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Recurso en la Ley Nº1287: la legitimación activa del Ministerio Público Fiscal

Por Ana Dieta de Herrero (*)

I.-INTRODUCCIÓN:

La Ley Nacional Nº25.572 y la Ley local Nº597 transfirieron a la Justicia


Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires la competencia para responder a la
investigación y juzgamiento en materia penal que se circunscribe a algunos de los
delitos previstos en el Art.189 bis del Código Penal.-

En virtud de ello y a raíz de la carencia de un ordenamiento procesal específico,


ya que el que se cuenta, esto es la Ley 12 se refiere a la cuestión contravencional,
que además establece en su Art.6 la aplicación supletoria del Código Procesal
Penal de la Nación, se dictó la Ley 1287[1] (Modificación Transitoria Ley de
Procedimiento Contravencional para las Competencias Aprobadas por la Ley 597),
modificada por la Ley 1330[2] que otorga un procedimiento especial para las
competencias cuya transferencia se aprobara.-

Esta norma especial, en su Art.61 trata la cuestión de los recursos, estableciendo


una importantísima limitación a la legitimación activa del Ministerio Público Fiscal,
en cuanto contempla su posibilidad de recurrir la sentencia definitiva absolutoria
únicamente en el supuesto de “inobservancia o errónea aplicación de la ley
sustantiva”, constituyendo un tipo de recurso que, amén de innominado
formalmente, lo que además implica no pocas confusiones en orden a su forma y
fondo, a la luz de la reciente jurisprudencia de la Cámara de Apelaciones en lo
Contravencional y de Faltas parece haberse constituido a sí mismo en una suerte
de restringido recurso de casación.-

Por ello, entendiendo que lo novedoso de la materia en el fuero mencionado,


merece una primera y somera aproximación a la cuestión que permita profundizar
en los conceptos clásicos hasta ahora manejados por la doctrina en orden a los
recursos –concepto, alcance y legitimación- para luego proceder a su
confrontación con las normas de aplicación en el ámbito del Poder Judicial de la
Ciudad de Buenos Aires y su interpretación jurisprudencial, las que parecen dejar
huérfanas de sustento y control desde la postura del Ministerio Público Fiscal a
flagrantes arbitrariedades decisorias.-

II.- NORMAS DE APLICACIÓN EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES:

Ley Nº 1287, Modificación Transitoria Ley de Procedimiento Contravencional para


las competencias aprobadas por la Ley nº597.-

Art.61. Recursos.-

Inc.1º.- La sentencia definitiva o cualquier auto equiparable a sentencia definitiva


es recurrible por el imputado dentro del quinto día y puede deducirse en los
siguientes supuestos:

a) inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva;

b) inobservancia de las normas procesales;

c) arbitrariedad de la sentencia en virtud de un inequívoco apartamiento de las


constancias de la causa.-

El Ministerio Público Fiscal puede recurrir en el supuesto del inciso a) y sólo en el


caso de sentencia absolutoria. También procede el recurso de revisión respecto
de sentencia definitiva o cualquier auto que le resulte equiparable, deducido por el
imputado/a y su defensor/a, conforme su regulación en Código Procesal Penal de
la Nación. Son concedidos libremente y en ambos efectos.-

La Cámara puede confirmar la sentencia condenatoria o absolutoria o revocar una


sentencia condenatoria, pero no puede convertir una sentencia absolutoria en
condenatoria. De mediar recurso interpuesto por el Ministerio Público Fiscal y en la
hipótesis de la no confirmación de la sentencia absolutoria, la Cámara resuelve el
caso de acuerdo a la ley y a la doctrina que declare aplicable al caso. Si la
Cámara entiende que la condena no se ajusta a los hechos probados, debe
disponer la realización de un nuevo juicio.-
Estos recursos son juzgados por la Cámara Contravencional y de Faltas,
quedando vedada la intervención de los jueces que pudieron haber intervenido en
etapas anteriores del proceso.-

Inc.2ª.- La Cámara pone las actuaciones a disposición de las partes por un


término de cinco (5) días y notifica el proveído. En ese plazo, la parte que no
recurrió puede contestar por escrito los agravios del recurrente.-

