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LAS EVIDENCIAS DE LA EVOLUCION

La actual diversidad de los seres vivos es el resultado de procesos de transformación y adaptación de las especies a varios
ambientes, constituyendo la evolución biológica. La idea principal de la evolución biológica es que todos los seres vivos
comparten un mismo ancestro. A partir de allí, surgió la enorme variedad de especies que encontramos hoy. Puede decirse
que la evolución es el proceso por el cual los organismos modernos se desarrollaron a partir de ancestros antiguos. Darwin
afirmó que los seres vivos, incluyendo el hombre, descienden de ancestros comunes, que se modificaron a lo largo del
tiempo. Actualmente, la teoría del neodarwinismo explica la evolución de los seres vivos. Ella surgió en el siglo XX y
representa la unión de los estudios de Darwin, principalmente la selección natural, con los descubrimientos en el área de la
genética, como las leyes de Mendel y las mutaciones.
Entre las principales evidencias de la evolución están el registro fósil, la adaptación de los seres vivos a sus ambientes y las
semejanzas entre las especies.

a. Registro fósil: Un fósil es cualquier vestigio de un organismo muy antiguo que fue preservado con el pasar de los años
por medios naturales. El estudio de los fósiles permite reconstruir la imagen de una especie ya desaparecida y contribuye al
estudio de la evolución de los seres vivos. A partir del análisis de las semejanzas y las diferencias entre especies, podemos
deducir el momento de su aparición y extinción. La Paleontología es la ciencia que se encarga de su estudio.

b- Adaptación: La adaptación corresponde al ajuste que todos los organismos experimentan con relación al
ambiente en que viven. Las adaptaciones son características mantenidas en las poblaciones o en las especies
por selección natural; tienen una importancia relativa en la supervivencia y reproducción de los organismos.
Son ejemplos de adaptación el camuflaje y el mimetismo.
c- Semejanzas entre las especies Las semejanzas entre diversos grupos de seres vivos refuerza la idea de que
ellos pueden tener un ancestro común durante su historia evolutiva. Algunas evidencias son:
I. Órganos homólogos y análogos: los homólogos son aquellos con el mismo origen embrionario y
semejanzas anatómicas, pero con funciones diferentes. El proceso que originó los órganos homólogos se
llama divergencia evolutiva. Un ejemplo son los miembros superiores de gran parte de los vertebrados.
Mientras que los órganos análogos son aquellos con origen embrionario y estructuras anatómicas
diferentes pero que ejercen una misma función. Los órganos análogos surgen por convergencia
evolutiva. Un ejemplo son las alas de las aves y los insectos. La Anatomía comparada es la disciplina
científica, rama de la Biología, que se encarga del estudio de estas estructuras.
II. Órganos vestigiales Son órganos atrofiados y sin función aparente. Un ejemplo es el apéndice humano,
que representa un vestigio de un compartimiento del intestino que abrigaba microbios para la digestión
de la celulosa en nuestros ancestros herbívoros.

III. Semejanzas embriológicas Cuando se observa el desarrollo embrionario de algunas especies, se nota que
son muy semejantes en algunos aspectos. Esto muestra una evidencia de ancestralidad común. Por
ejemplo, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos son muy diferentes cuando adultos, pero sus
embriones son muy parecidos. La embriología es la disciplina científica que se encarga de estudiar y
comparar los embriones de los diversos grupos de seres vivos.
- Comparación de embriones de vertebrados en distintos estadios
IV. Semejanzas moleculares: Los avances de la Biología molecular han permitido comparar la estructura
genética de diferentes especies, como asó también la composición molecular general. Esos estudios se
complementan con las semejanzas anatómicas y embrionarias y confirman la relación de parentesco
entre las especies.

