipaúa aparecen así como formas confusas de razo-
funcionamiento mental y libera los automatismos subcorticales (en
nam.iento comparativo. la esperanza como una especie de razona-
miento analógico. y la duda como un conflicto de razonamientos
analógicos.
lp particular sexuales).
49. Véase. por ejemplo. el célebre esquema de la campana del que se ser-
ia
vía Charcot para ilustrar la constitución del objeto y de la palabra.
24. Cf. sobre la historia de las investigaciones en el campo de las locali-
y que muchos de sus alumnos reprodujeron. por ejemplo en G. Ba-
zaciones cerebrales. la obra ya citada de H. Hécaen y G. Lantéri-
er
~.
,
Capítulo IX
~.~-.
¡
'-.t-
i
Q'ospcctivo, descriptivo, clasificatorio y 'analítico de los estados'de con-
ciencia, siempre aftadió no obstante el estudio fisiológico del sopone
material y' nervioso de la actividad mental. Más bien inclinado a un ma.
LA SINTESIS EVOLUCIONISTA (1): ~erialismó paralelistaOa secuencia de los fenómenos psicológicos, se-
FuNDAMENTOS TEORICOS gún él. reposaba en una secuencia COrrespondiente de fenómenos nervio-
sos), suele conformarse con yuxtapOner, al clásico examcn de las sensa-
ciones. imágenes y asociaciones, una revista de las nociones conocidas
de la fisiología de los órganos de los sentidos y del sistema nervioso. En
el dominio del movimiento y del "sentido muscular". esas posiciones de
principio desembocan no obstante en una tesis más original que signa el
conjunto de su sistema. -
Bain reconocía, en efecto, una actividad primaria espontánea, puro
o
gasto de "fuerza nerviosa". expresión de la integración de las sustancias
ic
nutritivas en el nivel del sistema nervioso y del exceso de energía que
ém
derivaba de aquélla.2 Esa actividad primitiva. que se desarrolla al azar,
deposita las primeras sensaciones de movimiento, los primeros datos del
sentido muscular. Esos movimientos espontáneos provocan por otra
ad
Bain y las bases psicofisiol6gicas parte sensaciones particulares de placer y displacer.3 que entrañan su a-
crecentamiento O su inhibición. Así. por la asociación de las emociones,
ac
A. Bain y el sentido muscular las imágenes de movimientos y las perce~iones.se bosqueja una selec-
ción experimental de los movimientos adecuados para una determinada
o
Hasta Stuart Mill inclusive, como ya lo hemos visto, el asociacionismo experiencia o propia para desencadenar una reacción en particular; la
inglés siguió siendo una psicología dc los estados de conciencia todavía
us
multiplicación de ese tipo de asociación está en el origen de los que más
muy próxima a la teona cmpúica del conocimiento y basada en una me- tarde aparecerán como fenómenos voluntarios. Estos Sebasan en la dife-
todología introspectiva. Desde el punto de vista metafísico, el idealismo renciación selectiva de los distintos movimientos asociados de entrada en
a
de BerkcIey era todavía el telón de fondo y Stuart MilI finalmente reto- las combinaciones difusas de la motricidad espontánea. El poder volun-
ar
mó en gran medida los argumentos de ese autor. Fue a panir de media- tario se origina así en la discriminaci6n y la coordinación de los movi-
dos del siglo XIX cuando las ideas materialistas, ya muy influyentes erl mientos elementales que componen a dicha motricidad espontánea. salvo
lp
Francia y Alemania. comenza,,'''On a hacer pie en Inglaterra, reencontrando que la voluntad no puede diferenciar lo que es indiferenciable en la es-
de tal modo su tierra de origen y de elección (cf. Hobbcs y HartIey). tructura prefonnada de las inervaciones motrices (es imposible. por e-
ia
Las cosas iban entonces a desarrollarse muy rápidamente: en el espa- jemplo, separar los movimientos de cada dedo del pie).
er
cio de una o dos décadas, la psicología inglesa se convinió en fisiolo- En el análisis del resumen clásico de lo que corresponde a las diferen-
giSla, evolucionista y comparativa. Aunque los autores que provocaron tes sensaciones en nuestra percepción del mundo exterior, Bain atribuye
at
esa mutación eran en realidad contemporáneos, resulta preferible estu- por otra parte al sentido muscular un papel capital, puesto que a su jui-
M
diarlos en la secuencia lógica en la que se disponen sus ideas, orden éste ~io desempefta la función esencial en la constitución de nuestra concep-
que por otra parte corresponde a la realidad de la repercusión que tuvie- ciqn de la exterioridad espacial. El sentido muscular provee directamente
ron, Así, Bain,\ cuyo tratado apareció el mismo afto (1855) que la pri-' nociones estáticas (resistencia, peso) y dinámicas (duración, extensión);
mera edición de los Principios de psicolog£a de Spencer, tuvo al co- aliado al tacto. produce las nociones de longitud, superficie, volumen,
mienzo más influencia. incluso sobre el propio Spencer. que en conse- j forma, dirección y situación; vinculado a la vista (motricidad propia de
cuencia modificó considerablemente la segunda edición de su obra los músculos anexos a los globos oculares), genera el espacio visual,
(1873). fundamento esencial de nuestra concepción del espacio.
Bain era amigo y discípulo de Stuart MilI, y sus propuestas psicoló- De modo que, si bien, de acuerdo con la tradición de Berkeley, insiste
gicas se aproximaban bastante a las de su colega mayor. Al estudio in- ., Cilla subjetividad total de nuestras sensaciones, Bain subraya en la dis-
182 183 .
i
criminación.entre_imágenes y percepciones_el papel principal de los mo"-
Sobre esa base Se-érigi6 el"edifici6 evolucionista: la ligazón,la-iden_ .
vimientos que modifican las segundas y no las primeras.4 "La extensión
tidad de lo psíquico y lo corporal, en efecto, más que un postulado cons-
es el hecho objetivo por excelencia; el placer y el dolor son las fases
tituía para esta posición una evidencia previa tan segura que ni siquiera
mejor marcadas de la subjetividad. Entre la conciencia de la extensión y
planteaba 'más problemas. Sólo con esa condición el espíritu pudo inte-
la del placer, está la línea de demarcación más amplia que la experiencia
grarse conceptualmente a la sucesión, jerárquica de los fenómenos natura-
humana puede trazar en la totalidad del universo existente. De modo que
les. Durante mucho tiempo las dos concepCÍones estuvieron lo bastante
allí están el extremo objeto y el extremo sujeto:- y en último análisis el
próximas entre sí como para mezclarse, confundiendo sus fronteras: nu-
extremo objeto parece reposar en el sentimiento de un gasto de energía
merosos representantes prominentes de ambos movimientos eran con-
ffiuscular."5 Así como reduce el yo a una simple colección de estados de
temporáneos. no cesaban de citarse recíprocamente y de tomar unos de
conciencia presentes y pasados, Bain, lo mismo que sus precursores aso-
otros sus -conceptos y sus materiales. Sin embargo, retroactivamente. la
ciacionistas. rechaza desde luego la conciencia como criterio verídico Ín-
delimitación es evidente Y. como veremos, concluyó por cristalizarse en
o
manente de la realidad mental (cE. los espiritualistas): a su juicio, toda un conflicto irreductible.?
ic
una multitud de hechos demostraban que la conciencia percibía aparien-
cias e ilusiones, tanto en lo concerniente al mundo interno como al
ém
mundo exterior.
Spencer
B. El modelo psicofisiológico de fines del XIX
ad
A. Orígenes del evolucionismo
Así. en ese tercer cuarto del siglo XIX. en todo Occidente se estableció
ac
un materialismo sólidamente implantado en la neurofisiología. Hemos
El evolucionismo fue resultado de la síntesis de dos corrientes de pensa-
estado considerando a sus principales representantes: Taine en Francia;
miento. La primera. relativamente antigua, se originaba en la idea de que
o
Helmholtz, Wundt y Meynert en Alemania, Bain en Inglaterra. Cada una
las transformaciones sociales (en sentido amplio: políticas, intelectua-
us
de las componentes nacionales de esa vasta corriente aportó su acento
les, técnicas, morales, etcétera) de las que la historia había podido hasta
particular a una concepción de conjunto qqe siguió siendo extremada-
ese momento conservar el recuerdo, ponían grosso modo de manifiesto
mente homogénea. Los franceses (ya lo dijimos) continuaron sobre todo
a
una evolución, en el sentido de un progreso continuo, de modo que desde
vueltos hacia la psicopatología, y fueron esencialmente los alienistas y
ar
los orígenes se habrían sucedido las etapas, de un desarrollo que sin cesar
la escuela de Charcot quienes hicieron uso del modelo ahora clásico.6
conducía al hombre ya la sociedad hacia un grado mayor de bienestar, de
lp
Los alemanes se adhirieron a una concepción fisicalista. en la que el ide-
al de la medición y de la ley matemática dominó una investigación de
libertad, de saber y de técnica, y también de conciencia. Si bien la idea
del devenir se puede encontrar muy lejos en la historia del pensamiento,
ia
espíritu experimentalista. A través de Bain. Inglaterra conservó el con-
es indudable que fue la época clásica la que proveyó sus bases materiales
tacto con la teoría lógica. tierra de origen del asociacionismo.
er
o
podían dar lugar a un cuadro clasificatorio y a un árbol genealógico. La biología y los de la sociología.l1 En el ínterin habían aparecido las o-
ic
biología se constituyó verdaderamente en el pasaje del siglo XVIII al bras de Darwin, 10 mismo que num~rosos trabajos de sociología primi-
ém
XIX, en torno del vitalismo y de la noción de organización que privile- tiva, cuyos materiales e ideas Spencer utilizó con frecuencia en esa gran
giaba el funcionamiento vital unitario del organismo en relación con la síntesis del pensamiento evolucionista.
autonomía de los órganos. El juego de las comparaciones en-la morfolo- De modo que con Spencer la psicología empirista abandonó el área
ad
gía externa de las especies, que generó los cuadros taxonómicos de la é- del fenomenismo en la que la habían confinado Berkeley y Hume. Spen-
poca clásica, fue reemplazado entonces por el estudio del plan de organi- cer propuso como marco conceptual un realismo «transfigurado", cerran-
ac
zación interna y la anatomía comparada. El nacimiento de la geología y do de esa manera el ciclo iniciado por los nominalistas occamianos del
el estudio de los fósiles proporcionó materiales complementarios a esa prerrenacimiento. Según él, existe una correspondencia global entre la
o
evolución conceptual que Lamarck9 dotó de un aparato teórico en su realidad externa y los datos de la percepción, aunque el conjunto de los
us
Filosofía zoológica (1809).10 Es preciso observar la visión armonista elementos y sus relaciones estén tan deformados que lo real, en su esen-
del universo en cuyo seno se ubican estas concepciones: la evoluci6n de cia, siga siendo incognoscible para siempre. No obstante, la correspon-
las especies las conduCÍa a una complejidad cada vez mayor de su organi-" dencia entre las variaciones concomitantes de los dos tipos de fenóme-
a
zación y a una adaptación cada vez mejor al medio; los esfuerzos del or- nos, externos e internos, permite la construcción de las ciencias positi-
ar
ganismo por satisfacer sus necesidades y los hábitos adquiridos en el vas. Por lo tanto, el conocimiento sensible no es simplemente reducti-
proceso modificaban directamente los órganos y la organización, cam-
lp
bios éstos que se transmitían a la descendencia. Las especies vivas cons-
ble a hechos de conciencia: también constituye el símbolo, la transposi-
ción de lo incognoscible, es decir de las causas últimas (esencia de la
ia
tituían así una gradación progresiva en la que cada grupo representaba u- materia, de la fuerza. del espíritu, en resumen, del ser). Esa expresión
na etapa de un proceso de perfeccionamiento indefinido. Se habrá adver- tomada de Hamilton señala la posible conciliación que procura Spencer
er
tido la homología de esta tesis con la ideología social del progreso: ve- entre un saber limitado a los fenómenos, a las transformaciones de lo
remos de qué modo Darwin se aparta nítidamente de una tal concepción
at
También otras corrientes (geología, astronomía, paleontología, an- la transformación de las realidades existentes: la ley de la evolución. La
tropología, arqueología. estudio de las lenguas, etcétera) concurrieron a persistencia de la fuerza, la multiplicidad de los efectos, entrañan un pa-
la constitución del evolucionismo. Como lo ha subrayado con énfasis so incesante de lo homogéneo. difuso, incoherente, a lo heterogéneo, de-
Michel Foucault (Les mols el les choses), fue todo el conjunto del limitado, coherente, tanto en el nivel de la materia como en el del movi-
pensamiento occidental el que, desde principios del siglo XIX, integró la miento: el resultado es una diferenciación cada vez mayor del ser, un a-
dimensión diacrónica y empezó a pensar la historia. En tal sentido, Her- crecentamiento de la complejidad de su estructura. Una ley inversa, de
bert Spencer sólo fue el espíritu más sintético, el pensador más amplio disolución, acompaña desde luego a la gran ley de la evolución, llevan-
y el precurscr de una vasta corriente que por otra parte produjo también a do lo complejo a lo simple, lo heterogéneo diferenciado a lo homogéneo
Karl Marx, Charles Darwin y los inicios de la antropología comparada. ,, indiferenciado. Spencer puede así trazar el bosquejo de una génesis evo-
186 187
L
lucionista: desde la nebulosa primitiva hasta la~condensaci6nlleh;istemá~o~ .-."~-~ complejas yorganizadas.- A parrirdeún cierto niVél de~difeteñ'C"mciITny-"-"
'~.
planetario (tesis de Laplace), desde el globo en fusión hasta la infinita de complejidad, los montajes instintuales ya no pueden funcionar de ma-
diversidad de la corteza terrestre, desde el organismo unicelular hasta las nera autom'ática: su puesta en acción se vuelve más irregular y conflicti-
plantas y los animales más complejos, desde los peces a los mamíferos va, puede ser sólo bosquejada y reprimida, y se ingresa en la esfera psí-
primitivos, y después hasta los primeros hombres, desde la unidad priC quica propiamente dicha. La memoJ1a, en efecto, consiste en un inicio
mitiva del género humano hasta las diferentes razas que lo componen en de puesta en acto, de inervación motriz, de naturaleza instintual, en res-
la época moderna, desde estas últimas a las diversas civilizaciones, hasta puesta a las impresiones perceptivas correspondientes. de tal modo reco-
la diferenciación incesante y además creciente de los hechos sociales y nocidas.12 Así se constituyen las imágenes mentales. recuerdos debilita-
culttuales, desde las sociedades primitivas hasta la Inglaterra victoriana y dos de las percepciones y de las respuestas motrices correspondientes que
las' relaciones internacionales. Eh efecto, consideraba evidente la analo- las ubican, y después base del desarrollo de la inteligencia.
gía entre la evolución de las especies y la d~ las sociedades: crecimiento Por otra parte, el deseo también se origina en esa fase evolutiva: es
o
en tarnafio. creciente diferenciación estructural interna. mayor compleji- el aspecto motriz, impulsivo del acto instintual retenido en su realiza-
ic
dad de la organización y aumento de la dependencia recíproca de los ele- ción por la puesta en juego de factores antagonistas. El produce los fe-
mentos en la división del trabajo orgánica o social.
ém
nómenos voluntarios, siendo la volición el resultado del conflicto de
En consecuencia, parecía claro qt;le los fenómenos fisiológicos y psi- impulsos hacia el aeta cuando desemboca en el movimiento apropiado.
cológicos debían ser concebidos como esencialmente de la misma natu- El deseo es también la fuente de los sentimientos simples cuya agrega-
ad
raleza y ubicados en una continuidad evolutiva y genética. En el orga- ción en virtud de las asociaciones mentales va a constituir las emocio-
nismo unicelular. la irritabilidad primitiva de un tejido no diferenciado nes, tanto más poderosas cuanto más importante sea el número que a-
ac
asegura el conjunto de las funciones metabólicas y reproductoras. A- grupan de sensaciones elementales, es decir de impulsos instintivos. Es
compañando al acrecentamiento cuantitativo y de la diferenciación de los el caso de la pasión amorosa. que según Spencer agrega a los elementos
elementos constitutivos. las diversas funciones vitales se van a encon- puramente físicos emociones estéticas, sentimientos no sexuales de a-
o
trar, en los organismos pluricelulares, asumidas por aparatos especiali- fecto, de admiración, de satisfacción de la autoestima, un placer de pose-
us
zados; así, el sistema nervioso centraliza progresivamente las funciones sión y la participación simpática en el placer del compañero; cada una de
de adaptación al ambiente, en particular las sensorio-momees. El arco estas emociones es en sí compleja y conduce a un alto nivel de excita-
a
reflejo simple constituye su organización primitiva, en la que una sola ción, y el agregado final representa una de las motivaciones más podero-
contracción responde a una sola impresión. La vida consiste en efecto en
ar
sas que afectan al ser humano. Existe en efecto un vínculo Íntimo entre
iln ajuste continuo de las relaciones internas (organismos) a las relacio- sentimiento y volición; en ese punto Spencer se adhiere al utilitarismo,
lp
nes externas (medio circundante): la correspondencia es al principio di-
recta y homogénea, y el ser unicelular sólo puede sobrevivir en un me-.
cuyo análisis renueva considerablemente: el placer resulta del ajuste ade-
cuado entre el organismo y su medio; el bien y las leyes de la naturaleza
ia
dio adecuado que presente características fijas. Acompañando a la evolu- están consecuentemente en una correlación estrecha; todo organismo que
ción, el carácter cada vez más complejo de las estructuras biológicas per-
er
crecimiento de las capacidades de respuesta y del poder discriminador y la Aún nos falta subrayar al pasar un punto esencial de este análisis e-
capacidad sintética ante las modificaciones del medio; las corresponden- volucionista del psiquismo: este análisis retoma el esquema fisiologista
M
cias se vuelven cada vez más numerosas y complejas, distantes y especí- del reflejo como modelo estructtual de la actividad mental (cf. Griesin-
ficas; su coordinación y su integración permiten la supervivencia en ger) pero introduciendo un matiz capital. Si bien, en efecto, las "faculta-
ambientes cada vez más variables y en condiciones cada vez más alejadas des mentales" siguen siendo pensadas como las formas más elevadas de
de las condiciones originales óptimas. los procesos sensorio-motores (volveremos a encontrar este punto en
El desarrollo del sistema nervioso desempeña una funci6n esencial en Jackson), si bien la netuología subsiste como base material, fundamento
ese progreso: del reflejo simple se pasa al reflejo complejo, en el que u- de la psicología (incesantemente Spencer se manifiesta paralelista), el e-
na combinación de contracciones musculares responde a una combina- volucionismo introdujo sin embargo una jerarquía allí donde el fisiolo-
ción de impresiones. El instinto, transmitido hereditariamente, es un fe- gismo veía una homología de estructura. Así. tanto el pensamiento co-
nómeno de naturaleza idéntica. en el que las coordinaciones son aun más mo el lenguaje o la afectividad aparecen naciendo de una represión de la
188 189
L
.='''" (~" ••••.••'''~. 'm,,""~)'""'m'''',''''''_CR~"'''''-~
. entonces que se atribuye al psiquismo unafunci6n esencial, lo que im-
posibilita toda concepción simplemente uepifcnomenista" (la conciencia
como epifen6meno de la actividad nerviosa superior. sin función pro-
~J
'
. ': Al allálisis. empíricO.:)' asociacionista de'la inteligencia (tál<éOm"b-lo-
ha recibido de Stuart MilI), Spencer le añade en consecuencia la correc-
ción de la eXistencia de relaciones fisiológicas preestablecidas, transmiti-
das hereditariamente, base de las. presuntas formas a priori del pensa-
-
pia). Veremos la importancia que este tema tuvo para Jackson. para miento; el análisis empírico sigue s~endofilogenéticamente exacto. si
Freud y para los funcionalistas. Senalemos en seguida que al reintroducir bien su proceso ya no se despliega de nuevo en cada individuo. Así
potencialmente una causalidad psiquica. condujo a un dualismo por lo Spencer, lo mismo que Bain, puede analizar la relación de coexistencia
menos metodológico, más allá de un puro determinismo mecánico (mo- constitutiva de la noción de espacio en tanto que secuencia de hechos de
nismo). conciencia perfectamente reversible (por oposición a la relación de suce-
Los mismos principios generales iban a guiar el análisis de la inteli- sión temporal) -y por lo lanto reducir el espacio al tiempo, dimensión
gencia en Spencer: en él se encuentra el camino clásico del asociacionis- específica de la conciencia- mientras considera el espacio y el tiempo
mo traspuesto al plano de una génesis evolucionista, concepción más como formas innatas del pensamiento.
o
amplia que permite integrar en elJa numerosas crílicas, en particular 3- El evolucionismo representó en efecto la gran síntesis de las diversas
ic
prioristas. Para Spencer. la condición de todo pensamiento y toda con- corrientes de la psicología europea del siglo XIX: integró en una con-
ém
ciencia reside en la desemejanza. que es lo único que hace posible una cepción fundamentalmente empírista y asociacionista el apriorismo kan-
discriminación de los estados de conciencia sucesivos. La operación fun- tiano y el nativismo, así como la jerarquía psicológica de los espiritua-
damental del espíritu es entonces la percepción de las relaciones de se- listas. todo ello en un marco materialista y psiconeurológico. De ese
ad
mejanza (no cambio) 6 de diferencia (cambio: sucesión, secuencia) en el modo iba a representar el horizonte más general del pensamiento de fin
nivel de los datos perceptivos brutos Ode sus recuerdos debilitados, las de siglo en psicología y filosofía; los autores se diferenciaban más por
ac
imágenes mentales. El resultado del funcionamiento mental elemental es a matices "dialectales" que por verdaderas divergencias. siempre en el inte-
por lo tanto la diferenciación y la integración continua de los estados de rior de esa "lengua fundamental" común. Desde esa perspectiva tendre-
o
conciencia; allí se origina la clasificación (de las cosas) y forma la base mos que estudiar el matiz darwinista del evolucionismo.
us
del razonamiento primitivo. concreto y cualitativo (clasificación de re-
/aciones). La percepción de la igualdad de las cosas y de las relaciones C. La antropología evolucionista
desemboca en la búsqueda de la identidad, lo único que permite el razo-
a
namiento cuantitativo y ]a medición; la extensión lineal provee el mo- Pero el pensaroliento psicológico de Spencer superó ampliamente el
ar
\lelo y el patrón al que se reduce todo cálculo. Los nombres de las unida- marco individualista heredado del asociacionismo, que constituía el hori-
des de medida (pulgada, pie, paso, codo), las bases evidentemente digita-
les (5, 10, 20) de los sistemas de numeración más usuales, traicionan
lp zonte de las tesis fisiológicas o espíritualistas. Su sociologíat3 fue por
más de una razón la fuente y la síntesis de otra gran corriente de la psi-
sin ambigüedad el origen concreto y empírico de las operaciones de
ia
cología evolucionista. Si bien Spencer tomó de Comte la palabra mis-
cuantificación. De ]a coordinación de los razonamientos cuantitativos ma y, con ella, la idea de un orden propio de los fenómenos sociales; i-
er
nacen las ciencias abstractas; el conjunto de las ciencias. sea cual fuere rreductible a la suma de los hechos individuales que aquéllos abarcan, la
su nivel de evolución. siguen estando vinculadas entre sí por un consen- teoría de la evolución le permitió en ese caso como en otros hacer apare-
at
so técnico y conceptual. cer un vínculo genético entre esos órdenes empíricos que según Comte
M
Lo mismo que la vida, la inteligencia consiste en una corresponden- . eran radicalmente heterogéneos.
cia de las relaciones externas y las relaciones internas, en este caso entre Ya hemo~ visto que Spencer atribuye a las sociedades un tipo de e-
las secuencias y coexistencias reales del pensamiento. El grado de atrac- xistencia homólogo al de los organismos: crecimiento progresivo en
ción entre elementos psíquicos es correlativo del grado de ligazón de los volumen, diferenciación interna creciente, solidaridad e interdependencia
hechos reales correspondientes. Allí encontramos las bases de la ley de. cada vez mayor entre los elementos constituyentes; la comparación entre
asociación de las ideas, salvo que su sustrato es fisiológico (cambio co- la evolución de los dos órdenes de fenómenos parece convincente e ilus-
rrelativo de los elementos nerviosos) y que ciertas asociaciones indisolu- tra su continuidad genética. A partir de una organización primitiva indi-
bles, como el espacio y el tiempo, se transmiten hereditariamente a tra- ferenciada, en la que los miembros del grupo son funcionalmente inter-
vés de la estructura del sistema nervioso. cambiables, surge una diferencia entre los individuos encargados de las
190
1
191
~
-Telaciones externas, en particular de la guerra (amos); y los que-aseguran .
las relaciones internas de subsistencia (esclavos). Cuando. como conse-
cuencia del crecimiento propio del volumen o por la agregación de los
I diales y-las tendencias sociales de. aparición ulterior. EnITatwin ""remós ...
este punto más acabadamente desarrollado.
Todas esas nociones permitieron a Spencer trazar un retrato del hom-
grupos entre sí, la entidad social toma una dimensión tal que la separa- bre primitivo y de las características generales de su psicología: impul-
ción entre las dos clases que la comppnen se hace tajante y plantea pro- sividad, predominio de la acción prim~a de las emociones, sin gran de-
blemas prácticos, se interpone un s.istema distribuidor intermediario. A liberación consciente (poca acción del juicio), conservadorismo funda-
partir de esas tres capas fundamentales se desarrollan a continuación el mental (escasa plasticidad, fijeza de las costumbres), dominio en la co-
sistema productor o de sostén, el sistema distribuidor o de transporte, y hesión de los sentimientos ego-altruistas (cf. el status de las mujeres, la
el sistema regulador. gubernamental y militar; este último, a través de ausencia de la verdadera moral). En el plano intelectual, el rasgo domi-
las instituciones ceremoniales indispensables para su dominio sobre el nante es la incapacidad para alcanzar lo general, la abstracción, la preci-
conjunto social, dará origen a las instituciones políticas. religiosas y sión del pensamiento. Carácter concreto, proximidad, rigidez de las cre-
o
sociales. Es patente la analogía entre ese esquema general y las etapas de encias y de las concepciones, predominio de la imaginación simplemen-
ic
la -evolución embrionaria: masa celular indiferenciada, embrión de dos y te reproductora por sobre la imaginación creadora, ausencia de espíritu
después de tres plegamientos, desarrollo de los diferentes órganos y de la
ém
crítico y de escepticismo: a una vida intelectual poco desarrollada,17 po-
jerarquía orgánica. co curiosa, rígida, se oponen excelentes facultades perceptivas, una gran
Pero si bien el hecho social tiene de ese modo un orden propio de e- destreza, movimientos hábiles, una multitud de observaciones elementa-
ad
xistencia y desarrollo, también descansa en ciertos caracteres psicológi- les concretas. Estas últimas, desde luego, sólo pueden generar clasifica-
cos de los individuos constituyentes de los grupos humanos; a la recÍ- ciones groseras, concretas, analógicas. Pero de los conocimientos y de
ac
proca. y acompañando a la evolución de las sociedades. esos caracteres los medios intelectuales limitados del primitivo ante los misterios del
psicológicos sufren ellos mismos una evolución muy importante.l4 Y mundo y de la vida emerge sobre todo una visión muy peculiar: la duali-
al principio la existencia misma del grupo reposa en la aparición de un dad del mundo que Tylor acababa de bautizar como animisnw.
o
tipo particular de sentimientos que Spencer opone a los sentimientos e- HLos cambios en el cielo y sobre la Tierra favorecen en el salvaje la
us
goístas basales (utilitarismo puramente individual) como sentimientos noción de dualidad, que por otra parte le cpnÍrrman las sombras y los e-
altruistas, que corresponden a lo que los utilitaristas denominaban "sim- cos, los sueños y el sonambulismo, y aun más la insensibilidad anor-
a
patía". En el nivel inferior, están de entrada los sentimientos ego-al- mal del síncope y la apoplejía; esas formas temporarias de inconsciencia
ar
truistas: el individuo "aprende por experiencia la utilidad que tiene, en lo se ligan en su espíritu con la forma duradera de inconsciencia en la que
que concierne a sus propios fines, evitar la conducta que provocaría en no se puede hacer volver al doble, con la>muerte. La creencia de que los
los otros manifestaciones lp
de cólera, y adoptar la que suscita en ellos ma-
nifestaciones de placer".15 Como consecuencia de las peculiaridades pro-
dobles de los hombres muertos son la causa de todas las cosas extrañas y
misteriosas empujó a los hombres primitivos a cuidarse de ellos con la
ia
pias del psiquismo primitivo,16 esas nociones se interiorizan y generan ayuda de exorcistas y hechiceros, o a hacerlos propicios mediante plega-
er
una primera forma de moral y de sentimiento religioso, basada en la ver- rias y alabanzas. De estas últimas observancias provienen todas las cla- -
güenza, el miedo y el gusto por la aprobación. Sólo mucho más tarde a- ses de culto. Además de esos productos aberrantes del culto a los antepa-
at
parecen los sentimientos altruistas propiamente dichos (generosidad, sados que resultan de la identificación de éstos con ídolos, animales,
piedad, sentimiento de justicia. misericordia): para ello es preciso una plantas y fuerzas naturales, hay desarrollos directos de ese mismo culto.