Inc.3º.- Dentro de los diez (10) días de la sentencia definitiva, el imputado puede
interponer fundadamente ante el Tribunal Superior de Justicia los recursos
previstos en los incs.4) y 5) del artículo 26 de la Ley Orgánica del Poder Judicial
(texto según ley 1330).-

III.- IMPUGNACIÓN DE LA SENTENCIA EN MATERIA PENAL EN EL PODER


JUDICIAL DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES:

A.- CONCEPTO:

Existen diversas definiciones que la doctrina ha otorgado al instituto que se


pretende examinar en el presente trabajo.-

Desde el Diccionario de la Lengua se especifica que recurso es “vuelta o retorno


de una cosa al lugar de donde salió” reconociendo su etimología en el vocablo del
latín “recursus-us” que significaba retroceso.-

El término se encuentra presente en la mayoría de la codificación procesal,


nacional y extranjera, mas también ha sido denominado de otras formas tales
como: impugnación, medio de impugnación, remedio jurídico, remedio
jurisdiccional,etc.-

Ayan[3] ensaya un concepto al circunscribir el recurso como “una manifestación de


voluntad de quien ataca una resolución jurisdiccional, que se considera ilegal y
agraviante, a fin de que el Tibunal que la dictó u otro de grado superior (Alzada),
mediante un nuevo examen, la revoque, modifique o anule” y remite al concepto
unitario acuñado por Clariá Olmedo[4] en cuanto expresa que se trata de “el medio
impugnativo por el cual la parte que se considera agraviada por una resolución
judicial que estima injusta o ilegal, la ataca para provocar su eliminación o un
nuevo examen de la cuestión resuelta y obtener otro pronunciamiento que le sea
favorable”.-

De tal forma, se puede concluir que se entiende por recurso a la impugnación,


mecanismo o remedio procesal mediante el cual la parte agraviada y legitimada
para ello, demanda el control de la sentencia por parte de una instancia superior,
antes de que la misma adquiera el carácter de cosa juzgada, a los efectos de
procurar una nueva decisión judicial favorable a su interés y que como institución
jurídica presente en los ordenamientos procesales penales, también se refleja en
las previsiones del Art. 61 de la Ley Nº1287, modificada por la Ley nº1330.-

B.-ALCANCE:

La reparación de los vicios de la sentencia que contempla la norma examinada se


circunscribe a:

1) Inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva.-

2) Inobservancia de las normas procesales.-

3) Arbitrariedad de la sentencia en virtud de un inequívoco apartamiento de las


constancias de la causa.-

1) Inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva

La fórmula alude al vicio in iudicando, el que “Se dirige al contenido jurídico de la


sentencia impugnada en su totalidad, en uno de sus extremos o en un aspecto de
cualquiera de ellos, pero sólo será eficaz si afecta la decisión misma atacada por
ser considerada injusta”.[5]

Se entiende por ley sustantiva lo que el sentenciante ha asumido jurídicamente


con relación a la cuestión de fondo del fallo, excluyendo la normativa procesal,
pero no las que aún sistemáticamente ubicadas en el ordenamiento de forma
cuenten con naturaleza sustantiva, las que pueden englobar normas penales y
también de derecho privado consideradas al efecto.-

Por su parte la “inobservancia” alude a la omisión de su aplicación, mientras que


“errónea aplicación” implica otorgar a la un significado diferente al pertinente en el
caso concreto, por lo que “la valoración jurídica resulta equivocada por defecto de
interposición o de elección de la norma correspondiente”.[6]

2) Inobservancia de las normas procesales

Ha sido traducida como el vicio “in procedendo”, alude al irrespeto de las normas
que establecen el rito fijado para obtener la sentencia o llegar a ella, aunque
queda excluido del supuesto mencionado la equivocada aplicación de la ley
procesal cuando el tema a decidir esté regulado por ella misma.-

La cuestión radica en el vicio del procedimiento y no en el juicio del juez.-

Obedece a normas de derecho procesal a las cuales el judicante y las partes


están llamadas a someter su actividad, esto es a los requisitos que debe revestir el
acto procesal en cuanto al modo, contenido, tiempo, lugar, actos precedentes,
actos complementarios y actos subsecuentes.-

