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Bibliografía de Psicopatología (1° Parcial)

Unidad 1 Introducción a la Psicopatología 3

a. LA PSICOPATOLOGÍA. Relaciones y diferencias entre la Psicología,


Psicopatología y Psiquiatría. Continuidades y discontinuidades entre el Psicoanálisis
y la Psiquiatría: La constitución del campo de la Psicopatología. El signo y el síntoma.
La clínica de la mirada y la clínica de la escucha. 3
Mazzuca, R. Situación de la Psicopatología 3
Freud, S. (1916) Conf. 16: Psicoanálisis y Psiquiatría. Obras completas. Tomo XVI.
Buenos Aires: Amorrortu editores. 4
Freud, S. (1916) Conf. 17: El sentido de los síntomas. Obras completas. Tomo XVI.
Buenos Aires: Amorrortu editores. 6
Baumgart, A. (2014) lecciones introductorias de Psicopatología. Cap. I y II. Buenos
Aires: Eudeba. 7
Godoy, C. (2003) La Psicopatología: de la Psiquiatría al Psicoanálisis. En:
Psicopatología: Clínica y Ética. Schejtman, F. (Comp.). Buenos Aires: Grama Ediciones.
9

b. LO NORMAL Y LO PATOLÓGICO. Los criterios de la Salud y Enfermedad. La


evolución de estos criterios a lo largo de la Historia. 11
Canguilhem, G. (1978) Lo normal y lo patológico. Segunda Parte, Cap. I y II. México:
Editorial Siglo XXI. 11
Mazzuca, R. (2003) “Ética, Psicopatología y Psicoanálisis”. En: Psicopatología: Clínica y
Ética. Buenos Aires: Grama Ediciones. 13

c. LAS NOSOGRAFÍAS: LA CLASIFICACIÓN DE LAS PATOLOGÍAS MENTALES. La


evolución de la nosografía freudiana. La Psiquiatría Clásica: El paradigma de la
alienación mental: Pinel. El paradigma de las enfermedades mentales: Emil Kraepelin.
El paradigma de las estructuras psicopatológicas: Bleuler. El Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales [DSM]. 21
Kraepelin, E. Lección XV: “Paranoia”. En: “Introducción a la clínica psiquiátrica”. Madrid:
Sánchez Calleja Fernández. 21
Kraepelin, E. Lección III: “Demencia Precoz”. En: “Introducción a la clínica psiquiátrica”.
Madrid: Sánchez Calleja Fernández. 23
Bleuler, E. "La Esquizofrenia". En: Historia de la Psiquiatría. 25

Unidad 2. Introducción al pensamiento de Jacques Lacan. Noción de estructura. Los


tres registros: real, simbólico e imaginario. Concepción de sujeto. Constitución del
yo. Necesidad, demanda y deseo. Goce y pulsión. El Otro. Función paterna. El deseo
como metonímico. Función fálica. 28
Schejtman. La introducción a los tres registros de Lacan 28
D’Angelo, R.; Carbajal, E. y otros. (2012) Una introducción a Lacan. Buenos Aires: Lugar
Editorial. 30

Unidad 3 Las Psicosis 34

a. DSM IV: Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos. Descripción clínica.


Semiología. Criterios. 34
López-Ibor Aliño, J. (1995) DSM-IV-TR. Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales. Barcelona: MASSON. 35
b. LA CONCEPCIÓN DE LAS PSICOSIS DESDE FREUD. La constitución del concepto
freudiano de Psicosis. La Psicosis como una neuropsicosis de defensa. El historial
de Paul Schreber. Las fijaciones en el autoerotismo y narcisismo. La pérdida de
realidad y el delirio y la alucinación concebidos como intento de curación. La
Psicosis en la Segunda Tópica. 38
FICHA DE CÁTEDRA. “Las neuropsicosis de defensa” – 1894 – S. Freud 39
Freud, S. (1894) Las Neuropsicosis de defensa. Obras completas. Tomo III. Buenos
Aires: Amorrortu editores. 40
Neuropsicosis de defensa(1894). 40
FICHA DE CÁTEDRA. “Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa” –
1896 – S. Freud. 42
Freud, S. (1896) Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa. Obras
completas. Tomo III. Buenos Aires: Amorrortu editores. 44
Freud, S. (1911) Sobre un caso de paranoia descrito autobiográficamente. Obras
completas. Tomo XII. Buenos Aires: Amorrortu editores. 47
FICHA DE CÁTEDRA. Neurosis y Psicosis – S. Freud. – 1923 54
Freud, S. (1924) Neurosis y Psicosis. Obras completas. Tomo XIX. Buenos Aires:
Amorrortu editores. 55
Freud, S. (1924) La pérdida de realidad en las Neurosis y las Psicosis. Obras completas.
Tomo XIX. Buenos Aires: Amorrortu editores. 56

c. LA CONCEPCIÓN DE LA PSICOSIS DESDE LACAN. Inscripción y forclusión de


significantes. La estructuración psicótica: El significante del Nombre del Padre, su
operatoria y su forclusión. Neologismo, certeza, delirio y alucinación. Posición de
objeto. 58
Mazzuca, R. (2006) Las psicosis: fenómeno y estructura. Buenos Aires: Bergasse
19.FALTA RESUMEN 58
Schejtman, F. [Comp] (2012) Elaboraciones lacanianas sobre la psicosis. Buenos Aires:
Grama. 62
Schejtman, F.“DE LA NEGACIÓN AL SEMINARIO 3” 62

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Unidad 1 Introducción a la Psicopatología
a. LA PSICOPATOLOGÍA. Relaciones y diferencias entre la
Psicología, Psicopatología y Psiquiatría. Continuidades y
discontinuidades entre el Psicoanálisis y la Psiquiatría: La
constitución del campo de la Psicopatología. El signo y el
síntoma. La clínica de la mirada y la clínica de la escucha.
Bibliografía:

Mazzuca, R. Situación de la Psicopatología

¿Qué es la psicopatología?

Es una de las disciplinas que forman parte de la psicología como ciencia.


Tiene como objeto el estudio de los procesos y fenómenos psíquicos patológicos, ya sea en
las enfermedades mentales, sea en las perturbaciones de los sujetos considerados sanos.
Es por lo tanto una disciplina teórica autónoma que elabora sus conocimientos a partir de la
observación de hechos, y no se vincula, en principio, con ningún campo particular de
aplicación de la psicología, contribuyendo con sus aportes en cualquiera de ellos

La psicopatología surge hacia fines del siglo xix y comienzos del xx formando parte de la
tendencia de la psicología a constituirse como ciencia. No tiene una fuente única sino que
pueden reconocerse varias ramas principales en lo que podemos denominar movimiento
hacia la psicopatología: la psicología universitaria francesa, el psicoanálisis y la psiquiatría,
especialmente la alemana
En Francia es Théodule Ribot quien funda esta disciplina, primero con el nombre de
psicología patológica -algo más tarde pasará a utilizarse el de psicopatología-, que se
diferencia de la psicología experimental porque se basa en el llamado método patológico
que consiste en estudiar los hechos patológicos para comprender la psicología normal.
La idea nuclear presente en todas las variantes de la psicopatología es utilizar la
observación de los hechos patológicos para conocer mejor la psicología normal.
En la misma época, Sigmund Freud, después de su estada en París estudiando con
Charcot e incentivado por él, ha comenzado a trascender su actividad de neurólogo
inventando una psicopatología que explica los síntomas de sus pacientes neuróticos.
Se trata de la misma idea y supuesto de Ribot, aunque formulados de una manera inversa.
Tal como lo escribe en su inédito Proyecto de psicología para neurólogos, en 1895, "sería
imposible obtener una concepción global satisfactoria de los trastornos neuropsicóticos si no
se pudiese vincularla con claras hipótesis acerca de los procesos psíquicos normales"
Este supuesto sostiene toda la elaboración freudiana hasta el final de su obra. En su 31"
Conferencia de introducción al psicoanálisis, de 1932, sigue sosteniendo "la patología
mediante sus aumentos y engrosamientos puede llamarnos la atención sobre
constelaciones normales que de otro modo se nos escaparían"

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La ambición freudiana es construir una psicología del hombre normal, de allí la producción
de su trilogía del inconsciente, los sueños, el chiste y los fenómenos psicopatológicos de la
vida cotidiana, es decir, del hombre común; por eso sus construcciones se prolongan en
una metapsicología.
Esta psicopatología asume en Freud una modalidad muy específica que es la delimitación
de los mecanismos psíquicos que intervienen en la formación de los síntomas.
En el momento inicial de su trabajo, hacia 1893, se trata del mecanismo de defensa que da
cuenta de las neuropsicosis. Posteriormente, de la represión. Más tarde, del mecanismo
paranoico y del melancólico, etc. La psicopatología asume entonces en su obra la
modalidad de describir los mecanismos responsables del surgimiento, formación,
mantenimiento y evolución de los diferentes tipos de síntomas.
Poco tiempo después, esta modalidad se extiende en el campo de la psiquiatría.
Eugene Bleuler, creador del grupo de las esquizofrenias, quien, en 1906, publica el artículo
Los mecanismos freudianos en la sintomatología de las psicosis.
Bleuler se autoriza en los mecanismos fdos y que corresponde a un nuevo momento en la
psiquiatría, distinto del de Kraepelin y la llamada psiquiatría clásica
Esta modalidad caracteriza las más innovadoras producciones psiquiátricas de la primera
década del siglo.

Freud, S. (1916) Conf. 16: Psicoanálisis y Psiquiatría. Obras


completas. Tomo XVI. Buenos Aires: Amorrortu editores.
Distinción que hace Freud en el texto
● El psiquiatra se conforma con el diagnóstico y una prognosis del desarrollo ulterior.
No aplica los métodos técnicos del Psicoanálisis, omite todo otro anudamiento con el
contenido de la idea delirante y a remitirse a la herencia, nos proporciona un
etiología muy general y remota en de poner de manifiesto primero la causación más
particular y próxima. Psiquiatría se encarga de administrar el tratamiento, de la
medicación.
● El psicoanálisis posibilita la comprensión de la idea Delirante. El psicoanálisis es a la
psiquiatría lo que la histología a la anatomía, estudia las formas exteriores de los
órganos, aquella su constitución a partir de los tejidos y de la células es inconcebible
una contradicción entre estas 2 modalidades de estudio una de las cuales continúa a
la otra como saben la anatomía es hoy para nosotros la base de una medicina
científica pero un tiempo en que estaba tan prohibido disecar cadáveres humanos
para averiguar la constitución interna del cuerpo como lo parece hoy ejercer el
psicoanálisis para averiguar la fábrica interna de la vida del alma, De los procesos
inconscientes. Psicoanálisis se encarga de la etiología, se pregunta por las causas y
el tratamiento del síntoma.

Análisis de un Caso Patológico. ?


Un oficial solicita tratamiento para su suegra de 53 años. Vive en el campo en feliz
matrimonio con su marido quien dirige un gran fábrica.
Hace un año le llegó una carta anónima donde se le denunciaba que subir todo su marido
mantenía relaciones amorosas con una muchacha joven y ella le prestó crédito en el acto
desde entonces quedó destruida su dicha. Extrajo la conclusión de que la carta era obra de
su maligna mucama. A quien el día anterior le había comentado que para ella sería lo más

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terrible enterarse de que su buen esposo tenga también una relación. Busco a su marido
para reprocharle, el hombre rechazó riendo la imputación y llamó por el médico. Despidieron
a la mucama pero la empleada de la fábrica supuesta amante no. Pero bastaba con
nombrar a esa señorita o que la encontrara por la calle para que se le desencadenase un
nuevo ataque de desconfianza, dolor y reproches.
El único fundamento que tiene para creer que su esposo la engaña es la aseveración
de la carta anónima y que sabe no tiene fuerza probatoria. Es por eso que no tiene
fundamento para su celos, no obstante sufre como si admitiera la total justificación
de esos celos. Estas ideas sin argumentos lógicos y tomados de la realidad son Ideas
Delirantes, la señora padece un "delirio de celos".
Si una idea delirante no puede ser desarraigada refiriéndola a la realidad no ha de provenir
de esta.
Historia familiar de la paciente: Las ideas delirantes se presentan en aquellas personas en
cuyas familias han aparecido repetidas veces estas y otras perturbaciones psíquicas.
La paciente tiene predisposición a desarrollar ideas delirantes a causa de transmisión
hereditaria.
Fue la propia paciente quien provocó esta carta anónima que sirve de apoyo a su idea
delirante cuando el día anterior dijo a la intrigante muchacha que su máxima desventura
sería que su marido mantuviera una relación amorosa con una muchacha joven. Sólo
entonces concibió la servidora la idea de enviarle la carta anónima la idea delirante cobra
así una cierta independencia de la carta ya antes había estado presente como de amor o
como deseo en la enferma.
Luego de 2 sesiones la paciente estaba segura de que la idea enfermiza no reaparecería y
que se sentía sana.
Lo dijo sólo por resistencia y por angustia frente a la prosecución del análisis.
Motivo del delirio de celos. Intenso enamoramiento de ella por un hombre joven, ese mismo
yerno que la instó a buscarme en calidad de paciente de este enamoramiento, ella no sabía
nada o quizá muy poco dada la relación de parentesco existente esta inclinación podría
enmascararse fácilmente como una ternura inocente. Un enamoramiento así que sería algo
monstruoso, imposible, no pudo devenir consciente, no obstante persiste y en calidad de
inconsciente ejerció una seria presión.
El alivio inmediato lo ofreció el mecanismo del desplazamiento que contenta regularidad.
Toma parte en la génesis de los celos delirantes. Su conciencia moral se descargaba del
peso de la infidelidad.
La fantasía de infidelidad del marido era para acallar la conciencia, su amor tuvo un devenir
consciente de manera obsesiva delirante.
● En primer lugar: La idea delirante ha dejado de ser algo disparatado e
incomprensible, posee pleno sentido tienes buenos motivos, pertenece a la trama de
una vivencia rica de afectos de la enferma.
● En segundo lugar: Es necesaria como reacción frente un proceso anímico
inconciente colegido por otros indicios y precisamente a esta dependencia de su
carácter delirante, su resistencia a los ataques basados en la lógica y la realidad. Es
a su vez algo deseado, una suerte de consuelo.
● En 3er lugar: la vivencia que hay tras la contradicción de la enfermedad determina
unívocamente que habría de engendrar una idea de celos delirantes y ninguna otra
cosa.
Esta señora se encuentra en la edad crítica que traer a la necesidad sexual femenina una
intensificación indeseada y repentina quizá esto baste por sí solo o tal vez que para agregar

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que su marido bueno y de hace muchos años ya no posee aquella capacidad de
rendimiento sexual que esta señora bien conservada necesitaría para satisfacerse.
Esos marido fieles se distinguen por una particular ternura en el trato con sus esposas y por
una inhabitual paciencia hacia sus achaques nerviosos y hasta quizá no sea indiferente que
fuera del joven marido de una hija, quien definiera objeto de este enamoramiento patógeno,
un fuerte lazo erótico con la hija que en su último fundamento se reconduce a la constitución
sexual de la madre, a menudo halla el camino para proseguirse en una trasmudación de
esa índole.

Freud, S. (1916) Conf. 17: El sentido de los síntomas. Obras


completas. Tomo XVI. Buenos Aires: Amorrortu editores.

Pacientes con Neurosis obsesiva, ocupados con pensamientos disparatados o


indiferentes para el individuo, sienten impulsos que les parecen extraños, y son movidos a
realizar acciones cuya ejecución no les depara contento alguno pero les es imposible
omitirlas, como si fueran tareas vitales. Puede desplazar, permutar una obsesión y poner
otra en su lugar de manera debilitada, avanza desde una precaución o prohibición hasta
otra, ejecuta un ceremonial en lugar de otro.
Caso
Mujer de 30 años con acción obsesiva. Consistía en correr de una Habitación a otra, se
paraba en el medio de la habitación frente a una mesa en el medio de la habitación, llamaba
a su mucama para darle una orden o no y simplemente la despacha sin ninguna instrucción
y vuelve a la otra habitación. Acción que repetía varias veces al día. Esta acción la asocia a
una escena cuando se casó hace 10 años con un hombre mucho mayor. Pero en la noche
de bodas resultó ser impotente. El corrió varias veces en la noche de su habitación a la
habitación de ella para repetir el acto. Pero fracasó y a las mañana siguiente frustrado dijo:
es para avergonzarse ante la mucama cuando ella haga la cama. Manchó las sábanas con
pintura roja para hacerle creer que había cometido del acto sexual.
En la mesa donde se paraba en frente había una mancha roja en el mantel y se aseguraba
que la mucama cuando entrase viera la mancha. Ella repite esta acción y la corrige ya que
la mancha estaba en el lugar indicado y también corrige la impotencia de su marido.
Sustituye la cama por la mesa. Sustituye la mesa por la cama. En alemán hay juego de
palabras cama-mesa significa matrimonio.
En su fantasía ella perdona a su marido y lo enaltece. El sentido de su enfermedad es evitar
criticar a su marido.
• El deseo cumplido es el deseo consciente.
• El sentido del síntoma es un hecho traumático. Ubica la impotencia de su marido como
un trauma. El marido representa al padre. Lo traumático es la impotencia del padre. -
Constitución del yo de la paciente como sostén de la potencia, grandiosidad paterna. Al no
estar como sostén de la potencia del padre lo reprime. Todo deseo en contra de eso es
reprimido. -Deseo inconsciente dejar de sostener la potencia del padre. Y dejar a la vista la
impotencia del padre. La culpa de la satisfacción del deseo inconsciente operó en ella, en la
noche de bodas. Se defiende de esa satisfacción corrigiéndola mediante la acción obsesiva.

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• Deseo inconsciente correrse de ese lugar de sostén y revelar la impotencia de su
marido-padre. Se protege de ese deseo mediante esta acción obsesiva. La enfermedad le
sirve para mantener intacto al marido/padre.

Baumgart, A. (2014) lecciones introductorias de


Psicopatología. Cap. I y II. Buenos Aires: Eudeba.

Capítulo 1
El campo de la psicopatología como problema:
Para dar una primera definición sobre la Psicopatología, se va a explicar que es una
disciplina que se refiere a los conocimientos relativos a las anormalidades y desórdenes de
la vida mental.
Etimológicamente, el término está formado por tres palabras que provienen del griego:
Psico: Alma; Pato: Afección, dolencia, sufrimiento; Logos: Tratado, razón.
La Psicopatología puede pensarse, como una enunciación consecuente que comunica el
saber de una ciencia que corresponde a un determinado ámbito, a un determinado campo:
“El del acontecer psíquico patológico”.
Se constatan que coexisten dentro de la Psicopatología discursos heterogéneos que tienen
que ver con la conceptualización y la praxis relativas a la patología mental.
¿Cuál es el campo de la Psicopatología? Dentro de esto se pueden encontrar campos
heterogéneos de discursos y/o prácticas que coexisten con las diferentes pertinencias que
sus desarrollos teóricos les otorgan: Psicológicos, Psiquiátricos, Cuerpos teóricos
psicoanalíticos. Su ambición es poder mostrar que hay coexistencia de discursos y de
prácticas que confluyen y constituyen el campo de la Psicopatología que nos remite a la
complejidad teórico-fenoménica de la patología mental. Interesa resaltar los conceptos de
neurosis, perversiones y psicosis.

La noción de enfermedad mental. Criterios de salud y enfermedad:


La patología asume formas fenoménicas diversas de acuerdo a una determinada sociedad,
determinados órdenes etnográfico e histórico. Lo psíquicamente anormal dependerá de la
concepción que cada sociedad haya adoptado. Y es por ello que se vuelve difícil delimitar
estrictamente el concepto de enfermedad mental, dada la complejidad teórico–fenoménica
de la patología psíquica.
La autora plantea que es importante saber que todo nombre es una convención y proviene
del resultado simbólico del haberse puesto de acuerdo unos con otros.
Otra de las nociones que introduce la Psiquiatría es la noción de síntoma. Término que
revela la existencia de una enfermedad.
El criterio clínico, que está privilegiado en la fundamentación de la Psiquiatría clásica, se
caracteriza por un estilo descriptivo. Se basa en observaciones del comportamiento del
paciente y en el relato de sus dificultades para traducirlo en síntomas y en signos.
Lo que toma valor para nosotros es la diferencia entre síntoma para la Psiquiatría y síntoma
para el Psicoanálisis. Para la Psiquiatría, los síntomas son entendidos como signos de una
categoría diagnóstica de terminada, esto corresponde una clasificación, una categoría
diagnóstica. Se desarrolla así un sistema de nomenclatura y clasificación, basado en el
modelo médico de la enfermedad. Es así como los trastornos mentales se constituirán en

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entidades nosológicas, tendrán una “identidad”. Es así como las psiquiatrías ofrecen
ordenamientos nosológicos y nosográficos de la enfermedad mental.
Entre los más conocidos, son los llamados DSM-IV y el CIE 10. La clasificación más usada
en nuestro país, es el DSM-IV.

Teorías psicoanalíticas:
Para admitir un síntoma en la perspectiva de la Psicopatología Psicoanalítica Freud exige
un mínimo de sobredeterminación. El Síntoma para el Psicoanálisis tiene un sentido, un
motivo y un propósito y es sustituto de un conflicto infantil que parte de un conflicto presente
que se tornó patológico. El campo privilegiado del descubrimiento freudiano son los
síntomas, las inhibiciones y la angustia en la económica constituyente de las diversas
patologías (Neurosis, Psicosis y Perversiones).
En síntesis: Definimos a la Psicopatología como un campo heterogéneo de prácticas que
requiere de distintas instancias para su transmisión que articulen los espacios reflexivos y
críticos de la formación teórica, con la propia formación clínica.