M
prolongada elaboración sintética de los elementos precedentes, su enrai- En la tribu, el jefe, el mago, o algún otro personaje que posee cualquier
zamiento en virtud de la herencia, y también la disminución de las acti- capacidad, respetado durante su vida por manifestar un poder de origen y
vidades guerreras y predadoras necesarias para los grupos primitivos. alcance desconocidos, inspira un grado de temor más grande cuando, des-
Todo ello significa desde luego que una serie de conflictos entran en pués de su muerte, adquiere el otro poder que poseen todos los espíritus.
juego entre los grupos de tendencias y sentimientos que aparecen sucesi- Con mayor razón aun, al extranjero que aporta artes nuevas, y al con-
vamente en la evolución de las especies (y de la especie humana) y que quistador de raza superior, se lo trata como a un ser sobrenatural durante
representan intereses potencialmente antagónicos. -Así, Spencer subraya su vida, y se lo adora después de su muerte como a un ser sobrenatural
la oposición entre la conservación individual y la reproducción de la es- todavía más grande. Así, partiendo de la idea del doble viajero que sugie-
pecie (sexualidad), lo mismo que entre esos grupos instintivos primor- re el sueño, pasando al doble que se va en el momento de la muerte, pa-
I
192
¡ 193
---~_=,~.~_~,===
•••• ;¡¡¡=======iI=== •.
sando~de este~espíritu;-al que aYpriñtipit;"irolb ~Ieál'r¡buyeuna~vidaJem- "-ban variácibnes~esJ"onláñel:ts--qué-man-;-eñ'el sentido-que él buscaba y re.;'
pararia, a espíritus existentes para siempre. y cuyo número crece sin ce- pitiendo l~ operación en un gran número de generaciones. Ese era el
sar, el hombre primitivo poco a poco puebla el espacio ambiente de se- mismo proceso que operaba en la naturaleza sin intervención voluntaria:
res sobrenaturales, pequetlos y grandes. que en su espíritu se convierten la selecci6n natural favorecía sistemáticamente la desc~ndencia de los
en las causas de todo lo que es extraordinario. Y extremando 16gicarnente mejor dotados y su progenie era má.s numerosa y estaba mejor armada
este método de interpretación así inaugurado. se entrega a las supersti- para la lucha por la vida;22 a lo largo de innumerables generaciones, de
ciones cada vez más numerosas que hemos mencionado."18 los antepasados comunes derivaban especies nuevas especialmente adap-
Spencer estaba suscribiendo los trabajos sobre antropología primiti,. tadas a tal o cual medio en particular; los eslabones intermedios con fre-
va: Mac Lennan, Lubbock, Tylor, Morgan,t9 publicaron sus principales cuencia desaparecían en el curso de ese proceso evolutivo. que explicaba
obras en el corto lapso que media entre 1865 y 1877, e inspiraron tanto la enorme cantidad de especies vivas diferentes que pueblan el planeta, y
a Spencer como a Darwin y Marx.20 Recordemos que junto al estudio de a la vez la presencia y la ausencia, según los casos. de las formas inter-
la psicología y de las costumbres del primitivo, su preocupación esen- medias (algunas veces también recuperadas en forma de fósiles). Esto e-
o
cial concernía a las formas primitivas de la familia y de las relaciones quivale a señalar la importancia en la formación del darwinismo de la
ic
conyugales. Si bien en general divergen en cuanto al esquema evolutivo geología de Lyell, quien, desde 1830, trastrocó la concepción clásica de
ém
propuesto, Spencer coincide con Bachofen (1861) en la idea de un esta- la historia de la Tierm. al demostrar la edad entonces casi inconmensura-
dio preliminar de promiscuidad sexual a partir del cual se organiza el ble que había que alribuirle.23 Así, resultaba pensable una evolución
malrimonio de grupo y después el malrimonio propiamente dicho, cada lenta, insensible, que desplegara su proceso en millones de generaciones,
ad
una de esas fases lleva consigo bna organización social y cultural parti- con lo cual el transformismo adquiria su verdadera significación.
cular. cuyas huellas se aplicaron a encontrar en los cuatro puntos cardi- Por otra parte. Darwin reconocía la presencia de otros mecanismos de
ac
nales del planeta.2t evolución. Por un lado, como Spencer, reservó un lugar a la adaptación
y a la herencia de los caracteres adquiridos, es decir allamarckismo: fue-
o
Ton sus discípulos más tardíos (Weismann en particular) quienes recha-
us
zaron totalmente ese mecanismo. abriendo un debate que aún está lejos
El darwinismo de haberse resuelto verdaderamente. Además, reservará en consecuencia
un lugar por 10 menos equivalente a la selección sexual, cuya exposi-
a
A. La especificidad de la antropología darwiniana ción ocupa las dos terceras partes de la obra de 1871; ciertos caracteres
ar
sexuales carentes de valor adaptativo.24 en efecto. desempeñaban un pa-
lp
Los cuadernos de notas manuscritas de Charles Darwin indican que los
grandes lineamientos y numeTOSOS detalles de su pensamiento ya eran
pel principal en la selección de las especies. interviniendo en el nivel de
la competencia sexual. favoreciendo a ciertos individuos en detrimento
ia
claros para él desde 1838-1839. No obstante, aguardará veinte años para de otros en la conquista del compañero y por lo tanto en la reproducción.
publicarlos, hasta que Wallace estuvo a punto de adelantársele y de poner Ciertos autores, como Sulloway, pretendieron discernir, por la distin-
er
en circulación una versión por otra parte empobrecida de las mismas te- ción de las dos selecciones, la presencia en Darwin de una oposición
sis. Todavía L'origine des especes (1859) sólo alude tímidamente a la conceptual entre instinto de reproducción e instinto sexual. Si bien re-
at
especie humana, en las últimas líneas de la conclusión. Hasta 1871, en trospectivamente se puede tener ]a ilusión de encontrar en su obra una
M
La descendance de l'hornme. Darwin no se arriesgará a publicar sus te- concepción semejante, en ninguna parte de dicha obra se la lee explícita-
sis antropológicas y psicológicas. En el ínterin, el evolucionismo en- mente y, como habremos de verlo, ella se opone a su concepción gene-
contró su teórico en Spencer, y el pensamiento de Darwin tenderá a fun- ral del instinto. Los teóricos del instinto sexual, por otra parte, provení-
dirse en la corriente general sin revelar en seguida su originalidad. an de una corriente de pensamiento totalmente distinta. como lo exami-
Recordemos que la columna vertebral del darwinismo estaba consti- naremos más adelante.
tuida por u.na concepción inédita del transformismo; el modelo utilizado Lo que más importa aquí es la concepción que tiene Darwin de la
por Darwin estaba representado por la selección de las especies domésti- "antropogenia" -para retomar el titulo de una de las grandes obras de su
cas de plantas y las razas domésticas de animales: el criador obtenía im- discípulo Haeckel- y las concecuencias psicológicas que de ella deri-
portantes modificaciones de la raza cruzando los individuos que presenta- van. La descendencia del hombre25 intenta demostrar que "el hombre
194 195
desciende .de-una especie-=inferior'~ ,~-incluyéndolQ" en .cuerpo.y alma -en-la el hombre-y-~ales,-desde-el punto"Úe vista mental, una"diferencia-
gran cadena de la evolución de J.asespecies. Su razonamiento con respec- fundamental de naturaleza, o si no se trataría sobre todo de una diferencia
to al psiquismo humano sigue el modelo de los argumentos presentados cuantitativa en el nivel de ciertos elementos comunes. En consecuencia.
concemientes a la estructura somática, que son de tres tipos: Darwin va'a entregarse al mismo.tipo de examen compar~doefectuado
en el registro de las estructuras físicas del hombre y de las especies ani-
-Analogías estructurales en el nivel de la anatomía, de la morfolo- males. Llega a la conclusión de que existe "una diferencia de grado y no
gía, de la embriología, de la fisiología y de la patología (enfermedades y de clase. Hemos visto que sentimientos. intuiciones, emociones y facul-
parásitos comunes, por ejemplo) comparadas; las conformaciones ho- tades diversas, tales como la amistad, la memoria, la atención, la curio-
mólogas de la especie humana y especies animales (sobre todo mamífe: sidad, la imitación, la razón, etcétera, de los que el hombre se enorgulle-
ros, en particular los más evolucionados, los monos antropoides) eran ce, pueden observarse en estado naciente. o incluso bastante desarrollado
innegables y por otra parte conocidas desde hacía mucho tiempo. en los animales inferiores. Ellos son además susceptibles de ciertos per-
o
-Similitud en el desarrollo ontogenético. Esta es la famosa "ley feccionamientos hereditarios, tal como nos lo demuestra la comparación
ic
biogenética fundamental" de Haeckel, su gnm discípulo alemán: "la on- del perro doméstico con el lobo o el chaca1.29 Si se pretende sostener
togenia es un resmnen de la filogenia".26 Así, el embrión humano pasa
ém
que ciertas facultades, como la conciencia. la abstracción, etcétera, son
por las diferentes fases de desarrollo de la especie, desde la célula única específicas del hombre, es muy posible que ellas sean el resultado de o-
hasta el pez con branquias y el mamífero. En el curso de ese proceso re- tras facultades intelectuales muy desarrolladas que a su vez derivan prin-
ad
capituIador, numerosos 9rganos aparecen y después involucionan. cipalmente del empleo continuo de un lenguaje que ha llegado a la per-
-Existencia en el hombre de numerosos rudimentos de órganos de fección. "30
ac
especies inferiores, más o menos desarrollados según los individuos La argumentación de Darwin se funda en los materiales de la psico-
(forma de la oreja externa, olfato, muelas del juicio, pilosidad, apéndice, logía animal que existían entonces y que esencialmente consistían "en
cóccix, etcétem). A veces también se verifican verdaderos retornos atávi- un conjunto de anécdotas")! No se trataba en efecto de observaciones
o
cos de los caracteres morfológicos de los antepasados animales del hom- sistemáticas ni de experimentaciones, como será el caso en el siglo XX.
us
bre, patológicamente (útero tabicado, cerebro de los microcéfalos) o den- sino de relatos con frecuencia ingenuamente antropocentristas (cf. la asi-
tro de límites fisiológicos (caninos, pilosidad, detalles de la musculatu- milación de las plumas o del canto de los pájaros a producciones estéti-
a
ra, etcétera). cas. por cierto instintivas y hereditarias. pero que generaban emociones
ar
de ese tipo en el compañero). Esta clase de razonamiento analógico no
Todos esos hechos. numerosos y convincentes. junto a la extrema sometido a crítica. que solía desembocar en la humanización del animal
lp
variabilidad espontánea de los caracteres somáticos de la especie, hablan
en favor del origen común del hombre y olTas especies animales. Sub-
para descubrir en él facultades humanas en embrión o esbozo, a prin-
cipios del siglo siguiente llevará a una reacción de sentido inverso.32
ia
siste el argumento principal de los adversarios de esta teoría: la incon- conductista, en la que todavía se inscribe nuestra concepción de la psico-
mensurabilidad del espíritu humano con las manifestaciones psicológi-
er
"La diferencia entre el poder mental del mono más elevado y el del sal- animales rechazan con indignación su versión humana,33 y no se han
vaje más tosco es inmensa."27 No obstante sefiala qu.e también es in- resucitado de ese modo los animales-máquinas de Descartes ante el alma
M
mensa entre un pez inferior y un mono antropoide, cuyo parentesco re- inmaterial del rey de la Creación?
moto ya nadie negaba, y por otro lado entre un salvaJe "y un Newton o No obstante, es en el desarrollo de los instintos sociales donde Dar-
un Shakespeare". Además, en el curso de la ontogenia humana, el desa- win ubica la especificidad del psiquismo humano, a través de los dos e-
rrollo mental se produce progresivamente, desde la vida psíquica elemen- lementos que lo caracterizan: el lenguaje y la conciencia mora!. Si bien
tal del recién nacido, y después del niño (la cual, en muchos aspectos, e- uno y otra reposan por cierto en un potencial intelectual incomparable~
voca los diversos grados de la escala animal), hasta la plenitud intelec- mente superior.al del animal, también se inscriben en el dominio pro-
tual y moral del adul too28 gresivo de los instintos sociales sobre el conjunto del comportamiento
Para tratar correctamente ese problema es preciso no detenerse en del individuo y sobre los instintos egoístas fundamentales. Retomando
la apariencia de los fenómenos, sino más bien preguntarse si existe entre los elementos principales del análisis utilitarista y asociacionista, Dar-
196 197
---....... _. ---------
win reduce el_s~~~~o mor~J ¥ los ~alo~~.~.una_grn.n!ed de. imágenes .•de""--~"--;.
c- ---.'ideáS.y.dé.cóñeepfos en los que la sin'lpátía constin'lye la sustancia y la ._-'=~j)arwin-'Setlala por otra.parte" la ápartción.fatdí,l"én.láontoge';ia ..~h"~'-~~~~.'=~~~.~c
de los caracteres sexuales denommados . secundarios. según lo atesti umanal
"columna vertebral" emocional, pero la vincula con esa categoría espe- . . .ó al
cial y particular de instintos que empujan a.los animales sociales a agru- .¡ indiferenc13cl n sexu re atlva e os Olños, huella de la fecha recigua a
l. di.
J, d ...ó fiil •. (1ey d e b.IOgenética). ente
de su a qUIStCl n ogenetIca
parse y ayudarse mutuamente, y que desarrolla en ellos los sistemas de
setlales y de comunicación al mismo tiempo que la solidaridad y la de- Nos falta ahora subrayar la originalidad del darwinismo en el seno del
pendencia afectiva. evolucionismo. Vayamos directamente al punto fundamental: en Darwin
Pero desde luego es finalmente la selección natural la que explica el las etapas de la evolución no se inscriben en la construcción de una je-
doble desarrollo intelectual y moral del hombre: la ventaja que confieren rarquía piramidal en la que cada estrato sea una versión más compleja del
esas cualidades nuevas permiten a los indiVIduos y a los grupos mejor precedente y hunda en él sus raíces. La idea de la selección natural intro-
dotados por ellas para asegurarse un crecimiento y una descendencia más duce un amplio margen de azar en la eVOlución, azar en las Condiciones
importante y suplantar progresivamente a los competidores menos dota- peculiares del medio externo, pero también en las mutaciones espontá_
4
o
dos en tal sentido.3 Así, por selección y por herencia. (herencia lamarc- neas y en su devenir. De ello resulta que las fases sucesivas de la evolu-
ción no son obligadamente coaxiales: una rama evolutiva puede origi.
ic
kiana del refuerzo incluida), los instintos sociales adquieren una exten-
sión y un dominio crecientes, multiplicados por el desarrollo intelectual narse en un punto periférico de la etapa precedente, incluso brotar a par-
ém
(esos instintos duraderos y no vinculados a un ciclo apetito-saciedad, in- tir de un estrato ya antiguo (por ejemplo, importancia en el hombre de
fluyen tanto más intensamente en las asociaciones). Paralelamente se la liberación de las patas anteriores como consecuencia de la posición er-
guida, y desarrollo a continuación del circuito mano-ojo).
ad
inscriben el desarrollo del lenguaje, a partir de los rudimentos identifica-
torios de los animales, y la gravitación decisiva del juicio de los miem- De modo que se introduce la posibilidad de conflicto en las etapas de
la evolución; un ejemplo capital es el que opone en el hombre los ins-
ac
bros de su comunidad acerca de la conducta del individuo.
En tal sentido, Darwin sefiala que los "salvajes" sólo adquieren las tintos egoístas y los instintos sociales.37 Si la ontogenia recapitula e
vinudes sociales, las que corresponden a los valores del grupo; las vinu- integra la filogenia (ley biogenética fundamental de Haeckel), la madura_
o
des "personales" (cf. el imperativo categórico kantiano quefrecuente- ción habrá de salpicar el desarrollo individual con momentos claves en
us
mente coloca al individuo en conflicto con su comunidad histórica) co- los que aparecen modalidades psicológicas específicas, eVentualmente
rresponde a una fase ulterior del desarrollo, en este caso a una interiori- contradictorias
tegralmente
entre
recubierta
sí, y
por
de
la
las cuales
siguiente.
la antecedente
Por lo tanto.
está lejos de ser in-
como vamos a ver- I
a
zación más profunda de los juicios de valor, que reposa en capacidades
lo, si la concepción spenceriana en patología remite automáticamente a I
ar
intelectuales (retención mnémica, abstracción y generalización) acrecen-
tadas. También en ese punto los materiales de la antropología primitiva un descenso del nivel evolutivo y a la reaparición de actividades inferio-
f
daban apoyo a la teoría de la evolución: "todas las naciones civilizadas
fueron en otro tiempo bárbaras".35 de modo que las Costumbres de los
lp res liberadas (Jackson no tendrá ningún inconveniente en retomar la teo-
ría del automatismo de Baillarger), Darwin introduce en este punto un
ia
"salvajes" contemporáneos proporcionaban un eslabón principal de la nuevo modelo, que los sexólogos y después Freud emplearán amplia-
cadena que vinculaba al hombre moderno con los animales superiores. mente; él mismo proporciona su paradigma cuando escribe en uno de
er
en particular cuando constituían la clave de numerosas costumbres, cre- sus manuscritos: "¡Por lo tanto nUestra ascendencia está en el origen de
at
encias, expresiones corrientes de los hombres civilizados que son "las nuestras malas pasiones! ¡Nuestro abuelo es el diablo, en forma de ba-
buino!"38
huellas evidentes de su antigua condición inferior".36
M
La selección sexual desempefia también un papel importante en la e- Así, la idea de lucha, la guerra permanente cuya imagen estructura el
volución humana y ejerce sobre todo su acción, asimismo, con la me~ darwinismo, la noción de una difícil victoria del superior sobre el infe-
diación del grupo. Ella explica las diferencias morfológicas (importancia rior, no por trascendencia sino por exterminio, se inscriben también en
de los factores estéticos en la elección de compafiero, sobre todo de las el interior mismo del individuo, así como la conciencia de la argamasa
mujeres, en el origen) pero también psicológicas (Darwin pone de relie- biológica, es decir del resultado azaroso de una batalla en la que la victo-
ve la combatividad, la energía, la perseverancia, la superioridad intelec- ria del progreso es sólo estadística y no ontológica. Bastará Con que al-
tual de los machos ...) entre los sexos, en un estadio en el que las virtu- gunas particularidades contingentes alteren el equilibrio de las.fuerzas, y
des de la existencia del grupo limitan los efectos de la selección natural. lo arcaico aplastará con su impulso salvaje los aspectos más refinados de
las etapas ulteriores de la evolución_ Sin duda Spencer había querido
198
199
~ostr~la .filiación ~nint.erru.Jl]pida del hombre respect~ del resto de lo .
VIVO,.Incluso de 10 existente; Darwin, por su parte, subraya la perma- plo~ en la-ínterrupción de uña.es-certa in1ensamellte emotiva po; un~-re-
presentación trivial).
nenCIa act~al de -lo .atávico más profundo. en todos sus aspectos, en el
hombre mas evolUCIonado. El matiz. sin duda, es sutil, pero no por ello -Descarga restringida específica, que corresponde al bosquejo de los
menos fundamental. movimientos que implicarían la puesta en acto inmediata del contenido
mental (actitud y bosquejo de movimientos de combate en la cólera). A
ese primer tipo de descarga restringida se añade un segundo, el que resul-
B. La expresión emocional y el registro de lo originario
ta de los esfuerzos del sujeto por limitar o combatir esas manifestacio-
nes primarias o por ocultarlas dirigiendo la tensión nerviosa hacia otra
En 1872, Darwin publicó separadamente lo que en principio no iba a ser
parte. Desde luego, es necesario precisar que toda corriente de descarga
más que un capítulo de La descendencia del hombre y que constituiría permeabiliza la vía nerviosa que recorre, tanto más cuanto mayor sea la
su obra puramente psicol6gica: La expresión de las emociones en el frecuencia con que la utiliza (Bahnung de los autores alemanes) y que
o
hombre y en los animales.39' Se trata allí del mismo tipo de problema
muchos de esos circuitos facilitados se convierten en hereditarios por re-
ic
que. preocupa a la nueva psicología fisiológica: el hecho de conciencia y
petición: su puesta en juego, por ambas razones, se convierte en auto-
su correlato corporal aparecen estrechamente imbricados, y el abandono
ém
mática para una emoción dada.
de la antigua idea de un ordenamiento divino preexistente del "lenguaje
-Finalmente, otra vía posible es la descarga visceral que acompaña
de las emociones" dejaba el campo libre para las teorías materialistas y a la mayor parte de las grandes emociones de diversos signos más O me-
evolucionistas.
ad
nos objetivables y específicas.
En 1860. Con respecto a la risa, Spencer había propuesto cierto nú-
ac
mero de tesis, retomadas y sistemáticamente expuestas en los Princi- El conjunto de esos elementos constituye la expresión emocional: en
pios. Su piedra basal era la idea de Iajuerza nerviosa que ya encontra- efecto, ellos proporcionan signos relativamente estables y genéricos para
~os ~n los ps.iconeurólogos; toda puesta en juego de"¡os elementos y una especie, cuyo reconocimiento también es en gran medida hereditario.
o
crrc.Ultos nervIOSOS correspondía a fenómenos de descarga de «energía Por lo demás, Spencer se apoya en esos fenómenos para dar a la simpa-
us
ne~iosa", siguiendo el modelo de la corriente de despolarizaci6n que a- tía, base de los sentimientos sociales, un fundamento material indubita-
traVIesa las fibras nerviosas excitadas. Ya hemos visto que para Spencer ble. No obstante, sorprende que haga u!, uso tan amplio de un modelo
a
el funcionamiento psíquico consiste en una cierta suspensión de una ac- causal de tipo fisiológico sin recurrir a los pasos genetistas (examen del
ar
tividad sensorio-motriz compleja (de nivel suprainstintual) que pone en fenómeno en los animales, los primitivos, los niñ.os) que tanto le repro-
circulaci6n cantidades de energía nerviosa, descargas nerviosas. no desde- chaba a Bain no haber seguido en su estudio de las emociones.40
lp
fiables. Esas descargas se consumen por ejemplo en suscitar otros esta-
dos psíquicos según el modelo asociativo, también con frecuencia en
Por el contrario, precisamente ese método va a guiar el intento res-
pectivo de Darwin. A primera vista, los tres principios explicativos que
ia
virtud de una acción motriz clásica que pone fin a la deliberación mental proponen sólo parecen retomar en otro orden el análisis de Spencer:
er
ocurre especialmente en el caso de las emociones, sobre todo si son in- útiles para la realización de un deseo o el alivio de una sensación doloro-
tensas, se producen diversos fenómenos de descarga somática:
M
o
sión de disgusto "con la ayuda de movimientos en la región de la boca, voluntarias, desde la irritabilidad primitiva hasta la voluntad propiamen-
ic
análogos a los que acompañan al vómito",42 o del gesto antitético de te dicha. pasando por las adaptaciones nerviosas y reflejas. constituye su
ém
encogerse de hombros en signo de impotencia o resignación, que sólo se eje, prefigurando las tesis futuras de los funcionalistas. Las facultades
comprende por oposición a la actitud de combate (cabeza alta, pecho re- intelectuales son representadas a los lados, como ramas secundarias de la
evolución de las funciones adaptativas.
ad
plegado, hombros echados hacia atrás, pulios cerrados) que expresa irrita-
Así. Romanes ubica el nacimiento de la conciencia primitiva. que i-
ción o indignación; lo mismo ocurre con el plegamiento de los múscu-
los perioculares y los movimientos de cejas en diversas emociones pe-
'1 dentifica con la facuItad de sentir (sensación) de la "neurilidad" (función
I
ac
originaria del sistema nervioso), tal como ella se manifiesta por ejemplo
nosas (sufrimiento, tristeza, ansiedad), resto de los movimientos de pro- I
en el reflejo. La neurilidad tiene su fuente en dos propiedades fundamen-
tección de los ojos en el llanto que acompaña a los gritos en el lactante.
o
tales provenientes de la excitabilidad primitiva característica de la mate-
El modelo explicativo darwiniano se muestra claramente en esos es-
us
tudios sobre la expresión emocional: comprender un hecho psicológico ria viva:
es encontrar, a través de una mítica uescena originaria", su sentido fisio-
lógico primero por debajo de las deformaciones, los desplazamientos, las -El discernimiento, por elcual las excitaciones externas son distin-
a
guidas con independencia de su intensidad mecánica respectiva (ejemplo
elaboraciones secundarias que ha sufrido a continuación. Proceso genéti-
ar
co en consecuencia, pero con una corrección esencial; la génesis es aquí de la planta carnívora que repliega sus tentáculos al menor roce pero no
reacciona ante el fuene choque de las gotas de lluvia).
lp
la historia, con todo Jo que ella puede tener de circunstancial, de contin-
gente, de aleatorio; la ~úsquedade lo originario tiende así a oponerse a -La conductibilidad, es decir la capacidad de transmitir progresiva-
mente una onda de excitación, propiedad que concentrará muy particular-
ia
la puesta en evidencia de 10 elemental que caracterizaba más bien el
. proceso spenceriano, Ihás logicista. mente el tejido nervioso.