Sin embargo no toda violación de formas admite la interposición del recurso, sino
sólo las formas impuestas por normas de acatamiento imperativo, por lo que su
violación ocasione sanción procesal (inadmisibilidad, nulidad, caducidad y
preclusión).-

3) Arbitrariedad:

La doctrina de la arbitrariedad sentada por la Corte Suprema de Justicia de la


Nación sostiene que son revisibles las sentencias que carecen de los requisitos
mínimos exigibles a un fallo judicial, omitiendo el tratamiento de lo que era tema
de decisión al no constituir derivación razonada del derecho vigente respecto de
las circunstancias del caso concreto.-

No tiene por objeto la tacha de las sentencias que se estiman erróneas o


equivocadas sino las que merecen ser descalificadas como acto judicial.-

Siguiendo la sistematización ofrecida por Rubianes[7], se pueden mencionar los


principales motivos de arbitrariedad, expuestos en los numerosos fallos de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación:

a) Prueba: la arbitrariedad no puede fundarse en la discrepancia entre el


recurrente y el juez en orden al criterio de selección y valoración de las pruebas,
aún cuando prescinda de alguna de ellas, si ha hecho mérito a elementos que
resultan suficientes para apoyar sus conclusiones; pero sí la conforma la
prescindencia de toda consideración de la prueba o las afirmaciones carentes de
sustento en las constancias de autos o la falta de crítica a importantes elementos
esgrimidos.-

b) Derecho vigente: las sentencias deben ser derivación razonada del derecho
vigente, con relación a las circunstancias de la causa, por lo que resulta arbitraria
la sentencia que se aparta de la solución normativa prevista para el caso o que
carezca absolutamente de fundamentación.-

c) Cuestiones introducidas: es arbitraria la sentencia que omite pronunciarse sobre


las cuestiones planteadas o pedidos concretos introducidos por las partes que
devienen conducentes para la decisión.-

d) Afirmaciones dogmáticas o genéricas: son descalificables las decisiones


basadas en meras aserciones dogmáticas desprovistas de fundamento y las que
contienen reflexiones genéricas que no examinan la materia de conocimiento.-

e) Voluntad del Juzgador: es arbitrario el fallo fundado sólo en la voluntad del


juez.-
f) Contradicción: resulta atacable la sentencia que afirma y niega al mismo tiempo
idéntica hipótesis por devenir autocontradictoria.-

g) Agravios: es cuestionable la sentencia que prescinde por completo de los


agravios expuestos por el recurrente.-

h) Rigorismo formal: cae en arbitrariedad el fallo que por exceso en la exigencia de


acatamiento a las formas procesales.-

i) Exceso de jurisdicción: se descalifica la sentencia en la que el Tribunal


sobrepasa la jurisdicción que le otorgan los recursos concedidos, agravando la
cuestión para el recurrente cuando el punto no fue tratado por la contraparte.-

C.- LEGITIMACIÓN ACTIVA DEL MINISTERIO PUBLICO FISCAL

El poder de recurrir, reconocido como la posibilidad o atribución que la ley confiere


al Ministerio Público Fiscal y a las partes de atacar la decisión que entienden
agraviante se encuentra subdividida en dos facetas: una referida al sujeto al que
se confiere y otra al objeto sobre el cual recae (impugnabilidad subjetiva e
impugnabilidad objetiva[8])

Conforme indica la normativa analizada “El Ministerio Público Fiscal puede recurrir
en el supuesto del inciso a) y sólo en el caso de sentencia absolutoria.”, de lo que
cabe recordar que el inciso a) al que se alude refiere a inobservancia o errónea
aplicación de la ley sustantiva.-

De ello se deduce a simple vista que el procedimiento adoptado se enrola, en un


sistema taxativo y cerrado, con limitaciones precisas que establecen la
imposibilidad para el Fiscal de recurrir en otros supuestos, aún cuando el fallo
cause agravio o gravamen que genere perjuicio efectivo cual es la absolución del
imputado cuando se ha requerido su condena.-

