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31-08
¿En qué se diferencian los seres
humanos de los animales?
La respuesta parecería muy sencilla: las mujeres y los hombres pensamos,
hablamos, nos comunicamos entre nosotros a través de un vocabulario muy
complejo, registramos por escrito nuestras ideas y pensamientos; también
modificamos la naturaleza de una manera (no siempre positiva, por cierto) en
que no lo hace ninguna otra especie. Entonces, nuestro atributo distintivo
es la razón; de esta manera el gran filósofo griego Aristóteles, definió al ser
humano: 'un animal racional'.
La peculiaridad de lo humano, entonces, consiste en su capacidad de
abstracción y simbolización, que nos permite la reflexión (es decir, el
pensar sobre uno mismo) y la comunicación con nuestros semejantes.
También poseemos la capacidad de discriminar entre lo que 'está bien y
lo que 'está mal', de acuerdo a los patrones valorativos de la sociedad en
la que vivimos.
De esta manera, además de racionales tenemos un sentido ético. Esta
capacidad ha sido atribuida a un rasgo específico de nuestra especie: el
poseer, además del cuerpo, una 'mente', un 'espíritu' o un 'alma', términos
que como veremos no significan exactamente lo mismo.
Sobre la relación cuerpo-mente se han formulado distintas explicaciones
contrapuestas desde la Antigüedad hasta hoy. De manera muy sintética,
podemos dividir estas explicaciones en tres grandes grupos, de los que
hablaremos a continuación.
'La razón de que el hombre sea un animal
social más que cualquier abeja y que
cualquier otro animal gregario, es clara. La
naturaleza no hace nada en vano. Sólo el
hombre, entre los animales, posee la
palabra. La voz es una indicación del dolor
y del placer, por eso la tienen también los
otros animales (ya que por su naturaleza
han alcanzado hasta tener sensación del
dolor y del placer e indicarse estas
sensaciones unos a otros). En cambio, la
palabra existe para manifestar lo
conveniente y lo dañino, así como lo justo
y lo injusto. Y esto es lo propio de los
humanos frente a los demás animales:
poseer, de modo exclusivo, el sentido de lo
bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, y las
demás apreciaciones. La participación
comunitaria de ésas funda la casa familiar
y la ciudad'.
Aristóteles, Política, I, 2.
LA RELACIÓN CUERPO-MENTE ENTRE LOS
ANTIGUOS GRIEGOS