er
Poco antes de su muerte, Darwin confió sus notas manuscritas, en parti- cológico muy primitivo corresponde a la vez a las facultades mentales
cular psicológicas, a su discípulo G. J. Romanes, quien se consagró en- obtusas de los celenterados y los equinodermos, y a las del ser humano
tonces a la tarea de re!omar en detalle y elaborar en sistema las ideas de en su nacimiento. La conciencia es casi inseparable de la"memoria y de
su maestro. Las dos grandes obras de Romanes43 tuvieron una gran re- las primeras capacidades asociativas que se originan en las etapas inme-
percusión en ese final del siglo XIX: constituyen una referencia esencial diatamente ulteriores (moluscos, larvas de insectos. primeras semanas de
del darwinismo. Desde luego, Freud tenía esos volúmenes, y su ejem- vida extrauterina). Paralelamente aparecen los instintos primarios. las
plar del segundo, el dedicado al hombre, presenta los márgenes cubienos formas más elementales de la actividad consciente, y las emociones más
de anotaciones de su mano. primitivas. las que guardan relación con la conservación del individuo y
En muchos aspectos, la obra de Romanes aparece como una síntesis la reproducción de la especie. Ese es el lugar de precisar la concepción
202 203
darwinista del instinto~fielmente reproducida por Romanes: uEl instinto
es un acto reflejo-en el cual "eñfta--Uo'+élemeÍtto "deco"nciencia de modo
que ese término es genérico y comprende todas las facultades del alma
que están en juego en la acción consciente y adaptada, anterior a la expe-
1
"
,parece CGR la facultad de-~presentarse un-objeto auseñte. y por fin la ra- -"
zón,46 "facultad implicada en la adaptación voluntaria de los medios al
rID (que) ~htrañaen consecuencia el conocimiento consciente de las rela-
riencia individual. sin conocimiento necesario de la relaci6n existente ciones existentes entre los medios empleados y el fin alcanzado y puede
entre los medios empleados y el fin alcanzado, pero realizada de manera ejercerse en la adaptación a circunstancias nuevas para la experiencia del
análoga en condiciones similares y frecuentemente presentes. por todos individuo y para la de la especie".47 Así pasamos de los moluscos a los
los individuos de la misma especie. "45 . insectos, y después a los peces, crustáceos superiores, batracios, reptiles
Por lo tanto, el instinto represe~ta un comportamiento innato, here-" y cefalópodos, en tanto el lactante humano llega a lós catorce meses de
ditario, pero no automático como el reflejo, de lo cual proviene su nota- vida extrauterina. Paralelamente, el desarrollo afectivo ha dado lugar al
ble plasticidad adaptativa; se presenta más bien como un' impulso men- nacimiento de las emociones familiares y luego a las primeras formas de
~l imperioso -con una base emocional compleja y eficiente_ que la "socialidad" y de los sentimientos sociales que la acompañan. El pro-
o
tiende a hacer cumplir un cieno ciclo de conductas. De esta concepci6n greso ulterior del psiquismo cubrirá a los animales superiores (himenóp-
ic
general se sigue que la concepción darwinista del instinto es a la vez teros, aves. mamíferos, hasta los monos antropoides y los perros) y los
quince primeros meses de la vida del niño; así se desarrollarán, con las
ém
muy concreta y plural: los instintos son innumerables, con frecuencia
específicos de las especies estudiadas (instintos de vuelo, de nidificación, primeras formas de la abstracción, el reconocimiento de personas, la co-
de incubación, de canto, de migración, de simulación de heridas, para to- municaci6n de las ideas, la comprensión de los signos, de los mecanis-
ad
mar los ejemplos más conocidos entre los pájaros). Estamos lejos de los mos. la utilización de útiles, la aparición de la moral, mientras se des-
"grandes instintos" de una cierta tradición filosófica de la que hablaremos pliegan las emociones sociales (simpatía. emulación, resentimiento, pe_
ac
más adelante, lo mismo que de la idea de una infalibilidad del instinto: na, ira, venganza, remordimiento, vergüenza, engafto. etcétera). Roma-
comportamiento preciso, concreto, limitado, el instinto puede desadap- nes trata de fijar cada fase de ese proceso y de definirle como equivalente
tarse o ser defectuoso (término empleado por Darwin). poniendo en des- una etapa de la evolución de las especies y del desarrollo del niño. Por
o
ventaja a su portador. otra parte señala que se trata del momento de aparición del fenómeno es-
us
En cuanto al origen del instinto. Romanes propone una doble vía tudiado y no la de su pleno y completo desarrollo; insiste varias veces
genética. realizando asÍ, conforme a las opiniones de Darwin, una sínte- en el carácter aproximativo y esquemático de un cuadro que procura más
a
sis de las tesis formuladas: un valor demostrativo y evocador que el rigor y la pertinencia.
ar
-La de Spencer. que considera que el instinto se origina en la inte- D. Inteligencia y ienguaje
-La de Lewes, más clásica, de la "extinción de la inteligencia": ac- transición de la inteligencia de los animales más evolucionados a la del
tos y hábitos originalmente voluntarios y conscientes (actos inteligen- hombre. Romanes dedicó su segundo volumen a cubrir ese salto cualita-
at
tes) se convienen, por repetición, en automáticos y después en heredi- tivo, 10 más difícil para el pensamiento evolucionista; por otra parte, e-
tarios (Iamarckismo), dando origen a los instintos secundarios. se volumen es el que más nos interesa aquí. El subtítulo (Orfgenes de
M
-Finalmente, es posible un origen mixto: instintos provenientes de las facultades humanas)48 indica claramente lo que está en juego, y que'
una u otra de las dos vías genéticas anteriores pueden sufrir a contin'ua- el autor precisa en el prefacio: "Desde que se ha demostrado que el pen-
ción un perfeccionamiento por la otra vía o agregarse por fusión a con- samiento conceptual se origina en antecedentes no conceptuales, la gran
juntos más vastos de origen compuesto. mayona de los lectores (...) estará dispuesta a admitir que ya no existe
una barrera psicológica entre el hombre y el animal."49 Un rápido exa- ,
Los instintos secundarios suponen desde luego un desarrollo mental men comparativo de las facultades mentales del hombre y de los anima-
superior: de la memoria, de las facultades asociativas. nacen la percep- les permite efectivamente al autor concentrar lo esencial del problema en
ción (reconocillliento intelectual de la sensación), la imaginación que a- la existencia en el hombre del pensamiento abstracto y conceptual; las
semejanzas lo conducen en gran medida hacia las diferencias en el nivel
1:
204
205
1,!
. _de las..em<?C~one~,.de Jq~jn_stin~º~, de la voluntad e incluso. de las facul- __-'-._ - j. - - i vel de.la,denominación (Romanesvrefiere entonces hablar de denotación}_
tades intelectuales básicas ---con la excepción de los elementos particu- como en el nivel de la proposición (inferencias prácticas, Hjuicios ins-
lares de esas diversas categorías que precisamente dependen de modo di- tintivos"); es preciso no confundir "la enunciación de una verdad percibi-
recto del pensamiento abstracto (emoción religiosa, sentido de lo subli- da (con) la enunciación de una verdad percibida en tanto que verdade-
me, religiosidad, "libertad" en el ejercicio de la voluntad) y que en todo . ra";52 s610 esta última representa el juicio propiamente dicho, es decir.
tiempo se utilizaron para demostrar el status peculiar del hombre:-. el pensamiento conceptual. El pasaje desde ese estadio preconceptual del
El razonamiento de Romanes parte de una clasificación general de las lengnaje y del pensamiento hasta el de los conceptos inferiores (nombra-
ideas50 que le permite oponer: miento consciente de los receptos) y superiores (clasificación consciente
de los conceptos de primer orden y nombramiento de las integraciones i-
-los perceptos, simples recuerdos de impresiones perceptivas (ideas deales resultantes) y del juicio conceptual, está determinado por el mo-
simples de Locke); mento en que surge la facultad de reflexión introspectiva que permite el
-los receptos, ideas genéricas (por oposición a generales) queresul- examen por el espíritu de sus enunciaciones espontáneas. "De modo que
o
tan de una comparación asociativa, y por lo tanto espontánea, de los re- todo retoma a un análisis de la conciencia."S3
ic
cuerdos perceptivos; se trata de "un compuesto de representaciones men- Existe por otra parte un mundo interior de imágenes y pensamientos
ém
tales que implica un agrupamiento ordenado de imágenes más simples en un estadio muy inferior, cuyo juego interno, aunque involuntario,
conforme a la experiencia pasada"5t pero ningún trabajo voluntario de la puede ser relativamente independiente de las circuntancias sensitivas ex-
conciencia; ternas del momento (cf. los fenómenos nostálgicos en el animal). Desde
ad
-finalmente, los conceptos, o ideas generales, que resultan de una ese estadio está presente una conciencia psicológica difusa, y permite
reflexi6n del espíritu acerca de sus propias ideas e imágenes, es decir a- por analogía la aprehensión de los estados mentales de otros seres (inter-
ac
cerca de los receptos y perceptos, a través de una combinación y una ela- pretación con frecuencia correcta, en los animales, de sus estados menta-
boración conscientes de tales elementos espontaneos del pensamiento. les recíprocos), bajo la forma que Romanes califica de eyectiva. Así, un
mundo de eyectos duplica el mundo de los objetos antes de toda concicn-
o
Le parece poco dudoso que las dos primeras categorías se puedan cia subjetiva propiamente dicha; corresponde a un conocimiento de tipo
us
considerar comunes al hombre y al animal, y que sólo la tercera sea pro- receptual de la individualidad y proporciona la base del pasaje a la con-
pia del hombre y caracterice el pensamiento conceptual y abstracto. Esta ciencia de sí, a través de su nombramiento al principio simplemente de-
a
última se funda en la facultad que tiene el espúitu de tomar conciencia de notativo (cf. el estadio en el que el niño habla de sí mismo en tercera
ar
sus propios elementos y de hacer de ellos el objeto del pensamiento persona). "Los conceptos son primeramente receptos nombrados",54 y el
(conciencia de sí), lo que, según la opinión corriente, sólo puede basarse pasaje del pensamiento no conceptual al pensamiento conceptual por la
lp
en el lenguaje: el espíritu vuelve claros sus propios contenidos para sí
mismo mediante la fijación de las ideas en palabras (de allí la confusión
med.i3ción de un lenguaje en un principio simplemente nominativo (fase
preconceptual) explica la génesis del pensamiento y de la psicología hu-
ia
de las dos funciones en el término griego lo gas). En consecuencia nos manos, sin otras condiciones que un aumento progresivo de las capaci-
er
vemos llevados al problema del lenguaje, como ya lo había indicado dades retentivas y asociativas basales del intelecto.
Darwin; Romanes considera que consiste esencialmente en la facultad de Romanes encuentra en dos niveles las pruebas de la validez de su a-
at
elaborar signos, facultad cuyos rudimentos es evidente que presentan los nálisis: antes que nada, en el desarrollo psicológico del niño y en parti-
animales, pero que realmente no puede desarrollarse sino con el lenguaje
M
•
cluso después de quela facultad de inl:l:ospección conceptual haya sido
plenamenteaIcanzarui:-sllS servicios no son siempre exigidos por la co- . bales64~rert'l'itetI~-P6t otra paite, a «esos actos y cñalidades físicos que _ .• -' --_.
municación de los conocimientos puramente receptuales~ y de ello resul- son directamente percibidos por los sentidos" (receptos) y es la exten-
ta que no es necesario que toda proposición sea introspectivamente me- sión connátativa de su significación ("metáfora fundamental") lo que va
ditada y examinada en tanto que tal, antes de que se pueda enunciar ( ...). a darles una significación moral o intelectual. y después conceptual.
La única diferencia que es posible descubrir entre un enunciado no con- De modo que con Romanes el eyolucionismo parece cerrar su pro-
ceptual formulado por un niño y el mismo enunciado formulado por el yecto y alcanzar la síntesis general del pensamiento de su siglo, y tam-
adulto consiste en que? en el primer caso. no es siquiera potencialmente bién del de sus padres fundadores: No obstante, ya estaban echadas las
capaz de convertirse en un objeto de pensamiento. "57 bases primeras del vasto movimiento crítico que en gran medida provino
Pero Romanes quiere también validar sus análisis en el plano de la de aquél y que al mismo tiempo relegó numerosas tesis evolucionistas a
filogenia, y para ello tratará de encontrar los elementos en el nivel de la un pasado que hoy puede parecemos muy remoto. En el capítulo si-
filología comparada;58 esa disciplina estaba entonces en plena expan- guiente estudiaremos la reacción globalista, después de haber examina-
o
sión, en particular en el dominio de las lenguas indoeuropeas y del sáns- do primeramente algunos problemas temáticos particulares.
ic
crito. y nuestro autor va a apoyarse sobre todo en los célebres trabajos
ém
de F. Max Müller.59 "El primer gran resultado de la filología comparada
ha consistido en la demostración, que parece inobjetable, del hecho de
que el lenguaje tal como existe actualmente no surgió, equipado con to- NOTAS
ad
das sus piezas. o por la vía de una intuición especialmente creada, (sino
que) fue el resultado de una evolución gradual."60 A partir de ello, dice 1. Acerca de Bain, cf. el capítulo que le dedica T. Ribot: La psychologie
ac
Romanes Hlas lenguas aparecen tanto más simples Cuanto más se retro- anglaise...
cede en su existencia, hasta el momento en que llegamos a 10 que se de- 2. Observemos al pasar la aparición de esta noción de energía nerviosa.
de cantidad a consumir que se escurre por cualquier vía en el caso
o
nomina sus raíces".61 En lo que concierne al sánscrito, Müller pensaba
de no ser canalizada. Ya la encontramos en los alemanes. y reapa-
us
haberlas reducido a un centenar. y su examen mostró que correspondían a
recerá en Spencer y Darwin.
ideas genéricas, es decir a receptos nombrados (preconceptos).
3. Bain tenía del placer y del displacer una idea bastante próxima al utili-
Por otra parte, tenían una estructura condensada correspondiente a u-
a
tarismo clásico, aquí traspuesto a términos biológicos: el placer
na proposición ("palabra-frase"); no existía aún distinción de las "partes correspondía a un acrecentamiento de la vitalidad. y el displacer a
ar
del lenguaje" (verbo, nombre, pronombre, adjetivo, preposición. artícu- una disminución de la energía vital.
lo) en esa fase arcaica de la predicación; los filólogos contemporáneos a-
tribuían en consecuencia una función .importante al gesto. a un acom-
lp 4. En la constitución de una noción abstracta de la realidad externa. la co-
municación con los semejantes mediante el lenguaje es igualnlente
pañamiento pantomímico de la palabra, para precisar el sentido de las e- un factor esencial para el pensamiento asociacionista y desde lue-
ia
nunciaciones primitivas: ése era el lugar futuro de la gramática, cuyas go para Bain.
er
diferenciaciones provienen del acompañamiento gestual del lenguaje. A 5. Bain, citado en T. Ribot: La psychologie anglaise...• pág. 283.
partir de la palabra-frase y del gesto-signo, la primera forma de organiza- \6. Cf. P. Bercherie: Les /ondemenls ...• cap. 9. que recapitula esta cues-
I
at
posición de raíces cuyo sentido era precisado por el gesto, antes de que el 8. Sobre las concepciones psicológicas de A. Cornte. cf. supra. el cap.
orden de las palabras comenzara a adquirir significación y de que se dife- 7.
renciaran flexiones y partes del lenguaje; la aposición correspondía por 9. Es interesante observar que Lamarck (por otra parte muy próximo a Ca-
otra parte a la lógica de los acontecimientos exteriores (lógica de los re- banis) pertenecía al grupo de los ide61ogos; cf. F. Picavet: Les i-
ceptos): la relación indicada derivaba necesariamente de la experiencia del diologues.
sujeto: "La verdad es recibida en el espíritu, no es concebida en él (pe- 10. Sobre esta cuesti6n, cf. M. Foucau1t: Les mols el les choses. y F.
ro) resulta evidente que las enunciaciones reiteradas de verdades así alcan- Jacob: La logique du vivant. 1970. caps. 1. 2 Y 3.
zadas en la ideación receptual conducen a la ideación conceptual. o a la 11. He utilizado sobre todo la traducci6n francesa (1875) de la segunda e-
enunciación de la verdad en tanto que verdad."63 Las primeras raíces ver- dici6n de los Prin.cipes de psychologie, el análisis de T. Ribot:
La psychologie anglaise...• y tiunbién el muy oficial Résumé de
208
209
"
11
i
I )
o
adaptación hacen juego a una madurez precoz. que limita la plasti- 34. Eso es por lo menos lo que sucedería en los orígenes de la especie. El
ic
cidad de las adaptaciones. desarrollo de la solidaridad social entraña al contrario una casi su-
ém
18. Resumen del punto 206 de Principes de psychologie; en H. Collins: presión de la selección natural en la época reciente de la humani-
Résumé de la philosophie de Spencer. págs. 384-385. dad, cuyos progresos. en adelante. según Darwin. ya no son más
19. Es curioso verificar que Lubbock y Margan también escribieron o- que psicológicos.
ad
bras de psicología animal: el primero acerca de las hormigas. y el 35. C. R. Darwin: La descendance ...• pág. 155.
segundo sobre los castores. paralelamente veremos la obra antro- 36. Ibid., pág. 156.
ac
pol6gica de Darwin. 37. Spencer retoma también el argumento del conflicto entre instintos e-
20. F. Engels utilizará las notas de K. Marx para L'origine de la familIe, .:j
goístas e instintos sociales (cf. supra. el subtítulo "La antropolo-
de la propriété privée et de l'Etat, 1884. gía evolucionista") aunque con referencia a Darwin: la selecci6n
o
21. Cf. in/Ta, cap. 10. natural no forma parte de su aparato conceptual inicial. pero. como
us
22. Es conocida la influencia decisiva que ejerci6 en Darwin la lectura de todo el mundo, después utiliza ese co_ncepto.
Malthus: la selecci6n natural es s610 la aplicaci6n a la naturaleza 38. C. R. Darwin. citado en F. J. Sulloway: Freud, biologiste de' ['esprit.
del principio malthusiano de la poblaci6n. En efecto, el postulado
a
pág. 230. El matiz cristiano de ese- pasaje es evidente: él sin duda
básico común es la escasez relativa de los recursos naturales. cau- separa a Darwin del optimismo armonista de los spencerianos.
ar
sa y objeto de la competencia vital.
39. La traducci6n francesa de C. R. Darwin: L'expression ...• apareci6 en
23. Los estudios prehistóricos tuvieron así su origen en la geología de
lp
Lyell; ellos constituyen otra fuente capital del darwinismo, y tam-
bién. por otra parte. del conjunto del evolucionismo.
1877; me refiero a la segunda edici6n (1890).
40. Cf. T. Ribo!: Psychologie anglaise, págs. 290-291.
ia
41. C. R. Darwin: L'expression ...•.pág. 373.
24. Por ejemplo. en los machos. los colores recargados de numerosos in- 42. Ibid., pág. 390.
er
sectos y. aves. los motivos decorativos de ciertos maIIlfferos e in- 43. G. J. Romanes: L'évolution mentale chez les animaux. que apareció
sectos. la cola del pavo real. etcétera. La cabellera del hombre y de en 1883. muy pronto traducido al francés (1884). y L'évolution
at
Wla manera general la distribuci6n particular de las pilosidades en mentale chez l'homme. Origine des facultés humaines. publicado
la especie era para Darwin un carácter de ese tipo. lo mismo que, en 1888. y traducido en 1891.
M
como lo veremos. ciertos rasgos psico16gi~os. 44. K. Marx hubiera podido proveer el concepto clave de este razona-
25. Me refiero a la traducci6n francesa (1890) de la segunda edici6n in- miento típicamente spenceriano: el pasaje dialéctico de lo cuanti-
glesa (1874) de C. R. Darwin: La descendance de l'homme et la tativo a 10 cualitativo por encima de un cierto umbral.
sélection sexuelle. 45. G. J. Romanes: L'évolution mentale chez les animaux. pág. 153.
26. Cf. la obra fundamental de E. Haeckel: Histoire de la création nature- ,, 46. Se trata desde luego del razonamiento analógico y de las formas pri-
lIe. traducido al francés en 1874. mitivas de la inducción (inferencias). que Stuart MilI ya le recono-
27. C. R. Darwin: La descendaru:e ...• pág. 66. cía a la inteligencia animal.
28. Lo mismo que ya en Spencer, vemos allí bosquejarse la célebre tríada 47. G. J. Romanes: L'évolution mentale chez les animaux. pág. 324. Se
evolucionista de primitivo. niño y animal. De modo natural. Jack- observará el espír:itu muy funcionalista de esta definición. así co-
210 211
---~--=--=
o
54. Ibíd., pág. 406.
ic
55. El material comparativo está sobre todo constituido por observacio_
ém
nes de pájaros parlantes, por una parte. y por la otra, de los ma-
míferos más evolucionados (perros, monos).
56. Cf. infra, cap. 10.
ad
57. G. J. Romanes: L'évolution menta/e chez l'homme. pág. 406.
58. Romanes se proponía añadir. como volumen complementario a L 'é-
I PsicopatOlogía: de Jackson a Ribot
ac
va/utian menta/e chez l'hamme. un estudio de los materiales de
antropología primitiva, a título de tercer campo comparativo. j
A. Jackson: evoluci6n y disolución de las funciones nerviosas
59. F. M. Müller es antidarwinista y opone el lenguaje emocional, imita-
o
tivo e interjeccional. común al hombre y a los animales, al len-
us
guaje conceptual propio del hombre y basado en "la facultad de La psicología evólucionista ej~rci6 rápidamente un gran atractivo en los
abstraer" la palabra, incluso la primitiva (raíz) representaría siem- clínicos de la psiquiallia y de la neurología, pero es preciso señalar que
pre una idea general (que en realidad Romanes analiza casi siempre durante mucho tiempo las referencias respecto de aqnélla permanecieron
a
como genérica). Cf. el excelente compendio (con numerosas ci- como una especie de marco general de pensamiento, sin penetrar en el a-
ar
tas) de las tesis de MüIler en H. Taine: Sur racquisition du Ianga~ nálisis de los fenómenos en sí, que seguían considerándose con una
ge chez /'enfant el dans I'espece humaine, adjunto en nota a De
l'inteIligence. tomo 1, pág. 383 a 395.
60. G. J. Romanes: L'évolution mentale chez l'homme. pág. 407.
lp perspectiva materialista y neuropsicológica. Abundan los ejemplos de
tal actitud, desde Meynen a Charcot; por otra parte, Wundt representa u-
ia
61. Ibíd .• pág. 408. na posici6n idéntica en psicología propiamente dicha, pues sus ideas ge-
nerales no dejaron de ser muy distintas de las referencias al evolucionis_
er
62. Uno recuerda que, según Freud, ése era el único mecanismo gramatical
mo que salpican sus escritos. Veremos la importancia de este punto en
del pensamiento onírico. encontrándose en él precisada, por el
lo que concierne al propio Freud. Mandsley constituye otro modelo no-
,I
at
63. G. J. Romanes: L'évo/ution menJa/e chez l'homme. pág. 418. siendo muy próxima a la de Cabanis o de Griesinger, le yuxtapone refe-
64. En cuanto al origen de esas raíces. Romanes remite a las dos teorías rencias evolucionistas precoces, puesto que la primera edici6n de su gran
entonces reinantes, la tesis interjeccional y _la tesis onomatopéyi_ obra apareció en 1867.1 Más adelante volveremos a hablar de Maudsley,
ca (imitativa), pero sobre todo al homo ala/us, mono antropoide cuyas concepciones sobre la afectividad en general y la imPOrtancia de la
sociable, hábil, sagaz y locuaz. antepasado del homo sapiens. cenestesia Como fundamento del carácter y base del sentimiento perso-
l'
nal, in(luye!on fuertemente en Ribo!. .
No obstante, desde 1863 J. Hughlings Jackson elaboró una concep- ,.)
ci6n de la fisiología del Sistema nervioso que constituía verdaderamente ;
o
habitualmente inhibidos, "reprimidos" por el control jerárquico integra-
más voluntarios. es decir los menos automáticos en su puesta en juego.
ic
dor de los niveles más elevados. Según sea la lesión próxima a los cen-
Ya encontramos en Spencer los grandes lineamientos de esta tesis (pasa- tros o propiamente central, esos signos positivos serán intensos (descar-
ém
je del reflejo al instinto y después a los actos voluntarios), pero Jackson gas por excitación de proximidad) o débiles (destrucción).
tomó directamente de Baillarger la teoría del automatismo, que por otra
parte propone a veces rebautizar "principio de Baillarger", y cuyo dualis-
ad
Jackson aplicó ese modelo de análisis clínico a diversos tipos' de
mo automático-voluntario integra3 a la interpretación de las interrelacio- trastornos. En lo que por ejemplo concierne a los centros motores. con-
nes de una jerarquía compleja de niveles funcionales.
ac
sideraba a cada uno representante no s610 de un segq1ento separado del
Jackson diferencia expresamente los centros. localizables en el pla- cuerpo y por lo tanto de un músculo particular, sino una integración de
no anátomo-fisiológico, y las funciones, no localizables pero descom- segmentos corporales en orden compuesto y específico, es decir de mo-
o
ponibles (cf. Spencer) en fenómenos sensorio-motores que son los úni- vimientos. Ascendiendo en la jerarquía de los centros. esa localización
us
cos que pueden ser localizados y por lo tanto pertenecer al ámbito de la funcional sería cada vez más amplia. de manera que en el nivel de los
ciencia (crítica de las "facultades mentales" y de las concepciones freno- centros superiores corticales cada centro representa en particular una zo-
lógicas de su localización). Así, si bien considera que los centros más e- na detetIninada y en general la totalidad del cuerpo -lo que por otra
a
levados son los "órganos del espíritu" y la "base física de la conciencia", parte explica las suplencias posibles en caso de destrucción, es decir laS
ar
támbién entiende que la conciencia está distribuida a todo lo largo del eje posibilidades de recuperación-o La lesión de los centros provoca enton-
nervioso. tanto más vivo cuanto más complejos son sus ordenamientos
lp
funcionales: la conciencia propiamente dicha corresponde a una integra-
ces una afección paralítica de la zona considerada',.en la cual los movi-
mientos resultan más perturbados cuanto más voluntarios sean: en el ni-
ción de innumerables impresiones y movimientos representados. Por 0-
ia
vel de la extremidad superior, por ejemplo, la mano sufre proporcional-
traparte. se trata ,de una correlación entre fenómenos materiales y fenó- mente más que el brazo.
er
menos mentales (tesis del paralelismo) y no del pasaje de un orden de Pero estos principios revelaron particularmente su fecundidad con
hechos a otro; las nociones fisiológicas y psicológicas corresponden a
at
relación pero no tratarlos como idénticos (por ejemplo, buscar la locali- mitidas corrientemente, las de Meynert, Wemike o Charco!. BailIarger
zación cerebral de la facultad de hablar, tesis absurda). La actividad de los j
había dedicado a la afasia una memoria publicada en 1865,5 que Jackson
centros suPeriores puede por otra parte ser netamente sensorio-motriz.
cuando funcionan en conjunción con los centros inferiores (circuito que
va de la percepción a la acción), o aut6noma. cuando los ordenamientos
I
1
conocía bien. En ella examinó el problema de los restos del lenguaje de
los afásicos, fuera que no dispusieran más que de unas pocas palabras
que empleaban para todo fin, o que emitieran una profusión de discursos
nuevos de esbozos de movimientos y el despertar de impresiones senso- incoherentes (parafasia), O que todavía pudieran escribir correctamente.
riales de nivel elevado se operan de manera disociada -"evolución inter- Baillarger rechaza la tesis de la amnesia (Trousseau), admisible única-
na" que corresponde a la actividad simbólica, a las operaciones mentales mente en el caso de afasia total, y también la hipótesis de BouilIaud y
y cuyo gran desarrollo en el hombre explica su superioridad creadora-o Broca, la cual postulaba la existencia de un centro coordinador o "Iegis-
214 215
:.
