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PLATÓN “¿Y QUÉ ES EL HOMBRE?

Para Platón, el hombre es un alma que se sirve de un cuerpo. Distingue

claramente un cuerpo y un alma con la primacía del alma sobre el cuerpo, puesto

que el alma es el principio del movimiento del cuerpo.

El cuerpo es una realidad sensible y natural sujeta al cambio y en consecuencia es

mortal; mientras el alma racional es una realidad espiritual, preexistente y afín a lo

divino.

Para explicar esta concepción de la naturaleza del alma, Platón forja la imagen de

un monstruo multiforme y policéfalo que adquiere la forma humana y al cual divide

en tres partes: la de un hombre sabio, que representa la inteligencia y la razón, la

de un león valeroso, que simboliza la pasión, el sentimiento y la voluntad, y la

hidra de cien cabezas que sin cesar se trasforma como los caprichos del deseo y

el apetito.

También en el mito del carro alado, Platón representa al hombre como un conjunto

formado por un carro, un par de caballos alados y su auriga, verdadera imagen del

cuerpo, el alma racional unida a las pasiones del corazón y del deseo.

Aquí en este mito, el auriga o conductor representa el arma racional o elemento

racional de la acción. La función afectiva de la acción (deseo y apetitos) está

simbolizada por el caballo sanguíneo y contrahecho que tiende siempre a la

pasión sensual y a lo terrenal.


De estos dos caballos, el bueno se esfuerza por alcanzar el mundo de la divinidad,

mientras el caballo sanguíneo, más amigo de contradecir e insolentar, se empeña

en arrastrarnos al mundo terrenal, de modo que en nosotros resulta difícil la

conducción de nuestra conducta.

En el Timeo, Platón indica que el alma racional habita en la cabeza y tiene la

prioridad de gobernar el cuerpo y el alma afectiva y apetitiva; el alma afectiva mora

en el pecho y la apetitiva en el abdomen.

Platón, finalmente, le asigna al alma racional la contemplación de lo que es en

verdad, y para alcanzarla debe renunciar totalmente a los sentidos y contemplar

intuitivamente el ser y lo más luminoso del ser, la Idea del Bien (Dios).

Grafica: Elabora una imagen del ser humano a partir el concepto de tiene

Platón del mismo.

ARISTÓTELES: “EL HOMBRE ES UN SER VIVIENTE RACIONAL”

El gran valor que reviste la visión antropológica del Estagirita es el de pensar el

ser del hombre en su:

Dimensión ontológica: El hombre es un ser viviente racional

Dimensión social: El hombre es por naturaleza un ser cívico

Dimensión ética: El hombre es cierta praxis


Aristóteles expone que el hombre es una unión de cuerpo y alma; ser dotado de

apetito y razón, siendo el animal más acabado y perfecto de la naturaleza, es sin

embargo, el animal más peligroso y el peor de todos, cuando se aparta de la ley y

de la justicia.

SANTO TOMAS DE QUINO: “EL HOMBRE ES PERSONA HUMANA”

El pensamiento antropológico del cristianismo tiene una gran importancia al

esclarecer la esencia del ser humano; desentrañando la singular dignidad del

hombre como imagen de Dios y como persona humana. Veamos su planteamiento

en Santo Tomás de Aquino.

Santo Tomás distingue teología y filosofía de la naturaleza; esta última culmina

con la explicación del ser natural viviente, cuya forma más alta es el hombre que

capta en tres líneas fundamentales:

1° El hombre es un compuesto sustancial de cuerpo y alma

2° El hombre es un animal racional

3° El hombre es una persona especial

La noción de persona es una noción auténticamente cristiana, que expresa en su

esencia, la plenitud de la dignidad inherente a cada ser humano, puesto que a

todo individuo de naturaleza racional se le llama persona. Es decir, el hombre, no


es algo, ni cuerpo o cosa, sino alguien que es y sabe que es; alguien que es

persona y sabe que es persona.

El hombre es naturalmente un ser racional, libre y existente por sí mismo. Esto

habla de los elementos constitutivos que hacen que el hombre sea hombre, en su

verdadera dignidad y auténtica existencia.

