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UNIVERSIDAD SAN CARLOS DE GUATEMALA

CENTRO UNIVERSITARIO DE SUR OCCIDENTE


LICENCIATURA EN CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES ABOGACIA Y
NOTARIADO

CURSO: DERECHO PROCESAL CIVIL I


CATEDRÁTICO: LCDA. INDIRA SARTI QUIÑONEZ

NOMBRE: WENDY CAROLINA GARCÍA QUIXTÁN


No. DE CARNÉ: 202045740

MAZATENANGO, SUCHITEPÉQUEZ, 06 DE FEBRERO DEL 2022


INDICE
INTRODUCCIÓN
Para empezar daremos a conocer un tema de suma importancia en el ámbito
de este curso procesal civil, que no solamente se queda en procesos si no
también nos introduciremos a aspectos importantes que establecen el proceso
civil y su desarrollo en cada etapa, como lo es su naturaleza jurídica,
caracteres, clases de proceso, iniciación y suspensión, interrupción y
terminación normal y anormal del proceso, acumulación de procesos, sujetos
del proceso, capacidad procesal, representación procesal y sustitución
procesal; como ya bien conoceremos en cada proceso tenemos que tener
sujetos, los cuales dan soporte y es por quienes se inicia un proceso, dando a
conocer en sí su concepto, la capacidad que tiene de ser parte, la
representación legal de menores e incapaces, la representación necesaria de
las personas jurídicas , el representante judicial, el mandatario judicial, el
abogado director, la legitimación, concepto y clases, la legitimación por
sustitución, pluralidad de partes en el proceso, litisconsorcio necesario,
litisconsorcio cuasi necesario, la sucesión procesal, cambio de partes, cambios
en la capacidad procesal, y sucesión procesal, estos aspectos nos conllevará
a desarrollar el tema de los sujetos procesales ya que el campo es muy
extenso, pero eso no nos interrumpirá en la riqueza del conocimiento.
Por un lado el siguiente tema de tercero procesal, dando a conocer el
concepto del tema ya mencionado, la intervención en el proceso de
declaración, la intervención voluntaria, los supuestos de la intervención en el
proceso de ejecución, la tercería de dominio, y por último, la tercería de
preferencia, esperando ampliar el conocimiento en referencia a los temas que
se expresaron.
1. EL PROCESO CIVIL
a) Definición
El proceso civil es el conjunto de actuaciones que se tramitan ante un juzgado
de la jurisdicción civil, es decir, los que resuelven conflictos privados entre
particulares.
Este proceso se encarga de la tutela eficaz de los derechos, bienes jurídicos,
relaciones o situaciones de naturaleza privada, civil o mercantil.
En estos procesos civiles se solucionan los conflictos entre particulares, siendo
voluntad de los mismos llevar ante la autoridad judicial su controversia. Por
ejemplo, si ha habido un problema en un contrato de compraventa, es decisión
de las partes llevar su conflicto a la autoridad judicial.
Los procesos civiles son los que solventan gran cantidad de problemas
familiares, herencias, contratos privados, derechos reales, etc.

b) Su Naturaleza Jurídica
Al hablar de la naturaleza jurídica del proceso civil, se debe remontar a la raíz
de su creación, si éste provino por sí solo o si es la piedra angular o columna
vertebral que sostiene los conceptos básicos del derecho, es decir, si a través
del proceso civil se encapsuló a todos y de ahí se desprendieron los demás
procesos.
La naturaleza jurídica del proceso civil, según el tratadista Eduardo Couture,
consiste en: “determinar si este fenómeno forma parte de alguna de las figuras
conocidas del derecho o si por el contrario constituye por sí solo una categoría
especial. Así, por ejemplo se trata de saber si el vínculo que une a las partes y
al juez constituye un contrato, un cuasicontrato o alguna otra figura jurídica
semejante, y de resolverse ese punto en sentido negativo, sería necesario,
entonces, decidir qué es el proceso como fenómeno particular”
Con la definición antes referida, el tratadista Eduardo Couture revela los
parámetros que deben regir la naturaleza jurídica del proceso civil. Una
cuestión importante que debo destacar, es que en la medida que determina la
normativa supletoria a aplicar en los casos de lagunas legales o antinomias
jurídicas que se presentan en la resolución de los procesos sometidos a
conocimiento de un Órgano Jurisdiccional competente y preestablecido.