"
1
. 'M&" ~ ••••• "",,'~ ==_'00 =.;m;~= ""ill_ ~••""-".,,
guaje y que estaría desorganizado o destruido. Examinando esos casos
clínicos se podía demostrar que el material verbal, simbólico o motor
seguía estando perfectamente presente: las palabras restantes eran correc-
J. 1
;
. afasia. Pero eñ"lo que concierne-a "lasfórmas altamente orgAIiizadas~pró~'-"-.
posicionales, el daño seguía siendo rigurosamente idéntico.
Jackson trata igualmente de explicar las enfermedades mentales en
los términos de su doctrina. En ese punto, sus análisis son muy próxi-
tamente pronunciadas. y sobre todo las que el enfermo no podía encon- mos a los de Baillarger; en ellos siempre subraya el aspecto negativo
trar o repetir voluntariamente surgían a veces de modo espontáneo por más discreto de los trastornos ruidosos de los, alienados: "Ilusiones, deli-
acción de una causa excitadora cualquiera (una emoción, por ejemplo). rios, conductas extravagantes y estados emocionales anonnales en un lo-
Baillarger llega por lo tanto a la conclusión de que ha sido afectada la co (...) significan que continúa la evolución de lo que queda intacto de
"incitación verbal voluntaria". pero con conservación de la "palabra au- los centros más elevados que han sido deteriorados, de lo que la enfenne-
tomática": lo lesionado en ese tipo de casos sería la capacidad para la u- dad, en el curso de una disolución tal, ha respetado. Esos estados menta-
tilización instrumental de la palabra al servicio de la voluntad, y no el les positivos ( ... ) implican la coexistencia de estados mentales negativos
o
instrumento en sí. que son una percepción defectuosa, una menor potencia de razonamiento,
ic
Jackson retomó los grandes lineamientos de ese análisis, integrando una menor adaptación al ambiente actual, y la ausencia de las emociones
en él sus cOncepciones psicofisiológicas personales. Aplicando su tesis
ém
'más sutiles' (en comparación con lo que era la persona anteriormente
de que se puede localizar la lesión pero no la función, empieza por re- sana). Para dar ejemplos, toda ilusión significa que una cosa ya no es re-
chazar la teoría de una lesión de "centros de imágenes" verbales o de sus conocida como lo hubiera sido antes de la locura. lo que quiere decir que
ad
conexiones. En la afasia, el lenguaje está dañado, no como facultad au- coexiste un elemento mental negativo"? (ejemplo del paralítico general
tónoma que tuviera su propia localización y sus centros específicos. si- que se cree emperador de Europa y por lo tanto ignora su verdadera iden-
ac
no en tanto función voluntaria, de nivel simbólico elevado; por lo tanto tidad).
no puede tratarse del daño de elementos discretos del lenguaje? sino más Por otra parte, Jackson insiste en el carácter con frecuencia parcial
bien de su uso, en particular de una disociación entre la supresión de del déficit: "Es posible que con una falla de la voluntad, la memoria, la
o
los aspectos voluntarios y la conservación, incluso la liberación de los raz6n y la emoción, haya persistencia del resto de lo que se denomina fa-
us
aspectos automáticos de los empleos del lenguaje. Así, el lenguaje inte- cultades (...) que el enfermo ejecute de una manera determinada cosas tri-
lectual, es decir la forma superior, proposicional,6 aparece profundamen- viales, que conserve la memoria de todos los hechos ordinarios y de mu-
a
te alterada (signo negativo), en tanto que los síntomas Positivos con- chas circunstancias de un pasado remoto, que hable de manera adaptada
ar
ciernen a las formas inferiores, arcaicas y automáticas de las emisiones de cosas simples y se interese en acontecimientos sorprendentes."8 Las
verbales: lenguaje emocional (inflexiones de la voz, interjecciones), len- posiciones fisiopatológicas de Jackson implican esos análisis, más suti-
lp
guaje automático (emisiones estereotipadas impulsivas, emisiones oca-
sionales espontáneas más o menos adecuadas), lenguaje "de confección"
les, es preciso decirlo, que las tesis mecanicistas corrientes en la época.
y que él critica tanto en ese lugar como en otros: "El tejido nervioso a-
ia
(ready-made: sintagmas preformados). En consecuencia se observa la trofiado no es en nada tejido nervioso; funcionalmente, no es exacta-
conservación de las formas' organizadas de mayor antigüedad? y con fre-
er
mente nada y no puede ser la causa de nada positivo; los síntomas m~n-
cuencia la perseveración de las últimas formas de organización volunta- tales positivos (...) aparecen durante la actividad que se produce en los e-
at
ria (palabras o frases pronunciadas inmediatamente antes O durante la a-o lementos no atroÍlados, sanos, de lo que queda del enfermo. (...) No pue-
parición de la lesión responsable de la afasia) del habla. den originarse durante la actividad de elementos atrofiados. ''9 Volvemos
M
De la misma manera, Jackson rechazó la distinción clásica entre len- a encontrar las distinciones cruciales y paralelas entre lesión y síntoma?
guaje interior y lenguaje exterior (o más bien exteriorizado), que sería el y entre centro y función.
..único afectado en ciertas formas de afasia llamadas motrices, según las Otros factores hacen más complejo ese análisis patogénico de la alie-
tesis localizadoras. Entre esos dos aspectos del lenguaje no podría haber nación mental: a la profundidad (el nivel por lo tanto alcanzado por la
disociación; ellos son fundamentalmente idénticos y de nivel funcional disolución) se añade su velocidad (la rapidez con la cual desaparece el
equivalente. A lo sumo podía admitirse que el lenguaje interior se limita control de los niveles superiores y que determina la intensidad, propor-
con frecuencia a esbozos. que las formas del lenguaje automático tienen cional, de los fenómenos de liberación). Por otra parte, la estructura de
en consecuencia en él un lugar más importante que en la expresión ver- la personalidad que sufre la disolución (niño, adulto. anciano, hombre o
bal externa, lo que podría explicar una relativa conservación en caso de l mujer, inteligente o estúpido, portador de una tara degenerativa o sano,
216 217
instruido,o no y de qué manera,-eteétcra) modulaclconienido de Jos sín- ' , cierto de la psicología europeacaoiempóráné3;' y se trata de mía tradicion .. "
tomas, al mismo tiempo que la naturaleza de lo que es automátieo y por
lo tanto subsiste, y de ]0 que es voluntario y desaparece. Finalmente, la
influencia de los estados corPorales y de las circunstancias exteriores del
momento desempeña un papel esencial en la determinación de las mani-
l I
I
de pensamiento que, a través de Taine, Comte y Broussais, lo vincula
directamen'te con Cabanis. Es la importancia metodológica que atribuye
al campo de la patología mental en la constitución de la nueva psicolo-
gía. Los hechos psíquicos son los m,ás complejos, los más elevados de
festaciones patológicas (ejemplo de las imágenes oníricas provocadas
Jos fenómenos naturales: su conocimiento directo es inseguro~ ilusorio~
por tal o cual sensación corporal en el curso de la disolución fisiológica
de lo cual surge la necesidad de los procedimientos indirectos de la psi.
que es el dormir).
cología objetiva. Entre ellos, Ribot reserva un lugar escogido a las téc-
,La obra de Jackson no tuvo inmediatamente, entre los neurólogos
nicas de los experirncntalistas alemanes, incluso aunque ésa sea una vía
todavía imbuidos de las concepeiones 10calizadoras,Ia repercusión que i-
que no parece tentarlo pcrnonaImente;12 en efecto. él mismo nunca rea-
ba a alcanzar en el siglo XX. Pero, contrariamente a lo que se ha soste-
lizó experimentos, y fueron sus alumnos quienes fundaron los primeros
nido, alcanzó rápidamente una influencia considerable en psicopatología,
o
laboratorios franceses. Más bien parecía' atraerlo la dimensión comparada
puesto que inspiró la obra del fundador de]a psicopatología francesa, el
ic
pero, entre sus diversos registros. uno ocupaba a su juicio un lpgar ex~
maestro de Janet y Binet, Théodule Ribo!.
cepcional: la patología mental, ámbito privilegiado de aplicación a la
ém
psicología del método de las diferencias (cf. Mili). Como lo había aÍlI-
B. Ribot Yla escuela psicopatológica franeesa
mado Claude Bemard para la fisiCllogía,entendía que la enfermedad reali-
ad
zaba una experimentación natural, una verdadera disección espontánea de
En efecto, hasta Ribot la escuela espiritualista siguió siendo dominante
los fenómenos psicológicos más complejos. Así se estableció el matiz
en la psicologia francesa, a pesar de los violentos ataques de Comte y,
ac
específicamente francés en la psicología empitista europea contemporá-
después, de Taine. Fue Ribot quien puso término a su influencia cientí-
nea, matiz que capitalizaba el prestigio y la fuerte implantación en Fran-
fica en Francia, al introducir las ideas de los psicólogos empiristas in-
cia, desde Pinel, del trabajo clínico y teórico en el dominio de la aliena-
o
gleses y alemanes en dos notables obras que ya he citado con frecuencia:
ción mental. De allí provino, a través de Charcot, siempre muy reveren-
us
La psychologie anglaise conlemporaine (1870) y La psychologie alle-
te respecto de Ribot, todo el pensamiento psicodinámico de principios
mande conlemporaine (1879). Los prefacios que redactó para esos dos
del siglo XX, cuyos adelantados fueron Janet y ese retoño germánico de
volúmenes constituyen el manifiesto teórico de la nueva escuela; con un
a
la psicopatología francesa, como por muchas rawnes puede considerarse
lenguaje muy claro y gran dominio, retoma allí las posiciones dc una
a Freud.
ar
psicología empirica y comparada, en gran medida evolucionista y mate-
rialista (por lo menos en el sentido del paralelismo psicofisiológico). Su Pero lo que autorizaba a Ribot a considerar la patología mental como
positivismo critico se inspiró en Mill, Bain y Spencer; ya conocemos lp
sus argumentos: critica de la psicología de las "facultades mentales" y
una especie de disección natural de las operaciones mentales más com-
plejas, era la tesis de la disolución que tomó muy explícitamente de
ia
rechazo de toda intromisión de tipo moral o metafísico, asociación del Jackson y que utilizó como "ley de regresión" en la primera parte de su
obra. Ella es la base teórica de esos "tres pequeños libros que tienen por
er
1
.. disolución parciarm~jor.conocido.(el.olvido de .los signoS),14la pér<1idá'-- ---: .• _ .•..Bel.mismo-'modcr;la.voluntad no-era más que on.esta<1odecon-cieh~
de los recuerdos sigue un proceso invariable: los nombres propios, los - cia, reflejo de la coordinación del conjunto de las tendencias y motiva-
nombres comunes, los adjetivos y los verbos, las interjecciones, los ciones antagónicas por las cuales el organismo estaba representado psí-
gestos. En ambos cas.os la marcha es idéntica. Es una regresión de lo quicamente . De modo que el acto voluntario constituía el desenlace de
más nuevo a lo más antiguo, de lo complejo a lo simple, de lo volunta- una vasta deliberación que el "yo quiero" observaba y verificaba sin
rio a lo automático, de lo menos organizado a lo mejor organizado. La constituirla: él exprcsaba la sÚltesis Personal, el carácter como "expre-
exactitud de esta ley de regresi6n es corroborada por los casos bastante sión psíquica de un organismo individual".21 Era la forma más comple-
escasos en los que a la disolución. progresiva de la memoria sigue una ja, inestable y frágil del mismo proceso del quc el arco reflejo represen-
curación: los recuerdos retoman en un orden inverso al de su pérdida."15 taba el fenómeno más elemental: en realidad, "el secreto de los actos
En esa primera fase de su obra, las concepciones de Ribot no son por producidos debe buscarse en la tendencia natural de los sentimientos e i-.
otra parte muy originales: su inmensa erudición le permite simplemen- mágenes a traducirse en movimientos".22.
o
te una síntesis amplia y clara, conceptualmente muy segura, de las tesis
ic
de la psicología y la psicopatología del siglo XIX. Así, inscribe el fun- C. La teona de la afectividad en Ribot
cionamiento mental en el interior del funcionamiento nervioso, y este
ém
último en el interior del organismo íntegro; lo psíquico se origina y Ribot siempre deploró (por ejemplo en sus estudios sobre los psicólo-
vuelve a hundirse en el inconsciente, que para Ribot es idéntico a lo fi- gos contemporáneos ingleses y alemanes) la debilidad y el carácter in-
ad
sio16gico.I6 Ello no impide que la conciencia sea un nivel funcional completo de las tesis existentes acerca de los fenómenos afectivos. A
significativo. el más elevado en la jerarquía nerviosa. con características partir de 1896, fecha de la aparición de su Psychologie des sentiments,
ac
propias (dimensión temporal, determinismo muy abierto, instancia de trató de llenar él misrno esa laguna y al mismo tiempo abordó una serie
control y de síntesis, etcétera). El funcionamiento y las necesidades del , de trabajos paralelos sobre el desarrollo y la estructura comparada de la
organismo íntegro están representados psicológicamente por sensaciones I inteligencia y la afectividad. En esta segunda fase de su obra, el recurso a
o
confusas, emociones, tendencias que orientan toda la actividad mental. la patología pasó al segundo plano ante la apelación a la antropología,
us
"La unidad del yo, en el sentido psicológico, es por lo tanto la cohesión, la historia y la biogénesis de la especie: Darwin reemplazó a Jackson
durante un lapso dado, de un cieno número de estados de conciencia cla- como principal punto de referencia teórica. "La antropología, la historia
a
ros, acompallados por otros menos claros y por una multitud de estados de la costumbres, de las artes, de las religiones, de las ciencias, nos se-
ar
fisiológicos que, sin un acompaflamiento de conciencia como el de sus rán con frecuencia más útiles que lo aportes de la fisiología. (...) La e-
congéneres, obran tanto Omás que ellos."17 volución de los sentimentos en el tiempo y en el espacio, a través de los
ter individual. con sus aptitudes activas y pasivas, sus simpatías y sus
antipatías, su genio, su talento o su tontería, sus vinudes y sus vicios, mos más adelante y que él resume como sigue: IT.a emoción no es más
at
~u torpor O su actividad. De allí es poco lo que emerge a la conciencia que la conciencia de todos los fenómenos orgánicos (interiores y exterio-
en comparación con lo que queda enterrado, aunque actuando. La perso- res) que la acompallan y que generalmente son considerados sus efectos;
M
nalidad consciente nunca es más que una pequetla parte de la personalidad en otros términos, lo que el sentido común considera los efectos de la e-
física."18 De modo que la unidad del yo de los espiritualistas no era en moción es en realidad su causa."24 En suma, lo mismo que Maudsley y
realidad sólo una coordinación, como lo afirmaban los asociacionistas, que Spencer, Ribot entiende que la emoción es la conciencia de la puesta
sino que se afianzaba en la permanencia de un "sentimiento vago de
nuestro cuerpo",19 esa cenestesia, conciencia vaga del conjunto del or- ,i
I
en juego de tendencias ("necesidades, apetitos, instintos, inclinaciones,
deseos") cuyas manifestaciones le parecen de naturaleza fundamental-
ganismo y del funcionamiento de los órganos (incluso del mismo cere- mente motriz, en sentido amplio: umovimientos, gestos, actitud del
bro), en la que desde Griesinger20 se tendía a encontrar.Ja clave del senti- cuerpo, modificación de la voz, rubor o palidez. temblores, cambios en
miento unitario de la personalidad y también de sus mutaciones patoló- las secreciones y excreciones y otros fenómenos corporales".25 La emo-
gicas (cL la teona de la psicosis en Griesinger). ."._ción
.~ es por lo tanto el estado de conciencia que corresponde
.
a la activa-
220 221
ción de una lendencia',-es decirfondamentalnienre ñeun jil"sml'-ió;Y'RibOt ,"
]
o
~la asociación m,ediata (Hamilton)', 'cuya-"fórmula-general 'es:' A e-
va a esforzarse por reducir los grandes grupos de estados afectivos a los voca a e, aunque no haya entre ellos ni continuidad ni semejanza. por-
fundamentós instintuales de los que emanan. que un témüno intermedio B, que no entra en la conciencia, sirve de
transición desde A a C";31
Los estados emotivos, por otra parte, tienen una tonalidad agradable
o penosa, en sí misma no específica: no se trata más que de un indicio, --el efecto de "constelación" (Ziehen), en el que el resultado asocia-
el cual indica que la tendencia'-fundamental que la emoción manifiesta tivo, aparentemente imprevisible y consecuencia de un puro azar, reposa
está siendo satisfecha o contrariada. En efecto, placer y dolor connotan en una suma de lazos asociativos subconscientes del tipo de la asocia-
grosso modo (el organismo no es profeta) lo útil y lo nocivo, lo que ción mediata.
incrementa y 10 que reduce la energía vital; como lo había observado
Darwin, la selección natural se encarga de asegurar la suficiente adecua- Para determinar las formas primitivas, elementales, de la emoción,
ción de esa guía esencial de la actividad animal a las condiciones reales Ribot confiará, más que en las fuentes sospechables de la observación
o
del ambiente. Por lo tanto, si bien "la mayor parte de los tratados clási- interior y de la descomposición analítica, en el método genético; bajo su
ic
cos dicen que 'la sensibilidad es la facultad de experimentar placer y do- forma cronológica (observación del niño). Así, toma de Preyer y de'los
ém
lar', (Ribot) diria, empleando su terminología, que 'es la facultad de ten- psicólogos contemporáneos del niño una lista secuencial32 que le servirá
der y desear. y como consecuencia, experimentar placer y dolor' n .26 Se de guía: miedo, cólera, cariño, emoción personal (ligada al yo, a la per-
adviene el cambio fundamental que así sufre el utilitarismo en la época sonalidad: self-feeling, Selbstgefühl), emoción sexual, aparecían en ese
ad
evolucionista. orden sucesivo y constituían la base de los sentimientos complejos
Queda el problema de la ligazón entre los estados afectivos y las sen- (sentimientos sociales y morales, religiosos, estéticos, intelectuales); la
ac
saciones. percepciones. imágenes, ideas que los acompañan o que casi disociación se producirá en el orden inverso (sentimientos complejos de-
siempre tienen el poder de desencadenarlos. Se trata desde luego de un fe- sinteresados, sentimientos altruistas, emociones ego-altruistas, egoÍs-
o
nómeno que pone de manifiesto el lazo, directo o secundario (por la me- tas), verificándose lo que la evolución parece poner de manifiesto.
us
diación de las asociaciones de imágenes e ideas), entre los estados inte- La vinculación de las emociones primitivas con los grandes instintos
lectuales precitados y las condiciones de existencia naturales o sociales fundamentales se desprende entonces sin dificultad: temor y cólera co-
que gobiernan la puesta en juego de las tendencias de las que emanan las rresponden respectivamente a las formas defensiva y ofensiva del instin-
a
emociones. En resumen. use trata de una cuestión de génesis" .27 y al e- to de conservación; el cariño (emoción tierna) deriva de la simpatía, for-
ar
xaminarla Ribot retoma la corrección que un buen número de autores ma elemental del sentimiento social; las emociones personales (senti-
lp
contemporáneos querían introducir en la clásica ley de asociación. Al a- miento de fuerza o debilidad: orgullo, humildad), de carácter semisocial,
•
nálisis puramente intelectual (semejanza, contraste, contigüidad) tradi- son la expresión de la misma tendencia en su forma reflexiva; finalmen-
ia
cional, la idea es añadir (para algunos incluso ceder el lugar a ) el papel te, el instinto de reproducción da origen a las emociones sexuales. Las
esencial de las disposiciones afectivas como base de los fenómenos aso- emociones complejas derivan entonces de las emociones simples por la
er
ciativos, problema "recientemente estudiado por Lehmann28 con el mediación de los procesos intelectuales y de las asociaciones que en e-
nombre de desplazamiento (Verschiebung) de los sentimientos, y por
at
lado -piensa Ribot- ésa es una de las fuentes esenciales de las in- dad, desde los pueblos primitivos hasta el hombre occidental) que a ve-
fluencias conscientes en la vida psíquica: junto a hipotéticos factores he- ces toma la vía de una detención del desarrollo (el odio, la resignación,
reditarios atávicos (Ribot prefiere hablar de la acción de tendencias inna- el amor platónico, como formas abonadas de la cólera, de la pena, del
tas), y de la gravitación global, permanente o transitoria, de la ceneste- deseo sexual) o de una composición por mezcla o fusión (cf. el análisis
sia, "el inconsciente personal, residuo de estados afectivos ligados a per- por Spencer del sentimiento amoroso). En los sentimientos desinteresa-
cepciones anteriores o a acontecimientos de nuestra vida" ,30 ejerce una dos se afiaden fuentes particulares que les confieren su especilicidad: así,
influencia capital en nuestra vivencia consciente. En 1897, por otra par- los sentimientos estéticos tien~nsu origen en esa "actividad de lujo", e-
te. en su Essai sur l'imagination créatrice, Ribot estudiará otras dos se gasto de energía superflua que es el juego; la danza-pantomima cons-
formas de asociación inconsciente: tituía la forma primitiva de ese juego estético. Los sentimientos intelec-
- 222
l
223
tuales-nacen-de-ta -necesidaa de -cúnacer~emahación púramente utílitaria- derse ala.totalidad <1,,1dominia-<lel.conocimiento y de la-acción, Ahora-
de los instintos fundamentales antes de que esa necesidad se autonomice bien, el hombre tiene una necesidad irresistible de conocer ciertas cosas
en una actividad desinteresada. que la razón no alcanza. de obrar sobre ciertas personas o cosas, y la ló-
gica objetiva no le proporciona los medios para hacerlo. En una palabra,
D. La lógica racional y la lógica afectiva en Ribot la lógica de los sentimientos (...) esa forma de razonamiento inferior, a-
leatoria, con frecuencia engañosa (...) le sirve al hombre en todos los ca-
En 1905 Ribot completó su primera obra sobre una "lógica de los senti- sos en los que existe un interés teórico o práctico (en el fondo siempre
mientos
n
(Logique des sentiments). Allí examina la existencia de una. práctico) en formular o justificar una conclusión y no se pueden o no se
lógica extrarracional de base afectiva, distinta de una simple "lógica de quieren emplear los procedimientos racionales."36
los sofismas", puesto que encuentra su fuente no simplemente en el e- Así delimitada. la lógica de los sentimientos aparece como una for-
rror intelectual sino en el problema de los valores. Ambas formas de ma de razonamiento cuyos términos son juicios de valor y cuyas propo-
o
lógica se diferenciaron partiendo de una matriz común, la inferencia, for- siciones están esencialmente regidas por el principio de la finalidad: "En
ic
ma elemental del razonamiento. La lógica racional proviene de una se- el razonamiento racional, las relaciones se establecen entre los términos
ém
lección progresiva de las formas de razonamiento convincentes, es decir medios por semejanza, analogía, pasaje de la parte al todo y del todo a la
conformes a la naturaleza de las cosas: a lo largo de los siglos, por ensa- parte, inclusión, exclusión, etcétera, y la serie condiciona la conclu-
yos y errores, se diferenció de ese modo el razonamiento objetivo del que sión, en tanto que en la lógica afectiva las relaciones ( ...) se establecen
ad
a continuación los lógicos. por reflexión y análisis, extrajeron las leyes; según una tendencia única, siguiendo un principio de finalidad (oo.) y la
en ese proceso, los progresos de la técnica desempeñaron un rol esencial: conclusión condiciona la serie."37 .
ac
"La técnica es la madre de la lógica racional"33 Por otra parte, de la
Ribot puede entonces desprender dos tipos principales de razona-
construcción de las abstracciones y de la evolución intelectual del mundo
miento, según sea el punto de partida un deseo (razonamiento imaginati-
de las imágenes hasta el de los conceptos, Ribot tiene una idea muy se-
o
vo; ejemplos: adivinación, magia) o una creencia (razonamiento de jus-
mejante a la del análisis que hemos detallado en Romanes.34 No obstan-
us
tificación; "ejemplo: justificar la Providencia de un desastre que aniquila
te, le aporta a la clásica teoría nominalista una corrección (o más bien
en masa a personas piadosas").38 Además de esos dos tipos, describe una
un comentario) esencial: si bien el concepto es sólo una palabra, es decir
forma "mixta" de superestructura racionalizada (tipo aJegato-elocuencia)
a
un signo, si bien se puede razonar con esos signos abstractos sin tener
y dos formas desdibujadas cercanas a la simple asociación de base afecti-
ar
conciencia de su significación. es decir de lo que representan, a la manera
va:39 el razonamiento pasional y el razonamiento inconsciente -tal co-
del álgebra, de ningún modo la interpretación del fenómeno puede dete-
lp
nerse en ese punto. como lo atestiguan ampliamente las dificultades de
mo puede intervenir en las conversiones y las mutaciones sentimenta-
•
les-o Todas las formas de la lógica afectiva tienen la misma estructura:
toda persona no informada ante una página de un texto un poco abstracto
ia
indiferencia al principio de contradicción. propensión a la satisfacci6n de
en un dominio que le es extraño. En efecto, "los términos generales cu-
las tendencias. necesidades, deseos; utilización predominante de procedi-
er
bren un saber organizado, latente. (...) Las ideas generales son hábitos
mientos ret6ricos (acumulación o gradación de argumentos que apuntan
en el orden intelectual (...) es decir una memoria organizada. (...) Lo que
esencialmente a lograr un efecto emotivo).
at
cido, que consiste en lo siguiente: el trabajo útil se realiza por debajo de dos pensamientos en el individuo, Ribot sin duda retoma un terna bas-
la conciencia, y en ella sólo aparecen sus resultados. indicios o señales. tante trillado, pero también conceptllaliza con claridad, en el interior
(...) Ese sustrato inconsciente, ese saber potencial, organizado, no sólo mismo del marco de la psicología científica de su época, un modelo de
le da a la palabra su valor verbal, sino que deja en ella sus huellas. ( ...) conflicto que va a convertirse en el tema general de los análisis psi copa-
El pensamiento simbólico, operación en apariencia puramente verbal, es tológicos irunediatarnente ulteriores, por lo menos en lo que concierne a
sostenido, coordinado, verificado por un saber potencial y un trabajo in- lo que en ese mismo momento se estnlcturaba en la clínica como pato-
consciente".3S logía constitucional.4o Veremos que Freud formuló análisis totalmente
Por lo tanto, si bien el razonamiento objetivo se ha desprendido pro- homólogos cuando opuso los procesos primario y secundario del pensa-
gresivamente de la matriz común, no ha podido reemplazarla y "exten- miento.