1.3 LA ANTROPOLOGÍA ORÉTICA

A continuación presentamos algunos de los modelos conceptuales más

importantes de la Antropología Orética o Naturalista.

NICOLAS MAQUIAVELO: “EL HOMBRE ES MALO POR NATURALEZA”

Contra aquella antropología noética que concibe al hombre determinado por el

espíritu y los altos ideales de la razón y la moralidad. Maquiavelo vislumbra una

antropología de tipo orético, que concibe al hombre como un ser naturalmente

malo, sujeto a las pasiones y dispuesto a satisfacer sus apetitos insaciables, a

causa de que, por su modo de ser, desean los hombres poseerlo todo y sólo

pueden alcanzar muy poca cosa, originando así un estado de natural violencia.

LUDWING FEUERBACH: “EL HOMBRE ES EL DIOS DEL HOMBRE”

Contra toda la antropología noética. Feuerbach destacará el ser corporal con

todas sus manifestaciones: pues, si la antigua antropología tenía como objeto

fundamental, un hombre abstracto y señalaba que el cuerpo no pertenece a la


existencia humana, el materialismo antropológico que propone Feuerbach, tiene

como objeto único, universal y supremo, el ser real y entero del hombre.

Pero como Feuerbach está interesado en adelantar una crítica a la religión para

indicar que la esencia de Dios es la misma esencia del hombre, esta crítica

desembocará en la constitución de una nueva teroría del hombre como existencia

radical finita, y como antropología que promociona al hombre como el valor

supremo del hombre y en donde el principio feuerbachiano:

“El hombre es el Dios del hombre”, debe ser el primer principio práctico; es decir,

el amor del hombre por el hombre debe ser prácticamente la ley suprema de las

relaciones entre los hombres.

CARLOS MARX: “EL HOMBRE ES EL CONJUNTO DE LAS RELACIONES

SOCIALES”

Para Marx, mas bien, el primer hecho fundamental que debe observarse es que el

hombre es un ser natural, concreto, determinado históricamente por la satisfacción

de sus necesidades naturales y sus relaciones sociales de producción.

De acuerdo con Marx, la relación social entre hombre y hombre debe considerarse

en las condiciones materiales de vida que la determinan en el proceso histórico-

social de la producción material de bienes para la satisfacción de las necesidades

humanas.
De modo que el análisis marxista parte del hombre real, viviente, de su acción y

sus condiciones materiales de vida, con una existencia histórica concreta y sujeta

a satisfacer sus necesidades mediante el trabajo, a través del cual, el hombre se

afirma realmente y se plasma constantemente a sí mismo en el mundo que ha

creado.

En este contexto se ha visto una antropología de tipo orético en Marx, puesto que

el hombre como ser natural, corporal e histórico, relacionado y condicionado por la

naturaleza y en consecuencia sujeto al devenir y satisfacción de sus propias

necesidades, debe relacionarse con sus semejantes: los hombres para poder vivir

tienen que comer, beber, vestirse, etc.

De acá que Marx sostenga que la producción de los medios necesarios para la

satisfacción de estas necesidades, como de las nuevas necesidades que brotan

de las relaciones que establecen los hombres, constituye el primer hecho histórico.

FEDERICO NIETZCH: “YO ANUNCIO AL SUPERHOMBRE”

En la perspectiva nietzscheana, el hombre es casi una nada, un ser miserable,

inmundo, indeterminado, híbrido, mezcla de bestialidad y humanidad; simple

puente entre la bestia y el superhombre.

El hombre real, concreto, diríamos hoy histórico, es apenas para Nietzche un

animal inconcluso, “una cuerda tendida entre la bestia y el superhombre; una

cuerda sobre el abismo”.


En este humanismo ateo, el hombre es entonces algo que debe ser superado y el

medio para trasformar al “hombre pequeño” en “superhombre” es la voluntad de

poder, puesto que, para Nietzsche, no es la razón la que establece los valores,

sino la fuerza, la vida, y en tal sentido, la animalidad; es el cuerpo en acción y el

pensamiento es sólo instrumento de esa animalidad. El hombre libre debe

reconocer, que es cuerpo, impulso, instinto, pasión, águila y serpiente a la vez;

que la vida es tierra y se proyecta en la tierra; que la vida es ser, voluntad de

poderío, valoración, fuerza de vida, crecimiento, un querer ser más.