c) Caracteres
Precisada la naturaleza o, mejor, la razón de ser del proceso, es conveniente
señalar los diversos caracteres del proceso civil:
 El proceso como instrumento: al afirmar que el proceso es un
instrumento, se señala que es algo distinto de lo que la doctrina
tradicional quiere decir cuando sostiene la instrumentalidad de las
normas procesales, del derecho procesal y, en definitiva; del proceso
mismo.
“La instrumentalidad a la que se refiere la doctrina tradicional atiende a la
distinción entre normas sustantivas o materiales y normas procesales o
formales, de modo que éstas se califican de instrumentales, tanto porque sirven
como medio para la observancia de las primeras y así se dice que el proceso
civil es el medio para la realización del derecho privado”.
El proceso es el medio a través del cual los órganos del Estado con potestad
jurisdiccional han de cumplir la función que se les asigna constitucionalmente y,
también, el proceso es el medio por el que los particulares pueden ver
satisfecho el derecho a la tutela judicial que se les reconoce
constitucionalmente.

 Su creación por la ley: las distintas regulaciones de los procesos


concretos que se contienen en las leyes son creación artificial del
derecho, a diferencia de lo que ocurre con las instituciones jurídico
materiales.
La actitud de las normas jurídicas frente a las instituciones materiales y frente
al proceso es muy distinta. La ley no crea la compraventa, sino que se limita a
recogerla de la realidad social y a regularla de una manera determinada, de
aquella manera que el legislador considera más apropiada en cada momento
histórico; si bien no podrá desvirtuarla porque entonces ya no serán
compraventa. Es por esto por lo que suele decirse que la legislación material o
sustantiva va siempre por detrás de la realidad, que ésta crea las instituciones
jurídico materiales y luego son reguladas por el legislador.

Por el contrario, la ley es la que crea los distintos tipos de procesos, no


existiendo éstos antes en la realidad social. Esta realidad a lo máximo que
puede llegar es a manifestar la necesidad de que se regulen procesos con uno
u otro desarrollo, pero en la realidad no existen procesos que sean luego
asumidos por el legislador. Las leyes procesales no pueden ir detrás de la
realidad, porque ésta no genera procesos; la legislación puede ir detrás de la
necesidad de la sociedad, que desea que se regule de modo distinto el
proceso; pero éste sólo existe después de su regulación legal.
 Su regulación técnica: por las mismas razones los procesos en concreto
son creaciones técnicas de la ley, ésta puede regularlos de muy distintas
maneras, atendiendo a cómo en cada época se estima que puede
facilitarse el cumplimiento de la función jurisdiccional e, incluso; el
ámbito en que ésta se ejerce. Los procesos son así instrumentos
técnicos al servicio de los órganos jurisdiccionales, dependiendo su
conformación de razones técnicas.

 No desvirtuación de la esencia del proceso: aunque el ordenamiento


jurídico crea los procesos, no es absolutamente libre para hacerlo. A lo
largo de los siglos han ido decantándose una serie de principios o de
condiciones, sin los cuales hoy no existiría un verdadero proceso. El
principio universal de que nadie puede ser condenado sin ser oído tiene
tal fuerza, responde a una concepción tan firmemente sentida, que el
legislador no podría regular un proceso desconociendo este principio; el
legislador es libre a la hora de determinar cómo se cumple el principio,
pero no para desconocerlo.
Igualmente la condición de instrumento técnico no supone reducir el proceso a
instrumento técnico neutro, ni siquiera desde el punto de vista político. Esto es
hoy especialmente perceptible, cuando se asiste a la constitucionalización de
los principios esenciales del proceso. La técnica es un valor fundamental a la
hora de la realización práctica de los fines, por cuanto puede facilitar;
obstaculizar e incluso impedir la consecución de aquéllos.

