Está en la página 1de 7

ESTABLECIMIENTO: Instituto Superior del Profesorado N° 2 "Joaquín V.

González"

CARRERA: Profesorado de Educación Especial en Discapacitados Intelectuales

ESPACIO CURRICULAR: Disfunciones Neurogenéticas

TITULO DEL TRABAJO: Disfunciones neurológicas prenatales, perinatales y

posnatales.

ALUMNO: Bircher Jesica, Rodríguez Santiago, Romero Candela,

DOCENTE: Moreno Claudia

AÑO: 2023
Trastornos neurológicos del recién nacido:

Encefalopatía hipoxia-isquémica y por asfixia. Parálisis cerebral.


Origen:

La asfixia con daño resultante en el sistema nervioso central puede ser causada tanto por
la hipoxemia, que es una disminución en el contenido de oxígeno en la sangre, como
por la isquemia, que es una reducción de la perfusión sanguínea del cerebro. Las
complicaciones del embarazo, del trabajo de parto y del parto y el curso neonatal,
predisponen al lactante a presentar encefalopatía hipoxia-isquémica.

Algunas de las causas de asfixia en el feto y en el recién nacido pueden ser:

Prenatales: Hipotensión materna, insuficiencia pulmonar materna; hipertensión


materna, diabetes materna; desprendimiento o infarto de la placenta; enfermedades
hemolíticas del feto; posmadurez.

Intraparto: Hipoventilación materna durante la anestesia; hipotensión materna o


compresión de la vena cava inferior; prolapso del cordón umbilical; pre madurez;
placenta previa; desproporción cefalopélvica; presentación anormal; distocia del
hombro

Preparto: Depresión respiratoria por asfixia; fármacos u obstrucción de la ventilación


respiratoria; inmadurez de los pulmones; síndrome de tensión respiratoria; aspiración de
meconio; anormalidades congénitas de los pulmones; anormalidades congénitas del
diafragma o la vía respiratoria; apnea grave; crisis recurrentes.

Generalidades de la enfermedad:

El grado y distribución de las lesiones cerebrales depende de la duración y gravedad de


la hipoxia y la isquemia así como de las variaciones regionales de la actividad
metabólica y la irrigación sanguínea.

Se han descrito varios patrones de la patología del SNC. La leucomalacia


periventricular, que es un infarto de la sustancia blanca cerebral, ocurre casi
exclusivamente en neonatos prematuros, a diferencia de los infartos de la corteza
parasagital y de la sustancia cerebral irrigada por la arteria cerebral media, que se
observan típicamente en el producto nacido a término que ha sufrido asfixia.

El lactante desnutrido de talle pequeño para su edad gestacional es más vulnerable a las
lesiones por daño hipóxico-isquémico, agravado por su tendencia a desarrollar
hipoglucemia bajo estrés.
La asfixia prenatal puede no incluir signos clínicos aunque por lo general ocasiona
modificaciones del ritmo cardiaco fetal y pérdida del patrón respiratorio fetal normal.

Aunque no es un signo específico, la pérdida del ritmo entre los latidos quizá sea el
indicador más confiable del sufrimiento fetal. La tinción de metonio del líquido
amniótico con frecuencia se asocia con depresión en el recién nacido, sobre todo cuando
es intensa y ocurre temprano. En la etapa del recién nacido, la escala Apgar se utiliza
como indicador de la situación neurológica. Una calificación Apgar de 5 o menos a los
5 minutos se asocia con un aumento de la morbilidad neurológica.

El recién nacido bajo estado de asfixia muestra signos de depresión nerviosa que pueden
persistir por horas o días. La gravedad o duración de estos signos son altamente
sugestivas de morbilidad y mortalidad subsecuentes. En una encefalopatía ligera, los
signos de irritabilidad pueden preceder a la crisis de 12 a 24 horas. Si los síntomas se
resuelven en el transcurso de unos días, por lo general el pronóstico es favorable. El
lactante con asfixia intensa puede agravarse en un lapso de 24 a 72 hs, manifestar crisis
recurrentes y luego el trastorno puede progresar y manifestar signos de presión
intracraneal (PIC) aumentada y paro respiratorio, después de una asfixia intensa a
menudo hay síntomas notables de isquemia del miocardio, riñones e intestinos.