LOS FOSILES
Los fósiles son restos de organismos del pasado que se ubican en algunas capas de la superficie terrestre, o de
su actividad que haya quedado preservada. Tanto animales como plantas pueden encontrarse en dicho estado,
conservados en las rocas sedimentarias. Entonces, se considera como fósil, a toda huella, resto o indicio, que
son capaces de servir como “testimonio” de la existencia de algún organismo, en un determinado tiempo de la
historia pasada de la vida sobre la tierra. Pueden haber sufrido transformaciones en su composición o
deformaciones más o menos intensas. La ciencia que se ocupa del estudio de los fósiles es la paleontología. Son
herramientas útiles para el desciframiento de la historia antigua de la tierra y de los seres vivos (y su evolución),
que han existido con el transcurso de las eras geológicas, Existen varios procesos de fosilización, mismos que
requieren del transcurso de miles o millones de años de cambios químicos y físicos en los materiales orgánicos,
también procesos como el “encierro” que sufren algunos organismos, ya sea en resinas de árboles (ámbar y
copal), o en glaciares (como algunos animales como mamuts y otros). De acuerdo a su formación se puede
hablar de las siguientes clases de fósiles:

Petrificados: estos se forman a partir de las partes blandas o duras de algún organismo. Estas se mineralizan
conformando una copia de ellas en una piedra, de manera exacta. Son ejemplos de ellos los fósiles de
dinosaurios y otros reptiles antiguos, los fósiles de huevos, así como los de varias especies marinas cuyas
conchas y caparazones se han fosilizado (trilobites, entre otros).
Conchas de moluscos y esqueletos de peces petrificadas

Gelificados o congelados: estos se forman tras la incrustación de un organismo en el hielo luego de un proceso
de congelación. El organismo se mantiene sin alteraciones a bajas temperaturas por largos períodos. Estos
fósiles tienen relativamente poco tiempo, unos miles o cientos de miles de años, durante las glaciaciones,
siendo mucho menos antiguos que los otros tipos de fósiles

Compresos: estos fósiles son el resultado de organismos que son depositados en una superficie blanda, por ejemplo
barro, que queda cubierta por una fina capa de sedimento. Ej fósiles de plantas:
Pasos sucesivos del proceso de fosilización por compresión

Incluidos: estos fósiles se forman como consecuencia de que algún organismo quede atrapado en alguna
sustancia como el ámbar, a la resina o algo semejante. Se trata de pequeños insectos, arácnidos, fragmentos de
plantas e incluso reptiles diminutos, que se ven atrapados en las resinas

Impresos: estos contienen las impresiones de plantas o animales sobre el fango que se endurece hasta
transformarse en una roca. Son ejemplo las diversas huellas de dinosaurios, animales marinos (como amonitas y
trilobites), que dejaron impresas al reptar o caminar, conservándose hasta la actualidad.
Impresión de hojas y de huellas

Paleontólogo estudian los fósiles para desarrollar el conocimiento de las antiguas formas de vida

La evolución y las mutaciones del material genético


(Material complementario)

Recordemos, entonces, el término Evolución hace referencia a todos los cambios o transformaciones que sufren los seres
vivos con el paso del tiempo (miles o millones de años), a partir de un ancestro o antecesor común; es decir, los organismos
divergen, se van diferenciado entre si, a partir de un punto determinado en el pasado. La evolución biológica es, entonces, el
conjunto de cambios en las características de las poblaciones biológicas a través de generaciones. Dicho proceso ha
originado la diversidad de formas de vida que existen sobre la Tierra a partir de un antepasado común. Los procesos
evolutivos han producido la biodiversidad en cada nivel de la organización biológica, incluyendo los
de especie, población, organismos individuales y molecular (evolución molecular). Todos estos cambios inician en el material
genético presente en los organismos, que es el que se transfiere luego a la descendencia. Veamos primero, qué es el ADN,
nuestro material genético.