Capítulo II
El concepto de enfermedad mental: Es difícil delimitar el concepto de enfermedad mental,
sin soslayar la complejidad teórico-fenoménica de la misma.
Las definiciones de enfermedad mental con las que nos encontramos solo pueden
remitirnos a los avatares históricos-culturales de sus formulaciones y dichas formulaciones,
a su vez, están ligadas al desarrollo de distintas disciplinas.
Existen tres orientaciones etiológicas importantes, tales como:
● La psicogénesis: Que proponen el análisis de la causalidad psíquica a partir del
estudio de las perturbaciones mentales que no tienen fundamento orgánico. Se busca
detectar cual es la causalidad psíquica de estas perturbaciones. Los estados
patológicos, se refieren a las perturbaciones de la memoria, inteligencia, atención, del
campo de conciencia, de la representación, del pensamiento, etc. El estudio de las
perturbaciones de las distintas funciones se basa en los aportes de la psicología
experimental.
● La organogénesis: Se basa en concepciones que se apoyan en la búsqueda de la
etiología orgánica de la enfermedad mental, en la detección de lesión o desequilibrio
orgánico. La insuficiencia, la lesión o el desequilibrio orgánico son las causas de lo
que se manifiesta como enfermedad mental. La enfermedad propiamente dicha existe
en lo somático y lo psíquicamente enfermo será el resultado de procesos orgánicos
morbosos.
● La sociogénesis: Propone distintas formulaciones acerca de las relaciones
adecuadas o no, del hombre con la sociedad. Para estas corrientes, toda definición de
salud o enfermedad se refiere al marco social que constituye al hombre en un
momento histórico determinado. La salud reside en la posibilidad de ajustarse o
superar ciertas normas que definen momentáneamente lo normal y la patología
mental.
Los fenómenos patológicos, entonces, para todas las orientaciones se presentan en general
como modificaciones regulares de los fenómenos normales.
Foucault denuncia que se han asentado, dos prejuicios que debemos combatir y que
justamente provienen de aplicar los mismos métodos conceptuales para pensar la
enfermedad tal como se piensa la enfermedad orgánica:

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El primer prejuicio es postular que la enfermedad es una esencia: Es decir, es una entidad
específica señalable sólo por síntomas. En este postulado, la enfermedad es anterior a los
síntomas y, en cierta medida, independientemente de ellos.
El segundo prejuicio consiste en considerar a la enfermedad mental como una especie
natural: Es decir que la enfermedad es entendida como una especie definida por ciertos
caracteres permanentes que, se divide en subgrupos.
En el campo de la psiquiatría, se hace difícil distinguir lo normal de lo patológico porque si
nos centramos en la noción de personalidad.
Nos encontramos, entonces, con cuestiones a las que no resulta sencillo responder. El
concepto de enfermedad no es unitario, ya que hay diversidad de nociones.

Godoy, C. (2003) La Psicopatología: de la Psiquiatría al


Psicoanálisis. En: Psicopatología: Clínica y Ética. Schejtman,
F. (Comp.). Buenos Aires: Grama Ediciones.
Lanteri-Laura, propone la utilización del concepto paradigma para realizar una lectura de la
historia de la Psiquiatría, desde sus orígenes hasta la actualidad.

Distingue tres paradigmas:


1-Alineación mental
Pasaje de la noción social y cultural de locura al concepto médico de alineación mental. La
locura es introducida en la medicina la cual la considera una enfermedad.La alineación
mental se constituye en una especialidad autónoma, opuesta a todas las otras
enfermedades de la medicina y sus manifestaciones no constituyen para Pinel
enfermedades irreductibles sino simples variedades.Se propone una única forma de
tratamiento: el tratamiento moral (surge el dispositivo de internaciòn, un ambiente racional
podría volver la razón al alienado. La crisis de este paradigma puede ubicarse a mitad del
siglo XIX a partir de la obra de Falret. Sostuvo que lejos de tratarse de una enfermedad
única, la patología mental se constituía de una serie de especies mórbidas.

2-Enfermedades Mentales, Corresponden a los dos tipos de clínicas distinguidas por P.


Bercherie sincroniza y diacrónica.
Paradigma de las Enfermedades Mentales: Se pone el acento en la semiológica y en la
observación clínica del paciente. Se despliega la semiológica psiquiátrica para poder
establecer su pronóstico y un tratamiento adecuado. Se produce un desarrollo marcado de
la clínica, la constitución de las grandes nosografías y de un tesoro semiológico cuyo valor
sigue vigente.

3-Las Grandes Estructuras Psicopatológicas

Las Grandes Estructuras Psicopatológicas: Lanteri-Laura, ubica el surgimiento del


paradigma de las grandes estructuras psicopatológicas en 1926 y la fecha de su declinación
en 1977. La noción de estructura que gobernó en los 20 y 40, tiene su origen en la teoría
de la forma (Gestalt). La cual realizó una severa crítica a los métodos y conclusiones de la
psicología experimental Wundt. Cabe destacar que Kraepelin fue discípulo de Wundt y la

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semiología de este último se basó en los desarrollos de su maestro. La oposición entre
neurosis y psicosis se impondrá en este momento. Esta distinción le permitirá a la
psiquiatría organizar todo lo que no corresponde a lesiones cerebrales evidentes ni a
factores exógenos indudables. Kraepelin, con su concepción de demencia precoz
reencuentra de lleno en el segundo paradigma. Bleuler marca el pasaje del segundo al
tercero a partir de su concepto de esquizofrenia.
Kraepelin, la demencia precoz, constituia una enfermedad que podía ser abordada a partir
de la descripción clínica y cuya evolución asegura su unicidad.
Bleuler, por el contrario, introduce hipótesis psicopatológicas y no descriptivas-semiológicas,
poniendo n cuestión el valor paradigmático de las enfermedades mentales.
Henri Ey, es el último en dotar a la psiquiatría de sistematicidad y homogeneidad. Propone
un orden jerárquico y dinámico de instancias superiores e inferiores. Lo superior contiene e
integra a lo inferior y lo normal contiene a lo patológico potencial.
El paradigma lacaniano
El psicoanálisis ha jugado un papel determinante en el pasaje del segundo al tercer
paradigma, a partir de las hipótesis de Freud introducidas en la psiquiatría por Bleuler.
Como así también por la distinción entre neurosis y psicosis Lacan comienza su trabajo en
el seno del tercer paradigma y lo articula de un modo singular con el segundo. Introduce
una noción de estructura completamente diferente. Estructura del lenguaje y buscará
articular dicha estructura el efecto del lenguaje. Lacan busca la estructura en el fenómeno.
Lee a los autores clásicos y pone el acento en la estructura formal del síntoma. El estudio
del automatismo mental (Clerambault) presenta un valor singular al aislar la estructura
presente en el síntoma, aquello que luego definió como el sgte. En lo real de la psicosis.

b. LO NORMAL Y LO PATOLÓGICO. Los criterios de la


Salud y Enfermedad. La evolución de estos criterios a lo largo
de la Historia.
Bibliografía:

Canguilhem, G. (1978) Lo normal y lo patológico. Segunda


Parte, Cap. I y II. México: Editorial Siglo XXI.
Cuestiona el concepto de normalidad que la fisiología y la medicina de las enfermedades
orgánicas que se utilizan generalmente, sin preocuparse demasiado por su significado y el
peso social que conlleva.

Jasper ha insistido en las dificultades de esta determinación médica de lo normal y de la


salud. El médico se ocupa de los signos vitales, pero no se ocupa de los sentidos de las
palabras. Lo que hay en común entre las diversas significaciones al concepto de enfermedad
es el hecho de que se trata de un juicio virtual. Donde, “Estar enfermo” es un concepto
general de no valor que comprender a todos los valores negativos posibles.

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Estar enfermo significa ser perjudicial o indeseable o socialmente desvalorizado,
Inversamente, lo que es deseado como una larga vida, capacidad de reproducción, la calidad
de un trabajo físico, la resistencia a la fatiga.

Cap 2 Examen crítico de algunos conceptos: de lo normal, de la anomalía y de la


enfermedad, de lo normal a la salud

El diccionario médico y Robin, definen así lo normal: normal de norma, regla) que es
conforme a la regla, regular.

La norma designa la escuadra, aquello que no se inclina ni hacia la derecha ni hacia la


izquierda, por lo tanto, lo que se mantiene en un justo medio. De acá surgen dos sentidos.

-Es normal aquello que es tal como debe ser;

-Es normal en el sentido más usual de la palabra, aquello que se vuelve a encontrar en la
mayoría de los casos de una especie determinada, o aquello que constituye ya sea el
promedio, ya sea el módulo del carácter mesurable.

En la discusión de estos sentidos se hace notar cuan equívoco es este término que al mismo
tiempo designa un hecho y “un valor que el que habla atribuye a ese hecho, en virtud de un
juicio de apreciación que asume.

Asimismo se subraya una confusión análoga en medicina donde el estado normal designa al
mismo tiempo el estado habitual de los órganos y su estado ideal, puesto que el
restablecimiento de ese estado habitual es el objeto ordinario de la terapéutica.

Hace una distinción de los conceptos de anormal y anamolia, que son conceptos cercanos
pero que tiende a confundirse, tiene raíces etimológicas diferentes.

Hace alusión a la teoría de la selección natural. Selección y medicina son técnicas biológicas
ejercitadas intencionalmente y más o menos racionalmente pro el hombre

Las expresiones “selección natural” o “actividad medicadora natural” tienen el inconveniente


de parecer inscribir las técnicas vitales dentro del marco del as técnicas humanas, cuando en
realidad es a la inversa.

Anamolia viene del griego que significa desigualdad, aspereza, irregular. En anormal se toma
nomos como ley, “nomos” en griego “norma” en latín tiene sentidos cercanos pero son
diferentes. Anomalía designa un hecho, es un término descriptivo, mientras que anormal

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implica la referencia a un valor, es un término apreciativo, normativo. “Anormal” se ha
convertido en un concepto descriptivo y “anomalía” se ha convertido en un concepto
normativo.

Anomalía es toda desviación de tipo específico que presenta un individuo, o particularidad


orgánica, comparado con la gran mayoría, de su edad, de sus sexo, constituye lo que podría
llamarse anomalía. A su vez las anomalía son ordenadas de acuerdo a la complejidad y
gravedad creciente. Ahora bien si aquella definición objetiva desde una mirada naturalista,
resulta que en el fondo tiene consecuencias subjetivas, ya que incluye una referencia a la vida
del ser vivo en el conlleva una

El anómalo no es patológico, patología implica sentimiento directo y concreto de sufrimiento


y de impotencia, sentimiento de vida contrariada. Pero lo patológico es a su vez anormal.

Igualmente hay un modo de considerar a lo patológico como normal; definiendo a lo normal


y lo anormal por la frecuencia estadística relativa.

En resumen el autor motiva reflexionar acerca del sentido que la palabra normal adquiere en
la medicina. Y que la vida misma, y no el juicio médico, convierte a lo normal biológico en
un concepto de valor y no en un concepto estadístico de la realidad. Advierte a considerar lo
“normal”, “lo patológico”, como una construcción social y cultural.

Mazzuca, R. (2003) “Ética, Psicopatología y Psicoanálisis”. En:


Psicopatología: Clínica y Ética. Buenos Aires: Grama
Ediciones.

El término psicopatología se formó como una abreviatura de psicología patológica, como se


llamó inicialmente a esta disciplina, este nombre se construyó por analogía con el de
medicina patológica. En este apartado el autor abordará las nociones sobre las que se apoya
su distinción con respecto a las otras disciplinas psicológicas y que delimitan su campo de
pertinencia: la cuestión de lo normal y lo patológico, la salud y la enfermedad y postula que
las cuatro nociones mencionadas conservan un componente ético de carácter irreductible.

11
La ética de la ciencia actual, surgida junto con los ideales de la modernidad, es muy distinta
de la que sostenía el ideal griego de la contemplación el que nunca hubiera podido acompañar
el nacimiento de la ciencia moderna. El autor postula que hoy, las cosas son muy distintas.
Son frecuentes las ocasiones en que el avance científico plantea nuevos problemas éticos. Y
ha comenzado a generalizarse la duda sobre si la ciencia y la tecnología que ella induce no
traerán más males que bienes y que la psicopatología no es ajena a esta problemática ética ya
que su incidencia es más determinante todavía en la medida en que la definición misma de su
campo se establece por criterios inescindibles de una apreciación moral.

Mazzuca toma como ejemplo la homosexualidad la cual permite una apreciación más clara
de las transformaciones que se han producido. Esta era considerada una enfermedad en los
manuales sobre perversión en cambio, en la actualidad, ha sido excluida del campo de la
psicopatología. Aquí se puede ver claramente el recorrido en la cual pasó de ser tratada
como un pecado y un delito, a ser clasificada como una enfermedad y, finalmente, a ser
considerada una elección subjetiva.

Estos diversos modos de abordaje son aplicables a todas las categorías psicopatológicas
ya que, desde la perspectiva del psicoanálisis, las neurosis y las psicosis son también
elecciones subjetivas como el caso de la homosexualidad. Y esto es tanto en un sentido
sincrónico como diacrónico.

En el sentido diacrónico Freud señaló que el inicio o el desencadenamiento de la neurosis


constituía una vía para esquivar una decisión: O sea para no enfrentar el conflicto surgido en
un momento determinado de su trayectoria vital, el neurótico prefiere enfermar en vez de
decidir. Mantener una indeterminación subjetiva que evita la resolución de los conflictos es
uno de los rasgos más propios de la neurosis.

En cuanto a por qué enfermar con una u otra neurosis (elección de neurosis) se produce
muy tempranamente y no se trata de una decisión deliberada ni consciente. Pero que sea
inconsciente e ignorada por el sujeto, no lo hace menos responsable de ella, como cree el
neurótico que se ubica como víctima de su inconsciente.

El autor postula que “Un psicoanálisis consiste para un neurótico en hacerse responsable
del inconsciente, es la posición ética necesaria para comenzar y sostener la experiencia
psicoanalítica”. Y que “En el caso del psicoanálisis aplicado al tratamiento de las psicosis
sus condiciones se definen de un modo diferente”.
12
El modo de goce es un componente esencial en la definición de todas las categorías
psicopatológicas, este ocupa un lugar preponderante en la perversión. La posición subjetiva
en relación con el goce, lo que se estimula y lo que se desalienta, lo que está permitido, lo que
está prohibido, en el caso de las llamadas perversiones es donde resulta más evidente la
existencia de diferentes enfoques desde una perspectiva moral.

Tomando la transformación que significó la homosexualidad el autor postula que las nociones
de neurosis y sus diferentes formas (histeria, obsesión, fobia) también han sufrido una
transformación orientada en el mismo sentido. Por ejemplo actualmente la inclusión en la
categoría de la histeria no implica necesariamente que un sujeto haya desencadenado una
neurosis puede indicar solamente una modalidad subjetiva y en otros tipos de concepciones
psicológicas son presentadas como “tipo de personalidad”.

La histeria y la neurosis obsesiva son abordadas por Freud como formas de neurosis, lo
que en su concepción implica que se definen esencialmente por la modalidad específica de
sus síntomas y de los mecanismos de formación del síntoma en cada caso. O sea Freud las
sigue presentando como enfermedades al delimitarlas como neurosis y definirlas por sus
síntomas.

El autor postula que “La concepción de Lacan, en contraposición a la de Freud, es


paradigmática en este punto. Las diferentes categorías clínicas son abordadas como
estructuras subjetivas, modos de la subjetivad, es decir, modos de constitución del sujeto
que se caracterizan por sus posiciones diferenciales en relación con el deseo, con el goce, la
función del fantasma y otras variables subjetivas. Estas estructuras subjetivas no implican
necesariamente que se haya desencadenado una neurosis”

Freud usó la noción de "elección de neurosis", el cual no ha sido siempre entendido en


especial en el caso de las psicosis. Pero todas las orientaciones psicoanalíticas han
conservado este concepto. ¿Cuál era el propósito principal de este concepto? impedir que
se atribuyera a esta diversidad una determinación solamente orgánica y afirmar que se trataba
de una atribución subjetiva o, en términos de Freud, psíquica.

El autor señala que un movimiento análogo se ha producido en el psicoanálisis en cuanto a


la noción de síntoma. “el síntoma era inicialmente, al igual que en el campo de la medicina,
el índice de una patología, una disfunción, un trastorno. Sin embargo, a medida que
desarrollaba su obra, Freud explicó la formación del síntoma, a partir del mecanismo de la
13
represión, como un retorno (deformado) y una satisfacción (sustitutiva) de las
representaciones y de los impulsos reprimidos.” De esta forma se puede encontrar una
diferencia en la posición del síntoma entre el psicoanálisis y la psiquiatría. Ya que en el
psicoanálisis el síntoma, sin dejar de constituir una forma patológica, constituye un
componente esencial y una herramienta para la cura ya que por su intermedio y
elaboración permite recuperar los elementos inconscientes disociados por la represión.
Tomando esto es que Lacan caracterizó el tratamiento psicoanalítico como "poner a
trabajar el síntoma". Acá también se puede observar la diferencia de las terapias donde en
unas se utiliza el síntoma como una herramienta de cura (psicoanalítica) y en otras lo que se
busca como meta es la supresión del síntoma (psicoterapias).

Este movimiento de transformación en la función y valor del síntoma alcanza su punto


máximo en Lacan al reconocer que no hay otra forma de satisfacción pulsional más que
la del síntoma, este asume una función eminente en la realización del sujeto. El concepto de
síntoma se aproxima al de sublimación ya que es entendido como una forma de invención
o creación singular de cada sujeto. A su vez adquiere una amplitud mayor al ser definido
como una función aplicable en distintos campos y, en especial, en el de la sexualidad,
supliendo la relación sexual que no existe.

El caso paradigmático es el de los llamados trastornos depresivos que de manera cada vez
más común se tratan con psicofármacos para suprimirlos o, por lo menos, moderarlos. La
depresión es un síntoma, pero no en el sentido freudiano ya que no constituye por sí un
retorno de lo reprimido. EL autor expresa que “Hay que diferenciar los síntomas
psiconeuróticos de los síntomas actuales que son un efecto directo (no puedo ser más preciso
en este lugar) de ciertas formas de vida: podríamos decir que en las neurosis constituyen el
índice o el aviso de que algo anda mal y hay que cambiarlo. En general se trata de situaciones
de diferente índole (sexual, laboral, social) que el sujeto se niega a afrontar y por lo tanto
elude resolver.” De aquí que Lacan define a la tristeza como una cobardía moral.

Se ve claramente que, como decisión terapéutica, es muy diferente proponerse suprimir el


síntoma con un medicamento para adaptarse a las condiciones de vida ya dadas, que
considerar el malestar de la depresión como índice y como impulso para rectificar la acción.
Esa diferencia en la perspectiva terapéutica se apoya en posiciones éticas muy distintas. Pero
esa diferencia no se cumple solamente en el proceso de la cura sino que proviene del
diagnóstico y del modo de entender el concepto de depresión. Los psicofármacos han

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ayudado mucho por ejemplo en casos de psicosis para el tratamiento, pero resulta decisivo
diferenciar la depresión en las psicosis de la depresión en las neurosis. Esta importancia,
postula el autor, viene ya que “cuando se definen los trastornos depresivos sólo a partir de la
descripción de las conductas e ignorando las distinciones entre estructuras neuróticas y
psicóticas, como lo hacen algunos sistemas psiquiátricos de diagnóstico (entre ellos el DSM
IV, en el que no existe tal distinción entre neurosis y psicosis), el resultado es una falsa
homogeneidad que ya no permite distinguir cuándo es prudente proponerse moderar el
síntoma con los efectos de los medicamentos u otros recursos, o bien cuándo se puede indicar
exclusivamente el recurso psicoterapéutico y sostener la apuesta, como lo hace un
psicoanálisis, de enfrentar al sujeto con su forma viciosa de vida, para decirlo de un modo
que destaque claramente el contenido moral del acto terapéutico”

· Lo normal y lo patológico

Canghilhem realiza intento de clasificación de las diferentes teorías de la enfermedad y


desarrolla esta cuestión de una manera sistemática. Distribuye las distintas concepciones
de la enfermedad fundamentalmente en dos vertientes: una que llama concepción
dinámica, otra que denomina ontológica. En la concepción dinámica la enfermedad es
considerada como la ruptura de un equilibrio, de una armonía. Canghilhem destaca otro
tipo de concepción que llama ontológica -para oponerla a la dinámica- donde el enfermar
está fundamentalmente referido al efecto de sustancias dañinas extrañas al cuerpo. Lo que
allí se hace valer es una oposición interior-exterior. Se trata de que el interior del
organismo pueda luchar contra los agentes patógenos, en especial los que provienen del
exterior. La curación, entonces, está concebida fundamentalmente con el modelo de la
expulsión: expeler esa sustancia portadora del mal. Si esta segunda concepción acentúa la
lucha contra el agente externo, la primera pone el acento en el equilibrio de los distintos
factores entre sí.

Las nociones Freudianas hacen referencia a la noción de conflicto y de equilibrio. En


esta perspectiva las circunstancias exteriores nunca están concebidas como causas, sólo
como desencadenantes, como ocasiones. Esta concepción -la llamada dinámica, la del
equilibrio, de la armonía- adquirió una versión cuantitativa a lo largo del siglo xix que se
convirtió en un dogma científico generalizado. Su contenido esencial enuncia la identidad
cualitativa entre los fenómenos normales y los patológicos a los que considera de la

15
misma naturaleza, son concebidos como esencialmente idénticos: la diferencia entre unos
y oíros es sólo cuantitativa.