Tratamiento:

La prevención de la encefalopatía hipóxica-isquémica depende de la identificación


temprana del feto y del recién nacido en peligro, y del tratamiento obstétrico y
pediátrico adecuado. El cuidado del recién nacido con asfixia incluye el mantenimiento
de vías aéreas adecuadas para la respiración; control apropiado de los líquidos y el
tratamiento del desequilibrio de los electrólitos y de la hipoglucemia. La detección
temprana y el tratamiento de la crisis son importantes porque pueden aumentar las
demandas metabólicas cerebrales y causar apnea e hipotensión. El tratamiento
profiláctico con fenobarbital durante una semana ha sido recomendado para lactantes
que estén bajo un estado de asfixia.

Cuando se detecta rápidamente en una tomografía una hemorragia intracraneal aguda


como en una región de atenuación aumentada. La persistencia de los signos de la
hemorragia depende de la magnitud de ésta. A menos que la hemorragia intracraneal sea
lo suficientemente extensa como para poner en peligro la vida del recién nacido por sus
efectos de masa y compresión de las estructuras adyacentes, por lo general no es
necesario practicar un drenaje quirúrgico urgente. La hidrocefalia hemorrágica aguda en
el lactante prematuro puede requerir drenaje ventricular inmediato. La implantación
permanente de un catéter para la derivación ventrículo peritoneal es factible incluso en
lactantes muy pequeños cuando las proteínas del LCR han descendido por debajo de
200mg/dl, al absorberse la sangre extravasada.

Parálisis cerebral:
Origen:
La parálisis cerebral es una alteración del movimiento y la postura que resulta por un
daño o lesión no progresiva y permanente en un encéfalo inmaduro. La alteración del
desarrollo cerebral puede adoptar diferentes formas afectando a veces, además del
control motor, su inteligencia, visión, audición, lenguaje y el estado emocional.

No se han establecido aún con certeza las causas de la PC, pero hay pruebas que
demuestran que una gran variedad de condiciones contribuyen a su instalación.

Entre ellas; algunas células del cerebro del niño pueden resultar lesionadas antes,
durante o después del nacimiento, y la causa más común es la falta de oxígeno (anoxia),
en el cerebro infantil, aunque sea por un breve periodo de tiempo. Diferentes situaciones
pueden llevar a esta carencia de oxígeno, como las enfermedades infecciosas o las
dificultades durante el parto. Una tercera parte de niños con PC, aproximadamente, son
prematuros y han tenido bajo peso al nacimiento.

Otros de los factores que posiblemente hayan causado una lesión, es el parto con
fórceps; su empleo es la consecuencia de otras dificultades que impidieron un parto
normal.

La ictericia del recién nacido, en grado excesivo, como la que se debe a


incompatibilidad de grupo sanguíneo, a veces provoca atetosis. Otras de las causas
puede ser que sean hereditarias o madres demasiado jóvenes o demasiado maduras.

Generalidades de la PC:

Con frecuencia se denomina “espásticos” a todos los niños afectados de parálisis


cerebral, pero en realidad existen cuatro tipos principales. Entre ellos:

Parálisis Cerebral Espástica: Este tipo de parálisis cerebral ocurre cuando el daño
afecta a la corteza cerebral, o capa externa del cerebro, ya sea al nacer o a una edad muy
temprana.

La parálisis cerebral espástica tiene un número de sub-formas, clasificadas según las


áreas del cuerpo afectadas por el daño cerebral, tales como, en un solo lado del cuerpo o
las extremidades inferiores (hemipléjica, diplejía) y la severidad de la condición (leve,
moderada o severa).

Este tipo de parálisis cerebral, que se refiere a tono muscular incrementado, mantiene
los músculos en un estado constante de tensión. Normalmente, los músculos trabajan en
pares, con un grupo que se contrae y el otro que se relaja.