d) Clases de procesos
Dentro de esta jurisdicción existen diferentes procesos civiles dependiendo de
las pretensiones de las partes, es decir, de lo que pretendan las partes que
acuden al juez para resolver el conflicto:
Proceso de cognición o declarativo: Lo que reclama la parte es la emisión de
una declaración de voluntad. Por ejemplo, una parte reclama en el juicio que se
declare que la vivienda es de su propiedad, o que tiene un contrato de alquiler.
Solo requiere del juez que declare esos derechos. Dentro de estos procesos
existe:
- Procesos ordinarios: Tramitan cualquier pretensión.

- Procesos especiales: Se establecen para determinadas pretensiones.


Por ejemplo, las pretensiones civiles relativas a los derechos al honor o
a la intimidad, herencia o el procedimiento monitorio entre otros.

- Proceso verbal: Son aquellos procesos establecidos para pretensiones


de una cuantía menor y son más rápidos que los ordinarios.

- Proceso de ejecución: Lo que reclama la parte es la actuación del juez,


no una declaración de un derecho. Por ejemplo, que se desahucie a
unas personas o que se obligue a un vecino a parar sus obras. También
sirven estos procesos para que el juez haga cumplir con la sentencia en
caso de que la parte obligada a ello no lo haya hecho.
- Medidas cautelares: No es exactamente un proceso específico, pero sí
está dentro de estos procesos, ya que no se exige que el juez haga o
declare, sino que dicte medidas cautelares para asegurar la pretensión.
e) Objeto del proceso
El objeto del proceso civil es la voluntad concreta de ley de la cual se pide la
afirmación y la actuación, así como el mismo poder de pedir su actuación, es
decir, la acción. El objeto del juicio se agrupa en nuestras leyes, doctrina y
jurisprudencia en torno a dos nociones: a) el petitum y b) la causa petendi.
- El petitum se concreta en las diversas peticiones que pueda contener
una demanda y en la jurisprudencia, en las resoluciones que hacen
referencia al elemento “cosa”. El petitum está identificado con la petición
de la demanda. La petición concreta de justicia que se formula. Se
contiene en el artículo 106 del Código Procesal Civil y Mercantil, cuando
indica que “en la demanda se fijarán con claridad y precisión los hechos
en que se funde, las pruebas que van a rendirse, los fundamentos de
derecho y la petición”. Lo que se pide es una expresión que sirve para
hacer referencia al contenido del derecho ejercitado, o consiste en un
determinado bien de la vida, que es el bien litigioso, es el objeto del
juicio. El petitum se delimita por la necesaria referencia al derecho que
se quiere hacer valer.

- La causa petendi, está identificada con la causa o título de pedir. Para la


doctrina la causa petendi es el fundamento histórico o de hecho de la
acción, o bien los acaecimientos de la vida en que se apoya la
pretensión, que no la justifican, sino que la acotan, esto es la delimitan.
No consiste en la mera referencia los fundamentos de derecho de la
demanda, sino es preciso la alegación de los hechos y de los
fundamentos de derecho

f) Iniciación, Suspensión, Interrupción, y terminación normal y anormal


del proceso.