De tal manera, la legitimación activa del representante del Ministerio Público


Fiscal, encuentra un único y excluyente objeto de recurso: la sentencia absolutoria
viciada por inobservancia o errónea aplicación de la ley sustantiva, constituyendo
su exigua y solitaria herramienta mediante la cual le corresponde hacer prevalecer
el interés público de justicia que representa en esa última etapa del proceso.-

IV.- JURISPRUDENCIA DE LA CÁMARA DE APELACIONES EN LO


CONTRAVENCIONAL Y DE FALTAS DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

En atención al corto tiempo transcurrido desde la entrada en vigencia del


Convenio de Transferencia de Competencias Penales acordado entre las
autoridades de la Nación y las de la Ciudad de Buenos Aires y aunque el aumento
cuasi geométrico de casos sometidos a la nueva competencia demandará el
consiguiente plural y reiterado avocamiento de la Cámara de Apelaciones en lo
Contravencional y de Faltas, a los efectos del presente trabajo se han podido
seleccionar dos fallos de la Sala I de ese cuerpo, los que resultan por cierto
claramente ilustrativos y corroborantes de la postura asumida en este desarrollo.-

De la lectura de los autos “Rodríguez Ríos”[9], que se destaca por la abundante


cita doctrinaria y jurisprudencial se desprende que “...recurso intentado por la
Fiscalía contra una sentencia absolutoria, rige plenamente el principio de
jurisdicción limitada de este Tribunal de Alzada, teniendo vedad la incursión en un
reexámen de las conclusiones de hecho del Tribunal de juicio y en una
reformulación de la valoración de las pruebas que sirven de base a la sentencia.
En consecuencia debe entenderse el supuesto en el apartado “a” del inciso
primero del Artículo 61 LPP como “ el error padecido por el tribunal en la selección
o en el alcance de la norma que da el sentido del caso sometido a decisión, de
modo que la infracción puede materializarse en forma negativa o positiva.
Concurre la primera hipótesis cuando se omite aplicar a un hecho la norma que
genuinamente lo conceptualiza (v.g., en un caso de violación de domicilio se
prescinde de la norma exculpante contemplada en el CP, art. 152) y se da la
segunda cuando se aplica al hecho una norma que no es la adecuada (v.gr. si un
caso de robo es encuadrado en la figura del hurto), o cuando a pesar de haberse
aplicado la norma adecuada se le otorga un alcance diverso al que realmente
reviste o se le imputa una consecuencia que no le corresponde (v.gr. se tiene por
configurado el delito de lesiones en riña y se absuelve a uno de los que ejercieron
violencia sobre la persona del ofendido)” (Palacio, Lino “Los recursos en el
proceso penal”, Abeledo Perrot, segunda edición actualizada, página 110).-

En este marco, no ingresan en el supuesto legal aquellos aspectos relativos a la


prueba del dolo, que “por ser una cuestión directamente vinculada con el material
fáctico y probatorio sobre el que el tribunal oral tiene exclusivas facultades
discrecionales, (es) ajeno a los motivos legales del recurso de casación; razón por
la cual, y al no advertirse arbitrariedad manifiesta en los razonamientos del tribunal
de mérito, no resulta posible discutir tal extremo en esta instancia....”.-

“También desde un punto de vista teórico-práctico, si se interpreta el recurso como


una garantía procesal a favor del imputado contra la condena dictada en su contra,
según lo imponen las Convenciones Internacionales sobre Derechos Humanos
integradas al plexo constitucional, “es incompatible con la concesión al acusador
de un recurso contra las sentencias de los tribunales de juicio –sistema “bilateral”
de los recursos (lo cual supone que) al menos en algún momento es preciso
romper esa cadena de “bilateralidad”, para conceder un recurso único al
condenado conta la sentencia condenatoria” (Maier, Julio “Derecho Procesal
Penal”, Editores del Puerto s.r.l., 1999, primera reimpresión, tI, página 638).-