Este proceso permite un movimiento libre. El daño cerebral en la parálisis cerebral


espástica daña la comunicación normal entre el cerebro y los músculos, interrumpiendo
así el proceso de movimiento. En vez de alternar entre tensión y relajación, los
músculos de los pacientes con parálisis cerebral espástica a menudo se activan al mismo
tiempo, causando tensión persistente o espasticidad, y haciendo difícil el movimiento.

Los efectos de la parálisis cerebral espástica en el movimiento y nivel general de


habilidad dependen de la severidad de la condición y los músculos afectados. La
parálisis cerebral espástica leve puede únicamente impedir la habilidad de completar
tareas específicas, mientras que la forma más severa de parálisis cerebral espástica
puede afectar significativamente la habilidad de un paciente de completar cualquier
tarea.

Mientras que la parálisis cerebral espástica no es una enfermedad progresiva, la


espasticidad de los músculos y contracturas de las articulaciones pueden empeorar con
el tiempo, limitando aún más el rango de movimiento del paciente y su habilidad de
realizar ciertas tareas. La ansiedad y el esfuerzo ejercido pueden también exacerbar la
espasticidad de los músculos en pacientes con este tipo de parálisis cerebral.

Parálisis Cerebral Atetósica: La parálisis cerebral Atetósica, afecta entre el 10 al 15


por ciento de todas las personas con esta condición. Este tipo de parálisis cerebral es el
resultado de daño cerebral en el ganglio basal, localizado en la región media del
cerebro.

Como una forma de distocia, la parálisis cerebral Atetósica está caracterizada por
movimientos involuntarios lentos y retorcidos, que usualmente afectan las manos, pies,
brazos y piernas. En algunos casos, este tipo de parálisis cerebral, caracterizada por tono
muscular y tensión incrementados, este tipo de parálisis cerebral causa un tono muscular
mixto, donde algunos músculos están demasiado tensos mientras que otros están
demasiado relajados. Algunas veces esta actividad muscular involuntaria afecta a todo
el cuerpo al mismo tiempo. Los síntomas de la parálisis cerebral Atetósica tienden a
disminuir completamente durante el sueño, aunque a menudo se incrementan durante
tiempos de estrés al estar despierto.

Parálisis Cerebral Atáxica: La parálisis cerebral atáxica, que es mucho menos común
que los otros dos tipos mencionados anteriormente, afecta únicamente entre el 5 y 10
por ciento de aquellos con esta condición. Este tipo de parálisis cerebral está causada
por daño al cerebelo, localizado cerca de la base del cerebro.

El cerebelo es responsable por organizar el movimiento muscular para balance y


coordinación. Cuando esta parte del cerebro es dañada puede llevar a parálisis cerebral
atáxica, caracterizada por dificultad con el balance y coordinación del movimiento. La
parálisis cerebral atáxica abarca generalmente todo el cuerpo, afectando las cuatro
extremidades y el tronco.

Parálisis Cerebral Mixta.: El cuarto tipo principal de parálisis cerebral es la parálisis


cerebral mixta, la cual es una combinación de movimientos espásticos y atetósicos.

Defectos agregados:

A menudo se observa que la lesión cerebral ha afectado no sólo el desarrollo del


movimiento sino también, y en grado diferente, el desarrollo de la inteligencia, la
visión, la audición, el lenguaje y otros factores importantes para el progreso del niño.

Las principales complicaciones que acompañan a la PC pueden ser:


Epilepsia: es la aparición de más de un ataque después de las dos primeras semanas de
la vida; la mayoría de los espásticos tienen pocos ataques.

Defectos visuales: una elevada proporción de niños paralíticos cerebrales sufren de


defectos visuales; poca agudeza visual, nistagmo, estrabismo, errores de refracción, y
otros defectos oculomotores. Muchos de estos defectos son relativamente leves y
pueden ser tratados con éxito en la primera infancia.

Pérdida de la audición: Frecuentemente se encuentra en estos niños un grado parcial


de pérdida auditiva, sobre todo en los atetósicos, en los cuales la pérdida se refiere a
sordera para los tonos agudos.