- Iniciación: Siendo la demanda el acto procesal típico de iniciación del


proceso, normalmente se entiende como reservada esa actividad de
iniciación a las partes. La iniciación del proceso implica entonces, por lo
general la prevalencia del principio dispositivo en su expresión más pura.
Reflejo de ello podría apreciarse del Artículo 51 del Código Procesal
Civil y Mercantil, al decir: “La persona que pretenda hacer efectivo un
derecho, o que se declare que le asiste, puede pedirlo ante los jueces en
la forma prescrita en este Código. .”; y del Artículo 70 de la Ley del
Organismo Judicial, al establecer la prohibición para promover de oficio
cuestiones judiciales sobre intereses privados.
- Suspensión: La suspensión del proceso es una facultad otorgada al juez,
de ninguna manera puede ser considerada como una obligación. Por
tanto, no puede considerarse que su omisión constituya una afectación
al debido proceso, sino que procede en los casos previstos legalmente o
a criterio del juez cuando lo estime necesario.

Artículo 544. (Suspensión del proceso). Desde que se pida la


acumulación quedará en suspenso la tramitación de los procesos a que
aquella se refiera: sin perjuicio de que se practiquen las diligencias
precautorias y urgentes.

- Interrupción: Modificación de la situación de las partes (fallecimiento,


mayoría de edad) o de su representante (cesación de las funciones del
abogado o del procurador judicial), que interviene antes de la apertura
de los debates, Reanudación del proceso.

- Terminación normal y anormal del proceso: El proceso normalmente


termina por sentencia en la que se resuelve la cuestión litigiosa una vez
que se ha agotado toda la tramitación del procedimiento. No obstante, el
proceso puede terminar de forma anticipada por diversas razones, es lo
que se denomina terminación anormal del proceso. Antes de que el
tribunal dicte sentencia, tras la práctica de la prueba, las partes han de
formular las alegaciones de conclusión o conclusiones, mediante estas
conclusiones las partes realizan dos actuaciones básicas y son un
resumen sobre el resultado de la prueba practicada, y un informe sobre
los argumentos jurídicos en que basan sus pretensiones, que no podrán
ser modificadas. Las formas de terminación de un proceso judicial se
denominan anormales cuando dan lugar a su terminación sin que las
pretensiones hayan llegado a ser enjuiciadas por el tribunal conforme a
Derecho. Estas formas de terminación son: 1) desistimiento; 2) renuncia;
3) allanamiento; 4) satisfacción extraprocesal o carencia sobrevenida del
objeto, y 5) transacción.

g) Acumulación de procesos
La terminología tradicional llamaba a esta acumulación de autos, pero el
Código Procesal Civil y Mercantil ha tenido el acierto de hablar de acumulación
de procesos. Se trata de dos o más procesos que han nacido independientes,
cada uno con su procedimiento respectivo, pero que se reúnen en un
procedimiento único y sean resueltos en una única sentencia formal.
Teóricamente hay que distinguir dos supuestos, que atienden a la claridad
conceptual, aunque los dos tienen la misma regulación y efectos:
Si entre los distintos procesos hay identidad de personas, la acumulación será
exclusivamente objetiva, esto es, si los dos procesos se han entablado entre
las mismas dos personas.
Si los distintos procesos no se han entablado entre las mismas personas, la
acumulación será objetivo-subjetiva; es decir, cuando aparecen en los dos
procesos por lo menos tres personas.
Para que la acumulación sea posible han de concurrir los siguientes
presupuestos:
- Instancia de parte: según el Artículo 539 del Código Procesal Civil y
Mercantil, la acumulación de procesos sólo podrá decretarse a petición
de parte salvo los casos que antes hemos dicho de acumulación
especial, en que puede decretarse de oficio, y parece que debe
entenderse que no se trata sólo de tener la condición de parte en alguno
de los procesos a acumular, sino; además de que se haya comparecido
en forma y se haya admitido el apersonamiento.