224 225
)
Infancia y sexualidad. j - -¡'i escucla~cómo"fáhriCa-de'fa humaniilad" (Comenio) o afirma q~e-"ei ~:- - _.- ---
A. La psicología del niño: reduccionismo o especificidad ducador, junto al nillo, es el representante del hombre que él será más a-
delante" (Berbart), aquel que hará que "el hombre se convierta verdadera-
Indudablemente en la estela del pensamiento evolucionista. tan preocu- men~.en hombre" (COl"?enio). De allí proviene el carácter decididamente
pado por cuestiones de génesis. la psicología del niño comenzó.a susci- cognItIVO de lo que haCIa las veces de teoría del desarrollo, y el hecho de
tar hacia el último cuarto del siglo XIX un interés creciente. Por lo de- que la dOSISde "Información" necesaria fuera pensada en términos de sa-
más fue un texto de Taíne aparecido en 18764t el que impulsó el movi- ber o en términos de experiencia. La controversia apuntó finalmente a la
miento; muy pronto traducido al inglés, llevó a Darwin a públicar a su descomposición analítica del espíritu en "facultades mentales": los em-
vez (1887) observaciones breves sobre el desarrollo mental de sus hijos. piristas reducían todo a la percepción, los aprioristas pretendían una au-
En pocos años aparecieron42 las grandes obras de Preyer (1881) y dePé- tonomía y por lo tanto una educabilidad propia de la voluntad. La poca
rez (1878 y 1886), Y los artículos monográficos de Sully (a partir de experienc~a clínica paidopsiquiátrica de la que se disponía en esa época e-
o
1880): e! movimiento estaba iniciado y no se detendría; la psicología del ra el reflejO de aquella concepción fundamental y de esta polémica secun-
ic
niño siguió siendo hasta nuestros días objeto de trabajos cada vez más daria. Su única noción, en efecto, era la de detención del desarrollo, la i-
numerosos. ¿Es posible imaginar hoy que hubo un tiempo en el que ese dIotez. y las controversias versaban sobre la irreversibilidad de ese esta-
ém
carn¡x> no existía y no suscitaba ninguna investigación particular? do: los empiristas la consideraban nula (Finel, Esquirol). Esa no era la
En efecto. si se quieren encontrar las concepciones difundidas acerca opinión de los "educadores de idiotas" (Séguin, Delasiauve), más bien
ad
de la infancia y su psicología antes de mediados del siglo XIX, es preci- espirituallstas, quienes pensaban en una lesi6n predominante de la vo-
so dirigirse a las teorías pedagógicas y a toda la masa de escritos consa- luntad y por lo tanto de la atención: estimaban que la educación de esos
ac
grados a ese tipo de problemas desde el Renacimiento hasta el fin de la nillos era posible, con la condición de que se utilizaran métodos especia-
época clásica.43 En tal sentido, en el siglo XVlIl se levantó la hipoteca les.44
cristiana acerca de la tendencia natural al mal del ser humano, es decir, Al principio, la curiosidad nueva que suscitó en la segunda mitad del
o
sobre todo del niño antes de alguna corrección educativa. Rezagándose siglo XIX el desarrollo psicológico del nillo no se apartó mucho de la
us
en todas partes, esta concepción fundamental de la pedagogía cristiana óptica tradicional: se trataba de verificar, de validar las concepciones de
dejó emerger dos tesis provenientes del humanismo más que nada signa- la génesis de las funciones mentales tal como se la representaban las te-
a
das por la creencia en la naturaleza bondadosa y perfectible de la bumani- onas reinantes. asociacionistas y evolucionistas. Es el caso del artículo
ar
dad. La primera, heredera de Rabelaís, reunió a empiristas (Condillac) y de Taine que encuentra las etapas de su análisis de la inteligencia en la
teóricos del progreso (Condorcet). concordes en confiar en el conoci- observación del desarrollo del lenguaje y de los conceptos en el nillo. El
lp
miento, en las "humartidades", para transmitir al nillo la cultura que hace
de él un hombre cada vez mejor y un ciudadano. La segunda, más bien
breve trabajo de Darwin o las obras de Pérez se presentan como protoco-
los de observación de un estilo más bien sobrio, que procuran determinar
ia
en la veta de Montaigne y próxima a la tesis filosóficas aprioristas e in- las fechas de aparición y las modalidades de evolución de los fenómenos
er
natistas (Kant), encontró en Rousseau su mascarón de proa; ella espera- mentales, encarados y descriptos de una manera bastante académica (sen-
ba más bien de la confrontación del niño con las experiencias de la vida saciones, movimientos. emociones, fenómenos intelectuales, lenguaje,
at
el desarrollo natural de! que el pequello es capaz y que el educador condu- desarrollo moral y de la personalidad); la óptica es por cierto evolucio-
ce diestramente desde bambalinas. nista y el objetivo validatorio evidente, aunque las observaciones en sí
M
Pero detrás de esta oposición superficial, que corresponde de hecho pueden tener un valor propio (cf. la lista de aparición secuencial de las e-
estrechamente a la controversia entre empirismo y apriorismo, ambas mociones en el nillo utilizada por Ribot).
posiciones tenían en com ún una concepción de la infancia que no veía El trabajo de Preyer que domina el período se funda en una orienta-
en ella otro contenido que el de tender al estado adulto. Ese adultomor- ción fisiologista próxima a la de Bain: retoma en particular la tesis de
fismo se expresaría cómodamente con el vocabulario aristotélico: el ni- este último acerca de la constitución de los movimientos voluntarios a
110 era el adulto en potencia y la educación sólo tenía la finalidad de ha- partir de una selecci6n-combinación de los movimientos automáticos
cer pasar esa potencia al acto y engendrar al adulto que de hecho e! nillo espontáneos (impulsos, reflejos o instintos innatos) asociados a las pri-
era potencialmente. La tesis "dirigista" es más clara en cuanto designa a meras representaciones sensoriales de objeto, tal como ellas se constitu-
yen bajo el imperio determinante de los estados de placer o dolor y por
226
•
227
-----~-----
I
la acción (Üserlminativa de los movimientos en las percepcio~es -(apro- Balawin habrá de tomar en gran medida ese caiilíno,""- que iOaavla gravi- •
ximación o retirada con repetición del placer o displacer). La facultad de ta en el pensamiento de su discípulo Piaget.
constituir nociones, o inteligencia. aparece como innata. lo _mismo que
su disposición en el tiempo y el espacio (referencia a -Kant y a los nati- Progresivamente. dos corrientes de pensamiento fueron diferencián-
vistas), pero la percepéión es indispensable para llenar ese primer marco dose en ese campo de la psicologia .del niño, desde luego, las vinculaba
(referencia empirista). Por otra parte, la inteligeJ1cia se constituía inde- un amplio espectro de posiciones intermedias. Tomemos a Baldwin co-
pendientemente del lenguaje, incluso aunque las nociones primarias, mo paradigma de la primera: para ese funcionalista.47 sobre todo preo-
mudas. necesarias para la adquisición de este último ..se encontraran des- . cupado por la génesis de las funciones intelectuales, la psicología del ni-
de luego precisadas en ella (Preyer cita en tal sentido las inferencias in- fio se caracterizaba principalmente por su simplicidad: primero reducida
conscientes de Helmholtz, que prefiere denominar "mudas", "sin habla"). a una pura impulsividad ideodinámica (modelo: la hipnosis) se desarro-
De estas diversas investigaciones de espíritu muy empírico se des- llaba a través de la complejización crecielJte de una estructura primitiva
o
prendieron pronto una cierta cantidad de temas específicos: muy simple, puesto que en líneas generales equivalía al arco reflejo. Los
ic
"hábitos" hereditarios se modificaban por la influencia del medio en vir-
ém
-De entrada y sobre todo, el problema de lo innato y lo adquirido en tud de la operación de la acomodación, a través de las "reacciones circu-
el desarrollo: ¿cuáles eran por lo tanto las partes respectivas de la estruc- lares"48 que reforzaban los efectos de la experiencia al tender a la repeti-
tura hereditaria del psiquismo y de la influencia del medio y de la imita- ción de los estímulos positivos (forma originaria de la imitación) y a la
ad
ción45 en el ser humano? El primer factor, en una óptica evolucionista, fuga respecto de los estímulos negativos. Esa génesis logicista de las o-
relaciona al hombre con la animalidad y con determinaciones instintivas; peraciones mentales se fundaba en una concepci6n de tipo mecánico
ac
el segundo subraya la presencia de la cultura y de la dimensión social. (aunque dinámica) en la que el problema de la motivación era evitado
Preyer retomará una tesis de Helmholtz (debilidad de los instintos en el mediante metáforas fisiológicas, como por ejemplo la "reacción de exce-
o
hombre), que él reinterpreta y que parece encontrar un amplio consenso: so" tomada de Spencer y Bain y que explicaba la reacción circular: el
placer correspondía a una ventaja vital para el organismo y se manifesta-
us
la inmadurez psicofisiológica notable del recién nacido y del niño, en re-
lación con el mundo animal, explica la perfectibilidad indefinida del ser ba por un aumento de la energía y la actividad susceptibles de invertirse
humano y su adaptabilidad muy abierta; en ellas se unen la importancia en los movimientos necesarios para la repetición del estímulo y por lo
a
de los aprendizajes, la prolongada duración de la infancia, el desarrollo tanto de la reacción (el dolor provocaba los fenómenos inversos). Con
ar
de los instintos familiares y sociales. respecto a Piaget, Wallon ha deÍmido magistralmente la estructura y las
-A continuación, la gran variabilidad cronológica del desarrollo en debilidades de ese tipo de concepciones que tratan de formular una econo-
lp
el niño: resultaba imposible fijar fechas precisas para estadios y fenóme- mía de la conciencia en el ánálisis del pensamiento. extrayendo modelos
lógicos de la actividad mental primitiva. con peligro de reintroducir, sin
nos delimitados; cada niño tenía su propio ritmo para recorrerlos. De allí
ia
la importancia de la diI:nensión comparativa. la necesidad de estudios decirlo, en los momentos claves del análisis. lo mismo que acaban de
er
frontación de los estudios monográficos al principio realizados casi y la certidumbre de la transparencia de la vida mental del niño, y detrás
M
siempre en los propios hijos de los autores. de ellas la subsistencia del adultomorfismo clásico. J. Sully atestiguará
-Finalmente, la mirada evolucionista. entonces darwinista, aisló el origen de la segunda corriente, la que llevaba en germen la concepción
progresivamente una secuencia de fases de desarrollo que recapitulaban nueva y la mirada psicoanalítica. "Los niños son mucho menos fáciles
en el niño la evolución de la especie. La ley biogenética de Haeckel en- de descifrar de 10 que se supone comúnmente" ,50 y ello no solamente a
contró por ejemplo su aplicación en Sully en la idea de una secuencia en causa de su reticencia y su timidez. En efecto, "cuando el chíquillo se
la que se sucedían un estadio de dominación de los instintos vitales (ani-' muestra perfectamente cándido y se esfuerza, con sus preguntas y obser-
malidad). un período de asombro ingenuo e imaginación superstíciosa vaciones acompañadas de la más elocuente de las miradas, por enseñar-
(correspondiente a las culturas primitivas, "infancia de la humanidad"), y nos lo que ocurre en su espíritu, nos encontramos constantemente inca-
finalmente un estadio en el que aparecían una observación más reflexiva . paces de comprenderlo. El pensamiento infantil sigue su propio sendero,
del mundo exterior y modos de razonamiento más exacto y eficaces. 'su propio camino', como dice muy justamente Rudyard Kipling, 'ca-
228 229
... B. Teoría clásica del instinto sexual
)
mino olvidado 'pOr quienes han "dejado la infancia detrás de sí'. Siendo
esto así. nos parece bastante osado hablar -de la investigaci6n' científica
de la inteligencia infantil. A decir verdad, es preciso reconocer, a pesar de La idea de que la atracción recíproca entre los sexos es una ley natural y
los recientes trabajos preparatorios muy notables y plenos de promesas de que esa atracción irreprimible encuentra su fuente individual en los
acerca de la psicología infantil, que estamos lejos de poseer documentos órganos genitales es extremadamente remota: no hay ventaja alguna en
verdaderamente científicos en tal sentido. Nuestras llamadas teorías sobre indagar su filiación desde los escritos más antiguos.54 A la noción mo-
la actividad intelectual de los niños no son con frecuencia más que gene- derna del instinto sexual, tal como ella va a funcionar a lo largo de todo
ralizaciones precipitadas de observaciones imperfectas. Es probable que " el siglo XIX, proporcionando a la clínica naciente de las perversiones
los niños tengan maneras de pensar y de sentir mucho más variadas de lo sexuales su fundamento teórico, nos resultará en cambio más fácil y
que nuestras teorías suponen".51 . fructífero situarla en su origen, puesto que incuestionablemente su pun-
to de partida se encuentra en la obra de Cabanis. Era lógico que quien
Así, Sully subraya la heterogeneidad del pensamiento del niño res-
consideraba los instintos como "una consecuencia de las leyes de la for-
o
pecto del nuestro, y los obstáculos que encuentra la investigación empí-
mación y del desarrollo de los órganos" ,55 y que les atribuía una fun-
rica. Si bien insiste en la 'importancia de una simpatía carlftosa del ob-
ic
servador para penetrar en ese ser complejo y diferente. también reco- ción esencial en las determinaciones psíquicas. se interesara particular-
ém
mienda una buena formación científica para evitar las trampas de la in- mente en la sexualidad. "Los historiadores del sistema animal, especial-
tuición proyectiva: la madre o la nodriza son quienes están méjor ubica- mente los dedicados a describir las costumbres de las diferentes especies
(...) pudieron ver fácilmente que las propensiones y los hábitos propios
ad
das desde la perspectiva del primer criterio; el padre o el médico, con re-
lación al segundo. Así se identifican bien temas modernos y "también el de cada una tenían que ver, en gran parte, con el modo en que ella se
del "niño originario", padre del adulto y clave de su comprensión, lo que propaga; y que el carácter de sus necesidades, sus placeres y sus trabajos,
ac
invierte totalmente la perspectiva tradicional. Es preciso ver en ese cam- su sociabilidad, la extensión o la importancia de sus relaciones con las
bio conceptual radical la huella de la influencia darwinista: ella tiende otras especies, o con los diferentes agentes o cuerpos. exteriores, tienen
o
progresivamente a definir su especificidad, más allá de los aspectos ,,:,ás particularmente sus fuentes en las circunstancias o condiciones a las
us
clásicos del evolucionismo común, spenceriano. Por otra parte, ese tIpO cuales está ligada su reproducción, y en la disposición de los órganos
de crítica de un geneticismo demasiado simplista se extenderá a muchos empleados con tal fin."56
ámbitos en el siglo XX, en particular al campo cultural y social: tam- Por otra parte, Cab¡mis dedica la quinta memoria sobre las "relacio-
a
bién en ellos la comparación retrocederá ante la evidencia de una autono- nes entre lo físico y lo moral en el hombre" ~ "la influencia de los sexos
ar
mía estructural por lo menos relativa. en el carácter de las ideas y de las afecciones morales". En las diferencias
anatómicas y fisiológicas entre los sexos, ve la fuente de las diferencias
lp
A continuación del pasaje que hemos citado, Sully toma el ejemplo
"de sus propensiones y hábitos".57 Pero, sobre todo, atribuyó finalmen-
•
del "juego del niño, acerca del cual tanto se ha escrito, y con tanta segu-
te a la sexualidad, como vector de la reproducción de la especie, lo esen-
ia
ridad, (y que) hasta ahora sólo ha sido comprendido imperfectamente".52
En dos grandes obras aparecidas en 1896 (Los juegos de los animales) y cial de la determinación de toda la esfera de las relaciones interpersonales
er
1899 (Los juegos del hombre), Karl Groos, con una ópttca por lo (amorosas, familiares y sociales), que de ese modo aparecen como su ex-
presión psicológica. Cabanis bosqueja por otra parte en diversos pasa-
at
demás un poco diferente, intentó darle a este problema una respuesta que
respetara la especificidad de esta actividad tan propia del niño. Recha- jes la gran oposición de los instintos de conservación y el instinto de re-
M
zando las explicaciones tradicionales (solaz, gasto de la energía super- producción, modelos de dos grandes clases de "hábitos instintivos" que"
flua, restos hereditarios sin valor actual), atribuyó al juego una función él reconoce;58 con rasgos mejor delimitados, esa concepción gravitaría
esencial de ejercicio, de ajuste y de maduración de las actividades instin- en toda la temática ulterior acerca de esta cuestión. Schopenhauer, del
tuales ulteriores (de allí la especificidad de los juegos de cada especie a- que se sabe hasta qué punto lo marcó la influencia de Bichat y Caba-
nimal): u.El animal no juega por ser joven, .sino que tiene una juvent~d nis,59 se convertirá en su propagador, y ella pasará a ser muy comente
para satisfacer la necesidad de jugar."S3 También en ese caso la ~n~ancla hacia f"mes del siglo XIX.
ocupa un lugar capital y un papel autónomo en el desarrollo: SI bIen la En su subtítulo "Trastornos del instinto" de su Trailé c1inique de
actividad que la caracteriza mejor es propedéutica con respecto a la del a- psychialrie,&J Krafft-Ebing por ejemplo opuso las anomalías del ins-
dulto, signa también una fase que tiene su significación propia. tinto de nutrición a las del instinto sexual, que él considera como "tras-
230 231
•
tomos elementales muy importantes, puesto que la naturaleza de los
sentimientos genésicos" es la que, en gran parte, determina el carácter, la ~amilia monogámica~de derecho paterno después de una prolongada fase ,
naturaleza de la personalidad intelectual y en particular sus sentimientos mtermedm de matrImOnIO grupal, Opredominio del derecho materno de-
éticos, estéticos, sus tendencias sociales".61 Maudsley ya había observa- bido al carácter incierto de la paternidad. El establecimiento del der~cho
do con respecto a la pubertad: "En ese momento los sentimientos al- paterno correspondía en efecto a la vez a una organizaci6n mejor regula-
truistas comienzan a germinar: antes de la pubertad, casi todos los varo- da de las relaciones sexuales y a un progreso en el sentido de la abstrac-
nes son los más perfectos egoístas; consideran que les corresponde y ción, puesto que un criterio conceptual (la paternidad) reemplazaba a la
merecen todo el afecto que se les testimonia y todos los cuidados que evidencia concreta inmediatamente perceptible (la maternidad). Como se
hay que brindarles. Después de la pubertad, empiezan a apreciar lo que se puede verificar, esta concepción (que fue bastante bien acogida en gene-
hace por ellos y a experimentar una chispa de gratitud. Si siguiéramos el ral) inscribía la estructuración de las relaciones y de los sentimientos
desarrollo del instinto sexual hasta su punto culminante, verificaríamos conyugales y parentales en el interior de la evolución propia del grupo,
clan u horda primitiva: prevalecía el hecho social.
o
su remota influencia hasta en los sentimientos más elevados, sociales,
ic
morales y religiosos, de la humanidad."62 En efecto, "¿de qué fuente sal-
ta la primera chispa del sentido moral? Respondo, exponiéndome a mu- C. El problema de las perversiones sexuales
ém
chas reprobaciones: del instinto de reproducción";63 Maudsley subraya
entonces la naturaleza semialtruista de ese instinto que empuja al sujeto
Pero el problema de la sexualidad se planteará sobre todo en un horizon-
ad
a "sacrificar una parte de sí mismo para la propagación de la especie" que
uentraña la asociación por 10 menos temporaria de dos individuos y de e- te totalmente distinto: una sexología de pretensión científica habrá de
constituirse a partir del campo bastante reciente de la clínica de las per-
ac
se modo emplaza el primer jalón de la vida social. Es fácil ver, además,
verSIOnes sexuales. Hasta los trabajos alemanes de los años 1860-1870,
que el afecto por el ser engendrado como consecuencia del ejercicio de e-
se instinto, y los cuidados constantes, necesarios para la progenie, des- la patología sexual inventariada se refería a casos de trastornos impor-
o
piertan el instinto de maternidad y de paternidad. ( ...) En virtud de ese tantes del comportamiento que habían podido necesitar de la intervención
us
procedimiento, el individuo entra en el campo del egoísmo familiar. A- del alienista, en un cuadro esencialmente médico-legal. A la antigua no-
hora bien, el sentimiento de la familia ( ...) es la base del sentimiento ción de "hipersexualidad" (ninfomanía, satiriasis), el campo nuevo de los
dictámenes periciales en los tribunales pudo así añadir el estudio de los
social".64
a
grandes perversos, autores de actos "monstruosos" (necrófilos, asesinos
ar
Los evolucionistas, antropólogos o psicólogos, en general, a esa te- sádicos o pedófilos), que se agrupaban entre las monomanías instinti-
sis de la génesis de los sentimientos sociales y de la sociedad a través de vas de Esquirol. Morel, que rompe abiertamente con tal clase de orien-
lp
la familia y de los instintos parentales (es decir, en última instancia, a tación nosológica en su gran tratado de 1860, sólo describe en él ese ti-
partir de la sexualidad65 y de los vínculos que ella engendra) le opusie- po de uperversiones de los instintos genésicos"68 en el marco de sus lo-
•
ia
ron una concepción más compleja, según la cual el grupo era un~hecho curas hereditarias. Fue el único tratado de la época que dedicó algunas
er
originario. Hemos visto que Spencer y Darwin sostuvieron este último páginas a ese problema todavía muy marginal para la psiquiatría. Asi-
modo de ver, que Ribot defenderá con fervor: "EI grupo familiar y el mismo, cuando Lasegue, en 1877, describió por primera vez el exhibi-
at
grupo social provienen de tendencias diferentes, de distintas necesidades; cionismo, lo analizó más como un acto impulsivo (su descripCión se a-
cada uno tiene un origen psicológico especial e independiente, y es im.
M
o
riores. y el del embrión humano hasta su decimosegunda semana de vi- Esta clasificación nosológica va a ser adoptada por la mayor parte de
ic
da. En 1870, Westphall retomó el estudio del problema, para el cual for- los autores que abordaron ulteriormente la cuestión y que sólo la modifi-
j61a expresión «inversión sexual" (más exactamente "sensibilidad sexual caron en detalles.80 En el plano etiológico, Krafft-Ebing subraya la na-
ém
contraria") y reprodujo globalmente la descripción de Ulrichs; no obs- turaleza congénita y degenerativa de las perversiones sexuales (y por otra
tante, vinculó la anomalía con el grupo de las neurosis, sobre la base de parte de la "paradoxia" infantil): así, opone las perversiones verdaderas a
ad
una muy frecuente sintomatología "neurótica" asociada. y la enlazó así la perversidad adquirida (homosexualidad "a falta de otra cosa" de las
con la patología heredo-degenerativa. En adelante, las anomalías del prisiones o de los ejércitos~ por ejemplo). y vincula las primeras con los
ac
comportamiento sexual se convertirán en un tema clínico que suscitó en estados entonces considerados heredo-degenerativos (neurosis, trastornos
Alemania y después en otras partes un interés creciente. del carácter, paranoia). Esta tesis, que al principio recibió una aceptación
Krafft-Ebing publicó su primer articulo acerca de la patología sexual general. en los aftas que siguieron provocó diversas discusiones En
o
en 1877; progresivamente amplió su campo de estudio a todas las for- 1887, en efecto, Alfred Binet, en un trabajo titulado Le [étichisme dans
us
mas de desviación sexual a las que tuvo acceso, lo que le permitió redac- l'amour,81 introducirá una corrección importante: "En este dominio la
tar la primera obra de conjunto sobre la cuestión, su Psychopathia se- herencia sigue siendo, como se la ha llamado, la causa de las causas; ella
a
xualis, cuya primera edición apareció en 1886, y que modificará conti- prepara el terreno en el que la enfermedad del amor debe germinar y cre-
ar
•• nuamente hasta su muerte.71 Dividió las «anomalías del instinto sexual"
en cuatro grandes clases: 72 ia
lp
cer. Pero la herencia, en nuestra opinión no es capaz de dar a esta enfer-
medad su forma característica; cuando un individuo adora los tachones de
botín, y otro los ojos de mujer, no le corresponde a la herencia explicar
por qué su obsesión se dirige a tal objeto y no a tal otrO."82 La res-
-Anestesia: "cuando ese instinto está debilitado al punto de faltar
puesta a ese problema supone por lo tanto un elemento causal comple-
por completo ( ). Fisiológica en la infancia y en la vejez ( ...) la anes-
mentario: "Hay fuertes razones para suponer que la forma de esas perver-
er
anormal".74 Volvemos a encontrar en este punto las antiguas nociones pei'la un papel esencial porque ha impresionado a un degenerado. Un
de ninfomanía y de satiriasis. Para Krafft-Ebing este fenómeno es sobre -hombre sano sufre todos los días influencias análogas sin convertirse
todo cerebral, "relacionado con las enfermedades funcionales de la corteza
cerebral (histerismo, estados de exaltación psíquica) o con las enfermeda-
des orgánicas del cerebro (demencia paralítica, senil)."75
---
por ello en amante de los tachones de bolín. "83
De modo que Binet_se ve llevado a atribuir la forma particular de la
perversión a la potencia de un acontecimiento vivido por lo general en ]a
-Parestesia: "cuando (el instinto) se manifiesta de una manera per-
infancia y que ha entrafi.ado la constitución de una asociación mental te-
versa. es decir cuando su tipo de satisfacción no tiene por fin la conser-
naz: aquella forma está constituida por el objeto del fetichista, pero tam-
o vaci6n de la especie".76 Estas son pervers~ones sexuales propiamente di-
bién por homosexualidad y otras características que a su juicio tienen en
chas, divididas en dos grupos: sadismo, masoquismo, fetichismo, por u-
235
234
•
.el fondo la_rnism.a estructura. La herencia degenerativa, entonces, sólo vol~cionistas y, más propiamente, darwini-stas, al conjunto de los pro- .
explica una cosa: que "un hecho insignificante haya llegado a grabarse blemas planteados. Una concepción simplemente jacksoniana, como la
con trazos profundos e indelebles en la memoria de estos enfennos"84 de C. Féré en su obra aparecida en 1899,9t en efecto, no modificaba re-
gracias a un estado de receptividad particular que "se asemeja en más de almente las concepciones anteriores; él analizó la disolución del instinto
un aspecto al estado hipnótico";85 la herencia da cuenta además de un sexual como una desdiferenciación que le hacía perder sus características
segundo factor etiológico: la frecuente precocidad de las emociones se- esenciales en los diversos estratos de su estructuración. Así, la desapari-
xuales implicadas en ese tipo de experiencia (paradoxia de Krafft-Ebing). ción "de los instintos relativos a la protección de los jóvenes y a la u-
Por lo demás, entiende que sólo se trata de la exageración de un proceso nión permanente (...) primer grado de la decadencia",92 se manifiesta en
normal: cada uno tiene particularidades amorosas o eróticas adquiridas en " las dificultades conyugales, en el divorcio y la propensión a una activi-
su historia (asociaciones fijadas) y "el amor normal se nos apaÍece ( ...) dad sexual sin freno (retorno atávico a la promiscuidad sexual primitiva).