Defectos del lenguaje: cuando el control de los músculos faciales y respiratorios, de la


lengua o los labios es deficiente, se producen defectos del lenguaje. Estos varían desde
los leves defectos de articulación a la ausencia completa del habla. En muchos otros
niños se presentan dificultades para la alimentación, aunque la situación puede mejorar
por medio de la fisioterapia y la foniatría utilizadas precozmente.

Déficit intelectual: por lo común, los niños con disminución física de mayor grado
tienen la inteligencia de menor grado, lo que es comprensible, dado el grado de lesión
cerebral. Por lo general, los cuadripléjicos espásticos son menos inteligentes, como
grupo, que el de los hemipléjicos, aunque existen sorprendentes excepciones
individuales.

Tratamiento:

Los tipos comunes de tratamiento para la parálisis cerebral incluyen:

Fisioterapia y rehabilitación: Un niño con parálisis cerebral por lo general comienza


estas terapias en los primeros años de vida o enseguida después del diagnóstico. La
fisioterapia es una de las partes más importantes del tratamiento. Involucra ejercicios y
actividades que pueden mantener o mejorar la fuerza muscular, el equilibrio y el
movimiento. Un fisioterapeuta ayuda al niño a desarrollar destrezas como sentarse,
caminar o usar una silla de ruedas. Otros tipos de terapia incluyen:

Terapia ocupacional: Este tipo de terapia ayuda al niño a aprender a hacer las tareas
cotidianas como vestirse o ir a la escuela. Terapia recreativa. Participar en programas de
arte, actividades culturales y deportivas puede ayudar a mejorar las habilidades físicas e
intelectuales del niño.

Terapia del habla y el lenguaje: Un terapeuta del habla puede ayudar al niño a
aprender a hablar más claramente, ayudar con los problemas para tragar, y enseñar
nuevas maneras de comunicarse, como el lenguaje de señas, o a usar un dispositivo de
comunicación especial.

Dispositivos ortopédicos: Se pueden colocar soportes ortopédicos, tablillas y escayolas


en los miembros afectados para mejorar el movimiento y el equilibrio. Otros
dispositivos que pueden ayudar con el movimiento y la postura incluyen sillas de
ruedas, caminadores y scooters motorizadas.
Tecnología y dispositivos de asistencia: Estos incluyen máquinas de comunicación
computarizadas, zapatos que se amarran muletas, que pueden facilitar la vida cotidiana.

Medicamentos: Determinados medicamentos pueden relajar los músculos rígidos o


hiperactivos y reducir el movimiento anormal. Pueden tomarse por boca, inyectarse en
los músculos afectados o infundirse en el fluido que rodea la médula espinal a través de
una bomba que se implanta cerca de la médula espinal. Para los niños que tienen
parálisis cerebral y epilepsia (convulsiones), deben considerarse los medicamentos
estándar para la epilepsia, pero estos medicamentos también pueden tener efectos
negativos en el desarrollo del cerebro.

Cirugía: Un niño puede necesitar cirugía si los síntomas son graves. Por ejemplo, la
cirugía puede alargar los músculos rígidos e intensamente contraídos. Un cirujano
también puede colocar los brazos o las piernas en una mejor posición, o corregir o
mejorar una columna con una curvatura anormal. A veces, si otros tratamientos no
funcionan, el cirujano puede cortar ciertos nervios para tratar los movimientos
anormales y espásticos. Antes de realizar la cirugía, es importante que el proveedor de
cuidado de la salud evalúe los beneficios del procedimiento, analizando cuidadosamente
la biomecánica de las articulaciones y los músculos.

No todas las terapias son apropiadas para todas las personas con parálisis cerebral. Es
importante que los padres, pacientes y proveedores de cuidado de la salud trabajen
juntos para diseñar el mejor plan de tratamiento para el paciente.

Bibliografía: Encefalopatía hipóxica, isquémica, por asfixia, parálisis cerebral (Apunte


del cuadernillo y buscar otra info). Berg Bruce. Manual de Neurología Pediátrica.
México 1987 Editorial Moderno. Bowlley/ Gadner. El niño disminuido. Editorial
Panamericana. Buenos Aires 1985. Universidad de Neuropatía Servicio Pediatría.
Barcelona.

También podría gustarte