- Procedimientos de la misma clase: conforme al Artículo 539, párrafo 2.º,


no procede esta acumulación cuando los procedimientos por los que se
estén tramitando los procesos sean distintos, y se añade como
disposiciones especiales que tampoco cabe la acumulación si se trata
de procesos de ejecución singular o de interdictos.
En principio la acumulación ha de poder pedirse y decretarse en cualquier
estado en que se encuentren los procesos, pero:
Los procesos a acumular no pueden encontrarse en diferentes instancias,
según el Artículo 539, párrafo 2.º o, dicho en sentido afirmativo, los procesos
han de encontrarse en la misma instancia, esto es, han de encontrarse en la
misma fase de su desarrollo procedimental, de modo que no cabe acumulación
cuando un proceso se encuentre en la primera instancia y el otro en un recurso.
No es posible la acumulación si uno de los procesos se ha dictado ya sentencia
definitiva.
Sin atender ahora a las acumulaciones especiales, la acumulación exige la
conexión entre las pretensiones que ya dieron lugar a otros tantos procesos,
cada uno con su procedimiento, pero es preciso distinguir entre:
 Conexión cualificada: según lo que dispone el Código Procesal Civil y
Mercantil existen dos supuestos de conexión cualificada desde la
perspectiva de la acumulación de procesos, aunque al final resulta que
sólo hay uno:
-Cosa juzgada: según el Artículo 538 del Código Procesal Civil y Mercantil
procede la acumulación en general, siempre que la sentencia que haya de
pronunciarse en un juicio deba producir efectos de cosa juzgada en otro. Esta
norma sólo puede entenderse si se distingue entre los efectos de la cosa
juzgada, pues ésta produce, primero, un efecto negativo o excluyente por el
que no puede existir un segundo proceso si en otro anterior se produjo la cosa
juzgada sobre la misma pretensión, y de ahí que el Artículo 116 del Código
Procesal Civil y Mercantil incluya entre las excepciones previas la de cosa
juzgada, y, después; un efecto positivo o prejudicial.
Si lo dispuesto en el Artículo 538, inciso 3º, se entendiera que se refiere al
efecto negativo o excluyente de la cosa juzgada, la norma en su misma
existencia carecería de sentido, pues si ya existe cosa juzgada y luego se inicia
un segundo proceso con las mismas identidades; lo procedente sería alegar en
este segundo proceso la excepción previa de cosa juzgada para que el proceso
no siguiera. La cosa juzgada a la que se refiere el citado Artículo 538, inciso
3º., el que sólo puede ser el efecto positivo o prejudicial de la misma; el efecto
que hace que en un proceso posterior no pueda desconocerse lo decidido en
un proceso anterior.
Según el Artículo 540 del Código Procesal Civil y Mercantil cuando la demanda
entablada en un proceso sea igual a otra que se ha entablado ante juez
competente, siendo unas mismas las personas y las cosas sobre las que se
litiga, se declarará la improcedencia del segundo juicio y se condenará al actor
en costas, daños y perjuicios.
Si existiendo un proceso no puede darse otro con las identidades indicadas, la
norma del Artículo 540 del Código Procesal Civil y Mercantil es completamente
lógica, pero la misma no debería estar dentro del título dedicado a la
acumulación de procesos, pues la existencia de litispendencia no lleva a la
acumulación sino a que el segundo proceso termine, y además a que se
condene al actor del mismo a las costas; daños y perjuicios. De este modo
resulta que la litispendencia no es un supuesto de conexión cualificada, sino un
caso de terminación del segundo proceso.
Conexión simple: los supuestos de acumulación por conexión simple se
enuncian en el Artículo 538 incisos 1.º y 2.º, del Código Procesal Civil y
Mercantil y atiende a:
- Cuando diversas demandas entabladas provengan de una misma causa
aunque sean diferentes las personas que litigan y las cosas que sean
objetos de las demandas.
La conexión objetiva se basa aquí únicamente en la causa de pedir y para
saber lo que se ésta debe estarse a lo que dijimos en el Capítulo anterior.
Recordemos que se trata de hechos.
- Cuando las personas y las cosas sean idénticas, aunque las
pretensiones sean diferentes.
Basta la conexión subjetiva o identidad de las partes entre los dos procesos y
de que tampoco es suficiente la conexión por la cosa, relativa al bien que se
pide. Por el contrario sí existe conexión para pedir la acumulación cuando la
única identidad es la relativa a la causa de pedir.