Bajo este fundamento se revela ahora que el principio de toda valoración es el

superhombre, una nueva medida y modelo para el hombre.

DEBATE

Confronta la idea que tiene Santo Tomás con la de Nietzsche sobre el hombre.

Concluye.

SIGMUND FREUD: “LO INCONSCIENTE ES LO HUMANO”

El punto de partida de la intensa actividad intelectual de Sigmund Freíd (1856-

1939) puede ubicarse en la importante cuestión que se formuló: “¿Qué fines y

propósitos de vida expresan los hombres en su propia conducta?”. “Aspiran a la

felicidad, - respondió Freíd. Esta aspiración tiene dos caras: un fin positivo y otro

negativo; por un lado, evitar el dolor y el displacer; por el otro, experimentar

intensas sensaciones placenteras”.


De acuerdo a lo anterior, Freíd elabora una teoría del hombre que señala que la

actividad psíquica está regida por pulsiones instintivas, como el principio del placer

o instinto de vida y el principio de realidad o instinto de muerte; pero quien fija el

objeto final es el programa de principio del placer, mientras la finalidad última del

instinto de destrucción consiste en reducir a todos los seres vivos a un estado

inorgánico.

Tal explicación fue posible cuando Freíd estableció la importante relación entre lo

inconsciente y la represión, señalando que la historia de la humanidad es la

historia de la represión de las pulsaciones instintivas y que la cultura se origina

debido a la coerción y sublimación de dichas pulsaciones.

La cultura para Freíd se establece obedeciendo al impulso de las necesidades

vitales y a costa de la satisfacción de los instintos y su permanente subyugación,

restringiendo notablemente la existencia social y biológica del hombre como

condición esencial para el progreso humano, hasta el punto de que cada individuo

que entra en la sociedad repite el sacrificio de la satisfacción instintiva en beneficio

de toda sociedad.

PARA CONCLUIR:
El análisis de algunos modelos noéticos y oréticos nos han conducido a la

exposición de la progresiva problematización del concepto clásico del hombre

como ser racional y de la visión cristiana como imagen de Dios y como persona

humana, mediante la presentación de una nueva imagen del hombre en donde lo

racional cede su rango de orientador de la actividad humana al cuerpo y a lo

irracional instintivo.

Este desgarramiento del ser humano tiene un fondo. Hace parte de una época

marcada por la desacralización, la secularización, la descentralización y la

instrumentalización del yo y de la cultura humanista.

Este es el desafío que nos plantean las nuevas antropologías de corte naturalista:

la necesidad de una nueva antropología. Reto que debemos asumir como

latinoamericanos emprendiendo la búsqueda del camino que nos permita regresar

a nosotros mismos y comprender el enigma de la existencia humana, ya no en

forma abstracta sino situada con sus necesidades, aspiraciones y valoraciones.

COMENTEMOS:

“Ninguna época ha sabido tantas y tan diversas cosas del hombre como la

nuestra… pero ninguna otra época supo menos qué es el hombre”.


https://es.slideshare.net/kmilomunoz2/antropologia-noetica-y-oretica

ENSAYO

A lo largo de la historia, nos relatan las diferentes culturas del origen del ser

humano a partir de historias míticas, en muchos casos, relacionados con la

creación del mundo en manos de divinidades. Con la aparición de las grandes

religiones monoteístas, como el judaísmo, el cristianismo y el islamismo, el origen

del hombre se explica a partir de los textos religiosos que promulgaron su mensaje

como única verdad.

Desde la perspectiva de las ciencias sociales, los mitos y relatos religiosos no son

explicación suficiente para comprender el origen del hombre. Por eso, las ciencias

sociales abordan el problema desde la teoría de la evolución.

En el siglo XIX Charles Darwin publicó “El origen de las especies”, un libro en el

que postuló su teoría de la evolución. En el explicó que algunos individuos de cada

especie presentan ciertas características biológicas que pueden resultar

seleccionadas por las condiciones del medio ambiente. Esta situación favorece la

supervivencia de esos individuos, que tendrán mayores oportunidades de

transmitir las mutaciones a sus descendientes.

