[…] se diría que se extiende el crespón de la muerte sobre
todo el que respira […]. Llego a la casa de mi amigo, que no ha tenido noticias mías desde hace dieciocho meses […] son cerca de las nueve cuando llama a su puerta (lo cual) causó un terror mortal en todos los habitantes de la casa. (Relato de un testigo de la época del Terror, citado en Hernández, 2012).