Tanto la medicina como la psicología, y también el psicoanálisis, intentan desarrollarse


como prácticas científicas, pero esta aspiración a la cientificidad ha ocultado la dimensión
moral no sólo en la práctica sino en los conceptos mismos, de modo que, cuando se cree
que se está dando una definición científica de salud y de enfermedad, de normal y
patológico, en realidad se está dando una definición moral que corresponde a algún
sistema ético no explicitado, que permanece oculto. Las referencias éticas en ese caso
quedan inadvertidas.

· La diversidad de las éticas

La dimensión ética es una dimensión esencial en la práctica del psicoanálisis y, más en


general, de toda psicología y, especialmente, en el campo de las psicoterapias. Lacan dedico
tiempo a trabajar los problemas de la ética del psicoanálisis y a caracterizar las diferentes
posiciones éticas destacando la importancia de tener en cuenta la diversidad de las éticas que
se han sucedido en nuestra cultura.

Algunos de esos aportes:

El autor toma como ejemplo paradigmático una noción crucial desde los primeros textos de
Freud: la noción de principio del placer. El principio del placer funciona como el principio
máximo que rige el funcionamiento de ese aparato. Freud emprende el intento de convertirlo
en una noción científica y para ello lo enuncia como un principio de constancia definido en
términos cuantitativos: mantener el aparato en el nivel mínimo de energía. Utiliza para esto el
modelo de la termodinámica. Pero ¿De dónde surge esa hipótesis? ¿Por qué el principio del
placer ha de ser el principio máximo del funcionamiento del aparato psíquico?, ¿qué
fundamento tiene?. Antes de la definición de Fred el concepto de principio del placer
había sido formulado como el principio de un sistema ético que conocemos como ética
hedonista. Son las éticas hedonistas las que ubican el placer como meta, como objetivo, como
principio máximo que debe regir la conducta del sujeto. (No el placer en el sentido de la
búsqueda del goce desenfrenado, todo lo contrario, el placer, en la justa medida, la sabiduría
que evita los excesos.)

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Aquí podemos ver como Freud intenta traducir en términos científicos el sistema moral de la
ética hedonista. Pero la experiencia psicoanalítica terminó por mostrar que el placer no es el
principio máximo que rige el acontecer subjetivo, y Freud debió teorizar un más allá del
principio del placer, para tener en cuenta los fenómenos de la compulsión a la repetición que
la práctica de los psicoanálisis mostraba.

El autor subraya dos cuestiones: “La primera, que Freud no hubiera podido construir su
primera teoría del aparato psíquico si no hubieran preexistido a su obra las éticas hedonistas.
Y en segundo lugar, que la obra de Freud no va en el mismo sentido que estas éticas, sino en
un sentido inverso, de allí que se haya visto conducido justamente a formular un más allá del
principio del placer. Es decir que de ningún modo se puede afirmar que el sistema de Freud
es un sistema hedonista”

· La ética del psicoanálisis

Según Lacan. Si queremos enunciar de una manera simple cuál es la máxima que rige la ética
del psicoanálisis, Lacan la traduce simplemente por esta pregunta: "¿Has actuado conforme
al deseo que te habita?" Es decir, la fuente principal por la que se puede ser culpable es
haber cedido ante el deseo. Esto es lo que muestra la clínica psicoanalítica.

Freud tiene sus propias fórmulas para expresar esto. “Una de ellas es la del "advenimiento
consciente de lo inconsciente" como meta del análisis. El deseo que es el núcleo y la fuerza
originaria del sistema inconsciente debe asumirse conscientemente. Una segunda fórmula
freudiana en relación con el objetivo de la cura, es decir, lo que estamos calificando como la
ética del psicoanálisis, lo enuncia de una manera muy tajante: "anular las represiones". Se
trata de levantar las represiones que apartaron el deseo de la vía de la acción. Es una manera
absoluta de expresarlo; sabemos que la represión es un mecanismo constitutivo, estructural, y
por lo tanto ineliminable. Sin embargo, Freud recurre a esa fórmula y no sólo dice eliminar
las represiones, sino que dice "eliminar todas las represiones”

Estas fórmulas de Freud tienen la misma referencia que la recién mencionada de Lacan
cuando dice: no ceder ante el deseo, actuar según el deseo.

La renuncia pulsional y la inhibición consecuente de la represión es una cosa distinta de la


decisión consciente del sujeto después de levantada la represión- de renunciar a determinadas
satisfacciones pulsionales. Otra cuestión decisiva es señalar que la meta de la cura

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psicoanalítica está planteada de un modo tal que incluye la singularidad del sujeto y no hace
referencia a ningún modelo uniforme ni a ningún tipo ideal.

· Ética y psicopatología

En este último apartado el autor se refiere de manera breve a la ética de las diferentes
estructuras clínicas, neurosis, perversión y psicosis, y de los procesos de sexuación.
Utilizando el término patología de la ética. Ya que todas constituyen modalidades
subjetivas, es decir, posiciones diferenciales del sujeto en relación con el deseo y el goce,
el tipo de defensas, la fantasía y la realidad.

Resulta habitual reconocer este registro en la perversión porque, dado el lugar


preponderante que asume el goce en esta posición subjetiva, el perverso frecuentemente
transgrede las normas de la moral común. Sin embargo, la dimensión ética no está menos
presente en la neurosis que representa la posición inversa. “Tempranamente Freud
formuló que perversión y neurosis eran como el positivo y el negativo de una
fotografía. El neurótico se caracteriza por el rechazo del goce y, sobre todo, por su
negativa a ponerse al servicio del goce del Otro. El peligro ante el cual surge la angustia
como señal de alarma, iniciando así el proceso de la represión, no es en la teoría freudiana
un peligro proveniente de la realidad exterior sino de la exigencia pulsional que busca su
satisfacción. De este modo el neurótico se caracteriza, en cualquiera de sus formas,
histeria, obsesión o fobia, por sus inhibiciones y problemas con la acción. En vez de
hacerse responsable del ejercicio de su goce, elude las situaciones que implican
conflictos, según la definición freudiana, entre sus diferentes instancias subjetivas y entre
éstas y la realidad”.

En el perverso, en cambio, el deseo se presenta como voluntad de goce, experiencia que


el sujeto busca activamente y, sobre todo, orientado a la producción del goce en el Otro.
En sus distintas formas, exhibicionismo o voyeurismo, sadismo o masoquismo, en la
medida en que los límites al goce son más amplios, choca frecuentemente con las normas
de la moral y del derecho. Si bien no siempre se impone al otro contra su voluntad, \ a que
la habilidad perversa apunta a obtener el consentimiento del otro y la complicidad de su
deseo inconsciente.

La subjetividad psicótica se caracteriza, en oposición a la neurosis y la perversión, por


el rechazo de la represión y por la negativa a admitir un significante amo. En términos de
18
Lacan, por el rechazo del significante del nombre del padre. De este modo se ubica fuera
de la legalidad y plantea la delicada cuestión de la imputabilid

c. LAS NOSOGRAFÍAS: LA CLASIFICACIÓN DE LAS


PATOLOGÍAS MENTALES. La evolución de la nosografía
freudiana. La Psiquiatría Clásica: El paradigma de la
alienación mental: Pinel. El paradigma de las enfermedades
mentales: Emil Kraepelin. El paradigma de las estructuras
psicopatológicas: Bleuler. El Manual Diagnóstico y Estadístico
de los Trastornos Mentales [DSM].
Bibliografía:

Kraepelin, E. Lección XV: “Paranoia”. En: “Introducción a la


clínica psiquiátrica”. Madrid: Sánchez Calleja Fernández.
Este bien portado caballero de sesenta y dos años que llega ante nosotros con aire de
cortesana dignidad, bien cuidado el . largo bigote, calados los anteojos, no mal vestido,
aunque con cierta rareza· en el conjunto, nos produce la impresión de un hombre de
mundo.
comienza un discurso que no acaba nunca. En su juventud … llegó a establecerse en Quito,
logrando hacerse como comerciante de una pequeña fortuna. Vuelve… hace de esto 21
años, a su país natal, no sin perder sumas considerables en la liquidación de su negocio…
vivió de su capital, pasando su tiempo agradablemente en el bar, leyendo los diarios,
jugando al billar o yendo de paseo…se dedicaba a profundizar sobre toda una serie de
proyectos de los cuales esperaba sacar provecho y gloria… presentó a un jefe de oficina de
un ministerio un mapa, donde él había situado un montón de territorios deshabitados, cuya
ocupación iría en beneficio de Alemania… investigaba sobre la manera de aclimatar cacaos
y árboles de China en nuestras colonias… encontró un nuevo procedimiento de remachado
de vías férreas, con el que se suprimían las sacudidas del tren y se hacía imposible los
descarrilamientos… tenía ganado el derecho como para obtener muchas buenas
posiciones… pero siempre se le hacía una zancadilla… Arguyendo como razón que él no
quería rebajarse, terminaba poco a poco por comerse su fortuna… pero no se atormenta;
para un hombre de su valía, que habla tres lenguas, que conoce el mundo entero, no es
difícil encontrar un empleo digno de él…. Con el pretexto de darle un empleo se lo condujo
a un asilo para crónicos. hasta el día en que se dio cuenta de que no se le pagaba en razón
de los servicios que prestaba… fue entonces que con un falso pretexto, se lo condujo a la
clínica en la que se halla detenido –dice– contra toda justicia. He ahí, agrega con amargura
a modo de conclusión, la manera en que su patria le retribuye
Lo que primero nos llama la atención es su exaltado amor propio, alta. estimación en que
tiene sus servicios y dotes: también observamos que no poseé gran instrucción.
Al fin, haciendo con las manos un movimiento de enojo, se sale por la tangente con estás
palabras: ¿Qué quiere usted? ¡Las faldas!

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Nos va contando que una mujer á quien da el mote de la Bulldog, hija del cónsul inglés de
Quito, viene persiguiéndole hace veintitrés o veinticuatro años con proyectos de matrimonio,
y de otros modos y formas le pone obstáculos en su camino para reducirle á su capricho.
También ella es culpable de que le hayan traído al asilo . .. ¿Quién, si no?,. En todas partes
se encuentra con ella .. ¿Quién sino la Bulldog puede haber hecho los s.gt\j3rr-,s que tienen
sus botas y las manchas del traje?
El trastorno fundamental que se percibe en nuestro enfermo, en cuyo entendimiento,
memoria y continente nada de irregular puede advertirse: es, por una parte, sus idea;; de
persecución, Y por otra, la exagerada apreciación de sí mismo.

Lo que actúan sobre el estado del paciente las alucinaciones verdaderas. Cierto que en una
ocasión,. cuando Iba para su casa, observó qua detrás de una entreabierta ventana «un
voluntario• estaba apuntándole con el fusil, y que al mismo tiempo oyó una voz que le decia:
¿No ves que alguien va á disparar contra ti?
Las ideas de persecución hallan siempre su engranaje en sucesos ó cosas reales, pero
indiferentes, ambiguas, las cuales interpreta el enfermo é. su manera. como, por ejemplo,
los agujeros de sus botas, su conducción al asilo.
Claramente se destaca en sus contjeturas ilusorias la debilidad de su juicio
La misma falta de juicio la hallamos aI discutir la estimación qúe hace de si propio.

Esta enfermedad típica, en la cual lentamente van evolucionando ilusiones de haber sldo
perjudicado, y de super estimación, con independencia de todo trastorno emocional o
volitivo, que apenas se destaca la denominaremos de paranoia ó desequilibrio mental
Vemos en ella ediflcarse sobre cimiento de ilusiones roda una construcción ilusoria
conceptual del mundo en forma de sistema.. La enfermedad se orienta por una deterrninada
descentralización del punto de vista del enfermo sobre las cosas de la vida. Son primero
sospechas que van gradualmente convirtiéndose en certidumbre, en convicciones
invencibles¡ después las ilusiones enrádanse con las percepciones reales, con los sucesos
de la. vida concebidos de modo enfermizo, con los prejuicios
Es frecuente que la enfermedad no llegue .i diagnosticarse sino después de varios años de
curso, y por eso tales enfermos no suelen entrar en los manicomios tanto como talas
alienados y los que entran es casi siempre por razones especiales

El maestro sastre, de cuarenta. y dos años, que ahora os presento, es ejemplo de otra
forma da la enfermedad que estamos escribiendo.
La lucha de este enfermo ha sido encarnizada. Hacia siete años que es insolvente. Empezó
por pleitear con saña. contra el procurador de un importante acreedor suyo. Más adelante
cambió de residencia, y rio pudiendo ganarse la vida, pronto se llenó de deudas. Hace
cuatro años tuvo que marcharse de µna casa que por venta pasó á. otro dueño. El nuevo
propíetario, para resarcirse da los alquileres que nuestro enfermo le debía,. quiso quedarse
con parte del mobiliario, ya embargado por el Juzgado¡ pero aquél se opuso violentamente,
encerrando con toda tranq1Jiiidad al alguacil y a un acompañante, en lretantc que él Iba á
reclamar ante el juez. Acusado de detención ilegal, fue encarcelado.
Á consecuencia de esta interminable molestia ocasionada por nuestro enfermo en los
Centros oflciales, se le declaro desequilibrado mental, mas tambien protestó contra tal
dictamen, aprovechando todos los medios legales de defensa, y es por mandato del
Tribunal Supremo de apelación por lo que hoy se encuentra entre nosotros para ser
observado y juzgado definitivamente

20
Se trata del mismo hábito que consiste en encarar los hechos cotidianos a través de una
interpretación delirante; está presente el mismo empobrecimiento mental, primero poco
notorio, pero que lentamente avanza. En su conjunto es la misma subordinación de la
conducta al delirio, en tanto que la memoria y la actividad psíquica se hallan muy poco
modificadas. También en los dos enfermos se trata de estados incurables, como lo prueba
la marcha ulterior de la afección. Agreguemos que durante largos años los cambios que
sobrevinieron fueron insignificantes.
El delirio de querulancia representa entonces tan simplemente una variedad ligeramente
diferente de la paranoia.
La afección comúnmente comienza promediando la edad media de la vida, cuando el sujeto
viene de ser víctima de una injusticia imaginaria o a veces efectiva. Es en torno de ésta
última que se desarrolla todo el conjunto complejo y confuso de representaciones mentales
y de actos delirantes. Los querulantes no son siempre querellantes; fuera del delirio, se
comportan incluso frecuentemente como gente suave y tranquila. La insignificancia de las
causas extrínsecas prueba que la enfermedad, tal es así de la paranoia, abreva, en sus
más sólidas raíces, en un estado de predisposición mórbida. Representa un fenómeno
degenerativo; esta hipótesis se ve confirmada por la lentitud de su desarrollo, por la
cronicidad, la incurabilidad del mal, y la escasa importancia a las influencias objetivas que
la engendran.

Kraepelin, E. Lección III: “Demencia Precoz”. En: “Introducción


a la clínica psiquiátrica”. Madrid: Sánchez Calleja Fernández.
Kraepelin pone el énfasis en la demenciación, deterioro global y progresivo intelectual. En
la demencia precoz la desintegración de la personalidad evoluciona hacia un pensamiento
enmarañado, desordenado e impenetrable.
caso 1:hombre de 21 años, tranquilo, se sienta sin mostrar emoción y sin prestar atención a
nada pero consciente de lo que pasa a su alrededor.Comprende las preguntas que le
hacen, pero para que de una respuesta sensata hay que hablarle lentamente y repetir con
insistencia. se considera enfermo por la práctica del onanismo que practica desde los 10
años.Pecó contra el 6° mandamiento, siempre apático y malhumorado:es
hipocondríaco.Temiendo que se den cuenta de sus vicios y que lo ridiculice, terminó su
relación con los compañeros. en su rostro no hay reflejos de sentimientos íntimos. Tiene
alrededor de la boca y la nariz un ligero temblor y tendencia a hacer muecas.Ignora casi por
completo el nombre de las personas con quien vive y no le preocupa. Sobre eventos de
años pasados solo da información muy vaga, se declara dispuesto a quedarse en la clínica.
No está en condiciones de hacer ni emprender ningún trabajo. No siente la necesidad de
hablar, pero no le interesa y se imita a responder lo que se le pasa por la mente.Sus
movimientos son sin energía y sin vigor, no hay nada que lo trabe.Sus respuesta
demuestran una disminución de los sentimientos afectivos. Exento de temor, esperanza y
deseo, lo que ocurre a su alrededor no le afecta. La ausencia de reacción especial y
marcada todo estímulo, coincide con la conversación de la inteligencia y de la memoria.
Permanece desde hace semanas acostado y sentido cerca de su cama, como embotado,
no tiene movimientos, ni expresión; por intervalos ríe sin motivos de una manera particular.

21
Un día envió al médico un escrito sin orden, incoherente, incompleto, interrumpido por un
juego de palabras infantiles. La ausencia de afectividad coincide con una pérdida de juicio
muy especial. Se trata de un estado mórbido particular, degradación de la inteligencia y de
la afectividad. demencia precoz. La afectación evolucionó progresivamente. No podía
presentarse a exámenes orales, ya no podía estudiar mas, no dejaba de masturbarse.
Siempre fatigado, abatido, pedia un revolver y comia fósforos suecos para suicidarse. tiene
un modo característico y particular de dar la mano; cuando se da la mano abierta y
extendida el da la mano en forma rígida (fenómeno claro de la D.P).
caso 2: la demencia precoz comienza por una fase de depresión que puede confundirse
con un estado melancólico. Jornalero de 22 años con familia de buena salud. Semanas
antes tuvo un acceso de ansiedad, después se volvió como atontado; palabras confusas,
mirada fija, ideas poco inmutables, víctima de un muy vago delirio de persecución y de
culpabilidad. Capaz de resolver pequeños problemas de aritmética y de ejecutar algunas
órdenes poco complicadas, ignoraba el lugar donde se encontraba. De vez en cuando
hablaba solo, murmurando palabras inteligibles “esta es la guerra, Él no come nada, viva la
palabra de Dios”.Comprendía bien lo que se le pedía, se distrae fácilmente, no se
interesaba en nada, ningún deseo lo animaba. Permanencia costado, rostro sin expresión, a
veces se ponía de rodillas o pasearse lentamente. Sus movimientos mostraban cierta
incomodidad y falta total de iniciativa. Si uno levantaba los brazos delante de él, repetía los
movimientos :flexibilidad cérea. Tiene que ver con trastornos especiales de voluntad. En
un mes su estado mejoró, con modales más naturales, con la sensación de estar enfermo.
Dejó la clínica para retomar su trabajo. Traído de vuelta hace un año por acostarse delante
de un tren, cortarse el pie derecho y fracturarse un brazo. Ahora se muestra mas dueño de
si mismo, conoce mejor su entorno, no habla espontáneamente con nadie. Apático,
acostado, privado de toda reacción, rostro sin expresión. Atribuye su enfermedad a su
intento de suicidio, decía que un año antes su cerebro estaba quebrado y no era capaz de
pensar sin que los otros estuvieran al corriente de sus ideas. Hoy está en el mismo estado:
mira indiferente delante suyo, sin ver nada. Apenas levanta los ojos cuando se lo interroga y
es necesario interpelar con energía para obtener alguna respuesta. Sabe dónde está, qué
mes y año es y el nombre de los médicos. Resuelve un problema fácil, se cree el hijo del
emperador, “su cerebro está lastimado, su vena estalló”. Se pone en evidencia su
flexibilidad cérea. Es un estado patológico relacionado más con el juicio, ataca a la
emotividad y como consecuencia todas las manifestaciones voluntarias que están bajo su
dependencia. Ausencia de actividad intelectual, desapego a todas las cosas e imposibilidad
de librarse a todo acto espontáneo. Debilitamiento del juicio, ideas delirantes, alucinaciones
sensoriales frecuentes, pero con un desarrollo muy irregular. Podemos plantear como
regla que todos los estados de depresión con alucinaciones sensoriales, muy
marcadas al comienzo, o con delirios estúpidos, son en general la primera fase de la
DP. Si bien los estados de viva ansiedad o de gran depresión son susceptibles de abrir la
escena, la emotividad se diluye muy rápidamente, e incluso en ausencia de toda
manifestación exterior.
caso 3: cartero sabe donde se encuentra, se da cuenta de su situación y sus respuestas
son ordenadas y sensatas. No comprendía bien porque con frecuencia se le telefoneaba en
los oídos, fatigado de escuchar voces resuelve ahorcarse. Luego retorna a su trabajo y se
vuelve ansioso, perseguido por el temor de estar obligado a dar dinero falso y exponerse a
una condena a presión. Termina por no comer ni dormir, se hacía reproches, veía sobre el
techo una cabeza que al comienzo lo asustaba. Su tentativa de suicidio, su llegada a la
clínica, no le suscitó ninguna reflexión. Repite las palabras pronunciadas delante de él a

22
veces alterando las, permaneció casi constantemente acostado. Vio relámpagos, un cometa
brillante con larga cola. En los últimos días rechazó todo alimento. Cuando se lo invitaba a
escribir a su mujer, pretendía tener ocupaciones más importantes. Cuando se le solicitaba
que saque la lengua, abría grande la boca, pero enrollaba su lengua apoyando fuerte sobre
el velo de su paladar. Se volvía muy agresivo para con su entorno, sin ser capaz de
justificarse luego por lo sucedido. Desde lo somático hay una exageración muy marcada de
los reflejos rotulianos.
En los tres casos hay emotividad debilitada, ausencia de voluntad espontánea,
sugestionabilidad. Además las alucinaciones sensoriales confirma el diagnóstico de DP. L a
resistencia estupida del enfermo a la alimentación, a sacar la lengua, y escribir a su mujer.
Los estados de estupor que se manifiestan de tiempo en tiempo. Deviene incurable,
pronóstico grave, se puede preveer un estado de invencibilidad que afecta al enfermo. Han
perdido actividad e inteligencia, su emotividad está restringida, pero en las relaciones
diarias aún son capaces de conservar su antiguo lugar. Sus mejoras son solos
momentáneas y las recaídas toman su aspecto más serio.