Hoy en día, esta propuesta se combina con investigaciones sobre la genética y se

postula la teoría sintética de la evolución, en la que se establece que todas las


especies son el resultado de la acumulación de cambios sucesivos a lo largo de

un tiempo muy prolongado.

Las evidencias arqueológicas indican que algunas especies del género Homo, del

que derivamos las personas actuales, coexistieron en el tiempo, algunas se

extinguieron y los demás evolucionaron.

El origen del hombre

Al igual que las otras especies de seres vivos, la especie humana se fue

conformando a lo largo de millones de años, a través de un proceso llamado

evolución. Todos los géneros de seres humanos que fueron parte de esta

evolución son llamados homínidos.

Según los científicos, los primeros antepasados de los seres humanos fueron los

Australopithecus, un género de homínidos que habitó África hace cuatro millones

de años. Los Australopithecus eran primates, una clase de mamíferos que se

caracterizaba por tener manos con cinco dedos y pulgares oponibles. Además,

poseían un cerebro complejo, visión frontal y sus hembras tenían ciclo mensual de

fertilidad sexual. Hace cuatro millones de años, la Tierra atravesó ciertos cambios

climáticos y la selva africana se transformó en sabana. Este cambio en el medio

ambiente favoreció al grupo de los Australopithecus, que poseían una marcha

bípeda (es decir, que caminaban sobre dos patas). Esto les permitió usar sus

manos para otras tareas, recolectar frutos desde el suelo, juntar raíces y

tubérculos comestibles, y portar palos y piedras en sus manos. Además, en

conjunto con la visión frontal, la marcha bípeda les permitió reconocer la cercanía
de depredadores en el ámbito de la sabana (cubierta de pastizales de media

altura) y recorrer trayectos más largos de territorio.

Esquema de evolución de la especie humana

A partir del Australopithecus surgió el género Homo, que se identifica con los

diferentes grupos humanos que, en su evolución, llegaron al ser humano actual.

De manera general, el siguiente esquema representa los saltos evolutivos de la

especie humana:

 Homo habilis. Habitaron África hace 2,5 millones de años. Llegaron a medir

1,40 metros y su capacidad craneal fue de hasta 700 cm 3. Desarrollaron el

habla, fabricaron herramientas y construyeron refugios transitorios.

 Homo erectus. Migraron por África, Europa, Asia y Oceanía hace 1,5

millones de años. Llegaron a medir 1,60 metros y su capacidad craneal

alcanzó los 1000 cm3. Cazaban animales pequeños, habitaban en

campamentos y cuevas, y aprendieron a controlar el fuego.

 Homo sapiens. Habitaron África, Europa, Asia y Oceanía. Desde hace

500.000 años comenzaron un proceso evolutivo a partir de los Homo

erectus. Los restos fósiles más antiguos de Homo sapiens como una

especie claramente separada datan de hace 200.000 años. Llegaron a

medir 1,70 metros. Su capacidad craneal alcanzó los 1500 cm 3 y los

científicos consideran que tuvieron un potencial intelectual equivalente al

del ser humano actual. Fabricaron herramientas más elaboradas, dieron un

uso más complejo al lenguaje y enterraron a sus muertos.


 Homo neanderthalensis. Habitaron en Europa y Asia desde hace 230.00

años hasta 30.000 años atrás. Eran cazadores y vivían en grupos más

grandes. Cuando se encontraron los primeros restos fósiles de los homo

neanderthalensis, los científicos consideraron que eran un género homo

distinto. Sin embargo, hoy se lo incluye como una subespecie dentro del

género Homo sapiens. No se conocen las razones de su extinción. En el

último periodo, coexistieron con el Homo sapiens sapiens, el antepasado

directo del ser humano actual.

 Homo sapiens sapiens. Poblaron África, Asia, Europa, Oceanía y América.

Es la especie a la que pertenecemos los seres humanos de hoy. Los restos

más antiguos datan de hace 200.000 años. Dominaron técnicas de caza

grupales sobre animales grandes. Practicaron ritos religiosos y

representaron la realidad en pinturas y esculturas.

Fuente: https://humanidades.com/evolucion-humana/#ixzz8FJPaNG5l

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