Por lo demás, esta posición ha sido asumida por el TSJ al interpretar el artículo 53
de la Ley 12 y rechazar la inconstitucionalidad del mismo, propiciada por el
Ministerio Público Fiscal por vedarle la posibilidad de interponer recurso de
inconstitucionalidad, con la única excepción admitida por el máximo Tribunal de
que lo haga a favor del imputado (TSJ, Expte.nº110/99 “Rodríguez, Paulo
Federico y Ball, Gustavo Martín s/art.78 –carreras en la vía pública s/recurso de
queja; Expte.nº339/00 “Pariasca, Lucio León Eloy s/art.47 s/recurso de queja por
denegación de recurso de inconstitucionalidad”; entre otros).-

Esta reconsideración parcial del sistema de bilateralidad de los recursos por parte
de los legisladores, al establecer algunas limitaciones al Ministerio Público, es
coherente con las líneas jurisprudenciales y doctrinales antes expuestas, y así se
releja en la regulación analizada, más allá de algunas previsiones que dificultan su
interpretación , antes bien, pueden resultar excesivamente restrictivas.-

Lo cierto es que este doble criterio limitativo establecido respecto del Ministerio
Público, esto es, tanto en relación a qué puede recurrir –sólo sentencia
absolutoria- y en qué supuesto de los taxativamente previstos –error in iudicando-,
obliga a este Tribunal a extremar el análisis de admisibilidad. Esta tarea es
extensiva a los jueces de grado, sin que obste para ello la paradójica forma de
concesión libre prevista, que puede llevar a confusión, en la medida que
tradicionalmente se entiende que posibilita la invocación de hechos nuevos y la
producción de prueba en segunda instancia, aspectos incompatibles con el
recurso previsto en la LPP.”

Por su parte en los autos Ruiz[10], la misma Sala I de la Cámara de Apelaciones


en lo Contravencional y de Faltas señala que “Queda claro entonces, que a la luz
de esta vía no pueden examinarse los hechos, modificarlos, completarlos o
desconocerlos. El punto será revisable si no se alteran los presupuestos de hecho
establecidos por la sentencia que constituyen la base fáctica, limitándose al control
jurídico de los juicios valorativos formulados sobre la base de tales situaciones.-

En tal sentido, la Cámara de Casación resolvió que “cuando la impugnación se


basa en la vía del art. 456 inc. 1 CPPN, esto es la inobservancia o errónea
aplicación de la ley de fondo, es de capital importancia respetar los hechos
probados en la sentencia, de manera tal que pueda adecuarse la significación
jurídica que se pretende sin mengua o cuestionamiento alguno de la plataforma
fáctica fijada por el tribunal de mérito, cuyo control, salvo arbitrariedad por
inobservancia de los arts. 123 o 404 del CPPN del ordenamiento instrumento,
resulta ajeno a esta vía (CNCP, Sala III, “Sidorak, Juan Raón s/recurso de
casación” del 22/4/96; “Barrita, José y otros s/recurso de casación” del 30/12/97).
Y que “corresponde declarar mal concedido el recurso de casación si el recurrente
al alegar presunta inobservancia de la ley sustantiva no se ha atenido a los
sucesos establecidos en la sentencia, cuando debía sólo discutir la calificación
jurídica asignada a los tenidos por probados (CNCP, Sala II “Oliver Puchol y otro
s/recurso de casación del 15/12/94).-

En síntesis, de lo expuesto se colige que el análisis de los fundamentos expuestos


por la Fiscal para sustentar su postura gira en torno de la apreciación de la prueba
realizada por el juzgador respecto a la ausencia de autorización requerida por el
delito por el que fue absuelto, cuando la tarea de revisar el juicio de derecho
contenido en la sentencia, supone siempre el respeto de los acontecimientos allí
determinados.-