como el resultado de un fetichismo complicado (...) politeísta: resulta, "Una señal más grave de la disolución es la pérdida de los instintos rela-
o
no de una excitación única, sino de una miríada de excitaciones. (... ) tivos a la búsqueda y a la atracción sexual":93 dicha pérdida conduce a la
ic
¿Dónde comienza la patología? En el momento en que el amor a un de- persecución brutal en el macho (atentado; al pudor), a la mengua e in-
talle cualquiera se convierte en preponderante, al punto de borrar a todos
ém
cluso a la inversi6n de la resistencia púdica uiJlstintiva" de la mujer, que
los otros. ( ...) Al politeísmo le responde el monoteísmo".86 es en realidad un medio de seducción (prostitución); en ella está también
De modo que lo que en el espíritu de Binet no es más que una correc- la fuente del onanismo y las "condiciones en las que elementos extraños
ad
ción a la tesis de la degeneración, rápidamente va a convertirse en un a los caracteres sexuales (...) pueden desempeñar un papel en la elec-
punto de vista radicalmente opuesto. A partir de 1889, A. van ción".94 Finalmente, la inversión sexual "signa la tendencia a borrar las
ac
Schrenck-Notzing publicó una serie de trabajos que relataban la cura su- diferencias sexuales",95 con lo cual revela ocupar un lugar próximo al de
gestiva bajo hipnosis de los pacientes pervertidos sexuales: se trataba de la impotencia y el de la desaparición del deseo. Vemos que en Féré se
trata de una simple puesta en forma evolucionista, de intención clasifi-
o
destruir, en virtud de la fuerza de sugestiones hipnóticas,-la uasociaci6n"
patológica, y de reemplazarla por su homóloga normal. Lo que era re- catoria, de las concepciones degenerativas, y no de un verdadero cambio
us
versible por acción de influencias externas no podía sino haber sido ad- de registro; por otra parte no lo oculta: "Las perversiones sexuales (...)
quirido en circunstancias análogas:87 "'Cuanto más se incrementa el nú- caracterizan una tara orgánica";96 "la naturaleza degenerativa de la diso-
a
mero de casos en los que se ha obtenido una curación duradera, más dis- lución del sexo y (la naturaleza degenerativa) de sus perversiones sale
ar
minUye, en nuestra opinión, la proporción correspondiente a aquellos en con frecuencia a la luz por la coincidencia con otros estigmas" .97
los que puede invocarse una disposición hereditaria para explicar las ano- Los primeros que aplicaron a la sexualidad el enfoque darwinista y la
malías."88 lp
Los ~utoresque sustentan ese tipo de posiciones89 subrayan tam-
ley biogenética fundamental de Haeckel fueron autores norteamerica-
nos.98 En un artículo que apareció en 1881, S. Clevenger propuso deri-
ia
var filogenéticamente el instinto sexual del uhambre, deseo originario"
bién que, en un gran número de pacientes afectados de perversiones se-
(según el título mismo de su artículo), rechazando así la teoría "altruis-
er
236 237
la que la patolq,gia sexual aparecía como regresión atávka a caracterí..sti-
cas arcaicas como el canibalismo o la bisexualidad. G. Lydstorl, final~ sarrollo sexual. "es decir sobre las manifestaciones sex"u-ales en el niño. '
mente, sistematizó este punto de vista (1889) en torno del concepto de Retomando una idea de Max Dessoir (1894), que había propuesto el
detención del desarrollo: si el desarrollo individual recapitulaba las eta- concepto de una fase sexual indiferenciada (bisexualidad) prepuberal,
pas de la filogénesis, las aberraciones sexuales aparecían entonces como Moll,102 en su gran obra de 1897 (Investigations sur la libido sexua-
trastornos del desarrollo ontogénico. lis), extendió esa concepción a pe~íodosmuy anteriores de la vida in-
fantil. A su juicio, el instinto sexual (libído sexualis) se manifestaba
En 1892 (séptima edición de Psychopathia sexualis), Krafft-Ebing frecuentemente en la infancia, a veces muy pronto (primera infancia),
retoIl),ó el conjunto de estas teorías a través de la mención elogiosa de sin que ello constituyera un factor automáticamente patol6gico. Si bien,
los escritos de Kiernan, Lydston y Chevallier: ello las difundió rápida- en efecto, como lo hemos visto en el caso de Krafft-Ebing, las observa-
mente, reemplazando la tesis degenerativa y también a su rival asocia- ciones de manifestaciones sexuales o amorosas precoces pasaron a ser
cionista. Krafft-Ebing estaba particularmente satisfecho por contar final- muy corrientes, ellas seguían siendo percibidas como manifestaciones
mente con una explicación del sadismo y del masoquismo (perversiones
o
degenerativas ("paradoxias"). Según Moll, la aparición de la libido antes
cardinales a sus ojos, como lo hemos visto) que daba cuenta de su rela-
ic
de la pubertad debía entenderse como una actividad anticipatoria y prepa-
ción intrínseca, en particular de su frecuente asociación en el mismo in- ratoria del instinto, en concordancia con un modelo confonne a la teoría
ém
dividuo, y de su vínculo privilegiado con cada uno de los sexos: si el ca- del juego de Groos.l03 Esas manifestaciones, por otra parte, resultaban
nibalismo estaba en la forma primitiva de la sexualidad, "un deseo ins-
peculiares: bisexuales, con frecuencia signadas por rasgos perversos, e-
tintivo de ser la víctima" correspondía al papel pasivo asumido por la
ad
ran aún una forma poco diferenciada del instinto, que en absoluto permi-
hembra, y se encontraba también en el macho sádico como esbozo de tía presagiar en todos los casos una perversi6n ulterior.
inversión sexual. Por otra parte, la homosexualidad hallaba su fuente en Para Moll, el instinto sexual reunía dos componentes principales: el
ac
la bisexualidad originaria de la especie y del embrión, a partir de la cual
instinto de "detumescencia", que apuntaba al alivio de la tensión del ór-
se desarrolla normalmente la heterosexualidad por represión e involución
gano local (eyaculación en el hombre), y el instinto de "contactación",
o
de la tendencia alternativa, lo que no ocurre (hermafroditismo psíquico) o
la propensión al contacto, físico y mental, con el objeto sexual. Ambas
se realiza en sentido contrario (uranismo) en la inversión sexual.
us
componentes podían manifestarse desde la infancia, aisladamente y con
La aplicación a la teoría de la sexualidad de una orientaci6n biogené- un orden de aparición cronológica cualquiera. De modo que Moll des-
tica facilitará especulaciones más amplias aun que la de Maudsley acerca compone fen6menos hasta ese momento siempre pensados en conjun-
a
de la infuencía omnipresente de las manifestaciones del instinto sexual to: placer local de órgano y relación objetal (para decirlo con la expre-
ar
en la vida fisiológica y psíquica. W. Fliessloo constituye sin duda el e- sión moderna); el primero era el aspecto somático, y la segunda, la faz
lp
jemplo más delirante de ese tipo de pensamiento: a los conceptos enton-
ces corrientes de los autores darwinistas (recapitulaci6n de las etapas fi-
psíquica de la sexualidad. Fue desde luego con una óptica evolucionista
como Moll opuso dos componentes cuyo orden de aparición filogenético
ia
logenéticas, bisexualidad fundamental, etcétera), afiadió un sistema ex- era evidentemente sucesivo.
trafio que por cierto no suscitaría mucho interés si Freud no se hubiera En cuanto a las perversiones sexuales propiamente dichas, Moll las
er
ocupado tanto de él (relación de la nariz con los órganos genitales, "perí- vincula a una debilidad constitucional de la componente heterosexual
at
odas" machos y hembras que determinaban toda una serie de aconteci- normal de ese abanico libidinal. Una componente aberrante, herencia fi-
mientosfisiológicos y patológicos a lo largo de ~a vida, etcétera). En logenética habitualmente reprimida y latente en la síntesis del desarrollo
M
todo caso, resulta perfectamente absurdo ver en él una "prefiguración" de normal ulterior, prevalece entonces y se convierte en el factor libidinal
conceptos metapsicológicos freudianos (Sulloway): aJo sumo se puede dominante. Queda la acción de un factor cultural de predisposición: la ci-.
reconocer allí una especie de modelo organológicolOI (pues Fliess no vilizaci6n tiende a disimular estímulos instintuales esenciales (olfativos
abandona nunca el dominio fisiológico) de la teoría de la libido, para la pero sobre todo visuales: indumentaria), debilitando de ese modo artifi-
que por otra parte se pueden reivindicar muchas otras raíces menos capri- cialmente el efecto de las componentes hereditarias normales del instin-
chosas. to.
Pero, sobre todo, a las especulaciones filogenéticas no tardarán en Así Molllibera definitivamente los estudios psicosexuales de la hi:
sumarse investigaciones y teorías acerca del aspecto ontogenético del de- poteca degenerativa, conservando la idea de un factor constitucional. 104
No obstante, es preciso subrayar que, si bien reconocía la sexualidad en
238
239
• j
la infancia. no la entendía 'como. sexualidad -infantil; 105 le atribuía un
NOTAS
desarrollo particular y su propio orden de consistencia y de realidad, in-
dependiente de la sexualidad del adulto, e incluso la consideraba ilumina- 1. H. Maud:>ley: Physi%gie et pathologie de l'esprit. La tercera edición
dora respecto de esta última; en ello volvemos a encontrar la oposición fue traducida al francés, con la obra dividida en dos partes:
de los puntos de vista antiguos y modernos acerca del niño, que ya he- Physiologie de l'esprit (1879), ~ Pathologie de ['esprit (1883).
mos examinado. Por lo demás, sigue siendo muy prudente: "Si dividi- 2. Acerca de Jackson, véase el capítulo 16 de la obra de A. Ombredane:
mos la infancia en dos períodos, uno desde aproximadamente el primero L'apkasie el ¡'élaboratían de la pensée explicite, 1950. La mayor
hasta el séptimo año cumplido, y el otro desde el octavo hasta el deci- parte de esta obra está constituida por una "muy notable reseña his-
mocuarto afio cumplido, las manifestaciones del instinto sexual en el t6rica de las tesis concernientes a la parología de las funciones su-
primer período deben siempre suscitar la sospecha de una disposición periores y en particular la afasia. Jackson mismo proporcion6 una
mórbida. Pero en el segundo ya se presentan con frecuencia manifesta- exposición general de su doctrina en J. H. Jackson: Croonian
o
Lectures on the Evolution and Dissolution o/ the Nervous
ciones netamente psicosexuales en niños completamente sanos. "106
System, 1884, traducción francesa en Archives suisses de neuro-
ic
En sus famosos Estudios de psicología sexual (1897-1910), H. E- logie et de psychiatrie, 1921.
ém
Ilis retomó frecuentemente las tesis de Moll. Se adhiere así a la teoría de 3. También lo hará Janet veinticinco años más tarde. Pero éste se inspiró
la detención del desarrollo como etiología principal de las perversiones más directamente en Maine de Brran.
sexuales, aunque le reserve un lugar más amplio al factor ambiente (te- 4. Se introdujo así una diferenciación entre clínica y fisiopatología; no
ad
sis asociacionista tipo Binet), en particular a la seducción del niño por todos los elementos sintomáticos tenían el mismo valor patogéni-
adultos o por otros niños. Introdujo por otra parte las nociones de autoe- CO.
ac
rotismo y de experiencias sexuales ligadas al ejercicio de las funciones 5. J. Baillarger: De l'aphasie au point de vue psychologique, retomado
orales, anales y uretrales. También en ese caso se trata de fenómenos ya en R€cherches sur les maladies mentales, 1890; tomo 1, págs.
584 a 60l.
reconocidos con el rótulo de degenerativos107 y encarados entonces con
o
6. Junto al aspecto proposicional-expresivo del lenguaje, Jackson distin-
una perspectiva diferente. Pero estamos cerca del propio Freud, que Ellis
us
gue una fase voluntario-organizativa de la percepción: la interac-
conocía bien: cita los casos de Etudes sur l'hystérie .como ejemplos de
ción y la reactivación recíproca de ambas vertientes del pensa-
satisfacción autoer6tica y ya mantiene correspondencia con el fundador miento constituirían la reflexión. En el afásico, los dos aspectos
a
del psicoanálisis. Hay allí una convergencia de contemporáneos más que están más ,o menos afectados: de allí el estancamiento del pensa-
•
ar
influencias posibles, pero algunos pasajes resultan sorprendentes. Así, miento en un nivel subjetivo-automático.
con respecto al amamantamiento, dice Ellis: "El extremo eréctil del seno 7. J. H. Jackson: Mémoire sur les facteurs de la folie, traducido por Ey y
lp
figuta el pene eréctil; la boca húmeda y ávida del niño, ia vagina húmeda
y palpitante; la leche vital albuminosa, la sustancia vital albuminosa.
Rouart en H. Ey: Des idées de Jackson a
un mOlJeleorgano-dyna-
mique en psychiatrie, 1975, pág. 108. Hay que desconfiar de los
ia
La satisfacción mutua total, física y psíquica, de la madte y el niño (...) comentarios tendenciosos de los traductores, que atribuyen a Jack-
son sus propias ideas.
er
240 '
241 ,
- 16. Algunos años más- tarde; en 1'900'-~RiBor-iecoriocerá iá dificúlfaa~y--la
00 -.' --
- Ribot, -F. -Paulh~:¡ Hactivité mentale ..el les élhnenls- de~.resptit;
insuficiencia de las dos teorías del inconsciente: la teoría fisioló- 1889.
gica C'cerebraci6n inconsciente"). a la cual se inclinaba él. expli- 40. Cf. P. Bercherie: Les fondements ...• segunda parte.
caba los automatismos pero no la creatividad m,consciente; las 41. Cf. Notes sur l'acquisition du langage chez l'enfant et dans l'espece
teorías psicológicas (doble conciencia o gradación progresiva des- humaine. anexo a De l'intelligence, vol. l.
, ~.
de la conciencia clara hasta la conciencia oscura y hasta los gra- 42. B. Pérez: Les trois premieres années de l'enfant. 1878, y L'enfant
dos casi impercep~ibles del inconsciente), como lo observará de trois a sept ans. 1886. W. Preyer: L;áme de rentant, traduc-
Freud, reposaban en una metáfora o un equívoco Jermino19gico. ci6n francesa de 1887. J. Sully: Eludes sur l'enfance, aparecidos
Cf. sobré la naturaleza del factor inconsciente el apéndice B del en forma de libro en 1896 y traducidos al francés en 1898.
) Essai sur l'imaginatíon créatrice (1900), pág. 283. 43. Cf. la excelente reseña histórica de J. Leif Y G. Rustin. en Philoso-
17. T. Ribot: Les maladies de la personnalité. pág. 171. phie de réducalion. 1970. tomo 1; cí. también M. Debesse y G.
18. Ibíd., pág. 170. Mialaret: Traité des sciences pédagogiques, tomo n, 1969.
19. Ibíd., pág. 171. 44. Acerca de toda esta cuesti6n y también sobre la controversia entre Pi-
o
20. A partir de ese punto puede rastrearse esta concepción en los alienis- nel e Itard con respecto al salvaje del Aveyron (de hecho, se trata
ic
tas alemanes. a través de Meynert y Wemicke, y después en de un problema conexo), cf. P. Bercherie: UHistoire de la clinique
ém
Maudsley, que la difundió en inglés antes de que Ribot la introdu- psychiatrique de renfant". que aparecerá en Analytiea (Cahiers de
jera en Francia. Recherche du Champ Freudien).
21. T. Ribot: Les maladies de la volonté, pág. 179. 45. Como se ve. se trata de la validez relativa de las tesis empiristas y
ad
22. 1bíd., pág. 180. nativistas reconciliadas por el evolucionismo.
23. T. Ribot: La psychologie des sentiments. págs. 195-196. 46. Cf. J. M. Baldwin: Le développement menlal ehez l'enfant el dans la
ac
24. Ibíd., pág. 94. race. 1895 (traducci6n francesa de 1897), cuyo título es de por sí
25. Ibíd., pág. 1. lo bastante sugestivo.
26. Ibíd., pág. 2. 47. Cf. tnfra, capítulo 11.
o
27. Ib(d., pág. 108. 48. Concepto fundamental retomado tal cual por Piaget.
a
us
28. Cf. A. Lehmann: Die Hauptgesetze der Menschlichen Gefülhslebens, 49. Cf. H. Wallon: De l'acte la pensée, 1942, págs. 24 a 53.
1892. 50. J. Sully: Eludes sur l'enfance, introducci6n, pág. 17.
29. T. Ribot: La psychologie des sentiments, pág. 175. 51. Ibíd., pág. 18.
a
30. Ibíd. 52. Ib(d., pág. 19.
ar
31. -T. Ribot: Essai sur l'imagination créatrice. pág. 50. 53. K. Groos, citado en E. Claparwe: Psychologie de l'enfant et Pédago-
32. Ribot elimina de esta lista secuencial la alegría y la tristeza, que a su gie expérimentale, 1905, pág. 172. que analiza y retoma las con-
lp
juicio no son más que las formas morales del placer y el .dolor: cepciones de K. Groos.
comparten su carácter difuso y generalizado y están presentes en 54. Por otra parte. hemos visto incidentalmente su funcionamiento, con
ia
las emociones verdaderas, estados distintos e independientes entre respecto a las concepciones etiológicas tradicionales de la histe-
sí. ria: cf. supra, primera parte.
er
33. T. Ribot: Essa.i ...• pág. 27; tesis empirista .que el autor ilustra con el 5:: P. J. G. Cabanis: Rapport du physique ei du moral chez l'homme, e-
dición de 1843, pág. 464.
at
242 243
••
r
.-
I
63. Ibíd., pág, 373 ... ~~. '.___ _ '__~~ .•.'. I -..~-autor;' :con-bastante ;6gica-;.unió~las' clases --'2.y.4. Magnlin .propuso
64. Ibíd.
una interpretación neurofisiol6gica de ello en el estilo de la umi_ .
65. Es preciso subrayar que. para los partidarios de las concepciones es- tología cerebral" de la época; cf. P. Bercherie: Les [ondements ...•
trechamente fisiologistas provenientes de Cabanis. era perfecta- págs.- 134-135.
mente lógico tratar de derivar los instintos sociales. de la sexuali- 81. Reeditado en el volumen de Etudes de phychologie expérimentale que
dad (o por otra parte del interés personal): al concebir el instinto A. Binet publicó en 1888 y a .cuya paginación remitimos en los
•
s6lo como representante ps£quico "de la formación de los órga- pasajes citados in/ra. ,
nos", no podían pensar en un instinto primario sin soporte somá- 82. Ibíd., pág. 41.
tico y por lo tanto tendían "a limitar la lista a los instintos de
'.
83. Ibíd., pág. 42.
conservación y de reproducción. 84. Ibíd., pág. 48.
66. T. Ribot: Psychologie des sentiments. pág. 294; cí. también toda la 85. Ibíd.
discusión precedente. 86. Ibíd., págs. 84-85. . .
o
67. Cf. F. EngeIs: prefacio de L'origine de la fami/le. de la propriété pri- 87. Se trata más bien de escenas de fuerte carga emocional entre las cuales
ic
vée el de I'Etat, donde se encontrará una buena reseña de los estu- la seducción por adultos ocupa un lugar importante.
dios acerca de "la historia de la familia primitiva". 88. A. van SchIenck-Notzing. citado en F. J. Sulloway: Freud ...• pág.
ém
68. Cf. B. A. Morel: Traité des maladies mentales. 1860. págs. 412- 273.
417. 89. Meynert se encuentra entre ellos: como buen empirista, desconfía de
69. Con respecto a todo este subtfrolo. ef. los capírolos correspondientes
ad
las explicaciones por la herencia. que podrían constituir una mane-
en P. Bercherie: Les fondements ... ra de reintroducir las "ideas innatas" de los idealistas.
70. Para una reseña histórica detallada. se podrá consultar el capítulo 2 90. R. van Krafft-Ebing opone por otra parte. a las formas benignas (fe-
ac
del libro de G. Lantéri-Laura: Lecture des perversions¡ y sobre to- tichismo. homosexualidad). las formas graves (sadismo. masoquis-
do F. Sulloway: Freud, biologiste de ['esprit, capírolo 8; és~ es la mo) a su juicio esenciales y en las que la .'asociaci6n patógena"
mejor parte de esta última obra. aunque esté, como- el resto del li- parece una explicación muy débil.
o
bro. muy maculada de reduccionismo. 91. Cf. C. Féré: L'instinct sexuel. Evolution et dissolution.
us
71. Una traducción francesa de la octava edición alemana apareció en 92. Ibíd., pág. 40.
1895. En cambio. la edición de Payot de la que se dispone corrien-
temente en francés es en realidad una obra por completo distiiii:.á;
..'. 93. Ibíd .
a
94. Ibíd .• pág. 43; Féré habla aquí del fetichismo y de las perversiones
reescrita por A. Moll a partir de las observaciones de Krafft-Ebing sexuales en cuanto al objeto.
ar
(traducción de las ediciones alemanas decimosexta y decimosépti- 95. Ibíd., pág. 45.
ma ''refimdidas'').
lp
72. Se encontrará una exposición compendiada de las primeras concepcio-
nes de R. von Krafft-Ebing en su Traité clinique de psy¿hiatrie, e-
96. Ibíd., pág. 50.
97. Ibíd., pág. 58.
98. Para todo este párrafo me apoyaré en F. Sulloway: Freud ...• capítulo
ia
dici6n francesa, págs. 99 a 106. 8. rectificando lo que me parece inaceptable en su lectura.
er
73. Ibíd., págs. 99-100. 99. En la misma época., un francés. J. Chevallier. presentó una tesis idén-
74. Ibíd., pág. 99. tica en su obra Une maladie de la personnalilé: l'inversion sexue-
at
77. Las otras variedades de perverSión sexual (voyeurismo. exhibicionis- minins présentées selon leurs significations biologiques. 1897.
mo. zoofilia. necrofilia. etcétera) están vinculadas a ese primer traducción francesa de 1977.
grupo como formas particulares. desdibujadas. esbozadas o incluso 101. La palabra "organológico" fue empleada por el propio Freud con res-
mixtas. pecto a la teona de Fliess.
78. R. van Krafft-Ebing: Traité ...• pág. 104; el autor opone el "afemina- 102. A. Moll fue entonces. detrás de Krafft-Ebing y antes de Havelock E-
miento" en un cierto tipo de homosexual masculino a la "viragini- .)
llis. la autoridad más escuchada acerca de la cuestión de las perver-
dad" de las homosexuales virilizadas. siones y la teoría sexuales.
79. Ibíd., pág. 100. 103. Cf. supra. el subtítulo dedicado a "La psicología del niño".
80. Cf .• por ejemplo. F. L. Amaud: "Psychoses constitutionnelles". en 104. Ese fue un .movimiento general a inicios del siglo XX: muchos au-
Traité de pathologie mentale, de G. Ballet. 1904. pág. 767; el tores rechazaron el concepto global de degeneración. reemplazán-
244
245
,j; i
r ~¡
---""'-'1
1, i
1.:.1
. dolo por hipótesis constituci~onalistas más '.res"tringidas'
~y más refi- "- .OC.- I
nadas. Cf. P. Bercherie: Les fondements .... vol. l. cuarta'parte. _ :
105. Es lo que Sulloway. acuciado .Ii. reducir la: originalidad freudiana. no Capítulo XI
ha querido comprender.
106. R. van Krafft-Ebing: Psychopathia sexuatis. segunda: edici6n fran- LA REACCION GLOBALISTA
cesa, págs. 91-92; como ya 10 he indicarlo (supra. nota 71), se
trata en realidad de una nueva obra enteramente reescrita por A.
Moll. que en ese pasaje. por otra parte se cita a sí mismo.
107. Cf. el artículo de S. Lindner. "Le su~otement chez les enfants"
(1879), traducido en la Revue Fra"faise de Psychanalyse. 1971,
XXXV. págs. 593-608, que Freud cita varias veces cuando habla
del erotismo oral.