El cómo se realiza la acumulación se regula en los artículos 541 al 544, y en
ese procedimiento deben distinguirse las siguientes fases:
- Solicitud: la solicitud o petición de que se proceda a la acumulación de
procesos puede realizarse siempre que los dos procesos estén todavía
pendientes en la primera instancia, esto es, antes de que en cualquiera
de ellos se hubiera dictado sentencia definitiva, petición que se hará
ante el juez que conozca del proceso más antiguo, es decir, ante el
iniciado primero en el tiempo aunque si alguno de los procesos se
tramita ante un tribunal de mayor jerarquía la petición de acumulación se
hará ante este tribunal, al cual además se declara competente para
conocer de los procesos acumulados.
La solicitud o petición, según el Artículo 542, debe contener las siguientes
particularidades:
- Indicación del juzgado ante el que se siga o sigan el proceso o los
procesos que deben acumularse a aquél a que se está tramitando ante
el juez al que se pide que decrete la acumulación.
- Las personas que en ellos están interesadas, lo que supone realmente
la identificación de las personas que son partes en los procesos a
acumular.
- La pretensión que en cada uno de los procesos se ha ejercitado, es
decir, la identificación de las distintas pretensiones.
- El objeto de cada uno de los procesos: esta mención es realmente poco
clara, pues en el inciso anterior se ha dicho que deben identificarse las
acciones y si la pretensión es el objeto del proceso, no acaba de
comprenderse qué añade la mención del objeto a la mención de la
pretensión; con lo que se evidencia la confusión terminológica.
- Los fundamentos legales en que se apoya la acumulación, esto es, la
cita y explicación de alguna de las normas anteriores en las que se dice
cuando cabe la acumulación.
Llama la atención que junto a la petición de acumulación no se exija que el
solicitante acompañe copia de la demanda presentada en el segundo o
posteriores procesos, pues ésta sería la mejor manera de que el juez tuviera
elementos de juicio para decidir.
Según el Artículo 543 el juez resolverá de plano la acumulación que se le
plantee, y consecuencia de ello puede ser que tenga que oficiar al tribunal o
tribunales que corresponda para que le remitan los autos del o de los procesos
acumulados. Con ello la norma está distinguiendo según que: los procesos a
acumular dependan del mismo juez o tribunal, en cuyo caso nada hay que
pedir, sino sólo dar cumplimiento a lo decidido, y que los procesos a acumular
dependan de jueces o tribunales diferentes; caso en el que sí hay que oficiar
para la remisión de autos.
Para decidir sobre la acumulación no se oiga a los que son parte en los
distintos procesos, aunque esa audiencia puede provenir por la vía del recurso
de apelación, pues contra el auto que decide la acumulación cabe recurso de
apelación, el cual puede corresponder: a la Corte de Apelaciones, cuando los
procesos que se han de acumular están pendientes ante jueces subordinados
a la misma sala, y a la Corte Suprema de Justicia; cuando los procesos cuya
acumulación se ha pedido pertenecen a distintas Salas.
h) Sujetos del Proceso
Son personas capaces legalmente para poder participar en una relación
procesal de un proceso, ya sea como parte esencial o accesoria. Partes
procesales. Son personas (individuales o colectivas) capaces legalmente, que
concurren a la substanciación de un proceso contencioso; una de las partes,
llamada actor, pretende, en nombre propio la actuación de la norma legal y, la
otra parte, llamada demandado, es al cual se le exige el cumplimiento de una
obligación, ejecute un acto o aclare una situación incierta.
Es decir son sujetos procesales:
- las partes (actor y demandado),
- el juez,
- los auxiliares,
- los peritos,
- los interventores,
- los martilleros,
- los fiscales.
Partes procesales
Partes procesales. Son personas (individuales o colectivas) capaces
legalmente, que concurren a la substanciación de un proceso contencioso; una
de las partes, llamada actor, pretende, en nombre propio la actuación de la
norma legal y, la otra parte, llamada demandado, es al cual se le exige el
cumplimiento de una obligación, ejecute un acto o aclare una situación incierta.
En resumen partes son, solo:
- el actor y
- el demandado.
Este concepto es una consecuencia del Principio de Contradicción o Estructura
bilateral del proceso.
Partes principales y accesorias
Son partes esenciales o principales:
- el actor,
- el demandado y