En otro orden de ideas, la Sr. Fiscal invoca que la sentencia ha violado las reglas
de la lógica en la apreciación de las cuestiones de hecho, por lo que se ve privada
de fundamentación, lo que se asimila a un supuesto de arbitrariedad receptado por
la doctrina de la Corte Suprema de Justicia.-
Sin embargo, es de destacar que si bien asiste razón al Ministerio Público en
cuanto a que el Juez, al apreciar los elementos de prueba incorporados al
proceso, debe observar las reglas de la lógica-principios de identidad, tercero
excluido, contradicción y razón suficiente-, de la psicología y de la experiencia
común que deben informar el desenvolvimiento de la sentencia; éste control no se
relaciona con el art. 61 inc. a) ley cit., sino con las hipótesis b) y c), es decir con la
inobservancia o errónea aplicación de la ley procesal y con la arbitrariedad de la
sentencia. En otras palabras, los defectos de motivación basados en
transgresiones a la regla de la sana crítica se incluyen en el denominado “vicio in
procedendo” y no en los “vicios in iudicando”, único supuesto en el que el Fiscal
está habilitado a recurrir; el que podría haber prosperado de encontrase
legalmente previsto en la medida que no puede otorgarse carácter sacramental al
informe proporcionado por el RENAR en un caso como el presente, donde se ha
acreditado la portación de un arma de fuego de uso civil con su numeración
erradicada en poder de un imputado que además registra antecedentes penales.
Tales circunstancia suponen la imposibilidad de contar con autorización legal
otorgada a persona alguna para llevarla consigo, en tanto y en cuanto la misma se
concede en relación a un arma determinada debidamente registrada (para lo cual
debe exhibir su número identificatorio), a quien acredite ser legítimo usuario de
armas de uso civil condicional, exigiéndose además como requisito que el
solicitante carezca de antecedentes.”

Se observa de lo dicho que el Superior interviniente aparece con entidad


casatoria, condición ésta que aún reconociendo la excesiva limitación recursiva y
la arbitrariedad decisoria que señala e identifica, le impide corregir la cuestión por
la vía recursiva seleccionada.-

V.- CONCLUSIONES:

El análisis de la cuestión que nos ocupa permite una primera y evidente


conclusión que radica en una diferente y novel competencia en materia penal, con
atribución de funciones a órganos distintos a los hasta ahora vigentes y con
regulación independiente, aún dentro del marco geográfico de la Capital Federal, a
la contemplada por el Código Procesal Penal de la Nación.-

De ese nuevo régimen de procedimiento surge, en lo que a este trabajo atañe la


explicitación de un parámetro recursivo diferente al contemplado por la ley
procesal de alcance federal.-
Es que la ley 1287, modificada por la ley 1330, determina una única posibilidad
recursiva para el Ministerio Público Fiscal, esto es la inobservancia o errónea
aplicación de la ley sustantiva y sólo en el caso de sentencia absolutoria.-

Dicho limitadísimo recurso, el que así merece llamarse por cuanto reviste
completamente las formas de dicha institución, no ha sido nominado por la norma,
con lo que, está en la interpretación jurisprudencial su individualización y
consecuente delimitación jurídica, la que al parecer ha sido escogida con el
alcance de recurso de casación en casos de error in iudicando.-

Ello es así, por cuanto de la lectura de las posturas jurisprudenciales antes


extractadas en las partes que se estimaron pertinentes, se advierte que se ha
interpretado el alcance del recurso regulado por el Art.61 de la ley 1287,
modificada por la ley 1330, determinando en primer lugar que aún tratándose de
un recurso “innominado” cuya competencia corresponde a una Cámara de
Apelaciones y en cuya redacción confluyen los supuestos contemplados por el
recurso de casación receptado en la ley de procedimiento federal y la doctrina de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se ha evaluado en forma excluyente
como un supuesto de casación.-

Además se observa que aunque se juzga excesiva la limitación impuesta al


Ministerio Público Fiscal, se entiende acertado el quiebre de la bilateralidad
recursiva, y que aunque se advierten dificultades en la interpretación de la norma
en cuanto al “modo libre de concesión” se insiste y sostiene la postura de tribunal
de casación.-

Párrafo aparte merece la confrontación de los supuestos de arbitrariedad que se


señalan de impertinente intervención, ya que por un lado el recurso contemplado
por la norma, resultaría ciertamente más amplio que el de casación al que se
intenta enrolar, pero además deja huérfana de contenido su control superior.-