108. H. Ellis. citado en F. Sulloway: Freud ...• pág.293.
o
109. Fundándose en particular en el carácter casi institucional de la ho-
ic
mosexualidad en la Antigüedad griega, Bloch trata de imponer la i-
dea de un muy amplio rel~tivismo cultural e histórico de las cos-
ém
tumbres sexuales.
ad
La descendencia de Brentano
ac
¡ A. La reacción globalista
o
En la segunda mitad del siglo XIX prevaleció netamente un asociacio-
us
t
nismo Í'siológico; en los últimos aftos del siglo se establecieron un po-
co en todas partes. en Europa y Estados Unidos, las bases de una fuerte
a
reacción contra esa patología elementalista que tendía a atomizar y me-
ar
canizar la actividad mental. Esa reacción "globalista" se expandirá desde
principios del siglo XX y dará origen a las grandes corrientes psicológi-
lp cas contemporáneas. Abandonamos esta vez el área de los modelos con-
ceptuales que pudieron inspirar a Freud para explorar en rápido sobrevue-
ia
lo el contexto sincrónico en el que evolucionó su pensamiento. Vere-
er
mos por otra parte que, en muchos aspectos aunque con cierto retardo, él
mismo participó en esta ola profunda e inspiró algunos de sus rasgos.
at
•
247
I '
yeso con un determinismo estrecho (en el que se inscribe el esfuerzo ha- -. ción-de la que gozaba en.esa époGa. Definió la psicología-eomo."ciencia
cia una psicología experimental), y por lo tanto a hacer desaparecer de e- de los fenómenos psíquicos". anunciando de entrada su intención posi-
llos toda huella de finalidad, de intencionalidad, de espontaneidad pro- tivista y su antiespiritualismo (ciencia "del alma") inscriptos en el título
pia. La reacción globalista tenderá precisamente a restituir ese tipo de mismo de sU libro. El método lo separaba de los wundtianos: entendía
propiedad a los fenómenos mentales. en un movimiento de balanceo que la fuente principal de datos y'de conocimientos era la percepci6n
muy característico del progreso del pensamiento, particularmente en este interna y no la observaci6n interna .que utilizaban estos últimos; lo
campo. mismo que Comte, pensaba en efecto que la observación, en el caso de
Los hombres que iban a promover esa corriente tendieron sobre todo los fenómenos mentales, altera y modifica profundamente lo que se de-
a restablecer los lazos con. los pensadores que ocuparon, en el período sea observar. Por lo tanto había que recurrir, no a la introspección, sino
precedente a la relativa victoria del sensacionismo fisiólógico. una posi- simplemente a la pcrcepción espontánea que tenemos en nuestros esta-
ción homóloga a la de ellos -vitalistas, espiritualistas, "fenomenólo- dos de conciencia. . _....
o
gos" escoceses, kantianos y nativistas. neuropsic6logos "unitarios" an- Por otra parte. Brentano no rechaza en cuanto fuentes accesonas los
ic
tilocalizadores- y se procuraron en aquellos autores los materiales con- materiales introspectivos, la autoobservación por medio de la memoria y
los recuerdos, y el conjunto de los datos comparados. Pero critica con
ém
ceptuales indispensables para la construcción de las nuevas doctrinas. En
ese plano general, Freud siguió siendo durante mucho tiempo un hom- vehemencia la orientación fisiologista y las pretensiones cuantitativas de
bre de la segunda mitad del siglo XIX, monista impenitente, como bien la psicofísica: el enunciado de las leyes empíricas debía basarse en los
ad
lo ha demostrado P.-L. Assoun. fenómenos psíquicos en sí. De esa manera se vio conducido a rechazar el
concepto de inconsciente que prevalecía entonces en la psicología expe-
ac
B. Brentano y la fenomenología de la actividad psíquica rimental: la conciencia (percepción interna) era la única fuente empírica
de la psicología; al salir de ella, uno se deslizaba a la metáfora fisiológi-
En primer lugar, debemos volvemos hacia Alemania (en el sentido Iin- ca ya concepciones bastardas. Esa actitud rigurosa le permitía (a su j~i-
o
güístico).2 Si bien la corriente empirista prevaleció en ella durante la se- cio) deFmir el carácter propio de los fenómenos mentales, lo que los dis-
us
gunda mitad del siglo XIX, no puede decirse que no haya tenido ningún tinguía de los fenómenos psíquicos materiales: eran experiencias. eran
contradictor: el nativismo neokantiano continuó oponiéndosele, tesis I siempre representativos, es decir que siempre se relacionaban con algo,
a
por tesis.3 Representado primero por el vitalismo de J. MOller, el maes- siempre estaban en relación con un objeto. Brentano dirá que poseen una
"objetividad inmanente" (un oído moderno percibirá "objetalidad inma.
ar
tro de Helmholtz, su portavoz fue a continuación el gran rival de este
último, E. Hering. Experimentador bien preparado, Hering tenía sin em- nente"). que el objeto tiene en todos ellos una "existencia intencional",
bargo más confianza en un abordaje fenomenológico que en el enfoque
experimental de los hechos psíquicos: sobre esa base rechazó la compo-
lp Esto debía entenderse no sólo para el deseo o la inteligencia (juicio), si-
no también para la sensibilidad: un color, por ejemplo, no es un hecho
ia
sición de las sensaciones elementales y la noción de inferencia incons-
psíquico sino un hecho material, un objeto físico; lo psíquicQ es ver,
es decir un acto mental que apunta a un objeto en este caso coloreado.
er
I
l
i
cita. De modo que en esta psicología, que expul.sa del campo mental i-
I
mágenes y sensaciones como simples objetos de los fenómenos menta-
,~
, pensamiento en sí era sólo débilmente consciente: lo que de él se traslu-
les, todo es movimiento, acto. Habría sido imposible proponerse una cía en la conciencia consistía en "elementos impalpables", sentimientos
crítica más radical del asociacionismo entonces triunfan~e: lejos de ser intelectuales (espera vigilante, intuiciones de comprensión, sentimientos
un "polípero de imágenes" (Taine), efecto pasivo del juego de las sensa- de verdad y falsedad. etcétera). En lo que concierne a la actividad mental
ciones y representaciones que lo atraviesan, el espíritu es enteram~nte de que se trata. Marbe (1901) habló de "actitudes de conciencia", Watt
exterior a sus contenidos, únicos. objetos que puede captar la intros~c- (1905) de un "ajuste a la consigna". Ach (1905) de "tendencias determi-
nantes''; Messer (1906) y Bühler (1907-1908) describieron la moviliza-
ción. Su verdadera naturaleza, en cambio, le es restituida por la pura
ción de un esquema anticipador por la consigna dada, ese "posiciona-
conciencia fenoménica de la actividad espiritual (percepción interna).
miento" subjetivo exigía por otra parte un breve tiempo de prepara-
C. Wurzburgo y la psicología del acto ción. ".
Como resultado de esas apasion¡mtes investigaciones va a produclrse
o
la aproximación de"Külpe y sus alumnos a la escuela de Brentano; las
Brentano tuvo una doble descendencia: filosófica con Husserl, que siem-
ic
Investigaciones lógicas de Husserl (1900-1901) fueron muy influidas a-
pre se reconocerá discípulo suyo, y psicológica con la psicología del
demás por Messer y sobre todo por Bühler. La escuela de Wurzburgo de-
ém
acto que él fundó (frente a la "psicología de los contenidos" wundtiana).
sembocó así en un individualismo cercano al de Stumpf: junto a conte-
en la que por otra parte Husserl influirá notablemente. En .un primer
momento, con su alumno Stumpf, experimentalista de talento, el movi- nidos psíquicos objetivables en la observación interior, ~econocíanla e-
ad
xistencia de actos psíquicos, funciones estructurantes pero impalpables
miento desembocó en una concepción bipartita (1906): excluir las sensa-
ciones y las imágenes de la psicología no era algo fácil; en consecuencia para la conciencia. No obstante, ésa era una posición epistemológica in-
ac
parecía más viable describir lado a lado contenidos y actos psíquicos. sostenible: los contenidos aparecían como secundarios pero fácilmente
También Külpe, el gran discípulo de Wundt, llegó en la misma época a observables, y los actos como primordiales e inasibles. Así la psicolo-
gía de la subjetividad (también llamada introspeccionismo) pareció p~r
o
una posición de ese tipo. con los trabajos de sus alumnos agrupados en
un lado desembocar hacia 1910 en un fracaso resonante que tuvo conSI-
us
la denominada "escuela de Wurzburgo".
Al principio. Külpe, en la década de 1890. fue un wundtiano ortodo- derables consecuencias del otro lado del Atlántico.8 El dualtsmo, por o-
xo, como su amigo Títchener, que por.su part~seguiría siéndolo; se ad- tra parte, era una posición doctrinaria ecléctica sin salida: retrospectiva-
a
hirió al positivismo de Mach. uIl fenomenismo absoluto. Era elementa- mente, parece obvio que la nueva orientación tenía que poner a punto un
ar
método experimental que objetivara la actividad psíquica.
lista y veía a los contenidos como los únicos fenómenos psíquicos ob-
Por otra parte, era eso lo que estaba sucediendo: el mismo afto de
servables y sobre los cuales en consecuencia podía erigirse la ciencia de
lp
la psique. Más radical incluso que Wundt. quería abordar los procesos
psíquicos superiores mediante los mismos métodos experimentales utili-
1910. en efecto. Wertheiriler sentó las bases de la psicología de la forma
[o psicología de la Gestalt]. experimentando con la fenomenología del
ia
movimiento.
zados para el estudio de los fenómenos elementales -se recordará que
er
250 I I
•
251 ,i !
i:1 ¡!
¡J
percibida como tal sea cual fuere la aItura de las noras que la componen. .~ con los rasgos de. las doctrinas de James MilI; en efecto, el "quimismo"
y que por lo tanto esa "Guestalt temporal" trasciende el nivel de sus
constituyentes elementales. Otros casos no temporales (figuras geomé-
r de Stuart Mili y del propio Wundt abrió el camino a muchas antisipa-
ciones guestálticas.
tricas como combinación de líneas) o temporales (sensaciones de calen-
tamiento y enfriamiento, de movimiento, etcétera) parecían objetivar la ¡ Nos resta situar la posición epistemológica de los psicólogos de la
actividad estructurante del espíritu sobre el dato sensorial bruto, aunque I Guestalt; sobre todo K6hler se aplicó a producir en ese campo, con la
en ese momento no fuera todavía claro que tal descubrimiento no podía
clasificarse entre los elementos psíquicos. en un nivel jerárquicamente i noción de isomorfismo. una posición doctrinaria coherente. Esta con-
superior al de las simples sensaciones elementales. En tal sentido Mei- I siste en última instancia en un intento de acomodamiento con el monis-
mo que alinea el campo dinámico puesto de manifiesto en el nivel de la
nong (1891) parece haber percibido mejor la originalidad de lo que el
subjetividad con los campos de fuerzas físicos (eléctricos, electromagné-
propio Ehrenfels había sacado a luz.
ticos), y en postular una probable estructura cerebral homóloga. Reten-
o
Sólo con Max Wertheimer y sus dos alumnos Wolfgang Kohler y gamos este esfuerzo por evitar el idealisrpo espiritualista hacia el cual
ic
Kurt Koffka, y contra el telón de fondo del fracaso del wundtismo en tendieron incesantemente los autores más avanzados del movimiento
ém
Wurzburgo. pudieron originarse un nuevo trayecto y nuevas doctrinas. globalista (cí. Husserl y su descendencia); más adelante comentaremos
No nos interesa d!,tenemos en detalles; se trata por lo demás de una de su ambigüedad.
las corrientes de la psicología contemporánea, y la documentación al
ad
respecto es fácilmente accesible.9 Recordemos simplemente los grandes
ejes:
ac
Funcionalismo y conductismo en Estados Unidos de América
-La experiencia fenoménica está directamente relacionada con tota-
lidades guestálticas [o estructuradas] cuya descomposición analítica es
o
A. El eclecticismo de James y la teoría de la conciencia
artificial, pues la Guestalt global que emerge es irreductible a la sim-
us
ple suma de sus presuntos elementos constituyentes. Como lo observa Boring en su gran obra. el funcionalismo formó un
-Las globalidades así localizadas en el campo fenomenológico de la .1
solo cuerpo con la ideología espontánea de esa "tierra de pioneros" que
a
subjetividad incluyen la información que les da sentido y las interpreta es Norteamérica. No puede sorprender que los psicólogos norteamerica-
ar
como objetos: el espíritu capta en primer término las relaciones y no nos, aunque formados técnicamente en la escuela de los experimen-
los estímulos particulares. De allí los célebres modelos de "figuras con- talistas alemanes (sobre todo Wundt), de entrada hayan captado en el dar-
nivel perceptivo. punto de partida de las investigaciones guestaltistas. cología tradicional del "espíritu en general" como la de Wundt o Bain:
como en el nivel del pensamiento (cf. los trabajos de K6hler sobre los
M
252 253
por la intervención de una actividad del pensamiento, la «discrimina-.
fecto, James expUso, no sin "reticencia-,-lá p-slcologí3 -asociaci~~i-;ta--'y
fi-~'" ción", a la que James considera de alguna manera la contrapartida del fe-
siológica entonces clásica (en términos globales. la de Wundt o de Bain)
nómeno pasivo de la asociación y la base de la abstracción. Para ello es
corrigiéndola Uegado el caso con ideas generales fenomenológicas y
aún necesario que el espíritu disponga de otros materiales que permitan
perspectivas funcionalistas inspiradas en Darwin y Spencer (en particular
la comparación y la discriminación que en ella se apoya: "Sean cuales
con respecto al instinto, las emociones y la conciencia). La nueva vi-
fueren el número y la diversidad de sus" fuentes sensoriales, todas las im-
sión de las cosas. todavía vacilante. buscó al tanteo una doctrina que pu-
presiones que caen simultáneamente en la conciencia componen allí un
diera separarla de su contexto.
objeto individual. a menos que ya hayan sido experimentadas separada-
Así. si bien James definía todavía la psicología como "descripción y
"mente."22 De modo que la conciencia fusiona todo lo que experimen-
explicaci6n de los estados de conciencia" .12 si bien consideraba "la acti-
ta23 y sólo distingue lo que ya ha podido sentir en estado aislado. James
vidad mental (como) una función de la actividad cerebral",13 lo hacía
proporciona un ejemplo notable: la percepción del espacio. ~I niño
precisando de inmediato: "Para estudiar bien la conciencia. es preciso u-
construye «el espacio real a partir de una aprehenSIón global e IndIVIsa
o
bicarla en el medio físico que ella tiene por misión conocer; separarla de
de un campo perceptivo estructurado espacialmente. Para ello el niño de-
ic
él significa falsearla."14 Y más adelante: "La vida mental es antes que
be sucesivamente aprender a: 1) fragmentar en elementos distintos e in-
nada fmalidad."t5
ém
dividuales el objeto global que le procuran sus sensaciones visuales o
Además, es en el famoso capítulo "La corriente de conciencia" donde
táctiles primitivas; 2) sintetizar ciertas cualidades sensibles heterogéneas
se concentra toda la originalidad de su obra. James no puede aplicar aUí
relacionándolas con un solo y el mismo 'objeto' (...); 3) situar con pre-
ad
lo que denomina "el método analítico": "Ir de los datos concretos e in-
cisión ese objeto extenso entre los otros objetos extensos que lo rodean
mediatos de la vida interior a los supuestos elementos psíquicos( ... ). Si-
y que constituyen el universo; 4) disponer según un orden determinado
go estando convencido de que se tiene un conocimiento mucho más vi-
ac
todos esos objetos en el espacio de tres dimensiones; 5) finalmente, per-
viente reteniendo durante el mayor tiempo posible la mirada de la aten-
cibir, es decir medir sus tamaños respectivos ( ... ):'24 Entiende que ése
ci6n dirigida a esos estados concretos, sintéticos e indivisos, tal como,
es "todo el esfuerzo de su primer aflo".25
o
en fin, nos los proporciona nuestra experiencia inmediata, y no disecan-
Pero sobre todo, al estudio de los «estados de conciencia", clásicos e-
us
do sus cadáveres para extraer de ellos elementos simples, necesariamente
lementos psíquicos (sensaciones, imágenes, sentimientos). James super-
abstractos y artificiales, y que podrán ser todo lo que se quiera, salvo da-
tos naturaIes."16 Esta profesión de fe antielementalista (en el sentido de pone la idea de la conciencia como sujeto pensante, de modo que la o-
a
las síntesis químicas de Stuart Mill) prefigura la crítica de inspiración pone al "sí-mismo" [seif]: "sea cual fuere el objeto de mi pensamiento,
ar
fenomenologista al asociacionismo. Así, James, como antes los escoce- al mismo tiempo que pienso, tengo más o menos conciencia de mí mis-
mo [de mi seif], de mi existencia personal. Y es el 'yo' el que tiene
ses, subraya que "las sensaciones son conocimientos"17
entrada se refieren a objetos. del mismo modo que "toda cosa o cualidad
lp
es decir que de
conciencia de ese sí-mismo, de modo que mi personalidad total es enton-
ces como doble, a la vez el sujeto conocedor y el objeto conocido" .26 A
ia
sentida es sentida en el espacio externo" ,18 siendo la exterioridad inma-
ese sí-mismo "empírico" James 10 analiza clásicamente (cf. Ribot) en
nente a la sensación; afirma de ese modo la irreductibilidad de la sensa-
er
bría que decir "piensa" lit thinks] del mismo modo que se dice "llueve"
contenido consciente se explica por una combinación de procesos de
sensación y procesos de reproducción", 20 siendo experimentada de ese lit rains]. James le atribuye cuatro caracteres:
modo toda percepción (que se refiere a un objeto, y no a sensaciones),
no es menos cierto que la «percepción no es un estado de conciencia -Es personal, es decir que cada estado que la compone se integra al
compuesto"21 y en consecuencia descomponible. sentimiento de un SÍ-mismo individual.
Como se ve, James acepta el análisis asociacionista de los empiris- -Es siempre cambiante: "Una vez que ha desaparecido, un estado
tas, pero lo atempera en cierto modo con un punto de vista fenomenolo- nunca puede volver a ser idéntico a lo que fue. (...) lo que reaparece (...)
gista. Entiende que las vivencias perceptivas son originalmente dadas en es el mismo objeto."27 James subraya entonces la irreductibilidad de los
su globalidad, y analizadas en elementos más simples secundariamente, estados de conciencia sucesivos, la imposibilidad de descomponerlos
255
254
•
~
- . "químicamente": "Una-idea do1adade una_existencia permanente que a-
. parezca de modo periódico en las candilejas de la conciencia es una enti-
dad tan mitológica corno la sota de espadas".28
JI 1
lidad-personal a Wundt y el poco gusto que sentía por la experimenta-
ción,34 se apoya en un doble fundamento, conceptual y metodológico.
Yo he subrayado el aspecto fenoménico. a menudo ignorado. pero sobre
-Es "sensiblemente continua" en su carácter personal (integración todo lo que hizo época fue el asp~cto funcionalista. Ya nos hemos refe-
de los estados sucesivos de un sí-mismo personal). J
rido a la definición de la conciencia como un órgano funcional, selecti-
-Es selectiva: «La conciencia se interesa desigualmente en los di- va: en efecto, James considera que ~l espíritu tiene una función de co-
versos elementos de su contenido. acoge a unos y rechaza a otros: pensar nocimiento, la forma más elevada de adaptación del organismo al am-
es realizar elecciones."29 Principio que James pone de manifiesto en to- biente (cf, Spencer). El punto de vista funcionalista se expresa por otra
dos los niveles de la actividad mental, desde la pura sensación hasta el parte en su célebre teoría de las emociones. Aunque él mismo la consi-
intelecto y el sentido moral. deraba idéntica a la del fisiólogo Lange,35 la teoría de James difiere de
esta última tanto como una tesis evolucionista puede distinguirse de una
o
En resumen. sintética, personal, subjetiva, continua, intencional, concepción simplemente fisiológica, tipo Cabanis, en la que la emoción
tiene todos los atributos indivisos de la subjetividad, fuera de toda des-
ic
es analizada como secundaria respecto de los fenómenos somáticos que
.composición objetivan te. En ese curso que tenderá a unirse con la co- la acompañan.36 James sostiene en realidad que la emoción no es más
ém
rriente fenomenológica alemana. James observa que el pensamiento tie- que la conciencia de las diversas reacciones del organismo a un objeto
ne «estados sustantivos" en los que se detiene en un contenido figurado significativo específico, reacciones fisiológicas adaptadas o que lo han
ad
objetivable (sensación, imagen, palabra) y estados "transitivos" en los sido (en este punto James remite al estudio de DarwÍn sobre la expresión
que "'el pensamiento vuela"30 y que corresponden a las relaciones men- emocional):37 "Todo lo que excita un instinto excita una emoción:'38
tales que el asociacionismo querría considerar como un puro resultado
ac
De allí provienen las célebres agudezas: "Estamos afligidos porque llora-
pasivo de la estructura de los elementos asociados. el cual reencuentra de mos, irritados porque golpeamos, asustados porque temblamos."39 Ade-
ese modo su status de actividad esencial del pensamiento. Así James se- más es preciso subrayar que el "porque" que podria sugerir una tesis con-
.'¡
o
ñala que "todo objeto tiene unafranja",31 un halo que lo rodea y que lo ductista40 de hecho designa una relación de simultaneidad. Como dice
us
ubica: círculo contextual de las relaciones, ámbito temático, pues «todo James. "Si nos representamos una emoción fuerte, y a continuación tra-
pensamiento voluntario se refiere a un tema que es como el foco. el tamos de abstraer de la conciencia que tenemos de ella todas las sensa-
centro de gravedad de las ideas actualmente admitidas en la con cien-
a
ciones correspondientes a sus síntomas corporales, encontramos que ya
cia".32 Lo que así aparece es la dirección ejercida por la conciencia in-
ar
no nos queda nada".41 Por lo demás, ¿Brentano no señalaba el mismo
tencional sable la corriente de pensamiento a la que orienta y guía en el problema al afirmar que la emoción. como la representación. siempre
lp
segundo plano de los contenidos y de las imágenes. Los diversos ejem-
plos que da James (actitudes de expectativa, búsqueda de una palabra ol-
tiene un objeto?
ia
vidada, comprensión súbita de un problema, intención expresiva antes de B. Funcionalismo y conductismo norteamericanos
la emisión de una palabra) apuntan hacia todas esas actitudes intenciona-
er
les activas de la conciencia que objetivarán Binet y la escuela de Wurz- Incidentalmente, James opuso la función de los fenómenos psíquicos a
burgo quince años más tarde. Así sus observaciones culminan en la afir-
at
imágenes que pone en juego":33 el pensamien.to sigu~ s~ curso, ~u vue- de América, quien enfrentó con su punlo de vista "eslrUcturalista" al
lo, ayudándose con imágenes de naturaleza dIversa (Imagenes VIsuales, [uncionalismo de aquellos en. quienes quería estigmatizar el eclecticis-
palabras en distintas lenguas, etcétera), en las que se deuene y aSIenta su mo. HalIando su fuente en la obra de James y, más alIá de elIa, en la
proceso, pero que, más que contenerlo, lo simbolizan y lo materializan. parte más innovadora del pensamiento evolucionista, el funcionalismo
La fecundidad está en otra parte, en el movimiento, en la intenci6n que se estableció en adelante con toda l1Ill1eza como corriente de pensamien-
guía esta marcha con mano segura, sea cual fuere el medio. to. A la taxonomía descriptiva al elementalismo asociacionista, opuso
Como vemos, la obra tan inspirada de James posee dos facetas (tres una aprehensión teleológica de la función de las operaciones mentales
si se cuenta el aspecto simplemente clásico en la psicología de su tien:- en la adaptación del organismo, totalidad cuerpo-espíritu, a su ambiente;
po): su rechazo del elementalismo asociacionista, reforzado por su hosu- a los interrogantes acerca del qué y del cómo, opuso el porqué. Rápida-
256 257
mente la corriente tuvo manifiestos teóricos: el tratado de Ladd (1894), mún una-metodología objetiva' en la cual la conciencia parece un factor
la obr~ de Baldwin (1895) de la que ya hemos hablado, pero sobre todo contingente, pura inferencia del analista, ante la gravitación de la obser-
los textos de John Dewey y su alumno 1. R. Angell, ambos conquista- vación del ~omportamiento y de la eficacia de lo observado, que es en
dos por el pragmatismo de James. consecuencia el único material que realmente se utiliza. El funcionalis-
En 1896, Dewey publicó su artículo sobre "el concepto de arco refle- mo, que acaba de estipularse como objeto la actividad de la totalidad bio-
jo en psicología".42 En ese trabajo rechazó la concepción clásica del re- lógica cuerpo-espíritu, se encontró por otra parte trabado ante el proble-
flejo como reacción motriz específica y aislada a un estímulo particular: ma de la conciencia, con el que no sabía qué hacer y cómo abordarlo. si
el organismo era un todo coordinado y no una suma de elementos. Estí- no por medio del clásico método introspectivo de los experimentalistas.
mulo y respuesta eran por otra parte estrictamente correlativos y con- De esta situación provendrá el conductismo y, tal como la chispa que
temporáneos: el estímulo sólo es estímulo porque tiene una respuesta y provoca la explosión de una mezcla detonante, el artículo de Watson de
viceversa, de modo que debía rechazarse la descomposición diacrónica en 1913 ("La psicología vista por el conductista")44 volcará a toda la psi-
dos tiempos. Por otro lado, el reflejo se integra a la totalidad de un orga- cología norteamericana hacia el condl,lctismo.
o
nismo, actividad adaptativa e intencional; también se debe considerar]a El movimiento se originó en la psicología animal. campo en el cual
ic
entrada en juego de todo el ambiente y del organismo entero, de sus mo- Watson era una autoridad. En 1890, L10yd Margan había reaccionado
ém
vimientos precedentes y de los estímulos perceptivos que ellos han en- con firmeza contra el antropomorfismo sin freno de Darwin y de Roma-
contrado, de las sensaciones kinestésícas generadas a su vez por la acción nes, imponiendo su famoso canon de parsimonia: "En ningún caso de-
refleja y de la modificación del medio que ésta ha producido. De ese mo-
ad
bemos interpretar una acción como efecto del ejercicio de una facultad
do Dewey cuestiona el correlato fisiológico del asociacionismo, la refle- psíquica elevada si puede ser interpretada como efecto del ejercicio de una
xología. que analiza toda la actividad mental como homomorfa de una facultad situada más abajo en la escala psicológica. "45 Se trataba, en la
ac
. concepción elementalista y mecánica del reflejo. Si bien cons~rva y re- medida de lo posible de limitar la inferencia de razonamientos, de imá-
comienda el modelo del reflejo en psicología, lo hace globahzando su genes mentales, de emociones. en suma de estados de conciencia anima-
o
significación. les. y de atenerse hasta donde se pudiera a los hábitos e instintos;"inclu-
us
Eh 1906, Angell dedicó su memoria como presidente de la Ameri- so a los reflejos. L10yd Margan tendrá seguidores y sus émulos irán
can Psychological Association a "El campo de la psicología funcio- mucho más lejos que el maestro, hacia la supresión de toda referencia a
nal".43 Opuso el nuevo punto de vista al "estructuralismo" el~mentalis- la conciencia. Es lo que ocurrió en la escuela "tropística" alemana (Lo-
a
ta y subrayó sus grandes orientaciones: psicología del orgamsm~ to~l eb, Uexkull) o en Thorndike (1898), que trataron de eliminar los últi-
ar
cuerpo-espíritu, psicología de la utilidad fundamental de la conCienCia mos restos antropomórficos analizando la inteligencia animal como "la
que, en su mediación entre las necesi~es del organism.o y la natu~leza
lp
del ambiente, aparecía como una función de acomodamIento, es decrr de
consolidación por el efecto" de los éxitos y fracasos de un comporta-
miento regido par el azar y el método de ensayos y errores. Por lo de-
adaptación a las variaciones, a las modificaciones del medio; en tanto
ia
más, bastaba con retomar una idea de Baldwin. la de la reacción circu-
función de urgencia y de alarma, se desvanecía, en efecto. en las situa- lar:46 un ala importante del funcionalismo tendió así a concepciones
er
nos se adhería a él. Resta decir que en el nivel de la psicología general, conductismo. Su punto de partida es simple: dejar de trasponer a térmi-
salvo por su orientación doctrinaria, los funcionalislas no se apartaron nos de psicología de la conciencia (sensación, memoria. deseos, volun-
mucho de los experimentalistas clásicos; se distinguían más por el espí- tad, juicio, etcétera) los estudios realizados con el animal, y contentarse
ritu y el vocabulario que por el tratamiento de los problemas. El funcio- con un examen positivista y funcionalista del comportamiento; lo mis-
nalismo parecerá abrir perspectivas nuevas y fecundas (muy en concor- mo había que hacer con el hombre: ignorar la conciencia, sus datos y las
dancia con su pragmatismo natural) sobre todo en el nivel de la psicolo- \'
interminables polémicas que suscitaban (en ese juicio gravitaron consi-
gía aplicada (tests mentales, psicología de la educación) y de la psicolo-
gía animal. .