El material genético, responsable de la transmisión hereditaria: ADN

El ácido desoxirribonucleico, conocido también por las siglas ADN, es un ácido nucleico que contiene las
instrucciones genéticas usadas en el desarrollo y funcionamiento de todos los organismos vivos. y algunos virus (los virus
ADN); también es responsable de la transmisión hereditaria, es decir de que los caracteres (o variables para Darwin) sean
transferidos de los padres a los hijos (progenitores a la descendencia)
La función principal de la molécula de ADN es el almacenamiento a largo plazo de información para construir otros
componentes de las células, como las proteínas y las moléculas de ARN. Los segmentos de ADN que llevan esta información
genética son llamados genes.

Desde el punto de vista químico, el ADN es un polímero de nucleótidos, es decir, un polinucleótido. Cada nucleótido está
formado por un glúcido (la desoxirribosa), un grupo fosfato (derivado del ácido fosfórico) y una base nitrogenada, que puede
ser adenina (A), timina (T), citosina (C) o guanina (G).
El material genético o ADN, se copia o replica en el interior de las células de un organismo, dando origen así a nuevas
células; algunas de estas células están destinadas a la reproducción, por lo tanto serán parte de la descendencia: así dicho
material genético pasa desde los progenitores a la siguiente camada
La imagen anterior señala la ubicación del ADN, el material genético, como componente del cromosoma, el cual se ubica en
el interior de las células (dentro del núcleo celular en las eucariotas o libre en el citoplasma en las procariotas)
Mientras se replica el ADN en las células (la replicación o duplicación es un proceso por el cual esta molécula realiza una
copia de sí misma) pueden ocurrir "mutaciones". Las mutaciones son fallas o errores que se originan en algunos sectores de
la cadena del ADN presente en los cromosomas (material genético), cuando se está formando la nueva copia.
Estas fallas o errores durante la copia del ADN ocurren al azar y constituyen variaciones en relación con el ADN original
(entonces, el ADN nuevo varia en algo al original). Sin mutaciones las copias que se formen nuevas de ADN serían idénticas a
las originales, por lo tanto los descendientes que las portan serían iguales a los progenitores de los que provienen. Todos los
organismos serían iguales y se comportarían del mismo modo a los cambios del entorno. Pero las mutaciones existen y nos
hacen diferentes. Ciertas mutaciones posibilitan la supervivencia de un organismo a un ambiente determinado y no a otro. Es
decir, constituye un rasgo adaptativo porque confiere a ese individuo o a la población que la porta, cierta ventaja en relación
con otros individuos que no la poseen.
En la imagen anterior, se puede observar varios cromosomas, de todos ellos, el que se ubica en el centro muestra una falla o
error adquirido durante su replicación. Estas fallas son la base de la variabilidad genética.
La mayoría de las mutaciones generalmente no favorecen la supervivencia del individuo y desaparecen con la muerte. Sin
embargo pueden ocurrir mutaciones que produzcan modificaciones estructurales o funcionales en el individuo, favoreciendo
su supervivencia en medio de un conjunto de factores ambientales. Por lo tanto, el conjunto de factores ambientales de un
determinado lugar selecciona la mutación: es decir, aquellas ventajas adquiridas en un organismo por una mutación
favorable de su material genético, le permitirá a dicho individuo tener más éxito adaptativo en el entorno donde se
encuentra, mientras que las características desventajosas adquiridas por una mutación, le limitará la supervivencia en su
hábitat.
Las mutaciones seleccionadas a lo largo de muchas generaciones se van acumulando. La acumulación de las mutaciones que
brindan ventajas a los individuos, son las que tienen mayores probabilidades de transmitirse a la descendencia, y por lo tanto
son aquellas que perduran a través del tiempo; mientras que aquellas que terminan por ser desventajosas para los individuos
de una población, posibilitarán su extinción.
Esa acumulación, que puede ser favorecida por el aislamiento geográfico, ecológico, etc, lleva al aislamiento reproductivo.
Es decir, a veces las diferencias entre los individuos de una población son tan importantes que no pueden cruzarse entre si,
dando lugar con el tiempo a la aparición de otra especie diferente (desde que una población se transforma en un sistema
cerrado, que no intercambia genes con poblaciones similares, constituyendo así una nueva especie)

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