Bleuler, E. "La Esquizofrenia". En: Historia de la Psiquiatría.

Kraepelin realizó primera clasificación universal de las enfermedades mentales.


Desarrollo las primeras categorías de psicosis maníaco depresiva y la demencia precoz
hoy conocida como esquizofrenia
Demencia precoz, término usado por kraepelin, para distinguir un conjunto de trastornos
caracterizado, por delirios, a una edad temprana. Crónico y deteriorantes.
Catatonia, demencia paranoide y hebefrenia.
Síndrome: cataplexia, mutismo, estupor, estereotipias.
Hebefrénia: esquizofrenia desorganizada.
Demencia precoz:
Kraepelin Diferencia la esquizofrenia de las psicosis orgánicas.
Psicosi orgánicas: Alzheimer. Alteraciones neuropatológicas.
Demencia precoz: alteraciones neuropatológicas no identificables.
Dentro de las demencias funcionales, Kraepelin distinguió, la demencia precoz de la
psicosis maniaco depresiva.
La psicosis maniaco depresiva tiene un curso intermitente y presenta síntomas afectivos
claros.
Síntomas:
Alteraciones del pensamiento (incoherencia, pérdida asociativa)
Alteración de la atención.
Alteraciones emocionales.(deterioro de la expresión emocional)
Negativismo (reducción de la actividad voluntaria)
Conductas estereotipadas.
Presencia de alucinaciones.

Bleuer:
Para Bleuler la anormalidad fundamental en la esquizofrenia, era, la fragmentación del
pensamiento.
Síntomas: Aplanamiento afectivo, pensamiento peculiar, y distorsionado, abulia, trastorno
atencional, indecisión personal.
23
Síntomas accesorios en la esquizofrenia: delirios y alucinaciones. Estos se consideran
accesorios por que pueden aparecer en otros trastornos, como en la psicosis maniaco
depresiva.
Bleuer va a decir que un grupo de psicosis se asemejan entre sí, por tener una
característica común, que es la discrepancia entre el contenido del pensamiento y el
correlato afectivo.

A modo de introducción.

Me interesa igualmente ponerles en guardia contra los peligros de una discusión sobre la
aplicación de la noción de demencia a la esquizofrenia

Tal discusión está condenada a seguir siendo estéril si cada cual no establece previamente
el sentido que da a la palabra «demencia».
No existe una sino varias demencias. Esta palabra tiene un significado más social que
patológico.
Kraepelin describió esta forma bajo el nombre de «VerblOdungpsychose» (psicosis
demencial), al que sustituyó enseguida por el de demencia precoz.
Fue una muestra del genio de Kraepelin determinar al mismo tiempo que el grupo de la
demencia precoz el de la psicosis maniaco-depresiva.
Porque precisamente esa oposición es lo que aclara plenamente la noción kraepeliniana de
demencia precoz y lo que permite determinar sus límites.
el obstáculo principal no residía en los hechos en sí mismos, sino en el nombre elegido para
designarlos.
Ya desde el principio, Kraepelin advirtió curaciones sociales de la psicosis descrita; sin
embargo, la palabra demencia sugería la idea de enfermedad absolutamente incurable, y
por eso se oía siempre repetir la muy superficial objeción de que en la mayoría de los casos
no se trataba de demencia ni de precocidad.
Con el fin de salir al paso a tal clase de objeciones, propuse el nombre de esquizofrenia.
Pero incluso tras este cambio de nombre se ha continuado, en muchos sitios, queriendo
separar los casos de evolución más benigna de los que finalizan en un estado definitivo de
deterioro y pretendiendo ver en los primeros una entidad clínica autónoma.
Kraepelin separó de la demencia precoz estos casos bajo el nombre de parafrenias.
La esquizofrenia se distingue de cualquier otra afección por las siguientes características:
En primer lugar, desde el punto de vista anatómico: en todos los casos severos de
esquizofrenia se constatan modificaciones anatomopatológicas en el cerebro,
modificaciones de un carácter suficientemente definido y que no se encuentran en absoluto
en las otras psicosis
La esquizofrenia es así no sólo una entidad clínica, sino al mismo tiempo una entidad
anatomopatológica. Los trastornos primarios de la percepción, de la orientación, de la
memoria y de la coordinación motora faltan por completo en la esquizofrenia.
la locura maniaco-depresiva y las neurosis, cuyos síntomas aparecen en los
esquizofrénicos; sin embargo, en éstos se acompañan de signos característicos de
disociación esquizofrénica.
El grupo de las esquizofrenias presenta particularidades muy definidas que permiten
distinguirlo de todas las demás enfermedades y que hacen de él una entidad autónoma.

24
En la esquizofrenia encontramos un trastorno particular de pensamiento caracterizado por
un relajamiento (Loke rung) de las asociaciones habituales.
otros trastornos, relacionados con la lógica y los conceptos, pueden deducirse de ese
relajamiento, tales como la insuficiencia del juicio, la imprecisión, la condensación de varios
conceptos en uno solo, etcétera
En la esfera afectiva constatamos un ostensible trastorno, que, en los casos graves, puede
ser tan acusado que durante años no se detecte la mínima manifestación de los afectos.
Los enfermos llevan una vida puramente vegetativa, incluso sin preocuparse de su propio
cuidado, de forma que hasta el instinto de conservación parece completamente abolido en
ellos.
En tales momentos, bien la afectividad es «rígida», adecuándose mal a las modificaciones
que se producen tanto en el ambiente como en el propio individuo, no poseyendo la
plasticidad necesaria, hasta el punto de que se podría hablar de una especie de
adiadococinesia afectiva; o bien nos encontramos en presencia de reacciones afectivas
insólitas y paradójicas (paratimia, paramimia).
Los trastornos de las asociaciones y de la vida afectiva, descritos anteriormente, así como
el autismo, no faltan en ningún caso grave de esquizofrenia. Creo que constituyen los
signos esenciales de esta enfermedad. Por esa razón les llamamos síntomas cardinales.
También existen síntomas accesorios. Éstos pueden estar tanto presentes como ausentes.
Casi nunca se los encontrará reunidos en el mismo enfermo por ejemplo, la sensación del
paciente de que sus pensamientos son bloqueados por una fuerza exterior, o, por el
contrario, «hechos» por enemigos, de que su voluntad sufre extrañas influencias, de que le
hipnotizan.
Manifiestan ideas delirantes incoherentes o presentan alucinaciones masivas.
La catalepsia, el estupor, la hipercinesia, las estereotipias, el negativismo, la ecopraxia, los
automatismos, en una palabra: los síntomas catatónicos se encuentran de forma
pronunciada casi únicamente en las esquizofrenias
El diagnóstico: Contrariamente a lo que suele opinarse, el concepto de esquizofrenia es tan
preciso como pueda serlo el de cualquier hecho observable en la naturaleza. No se deja
confundir con ninguna otra afección mental. Como mucho, tiene alguna relación con la
paranoia kraepeliniana.
Es evidente que las formas leves son las más difíciles de reconocer. Esta dificultad es aquí
tanto mayor en cuanto el carácter innato, observado en el individuo antes del supuesto inicio
de la enfermedad, presenta en germen los mismos rasgos esenciales que la esquizofrenia
manifiesta. A veces la observación saca a la luz incidentalmente la presencia de una idea
delirante o de alucinaciones en individuos que se comportan normalmente en la vida
cotidiana y que son considerados sanos por quienes les rodean. Designamos esos casos
con el nombre de esquizofrenia latente.
El diagnóstico de esquizofrenia no se hace posible hasta que la aparición de uno de los
síntomas indudables de esta psicosis no zanja definitivamente la cuestión.

25
Unidad 2. Introducción al pensamiento de Jacques
Lacan. Noción de estructura. Los tres registros: real,
simbólico e imaginario. Concepción de sujeto. Constitución del
yo. Necesidad, demanda y deseo. Goce y pulsión. El Otro.
Función paterna. El deseo como metonímico. Función fálica.
Bibliografía

Schejtman. La introducción a los tres registros de Lacan

Los 3 registros de Lacan


Sirven a Lacan para explicar la realidad humana. Son la macroestructura que sostiene toda
la obra lacaniana, si alguno de los 3 registros se “suelta”, el sujeto se desestabiliza.
El Estadio del Espejo y lo Imaginario:
Los seres humanos, en relación a otras especies, nacemos indefensos, incompletos, "no
listos" biológicamente. Al nacer, el niño tiene un dominio apenas parcial de sus funciones
motoras. ¿Cómo llega el niño a manejar su cuerpo?
Estadio del espejo es el nombre que Lacan da al fenómeno que se produce entre los 6 y los
18 meses de edad, cuando el “cachorro” humano reacciona con alborozo al contemplar su
imagen en el espejo.
Hasta ese punto, el cuerpo no es percibido más que como una serie de sensaciones
fragmentadas. Al ver su imagen en el espejo el niño adquiere la noción de completud de su
cuerpo. La imagen que da curso a la adquisición de la noción de completud puede ser una
imagen captada en un espejo o bien, la imagen de otro niño. La completud aparente abre la
posibilidad de un nuevo dominio del cuerpo.
Ahora bien, por este nuevo dominio de las funciones motoras se paga un precio. Al
identificarse con un "otro" no es entonces de extrañar que cuando el otro llore el niño llore
también, y cuando el otro posea algún objeto, el niño también lo quiera. Lacan utiliza el
término "lo imaginario" para referirse al registro en que tiene lugar esta identificación.
Resulta importante aclarar que esta completud aparente del cuerpo da lugar a la formación
del Yo. El Yo se construye, entonces, a partir de una imagen externa, lo cual implica que la
identidad nos es dada desde afuera. El yo se precipita a partir de una identificación
imaginaria.
Lo simbólico:
En su minuciosa relectura de la obra freudiana, Lacan encuentra firmes referencias a la
importancia del lenguaje en la constitución del psiquismo, divisa que el inconsciente opera
con estructuras y reglas análogas a las del lenguaje. Lacan relaciona operaciones
lingüísticas como la metáfora y la metonimia con los mecanismos señalados por Freud en el
trabajo que realiza el inconsciente en la producción de los sueños y los síntomas. Es
entonces cuando postula una de sus tantas frases famosas:
"El inconsciente está estructurado como un lenguaje."
El signo, noción básica del lenguaje, está conformado por dos elementos: significante y
significado. Siendo el significante la referencia y el significado lo referido. El significante
puede ser una imagen visual (un gesto) o una imagen acústica (una palabra) que
supuestamente remite a un concepto (significado).

26
El signo es a la vez señal y ausencia. Si bien representa al significado, marca que el mismo
está ausente.
Si, con el estadio del espejo, Lacan había subrayado la identificación imaginaria, a partir de
la década del '50 empieza a examinar el registro simbólico. El niño, capturado por una
identificación imaginaria, asumirá también como factores identificatorios los significantes
pronunciados por sus padres.
Ejemplo: la madre alza al niño frente al espejo y, al mismo tiempo que lo confronta con la
imagen, le dice "sos igual a tu papá" o "tenés los ojos de tu hermano". Estos
pronunciamientos simbólicos van ligando la imagen con un universo de representaciones
lingüísticas.
La madre podrá decirle al niño: "qué malo que sos" o "sos un santo". La identidad del niño
terminará dependiendo de cómo asuma las palabras de sus padres.
La relación del sujeto humano con sí mismo continúa construyéndose desde afuera. El
sujeto humano aprende quién es a partir de lo que otros le dicen. Lo imaginario será
entonces estructurado por el lenguaje.
No se trata de que el niño decida conscientemente parecerse a un familiar. Sencillamente
incorporará las palabras que oye, generará su identidad en base a ellas, operando lo
simbólico desde lo inconsciente.
En un desarrollo normal, la identificación simbólica impide que el sujeto quede atrapado en
el mundo imaginario.
Lo real:
En 1953, Lacan añade a sus formulaciones la categoría de lo Real. Lo Real es aquello que
escapa a la significación, lo que está fuera del orden simbólico.
Lo Real en Lacan no tiene nada que ver con lo que en lenguaje corriente referimos con la
palabra realidad. En todo caso, lo Real sería justamente aquello que está excluido de la
realidad, lo que carece de sentido, la dimensión de lo que no encaja, de lo que no podemos
situar.
Lo que normalmente llamamos realidad sería el resultado de una especie de
entrecruzamiento entre lo simbólico y lo imaginario.
Las formulaciones del objeto a:
La primer versión del objeto a es entonces el objeto perdido freudiano. Un objeto que falta al
ser hablante, en verdad, desde siempre. Uno que, de haberlo, proveería la posibilidad de
una satisfacción que, propiamente, está vedada al humano, muy precisamente, por habitar
el lenguaje.
La necesidad primordial animal instintual está perdida por habitar el lenguaje. El sujeto
parlante reconoce que tiene hambre, pero no sabe que comer, se complica la acción y la
respuesta, la relación directa con la satisfacción primitiva.
Una segunda versión del objeto a es referida por Lacan en estos términos: el agujero mismo
que queda para el ser hablante en el lugar del objeto perdido freudiano.

D’Angelo, R.; Carbajal, E. y otros. (2012) Una introducción a


Lacan. Buenos Aires: Lugar Editorial.

27
EL SUJETO

Para delimitar la concepción de sujeto es pertinente tener en cuenta uno de sus textos “la
subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”.

El sujeto subvertido es el sujeto de la concepción clásica, ceñida por el campo de la filosofía,


la cual parte de la presuposición del sujeto y objeto no construidos, sino dados ya que el
sujeto quiere conocer y el objeto quiere ser conocido por ende la relación sujeto-objeto
preexiste, no aparece construida sino descripta. El planteo del sujeto es ir en busca del objeto,
el objeto es arrastrado hacia el sujeto aunque el objeto no pasa en su totalidad al campo del
sujeto sino que lo que queda en el sujeto es lo que se llama la representación. En tanto la
representación es lo que el sujeto puede representarse del objeto. Se plantea que la verdad es
el encuentro entre sujeto y objeto, aunque hay algo que diferencia la representación del
animal y del hombre. El animal no se plantea la cuestión de la verdad, el hombre sí.

¿ Qué es lo que interfiere en el encuentro con el objeto?. Plantea que hay algo que diferencia
la representación entre un animal y el hombre. Este último se encuentra atravesado por
lenguaje, es lo que lo diferencia del animal.

La representación media entre el sujeto y el objeto; si el acento cae sobre el objeto se


despliega una teoría realista que consiste en la identificación de la representación con el
referente de manera tal que signo queda conceptualizado como el nombre de la cosa. En la
posición opuesta, el nominalismo, acentúa la representación en el sujeto lo cual significa
construir un significado de manera tal que el signo se transforma.

EL SIGNO

Saussure plantea que los signos son la combinación de un concepto y una imagen acústica. La
imagen acústica no es el sonido material sino su huella psíquica. El signo es una entidad
psíquica de dos caras unidas

Concepto= significado

Imagen acústica= significante

Saussure habla de dos masas amorfas que forman cada una un continuo y que son la masa de
las ideas y de los sonidos. Lacan hace una reflexión de este dibujo, en principio, la elipse
representa lo cerrado del signo, la unión indisoluble, como si fueran las dos caras de un
mismo papel, entre el significado y el significante. Las dos flechas aluden a la implicación
recíproca entre ambos. La línea horizontal adquiere valor de vínculo

Lacan hace una crítica y reformula esta teoría saussureana, por ende pasa de la lingüística al
psicoanálisis planteando que el lenguaje no está compuesto de signos sino más bien de
significantes, por eso ubica el significante por sobre el significado, la barra no implica unión
sino resistencia. Por ende la unidad del lenguaje no es el signo sino la cadena significante.

EL SIGNIFICANTE Y LA LETRA

28
Lacan articula su reflexión sobre el significante interrogando al signo saussureano.
Anteriormente se dijo que según la teoría del lenguaje será la teoría del sujeto, por ende es
importante hacer una distinción entre letra y significante para entender de qué sujeto se trata
en Lacan.

En el esquema podemos observar la “S” siendo el significante y la “s” significado. El autor


nombra a esta notación, algoritmo. En este esquema se observa una inversión de los términos
y la desaparición del paralelismo y aparece S y s señalando una primacía del significante ,
también desaparece la elipse que marcaba la unidad del signo y la relación positiva que
Saussure llamaba significación. La barra, según Lacan ya no indica relación sino una
separación de dos órdenes diferentes, precipita una resistencia que confirma la ruptura del
signo. También se pierde la biunivocidad designadas por las flechas.

A partir de un esquema ejemplificador Lacan muestra los elementos que sobrevienen a la


destrucción del signo y qué función cumplen

En el piso de arriba lacan plantea una diferencia, que es la característica fundamental del
significante. En Saussure se hubiese sostenido la teoría de relación positiva entre significado-
significante, lo que daría por resultado la constitución de dos signos diferentes (baño de
mujer y baño de hombre, por ende un signo de silueta de mujer y otro signo de silueta de
hombre). En cambio lo que Lacan plantea es una diferencia dada por el significante ya que la
característica fundamental está por encima de la barra, es decir que la diferencia del piso
inferior es producida por el significante que está arriba.

Este esquema trata de baños, por ende también se trata de prohibiciones, una ley de
segregación urinaria, por lo que esta ley no podría hacer su entrada en lo indiferenciado si no
hubiese significantes que establezcan la diferencia. En síntesis:

-En el lugar del significante se establece una diferencia

-esta diferencia produce un corte en lo real

-El significante hace entrada en el campo del significado.

Entonces partir de la diferencia que instituye el significante en lo indiferenciado los sujetos


hablantes encontrarán su lugar. Es evidente que el significante no será más la otra cara del
signo sino una operación en la que se articula una ley.

Lacan no hablara de una significación en términos de relación positiva entre significado y


significante sino que hablará una significancia en términos de articulación entre significantes
que producirán efectos de significado.

En psicoanálisis la letra es el efecto de transposición de la barra en la producción de sentido.


El significante se escucha y el significado se lee.

V. El sujeto y significante
La relación del sujeto con el significante reducida al observable del hecho lingüístico.

29
El significante y significado se deslizan pero no curre en un solo punto. El punto de partida
ubica a un viviente que parte desde la necesidad. Antes de encontrarse con el objeto debe
pedirlo, una vez pedido ¿es posible encontrarlo?
No va directamente al objeto si no que tiene que hacerse entender.
Suponiendo que el sujeto de la necesidad tuviera una intencionalidad lingüística debería
tomar del código de los significantes y las reglas con las cuales componer su mensaje. La
dimensión sincrónica, lo que quiere decir, que en cada acto de palabra está presente toda la
batería significante y las leyes de su empleo. Pero el mensaje supone una dimensión
temporal -diacrónica-.
El sujeto de necesidad va en busca del objeto de su satisfacción pero debe pedirlo, es ahí
donde encuentra como obstáculo el lenguaje, para alcanzar al objeto. Porque lo desvia del
objeto mediante el mensaje producido ( pedido).
Lacan reemplaza código por "tesoro del significante", Lugar desde donde parte el mensaje,
se dirige el mensaje y donde es sancionado como tal- leído-. Antes hablábamos de un
interlocutor, ahora se trata del lugar donde el sujeto se encuentra con el tesoro del
significante, como lugar de la sanción. También cambiara mensaje por significado del otro,
puesto que ahora la cuestion es como el Otro sanciona un decir retroactivamente.
Las necesidades son afectadas anticipadamente por el significante.
El sujeto de necesidad ha sido anulado en su intencionalidad por el poder de la sanción del
otro.
El lenguaje lo preexiste al sujeto.

VI. El Otro
El otro es quien sanciona el mensaje. Es el lugar donde el decir es leído y sancionados
como dicho, es un sitio para destacar que no es un lugar espacial, de aquí se desprende
que es el tesoro del significante y las reglas de su empleo.
El otro no es el interlocutor sino el lugar evocado en el recurso a la palabra, aludiendo al
habla en el sentido saussurea. El otro es el compañero de lenguaje.
El experiencia de satisfacción se plantea que el organismo humano es incapaz al principio
de realizar por sí solo acciones específicas tendientes a lograr el retorno al equilibrio de
cantidad ante las cargas solamente puede recorrer la vía de la alteración interior (grito,
expresión de las emociones) este modo de descarga ineficaz es sancionado como mensaje
por el asistente, quien con su ayuda remite realizar la acción específica. La vía de descarga
adquiere la función secundaria del entendimiento- de la comunicación-. La función de la
comunicación es un efecto del encuentro con el otro. Se depende de alguien- que diga que
el sujeto dice-función que no podría cumplir si no estuviera soportado por el lenguaje.
Nos lleva al Otro de la primera de pendencia: la madre, es quien primordialmente encarna al
Otro. Que es en la madre como función donde el sujeto se encuentra con el significante- de
ahí que se hable de Lengua Materna-, no con el código de la madre sino con el lugar del
otro que la madre encarna. Esto demuestra qué lenguaje siempre viene del otro. El sujeto
más que con la madre se encuentra con el significante en la madre. En tanto, ella encarna
al otro el sujeto puede tener la ilusión de una relación intersubjetiva, cuando en verdad se
encuentra con la radical alteridad del significante.
" El inconsciente es el discurso del Otro". Ese discurso es el que instaura en el sujeto ese
lugar Otro que es el inconciente.
Dijimos que el Otro es el tesoro del significante, ahora decimos, que es lo inconciente y las
leyes del inconciente son las leyes del significante,o sea su articulación.

30
La función del Otro determina la posición del sujeto dentro de la Cadena de las
generaciones, lo que evoca la Función Paterna con todo lo del orden de interdicción que
supone. No habria posibilidad de ubicarse generacionalmente si no fuese en una
articulación significante, sería imposible ser hijo de un padre fuera del campo del lenguaje.