Ahora bien. los tests mentales y la psicología animal tienen en co-
I
I
derablemente las dificultades del método introspectivo en la misma épo-
ca: cf. Wurzburgo). Modelados en tomo del arco reflejo, los conceptos
básicos de Watson eran entonces la pareja estímulo-respuesta (E-R), la
258
J 259
• I
j
noción de "un eqiiipÍlIJlienfó reflejo'primario lo más si~¡'le posible y la
r . ~fundi":10 queWatSón rechaza es 'la idea del dualismo, es decir de-la es-~'
omnipotencia del aprendizaje, taro bién llamado condicionamierlto. en pecificidad metodológica que asignaría a la psicología como ciencia un
virtud de mecanismos del tipo Baldwin" Thorndike (ensayos y errores, método particular subjetivista (fuera éste la introspección o la intuición
consolidación por el efecto, etcétera). En conclusión, elconductismo es fenoménica, poco importa); especificidad de un objeto inmaterial, no
extremadamente desconfiado respecto del concepto de instinto y de todo objetivable y renuente a subordinarse al determinismo natural. Watson
lo que pueda representar la intervención de un factor teleológico o subje" le opuso un alineamiento furibundo con las ciencias físicas. un monis-
tivista ("saber heredado" instintivo). mo en principio metodológico (observación del comportamiento).y muy
Más allá de Watson, la evolución de la corriente conductista será pronto absoluto, ontológico (negación de la conciencia, visión mecani-
compleja:47 una rama (Weiss), a la' que sin duda pertenecía el propio cista del aniinal y del sujeto humano). Al mismo tiempo se explicita el
Watson, se hiw cada vez más fisiologista (transposición a términos or- sentido de ese proceso: la psicología, que todo el siglo XIX consideró a
gánicos de los hechos psicológicos);48 otra, inspirada en Baldwin, se o- punto de integrarse a las leyes comunes de los fen6menos naturales, es-
o
rientó hacia un logicismo de tipo cibernético (Skinner, Hull), en el que taba volcándose hacia un tipo de concepcióII que le reabría la puerta al i-
ic
un asociacionismo conductista se une a los conc'~ptos del positivismo dealismo y al espiritualismo (cf. Husserl, Bergson, etcétera). El psicólo-
ém
lógico; una tercera, finalmente, trató de reintroducir en el estudio del go experimentalista. de ideal monista. que soñaba con convertir su disci-
comportamiento los factores de m.otivación. significación, función. En plina en una ciencia natural, una ciencia "como las otras". veía entonces
su "'conductismo intencional". Halt y después Tolman criticaron el can- frustrarse su proyecto. Sitenía un espiritu flexible y abierto, se adaptaba
ad
ductismo "molecular" de Watson (reflexología) y propusieron una "con- a la nueva evolución. a los hechos que se iban' descubriendo. y conserva-
cepción molar" • de influencia guestaltista. en la que las motivaciones e- ba como ideal remoto su anhelo de que la ciencia del espíritu se integrara
ac
mergen del comportamiento considerado como un todo global. Entre es- al tronco común de las ciencias de la naturaleza; mientras tanto. tendria
tímulo y respuesta existen entonces "variables intermediarias" o Uinter- paciencia, consolándose con el campo nuevo que se le abría. Pero en
vinientes" que corresponden al saber, a la significación y al deseo. Así.
o
hombres tan rígidos como Watson. en un medio cientificista y sin gran
ese purposive behaviorism [conductismo intencionista] se aproximó perspectiva como el de los experimentadores norteamericanos. se produ-
us
mucho a la purposive psycholo gy [psicología intencionista] de Caer o cía una reacción pasional del tipo de la que tuvo Cornte con respecto al
de Woodworth (1917), proveniente del funcionalismo, por la introduc- espiritualismo de Biran y de Cousin. De modo que toda referencia a la
a
ción de/actores de motivaci6n (drives). Por lo demás, la influencia de conciencia parecía apelar objetablemente a una forma laica del "alma de
ar
Freud. como por otra parte la de James, fueron explícitas tanto en una los teólogos y los metafísicos, como si los empiristas clásicos les hu-
como en la otra corriente. bieran alguna vez reprochado otra cosa que substancializar de esa manera
Me parece esencial analizar correctamente el fenómeno conductist3. como cuentra ~n todas partes entre los partidarios antiespiritualistas del movi-
paradigma de las dificultades y apodas de la psicología moderna: en su miento globalista: con frecuencia hacen todo lo que pueden por conser-
at
simplismo. 'el conductismo las pbne de maI:!.ifiesto de modo excepcional. var un vínculo con las "ciencias naturales". por ejemplq "dinamizandou
Sobre todo en Watson. esta doctrina aparece como una regresión extraor- la biología (Janet, MacDougall), e incluso la física (teoría del isomor-
M
dinaria: retomo a una psicología sin tercera dimensi~n. adherida a un fismo de Kllhler). Veremos cómo se le planteó el problemaa Freud en
funcionamiento nervioso sumariamente mecanicista, elementalismo a-' la última fase de su teorización, ya través de qué vía original él pudo a-
sociacionista, negación desmedida de las propiedades de la subjetividad bordarlo. Por lo demás, como hemos visto, el conductismo mismo se
precisamente redescubiertas con métodos experimentales en la misma é- vio rápidamente llevado a reintegrar a su ámbito los datos teleológicos
poca. ¿Cómo entender ese movimiento retrógrado, del que por otra parte .i conscientes (Holt, Tolman). En lo que concierne a su aporte experimen-
no se podría ignorar su indudable fecundidad experimental y su eficacia tal, es preciso observar que ya desde más de medio siglo la psicología,
pragmática. al menos relativa (psicología aplicada), adecuadas además a en el plano metodológico, era a la vez subjetivista y objetivista. Así,
su proyecto manifiesto? los datos comparados o simplemente objetivos puestos de manifiesto
Para ello hay que prestar atención al énfasis de rebelión en que se por los conductistas, no marcados en su totalidad por el peso de la ideo-
260 261
I
logía~ seguían-siendo
obtusas.
ufIlizables pOr--"l'as-
escuelas psibológicas meríos
J¡ Ya hemos tropezado-con su nombre muchas veces: alu~no de Charcot y
de Ribot, inicialmente estaba más bien cerca de Taine; de hecho, Su pri-.
mera orientación fue considerablemente asociacionista y fisio10gista (cf.
sus estudios sobre la hipnosis, las personalidades múltiples, el fetichis-
Otras corrientes globalistas \ !no). La publicación en. 1903 de su Etude expérimenta/e de I'intelligen-
ce marcó un viraje decisivo de su evolución intelectual: en ésta conser-
A. La periferia del movimiento globalista va una orientación funcionalista y en adelante se dedica a la puesta a
punto (con su alumno Simon) del célebre test de nivel intelectual al que
Es preciso insistir en que la reacción globalista fue un fenómeno general se siguen vinculando sus nombres. Pero la obra de 1903 era todavía e-
que se puso de manifisto en el conjunto de los países que, en ese final pistemológicamente heterogénea, muy próxima (como lo veremos) al
del siglo XIX, constituían la cultura. Sería fastidioso y no presentaría James de 1890.
~ interés. hacer el inventario de todas las corrientes menores que la Binet se interesó siempre en el pensamiento y el razonamiento. En
o
componían y analizar su base conceptual.49 Citaremos rápidamente las ese aspecto intentó una vez más experimentar mediante el método en-
ic
más importantes. En Dinamarca hay que destacar al psicólogo Hoffding, tonces clásico (introspección bajo control); como Külpe en el mismo
ém
cuya obra (1882) fue traducida a varios idiomas y tuvo numerosas edi- I momento, piensa que orientando la atención del sujeto hacia los proce-
ciones; basándose en J(ant~consideraba a la conciencia como una sínte-
sis activa de elementos psíquicos múltiples y subrayaba la función pri- ¡ sos mentales superiores (memoria~pensamiento~ etcétera) se pueden
conservar los protocolos puestos a punto para el estudio de las sensacio-
ad
mordial de la actividad mental. En Inglaterra, Ward (1886) y su alumno , nes. Además --diferenciándose en esto de Külpe, que sólo utiliza sujetos .
Stout (1896) se inspiraron en Aristóteles, lo mismo que Brentano (con ,
I
muy entrenados e impregnados de nociones te6ricas (él mismo en parti-
ac
quien se reconocían en deuda) para sostener una posición del mismo ti- I
cular)-, Binet experimentó con dos adolescentes, sus hijos, entendiendo
po. MacDougall, ímalmente, uniría su enseñanza, la de James y una lec- ,~ que de ese modo evitaba toda deformación autosugestiva (no olvidemos
tura personal de Freud, para fundar su psicología "hórmica", que llevaba
o
que había hecho la experiencia de la Salpetriere). Por lo demás procura
al primer plano la actividad de las fuerzas instintuales consideradas como
1¡
us
sobre todo identificar tipos psicológicos de funcionamiento intelectual y
grandes ciclos vitales. mental. En el curso de esa investigación puso en juego la existencia de
En Francia, F. Paulhan (1889) opuso al asociacionismo de MilI o de 1 un pensamiento sin imágenes~título del capítulo más célebre de su o-
a
Taine la "principal función del espíritu" (la coordinación y sfutesis de bra.
ar
los elementos que lo recorren) así como "el carácter principal de su acti- I Lo que surgió muy rápidamente en el curso de los protocolos utiliza-
vidad" (la finalidad). Estaba sobre todo Janet, en el que no volveremos a dos por Binet es que el desarrollo del pensamiento muestra algo que su-
detenemos, pues ya bosquejamos el primer estado de su doctrina,50 y
un estudio más digno de esa obra tan rica exigiría todo un libro. Señale-
lp pera el mecanismo asociativo: "La existencia de los temas de pensa-
miento es inexplicable por el automatismo de las asociaciones. (... ) Para
ia
mos simplemente que a su psicología de la síntesis y de los automatis- que un tema se desarrone, se necesita una apropiación de las ideas~un
er
mos comenzará a añadirle, a partir de la época de 1900, una psicología trabajo de elección y de rechazo que supera con mucho los recursos de la
dinámica de las "tendencias" que integra el semiespiritualismo de sus co- asociación. Esta es inteligencia sólo si está dirigida; reducida a sus fuer-
at
mienzos en un vasto sistema funcionalista. Recordemos asimismo la e- zas, utiliza cualquier semejanza, cualquier contigüidad, de modo que no
volución de Ribot hacia una psicología de los instintos que lo apartó
M
J. puede producir más que incoherencia."51 Por otra parte, se desprende que
progresivamente de sus primeras posiciones fisiologistas. Por otra parte,
I
la "imagen no es más que una pequeña parte del fenómeno complejo al
hay que insistir en la influencia que tuvo la reflexión bergsbniana~ críti- que se le da el nombre de pensamiento";52 en efecto, "el pensamiento es
ca aguda del asociacionismo fisiológico, en todo el pensamiento. psico- un acto inconsciente del espíritu~ que para llegar a ser plenamente cons-
lógico francés.
ciente, tiene necesidad de palabras e imágenes. (...) El pensamiento sin
B. La "fenomenología" del pensamiento en Binet .' palabras es como un sentimiento y se advierte que uno experimenta lo
que es, mucho más que saber en qué consiste. (...) La palabra, así como
Es preciso que nos detengamos más particularmente en Alfred Binet, de- la imagen sensorial~aporta precisión a ese sentimiento de pensamiento,
bido al aspecto ejemplar de su evolución y a la importancia de su obra. el cual, sin esos dos socorros (...) seguiría siendo muy vago".53
262 263
• t
¿Qué es entonces el pensamiento .. si "el espíritu no consiste. riguro-
- - Las causas-morales de la locura y Benedikt-
samente hablando, en un polípeio de imágenes, salvo en el sueño o el
ensueño"?54 Binet sostiene y demuestra que "las imágenes son mucho
menos ricas que el pensamiento; el pensamiento por una parte interpreta Una noción que prevaleció en la primera fase de la evolución de la psi-
la imagen. que con frecuencia es informe. indefinida; por otro lado. el quiatria clásica (es decir aproximadamente en la primera mitad del siglo
pensamiento está con frecuencia en contradicción con la imagen. y es XIX) fue la del predominio de las causas mora/es en fa génesis y el de-
siempre más completo que ella; a veces se forma y desarrolla sin la ayu- sencadenamiento de las enfermedades mentales. Es éste un tema con el
da de ninguna imagen apreciable; en algunas de sus evoluciones ninguna que particularmente se vinculan los nombres de Pinel y su alumno Es--_
imagen puede seguirlo. (...) Toda la lógica del pensamiento está más a- quirol, cuya tesis por otra parte versó sobre Hlas pasiones consideradas
llá de las imágenes".S5 Asimismo, Binet encuentra en "un acto intelec- como causas. síntomas y medios curativos de la alienación mental"
tual del espíritu (...) en una intención",5~ el factor dinámico, la "fuerza (Les passions considérées comme causes. symptomes et moyens cura-
tifs de l'aliénation menta/e, 1805) Se trataba en efecto de una psicogé-
o
invisible"S7 que estructura el trabajo del pensamiento, guía su curso, a-
poyándose en elementos (imágenes, palabras) que marcan el trayecto y, nesis emotiva, en el doble aspecto de choques emocionales intensos y
ic
para terminar, expresan sus resultados. Finalmente, propondrá el bos- brutales (forma aguda) y estados emocionales prolongados (forma cróni-
ém
quejo de una nueva doctrina, un "intencionismo" que se vincula con ca); desde luego, casi siempre se pensaba en emociones dolorosas o de-
presivas.
Brentano y prefigura los trabajos contemporáneos de la escuela de Wurz-
Al avanzar el siglo. la insistencia en la importancia de las causas
ad
burgo.
Por tal razón, Binet resume bien en su recorrido personal la evolu- morales (y, desde luego, en el tratamiento moral que le hacía pareja) será
ción del pensamiento psicológico de su época: partió de un hombre má- cada vez más contrabalanceada por la extensión de la categoría de las cau-
ac
quina no carente de semejanzas con el que muy pronto iba a redescubrir sas físicas, por un lado (alienaciones llamadas sintomáticas) y, por otra
Watson, y terminó lindando con la concepciÓn de un ser organizado, in- parte, por el paso al primer plano de la teoría de la predisposición here-
o
tencional, en la que es patente la influencia de Bergs.on. :pero él aspiraba do-degenerativa, que ya para Pinel era la primera de la causas predispo-
us
a un saber científico, es decir pragmáticamente utiliz~ble: en realidad su nentes y a la que Morel consideró el terreno invariable de todas las enfer-
libro desemboca en una tipología de los temperamentos (el imaginativo, medades mentales llamadas funcionales. Resta decir que en lo que con-
el observador) en la que se objetivan aptitudes intelectuales diferenciales. cierne a la revelación de la predisposición, a su paso desde el estado la-
a
Llegamos as~a estar muy cerca de los tests de nivel que intentan esen- tente hasta las manifestaciones patentes, el conjunto de los autores con-
ar
cialmente la medici6n de esas aptitudes. Por lo demás, en sus prolon- tinuó atribuyendo a las causas morales una importancia predominante.
lp
gadas investigaciones ,experimentales Binet encontró el material que en
unos: ~riantosmeses le permitió poner a punto su escala psicométrica.
Además es necesarlo precisar que se trataba de un e~quema etiológi-
c059 aplicable no solamente a las enfermedades mentales (por lo menos
ia
~ las no sintomáticas) sino también al conjunto de las neurosis, en par-
tIcular a la hipocondría-neurastenia y a la histeria. Por otra parte, .la he-
er
pores, desde Sydenham hasta Charcot, pasando por Pinel, Georget o Bri-
quet. Retengamos en consecuencia el hecho de que a fines del siglo XIX
M
264
265
i
J
cial) pero también de que cón mucha frecuencia estaba:disímüla~a; de allí
las incertidumbres de los autores acerca de esta cuestIón. Gnesmger ha-
brá de seguirlo en ambos puntos, lo mismo que la mayor parte de los a-
I fizaeión -del -féhnino "ñeuropslcosis':-e¡¡; suj;-jfrfícul.ós~<le 11S94 y i896, o
/sus teorías etiológicas (serie complementaria de predisposición heredita-
ria/ acont~imientos traumáticos vividos).
lienistas ulteriores. Más tarde, Moritz Benedikt60 -del que Freud y -Tomada también de Morel, la idea de los grados de la tara degene-
Breuer dice, en los Eludes sur l'hystérie. que "en ciertas observaciones rativa, que explica en última instancia la etiología de las psicosis no
publicadas (...) por (él) hemos encontrado los puntos de vista más seme- orgánicas. Pero la escuela de Illenau llevó a ese concepto lo suficiente-
jantes a los nuestros"_61 contInuó esatradlC16n; en particular, CO~ res- mente lejos como para diferenciar tres grupos de casos: el primero abar-
pecto a la génesis de las neurosis, de las enfe~eda?es men~es e Inclu- caba individuos cuya predisposición era totalmente latente y que no se
so de numerosas enfermedades físicas, subrayo la ImportanCIa de la se- descompensaban más que ante choques físicos o psicológicos importan-
gunda vida (second life), es decir del mundo interior de e~sueños y fan- tes; el segundo correspondía al status nervosus, del que acabamos de
tasías secretos que el sujeto puede albergar y cuyo contemdo es en gran hablar; el tercero reunía a verdaderos psicópatas crónicos cuyos trastor-
o
medida sexual y amoroso. Benedikt publicó informes sobre algunos -ca- nos caracteriales permanentes e "innatos" eran asimilados te6ricamente
sos sorprendentes en los que los síntomas estaban ligados a la frust:a-
ic
al retardo mental. También en este aspecto se advierte todo lo que Freud
ción de un amor o a una ambición defraudada, y en los que la confeSIón debía a la idea de una predisposición diferenciada de la degeneración pa-
ém
y después su intervención personal par~ lograr una solución práctica de tente, lo mismo que el empleo que pudo hacer ocasionalmente de la no-
esos problemas los hicieron desaparecer. ción de "degeneración psíquica" permanente.
ad
-El término paranoia, que Krafft-Ebing tomó de Kahlbaum, cons-
tituye una de las claves esenciales de la nosología alemana de esa época.
ac
Se trata de un concepto muy amplio, puesto que abarca el conjunto de
La psiquiatría alel1Ulnaprekraepeliniana: Kraf{t-Ebing los estados delirantes, agudos o crónicos, alucinatorios o no, que ponen
de manifiesto una predisposición marcada o una simple disposición, di-
o
En la época en que Freud comenzó sus investig.aciones ,e~el campo ~e sociativos o que dejan intacta la síntesis personal. Todavía tardíamente
us
las neurosis y de la psicopatología. las concepclOnes chmcas y n05010- Freud utilizará este concepto, que explica ciertas extravagancias aparen-
gicas dominantes en los países de lengu~ alem~~ eran las de la escuela tes de sus diagnósticos, como el que le aplicó a Schreber. En efecto, el
a
de Illenau y, en particular, de Krafft-Ebmg. SI bIen, como lo ver~mos, término "paranoia" sólo tomará su sentido moderno en 1899, eon Krae-
Freud tomó ciertas nociones esenciales en Griesínger (transforma.clOn d~l
ar
pelin.
yo en el delirio),62 por el contrario sus concepciones Y su ter~mnolog~a
-Numerosos autores, entre ellos Krafft-Ebing hasta 1890, siguieron
nosol6gicas permanecieron lp
durante mucho tiempo baJO la Influencl.a
dominante de esa corriente más tardía. Enumeraremos algunas de sus I-
a Weslphall e identificaron la neurosis obsesiva con una forma "aborti-
va" o "rudimentaria" de paranoia, puesto que también parece consistir en
ia
deas destacadas: una invasión de la conciencia por neoformaciones patológicas ideativas
er
266 267
• J
-ElilUevo désglosede IMp'sitosis delirantes;'es decir la oposición . 4. 'CL F. Brentano: P.syc1w'lo_gi-e'
iJu""-jlolrirde v'¡'¿ empznque; traducci6n
demencia precoz (por otro nombre esquizofrenia) / paranoia (en el senti- fr~cesa de 1944 con diversos suplementos y fragmentos póstu-
do moderno restringido de un delirio crónico no alucinatorio ni disocíati- mos.
vol. Así, a continuación de sus discusiones con jung,64 añadió el diag- 5. Los verbos se adecuan mejor que los sustantivos a la .expresión de los
nóstico de dementia paranoides al de paranoia en lo concerniente a fenómenos tal como los concibe Brentano. .
6. Cf. infra, el párrafo sobre Binet al 1mal de este capítulo.
Schreber, cayendo por otra parte en un contrasentido importante (la de-
7. Cf. el resumen de estos trabajos re;a1izadopor A. Burloud: La pensée
mentía paranoides no es toda la demencia precoz de forma paranoide. si-
se Ion les recherches expérimentales de Watl, Messer el Bu/her
no una forma poco frecuente y específica de ella).65 Por otra parte co- 1927. .'
menzará a interesarse en la psicogénesis de las esquizofrenias. cuya exis- 8. Cf. in/ra: en la segunda parte de este capítulo•."Funcionalismo y con-
tencia clínica ignoró hasta ese momento, pues aún s6lo prestaba aten- ductlsmo en los Estados Unidos de América".
ción al delirio ("paranoia"), desconociendo autismo y disociación. 9. Cf. el estudio de P. Guillaume: La psychorogie de la forme. 1937,
o
-La concepción de la psicosis maníaco-depresiva y por lo tanto de texto que constituye una autoridad en la cuestión.
ic
un vínculo intrínseco entre la depresión melancólica y los estados manÍ- 10. Las ideas de Galton se inspiraban en stf proyecto eugenista (fue por
ém
acos; si bien Freud prestó atención en varias oportunidades al problema otra parte el inventor del término).
de la melancolía. todavía no había examinado nunca )08 dos estados en 11. Me refiero a la edición abreviada (1892) de W. James, Principes de
psychologie, traducción francesa de 1909 con el título de Précis
una relación psicopatológica recíproca.
ad
de psychologie. Una parte había aparecido desde 1882 en artícu-
-La separación de la histeria y una neurosis traumática cuyo con-
los separados.
cepto Kraepelin tomará de la tradición alemana (Oppenheim). Hasta ese
12. Ibid., pág. 1.
ac
momento Freud seguía a Charcot y por lo tanto asimilaba los dos sin- 13. Ibíd., pág. 7.
dromes;66 en Viena se atrajo incluso algunas molestias con esta discu- 14. Ibid., pág. 4.
sión delicada a causa de sus consecuencias médico-Iegales.67 A partir de
o
15. !bid., pág. 5.
1919, respecto de este tema cambió su opinión de modo espectacular,
us
16. Ibíd .• pág. xxxv.
puesto que en su nueva concepción desapareció el vínculo entre los dos 17. !bid., pág. 16.
estados, que Kraepelin no cuestionaba. 18. Ibíd., pág. 19.
a
19. Ibíd., pág. 411
ar
Por otra parte, es preciso decir que estas cuestiones de nosología. tan 20. Ibid .. pág. 412.
vacilante en la obra freudiana, son imposibles de comprender si no se 21. Ibid., pág. 413.
lp
tiene presente su falta de experiencia y formación psiquiátricas propia-
mente dichas. Para Freud el campo de las psicosis siempre fue un domi-
22. Ibid .• pág. 321.
23. James iInagina por otra parte para esta concepción una base neurofi-
ia
siológica de tipo unitario: "Si hemos podido eludir aquí la hipóte-
nio de aplicación de concepciones adquiridas y consolidadas en otra par- sis extraexperiInental de átomos psíquicos, lo realizamos tomando
er
te (neurosis. suefio, psicopatología "cotidiana"), un terreno que sólo como hecho de conciencia mínimo toda la conciencia en un ins-
procuraba algunos encuentros fructuosos pero excepcionales. tante dado (...), y como hecho cerebral mínimo, la totalidad del
at
25. !bíd.
NOTAS 26. Ibíd., pág. 227.
27. Ibíd., págs. 199-200.
28. Ibíd., pág. 204.
1. Más detalles pueden encontrarse en la obra notable de P.-L. Assoun: 29. Ibíd., pág. 220.
InlToduction"o l'épistémologie freudienne. 1981. 30. Ibíd., pág. 207.
2. Una vez más. en este capítulo utilizaré la reseña histórica de E. G. Bo- 31. Ibíd., pág. 211.
ringo 32. Ibíd., pág. 216.
3. Acerca del nativismo, Hering y después Brentano. cf. T. Ribot: La 33. Ibid., pág. 217.
psychologie a/lemande ... 34. De toda esta "psicología de los instrumentos de latón", de esta "ho-
268 269
rrorosa iiterat~~. cuyas -c"üaiiailáes d"e- penetraci6n'y sutileza .sería ~ - -. '.10 inspiró"' con -evidehcia--;.~-
Cf." acerca .del conjunto de esta cues-
imposible igualar (... ). el resultado ,psicológico propio (era a su tión, H. Hécaen y G. Lantéri-Laura: Evolution ...
juicio) just nothing" (W. James. citado en E. G. Boring •.A His- 50. Cf. supra. capítulo 5.
tory ...• pág. 294). Lo atestigua su juicio acerca, (de Fechner). del 51. A. Binet: L1étude experimentale de I'intelligence. pág. 69.
cual "la ley psicofísica quedará como un ídolo de la caverna' (...) 52. Ibíd., pág. 103.
Sería lamentable que incluso lUl viejo querido como él pudiera atar 53. Ibíd., pág. 108.
a nuestra ciencia par~ siempre con sus laboriosas elucubraciones y 54. Ibíd., pág. 104.
que. en un mundo tan lleno de objetos de atención m'-s nutritivos. 55. Ibíd .• págs. 306-307.
se forzara a todos los futuros estudiantes a sumergirse en las difi- 56. Ibíd .. pág. 154.
cultades. no solamente de (los) trabajos de Fechner. sino de aque.,. 57. Ibíd., pág. 306.
110s. más áridos aun, escritos para refutarlos" (ibíd.). 58. En P. Bercherie: Les fondements ... se encontrará un examen más
35. En el prefacio de un pequeño volumen francés que reúne los escritos completo de esta cuestión. Este apéndice s610 ofrece sus principa-
les puntos de inserción en este volumen.
o
de W. James acerca de Lo. théorie de l'émotion (1902), G. Dumas
condenó esta simplificación indebida. 59. La ~portancia del factor de predisposición es inversamente propor-
ic
36. C. Féré. en una voluminosa obra aparecida en 1892 (Palhologie des cIonal a la del factor desencadenante: cf. supra. capítulo 1, acerca
ém
émotions). expuso una teoría de ese tipo en su forma más logra- , de Briquet, o el concepto de "serie complementaria" en Freud.
60. Cf. el interesante estudio que le dedica H. Ellenberger: "Moritz Bene-
da.
37. Cf. supra. capítulo 9. dikt (1835-1920)", en Confrontations psychiatriques, 1973, nll
ad
38. W. James: La Ihéorie de I'émotion, pág. 44. 11, pág. 183.
61. S. Freud y J. Breuer: Etudes sur ¡'hystérie. pág. 5. nll• 1.
39. Ibíd., págs. 60-6l.
ac
40. No obstante, J::mes parece también prefigurar a veces al conductismo. 62. Cf. P. Bercherie: Les fondements ... , págs. 61-64.
cuando aÍU'II1aque "los estados de conciencia son hechos inverifi- 63. Cf. supra, primera parte.
cables" (ibíd .• pág. 621) o cuando subraya el carácter frágil y me- 64. Cf. in/ra. el comienzo del capítulo 15.
o
tafísico de esa ullamada ciencia natural" que sería la psicología (cf. 65. CL P. Bercherie: Les fondements ...• capítulo 16 y cuadro de la pág.
us
la conclusión de su obra). 231.
66. Cf. supra. capítulo 4.
41. Ibíd .. pág. 63.
42. J. Dewey: "The reflex are concept in psychology". en Psychological 67. CL. H. F. Ellenberger. uLa co~érence de Freud sur l'hystérie masculine
a
. Revíew. 1896, m, págs. 357-370. (15 sept. 1886)". Lo que estaba en juego desde el punto de vista
ar
43. J. R. Angell: uThe province of functional psychology". en P sycho- médico-legal era la indenmización por las compañías de seguros de
logícal Revíew, 1907, XIV, págs. 61-91. los sujetos afectados de neurosis traumática, indemnización que se
44. Cf. J. Watson: "Psychology lp
as The Behaviorist Views It"', en
Psychologica1 Review. 1913, XX. págs. 158-177; ese artículo fue
veía comprometida por el diagnóstico de histeria.
ia
el acta de fundación de la escuela conductista e introdujo el con-
er
270 271