El recurso así considerado parece aparejarse con el mencionado en el artículo 8.2


h) de la Convención, dentro del criterio de máxima protección de los derechos del
individuo y, por lo tanto, conforme al y del derecho de acceder a la justicia formal y
material, que reclama la emisión de una sentencia “justa). Se trata de una revisión
limitada, que pudiera dejar fuera aspectos verdaderamente relevantes para
establecer la responsabilidad penal del sujeto dejando” en una zona inabordable y
por lo mismo oscura” hechos relevantes al esclarecimiento de la
cuestión[11],fracturando la bilateralidad ya que apunta sólo a la chance del
imputado, no a la del Fiscal.-

Se observa entonces, que se entiende el recurso de casación, como único que


contiene el sistema procesal adoptado para la competencia penal -por cuanto fue
suprimido el recurso de apelación- con el cual se da por satisfecha la integración
de la segunda instancia, para el control de la sentencia.-

No se puede extraer de las posturas adoptadas otra construcción jurídica que


preserve el principio de inmediación procesal y que ante un juzgador monocrático
permita recurrir al tribunal colegiado, el que por su integración plural pueda
constituirse en garantía de una sentencia justa.

VI.- BIBLIOGRAFÍA:

AYAN, Manuel A. Recursos en Materia Penal. Principios Generales, Marcos


Lerner Editores Córdoba, Córdoba, 1985.-

CLARIÁ OLMEDO, Jorge. Derecho Procesal Penal, Tomo III, Rubinzal Culzoni,
Santa. Fe, 1998.-

CLARIA OLMEDO, Jorge. Tratado de Derecho Procesal Penal, Editorial Ediar,


Buenos Aires, 1967.-
DE LA RUA, Fernando. La casación penal, Lexis Nexis, Depalma, Bs. AS., 2000.-

FALLOS DE LA CASACIÓN PENAL, tomos I/IV, Fabián Di Plácido, Editor,


Bs.As.,1999, 2001, 2003.-

FALLOS CIDH : “Herrera Ulloa c/Costa Rica” ,julio 2004.-

GUARIGLIA, Fabricio. “Régimen general de los recursos en el Código Procesal


Penal de la Nación”, en Los recursos en el procedimiento Penal, Editores del
Puerto S.R.L., Bs. As., 2004.-

MAIER, Julio. Derecho Procesal Penal, Editores del Puerto S.R.L., segunda
edición, primera reimpresión, Bs.As., 1999.-

PALACIO, Lino. Los recursos en el proceso penal. Abeledo Perrot, segunda


edición actualizada.-

RUBIANES, Carlos J. Manual de Derecho Procesal Penal, III, El procedimiento


penal, Ediciones De Palma, Buenos Aires, 1967

(*) Fiscal en lo Contravencional y de Faltas del Poder Judicial de la CABA. -


anadieta@hotmail.com

[1] BOCBA nº1928 del 27/4/94

[2] BOCBA nª1965 del 18/6/04

[3] Ayan, Manuel A. Recursos en Materia Penal, Principios Generales, Marcos


Lerner Editora Córdoba, Córdoba, 1985, pág.40 y ss.
[4] Clariá Olmedo, Jorge A. Tratado de Derecho Procesal Penal, Editorial Ediar,
Bs. As., 1967.

[5] Clariá Olmedo, Jorge A. Derecho Procesal Penal, Tomo III, Rubinzal-Culzoni
Editores, Santa Fe, 1998, págs.196 y ss.

[6] Clariá Olmeod, Jorge A.op.cit.

[7] Rubianes, Carlos J. Manual de Derecho Procesal Penal III, El procedimiento


Penal, Ediciones De Palma, Bs. As., 1982, págs.379 y ss.

[8] Ayan, Manuel N., op.cit.

[9] Causa nº309-00-CC-2004, “Rodríguez Ríos, Eliseo s/infracción art.189bis CP-


Apelación”,nov.2004.

[10] Causa nro.025-00 CC/2004, Ruiz, Pablo Roberto o Félix Gastón s/por
inf.art.189bis del C.P.s/Apelación”, nov.2004.

[11] Fallo CIDH : “Herrera Ulloa c/Costa Rica”, julio 2004.

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