VII. Necesidad, Demanda y Deseo


Para Lacan el significante implica que no hay nunca una significación completa, podría
decirse que para el hablante siempre falta un significante. Para poder significarlo todo no
hablamos de un significado total sino simplemente que en el dicho, siempre algo escapa a
la significación. El significante nunca podrá alcanzar al objeto. A partir del descubrimiento de
la castración en la madre el falo se convierte en la razón del deseo.
Distinguimos en primer lugar la necesidad animal, ésta implica un organismo una relación
directa con su objeto. Para el hablante esta relación aparece perturbada puesto que la
necesidad de pasar por el molino de las palabras. El sujeto signado por la necesidad en su
camino hacia el objeto se encontrará con el lenguaje. Estará obligado a pedir, a demandar.
Toda demanda implica lenguaje, puesto que los objetos con los que el otro responde son
objetos de la cultura.
Puesto que la demanda es una articulación significante, el sujeto queda a merced del poder
de la lectura del otro. El objeto como objeto de la necesidad se enajena.
La diferencia entre la demanda y necesidad da por el resultado del deseo que tiene su
causa en el objeto. Este objeto es la causa del deseo, la causa perdida.
Tanto el demandante como el demandado -el Otro- por sus sujeción a la demanda se
encuentran confrontados con la falta:
1. El primero, por lo que pierde al tener que hacer pasar su necesidad por el desfiladero del
significante.
2. El segundo, porque más allá de la demanda tendría que responder al deseo el que
demanda apela a la incondicionalidad del otro -pedido de amor- a que no esté condicionado
por ninguna ley. El pedido de amor aparece ligado al narcisismo y encubriendo la falta.
Las respuestas son el amor y el rechazo a la demanda. Para que se despliegue el campo
del amor se necesita una falta. El don del amor es un signo de amor, aquello que representa
algo para alguien.
Aún cuando el lugar del otro esté encarnado por otro sujeto, nunca puede haber
verdaderamente intersubjetividad (relación entre sujetos) ya que ambos sujetos no pueden
ser tales sin estar referidos al otro.
Si alguien pide algo en términos de signo, del significado recubriría absolutamente al
referente; en cambio, porque hay significante, aunque el demandado entendiera el pedido,
se abre un espacio de falta más allá del referente.
Del lado del sujeto, la pérdida del objeto lo define como sujeto deseante. Esto es así, en
tanto si la pérdida es efecto del significante este efecto también produce al sujeto.
La preexistencia lógica del lenguaje, hace que no pueda ser pensado como instrumento
donde el sujeto se defina como intencional. El lenguaje no está hecho a la medida de las
intenciones del sujeto. Por el contrario, el sujeto esta sujetado al significante.

31
Unidad 3 Las Psicosis
a. DSM IV: Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.
Descripción clínica. Semiología. Criterios.

López-Ibor Aliño, J. (1995) DSM-IV-TR. Manual diagnóstico y


estadístico de los trastornos mentales. Barcelona: MASSON.

Criterios para el diagnóstico de Esquizofrenia

A. Síntomas característicos: Dos (o más) de los siguientes, cada uno de ellos presente
durante una parte significativa de un período de 1 mes (o menos si ha sido tratado con
éxito):

1. ideas delirantes

2. alucinaciones

3. lenguaje desorganizado (p. ej., descarrilamiento frecuente o incoherencia)

4. comportamiento catatónico o gravemente desorganizado

5. síntomas negativos, por ejemplo, aplanamiento afectivo, alogia o abulia

Nota: Sólo se requiere un síntoma del Criterio A si las ideas delirantes son extrañas, o si las
ideas delirantes consisten en una voz que comenta continuamente los pensamientos o el
comportamiento del sujeto, o si dos o más voces conversan entre ellas.

B. Disfunción social/laboral: Durante una parte singnificativa del tiempo desde el inicio de
la alteración, una o más áreas importantes de actividad, como son el trabajo, las relaciones
interpersonales o el cuidado de uno mismo, están claramente por debajo del nivel previo al
inicio del trastorno (o, cuando el inicio es en la infancia o adolescencia, fracaso en cuanto a
alcanzar el nivel esperable de rendimiento interpersonal, académico o laboral).

C. Duración: Persisten signos continuos de la alteración durante al menos 6 meses.

Este período de 6 meses debe incluir al menos 1 mes de síntomas que cumplan el Criterio
A (o menos si se ha tratado con éxito) y puede incluir los períodos de síntomas prodrómicos
y residuales. Durante estos períodos prodrómicos o residuales, los signos de la alteración
pueden manifestarse sólo por síntomas negativos o por dos o más síntomas de la lista del
Criterio A, presentes de forma atenuada (p. ej., creencias raras, experiencias perceptivas no
habituales).

D. Exclusión de los trastornos esquizoafectivo y del estado de ánimo: El trastorno

esquizoafectivo y el trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos se han


descartado debido a:

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1) no ha habido ningún episodio depresivo mayor, maníaco o mixto concurrente con los
síntomas de la fase activa; o 2) si los episodios de alteración anímica han aparecido durante
los síntomas de la fase activa, su duración total ha sido breve en relación con la duración de
los períodos activo y residual.

E. Exclusión de consumo de sustancias y de enfermedad médica: El trastorno no es


debido a los efectos fisiológicos directos de alguna sustancia (p. ej., una droga de abuso, un
medicamento) o de una enfermedad médica.

F. Relación con un trastorno generalizado del desarrollo: Si hay historia de trastorno


autista o de otro trastorno generalizado del desarrollo, el diagnóstico adicional de
esquizofrenia sólo se realizará si las ideas delirantes o las alucinaciones también se
mantienen durante al menos 1 mes (o menos si se han tratado con éxito).

Criterios para el diagnóstico de Tipo paranoide de esquizofrenia

Un tipo de esquizofrenia en el que se cumplen los siguientes criterios:

A. Preocupación por una o más ideas delirantes o alucinaciones auditivas frecuentes.

B. No hay lenguaje desorganizado, ni comportamiento catatónico o desorganizado, ni


afectividad aplanada o inapropiada.

Criterios para el diagnóstico de Tipo desorganizado de esquizofrenia

Un tipo de esquizofrenia en el que se cumplen los siguientes criterios:

A. Predominan:

1. lenguaje desorganizado

2. comportamiento desorganizado

3. afectividad aplanada o inapropiada

B. No se cumplen los criterios para el tipo catatónico.

Criterios para el diagnóstico de Tipo catatónico de esquizofrenia

Un tipo de esquizofrenia en el que el cuadro clínico está dominado por al menos dos de los
siguientes síntomas:

1. inmovilidad motora manifestada por catalepsia (incluida la flexibilidad cérea) o estupor.

2. actividad motora excesiva (que aparentemente carece de propósito y no está influida por
estímulos externos).

3. negativismo extremo (resistencia aparentemente inmotivada a todas las órdenes o


mantenimiento de una postura rígida en contra de los intentos de ser movido) o mutismo.

4. peculiaridades del movimiento voluntario manifestadas por la adopción de posturas


extrañas (adopción voluntaria de posturas raras o inapropiadas), movimientos
estereotipados, manierismos marcados o muecas llamativas.

5. ecolalia o ecopraxia.

33
Criterios para el diagnóstico de Tipo indiferenciado de esquizofrenia

Un tipo de esquizofrenia en que están presentes los síntomas del Criterio A, pero que no
cumple los criterios para el tipo paranoide, desorganizado o catatónico.

Criterios para el diagnóstico de Tipo residual de esquizofrenia.

Un tipo de esquizofrenia en el que se cumplen los siguientes criterios:

A. Ausencia de ideas delirantes, alucinaciones, lenguaje desorganizado y comportamiento


catatónico o gravemente desorganizado.

B. Hay manifestaciones continuas de la alteración, como lo indica la presencia de síntomas


negativos o de dos o más síntomas de los enumerados en el Criterio A para la
esquizofrenia, presentes de una forma atenuada (p. ej., creencias raras, experiencias
perceptivas no habituales).

Criterios para el diagnóstico de Trastorno esquizoafectivo

A. Un período continuo de enfermedad durante el que se presenta en algún momento un


episodio depresivo mayor, maníaco o mixto, simultáneamente con síntomas que cumplen el
Criterio A para la esquizofrenia.

B. Durante el mismo período de enfermedad ha habido ideas delirantes o alucinaciones


durante al menos 2 semanas en ausencia de síntomas afectivos acusados.

C. Los síntomas que cumplen los criterios para un episodio de alteración del estado de
ánimo están presentes durante una parte sustancial del total de la duración de las fases
activa y residual de la enfermedad.

D. La alteración no es debida a los efectos fisiológicos directos de alguna sustancia (p. ej.,
una droga de abuso o un medicamento) o a enfermedad médica.

Criterios para el diagnóstico de Trastorno delirante

A. Ideas delirantes no extrañas (p. ej., que implican situaciones que ocurren en la vida real,
como ser seguido, envenenado, infectado, amado a distancia o engañado por el cónyuge o
amante, o tener una enfermedad) de por lo menos 1 mes de duración.

B. Nunca se ha cumplido el Criterio A para la esquizofrenia.

Nota: En el trastorno delirante puede haber alucinaciones táctiles u olfatorias si están


relacionadas con el tema delirante.

C. Excepto por el impacto directo de las ideas delirantes o sus ramificaciones, la actividad
psicosocial no está deteriorada de forma significativa y el comportamiento no es raro ni
extraño.

D. Si se han producido episodios afectivos simultáneamente a las ideas delirantes, su


duración total ha sido breve en relación con la duración de los períodos delirantes.

E. La alteración no es debida a los efectos fisiológicos directos de alguna sustancia (p. ej.,
una droga o un medicamento) o a enfermedad médica. Especificar tipo (se asignan en base
al tema delirante que predomine):

34
Tipo erotomaníaco: ideas delirantes de que otra persona, en general de un status
superior, está enamorada del sujeto.

Tipo de grandiosidad: ideas delirantes de exagerado valor, poder, conocimientos,


identidad, o relación especial con una divinidad o una persona famosa.

Tipo celotípico: ideas delirantes de que el compañero sexual es infiel.

Tipo persecutorio: ideas delirantes de que la persona (o alguien próximo a ella) está
siendo perjudicada de alguna forma.

Tipo somático: ideas delirantes de que la persona tiene algún defecto físico o una
enfermedad médica.

Tipo mixto: ideas delirantes características de más de uno de los tipos anteriores, pero sin
predominio de ningún tema.

Tipo no especificado.

b. LA CONCEPCIÓN DE LAS PSICOSIS DESDE FREUD. La


constitución del concepto freudiano de Psicosis. La Psicosis
como una neuropsicosis de defensa. El historial de Paul
Schreber. Las fijaciones en el autoerotismo y narcisismo. La
pérdida de realidad y el delirio y la alucinación concebidos
como intento de curación. La Psicosis en la Segunda Tópica.
Bibliografía

FICHA DE CÁTEDRA. “Las neuropsicosis de defensa” – 1894


– S. Freud
Freud plantea que la formación del síntoma en la histeria supone una escisión de la
conciencia, donde se forman grupos psíquicos separados. Luego diferencia 3 tipos de
histeria: hipnoide, de retención y de defensa, centrándose en esta última.

Luego explica que, en sus analizados, observa una buena salud psíquica de los
pacientes, hasta el momento en que “sobrevino un caso de inconciliabilidad en su vida de
representaciones”. Esto quiere decir, que alguna determinada vivencia que al sujeto le
resulta demasiado “penosa”, el mismo prefiere olvidarla, sofocarla. Enuncia que en el sexo
femenino, particularmente, estas vivencias son generalmente de índole sexual.

Menciona que este hecho, el de no querer pensar en esa sensación, no es


patológico hasta donde él sabe. Si está seguro que, cuando esto no se logra, lleva a
diversas reacciones patológicas, que provocan una histeria, o una representación obsesiva,
o una psicosis alucinatoria.

35
Todos los síntomas neuróticos se dan cuando se divorcia la carga de afecto de una
representación psíquica. El problema se da porque esa suma de excitación tiene que
aplicarse a otro empleo, tiene que dirigirse a algún lugar.

IMPORTANTE: Entonces, en la histeria, el modo que encuentra el yo de volver


inocua la representación inconciliable es trasponer a lo corporal la suma de excitación, que
es a lo que Freud llama conversión. La misma puede ser total o parcial, y sobrevendrá en
aquella inervación motriz o sensorial que tenga que ver con la vivencia traumática. Freud
planteará entonces que esa vivencia constituye el núcleo para que se genere la escisión
histérica.

Lo que propone el autor, a partir del método catártico de Breuer, es que mediante el
habla se pueda volver a guiar la excitación de lo corporal a lo psíquico. De esta manera,
mediante el trabajo de pensamiento, se podría descargar la excitación mediante el habla.

Lo característico de la histeria, más que la escisión de la conciencia, es la “aptitud


para la conversión”.

Freud luego, en el apartado II, explica que si la persona no tiene capacidad


convertidora, pero a la vez utiliza el mecanismo de “divorcio” entre el afecto y la
representación, ese afecto quedará en el ámbito psíquico, pero esta vez se adhiere a otras
representaciones, las cuales en sí mismas no son inconciliables. A causa de este “falso
enlace”, devienen representaciones obsesivas.

El autor aclara que, según lo que ha hallado él en la clínica, estas representaciones


inconciliables y penosas son siempre sexuales. Como estas no se deben recordar, el sujeto
vuelca esa angustia liberada sobre las fobias primarias comunes del ser humano (animales,
oscuridad, tormenta) o sobre cosas que tengan que ver de alguna manera con lo sexual
(orinar, defecación, ensuciarse, el contagio en general). A este proceso lo llama
“transporte”. Luego, veremos que más adelante le dirá “sustitución”.

En el apartado III, Freud procede a explicar cuál es el mecanismo de defensa en la


psicosis alucinatoria. Dice que esta modalidad es mucho más enérgica y exitosa que las
anteriormente mencionadas, y consiste en que el yo desestima la representación
insoportable junto con su afecto, para de esta manera comportarse como si la
representación nunca hubiera sido padecida por el sujeto. Cuando la persona logra esto, se
ve envuelta en lo que él denomina “confusión alucinatoria”.

“El yo se ha defendido de la representación insoportable mediante el refugio en la


psicosis”. El yo se aparta de la representación, pero la misma queda entramada, sujeta a un
fragmento de la realidad objetiva. Al mismo tiempo, el yo se deshace a su vez, total o
parcialmente, de la realidad objetiva. Si la defensa es exitosa, la persona cae en una
confusión alucinatoria.

Guía de preguntas:

1. ¿En qué consiste el mecanismo de conversión según Freud?

2. ¿Cuál es el núcleo que genera la escisión histérica? ¿Por qué se produce?

3. ¿Por qué sería útil el método catártico para tratar la histeria?

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4. ¿Qué significa “falso enlace”?

5. ¿Por qué la defensa del psicótico Freud considera que es exitosa?

Freud, S. (1894) Las Neuropsicosis de defensa. Obras


completas. Tomo III. Buenos Aires: Amorrortu editores.

Neuropsicosis de defensa(1894).

Modificación de la teoría de la histeria(“sobre el mecanismo…) para explicar el mecanismo


de la defensa. Freud enuncia la siguiente hipótesis auxiliar: en las funciones psíquicas cabe
distinguir algo (un monto de afecto,una suma de excitación) que tiene todas las propiedades
de una cantidad(aunque no poseamos medio alguno para medirla); algo que es susceptible
de aumento,disminución, desplazamiento, descarga, y se difunde por las huellas mnémicas
de las representaciones como lo haría una carga eléctrica por la superficie de los
cuerpos(teoría energética). Por lo tanto, esta hipótesis supone una separación inicial entre
la representación y el monto de afecto,condición para que sean posibles el desplazamiento
y la sustitución en las neurosis. El afecto no está soldado a las representaciones,sino que
es susceptible de movimiento.
La psiconeurosis son cuadros neuróticos que se sostienen en el mecanismo psíquico de la
defensa. Entre ellas distinguimos a la histeria de defensa/conversión, la neurosis
obsesiva/fobias y la psicosis alucinatorias. Se caracterizan entre otras cosas, por una
escisión de conciencia con la formación de dos grupos psíquicos separados.
Origen escisión de conciencia:
-Según Janet: la escisión de conciencia es el rasgo primario de la histeria. El postula que la
histeria está basada en un estrechamiento del “campo de conciencia” y en una endeblez
mental. La relaciona con una degeneración hereditaria.
-Breuer: histeria hipnoide: la condición de la histeria es el advenimiento de estados
hipnoides. Son estados de conciencia oníricos (estados anormales de conciencia) en donde
la facultad asociativa está limitada. Aquí la escisión de conciencia es secundaria, adquirida.
Se produce en virtud de que las representaciones que afloran están separadas del comercio
asociativo con el resto del contenido de conciencia. Todas las representaciones que
aparezcan en ese momento pasan a formar parte del segundo grupo psíquico.
-Freud: la escisión de conciencia es consecuencia de una acto voluntario del enfermo, no
porque se lo proponga, sino más bien sus intenciones son otras que al no poder cumplirlas
se genera la escisión.
Ahora bien, el estallido de la histeria o de una neurosis obsesiva se debe a un conflicto
psíquico: en una momento dado aparece una representación
inconciliable(desagradable)sexual que provoca un conflicto con el resto de las
representaciones que forman al yo y pone en movimiento a la defensa(=esfuerzo al
desalojo). Se trata de una vivencia que despierta un afecto tan penoso que la persona
decide olvidarla, no pudiendo solucionar la contradicción que le opone esa representación.

37
El “yo defensor” trata como no acontecida la representación inconciliable, pero como no
puede extirpar la representación y el afecto de la conciencia, la defensa separa la
representación de su afecto, transforma la representación intensa( inconciliable) en una
débil, arrancándole el afecto que tiene que ser aplicado a otro empleo. De esta manera, el
yo queda exento de contradicción, pero carga con un símbolo mnémico. Es decir el
producto de la defensa es el síntoma que funciona como un sustituto de la representación
sexual reprimida. La sustitución se produce a partir del desplazamiento del monto de afecto.
En la histeria el afecto se transpone a lo corporal: conversión histérica: se desplaza por una
vía falsa al cuerpo, una inervación motriz(síntoma) que mantiene un nexo asociativo con la
representación reprimida. El metodo catartico consiste en volver a guiar la excitación de lo
corporal a lo psíquico, para equilibrar la contradicción mediante un trabajo de pensamiento y
descarga la excitación por medio del habla.Por lo tanto, el factor característico de la histeria
NO es la escisión de conciencia, ni una predisposición hereditaria,sino la aptitud para
conversión.
En el caso de las neurosis obsesivas/fobias el mecanismo de defensa es el mismo, pero el
afecto se adhiere a otras representaciones conciliables,que en virtud de este falso enlace
devienen representaciones obsesivas(síntoma). Entonces,aquí el afecto aparece dislocado,
transportado pero permanece intacto, es decir, la alteración permanece en el ámbito
psíquico(falso enlace), en cambio en la histeria se transpone a lo corporal(conversión). En
este sentido la histeria es el mecanismo de defensa más ventajoso.
(El enlace falso es otra representación que sea compatible con un afecto de esa cualidad o
tenga ciertos vínculos a raíz de los cuales parezcas utilizable como su sustituto. Por
ejemplo: una angustia liberada, cuyo origen sexual no se debe recordar, que se vuelca
sobre fobias a ciertos animales,tormentas o sobre cosas relacionadas con lo sexual de
alguna manera.
Tanto en la histeria como en las neurosis obsesivas, la representación reprimida,debilitada
queda separada de toda asociación dentro de la conciencia, queda excluida del recuerdo y
constituye el núcleo de un segundo grupo psíquico.
El tercer caso de la neuropsicosis de defensa, la psicosis alucinatoria, queda más bien
separada del resto, porque aquí no queda apartada la representación de su afecto. El yo
desestima la representación insoportable y su afecto, comportándose como si la
representación nunca hubiera llegado a él, Estamos ante un confusión alucinatoria, el yo se
arranca de la representación insoportable, pero esta se relaciona de manera inseparable
con un fragmento de la realidad objetiva que al desligarse de ella, el yo se desliga también
total o parcialmente de la realidad. Es así como el psicótico termina expulsando una parte
de la realidad que luego le retona desde el exterior.
En las psicosis se realza aquella representación insoportable,el yo se defiende
preguntándose en la psicosis.
● Inocuo: que no hace daño
● Inervacion: accion del sistema nervioso en las funciones de los demás órganos del
cuerpo animal.
● Sexual: orinar, defecar,ensuciarse,contagia.
● Neurastenia: trastorno funcional afectivo atribuido a debilidad del sistema nervioso.
● Yo: masa de representaciones.
● Defensa: esfuerzo al desalojo.
● Apartado psíquico: masa de representaciones donde el afecto va pasando de
representaciones en representaciones.

38
FICHA DE CÁTEDRA. “Nuevas puntualizaciones sobre las
neuropsicosis de defensa” – 1896 – S. Freud.
En el apartado I, Freud se centra sobre la etiología de la histeria. Confirma lo que había
dicho en el texto anterior, y además agrega que, basándose en 13 casos, ha hallado la
naturaleza de esos traumas sexuales y, además, en qué momento de la vida ocurrieron.
Respecto a esto último, afirma que el trauma se tiene que dar en la niñez temprana (antes
de la pubertad, entre el año y medio o los 2 años y como mucho hasta los 10 años de
edad), y que su contenido tiene que consistir en “una efectiva irrigación de los genitales
(procesos semejantes al coito).”