Son partes accesorias:


- los peritos,
- los auxiliares,
- los interventores

i) Capacidad Procesal
Esta otra capacidad, que también se denomina de obrar procesal o de
actuación procesal alude a la aptitud para realizar válidamente los actos
procesales o, en términos del Artículo 44 del Código Procesal Civil y Mercantil
para litigar, o del Artículo 188 de la Ley del Organismo Judicial para gestionar
ante los tribunales. En un sentido más moderno se habla de capacidad para
impetrar válidamente la tutela judicial, para obrar en el proceso; para hacer el
proceso.
De la misma forma como en el derecho civil el titular de derechos y
obligaciones, o sea el capaz jurídicamente o el que ha asumido personalidad,
no tiene siempre capacidad para adquirir por sí los derechos, para ejercitarlos o
para asumir obligaciones capacidad de obrar, en el derecho procesal no todos
los que tienen capacidad para ser parte o personalidad jurídica procesal; tienen
capacidad procesal.
El punto de partida es el citado Artículo 44 del Código Procesal Civil y
Mercantil, conforme al que pueden litigar los que tengan el libre ejercicio de sus
derechos, con lo que se está haciendo así una remisión al Código Civil, que es
donde se determina quienes están en esa situación de libre ejercicio de sus
derechos y quiénes no.
En general puede afirmarse que tienen esta capacidad los mayores de edad,
es decir, los mayores de dieciocho años; en los que no concurra alguna causa
de incapacidad o interdicción declarada judicialmente. Tratándose de las
personas jurídicas la capacidad de obrar no puede ofrecer dudas, desde el
momento en que las mismas se han constituido regularmente. La incapacidad
no puede referirse a las personas jurídicas Sus problemas se refieren a la
representación, pero respecto de ellas no puede ni cuestionarse la atribución
de capacidad procesal.
j) Representación Procesal
Alude este término al hecho de que la comparecencia en juicio se lleve a cabo
mediante el representante adecuado, es decir, a través de Procurador
legalmente habilitado para actuar en el Tribunal que conozca del asunto.
A estos efectos, el referido profesional recibe un mandato que ha de plasmarse
en el oportuno poder de representación procesal, el cual sólo podrá otorgarse a
aquellos Procuradores que se encuentren adscritos al Colegio Profesional que
radique en la demarcación del Juzgado o Tribunal en el que se ventile el litigio
en cuestión.

k) Sustitución Procesal
CONCLUSIONES
Los sujetos procesales principales son tres: el demandante, el demando y el
juez; sin embargo existen otros sujetos procesales secundarios (los auxiliares
de la jurisdicción civil y los órganos de auxilio judicial) que ayudan al juez a
resolver conflictos de intereses con relevancia jurídica de forma inmediata y a
obtener la paz social en justicia de forma mediata.
BIBLIOGRAFÍAS

CABANELLAS, Guillermo. Diccionario de derecho usual. Buenos Aires,


Argentina:
Ed. Heliasta S.R.L., 1972.
GOLDSCHMIDT, Jaime. Derecho procesal civil. Barcelona, España: Ed. Labor,
1986.
COUTURE, Eduardo, Estudios de Derecho Procesal Civil, Tomo III, Op cit., p.
208
Legislación

Código Procesal Civil. Decreto Ley 107 del Jefe del Gobierno de la República
de Guatemala, 1963.

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