Precisamente, Freud la denomina “pasividad sexual en períodos presexuales”. Este


punto es importante, en el sentido en que Freud excluye la masturbación de la lista de
“nocividades sexuales”. Explica que la frecuencia es mucho mayor en el sexo femenino
porque, aún en la niñez, este es “mucho más estimulador de ataques sexuales”.

El autor explica que las representaciones obsesivas también tienen por premisa una
vivencia sexual infantil, pero que la misma será de diferente naturaleza. Aquí ya pasa al
apartado II, donde explica que en este caso las vivencias sexuales no son pasivas, sino que
el sujeto las vivió “placenteramente”. Freud dice que ya aquí se trata de una actividad
sexual, y que quizá por eso sea más frecuente en el sexo masculino.

Sin embargo, presupone que exista un trasfondo de síntomas histéricos, por lo que
previo a la acción placentera puede haber habido una escena de pasividad sexual.

La naturaleza de la neurosis obsesiva, Freud la sintetiza en que “las


representaciones obsesivas son siempre reproches mudados, que retornan de la represión
y están referidos siempre a una acción de la infancia, una acción sexual realizada con
placer.”

Plantea, entonces, el camino típico de una neurosis obsesiva:

1. Período de la inmoralidad infantil: ocurre el suceso traumático, donde hay una


agresión sexual contra el otro sexo, que luego aparecen en forma de acciones-reproche.

2. Período de la maduración sexual: el recuerdo de ese placer se anuda a un reproche,


pero se lo reprime y entonces aparece lo que él llama “síntoma defensivo primario”. Dirá
que estos síntomas son la vergüenza, la conciencia moral, la desconfianza de sí mismo.

3. Período de la salud aparente: si la defensa fue lograda, entonces el sujeto


aparentará estar sano.

4. Período de la enfermedad: aquí se da el retorno de los recuerdos reprimidos, por lo


que fracasa la defensa. De todas formas, Freud explica que estos recuerdos no se
hacen conscientes en sí mismos, sino que lo que es consciente es la representación y el
afecto obsesivos. Las mismas sustituyen al recuerdo patológico, generando unas
“formaciones de compromiso”.

39
En el apartado III, Freud plantea que la paranoia conlleva un particular camino de
represión, así como la histeria utiliza la conversión y la neurosis obsesiva la sustitución.
Comienza a analizar, entonces, el caso de una mujer de 32 años que afirma que tiene
“paranoia crónica”. Sin embargo, aclara de alguna manera que ha tratado muy pocos
enfermos con estas características, así que su estudio sobre la paranoia se da en
ejemplos muy aislados.

Cuando Freud va analizando el caso, una de las conclusiones que saca es que las
alucinaciones visuales y auditivas son fragmentos tomados del inconsciente de las
vivencias infantiles reprimidas, siendo entonces síntomas del retorno de lo reprimido.

Luego de comentar el caso de la “Señora P.”, marca la diferencia entre la neurosis


obsesiva y la paranoia, ya que las dos parecen compartir la misma etiología en algunos
aspectos.

Semejanzas:

· La represión es el núcleo del mecanismo psíquico.

· Lo reprimido en ambos casos es una vivencia sexual infantil.

Diferencias:

· En la neurosis obsesiva, la desconfianza es hacia sí mismo. El reproche


inicial ha sido “suplantado” por esta última.

· En la paranoia, el síntoma defensivo es la desconfianza hacia otros.


Mecanismo de “proyección”.

Freud, S. (1896) Nuevas puntualizaciones sobre las


neuropsicosis de defensa. Obras completas. Tomo III. Buenos
Aires: Amorrortu editores.
Nuevas puntualizaciones sobre la neuropsicosis de defensa
En el estudio anterior de las “neuropsicosis de defensa”, la histeria, las representaciones
obsesivas y algunos casos de locura alucinatoria, Freud argumentó que los síntomas de
todas estas afecciones son un producto del mecanismo psíquico de la defensa
(inconsciente), surgiendo, por tanto, a consecuencia de la tentativa de reprimir una
representación intolerable, penosamente opuesta al yo del enfermo.
La etiología “específica” de la histeria: Es preciso que tales traumas sexuales sobrevengan
en la temprana infancia del sujeto (época anterior a la pubertad) y su contenido ha de
consistir en una excitación real de los genitales en procesos análogos al coito. No son los
sucesos mismos los que actúan traumáticamente, sino su recuerdo, emergente cuando el
individuo ha llegado ya a la madurez sexual. La masturbación activa debe ser excluida de la
lista de influencias sexuales patógenas productoras de la histeria.
Las experiencias y las excitaciones que preparan o motivan, en el período posterior a la
pubertad, la explosión de la histeria no hacen sino despertar la huella mnémica de aquellos
traumas infantiles, huella que tampoco se hace entonces consciente, pero provoca el
desarrollo de afectos y la represión.La represión del recuerdo de una experiencia sexual
40
penosa de los años de madurez sólo es alcanzada por personas en las que tal experiencia
puede activar la acción de un trauma infantil.
La neurastenia y la neurosis de angustia son efectos inmediatos de las prácticas sexuales
nocivas. Las dos neurosis de defensa son consecuencias mediatas de influencias sexuales
nocivas, que han actuado antes de la madurez sexual; esto es, consecuencias de las
huellas mnémicas psíquicas de tales influencias. Las causas actuales que producen la
neurastenia y la neurosis de angustia desempeñan muchas veces al mismo tiempo el papel
de causas despertadoras de las neurosis de defensa.
Esencia y mecanismo de la neurosis obsesiva: en la etiología de la neurosis obsesiva tienen
las experiencias sexuales de la temprana infancia la misma significación que en la histeria,
pero de agresiones llevadas a cabo con placer o de una gozosa participación en actos
sexuales; esto es, de actividad sexual. De esta diferencia en las circunstancias etiológicas
depende la mayor frecuencia de la neurosis obsesiva en el sexo masculino. La agresión
sexual prematura supone siempre una experiencia pasiva anterior.
Las representaciones obsesivas son reproches transformados, retornados de la represión, y
referentes siempre a un acto sexual de la niñez ejecutado con placer. Los sucesos que
contienen el germen de la neurosis se desarrollan en un primer período, al que podemos
dar el nombre de la “inmoralidad infantil”. Primero, en la más temprana infancia, tienen
efecto las experiencias pasivas, que más tarde hacen posible la represión, sobreviniendo
luego los actos de agresión sexual contra el sexo contrario, los cuales motivan ulteriormente
los reproches.
A este período pone fin la iniciación de la “maduración” sexual. Al recuerdo de aquellos
actos placenteros se enlaza entonces un reproche, y la conexión en que se hallan con las
experiencias iniciales de pasividad hace posible, recordando luego su represión y
sustitución por un síntoma primario de defensa. Los escrúpulos, la vergüenza, la
desconfianza en sí mismo son síntomas de este orden, con los cuales comienza el tercer
período: el de la salud aparente y, en realidad, de la defensa conseguida.
El periodo siguiente (el de la enfermedad) se caracteriza por el retorno de los recuerdos
reprimidos, o sea, por el fracaso de la defensa. Los recuerdos reanimados y los reproches
de ellos surgidos no pasan nunca a la consciencia sin sufrir grandes alteraciones y así,
aquello que se hace consciente como representaciones y afectos obsesivos, sustituyendo
para la vida consciente el recuerdo patógeno, son transacciones entre las representaciones
reprimidas y las represoras.
Existen 2 formas de neurosis obsesiva, según que el paso a la conciencia sea forzado tan
sólo por el contenido mnémico de la acción, base del reproche, o también por el afecto
concomitante. El primer caso es el de las representaciones obsesivas típicas, en las
cuales el contenido atrae toda la atención del enfermo, no sintiendo éste como afecto sino
un vago displacer en lugar del correspondiente al reproche, único que armonizaría con el
contenido de la representación. Este contenido de la representación obsesiva aparece
doblemente deformado con relación al acto infantil motivador, mostrándose sustituido lo
pasado por algo actual, y reemplazado lo sexual por algo análogo no sexual.
Toda obsesión neurótica, emergente en lo psíquico, tiene su origen en la represión. Las
representaciones obsesivas tienen, curso psíquico forzoso, no por su propio valor, sino por
la fuente de la que emanan o que las ha intensificado. La neurosis obsesiva toma una
segunda forma cuando lo que alcanza una representación en la vida psíquica consciente no
es el contenido mnémico reprimido, sino el reproche, reprimido también.
De este modo el reproche (de haber realizado en la niñez el acto sexual de que se trate) se
transforma fácilmente en vergüenza (de que otra persona lo sepa), en miedo
hipocondríaco (de las consecuencias físicas de aquel acto), en miedo social (a la
condenación social del delito cometido).
41
Al lado de estos síntomas transaccionales, que significan el retorno de lo reprimido, y con
ello el fracaso de la defensa primitivamente conseguida, forma la neurosis obsesiva otros,
de un origen totalmente distintos. El yo intenta, en efecto, defenderse de las ramificaciones
del recuerdo, inicialmente reprimido, y crea en esta lucha defensiva síntomas que
podríamos reunir bajo el nombre de “defensa secundaria”. Son estos síntomas, en su
totalidad, “medidas preventivas”, que prestan buenos servicios en la lucha contra las
representaciones y los afectos obsesivos. Si estos elementos auxiliares consiguen
efectivamente la lucha defensiva de reprimir de nuevo los síntomas del retorno, impuesto al
yo, la obsesión se transferirá a las medidas preventivas mismas, y creará una tercera forma
de la “neurosis obsesiva: los actos obsesivos”.
La defensa secundaria contra las representaciones obsesivas puede consistir en una
violenta desviación del pensamiento hacia otras ideas, lo más opuestas posibles. La
defensa secundaria contra los afectos obsesivos da origen a una gran serie de medidas
preventivas, susceptibles de transformarse en actos obsesivos. Tales medidas preventivas
pueden clasificarse, según la tendencia, en los siguientes grupos:
● Medidas de penitencia (ceremoniales molestos, observaciones de los números)
● De preservación (fobias de todas las clases, superstición, minuciosidad)
● Del miedo a delatarse.
Hay casos en los que se puede observar cómo la obsesión se transfiere desde la
representación o el afecto a la medida preventiva; en otros oscila periódicamente la
obsesión entre el síntoma del retorno y el de la defensa secundaria.
*Neurosis obsesiva y paranoia: tanto en una como en otra se nos muestra la represión
como el nódulo del mecanismo psíquico, siendo en ambos casos lo reprimido un suceso
sexual infantil. Todas las obsesiones proceden también en esta paranoia de la represión.
Una parte de los síntomas (las ideas delirantes de desconfianza y persecución) procede de
nuevo de la defensa primaria. En la neurosis obsesiva, el reproche inicial ha sido reprimido
por la formación del síntoma primario de la defensa, o sea, por la desconfianza en sí mismo.
Con ello queda reconocida la justicia del reproche. En la paranoia, el reproche es reprimido
por un procedimiento llamado de proyección, transfiriéndole la desconfianza sobre otras
personas.
Otros síntomas del caso de paranoia deben ser considerados como síntomas de retorno de
lo reprimido, y como los de la neurosis obsesiva, muestran las huellas de la transacción que
les ha permitido llegar a la consciencia. La alucinación mnémica paranoica experimenta una
deformación análoga a la que tiene efecto en la neurosis obsesiva. Es absolutamente
peculiar a la paranoia el retorno de los reproches reprimidos en forma de alucinación
auditiva, para lo cual tienen tales reproches que pasar por una doble deformación.
Las ideas delirantes que la transacción lleva a la conciencia plantan a la labor mental del yo
la tarea de hacerlas admisibles sin objeción alguna. Ahora bien: siendo por sí mismas
inmodificables, tienen el yo que adaptarse a ellas, y de este modo corresponde aquí a los
síntomas de la defensa secundaria propia de la neurosis obsesiva de la manía de
interpretación que termina en una modificación del yo.

Trayectoria típica de una neurosis obsesiva:


1. Periodo de la inmoralidad infantil: vivencias de seducción sexual pasivas, que luego
posibilitan la represión, y después las acciones de agresión sexual contra el otro
sexo.
2. Maduración sexual: al recuerdo de aquellas acciones placenteras se anuda un
reproche (acción - reproche), y el nexo con la vivencia inicial de pasividad posibilita

42
reprimir ese reproche y sustituirlo por un síntoma defensivo primario (no es el
síntoma patológico).
3. Defensa lograda: aparente salud con escrúpulos de la cc moral: vergüenza,
desconfianza de sí mismo.
4. Enfermedad: Retorno de lo reprimido por el fracaso de la defensa. Lo que deviene cc
como representación obsesiva, sustituyendo al recuerdo patógeno, son formaciones
de compromiso entre las representaciones reprimidas y las represoras (el yo).

Freud, S. (1911) Sobre un caso de paranoia descrito


autobiográficamente. Obras completas. Tomo XII. Buenos
Aires: Amorrortu editores.
Ex-Presidente del Superior Tribunal de Sajonia Dr en jurisprudencia. El Dr. Schreber ha
estado dos veces enfermo de nervios, ambas a consecuencia de un exceso de esfuerzo
mental.
● 1842. Nace en Leipzig
● 1861. Muere el padre a los 53 años (médico)
● 1877. Muere hermano a los 38 años.
● 1878. Contrae matrimonio.
● 1884. Primera enfermedad: Ataque de hipocondría grave. Trastorno delirante hacia
el propio cuerpo.
● Primera internación asilo Sonnenstein.
● Internación en Clínica Psiquiátrica Leipzig
Al comienzo de su estadía allí el exteriorizo más ideas hipocondríacas, se quejaba de
padecer de un reblandecimiento del cerebro, decía que pronto moriría, etc.; luego se
mezclaron unas ideas de persecución en el cuadro clínico basado en el espejismo
sensoriales, los cuales inicialmente se presentaban más aislados, al par que imperaban un
alto grado de hiperestesia y gran susceptibilidad a la luz y al ruido. Es en esta crisis donde
le sobrevienen dos tipos de sueños a los que, en un principio, no les atribuye ningún
significado.
a) en el primer sueño, de carácter recurrente, Schreber encuentra que su anterior
enfermedad (la hipocondría) había regresado;
b) el segundo sueño, que se dio en un estado de vigilia y sueño, tuvo la representación de
“lo hermosísimo que es sin duda ser una mujer sometida al acoplamiento”. Ante el
contenido de este sueño, Schreber manifiesta haber contestado con un rechazo lleno de
indignación si hubiese tenido un pleno uso de consciencia.
Permanecía sentado durante horas totalmente absortas e inmóviles. En el baño hizo varios
intentos de ahogarse y pedía “el cianuro que le estaba destinado”, poco a poco las ideas
delirantes cobraron el carácter de lo mítico, religioso, mantenía trato directo con dios, era
juguete de los demonios, veía milagros, escuchaba música sacra, y en fin creía vivir en otro
mundo.

43
En el pasar de los años el cuadro clínico se alteró, a partir de la psicosis inicial más aguda,
que afectaba de manera directa a todo el acontecer psíquico y cabía definir como un delirio
alucinatorio se fue destacando cada vez más decididamente el cuadro clínico paranoico.
● 1885. Alta
● 1886. Inicia actividad en tribunal
● 1896. Ascenso al Tribunal superior.
● Segunda Enfermedad. Martirizador insomnio. Lo internan en la clínica de Leipzig.
● A partir del segundo sueño se produce una recaída y se presenta una etapa de la
enfermedad propiamente dicha, puesto que aparecen los delirios que se irán
recorriendo para esbozar el mecanismo propio de la psicosis.
● Su mujer viaja por 4 días, aparecen las poluciones nocturnas (que luego refiere al
trato de fuerzas sobrenaturales).Freud dice que la mujer funcionaba como un tapón
de la libido homosexual, no dejaba que avanzara. Las poluciones se acompañan de
fantasías homosexuales que permanecieron ICC.
● Flechsig no tenía buenas intenciones con él (no lo miraba a los ojos, falsas
esperanzas de curación). Lo llamaba "almicida" (asesino de almas). Se arma el
Delirio persecutorio: primer intento de curación fallido, que surge para resolver el
conflicto. La lucha defensiva contra la fantasía homosexual toma la forma del delirio
de persecución, la fantasía femenina se impone sin pausa.
● Frustración de la esperanza de conseguir hijos y continuar su descendencia.
● Luego de la 1° enfermedad "Fantasía de deseo homosexual" tiene una
representación de lo hermoso de ser mujer sometida al acoplamiento. Aparece antes
de que sobrevenga la Paranoia, en defensa sobre el deseo homosexual.
● Delirio persecutorio: ser entregado como mujerzuela del Dr. Flechsig. El Dr. Quiere
cometer almicidio. Aparece en defensa de Deseo homosexual.
● Amor transferencial hacia el Dr. Amor hacia el padre ( médico)
Freud plantea que la persona a quien el delirio atribuye su poder es una que antes de la
enfermedad poseía gran significatividad para el paciente. La intencionalidad del sentimiento
es proyectado hacia fuera, el sentimiento es trastornado hacia lo contrario y la persona
odiada y temida a causa de su persecución es alguien que alguna vez fue amado y
venerado.
SCH decía que su cuerpo mudado en mujer sería entregado a un hombre (Flechsig), y éste
lo usaría como una mujerzuela, abusaría sexualmente de él y luego lo abandonaría. En ese
momento su perseguidor era Flechsig, y Dios pasó de ser su aliado a ser el cómplice de
Flechsig y maquinador del plan: complot en su contra para perpetrar el almicidio y
entregarlo como mujerzuela.
2ª fase del delirio, su lazo indisoluble con dios (delirio de grandeza) y el conflicto estallado
con Flechsig (delirio persecutorio) produjo el sepultamiento del mundo.
El Enfermo ha sustraído de las personas de su entorno y el mundo exterior, la investidura
libidinal que hasta entonces les había dirigido con ellos, todo se le ha vuelto indiferente y sin
envolvimiento para él, y tiene que explicarlo, mediante una racionalización secundaria,
como cosa de "milagro improvisada de apuro". El sepultamiento del mundo es la
proyección de esta catástrofe interior, su mundo subjetivo se hace portador de aquel que le
ha sustraído su amor.
● Posteriormente un delirio de grandeza viene a instalarse en la construcción
delirante del enfermo. Éste consistía en que Schreber tenía la obligación de redimir
al mundo a través de concebir y parir un nuevo linaje de hombres. Esta redención no
sería posible si no se producía, con anterioridad, un proceso en el cual el eminente

44
abogado Schreber se iría convirtiendo en mujer como una orden impuesta por el
universo. Este nuevo delirio continúa la serie, y permite situar las coordenadas en
las cuales el primer delirio da pistas sobre el amor que Schreber pudo haber sentido
por su médico y el cual no podía ser soportado por él de manera directa; dicho de
otro modo, el contenido intolerable de la idea delirante, ser abusado sexualmente,
fue tramitado imaginariamente a través de otros delirios que van apareciendo con el
tiempo (hablaba con el sol, los árboles y los pájaros, sostiene haber experimentado
en los primeros años de su enfermedad destrucciones en diversos órganos de su
cuerpo, que a cualquier otro hombre le habrían provocado la muerte. Pero los
milagros divinos, los rayos le habrían reestablecido cada vez lo destruido, y por eso
dice ser inmortal.)
● Momento de la paranoia religiosa: Delirio de grandeza, ya no es Flechsig, sino Dios
quien lo quiere poseer sexualmente, y ya no es porque Dios quiere gozar
sexualmente de él, sino por el bien de la humanidad. SCH deja de ser la mujerzuela,
y pasa a ser la mujer de Dios. Mudanza en mujer (emasculación) anudada a fines
divinos, para devolverle la bienaventuranza perdida a la humanidad (vida en el más
allá). Estaba llamado a redimir el mundo que no tenía ya vivos (él era el único
hombre que había sobrevivido al aniquilamiento de la humanidad, el resto eran
hombres hechos a la ligera). Sostiene haber recibido esta misión por inspiraciones
divinas, que no puede expresar en lenguaje humano y solo a él le fueron reveladas.
En esta misión redentora, lo esencial es que primero se produzca la mudanza en
mujer (no es que él quiera, se trata de un “tener que ser” fundado en el orden del
universo y al que no puede sustraerse; con esto él y la humanidad conquistarán el
más allá). Él es objeto exclusivo del milagro divino (corroborado por las voces) y el
más maravilloso de los hombres que hayan vivido sobre la tierra. La feminidad pasa
al primer plano, tratándose de un proceso que requiere siglos para consumarse.
Tiene el sentimiento de que han pasado a su cuerpo “nervios femeninos”, de los
cuales por fecundación directa de Dios, saldrán hombres nuevos. Los nervios por él
absorbidos, han cobrado el carácter de nervios de la voluptuosidad femenina. Se lo
ha encontrado frente al espejo, con colgantes femeninos mirando sus “pechos”, dice
que si alguien lo ve así recibe la impresión de que se trata de un torso femenino.
● ¿Por qué se producen nuevos delirios? La trama del delirio primero consistía en una
persecución por parte de Flechsig y la persecución conducía necesariamente, según
Schreber, a un abuso sexual, al insertarse un segundo delirio, el delirio de grandeza
o redención, en conjunción con el delirio de transformación en mujer, se responde a
una exigencia del mundo destruido (el mundo real o la realidad) del psicótico. En el
momento en que se anuda el delirio de emasculación por un mandato del orden del
universo, el contenido de abuso sexual se hace más tolerable. Este sueño
perturbador, que retorna en un delirio deformado, debe tenerse en cuenta como
referencia fundamental ya que el primer delirio, de abuso sexual por parte de
Flechsig, y el segundo, donde era llamado a ser la mujer de dios para salvar al
mundo con los hombrecitos nacidos de él, no son más que formaciones imaginarias;
la primera intolerable y la segunda como un esfuerzo apaciguador. Se produce,
entonces, que la conversión en mujer, para salvar al mundo y redimirlo, permite que
su existencia sirva de algo. La transformación en mujer es el elemento crucial
conciliador entre estos dos delirios.
● 1900/02. Escribe Memorias.
● 1902. Alta médica.

45
● 1907. Muere su madre. Enferma su esposa.
● Tercera enfermedad.
● 1911. Muere.

El paranoico lo reconstruye para poder volver a vivir dentro de él. Lo edifica de nuevo
mediante el trabajo de su delirio. Lo que nosotros consideramos la producción patológica
la formación delirante es, en realidad, el intento de restablecimiento la
reconstrucción.
El proceso de restablecimiento que deshace la represión y reconduce la libido a las
personas por esa manadas en la paranoia ya se cumple por el camino de la proyección.
En la paranoia la libido liberada se vuelca al yo, se aplica a la magnificación del yo. Así se
vuelve a alcanzar el estadio del narcisismo, conocido por el desarrollo de la libido, estadio
en el cual el yo propio era el único objeto sexual.
En virtud de eso, los paranoicos conllevan una fijación en el narcisismo, Y declaramos que
el retroceso desde la homosexualidad sublimadas hasta el narcisismo indica el monto de la
regresión característica de la paranoia.
-En el historial clínico de Schreber, el delirio de persecución hacia Flechsig se presentó
antes que la fantasía de fin del mundo (sepultamiento).
En el caso de Schreber el desasimiento de la libido de la persona de Flechsig pudo ser lo
primario, pronto lo siguió el delirio que recondujo otra vez la libido a Flechsig (con signo
negativo, con marca de la represión sobrevenida), cancelando la obra de la represión.
Ahora vuelve a desatarse la lucha represiva pero esta vez se vale de medios más
poderosos en la medida en que lo objeto impugnado deviene lo más importante en el
mundo exterior.
-Por una parte, quiere atraerse toda la libido,
-Por otra, moviliza contra sí todas las resistencias y la lucha en torno de ese objeto único, se
vuelve comparable a una batalla general en cuyo transcurso del triunfo de la represión
expresa por el convencimiento de que el mundo ha sido sepultado y ha quedado el sí
mismo sólo.
-Demencia precoz :
● alejamiento de la libido del mundo exterior.
● Represión por desasimiento libidinal.
● Fase de alucinaciones lucha de la represión contra el intento de restablecimiento
que pretende devolver la libido a sus objetos.
● Delirios y estereotipias motrices de la enfermedad es un intento de recuperación.
● no se sirve de la proyección como en la paranoia, si no del mecanismo alucinatorio
(histérico).
● El desenlace es más favorable que en la paranoia.
● No triunfa la reconstrucción sino la represión,
● la regresión no se da hasta el narcisismo exteriorizado en el delirio de grandeza, si
no hasta la liquidación del amor del objeto y el regreso al autoerotismo infantil ,por
tanto, la fijación predisponente debe de situarse más atrás que en el caso de la
paranoia, o sea ,estar contenida al comienzo del desarrollo partiendo del
autoerotismo aspira al amor de objeto.
Un caso como el de Schreber que merece el nombre de demencia paranoide porque
empezó con síntomas paranoicos y se desarrolló hasta una demencia; fenómenos

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paranoicos y esquizofrénicos se combinaron en todas las proporciones, da razón de lo
parafrénico por la relevancia de la fantasía de deseo y de las alucinaciones y el carácter
paranoide por el mecanismo de proyección y el desenlace.

Parte 3. Acerca del Mecanismo Paranoico.

El carácter paranoico reside en que para defenderse de una fantasía de deseo homosexual
se reacciona con un delirio de persecución.
Sobre los procesos anímicos para entender el papel del deseo homosexual en la
contracción de una paranoia un estadio en la historia evolutiva de la libido, estadio por el
que se atraviesa en el camino que va del autoerotismo al amor de objeto, se lo ha
designado narcisismo.
Consiste en que el individuo empeñado en el desarrollo y que se sintetiza en una unidad
sus pulsiones sexuales de actividad autoerótica, para ganar un objeto de amor se toma
primero a sí mismo, a su cuerpo propio, antes de pasar de éste a la elección de objeto en
una persona ajena. Una fase así mediadora entre autores autoerotismo y elección de objeto
es quizás de rigor, en el caso Normal parece que numerosas personas demoran en Ella un
tiempo en solitario ante Largo y que des estado es mucho lo que queda pendiente para
ulteriores fases del desarrollo en este sí mismo tomado como objeto de amor puede ser que
los genitales Sean ya lo principal. La continuación de ese camino lleva a elegir un objeto
con genitales parecidos por tanto lleva a la heterosexualidad a través de la elección
homosexual de objeto. Respecto de quién es luego serán homosexuales manifiestos
suponemos que nunca se han librado de la exigencia de unos genitales iguales a los suyos
en el objeto para ello ejercen relevante influjo las teorías sexuales infantiles que atribuyen
los mismo genitales a ambos sexos.
Tras alcanzar la elección de objeto heterosexual las aspiraciones homosexuales no son
canceladas ni puestas en suspenso si no meramente es forzadas a apartarse de la meta
sexual y conducidas a nuevas aplicaciones.
Se conjugan entonces con sectores de las pulsiones yoicas para constituirse con ellas como
componentes apuntalados las pulsiones sociales y ya están hacer la contribución del
erotismo a la amistad la camaradería el sentido comunitario y del amor universal por la
humanidad en los vínculos sociales normales entre los seres humanos difícilmente se
colegir y la verdadera magnitud del de estas contribuciones de fuente erótica con inhibición
de la meta sexual y por otra parte, en este mismo nexo se inserta el hecho de que
homosexuales manifiestos justamente los que resisten al que hacer sensual descuellan por
una participación de particular intensidad en los intereses de la humanidad unos intereses
surgidos por la sublimación del erotismo.
Cada estadio de desarrollo de las psicosexualidad ofrece una posibilidad de fijación y un
lugar de predisposición personas que no se han soltado por completo del estadio del
narcisismo, que poseen allí una fijación, que puede tener el efecto de una predisposición
patológica, están expuestas al peligro de que una marea Alta de libido que no encuentre
otro recurso someta sus pulsiones sociales a la sexualización y de ese modo deshaga la
sublimaciones que había adquirido en su desarrollo. A semejante resultado puede llevar
todo cuanto provoque una corriente retrocedente de la libido, regresión, por un lado un
refuerzo colateral por desengaño con la mujer. Una retroestasis directa por fracasos en los
vínculos sociales con el hombre -casos ambos de frustración- como, por otro lado, un
acrecentamiento general de la libido demasiado violento para que pueda hacer tramitación
por los caminos ya abiertos.

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Los paranoicos procuran defenderse de un sexualización así de sus investiduras
pulsionales sociales. El punto débil de su desarrollo a de buscarse en el tramo entre
autoerotismo, narcisismo y homosexualidad. Allí se situará su predisposición patológica.
Una predisposición semejante de vimos atribuir a la demencia precoz de Kraepelin o
esquizofrenia según Bleuler.
Si sostenemos que el lucro del conflicto en la paranoia del varón es la invitación de la
fantasía de deseo homosexual, a amar al varón.
La paranoia puede figurarse como una contradicción a una frase "yo lo amo", La contradice:
a. el delirio de persecución proclamando en voz alta "yo no lo amo- pues yo lo odio" esta
contradicción que el inconsciente no podría rezar de otro modo no puede de venirle
consciente al paranoico en esta forma el mecanismo de la formación de síntoma en la
paranoia exige que la percepción interna del sentimiento sea sustituida por una persecución
de afuera así la frase "pues yo lo odio" se muda, por proyección, en esta otra "el me odia
(me persigue), lo cual me justificara después para odiarlo" entonces el sentimiento
inconsciente que posiciona aparece como consecuente de una percepción exterior: "yo no
lo amo- pues yo lo odio- porque él me persigue".
La observación no deja ninguna duda sobre que el perseguidor no es otro que el otro
amado.
b. Otro punto de ataque para la contradicción los registra la erotomanía, que sin esta
concepción permanecería totalmente incomprensible:
" Yo no lo amo-pues yo la amo"
Y aquella misma compulsión a proyectar imprime a la frase esta mudanza: "yo noto que ya
me ama".
" yo no lo amo- yo la amo- porque ella me ama".
Algunos casos de erotomanía podría impresionar como unas fijaciones heterosexuales
exageradas y disformes. Todos esos enamoramientos no se instalan con la percepción
interna del amar si no con la del ser-amado que viene de afuera. Sigue siendo posible
amarla además de amarlo. Puede ser que el sustituto de proyección ella me ama sea
relegado de nuevo por la frase pues yo la amo.
c. La 3ª contradicción sería el delirio de celos que podemos estudiar en formas
características en el varón y la mujer.

➔ Delirio de celos del alcohólico. Sabemos que este medio de vocé cancela
inhibiciones y deshace sublimaciones. Si esos varones devienen objetos de una
investidura libidinosa más intensa en su inconsciente se defiende de ella mediante la
3ª variedad de la contradicción " no yo amo al varón- es ella quien lo ama", y
sospecha de la mujer con todos los hombres a quién es él está tentado de amar.
➔ De manera análoga se establece la paranoia de celos en las mujeres "no yo amo a
las mujeres- si no que él las ama".
Le gustan las mujeres a consecuencia de sus narcisismo predisponente devenido y la
intensa y de su homosexualidad.
Se creería que una frase de 3 eslabones como “yo lo amo” admitiría sólo 3 variedades de
contradicción, el delirio de celos contradice al sujeto, el delirio de persecución al
verbo, la erotomanía al objeto, sin embargo, es posible además una 4ª variedad de la
contradicción;
d. la desautorización en conjunto de la frase integra “yo no amo en absoluto y no amo a
nadie” y esta frase parece psicológicamente equivalente, puesto que unos tiene que poner
su libido en alguna parte, a la frase “yo me amo solo a mí”, esta variedad de la contradicción

48
nos da entonces por el resultado del delirio de grandeza que podemos conseguir como
una sobreestimación sexual del yo propio y poner en paralelo con la consabida
sobreestimación del objeto de amor.
● Mecanismo de formación de síntoma de la paranoia. La proyección, una
percepción interna sofocada y como sustituto de ella advierte a la conciencia su
contenido luego de experimentar cierta desfiguraron como una persecución de
afuera en el delirio de persecución la desfiguraron consiste en una mudanza de
afecto lo que estaba destinado ha ser sentido dentro como amor es percibido como
odio de afuera.
● Mecanismo de la represión en la paranoia. Proceso de 3 fases:
1. Consiste en la fijación precursora y condición de cada represión el hecho de fijación
puede ser formulado como sigue una pulsión a componente pulsional no recorre el
desarrollo previsto como normal y a consecuencia de esa inhibición del desarrollo
permanece en un estadio más infantil.
2. La represión propiamente dicha . Parte de los sistemas del yo de desarrollo más alto
susceptibles de conciencia y en verdad puede ser descrita como un esfuerzo de dar casa
impresiona como no por como un proceso esencialmente activo mientras que la fijación se
presenta como un retardo en verdad pasivo a la represión sucumben los retoños psíquicos
que a que las pulsiones que primariamente se retrasaron cuando por su fortalecimiento se
llega al conflicto entre ellas y el yo a las pulsiones acordes con el yo o bien a que ellas
aspiraciones psíquicas contra las cuales por razones por otras razones se eleva una fuerte
repugnancia. Esta última no traería por consecuencia la represión si no se establecerá un
enlace entre las aspiraciones de sagrada hables por reprimir y las ya reprimidas cuando
sucede la reproducción de los sistemas concientes y la atracción de los inconscientes
ejercen un efecto de igual sentido para el logro de la represión.
3. Fracaso de la represión, la irrupción del retorno de los reprimido tal irrupción se produce
desde el lugar de la fijación y tiene por contenido una regresión del desarrollo libidinal hasta
ese lugar.

FICHA DE CÁTEDRA. Neurosis y Psicosis – S. Freud. – 1923


Freud comienza distinguiendo cabalmente la diferencia existente entre las psicosis y las
neurosis, afirmando que la neurosis es el resultado de un conflicto entre el yo y el ello,
mientras que en la psicosis el conflicto se da entre el yo y el mundo exterior.

Afirma que el mecanismo en la neurosis de transferencia se genera porque el yo no


quiere tramitar motrizmente una “moción pulsional pujante en el ello, o le impugna el objeto
que tiene por meta.” Esto quiere decir que el yo (instancia psíquica encargada de lidiar con
el mundo real y tramitar las exigencias diversas), le niega al ello (instancia psíquica donde
se alojan las pulsiones que tienen que ver con el orden del deseo) la pulsión que este quiere
satisfacer. El mecanismo que utiliza el aparato psíquico, entonces, es la represión.

Pero a su vez, explica Freud, lo reprimido se revuelve y sigue caminos por los que el
yo no tiene poder, para procurarse así una “subrogación sustitutiva” (reemplazo) que acaba
por imponerse al yo: el síntoma. Cuando ya está formado, el yo continúa luchando contra él
como antes, lo cual da por resultado una neurosis.

“El yo ha entrado en conflicto con el ello, al servicio del superyó y de la realidad; he


ahí la descripción válida para todas las neurosis de trasferencia.”

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Luego, explica que en la “confusión alucinatoria aguda” (la forma más extrema de la
psicosis) “el mundo exterior no es percibido de ningún modo, o bien su percepción carece
de toda eficacia.”

Entonces, explica que el yo se crea, soberanamente, un nuevo mundo exterior e


interior. En este sentido, afirma que hay 2 cosas de las que está seguro:

· “Este nuevo mundo se edifica en el sentido de las mociones de deseo


del ello.”

· “El motivo de esta ruptura con el mundo exterior fue una grave
frustración {denegación} de un deseo por parte de la realidad, una
frustración que pareció insoportable.”

Freud se refiere luego brevemente a las esquizofrenias, comentando que en su


observación ha percibido que las formaciones delirantes se generan a menudo “como un
parche” donde se produjo originariamente un conflicto del yo con el mundo real. Lo piensa
como un intento de curación, no como un fenómeno mismo del proceso patógeno.

De lo que sí parece estar seguro Freud, es de la etiología común para las psicosis: la
frustración o el no cumplimiento de un deseo de la infancia. Esa frustración es siempre
externa en última instancia.

“El efecto patógeno depende de lo que haga el yo en semejante tensión conflictiva:


si permanece fiel a su vasallaje hacia el mundo exterior y procura sujetar al ello, o si es
avasallado por el ello y así se deja arrancar de la realidad.” El autor, con estas palabras, lo
que busca es explicar que el yo tiene las 2 opciones que él menciona, y que por lo tanto no
toda frustración de la niñez desencadena una psicosis.

Luego realiza una aproximación a qué desencadenaría un conflicto entre el yo y el


superyó, y concluye en que en este caso se configuraría una neurosis narcisista.

Freud, S. (1924) Neurosis y Psicosis. Obras completas. Tomo


XIX. Buenos Aires: Amorrortu editores.
Freud postula que Neurosis es el conflicto entre el Yo y el Ello al servicio del SuperYo y la
Realidad.
En la Psicosis se dá un desenlace análogo de una similar perturbación en los vínculos
entre el Yo y el Mundo Externo (por eso a una persona psicótica le cuesta relacionarse).
La Neurosis de Transferencia se genera porque el Yo no quiere acoger ni dar trámite
motor a una moción pulsional pujante en el Ello o le impugna el objeto que tiene por meta el
Ello. El Yo se defiende con el Mecanismo de Represión, se procura una subrogación
sustitutiva, se impone al Yo por la vía del compromiso: SÍNTOMA. El Yo encuentra que este
intruso amenaza y menoscaba su unicidad, prosigue la lucha contra el síntoma tal como se
había defendido de la moción pulsional originaria, y todo esto da por resultado el cuadro de
la neurosis. El Yo se ha puesto del lado de esos poderes, cuyos reclamos poseen en él
más fuerza que las exigencias pulsionales del ello, y que el yo es el poder que ejecuta la
represión de aquel sector del ello, afianzándola mediante la contrainvestidura de la
resistencia. El yo ha entrado en conflicto con el ello, al servicio del superyó y de la
realidad; he ahí la descripción válida para todas las neurosis de trasferencia.
50
En la Psicosis la forma más extrema es la confusión alucinatoria aguda. El Mundo Exterior
no es percibido de ningún modo, o bien su percepción carece de toda eficacia.
Normalmente, el mundo exterior gobierna al ello por dos caminos:
1. en primer lugar, por las percepciones actuales, de las que siempre es posible
obtener nuevas, y,
2. en segundo lugar, por el tesoro mnémico de percepciones anteriores que forman,
como «mundo interior», un patrimonio y componente del yo.
El Yo no sólo se rehúsa admitir nuevas percepciones; también se resta el valor psíquico
(investidura) al mundo interior, que hasta entonces subrogaba al mundo exterior como su
copia; el yo se crea, soberanamente un nuevo mundo exterior e interior, y hay dos hechos
indudables: que este nuevo mundo se edifica en el sentido de las mociones de deseo del
ello, y que el motivo de esta ruptura con el mundo exterior fue una grave frustración
{denegación} de un deseo por parte de la realidad, una frustración que pareció insoportable.
Acerca de otras formas de psicosis, las esquizofrenias, se sabe que tienden a desembocar
en la apatía afectiva, vale decir, la pérdida de toda participación en el mundo exterior. Con
relación a la génesis de las formaciones delirantes, algunos análisis nos han enseñado que
el delirio se presenta como un parche colocado en el lugar donde originariamente se
produjo una desgarradura en el vínculo del yo con el mundo exterior. Si esta condición
(el conflicto con el mundo exterior) no es mucho más patente de lo que ahora la
discernimos, ello se fundamenta en que en el cuadro clínico de la psicosis los fenómenos
del proceso patógeno a mentido están ocultos por los de un intento de curación o de
reconstrucción, que se les superponen.
_La etiología común para el estallido de una psiconeurosis o de una psicosis sigue siendo
la frustración, el no cumplimiento de uno de aquellos deseos de la infancia. Esa frustración
siempre es, una frustración externa; en el caso individual, puede partir de aquella instancia
interna (dentro del superyó) que ha asumido la subrogación del reclamo de la realidad.
Ahora bien, el efecto patógeno depende de lo que haga el yo en semejante tensión
conflictiva:
★ si permanece fiel a su vasallaje hacia el mundo exterior y procura sujetar al ello,
★ o si es avasallado por el ello y así se deja arrancar de la realidad.
Pero esta situación en apariencia simple se complica por la existencia del superyó, quien,
reúne en sí influjos del ello tanto como del mundo exterior y es, un arquetipo ideal de
aquello que es la meta de todo querer-alcanzar del yo: la reconciliación entre sus múltiples
vasallajes
La neurosis de transferencia corresponde al conflicto entre el yo y el ello, la neurosis
narcisista al conflicto entre el yo y el superyó, la psicosis al conflicto entre el yo y el mundo
exterior.

Freud, S. (1924) La pérdida de realidad en las Neurosis y las


Psicosis. Obras completas. Tomo XIX. Buenos Aires:
Amorrortu editores.

La pérdida de la realidad en la neurosis y la psicosis FREUD(1924)


Uno de los rasgos diferenciales entre neurosis y psicosis es que en la primera el yo, en
vasallaje a la realidad, sofoca un fragmento del ello (vida pulsional), mientras que en la
psicosis ese mismo yo, al servicio del ello, se retira de un fragmento de la realidad.

51
Lo decisivo para la neurosis sería la hiperpotencia del influjo objetivo y para la psicosis sería
la hiperpotencia del ello. La pérdida de la realidad (objetividad) estaría dada de antemano
en la psicosis, en cambio, se creía que la neurosis la evita.
Cada neurosis perturba de algún modo el nexo del enfermo con la realidad.
La situación inicial de la neurosis, cuando el yo, al servicio de la realidad, emprende la
represión de una moción pulsional. Por eso no es todavía la neurosis misma. Ella consiste
en los procesos que aportan un resarcimiento a los sectores perjudicados del ello; por tanto
en la reacción contra la represión y en el fracaso de esta.
En la psicosis se perfilaron dos pasos: El primero esta vez arranca al yo de la realidad, el
segundo paso quisiera indemnizar los perjuicios, restableciendo el vínculo con la realidad a
expensas del ello y presenta el carácter de la reparación.
Este segundo paso quiere también compensar la pérdida de la realidad, mas no a expensas
de una limitación del ello, como la neurosis lo hacía a expensas del vínculo con lo real.
En este segundo paso tiene por soporte las mismas tendencias en la neurosis y en la
psicosis; en ambos casos sirve al afán de poder del ello. Neurosis como psicosis expresan
la rebelión del ello contra el mundo exterior, expresan su displacer, o su incapacidad para
adaptarse al apremio de la realidad.
En la neurosis se evita, al modo de una huida, un fragmento de la realidad, mientras que en
la psicosis se lo reconstruye. En la psicosis a la huida inicial sigue una fase activa de
reconstrucción. En la neurosis, la obediencia inicial es seguida por un posterior intento de
huida. De otro modo, la neurosis no desmiente la realidad, se limita a no querer saber nada
de ella, la psicosis la desmiente y procura sustituirla.
Se llama normal o sana a una conducta que aúna determinados rasgos de ambas
reacciones: que como la neurosis no desmiente la realidad, pero la psicosis se empeña en
modificarla.
Esta conducta adecuada, normal, lleva naturalmente a efectuar un trabajo que opere sobre
el mundo exterior y no se conforma.
En la psicosis el vínculo con la realidad nunca había quedado concluido sino que se
enriquecía y variaba en continuo mediante percepciones nuevas. A la psicosis se le plantea
la tarea de procurarse percepciones tales que corresponden a la realidad nueva.
La neurosis reacciona con angustia, tal como la moción reprimida empuja hacia adelante y
que el resultado del conflicto no puede ser otro que compromiso e incompleto como
satisfacción.
En la Psicosis el fragmento de la realidad rechazado se va imponiendo cada vez más a la
vida anímica, tal como en la neurosis lo hacía la moción reprimida y por eso las
consecuencias son en ambos casos las mismas.
Otra analogía entre Neurosis y psicosis es que en ambas la tarea que debe acometer en el
segundo paso fracasa parcialmente, puesto que no puede crearse un sustituto cabal para la
pulsión reprimida (neurosis)
En la psicosis, el acento recae íntegramente sobre el primer paso, que es patológico y solo
puede llevar a la enfermedad. En la neurosis recae en el segundo, el fracaso de la
represión, mientras que el primer paso puede lograrse y en efecto se logra innumerables
veces en el marco de la salud, si bien ello no deja de tener costos y muestra secuela y
gasto psíquico.
La neurosis evita el fragmento de realidad correspondiente y protegerse del encuentro con
él, tampoco en la neurosis faltan intentos de sustituir la realidad indeseada por otra más
acorde al deseo. La posibilidad de ello da la existencia de un mundo de la fantasía, un

52
ámbito que en su momento fue segregado del mundo exterior real por la instauración del
principio de realidad y desde entonces quedó liberado a la manera de una reserva.
Este mundo de fantasía toma la neurosis el material para sus neoformaciones de deseo y
comúnmente lo halla, por el camino de la regresión, en una prehistoria real.
El mundo de la fantasía desempeña en la psicosis el mismo papel. También en ella se
constituye la cámara del tesoro de donde se recoge el material o el modelo para edificar la
nueva realidad. El nuevo mundo exterior, fantástico, de la psicosis quiere reemplazar a la
realidad exterior; el de la neurosis gusta de apuntalarse, como el juego de los niños, en un
fragmento de la realidad.
Para ambas, neurosis y psicosis no solo cuenta el problema de la pérdida de realidad, sino
el de un sustituto de realidad.

c. LA CONCEPCIÓN DE LA PSICOSIS DESDE LACAN.


Inscripción y forclusión de significantes. La estructuración
psicótica: El significante del Nombre del Padre, su operatoria y
su forclusión. Neologismo, certeza, delirio y alucinación.
Posición de objeto.
Bibliografía

Mazzuca, R. (2006) Las psicosis: fenómeno y estructura.


Buenos Aires: Bergasse 19.FALTA RESUMEN

(Introducción, La invención freudiana de la psicosis. La elaboración lacaniana de la psicosis)

Introducción

*Desarrolla la trayectoria en la historia de la psiquiatría y el psicoanálisis, particularmente


cómo fue abordado, analizado y teorizado la psicosis

* LA PSICOSIS surge y se constituye en las dos etapas clásicas de la psiquiatría, integra:

-Sus comienzos con la clínica sincrónica de Pinel y Esquirol

-Clínica diacrónica. De las enfermedades mentales desde Falret y Krepelin

*LA PSICOSIS EN LA PSIQUIATRÍA

Desde sus comienzos, la elaboración clínica de la psiquiatría se guía por el método empirista,
próximo a los fenómenos, su descripción y clasificación.

53
.Prohibió la formulación de hipótesis teóricas y la construcción de conceptos que no tuvieran
la inmediata referencia a la observación.

*Se denomina a teóricos y adoptan una metodología descriptiva

-Buscaban una descripción precisa del síntoma y síndromes con la denominación de


trastornos.

-Surgió un saber psiquiátrico de una gran riqueza clínica que reconoció y describió síntomas
y síndromes que se acumulaban en la base de datos semiológicos y definía entidades clínicas
que se distinguieron y proliferaron en diferentes nosografías

* En los comienzos del siglo XIX con la psicología científica llegaron influencias hasta la
psiquiatría, se comienza a desarrollar la PSICOPATOLOGÍA inicialmente con Ribot
(parís), Blauler, y jasper (en Alemania).

*Jasper comenzó a buscar hipótesis explicativas acerca de las causas y mecanismo de


diferentes entidades clínicas. Así se constituye una psiquiatría de las estructuras
psicopatológicas, en la que aportes del psicoanálisis s ocuparon un lugar destacado.

*Paralelamente Freud (dentro del movimiento psicopatológico) inaugura una teoría


delimitando los mecanismos psíquicos de la formación de síntomas histéricos y luego se
extiende y la generaliza siguiendo el eje de al formación del síntoma.

-Su construcción clínica se funda en estructuras: neurosis, psicosis, perversión.

*Lacan posteriormente toma las estructuras freudianas y realiza una reducción importante
con respecto a la pluralidad de las nosografías psíquicas existentes. Para ello recurre al
registro simbólico del lenguaje.

*Actualmente para en la abordaje de la psicosis la fórmula fenómeno y la estructura


adquieren un carácter opositora y cada uno tiene concepciones diferentes de psicosis.

*Asimismo predomina los sistemas diagnósticos psiquiátricos de origen anglosajón – sus


versiones actuales CIE 10 Y DSM IV que clasifican lo fenómenos.

LA INVENCIÓN FREUDIANA DE LA PSICOSIS

*En un primer momento Freud excluye a la histeria del grupo de la neurosis (neurosis
obsesiva, psicosis alucinatoria, paranoia), consideran que la formulación de síntomas

54
responden a mecanismos psíquicos diferentes, precisamente, éste último grupo respondía al
mecanismo de mecanismos de defensa, de allí su denominación neuropsicosis de defensa.

*Pero dos décadas después Freud introduce una oposición excluyente entre neurosis y
psicosis.

Psiconeurosis de transferencia Psiconeurosis narcisita

Histeria, neurosis obsesiva, fobias Paranoia, esquizofrenia, maniaca.


melancolía

*En 3° y la última etapa de la obra de Freud hace una distinción oponiéndose y


excluyéndose, entre neurosis y psicosis. Lo que conduce a Freud a investigar los mecanismos
diferenciales para fundamentar esa oposición.

Hace esta distinción porque el método terapéutico no funcionaba con misma eficacia en todas
las formas de neurosis y en algunos casos parecía ser contraindicado porque producía un
agravamiento de la enfermedad.

*Formula una nueva teoría para poder explicar la diferencia con la psicosis, introduciendo la
categoría de psiconeurosis narcisista. La teoría del narcisismo, donde postulaba una nueva
fase libidinal intermedia entre el autoerotismo y la libido objetal, en la que surgía la
formación del Yo como un objeto cargado libidinalmente.

*Asimismo argumentan que hay una situación transferencia que opera diferencialmente en
las neurosis y en la psicosis. Y esto último se puede apreciar claramente en el caso de
Schreber.

La conceptualización más difundida en relación con la psicosis es la que se desarrolla en los


seminarios 1 y 5, que se caracteriza por la forclusion del significante del nombre del padre y
la exclusión de la significación fálica y la metáfora paterna.

Sin embargo, al igual que Freud se pueden distinguir diferentes momentos en la construcción
del concepto de psicosis.

-En un primer momento, explica la psicosis paranoica según la estructura del espejo,
caracterizado en su núcleo por el desconocimiento, la rivalidad y el transitivismo especular, y

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la alineación en la identificación con el otro, a partir de su investigación sobre la organización
y funcionamiento de la subjetividad paranoica.

-En un segundo momento Lacan introduce la dialéctica hegeliana en la lectura del estadio del
espejo ya no se trata sólo de la forma del otro como matriz del yo, sino del deseo que, en el
registro imaginario, surge a partir del deseo del otro, y tiene como objeto del deseo del otro,.
Es lo que más tarde Lacan llamara la dialéctica imaginaria del otro, el yo y el objeto.

En este segundo momento, Lacan concibe la experiencia psicoanalítica como un proceso


dialectico y la psicosis, por el contrario, se manifiesta como la imposibilidad de entrar en este
movimiento dialectico. Una experiencia psicótica de cualquier tipo, sea delirante o
alucinatoria, es indialectizable. Lacan define este momento, la posición del psicótico como el
del sujeto que ha renunciado a la dialéctica de la palabra.

Tercer momento, introduce las referencias de la lingüística estructural los conceptos de


lengua y habla, significantes y significados.

Teoriza acerca del significante del padre y su forclusion.

Desarrolla el concepto de significante asemántico y avanza en la elaboración que lo


conducirá a formular el mecanismo de forclusion del nombre del padre-

La regresión es un mecanismo interno a lo simbólico, en cambio, la forclusion implica un


rechazo fuera de lo simbólico que tiene como efecto el surgimiento de algo en lo real.

Esta es una referencia general al concepto de forclusion en Lacan, que no define todavía la
especificidad de la psicosis, ya que existen proceso forclusion también en las neurosis y
perversiones.

El rechazo del nombre del padre, que tiene como consecuencia la ni operación de la metáfora
paterna, y por lo tanto, la no constitución y estabilización de la significación fálica,
constituyen el modo en que lacan traduce la posición fuera de la estructura del Edipo que
caracteriza la psicosis en la teoría de Freud. Esa carencia estructural, es decir sincrónica, no
implica necesariamente el desencadenamiento de la psicosis. Lacan define mecanismo
imaginarios que pueden compensar el Edipo ausente y, por lo tanto, permitir una estabilidad
de la estructura psicótica.

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*También delimita las fases del desarrollo de una psicosis, desde la estructura del momento
del desencadenamiento, hasta el momento posible de reestabilizacion en la metáfora delirante
que suple la metáfora paterna ausente.

Finalmente, en ese periodo Lacan desborda los fenómenos específicamente psicóticos, entre
ellos el delirio y la alucinación, que son presentados como formas de retorno en lo real.

Schejtman, F. [Comp] (2012) Elaboraciones lacanianas sobre


la psicosis. Buenos Aires: Grama.

Schejtman, F.“DE LA NEGACIÓN AL SEMINARIO 3”

Elaboración lacaniana de la psicosis. Parte del análisis de un texto de Freud "la


negación".El tiempo de la psicosis sin psicosis o no desencadenada, es un abordaje de la
psicosis en su faz sincrónica.
Abordaje del mecanismo de la formación de síntomas psicóticos en su diferencia con la
neurosis. Se trata de abordar la negación en el planteo lacaniano respecto del mecanismo
en juego en la psicosis.

" Mi madre no es"


Freud pregunta al paciente por la persona del sueño y el sujeto responde "mi madre no es",
Freud concluye "entonces es su madre". Para interpretar prescinde de la negación y extrae
el contenido puro de la ocurrencia.
En ese "no es mi madre", lo reprimido- el "es mi madre" -logra penetrar en la conciencia un
contenido de representación o de pensamiento reprimido puede irrumpir con la conciencia a
condición de que se deje negar, agregandosé el "no". Es una cancelación de la represión.
La negación conlleva al mismo tiempo una suspensión y un mantenimiento de la represión,
Freud utiliza para esto la palabra Aufhebung (cancelación).
La negación puede ser situada entonces en el lugar del retorno de los reprimido (3 tiempos
de la represión de Freud). No supone entonces un levantamiento de la represión, solo es un
índice de su fracaso.
Freud, "En el curso del trabajo analítico logramos triunfar también sobre la negación y
establecer la plena aceptación intelectual de los reprimido". Pero el proceso represivo
mismo no queda todavía cancelado.

Negación: enunciado y enunciación


Jran Hyppolite, en " Comentario hablado sobre la Verneinung de Freud". Propone de 3
niveles distintos de la negación.
Afirma que la Verneinung es no la negación de algo en el juicio, sino una especie de
desjuicio, se diferencia de cualquier negación interna al juicio. Es negar como tal el juicio.
"No vaya usted a creer que yo digo que es mi madre".

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Hay dos Niveles diferentes para la negación:
1. La negación de la enunciación, negación de la posición de la enunciación. (Verneinung
freudiana)
2. La negación de enunciados, negación de contenidos.
3. La negación interna al juicio, negación de enunciados y el juicio en un sentido amplio.

Bejahung-Ausstossung
• 1° nivel: de juego de las mociones pulsional es primarias
• 2º nivel: Verneinung (desjuicio-negación de la enunciación)
• 3°nivel: El juicio como función intelectual (negación interna al juicio)

El juicio es el ulterior desarrollo de la inclusión dentro del yo o de la expulsión del que


originariamente se rigieron por el principio del placer. Se trata de un primer mito del fuera y
dentro de la constitución de la aparato, lo que introduzco en mi constituye el "dentro", lo
que expulsó, el "fuera" lo que se incluye ha sido objeto de una Bejahung, va a quedar
del lado del aparato; lo que es efecto de la Ausstossung, lo expulsado, del exterior.
Esta primera polaridad "inclusión y exclusión" según Freud corresponde a la
dualidad pulsional: Pulsión de Vida- Pulsión de muerte o Eros-Tánatos. Indica que la
afirmación (lo que ubicamos como Bejahung)- como sustituto de la unión pertenece
al Eros, y la negación (la Verneinung)-sucesora de la expulsión-, a la pulsión de
destrucción".

Para Freud la pareja inicial es "afirmación-expulsión", y sólo más tarde puede producirse
la negación. Para negar algo a que yo que es negado tuvo que ser afirmado en un tiempo
anterior. Es posible negar aquello que ha entrado en el aparato que ha sido afirmado. La
negación es posterior a la afirmación.
1° nivel (pulsional): BEJAHUNG // AUSSTOSSUNG
2º nivel: VERNEINUNG
3er nivel: El Juicio
Lo que cae bajo la acción de la afirmación primordial tendrán de terminado destino mientras
que lo que es efecto de la expulsión primordial tendrá otros.
Los 3 tiempos de la represión
1. En la negación, de la constitución del psiquismo a partir de ese primer tiempo lógico
pulsional, de este par: Bejahung-Ausstossung, con la primera fase de la represión:
represión primaria.
2. Luego, a la Verneinung ( 2º tiempo lógico, segundo nivel en la negación) Le
corresponde la 3ª fase de la represión el retorno de lo reprimido.
3. Y, finalmente, debemos ubicar a la represión propiamente dicha (Verdrangung)

Historial de Schreber La represión (1915) La negación (1925)

Fijación Represión primaria Bejahung/Ausstossung

Represión propiamente Represión secundaria Verdrängung


dicha

Retorno de lo reprimido Retorno de lo reprimido Verneinung

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El Seminario 3
Según Lacan, para que algo sea reprimido -Verdrängung- primero tuvo que haber sido
admitido en el aparato, en lo simbólico.
A esa inscripción en lo simbólico, a esa entrada en el aparato, Lacan la llama Bejahung
primordial, afirmación primordial. Supone un nivel estructural de inscripción de significantes
en el aparato. Porque en esta operación originaria, son significantes los que se admiten en
lo simbólico y también significantes los que se rechazan. Afirmación, inscripción o admisión
de estos significantes que luego podrán, llegado el caso, ser reprimidos y, retornar de la
represión. (la vía de la Verneinung)
Para ser reprimidos -en el sentido de la represión secundaria- estos significantes primero
han debido ser inscriptos en lo simbólico, admitidos en el sentido de la Bejahung primordial.
Bejahung (afirmación primordial)
I
Verdrängung (represión secundaria)
I
Retorno de lo reprimido

¿Hay Bejahung en la psicosis?


Lacan propone que esa admisión en el sentido de lo simbólico “puede a su vez faltar”
Previo a la simbolización hay una etapa, lo demuestra las psicosis, donde puede suceder
que parte de la simbolización no se lleve a cabo.
Puede suceder que algo primordial en lo tocante al ser del sujeto no entre en la
simbolización, y sea, no reprimido, sino rechazado.
Algún sgte podría no inscribirse, podría no admitirse en lo simbólico y entonces ser
rechazado, pero esto no supone la ausencia absoluta de simbolización. Caso en el cual no
existiría el sujeto que, como tal, no es sino un efecto de lo simbólico.
Incluso para el caso de la psicosis supone la Bejahung. Allí donde parte de la simbolización
no se lleva a cabo o algo primordial es rechazado -como se sabe, se trata la psicosis del
rechazo de un significante singular: el nombre del padre-, también ahí suponemos la
Bejahung como operación fundante. El psicotico es un ser hablante y como tal habita el
lenguaje, pero sobre todo es habitado por él. Muestra la sujeción del ser hablante al sgte,
revelando hasta qué punto el hablante puede ser por el sgte atormentado (caso Schreber)
Es un sgte determinado el que no es admitido en lo simbólico en la psicosis. Es el nombre
del padre.
Verwerfung
Lacan menciona el pasaje correspondiente al texto del Hombre de los lobos en el que Freud
utiliza el término Verwerfung (rechazo) para subrayar que el mecanismo que ha operado es
diferente de la represión: Verdrängung. Lacan extrae la expresión “Verdränging”
equiparandola con el término Ausstossung, uno de los términos de la operación originaria
de inclusión-exclusión que da lugar a la constitución del aparato psíquico. En efecto, Lacan
nombre Verwerfung a la expulsión primordial, ubicándola de esta manera en el lugar de
la Ausstossung, como contracara de la afirmación primordial, como contrapartida de la
Bejahung.
Bejahung // Verwerfung
DENTRO // FUERA
Inscripción de SGTES // Exclusión de SGTES.

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MUNDO SIMBÓLICO // REAL
------------------------------------------------------
APARATO PSÍQUICO

INCONSCIENTE: SABER NO SABIDO. Un saber que insiste en hacerse oír, insistencia


simbólica.
Cuando el Hombre de los lobos “rehúsa el acceso a su mdo simbólico” de la castración y no
quiere saber nada de la cosa “ni siquiera en el sentido de lo reprimido”, eso rehusado en el
orden simbólico vuelve a surgir en lo real, de la alucinación del dedo cortado.

Bejahung (afirmación primordial) Verwerfung (expulsión primordial)

Verdrängung (represión secundaria)

Retorno de lo reprimido (formaciones del Retorno en lo real (alucinación y otros


icce/ Verneinung) modos de retorno en lo real)

Simbólico Real

En el historial del hombre de los lobos, la Verwerfung de la castración parece ser situada
por Freud en la diacronía, en la vida misma del sujeto. Para Lacan, es constitutiva de la
estructura primaria. La Verwerfung es disimétrica, queda en un nivel de historia diferente al
de la Verdrängung.
En el historial de Schreber, lo reprimido y lo cancelado se encuentra en un mismo nivel de
historia, la segunda fase de la represión, lo que es conceptualizado como la retracción
libidinal. Mientras que Lacan lee en lo cancelado la Verwerfung, transporta esta cancelación
este rechazo, a un nivel histórico anterior, primario, primordial.
Términos freudianos como referencia para la construcción del concepto de forclusión
en Lacan
1. Ausstossung, ubicado en la negación
2. Aufgehobene, historial de Schreber
3. Verwerfung, extraído del Hombre de los lobos
En lo real no se encuentra únicamente estos sgtes que quedan fuera de lo simbólico por la
Verwerfung (operación que deja fuera de lo simbólico determinados sgtes). La entrada
al universo simbólico supone la pérdida radical, originaria del objeto. El objeto se pierde por
el hecho de hablar, de habitar el lenguaje. Extimidad.
Lacan reserva el término Ausstossung para lo que queda en lo real, pero no del lado del
sgte. sino del lado del objeto. Operación por el cual se pierde el objeto.
En la Neurosis donde el nombre del padre se inscribe y no es rechazado . El nombre del
padre redobla en la neurosis esa pérdida fundamental del objeto: redoblamiento que

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inscribe esa pérdida en términos fálicos, lo que permite que el deseo neurótico encuentre su
razón en el falo y se normalice.
En la Psicosis, donde el nombre del padre es tomado por la Verwerfung, ha sido forcluido-
la pérdida original del objeto no es redoblada simbólicamente, con las dificultades que eso
conlleva para la normalización de la función del deseo.

Dos estados del significante


Para la neurosis como para la psicosis, la Bejahung instituye el mundo simbólico de un
sujeto mientras que la Verwerdung Constituye como tal lo que es expulsado los real lo que
escapa a la simbolizacion.
Establecidos los 2 campos, el de lo simbólico y el de lo real y los modos de retorno, plantea
2 estados posibles para del significante.
1. En primer lugar, encontrar al significante en los involucrados
2. En segundo lugar, hallarlo exiliados en lo real. No es lo mismo el significante en mo
simbólico que el significante en lo real.
"Un significante es lo que representa a un sujeto para otro significante."
Solamente el significante en cadenandose se articula con otro produciendose la
significación. Se encuentra en los involucró a mí entra forman parte de una red, de una
cadena. Esto acontese para los significantes que han sido admitidos en el mundo simbólico
y pueden sufrir destinos diversos son reprimidos retornar en un síntoma, en un lapsus, en
un sueño, etc.
El otro estado del significante en una psicosis se trata del significante en los real en este
caso se encuentra exiliado de los simbólico suelto solo es del significante aislado de la
cadena. Una luz innovación en la psicosis no es interpretable Por qué no está conectada en
tanto que significante con otro, no está conectada en tanto que significante con otro, no está
enlazada con el resto de la cadena. Entonces retorna en los Real. Es el significante des-
encadenado.
Ambas formas la más plena y más vacía de tiene la significación.
Antes de poder ser reducida a otra significación, Significa en sí misma algo, es una
significación que remite ante todo, a la significación en cuanto tal. Vuelve sobre si misma,
Es un "significante asemántico". Del estado de des-encadenado que presenta al significante
en lo Real se sigue su independencia respecto de la significación tanto por vaciarse
absolutamente de ella (fórmula estribillo) o por ser tan pleno de significación (intuición
delirante), que ya no significa nada.

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